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Channel: DESDE EL RINCÓN DE ADEMUZ
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TÚNELES CARRETEROS DEL RINCÓN DE ADEMUZ: GALERÍA FOTOGRÁFICA.

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Galería fotográfica, 
a propósito de la entrada "Carreteras y camino del Rincón de Ademuz".




"Dejando a un lado los pensamientos, 
se presenta ante Esparza, Castielfabib (Castillo de Fabio),
pueblo que se aúpa sobre el monte, pueblo de moros y cristianos,
de calles estrechas y escalonadas en cuyos muros y rincones
ponen tonos amarillos las flores del té roqueño"
-Ricardo Fombuena, en Pinceladas sobre la Sierra de Albarracín (1980)-.



Viene de:
* CARRETERAS Y CAMINOS DEL RINCÓN DE ADEMUZ.


TÚNELES DE CASTIELFABIB, VALENCIA.

Los túneles de Castielfabib -túnel de la Solana (50 metros) y túnel de la Umbría (60 metros)- se construyeron en la carretera que llevaba a la villa desde la N-420, mediada la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930); en los trabajos intervinieron vecinos de la zona. Hasta el momento de su apertura Castielfabib era fin de carretera, después lo fue El Cuervo (Teruel). Los de El Cuervo hicieron a su costa el tramo de  carretera hasta El Mojón, donde empalma con la actual CV-479 que sube de Castielfabib.


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Vista general (meridional) de Castielfabib (Valencia), desde Los Planos (2018).


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Vista general (meridional) de Castielfabib (Valencia), desde Los Planos (2018).



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Entrada al túnel de La Solana en Castielfabib (Valencia), 2018.

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Detalle de la entrada al túnel de La Solana en Castielfabib (Valencia), 2018.


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Detalle de la salida del túnel de La Solana en Castielfabib (Valencia), 2018
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Detalle de la salida del túnel de La Solana en Castielfabib (Valencia), 2018.


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Detalle del tramo de carretera entre ambos túneles en Castielfabib (Valencia), 2018.


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Detalle del tramo de carretera entre ambos túneles en Castielfabib (Valencia), 2018.


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Detalle de la entrada al túnel de La Umbría en Castielfabib (Valencia), 2018.


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Detalle de la salida del túnel de La Umbría en Castielfabib (Valencia), 2018.

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Detalle del túnel de La Umbría en Castielfabib (Valencia), con la iglesia-fortaleza en la parte alta (2018).
Los túneles de Castielfabib fueron un acontecimiento en la historia local. Hasta su apertura, para ir de una a otra parte de la villa había que subir hasta la plaza Mayor y descender por el otro lado -lo que suponía mucho tiempo y esfuerzo-. La carretera hasta la villa (desde la N-420, que une Cuenca y Teruel), se construyó con anterioridad a los túneles, aunque los vecinos (incluidos los de Cuesta del Rato y El Cuervo, además de los de la sierra: Veguillas, Alobras, Tormón), para bajar hasta Los Santos, donde se cogía el coche de línea hasta Teruel, solían utilizar el camino más corto de Los Callejones, cuyo trazado discurre paralelo al río Ebrón, pasa frente a la Central Hidroeléctrica y llega hasta Los Santos.



TÚNELES DE CASASBAJAS, VALENCIA.


"decía el boticario Pichón en uno de sus pregones a las Fiestas de San Antón:
Van a hacernos nuevo puente,/ piedra y cemento a granel,/
pero, si no queda gente.../ ¿Quiénes pasarán por él?
-Ricardo Fombuena, en Guadalturia (1993)-.






Los túneles de Casasbajas -túnel del Regajo (87 metros) y túnel de Abajo (77 metros)- se labraron en la carretera provincial de Valencia-Ademuz (C-234) durante la II República (1931-1936); al comienzo de la guerra civil (1936-1939) ya estaban construidos, utilizándose como almacén de combustible y material de guerra, y como refugio antiaéreo. Consta por testimonios vecinales que durante la Batalla de Teruel (diciembre, 1937-enero, 1938) Indalecio Prieto (1883-1962), a la sazón Ministro de Defensa Nacional de España (mayo, 1937-abril, 1938) visitó el frente y pasó una noche en uno de estos túneles.


Vista parcial (meridional) de Casasbajas (Valencia), desde la N-330a (2018).

Vista parcial (meridional) de Casasbajas (Valencia), desde la N-330a (2018).

Vista parcial (meridional) de Casasbajas (Valencia), desde la N-330a (2018).

Detalle de la N-330a, en  la salida meridional de Casasbajas (Valencia), camino del túnel de Arriba (también nombrado del Regajo), 2018.

Cartel de la Red de Carreteras del Estado, carretera N-330a, en la salida meridional de Casasbajas (Valencia), 2018.

Detalle del Rulo empleado como apisonadora en la construcción de la carretera N-330a, a la salida de Casasbajas (Valencia), 2018.

Detalle del Rulo empleado como apisonadora en la construcción de la carretera N-330a, a la salida de Casasbajas (Valencia), 2018.

Detalle del Rulo empleado como apisonadora en la construcción de la carretera N-330a, a la salida de Casasbajas (Valencia), 2018.

Puente del Regajo en la N-330a en Casasbajas (Valencia), día el túnel de Arriba (2018).

Vista septentrional del puente del Regajo en la carretera N-330a en Casasbajas (Valencia), situado antes del túnel de Arriba (2018).

Vista septentrional del puente del Regajo en la carretera N-330a en Casasbajas (Valencia), situado antes del túnel de Arriba (2018).

Vista septentrional del puente del Regajo en la carretera N-330a en Casasbajas (Valencia), situado antes del túnel de Arriba (2018).

Vista meridional del puente del Regajo en la carretera N-330a en Casasbajas (Valencia), 2018.

Carretera N-330a en Casasbajas (Valencia), con el túnel de Arriba al fondo (2018).

Punto kilométrico 263 de la carretera N-330a en Casasbajas (Valencia), con el túnel de Arriba al fondo (2018).


Carretera N-330a en Casasbajas (Valencia), con el túnel de Arriba al fondo (2018).

Detalle de la entrada al túnel de Arriba en Casasbajas (Valencia), 2018.

Detalle de la boca meridional del túnel de Arriba (87 metros de longitud), en la carretera N-330a (2018).

Antiguo pilón de carretera correspondiente a la N-330 (punto kilométrico 9) en la salida meridional del puente de Arriba en Casasbajas (Valencia), 2018.

Detalle de antiguo pilón de carretera correspondiente a la N-330 (punto kilométrico 9) en la salida meridional del puente de Arriba en Casasbajas (Valencia), 2018.

Boca meridional del túnel de Arriba en Casasbajas (Valencia), con detalle de un antiguo pilón de carretera en el margen (2018).

Entrada del túnel de Abajo (77 metros de longitud) en Casasbajas (Valencia), carretera N-330a (2018). 

Boca superior del túnel de Abajo en Casasbajas (Valencia), con detalle del encofrado y muros de piedra, dirección Valencia (2018).

Boca superior del túnel de Abajo, con detalle del encofrado y muros de piedra, dirección Casasbajas (Valencia), 2018.

Muescas de los barrenos utilizados en el labrado del túnel de Abajo en Casasbajas (Valencia), 2018.

Detalle de la boca meridional del túnel de Abajo en Casasbajas (Valencia), carretera N-330a (2018).

Los túneles de Casasbajas constituyeron un hito en la comunicación de Valencia con el Rincón de Ademuz, por la antigua carretera C-234. Su trazado no se completó hasta principios de los años sesenta del pasado siglo XX, con la construcción del puente sobre el río Turia en Santa Cruz de Moya, Cuenca. Vale.





EL PUENTE DE SANTA CRUZ DE MOYA, CUENCA (I).

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Recensión para una historia del puente,
cuyo arco sobrevuela las hoces del Turia en Santa Cruz de Moya (Cuenca).





“..., y lo que se le aparece es la gran obra del Puente de Santa Cruz de Moya
desollando las aristas de la roca para descansar sus extremos
en una longitud de 91 metros;...”
-Ricardo Fombuena Vidal (1924-2011), en Guadalturia (1993)-.











Palabras previas, a modo de justificación.
El puente sobre el Turia en Santa Cruz de Moya (Cuenca) constituye una de las grandes infraestructuras viarias llevadas a cabo en la segunda mitad de los años cincuenta del pasado siglo XX. Su repercusión sobre el Rincón de Ademuz fue de gran trascendencia práctica, ya que hasta su inauguración en los primeros sesenta, para ir a Valencia desde nuestra comarca había que hacerlo vía Teruel. La influencia emocional fue también considerable, ya que el puente nos acercaba a Valencia, la capital provincial. ¡Desde la construcción del puente, bajar al Reino era más fácil!

Las actuales comunicaciones viarias del Rincón de Ademuz con Valencia, vía Landete y Utiel, con la construcción de la variante de la N-330 de Manzaneruela a Torrebaja, que incluye tres grandes viaductos, sobre Los Arenales y la rambla del Val en Ademuz y sobre la vega del Turia en Torrebaja, empequeñecen lo que fue el puente de Santa Cruz de Moya en su momento. Aunque el puente de Santa Cruz sigue siendo una obra admirable bajo la óptica que se mire. No en vano fue en su tiempo el puente más alto de España, y de Europa.

El tiempo de la construcción del puente de Santa Cruz de Moya fue la segunda mitad de los años cincuenta, periodo coincidente con el denominado Despegue económico (1951-1957) de la Era Azul del franquismo (1938-1957): el despegue económicohay que verlo en el contexto del “deshielo” internacional y matizado por el inicio de la dependencia económica y militar de España respecto de Estados Unidos, y de la Tecnocracia (1957-1973), época coetánea con unos años de bonanza económica.[1]

Hasta la inauguración del Puente de Santa Cruz de Moya, la salida del Rincón de Ademuz por carretera sólo podía hacerse por la N-420: hacia Cuenca y hacia Teruel. No obstante el avance que supuso para la comarca, la influencia en su desarrollo práctico fue relativa: de una parte, porque el trazado de la C-234 no reunía condiciones para el transporte rápido de mercancías; de otra, porque la comarca ya se estaba despoblando a marchas forzadas, por la emigración, y la producción agrícola había iniciado su declive con la crisis agraria. No obstante, el puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia ha generado cierta literatura, principalmente periodística, cuya recopilación permite comprender cuál fue su evolución histórica.


Vista general (meridional) del puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca), sobre el río Turia (2018).

Vista parcial (septentrional) de Santa Cruz de Moya (Cuenca), desde los pretiles del puente de la N-330a que salva del arroyo de Asturias (2018).


Reseña histórica de la carretera Valencia-Ademuz (C-234).
La idea de construir una carretera que uniera Valencia con el Rincón de Ademuz ya se planteó a comienzos de la segunda mitad del siglo XIX, las características de esta vía la hacían subsidiaria de la Diputación Provincial de Valencia. El proyecto fue incluido en el primer plan de carreteras de 1860; su propósito era que todas las comarcas estuvieran unidas con la capital provincial.[2]

El trazado originario de esta nueva coincidía grosso modo con el antiguo Camino Real (de Valencia a Cuenca y Madrid por Talayuelas) en su tramo hasta Chelva. Desde Chelva el trazado continuaba por Titaguas hasta Ademuz, vía Aras de Alpuente (ahora, Aras de los Olmos). Inicialmente se pretendió acceder al Rincón de Ademuz vía Santa Cruz de Moya, bajando por la cuesta de Flicos.[3]Sin embargo, a la vista del trazado actual, este primer diseño no prosperó.

En la década de 1860 el trayecto entre Valencia y Chelva ya estaba construido, estancándose sin embargo en esta población durante medio siglo. Como resultado de esta paralización, el trazado hasta Titaguas no se llevó a cabo hasta la primera década del siglo XX (1910), y el de Titaguas a Aras de los Olmos hasta principios de la segunda década (1913).[4]

Durante la II República (1931-1936) las obras en la carretera comarcal de Valencia a Ademuz continuaron, contemplando ya la construcción del puente sobre el río Turia en Santa Cruz de Moya. Prueba de ello es que el estallido de la Guerra Civil Española (1936-1939) detuvo en Sevilla el barco que desde Vizcaya traía el material y maquinaria para su construcción, lo que supuso su paralización durante la contienda.

No obstante, las circunstancias de la guerra indujeron la construcción de un trazado alternativo por la cuesta de Flicos, como forma de comunicar el frente sur de Teruel con Valencia mediante la C-234. Los túneles de Casasbajas ya estaban labrados al comienzo de la contienda civil. Prueba de ello es que sirvieron como almacén de combustible y material de guerra, al tiempo que como refugio antiaéreo. Consta por testimonios que en su visita al frente durante la Batalla de Teruel (1937-1938), Indalecio Prieto pasó una noche en uno de estos túneles.[5]

En suma, la comunicación entre Valencia y Ademuz por la carretera comarcal (C-234) no se hizo efectiva hasta comienzos de los años sesenta del siglo XX, momento en que se concluyó la construcción del viaducto sobre el río Turia en Santa Cruz de Moya.



Vista superior (occidental) del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia, desde la margen izquierda del río (2018).

Vista general (sur-occidental) del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia, desde la margen izquierda del río (2018).


Referencias a la carretera comarcal Valencia-Ademuz en la literatura.
El recorrido se inicia con una aproximación literaria, de la pluma del que fuera insigne poeta y cronista oficial de Torrebaja –Ricardo Fombuena Vidal (Barcelona, 1924-Madrid, 2011)-.[6]Dice el caminante (1993):
  • <En este paraje (en la confluencia del río Arcos con el Turia por debajo de Las Rinconadas), monte arriba, comenzaba la Cuesta de Flicos, duro camino entre pinos y paso obligado que, en tiempos pretéritos, aupaba al caminante por esforzados recuestos hasta el reconfortante descanso en el refugio de su nombre; era la única ruta hacia Chelva, meta de caminantes y cabeza de partido de los pueblos del Rincón de Ademuz, de donde venían a pie o en caballerías a completar su cansancio por esta Cuesta de Flicos aquellos familiares que, por cuestiones políticas, tenían presos a sus seres queridos en la cárcel de Liria (se refiere al tiempo de la inmediata posguerra y la represión política de los años cuarenta), pues entonces sólo desde Titaguas era posible continuar el viaje en autocar>.[7]


Seguidamente se exponen distintos artículos aparecidos en la prensa de Valencia, en los que se alude a la situación del Rincón de Ademuz en general, y al puente de Santa Cruz de Moya en particular. Dado su interés para la comprensión del momento histórico, los artículos se transcriben literalmente –a modo de crónica-:

TORRE BAJA Y SUS MANZANAS. Del sábado, 28 de noviembre de 1953. 
  • <De todos los pueblos del Rincón de Ademuz, es sin duda Torre Baja el más favorecido por su riqueza agrícola relativa, que se traduce en una considerable producción de manzanas de alta calidad sumamente apreciadas y también sumamente ignoradas. Las dificultades de transporte por la ausencia de comunicaciones fáciles, encarece de tal modo la manzana, que difícilmente la encontraremos en nuestros mercados. Y no es Torre Baja el pueblo peor comunicado del Rincón de Ademuz. Por allí pasa la carretera de Tarancón a Teruel, única que atraviesa la comarca y que por ahora es la que sirve las comunicaciones regulares con Valencia, ya que la carretera de Valencia a Ademuz, por Chelva se encuentra interrumpida más allá de Alpuente, y para llegar hasta Torre Baja precisa dar la vuelta por la capital del Bajo Aragón, después de un recorrido de más de ciento ochenta kilómetros./ De aquí que los valencianos en su mayoría desconozcan la belleza de aquel rincón pintoresco, valenciano también por voluntad de sus moradores, a pesar de la geografía./ Torre Baja cuenta con un millar escaso de habitantes y un término municipal de 3,08 kilómetros cuadrados./ El Municipio se formó por la fusión de dos pueblecitos, Torre Alta y Torre Baja, fusión puramente administrativa, ya que ambos pueblos con sus respectivos términos, está separados por tierras pertenecientes a Castielfabib y Ademuz./ Pues bien, en tan reducido término se cosechan, además de otros frutales –entre ellos hermosísimos membrillos- que los naturales no aprecian- manzanas de las siguientes clases: esperiega encarnada y amarilla, miguelas, cabello de ángel, garcías, ricardas, verde doncella, segorbinas, francesas –algunas alcanzan un kilo de peso- reineta colorada, reineta del Canadá, comadres, normandas y de Jesús. Todas ellas son de gran calidad. Las francesas, tal vez las más bastas de sabor, son sin duda las más hermosas y se confunden con esas manzanas de cera que, colocadas sobre los fruteros adornan las mesas de los comedores./ La máxima cosecha de manzanas que se obtuvo en este término fue la del año 1945, cosecha que se calculó en 1.200.000 kilos en números redondos, y que se vendió a precios superiores a seis pesetas el kilo./ En los años siguientes disminuyó como consecuencia de la aparición de una plaga muy resistente que en forma voraz y progresiva atacó los frutales. En los años 1951 y 1952 mejoró un poco la situación: la manzana esperiega se pagó a 5,50 pesetas kilo; la miguela y la ricarda a 5 pesetas; la segorbina, la reineta y la verde doncella, alrededor de 3,25 el kilo. Y las clases de inferior calidad oscilaron entre las 2 y 2,25 pesetas kilo, precios sobre camión en plaza./ En la actual temporada, el desastre ha sido completo. Después de una costosa campaña a base de D.D.T. y otros productos enérgicos se consiguió exterminar gran parte de la plaga y salvar gran parte de la cosecha, pero las tormentas de granizo que descargaron sobre todo en este término municipal en la última decena del mes de julio, produjeron grandes pérdidas en las manzanas, reduciendo al mínimo la cosecha./ Se calculó ésta en unos 70.000 kilos y de muy mala calidad por estar casi todas las manzanas tocadas por la piedra. Los precios que se han pagado hasta la fecha, con tendencia a la baja, son los siguientes: esperiega, 2,65 kilo; miguela y ricarda 2,25; segorbina, 1,75; reineta, 1,50; verde doncella, 2 pesetas, precios éstos para los frutos escogidos, ya que sin seleccionar se han vendido grandes partidas a una peseta el kilo. Con todo, una buena parte de la cosecha ha tenido que encambrarse por falta de compradores./ Aunque esta impresión no puede entenderse como general para todo el Rincón, ya que en Casas Altas, Casas Bajas y Ademuz, se han pagado precios muy superiores, la tónica no es halagüeña, la falta de comunicaciones aísla a esta comarca valenciana, falta de otras muchas atenciones, por cuya causa se malogran sus grandes posibilidades. La Junta de Autoridades y Mandos celebrada en el Rincón de Ademuz puso sobre el tapete numerosos problemas que afectan a esta comarca, entre ellos, el de fertilizantes –se pidió la equiparación a la naranja, a estos efectos- y el de comunicaciones. Pero mucho se debe hacer todavía para que el Rincón de Ademuz deje de ser él último rincón de Valencia./ VICENTE BADÍA MARÍN>[8]

Cuando dice “de la aparición de una plaga muy resistente que en forma voraz y progresiva atacó los frutales” se está refiriendo a una oruga del manzano (Cacoecia sp), que fue tratada con un insecticida organoclorado de la Bayer, el dicloro difenil tricloroetano(DDT).[9] En la Junta de Autoridades y Mandos celebrada en Ademuz (1953), se pusieron de manifiesto también otros problemas de la comarca: los fertilizantes para el campo y las comunicaciones.


Vista general (sur-occidental) del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia, desde la margen izquierda del río (2018).
ACTUALIDAD VALENCIANA. Del domingo, 5 de octubre de 1954. 
  • <Las comunicaciones del Rincón de Ademuz con Valencia es tema que vuelve de nuevo a la actualidad, con probabilidades al parecer, de pronta solución./ Los Ayuntamientos del Rincón, incorporados al quehacer renovador que la jefatura Provincial del Movimiento ha dado a los municipios valencianos, acaba de vivir otra jornada de gran interés político municipalista, a través del Consejo Comarcal de Autoridades y Mandos./ Ademuz, Casas Altas, Casas Bajas, Castielfabib, Puebla de San Miguel, Torre Baja y Vallanca, estuvieron representados en este Consejo por sus alcaldes, jefes de Hermandad, cronistas oficiales y secretarios municipales, asistiendo también al mismo, por los organismos provinciales, Diputación y Jefatura del Movimiento, los técnicos más representativos de los respectivos servicios municipalistas./ En la reunión se abordaron muchos temas interesentes: la reglamentación de las bibliotecas de los pueblos, coordinadas con la central de Ademuz; la instalación de un Centro Secundario de Higiene Rural; los proyectos de alumbrado de la Puebla de San Miguel y de las aldeas de Mas del Olmo, Sesga, el Val de Ademuz y Negrón de Vallanca. Se informó de la marcha satisfactoria de la iglesia parroquial de Santa Marina de Torrebaja, pero se insistió particularmente en el problema de las comunicaciones, que es el más urgente./ Así, en esta reunión, fueron superadas definitivamente las dificultades para la constitución de la Mancomunidad de Municipios del Rincón de Ademuz, cuyo primer objetivo es la instalación del servicio telefónico en tan apartada comarca valenciana, tanto más dejada cuanto que carece de las comunicaciones imprescindibles con la capital, y por mejor decir, con todo el Reino. Tan sólo existe en Ademuz una línea telefónica de carácter privado, propiedad de la Teledinámica de Teruel./ Pero la preocupación de la asamblea gira también alrededor de las comunicaciones por carretera, insistiendo los representantes de los Municipios en la necesidad de afrontar de una vez la terminación de la carretera de Valencia al Rincón de Ademuz por Chelva, es decir, uno de los asuntos más batallones de toda la provincia, que al igual que en famoso empalme de ferrocarril de vía estrecha Villanueva de Castellón-Carcagente, ha venido aplazándose inexplicablemente y constituye hoy una verdadera obsesión para muchos valencianos que no se explican la razón de que continúe interceptada la carretera en un tramo de diez o doce kilómetros, y que para llegar al Rincón haya necesidad de hacer un largo rodeo por Teruel./ Las autoridades y mandos del Rincón de Ademuz están dispuestas a dar el empuje definitivo y así, una vez se constituya la Mancomunidad de Municipios, se destacará una comisión que recabará la presidencia del señor gobernador civil, para pedir al señor ministro de Obras Públicas el rápido despacho de este expediente que tan decisivamente afectará a la economía del Rincón, aparte de que dejará abiertas al turismo las grandes posibilidades de la pintoresca comarca ignorada por muchos valencianos. Y sobre todo, la incorporación material y espiritual del Rincón al Reino de Valencia, será algo más que una realidad administrativa. VICENTE BADÍA MARÍN>[10]

En octubre de 1954 ninguno de los pueblos del Rincón de Ademuz tenía teléfono, “sólo existe en Ademuz una línea telefónica de carácter privado, propiedad de la Teledinámica de Teruel”, éste fue el primer asunto que abordó la recién creada Mancomunidad de Municipios del Rincón de Ademuz.


Terraplén junto a la carretera (CM-9121) con detalle del muro de contención y restos de las antiguas barandas del puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca), 2018.

Terraplén junto a la carretera (CM-9121) con detalle del muro de contención y restos de las antiguas barandas del puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca), 2018.


DE VALENCIA AL RINCÓN DE ADEMUZ POR CHELVA. Del viernes, 22 de abril de 1955. 
  • <La fotografía nos muestra la carretera de Losilla a la Puebla de San Miguel, tramo de dieciocho kilómetros recientemente inaugurado, que permite hendir en la comarca valenciana del Rincón de Ademuz, por un pueblecito próximo a Javalambre, el más humilde sin duda del Rincón, cual es la Puebla de San Miguel. Paso importantísimo en orden al establecimiento de comunicaciones de esta comarca con Valencia./ Cuando hace ya algunos años se destacó a aquellas lejanas tierras por la capital turolense una misión de la Falange valenciana, el Rincón de Ademuz quedó incorporado a la dinámica municipalista que agitaba la provincia de Valencia. Hasta la Puebla de San Miguel llegó por intrincadas veredas, unos ratos a pie y otros montado, nuestro gobernador civil y jefe provincial del Movimiento impelido por la fe y el entusiasmo que le acrecieron unos camaradas de nuestra Falange. Fruto de esta actuación asistida por los servicios técnicos estatales y de una manera especial por la Diputación de Valencia, ha sido, entre otras consecuciones de gran interés la carretera objeto de nuestro comentario, cuya importancia se hará de día en día más patente./ A la Puebla de San Miguel, municipio de escasa población, que carece de lo más preciso –hasta de alumbrado eléctrico-, se le ofrece una perspectiva halagadora. Porque construir la carretera que le une directamente a Valencia, y por el camino más corto, la intensificación de relaciones con la capital del reino es ya un hecho. Actualmente, en la Jefatura de Obras Públicas de Valencia, se tramita expediente como consecuencia de la solicitud presentada interesando la concesión de una línea regular de transporte de viajeros por carretera entre la Puebla de San Miguel y Valencia. hace unos días, el Boletín Oficial de la Provincia publicaba el correspondiente anuncia, en cumplimento de lo dispuesto en el artículo 11 del reglamento de o de diciembre de 1949, abriendo información publica a la que sin duda concurrirán los ayuntamientos afectados por la proyectada línea y que son: Valencia, Burjasot, Puebla de Vallbona, Liria, Casino, Villar del Arzobispo, Calles, Chelva, Tuéjar, Titaguas, Aras de Alpuente y Losilla de Aras./ Por su parte, la Puebla de San Miguel, anticipándose a los acontecimientos, ha llevado a cabo la construcción de un garaje municipal. De cualquier forma, quedan ya abiertas una serie de posibilidades de todo orden para este pueblo de Ademuz ignorado por muchos valencianos. La gran riqueza maderera del término tiene hoy un valor que antes no tenía por la imposibilidad de acceso a carretera. También los cazadores y los excursionistas podrán llegar a Javalambre y sus inmediaciones con toda comodidad. Las bellezas imponderables de este término serán accesibles. Toca ahora administrarlas bien para que nunca hayamos de lamentar haber arrebatado a la selva tan hermoso paraje. VICENTE BADÍA MARÍN>[11]


En la construcción de la carretera de Losilla a Puebla de San Miguel trabajaron muchos vecinos de la zona, particularmente de Sesga (Ademuz), de donde iban treinta o cuarenta mozos.[12]La carretera une Losilla de Aras con Puebla de San Miguel, vía Hoya de la Carrasca (Arcos de las Salinas, Teruel); lamentablemente, sin embargo, la línea regular de transporte de viajeros nunca se llevó a cabo.

Vista superior (suroccidental) del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia, desde la margen izquierda del río (2018).


Detalle de antigua balsa para el agua utilizada durante la construcción del puente de Santa Cruz de Moya, en la margen izquierda del río (2018). 


EL PROYECTO DE CARRETERA VALENCIA-RINCÓN DE ADEMUZ POR UTIEL Y VALLANCA. Del viernes, 6 de mayo de 1955. 
  • <El problema de las comunicaciones del Rincón de Ademuz con Valencia sigue latente. Tal vez haya contribuido a esta actualización el hecho de haber sido construida la carretera de 18 kilómetros que une Puebla de San Miguel con Losilla de Aras, asegurándose de esta forma la comunicación de la Puebla con Valencia, bien por Chelva o por Villar del Arzobispo./ La construcción de este tramo se ha llevado a cabo antes de construir el famoso puente sobre el Turia en la carretera general de Valencia al Rincón de Ademuz, entre Aras de Alpuente y Santa Cruz de Moya, postergación en la que juegan factores económicos y también técnicos. Lo cierto es que esta lógica construcción del puente, a la que no se debe renunciar, ha sido retrasada al paso que otros proyectos van cobrando actualidad, tales como el de la prolongación de la naciente carretera de la Puebla, hasta el interior de la comarca, pues tocando Torre Baja, el más importante centro de comunicaciones del Rincón el problema elemental quedaría resuelto./ La junta de autoridades y mandos del Rincón de Ademuz, estudió y aprobó otra solución que, según el parecer de los técnicos, debe anteponerse a cualquier otra. Es la de Valencia-Ademuz por Utiel y Vallanca. En las conclusiones aprobadas por la citada junta, los ayuntamientos del Rincón por considerarlo de interés comarcal, se comprometieron a cooperar con Vallanca en la construcción del tramo de carretera desde Negrón, aldea de Vallanca, al límite de la provincia con Cuenca, en total 3,5 kilómetros, para continuar luego, con el auxilio de la Diputación de Cuenca y por Santo Domingo de Moya, hasta la carretera de Landete-Utiel. El principal argumento en apoyo de esta solución es que la carretera de Valencia a Utiel siempre estará en buenas condiciones, lo que es dudoso en cuanto a la carretera Valencia-Ademuz por Chelva. Ello aparte de las incuestionables ventajas que por la configuración del terreno, ofrece la comunicación de Ademuz por los llanos de Requena-Utiel y provincia de Cuenca./ La Diputación de Valencia aprobó la construcción de dicho tramo, cuya ejecución está pendiente de ingreso que corresponde efectuar al Ayuntamiento de Vallanca como aportación municipal. El caso es que hoy Vallanca se encuentra poco menos que desasistida por cuanto esta solución a juicio de otros Ayuntamientos de la comarca, aplazaría sine die la construcción del puente para empalmar Aras con Santa Cruz de Moya, y por tanto, Casas Bajas, Casas Altas y Ademuz, dudarían de momento sin comunicación directa, es decir por la puerta de casa, con la capital del Reino. De aquí que se la haya insinuado a Vallanca que de lo dicho no hay nada, y que si quiere carretera que la afronte por su cuenta./ El alcalde de Vallanca ha mantenido contacto con la Alcaldía de Santo Domingo de Moya que está dispuesto a colaborar apelando a la Diputación. El dilema actual es que si Cuenca no construye ese tramo para empalmar desde el límite de la provincia a la carretera que va a Landete, los de Vallanca lo harían por prestación personal, hasta empalmar con la pista de guerra que va a Manzaneruela y que a su vez conduce a la carretera de Landete a Utiel./ El caso es que una solución regular es siempre mejor que no tener solución, y que si los ayuntamientos del Rincón de Ademuz se mantuvieran unidos y con espíritu de comarca, el problema de las comunicaciones con Valencia quedaría resuelto en poco tiempo, sin necesidad de prescindir de ninguno de los proyectos: ni de la prolongación de la carretera de la Puebla; ni de la construcción del puente sobre el Turia en la carretera de Ademuz-Chelva, ni tampoco de la solución Valencia-Vallanca por Utiel. VICENTE BADÍA MARÍN>[13]


El artículo plantea vías alternativas (complementarias) a la C-234 Valencia-Ademuz por el puente de Santa Cruz de Moya, cuales son la prolongación de la carretera de Puebla de San Miguel a Torrebaja, vía Mas del Olmo, así como la de Valencia-Ademuz por Utiel y Vallanca. Dichas alternativas no son descabelladas, más bien todo lo contrario; su construcción hubiera sido decisiva para el desarrollo de estas zonas. La de Valencia-Ademuz por Utiel y Vallanca, vía Negrón, llegó a ejecutarse, incluyendo un magnífico puente de dos ojos sobre el barranco del Nogueral; aunque el tramo entre Negrón y la variante de la N-330 sólo está asfaltado hasta el límite de provincia, estando abandonado el correspondiente a Santo Domingo de Moya (Cuenca), no habiendo pasado nunca de pista o carril.


Vista general de la calzada del puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca), con detalle de los pretiles laterales y nueva baranda (2018).


Detalle de la nueva baranda metálica en el puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca), con detalle del Turia en el hondo (2018). 


UN VIAJE DESDE ARAS AL RINCÓN DE ADEMUZ. Del viernes, 26 de agosto de 1955. 
  • <Repetidamente nos hemos referido al problema de las comunicaciones del Rincón de Ademuz con Valencia. pero nunca como hasta ahora lo habíamos sufrido con el realismo casi dramático de la experiencia personal. Un buen día, aprovechando las vacaciones en Aras de Alpuente, se nos ocurrió marchar desde esta población a la vecina comarca de Ademuz. Aras dista en línea recta dieciséis kilómetros de Casas Bajas, que es la población más cercana a Valencia del islote de Ademuz. Iniciamos la excursión mitad ciudadana, mitad peregrina. Esto es, aprovechando las vías normales de comunicación a la ida para regresar a pie desde Ademuz. Para ello y como todavía no funciona la línea que penetra en el Rincón de Ademuz por la carretera de Losilla a la Puebla de San Miguel, tuvimos que hacer el recorrido a pie de los seis kilómetros que separan Losilla de Aras. Luego, otros seis kilómetros también a pie desde Losilla a Arcos de las Salinas. Hicimos noche en esta población turolenses y a la mañana siguiente tomamos el autobús que nos condujo por Manzanera y Albentosa a la estación de Mora de Rubielos, autobús que recoge a los viajeros que van de Valencia a Teruel por ferrocarril. Treinta y cinco kilómetros más. Una vez en Mora se llega fácilmente a Teruel recorriendo cuarenta y dos kilómetros, que sumamos a los anteriores hacen ochenta y nueve./ Ya en Teruel se comunica cómodamente con el Rincón de Ademuz. De Teruel salen diariamente a las cuatro y a las cinco de la tarde, coches de línea que mueren respectivamente en Casas Bajas y Vallanca, comunicando la casi totalidad de los pueblos y aldeas del rincón, pues solamente queda aislada la Puebla de San Miguel recuperada para Valencia a través de la reciente carretera de dieciocho kilómetros que la une con Losilla de Aras. Teruel en suma comunica con Castielfabib por la línea de El Cuervo que nace de la carretera de Teruel a Tarancón. Con Vallanca desde Ademuz; y con Casas Bajas, pasando por las de Jacinto, Torre Alta, Torre Baja, Ademuz y Casas Altas./ En esta población, por circunstancias personales, dimos por terminada la primera fase, fase ciudadana de nuestra viaje. Habíamos llegado desde Aras de Al puente al cabo de dos días, unas veces a pie, otras en ferrocarril y otras en autobús, recorriendo más de ciento treinta kilómetros para vencer la corta distancia que en línea recta separa Casas Altas y Casas Bajas de Aras de Alpuente./ En Casas Altas tuvimos ocasión de comprobar los desastrosos efectos de la riada última. Numerosos huertos de manzanos están convertidos en pedregales. Pero con piedras que pesan una tonelada y que cubren totalmente las tierras de labor. Según nos informan las autoridades locales no han dado resultado las peticiones de auxilio formuladas toda vez que los daños sufridos son asegurables. La escasa fruta que queda se paga a precios tirados y en suma, cunde el desaliento por toda esta comarca valenciana, tanto más valenciana cuanto que los efectos se mantienen muy vivos a pesar de las dificultades que existen para cultivarlos./ Naturalmente, la conversación con las autoridades y con las numerosos secretarios de los Ayuntamiento del Rincón que se reunieron con nosotros, giró sobre el tema de las comunicaciones. El dichoso puente sobre el Turia en Santa Cruz de Moya y los quinientos metros de carretera que faltan para empalmar la general de Valencia Ademuz, es el tema central de todas las conversaciones. Nadie se explica la demora que viene sufriendo la construcción de tan necesario empalme que aísla por completo el Rincón de Ademuz. Durante la guerra se construyó una carretera provisional, de difícil tránsito, que vino directamente a Valencia, pero so pretexto de algunos accidentes ocurridos a los camiones al pasar por el puente provisional construido al efecto, se dispuso por la superioridad la construcción de unos malecones que imposibilitan el acceso a los transportes, dejando tan solo paso para los turismos./ Siempre creímos que una situación provisional regular era mejor que no tener solución. Pero aquí no se entendió lo mismo, prefiriéndose cortar por completo la comunicación antes de llevarse a cabo la construcción de este tramo tan necesario que demanda la economía y hasta el sentido común. / A la mañana siguiente emprendimos la marcha de regreso a pie desde Casas Altas hasta Aras de Alpuente. Desde las altas cumbres que dominan Casas Altas y Casas Bajas, dejando a la izquierda territorio de Teruel y a la derecha territorio de Cuenca, se divisa al frente el País Valenciano al que tanto quiere Ademuz. Pero Valencia no puede hablar de afectos recíprocos hasta que no se agoten todos los medios a su alcance para unir a esa comarca históricamente valenciana. Si es preciso por suscripción popular. VICENTE BADÍA MARÍN>[14]


Según el texto, en agosto de 1955 faltaba por construir el puente sobre el Turia en Santa Cruz de Moya, y quinientos metros de carretera para que la comunicación entre Valencia y Ademuz fuera completa. Se nombra una carretera provisional construida durante la guerra, pero no menciona su trazado –quizá iba por la Cuesta de Flicos-.



Vista general (suroriental) del puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca), desde la margen derecha del río (2018).

Vista general (suroriental) del puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca) con detalle de la arcada, desde la margen derecha del río (2018).


¿Y LA CARRETERA VALENCIA-ADEMUZ? Del viernes, 17 de febrero de 1956. 
  • <Se ha dado a conocer la primera fase del plan extraordinario de mejora y pavimentación de caminos vecinales de la excelentísima Diputación Provincial. Mas de cien millones de pesetas se proyecta gastar durante los años 1956 y 1957, de un total de cuatrocientos millones a que asciende el plan./ En esta fase no figura cantidad alguna para impulsar la construcción del tramo de carretera que falta para empalmar la general de Valencia a Ademuz, interrumpida en Santa Cruz de Moya./ Nos hemos interesado por conocer si existe en la mente de nuestra Diputación algún proyecto, algún estudio de muy lejana realidad que sea capaz de nutrir la esperanza de aquellos valencianos “arrinconados” entre las montañas de Aragón, Castilla y Valencia, pero que se sienten cada vez más valencianos, a pesar del aislamiento en que viven y a pesar de que año tras año va pasando quinta tras quinta a engrosar la generación de ademuceros que no esperan ver terminada esa carretera./ Confiamos que si no es la primera fase del plan aprobado, en alguna posterior se incluirá cuando menos el arreglo de esa carretera provisional o viejo camino que suple a la carretera en construcción, camino que tiene obstruido el paso para la manzana de aquella comarca, a la entrada y salida de un puente también provisional que fue cegado para el transporte./ Para saber a qué atenernos le hemos preguntado a don Ramón Jurado Eiras, jefe de la sección de Servicios Municipales de la Diputación, lo que había sobre el particular, y nos contesta don Ramón que el plan extraordinario recientemente aprobado se refiere a la mejora y pavimentación de los caminos provinciales ya existentes, entre los cuales, del rincón de Ademuz sólo figura uno que no va en la primera fase de construcción, es decir, de pavimentación y mejora, pero que se está estudiando y proyectando otro plan, también extraordinario, de construcción de nuevos caminos, cuyo plan se aprobará aproximadamente dentro de un mes o mes y medio, a cuyo plan serán incorporados todos los nuevos caminos que le interesan al Rincón de Ademuz y que las corporaciones locales de aquella comarca tienen solicitado./ No es para cantar victoria el que se proyecte y estudie, máxime cuando se llegó en otros tiempos a las vías de hecho y se interrumpieron las obras, pero conociendo la capacidad ejecutiva de nuestra Diputación, sí que es consolador el que exista ese proyecto. Y aún lo sería más si el criterio económico a secas -único que ha inspirado el plan recientemente aprobado- se combinara con el económico-afectivo. Así, además de las riquísimas manzanas de otras comarcas valencianas, tendríamos en los mercados a buenos precios las también excelentes manzanas del Ademuz. Y en lo afectivo nadie podría con razón afearnos el haber desatendido durante tanto tiempo las aspiraciones y necesidades más elementales de quienes voluntariamente vinieron a formar parte de nuestra comunidad regional. VICENTE BADÍA MARÍN>[15]

Vista general (suroriental) de Las Rinconadas, pedanía de Santa Cruz de Moya (Cuenca), desde la carretera (CM-9121), 2018.

Se menciona aquí “el arreglo de esa carretera provisional o viejo camino que suple a la carretera en construcción, camino que tiene obstruido el paso para la manzana de aquella comarca, a la entrada y salida de un puente también provisional que fue cegado para el transporte” –se refiere quizá a la vieja carretera de la guerra, y al puente obstruido para el paso de camiones, ante los accidentes producidos.




Continúa en:





[1] DE MIGUEL, Amando (1975). Sociología del franquismo. Análisis ideológico de los Ministros del Régimen, Editorial Euros, Barcelona, pp. 32-33. ISBN: 84-7364-019-5
[2] RODRIGO ALFONSO, Carles (1998). El Rincón de Ademuz. Análisis geográfico comarcal, Edita Asociación para el Desarrollo Integral del Rincón de Ademuz (ADIRA), Valencia, p. 111.
[3] Ibídem.
[4] Ibídem.
[5] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Carreteras y caminos en el Rincón de Ademuz, del lunes 18 de diciembre de 2017.
[6] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. A Ricardo Fombuena Vidal, in memorian, del lunes 17 de octubre de 2011.
[7] FOMBUENA VIDAL, Ricardo (1993). Guadalturia. La poesía de nuestro río. Ediciones Rodilla, Madrid, pp. 44-45. ISBN: 84-87855-02-4
[8] BADIA MARÍN, Vicente. Torre Baja y sus manzanas, en diario Las Provincias, del sábado 28 de noviembre de 1953, p. 12.
[9] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). El Rincón de Ademuz en la encrucijada, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, Vol. I, pp. 97-98. ISBN: 84-931563-4-5
[10] Actualidad Valenciana, Diario Las Provincias, del domingo 5 de diciembre de 1954, p. 18.
[11] BADÍA MARÍN, Vicente. De Valencia al Rincón de Ademuz por Chelva, en diario Las Provincias, del viernes 22 de abril de 1955, p. 5.
[12] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2009). Fermín Luz Yuste, la persistencia de la memoria, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. III, pp. 123-133. ISBN: 978-84-931563-6-7
[13] BADÍA MARÍN, Vicente. El proyecto de carretera Valencia-Rincón de Ademuz por Utiel y Vallanca, en diario Las Provincial, del viernes 6 de mayo de 1955, p. 12.
[14] BADÍA MARÍN, Vicente. Un viaje desde Aras al Rincón de Ademuz, en diario Las Provincial, del viernes 26 de agosto de 1955, p. 10.
[15] BADÍA MARÍN, Vicente. ¿Y la carretera Valencia-Ademuz?, en diario Las Provincias, del viernes 17 de febrero de 1956, p. 12.

EL PUENTE DE SANTA CRUZ DE MOYA, CUENCA (y II).

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Recensión para una historia del puente,
cuyo arco sobrevuela las hoces del Turia en Santa Cruz de Moya (Cuenca).



“Allí el Turia se angosta entre las peñas del fondo,
y los abismos de sus márgenes se levantan hasta casi los cien metros,
siempre el paisaje cubierto de intenso pinar”
-Vicente Badía Marín(1919-1995),
Las Provincias, 28 de febrero de 1956-.


Viene de:


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Vista general (septentrional) del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia, aguas abajo (2018).


LA CARRETERA VALENCIA-ADEMUZ PUEDE ESTAR TERMINADA EN UN AÑO. Del martes, 28 de febrero de 1956. 
  • <Una vez más, el personal contacto con las autoridades  de las comarcas valencianas de la Serranía y del Rincón de Ademuz, nos permite ocuparnos de la famosa carretera que desde Valencia por Chelva y Aras de Alpuente se interrumpe unos tramos en Santa Cruz de Moya y llega a Ademuz bordeando el río Turia./ Parece que la fatalidad hizo presa en esta carretera, pues faltando tan sólo unos tramos antes y después de Santa Cruz de Moya, para terminarlo, se interrumpieron las obras al estallar la guerra, entres otras causas propias de aquellos sucesos, por haber quedado detenido en Sevilla el barco que transportaba desde Vizcaya materiales y maquinaria para la construcción del gran puente sobre el Turia, que es uno de los tramos que faltan y desde luego el más importante./ Al parecer, terminada la guerra de Liberación, el contratista recuperó los materiales y pudo concentrarlos en las inmediaciones de la obras, concretamente en Aras de Alpuente. Allí continúan a la intemperie las piezas del puente, algunas con peso de varias toneladas y también con muchas toneladas de herrumbre; hasta hace pocos años, el contratista, el material y la maquinaria, permanecieron al pie de la obra esperando una revisión de las bases de la subasta, ya que con los tipos económicos anteriores a la guerra no se podía trabajar y era preferible abandonar y perder lo invertido, como así se hizo. Lástima que las circunstancias no hubieran permitido hallar una fórmula para que nuestra Diputación auxiliara aquellas obras compensando diferencias. Ignoramos hasta si hubo acercamientos. Es lo cierto que se interrumpió la construcción del puente, y aunque se subastó en la posguerra algún otro tramo de carretera, que hoy se encuentra en construcción, las obras llevan, o nos parece a nosotros, un ritmo lento. Como si avanzaran con la desgana propia del que sabe existe un imponderable, que en este caso no es sino el puente, ya que sin él para nada sirven los tramos que tan a duras penas se van arrancando a aquellos precipicios./ Tuvimos el placer de llegarnos hasta el emplazamiento del puente. Conocemos bien la provincia de Valencia y no dudamos en afirmar que no hay paraje que supere en belleza al que nosotros contemplamos. Allí el Turia se angosta entre las peñas del fondo, y los abismos de sus márgenes se levantan hasta casi los cien metros, siempre el paisaje cubierto de intenso pinar. Sin embargo, este paraje que geográficamente es de Valencia si tomamos la divisoria del Turia, administrativamente es de Santa Cruz de Moya, pueblecito situado en el recorrido de la carretera y unido por tanto a Valencia, y sin ninguna salida a Cuenca, a cuya jurisdicción administrativa pertenece./ ¡Ah, si la carretera fuera de nuestra Diputación! –pensábamos nosotros-. Pero no, es del Estado y claro está, las cosas de palacio van despacio./ Con gran sorpresa por nuestra parte nos enteramos de que practicadas las oportunas indagaciones en el Ministerio respectivo para conocer en qué punto de la tramitación se encuentra el famoso puente, contestan de Madrid que están esperando la remisión de los proyectos por parte de la Jefatura de Obras Públicas de Valencia./ No sabemos si faltará mucho para terminarlos, ni las veces que habrán sido devueltos, pero, ¡caramba! Por nuestra parte no debiera quedar. VICENTE BADÍA MARÍN>[1]


Durante mi época de estudiante pasé innumerables veces por el puente de Santa Cruz de Moya, bien en sentido Valencia-Rincón de Ademuz, bien en el del Rincón de Ademuz-Valencia: al principio con la Chelvana, después con coche propio. Al llegar al alto de Aras me acordaba siempre del montón de hierro, material y maquinaria que decía mi padre hubo allí para la construcción del puente. Desguarnecido, el hierro del puente se estaba oxidando. Encontramos la explicación de aquellos hechos en la crónica de Badía Marín.

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Vista parcial (noroccidental) del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia, con detalle de la fábrica (2018).

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Vista parcial (noroccidental) del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia, con detalle de la fábrica (2018).


LA COMUNICACIONES TELEFÓNICAS CON ADEMUZ Y CHELVA. Del viernes, 2 de marzo de 1956. 
  • <El más extenso partido judicial de Valencia es Chelva, que comprende las dos comarcas conocidas por la Serranía y el Rincón de Ademuz. Ambas comarcas reúnen los mayores atractivos turísticos y serán un día no lejano el parque de los veraneantes. Allí hay restos de antiguas civilizaciones, riquísimas aguas, mil y más metros de altura sobre el nivel del mar, pinadas pobladísimas, frutas exquisitas, carne sana y abundante./ Pero les falta algo imprescindible: comunicaciones./ Días atrás glosábamos el tema de la carretera Valencia-Ademuz y decíamos que las obras de construcción del puente sobre el Turia saldrán a subasta tan pronto la Jefatura de Obras Públicas de Valencia remita los proyectos al Ministerio. Hoy vamos a hablar del teléfono./ Hasta Chelva llega la comunicación telefónica; más allá el aislamiento es absoluto y únicamente Ademuz dispone en caso de necesidad y gracias a la atención de la Telefónica (se refiere a la Teledinámica Turolense, empresa que gestionaba La Central Hidroeléctrica de Castielfabib), de una línea de teléfonos privada, propiedad de esta Sociedad, línea que está instalada en los mismos postes de conducción de energía eléctrica./ Claro que no pocos veraneantes prefieren la soledad y el aislamiento; algunos robinsones temporales han aparecido por aquellas comarcas; pero convendremos que la prosperidad económica de estos pueblos y la general convivencia reclaman un mínimo de comodidades, y el teléfono es elemental./ Así lo entendieron las autoridades de la Serranía y del Rincón de Ademuz que se mancomunaron –incluyendo también a Santa Cruz de Moya, Cuenca- con vistas a lograr la instalación del servicio. Y como no podía ser menos, todos juntos, ayuntamientos deficitarios y de economía nivelada, apelaron a la Diputación de Valencia en busca de la ayuda financiera necesaria./ Hace unos días, los alcaldes y secretarios de los Ayuntamientos de Aras de Alpuente, Titaguas, Tuéjar, Casas Altas, Casas Bajas, Ademuz, Castielfabib, Torre Baja y Vallanca, fueron recibidos por el presidente de la Diputación, don Francisco Cerdá Reig, al que acompañaba el jefe de los Servicios Municipales, don Juan Jurado Miras./ La reunión tuvo gran trascendencia, pues de ella salió nada menos que la solución del problema de las comunicaciones telefónicas de aquellas comarcas, ya que el señor presidente de la Diputación prometió a las representaciones citadas la ayuda financiera necesaria para la inmediata instalación del servicio, cuyo proyecto ha sido incluido en el plan de instalaciones de la Telefónica de esta año, con un presupuesto aproximado de un millón y cuarto de pesetas. ¿Fórmula para la prestación de esa ayuda financiera? Es accesorio, y con seguridad que los técnicos darán con ella para que no se malogre esta nueva consecución de la gran política municipalista que desarrolla nuestra Diputación Provincial, presidida por don Francisco Cerdá Reig, y cuya acción llega a todos los rincones de Valencia. VICENTE BADÍA MARÍN>[2]


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Vista parcial (noroccidental) del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia, con detalle de la fábrica (2018).

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Vista parcial (noroccidental) del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia, con detalle de la fábrica (2018).


LOS PUEBLOS DE LA SERRANÍA Y DE ADEMUZ VAN A DISPONER DE TELÉFONO. Del domingo, 1 de abril de 1956. 
  • <Como anunciábamos hace algunas semanas, varios pueblos de la Serranía, concretamente Tuéjar, Titaguas y Aras de Alpuente, además de Santa Cruz de Moya, en la provincia de Cuenca, y los Ayuntamientos del Rincón de Ademuz, con exclusión de la puebla de San Miguel, habían unido sus fuerzas para dar cima a la anhelada mejora consistente en la instalación de comunicaciones telefónicas./ Nuestra Diputación Provincial, atenta siempre a facilitar con los medios a su alcance las legítimas aspiraciones de los municipios valencianos, no podía menos de acceder a la razonada demanda de ayuda financiera que formularon aquellos municipios, y el presidente de la Corporación, don Francisco Cerdá Reig, prometió la ayuda necesaria, dentro, naturalmente, de las propias posibilidades económicas, que existen y se acrecientan en beneficio de los pueblos valencianos, si la Diputación cuenta con los ingresos normales que le ley le autoriza./ Hace unos días se reunieron en Ademuz alcaldes de los municipios interesados en la mejora, asistiendo también a la reunión los secretarios de los Ayuntamientos de Torre Baja, Castielfabib, Vallanca y Casas alas. La reunión tenía por objeto concretar en cifras la aportación de cada municipio conforme al presupuesto formulado por la Compañía Telefónica, ampliado, así como el oportuno proyecto para dar entrada a los municipios de Vallanca y Castielfabib que no figuraban en principio./ Una reunión semejante ofrece no pocos inconvenientes, pues no es difícil que las humanas pasiones hagan acto de presencia a la hora de concretar no ya las aportaciones, sino también lo que es más difícil: el criterio para determinarlas./ Pero la reunión fue un éxito. Allí brilló la comprensión y buena voluntad de los comisionados. Se tuvo en cuenta el número de habitantes, es decir, de futuros usuarios del teléfono y, con respecto a Tuéjar, la proximidad a la estación de Chelva. He aquí el cuadro de aportaciones que nos ha sido facilitado de la reunión celebrada, y que ha servido de norma para las peticiones de ayuda financiera:[3]


MUNICIPIO
HABITANTES
(1956)
CANTIDAD
(pesetas)
Tuéjar
2.251
135.000,00
Titaguas
1.004
86.392,00
Aras de Alpuente
1.372
118.033,16
Santa Cruz de Moya
2.074
178.426,22
Casas Bajas
1.085
93.332,55
Casas Altas
621
53.424,63
Ademuz
3.773
290.169,19
Torre Baja
901
77.513,03
Castielfabib
1.868
160.704,04
Vallanca
896
77.082,88
Total
15.845
1.270.077,70
Elaboración propia (2018).

El presupuesto es de 1.269.960 pesetas que se integra de la siguiente forma:

Detalle
Cantidad en pesetas
Aportación en metálico
697.000
En material: 7.860 kg de cobre
377.280
Presupuesto Castiel y Vallanca
195.000
Total
1.269.280
Elaboración propia (2018).

  • <El alcalde de Aras de Alpuente, don Bernardino Alba Sebastián, fue dele-[...] correspondiente que, en solicitud de la ayuda financiera prometida, ha tenido ya entrada en la Diputación Provincial. VICENTE BADÍA MARÍN>[3]

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Vista general (septentrional) de Santa Cruz de Moya (Cuenca), desde la N-330a (2018).


MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS. Dirección General de Carreteras y Caminos Vecinales. BOE, nº 301, del 27 de octubre de 1956. Adjudicando definitivamente las subastas de obras que se indican a los señores que se mencionan:
  • <En vista del resultado obtenido en la subasta para la construcción de las obras de C.C. de Valencia a Ademuz. Terminación y acondicionamiento del trazo sexto de la Sección de Titaguas a Ademuz. Puente sobre el río Turia en Santa Cruz de Moya (Valencia)./ Esta Dirección General ha resuelto se adjudique definitivamente al único postor, don Gil Garrido Oliver, vecino de Burjasot, provincia de Valencia, con domicilio en Burjasot, calle José Carsi, número 54, que licitó en Valencia, comprometiéndose a terminar las obras cuarenta meses después de empezadas, por la cantidad de 7.648.000 pesetas, que produce en el presupuesto de contrata de pesetas 7.723.216,69, la baja de 75.216,69 pesetas en beneficio del Estado, previniéndole que en el más breve plazo remita el acta a que se refiere el artículo octavo del pliego de condiciones que rigen en esta contrata./ Lo digo a V.S., para su conocimiento y efectos./ Dios guarde a V.S., muchos años./ Madrid, 22 de octubre de 1956.-El Director general, P. De Ansorena./ Sr. Ingeniero Jefe de Obras Públicas de la provincia de Valencia>[4]


El documento se refiere a la adjudicación de la subasta para la construcción del trazado sexto de la sección de las obras de carretera comarcal Valencia-Ademuz, que incluye el puente de Santa Cruz de Moya sobre el río Turia. Las obras se adjudicaron a Gil Garrido Oliver, de Burjasot, el único postor, que mejoró la puja en 75.216,69 pesetas, comprometiéndose a terminar las obras en el plazo de cuarenta meses desde su comienzo.


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Detalle de la fábrica del puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca) sobre el Turia (2018).

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Detalle de la fábrica del puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca), sobre el Turia (2018).


EN BREVE SERÁ INSTALADO EL SERVICIO TELEFÓNICO EN ADEMUZ Y LA SERRANÍA. Del martes, 1 de enero de 1957. 
  • <De orden del señor presidente de la Diputación han sido convocados para el próximo día 4 en la Jefatura Provincial del Movimiento, los señores alcaldes de los pueblos pertenecientes a las comarcas del Rincón de Ademuz y la Serranía, integrantes de la mancomunidad telefónica, es decir, la unión de municipios creada con vistas a lograr la instalación del servicio telefónico con auxilio de nuestra Diputación./ La llamada tiene por objeto, en primer lugar, el que los alcaldes en cuestión retiren de la Depositaría de Fondos Provinciales las cantidades a que ascienden los respectivos convenios suscritos, cantidades que serán entregadas por el señor gobernador civil de la provincia al señor delegado de la Compañía Telefónica Nacional de España en acto solemne que tendrá lugar más tarde en la sala de Consejo de la Jefatura Provincial del Movimiento, con asistencia de autoridades y representaciones./ Como se recordará, los pueblos afectados por este proyecto son Titaguas, Tuéjar y Aras de Alpuente entre los pertenecientes a la Serranía, y Casas Bajas, Casas Altas, Ademuz, Torre Baja, Castielfabib y Vallanca, entre los pertenecientes al Rincón de Ademuz./ El proyecto –no el convenio financiero- afectará también a Santa Cruz de Moya, de la provincia de Cuenca, pueblo situado en la carretera general de Valencia-Ademuz y célebre por las simas profundísimas situadas en sus inmediaciones./ Así, pues, de las comarcas citadas, solamente quedan excluidos de este proyecto la Puebla de San Miguel, en el Rincón de Ademuz, y Alpuente y La Yesa, en la Serranía, pero según nos informa don Ramón Jurado, jefe de los Servicios Municipalistas de la Diputación, dichos pueblos se encuentran afectados por otro proyecto más ambicioso que pretende la instalación de una nueva línea telefónica que resolverá la comunicación de treinta y dos pueblos de nuestra provincia, proyecto cuya gestación se encuentra en periodo muy adelantado./ Bien comienza, pues, el año para los pueblos de tan alejadas comarcas valencianas que, Dios mediante, van a disponer en breve de esa elemental comodidad que es el teléfono. Con este servicio y la construcción de los tramos de carretera que faltan en la general Valencia-Ademuz, se afirmarán los vínculos efectivos y las relaciones comerciales de estos pueblos con la capital del Reino. Lo que deseamos muy de veras. VICENTE BADÍA MARÍN>[5]

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Vista general (septentrional) del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia, aguas abajo (2018).



SE ESTÁ INSTALANDO EL SERVICIO TELEFÓNICO EN EL RINCÓN DE ADEMUZ Y OTROS PUEBLOS DE LA PROVINCIA. Del jueves, 19 de septiembre de 1957. 
  • <El plan de instalación de comunicaciones telefónicas, en la totalidad de la provincia merced a la ayuda financiera prestada por la Diputación, se está desarrollando satisfactoriamente, a pesar de las múltiples dificultades que casi a diario hay que vencer, derivadas principalmente de la escasez de hilo de cobre./ La línea ha penetrado en el Rincón de Ademuz por Santa Cruz de Moya –pueblo éste que queda incorporada a la rede general- y está a punto de alcanzar Casas Bajas. Conforme a las previsiones fundadas en el suministro de material, la instalación del servicio en Casas Bajas, Casas Altas, Ademuz y Torre Baja terminará por todo septiembre. Vallanca, Castielfabib y Los Santos, que forman otra ruta, dispondrán de teléfono a lo largo del mes de octubre, quedando la Puebla de San Miguel, que pertenece a la ruta telefónica de La Yesa y Alpuente, para el mes de diciembre. Por cierto que la Puebla dispondrá de teléfono antes que de luz eléctrica./ Ni qué decir tiene que los pueblos que van siendo liberados de su aislamiento por el teléfono está jubilosos y no saben donde colocar a la Diputación que ha hecho posible tan importante mejora. El prestigio de que goza nuestro organismo provincial en estos pueblos pequeños y de sierra alta a los que tanto ha favorecido su política, es ciertamente consolador y constituye la mejor expresión de gratitud plenamente correspondida por nuestra Diputación. “Si alguna vez por imposibilidades económicas tengo que decir que no a alguno de estos pueblos pequeños, me duele en mitad del corazón, porque estos pueblos eternamente olvidados son merecedores de todo por las virtudes morales que atesoran y que son las raíces solares de nuestra raza”, nos decía don Francisco Cerdá Reig, verdaderamente emocionado, al facilitarnos esta información./ En suma, que la instalación del teléfono va a ser realidad, no sólo en el Rincón de Ademu, sino también en las restantes núcleos aislados de al provincia. Para septiembre estaba prevista además la instalación en Barcheta, Lloc Noy de Fenollet y Torre de Lloris; para octubre, en Valles, Torrella, Cerdá y Sellent; para noviembre, en Marines, Olocau, Bugarra, Gestalgar, Andilla, Higueruelas, Domenño, Alcublas, Benageber y aldeas de Requena, y para diciembre, en Sot de Chera, Sempere, Otos, Beniatjar, Fontanares, Estubeny, Ayelo de Rugat, Terrateig, Castenllonet de la Conquesta, Benisoda, Bufalí, Carricola, Bélgida, Zarra, Cortes de Payás, Mijares y Pinet./ Dudamos que se cumpla este plan a rajatabla, pero ¿qué importa mes arriba mes abajo? Lo cierto es que los pueblos van a disponer de esa mínima comodidad que sirva además para fortalecer los vínculos de solidaridad de la provincia de Valencia. VICENTE BADÍA MARÍN>[6]

La instalación de línea telefónica en los pueblos de la Serranía y el Rincón de Ademuz tuvo lugar por este tiempo, merced a la actuación de la Diputación Provincial. Aquella primera línea consistía en la creación de una centralita en cada localidad, asistida por una telefonista que establecía la comunicación y marcaba el número para las conferencias. La instalación de teléfonos en las viviendas particulares vino mucho más tarde.

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Vista general (suroccidenal) del puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca), sobre el Turia (2018).

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Vista general (suroccidenal) del puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca), sobre el Turia (2018).

EL RINCÓN DE ADEMUZ QUIERE SEGUIR EN VALENCIA. Del miércoles, 5 de noviembre de 1958. 
  • <En el pleno de la excelentísima Diputación convocado para el 31 de octubre último y que se suspendió en señal de duelo por el fallecimiento del presidente de la Corporación, don Francisco Cerdá Reig, figuraba un dictamen a la segregación del Rincón de Ademuz de la provincia de Valencia, asunto a tratar a los efecto de informar una comunicación de carácter oficial. La cuestión, con todos los restantes asuntos del orden del día, se remitió al próximo pleno./ El Rincón de Ademuz –y esto ya lo saben nuestros lectores por habernos ocupado desde estas columnas con especial dedicación a los distintos problemas que tiene planteados este territorio- constituye una de las comarcas más acendradamente valencianas. Sólo ello explica que durante siete siglos y a pesar del aislamiento que le geografía impone, se hay podido mantener unido a Valencia. Conocemos la comarca palmo a palmo, hemos cambiado impresiones con sus hombre y hemos sacado la conclusión que antecede. No se trata, pues, de un territorio incorporado posteriormente a nuestras demarcaciones regional o provincial. El Rincón de Ademuz es históricamente valenciano en la plenitud de la palabra, y es ahora en los tiempos más recientes cuando a los lazos históricos viene a sumarse el intercambio económico-cultural que ha de ser decisivo para el fortalecimiento de unas relaciones, cordiales de siempre, pero alimentadas solamente por el recuerdo y el afecto. Hoy ya existen comunicaciones telefónicas con el Rincón, acceso directo por carretera a la Puebla de San Miguel; y también, a todos los pueblos del Rincón, pueden llegar desde Valencia los camiones de transporte, bien que todavía no en condiciones normales. Pero las obras de construcción del puente sobre el Turia en Santa Cruz de Moya avanzan y es de suponer que en breves años estará construido el puente y los tramos que faltan para la total terminación de esta carretera iniciada hace un siglo por Obras Públicas, con lo cual estará resuelta completamente la comunicación del Rincón de Ademuz con el antiguo Reino de Valencia./ Así las cosas nada nos extraña la actitud de los ademuceros al tener conocimiento por la lectura del orden del día del Pleno aludido, del dictamen que tenía que evacuarse por la Diputación. La más fervorosa y decidida protesta de adhesión a Valencia ha sido la manifestación unánime de la comarca sin esperar a que se le formulara encuesta alguna. Por ello no es aventurado suponer el contenido del dictamen de la Diputación en lo que se refiere a este disyuntiva. Precisamente es nuestra Diputación delas entidades públicas que con más ahínco y perseverancia han considerando los problemas del Rincón de Ademuz, habiendo llegado a adoptar a Casas Altas, el más humilde municipio de la comarca, en el presente año. VICENTE BADÍA MARÍN>[7]

Se alude aquí al dictamen que la Diputación de Valencia debía realizar en el pleno del 31 de octubre de 1958, relativa a la segregación del Rincón de Ademuz de Valencia, interrupido por el fallecimiento de don Francisco Cerdá Reig, presidente de la Diputación de Valencia. Nacido en Onteniente, falleció en Valencia el 18 de octubre de ese año. Entre sus logros al frente de la entidad provincial figura la creación de la Caja de Cooperación Provincial, el Día de la Provincia, cuya celebración suponía la adopción de un municipio valenciano de modesto presupuesto, para ayudarle económicamente con cargo al presupuesto provincial. Casasaltas fue adoptado por la Diputación en 1958. El presidente Cerdá Reig hizo también realidad el Plan General de Mejora de Carreteras y Caminos de la provincia de Valencia, instalación de línea telefónica en los pueblos de las comarcas más alejadas, etc. En el plano cultural creo por propia iniciativa los Premios Valencia. Su sucesor al frente de la Diputación Provincial fue don Bernardo Lassala González(1911-1987),[8] que ejerció como presidente entre 1958 y 1969.

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Vista general (septentrional) del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia, con detalle del montaje de la estructura metálica  (ca.1958-59).


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Vista general (septentrional) del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia, con detalle de la estructura metálica  (ca.1958-59).


LAS COMUNICACIONES CON ADEMUZ. EL PUENTE EN MARCHA. Del domingo, 1 de noviembre de 1959. 
  • <Ofrecemos al querido lector una información gráfica sobre la marcha de las obras de construcción del famoso puente sobre el río Turia en Santa Cruz de Moya, que permitirá la terminación de la carretera Valencia-Ademuz, construida hace un siglo, y resolverá definitivamente las comunicaciones con el Rincón de Ademuz./ Como es sabido, esa comarca no tiene comunicación directa y regular con Valencia. Para alcanzar desde la capital del Reino la bella comarca de las riquísimas manzanas hay que ir a Teruel (150 kilómetros) y descender luego hacia Ademuz (36 kilómetros), recorriendo un total de 186 kilómetros. Por la carretera general, interrumpida hoy en Santa Cruz de Moya, la distancia a la villa de Ademuz es de 125 kilómetros, por lo que un viaje de ida y vuelta por esta carretera representaría una economía de 122 kilómetros./ Pero, además, el viaje a Ademuz por la región valenciana es de una belleza imponderable, como así también la estrecha franja de tierra castellana que hay que atravesar para alcanzar el Rincón de Ademuz./ En la primera foto se puede apreciar el arco en construcción, formado por cuatro armaduras unidas entre sí, sobre el cual se asentará el encofrado del puente./ En la foto segunda alcanza el objetivo la plataforma opuesta sobre la que descansará el arco. La longitud del arco, o la anchura del cañón que atraviesa, es de 85 metros. En la foto tercera, divisamos el lecho del Turia a cien metros de profundidad desde el puente, y a doscientos hasta la coronación de la montaña cortada a pico sobre el río./ Y en la cuarta foto, los obreros en plena y arriesgada actividad, colocan una pieza./ El puente es todo de hierro, pero estará recubierto de cemento de forma que no se vea el metal en absoluto./ El presupuesto es de alrededor de diez millones de pesetas, y el ritmo de las obras permite esperar que el año próximo por estas fechas toque a su fin. VICENTE BADÍA MARÍN>[9]

Con la descripción del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia realizada en la revista SICANIA, damos por concluida la recensión cronística.


La carretera Valencia-Ademuz (C-234) en los estudios sobre el territorio (1982).
En cierto trabajo de comienzo de los años ochenta -Estudios básicos para la ordenación del territorio de la comunidad valenciana (1982)-, en el apartado VIII: Problemas y perspectivas, se dice:
  • <La primera cuestión problemática se refiere a la infraestructura de carreteras. La ya de por sí larga distancia que separa la comarca de su centro político-administrativo habría que paliarla con necesarias mejoras de la comarcal 234 Valencia-Ademuz. No solo en el tramo perteneciente al término comarcal sino a lo largo de toda ella y especialmente a partir de la entrada en la comarca de los Serranos donde las curvas y el mal estado del asfalto se hacen notables. Estas mejoras deberían de hacerse extensivas en el recorrido de esta vía por tierras de Santa Cruz de Moya donde las pendientes son excesivas. Ello reportaría un acercamiento si bien no espacial sí temporal de la zona a las demás tierras valencianas>.[10]


En relación con el trabajo comentado, han transcurrido dos décadas desde la terminación de las obras del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia y de la carretera C-234 (entonces C-35) a su paso por Santa Cruz de Moya, Cuenca. El estudio pone en evidencia sus deficiencias, en particular “a partir de la entrada en la comarca de los Serranos donde las curvas y el mal estado del asfalto se hacen notables”. Asimismo, propone que “mejoras deberían de hacerse extensivas en el recorrido de esta vía por tierras de Santa Cruz de Moya donde las pendientes son excesivas”.

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Vista general (meridional: aguas arriba) del puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca), postal de la época inmediata a la conclusión del puente (ca.1965).


Una anotación literaria, para terminar.
Concluimos esta recopilación con una nueva aproximación literaria al puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia, asimismo de la pluma del poeta Ricardo Fombuena, que recorrió estos parajes:
  • <A su paso, se va cerrando el valle entre huellas de quietud hasta transformarse en profundo barranco poblado por chopos y nogales, hojarasca y zarzales de umbría y silencio, un silencio que no se descompone por el canto de los pájaros ni por el rumor del agua, el camino se hace más entrañable y recóndito entre los montes que se cierran ante la mirada, y supone que detrás de cada curva va a descubrir el final de ese camino, y lo que se le aparece es la gran obra del Puente de Santa Cruz de Moya desollando las arista de la roca para descansar sus extremos en una longitud de 91 metros; su única arcada semicircular soporta los pretiles a los que se asoma Esparza para escudriñar el hondón del cauce allá abajo, a 80 metros de distancia, grabándose para siempre en la memoria como un acto de contrición y arrepentimiento al agachar la cabeza mirando hacia su fondo, no sería desacertado motejarlo como el puente de los arrepentidos, piensa mientras desploma su mirada de vértigo por unas aguas que parecen inmóviles, pero la mirada salta pronto desde las húmedas profundidades a las azules del viento que tremenda follajes entres los pinos de la opuesta ladera, mientras a su diestra y en lo más elevado, se recorta la roca pelada, donde muestra la montaña su hueso de piedra y con ella un diáfano cielo, brillante y luminoso en tremenda cincelada entre el monte y la luz>.[11]

Refiriéndose al puente, sigue escribiendo:
  • <Después de tantos siglos de difícil paso en tránsito con Valencia, también fue voluntad de nuestro tiempo el que construyera éste D. Juan Aracil, destacado ingeniero de camino, canales y puertos cuya grata amistad renace en Esparza cuando contempla la pequeñez del río desde su altura>[12]

En nota al pie, el autor resume datos relativos a la adjudicación del puente, entresacados de la Resolución del Ministerio de Obras Públicas [BOE Nº 301, del 27 de octubre de 1956], arriba expuesta. Nombra a D. Juan Aracil, destacado ingeniero de caminos, que le honró con su amistad. Ciertamente, el puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia fue diseñado por el ingeniero de caminos José Juan-Aracil Segura (1906-1982), del que por la esquela de su fallecimiento sabemos que murió en Madrid, el 19 de enero de 1982, siendo inhumado al día siguiente, 20 de enero a las dos de la tarde en el cementerio de Villamanta (Madrid).[13]

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Vista general (septentrional: aguas abajo) del puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca), postal coloreada de la época (ca.1965).
Palabras finales, a modo de conclusión.
La carretera C-234 Valencia-Ademuz (después, C-35) tardó un siglo en completarse, su historia comienza con el primer plan de carretera de la Diputación Provincial de los años sesenta del siglo XIX (1860) y concluye con la terminación de las obras del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia, a comienzo de los años sesenta del siglo XX (1963).

El recorrido histórico-cronístico propuesto comienza con una aproximación literaria, de la pluma de Ricardo Fombuena Vidal, y concluye con otra nota del mismo autor. Entre ambas queda la inmensa labor cronística de Vicente Badía Marín (1919-1995). En las crónicas del periodista valenciano se han puesto en negrita las menciones y reseñas del puente de Santa Cruz de Moya, por ser el leitmotiv del artículo, pero resulta evidente que el contenido de sus escritos sobrepasa la historia del puente, verdadera efeméride de los pueblos del Rincón de Ademuz y su acontecer en los años cincuenta del siglo XX.

El periodista dice de las catástrofes naturales (riadas y pedriscos) que afectaron a los pueblos del Rincón de Ademuz en aquella década, de la producción de manzanas -de la peste que la afectó y del precio de las distintas variedades-, de la actividad municipalista de los pueblos comarcanos y de su relación con la Diputación Provincial, de la creación de una primera Mancomunidad de Municipios del Rincón de Ademuz, de la construcción del tramo de carretera entre Losilla y Puebla de San Miguel, de la instalación del teléfono en la comarca, incluida Santa Cruz de Moya, otra forma de comunicación, cuya historia discurre paralela a la de la carretera y el puente sobre el Turia; el principal escollo para la instalación de la línea telefónica era el déficit del hilo de cobre, además del económico. Y tantas y tantas otras cosas... Badía Marín conocía bien la provincia de Valencia, y muy especialmente el Rincón de Ademuz. Pasó algunos veranos en Torrebaja, con su familia; se hospedaba en la fonda de Lucía Fortea Garrido (1888-1969), donde dejó buenos recuerdos y amistades duraderas.[14]

En suma. El puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca) sobre el Turia es hoy una realidad íntimamente ligada a la historia del Rincón de Ademuz y pueblos del entorno comarcal, pues Valencia fue su principal valedora. Los avatares de su construcción merecieron la pena; prueba de ello es que a los cincuenta años de su construcción, su esbelta figura sigue llamando la atención de viajeros y caminantes. Sus barandas fueron sustituidas años atrás por otras de metal, recientemente pintadas en verde por vecinos voluntarios, con motivo del paso de la Vuelta Ciclista de España (2017). Vale.








[1] BADÍA MARÍN, Vicente. La carretera Valencia-Ademuz puede estar terminada en un año, en diario Las Provincias, del martes 28 de febrero de 1956, p. 8.
[2] BADÍA MARÍN, Vicente. Las comunicaciones telefónicas con Ademuz y Chelva, en diario Las Provincias, del viernes 2 de marzo de 1956, p. 12.
[3] BADÍA MARÍN, Vicente. Los pueblos de la serranía y de Ademuz van a disponer de teléfono, en diario Las Provincias, del domingo 1 de abril de 1956, p. 8.
[4] Boletín Oficial del Estado (BOE), Núm. 301, de 27 de octubre de 1956, p. 6818.
[5] BADÍA MARÍN, Vicente. El breve será instalado el servicio telefónico en Ademuz y la Serranía, en diario Las Provincias, del martes 1 de enero de 1957, p. 10.
[6] BADÍA MARÍN, Vicente. Se está instalando el servicio telefónico en el Rincón de Ademuz y otros pueblos de la provincia, en diario Las Provincias, del jueves 19 de septiembre de 1957, p. 8.
[7] BADÍA MARÍN, Vicente. El Rincón de Ademuz quiere seguir en Valencia, en diario Las Provincias, del miércoles 5 de noviembre de 1958, p. 10.
[8] CÁMARA, Adolfo. Nuevo presidente de la Diputación, en diario ABC, del domingo 9 de noviembre de 1958, p. 95
[9] BADÍA MARÍN, Vicente. Las comunicaciones con Ademuz, el puente en marcha, en Sicania, del domingo 01 de noviembre de 1959.
[10] HONRUBIA LÓPEZ, José (1982). Estudios básicos para la ordenación del territorio de la Comunidad Valenciana, Segunda parte, Situación actual, problemática y perspectivas de desarrollo de las comarcal valencianas: Comarca. VIIa. El Rincón de Ademuz [Dirigido por José Honrubia López, con la colaboración de Vicente Ahuir Cardells, Leandro García Menéndez, Francisco Hoyos Sanchis, José Luis Orduña Lara y Andrés Pedreño Muñoz], Edita Caja de Ahorros de Valencia, Valencia, p. 27. ISBN: 84-7231-778-1 (Tomo VIIa)
[11] FOMBUENA VIDAL, 1993: 46-47.
[12] Ibídem, p. 47.
[13] Diario ABC, Madrid. Del miércoles 20 de enero de 1982, p. 76.
[14] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2009). Aurora Sánchez Fortea, la persistencia de la memoria, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. III, pp. 53-75. ISBN: 978-84-931563-6-7


Más referencias bibliográficas:

* BADÍA MARÍN, Vicente. Hacia la pronta terminación de la carretera Valencia-Ademuz, en diario Las Provincias, del 21 de septiembre de 1960.
* BADÍA MARÍN, Vicente. Las comunicaciones de Valencia y el Rincón de Ademuz, en Valencia Cultural, del 02 de junio de 1962.
* BADÍA MARÍN, Vicente. La Chelvana llega ya hasta Santa Cruz de Moya, en diario Las Provincias, del 10 de agosto de 1962.
* BADÍA MARÍN, Vicente. La Chelvana ya no llega hasta Santa Cruz de Moya, en diario Las Provincias, del 28 de agosto de 1962.
* BADÍA MARÍN, Vicente. De Ademuz a Valencia en línea regular y directa de autobuses, en diario Las Provincias, del 30 de marzo de 1963.
* BADÍA MARÍN, Vicente. Comunicaciones regulares por carretera entre Ademuz y Valencia, en Valencia Cultural, del 01 de octubre de 1963.
* BADÍA MARÍN, Vicente. Las comunicaciones Valencia-Ademuz, en diario Las Provincias, del 21 de junio de 1964.
* BADÍA MARÍN, Vicente. Rincón de Ademuz: cosechas, comunicaciones y otras cosas, en Al Día, del 05 de junio de 1966.



LA PARROQUIA DE SANTA MARINA DE TORREBAJA: LAS CUENTAS CLARAS.

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A propósito del balance económico del año 2017



“Porque dando, se recibe”
-Francisco de Asís(1182-1226),
santo italiano, fundador de la Orden Franciscana-.












Palabras previas, a modo de justificación.
Hace escasas fechas, el cura de Torrebaja –don Pablo Soriano Martínez (Valencia, 1990)-[1]entregó a los feligreses una hoja impresa (media cuartilla) con el Balance Económico: Año 2017, correspondiente a la parroquia de Santa Marina (Torrebaja). Valga el punto para aclarar una confusión bastante extendida respecto a santa Marina: hay varias santas de este nombre, la nuestra es santa Marina Virgen.[2]


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Detalle de altorrelieve con la imagen de Santa Marina Virgen en el atrio exterior de la iglesia parroquial de Torrebaja (Valencia), 2006.

Muchos parroquianos, particularmente los de los años cincuenta y sesenta del pasado siglo XX, recordarán sin duda aquella familiar hoja parroquial de amplia difusión llamada “El buen amigo”. La publicación la recibía el señor cura, venía en forma de rollo o tubo por el correo ordinario y los monaguillos la distribuíamos por el pueblo. Íbamos en grupos de dos o tres chicos repartiéndola por las casas. Recuerdo que en la casa del Rullo, que vivía por debajo de la Fuente de los Pobres, la mujer siempre nos obsequiaba con un puñadito de higos secos. No pretendo despertar viejas añoranzas, pero ¡qué ricos estaban aquellos higos, sólo por saborearlos valía la pena bajar hasta la Venta!

Durante muchos años no hubo ninguna hoja parroquial en Torrebaja, hasta que vino don Arturo García Pérez, el cura de grata memoria que trajo el “Escucha”, una hojita formada por un folio doblado. Mediante su texto el párroco se comunicaba con la feligresía, comentando el Evangelio del domingo, amén de informaciones diversas, notificaciones, horario de cultos, etc. Además del “Escucha”, por Navidad y por Semana Santa las parroquias del Rincón de Ademuz hacían una publicación especial. Todavía la siguen haciendo, y que sea por muchos años.


Hace un par de años, en sustitución del entrañable “Escucha” –que estuvo sin publicarse bastante tiempo- apareció una nueva publicación semanal “El Rincón”: Boletín Informativo de las Parroquias del Rincón de Ademuz. El último publicado corresponde al 29 de julio de 2018 (2ª Edición/ Año 2/ nº 38). XVII Domingo Tiempo Ordinario. En el encabezamiento suele venir una frase o sentencia de sabiduría o santidad –dice la última-: “Sé útil. –Deja poso. –Ilumina, con la luminaria de tu fe y de tu amor”. San Josemaría. En el faldón de la portada se edita el Contenido: El Rincón del Evangelio, Comentario de la semana, El Rincón de los Santos, El Rincón del Papa, El Rincón del horario. ¡En este apartado casi todo son rincones! En el mismo recuadro hay una serie de contactos: correo electrónico, teléfonos, redes sociales (facebook, twitter, instagran, blog...). Sin duda, la Iglesia trata de ponerse al día.

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Detalle de la portada de El Rincón -Boletín Informativo de las Parroquial del Rincón de Ademuz- (2018).

En la contraportada (última hoja) se detallan los horarios de misas y celebraciones de las parroquias del Rincón de Ademuz.

Contra mejor opinión, me parece hermoso –además de necesario- que los párrocos de la comarca traten de comunicarse con la feligresía (en particular) y con la ciudadanía (en general). ¡El púlpito y las homilías dominicales no son suficientes! Además, hay que aprovechar los demás medios que pone al alcance la tecnología de la información. Una de las últimas comunicaciones ha sido precisamente el Balance Económico: Año 2017 –objeto del comentario de esta entrada.

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Detalle de la hoja informativa parroquial relativa al Balance Económico Año 2017 -Parroquial Santa Marina de Torrebaja (Valencia)- (2018).





Balance Económico Año 2017: Parroquia Santa Marina de Torrebaja.

Decía que la información viene en media cuartilla, en el anverso el título de la publicación, en el reverso la información en forma de dos tablas (ingresos y gastos) y un listado: colectas imperadas.

INGRESOS
CONCEPTO
IMPORTE (en euros)
Colectas ordinarias y donativos
2.346,55
Aranceles (Bautizos, bodas, funerales...)
560,00
Colectas extraordinarias
2.160,94
Lampadario (*)
576,36
TOTAL
5.643.85
(*) Se refiere a las luminarias eléctricas que se encienden con 1 €.


GASTOS
CONCEPTO
IMPORTE (en euros)
Endesa
1.606,75
Gasóleo
645,16
Teléfono parroquia
875,00
Tributos
149,47
Contribuciones a la Diócesis
30,00
Reparaciones y mantenimiento
763,35
Varios (autobús jóvenes, cirios, nuevos Leccionarios, flores, formas, palmas, evangelios del día, etc.)
1.674,43

TOTAL

4.744,16



COLECTAS IMPERADAS

CONCEPTO
IMPORTE (en euros)

Manos unidas

177.52
Seminario
141,19
Jueves Santo
377,89
Nuevos templos
113,80
Óbolo San Pedro
103,98
Corpus (Día Caridad)
64,42
Santos Lugares
73,94
Domund
204,4
TOTAL
1.197,14


Como resulta evidente, la diferencia entre Ingresos (5.643,85 €) y Gastos (5.477.16 €) es de 100,31 €.

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Detalle de la hoja informativa parroquial relativa al Balance Económico Año 2017 -Parroquial Santa Marina de Torrebaja (Valencia)- (2018).

Notas de estadística poblacional.
Según el Nomenclator -Población del Padrón Continuo por Unidad Poblacional a 1 de enero-, el censo municipal de Torrebaja (incluida la pedanía de Torrealta) fue (en 2017) de 412 habitantes (214 hombres/198 mujeres).

Durante el mismo periodo, la población de Torrealta fue de 21 habitantes (11 hombres/10 mujeres).

Haciendo las operaciones pertinentes vemos que la parroquia de Torrebaja (separada de la de Torrealta) supone una población de 391 habitantes.

Obviamente, no existe un censo de feligreses católicos –tampoco de creyentes o no creyentes, ni de los que asisten o dejan de asistir a las celebraciones religiosas de la parroquial-: además de no existir no hace falta. Asimismo, resulta evidente que los ingresos de la parroquia no se deben exclusivamente a la feligresía local, ya que en momentos puntuales (fiestas patronales, celebraciones especiales del año litúrgico: Navidad, Semana Santa...), en las colectas intervienen personas que no residen habitualmente en la localidad.

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Detalle de la imagen de Santa Marina Virgen en la capilla de su advocación -iglesia parroquial de Torrebaja (Valencia)- (2018).


Comentario, a modo de conclusión.
Aunque podría mejorarse en el detalle (particularmente el capítulo de gastos), la información ofrecida por la parroquia de Torrebaja, relativa al Balance Económico del Año 2017 constituye un acierto. ¡Ojalá cundiera el ejemplo en otras instituciones!

Respecto a los ingresos parroquiales, resulta difícil valorar si (por los conceptos que se exponen) han sido muchos o pocos. Resultaría inadecuado vincular la cifra total de ingresos con la religiosidad de la comunidad, toda vez que los donativos dependen más de la generosidad (y de la economía) que de la fe de cada cual. Del mismo modo, los más pudientes no suelen ser tampoco son los más creyentes ni generosos. Es por ello que no debemos llevarnos a engaño; las cifras expuestas no reflejan un problema de fe y práctica religiosa -que también-; sino una cuestión básicamente demográfica.[3]

Otro tanto podría decirse respecto a los gastos, sólo que un principio de buena administración dice que hay que adecuar los gastos a los ingresos, esto es, no estirar más el brazo que la manga. El folleto no dice cómo se va a compensar el déficit, que por lo demás resulta nimio.

Las Colectas imperadas –entiendo que obligatorias en la parroquia-, han supuesto un monto de 1.197,14 €, cifra nada despreciable para tan minúscula comunidad. Debidamente, la feligresía ha sido solidaria con Manos Unidas, con el Seminario diocesano, con el proyecto de Jueves Santo, con los Nuevos templos de la diócesis, con el Óbolo de San Pedro, con el Corpus (Día de la Caridad), con los Santos Lugares, y con el Domund. La cifra de las Colectas Imperadas sí que pueden relacionarse directamente con nuestra solidaridad, lo mismo que la “campaña del kilo” para Cáritas. Uno dona lo que alcanza su voluntad, no lo que le sobra. Porque si diéramos lo que nos sobra el templo sería insuficiente para ponerlo todo. ¿Acaso no lo piensan ustedes así?

La hoja informativa concluye con una dirección electrónica: www.donoamiiglesia.esEn dicha web existe la posibilidad de donar a la Parroquia, a la Diócesis y a la Conferencia Episcopal. Para hacer una donación basta con poner el nombre de la localidad o el código postal y elegir la cantidad. Sin duda, una buena opción para colaborar con la Iglesia. ¡Para que después digan que no se moderniza! Vale.






[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Don Pablo Soriano Martínez, nuevo cura de Torrebaja, en Desde el Rincón de Ademuz, del lunes 25 de enero de 2016. 
[2] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Santa Marina Virgen, titular de la parroquial y copatrona de Torrebaja, en Desde el Rincón de Ademuz, del viernes 18 de agosto de 2017.
[3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. El Rincón de Ademuz agoniza, en Desde el Rincón de Ademuz, del martes 15 de diciembre de 2015.

LA CORACHA DEL CASTILLO DE MOYA (CUENCA): ANEXO FOTOGRÁFICO.

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Anexo fotográfico, a propósito de la Coracha de Moya (Cuenca).




Viene
de:



La entrada constituye un anexo fotográfico, para complementar el artículo principal referido a la Coracha del castillo de Moya (Cuenca). Una coracha es toda estructura defensiva constituida para defender un punto de abastecimiento de agua; solía estar vinculada a un castillo, fortaleza o villa amurallada. 

Cada paisaje (ruina, monumento...) tiene su luz y su momento, principio que resulta especialmente evidente a la hora de fotografiar las ruinas del cerro de Moya, que cambian con la estación, y momento del día.


Vista septentrional del cerro de Moya (Cuenca), desde la vega, con detalle de La Coracha (2018).

Vista septentrional del cerro de Moya (Cuenca), desde la vega, con detalle de La Coracha (2018).

Vista parcial (nororiental) del cerro de Moya (Cuenca), con detalle de La Coracha (2018).

Vista parcial (nororiental) del cerro de Moya (Cuenca), con detalle de La Coracha (2018).

Vista parcial (nororiental) del cerro de Moya (Cuenca), con detalle de La Coracha (2018).

Vista parcial (nororiental) de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), desde la torre del Agua (2018).

Vista parcial (nororiental) de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), con detalle del abrevador de la torre del Agua (2018).

Vista parcial (oriental) de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), con detalle de la torre de san Roque (2018).

Vista parcial (oriental) de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), desde la torre del Agua (2018).

Vista parcial (oriental) de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), desde la torre del Agua (2018).


Vista parcial (oriental) de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), desde el muro septentrional de la torre del Agua (2018).

Vista parcial (oriental) de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), con detalle de las murallas laterales, la torre de san Roque al fondo (2018).

Vista parcial de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), desde la torre del Agua, con Santo Domingo al fondo (2018).

Vista parcial de las ruinas de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), desde la muralla meridional (2018).

Vista parcial de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), con detalle de la muralla meridional (2018).

Vista parcial (meridional) de las ruinas de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), con detalle de la torre de san Roque (2018).


Vista parcial (suroccidental) de las ruinas de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), con detalle de la torre de san Roque (2018).

Vista parcial de las ruinas de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), con detalle de la muralla y portillo septentrional, frente a la torre de san Roque (2018).

Vista parcial de las ruinas de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), con detalle de la muralla y portillo meridional, frente a la torre de san Roque (2018).

Vista parcial (oriental) de las ruinas de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), desde la torre de san Roque, con el torreón de la puerta de la Calzadilla en la parte alta (2018).

Vista parcial (nororiental) de las ruinas de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), desde la torre de san Roque, con el torreón de la puerta de la Calzadilla en la parte alta (2018).

Vista parcial (meridional) de las ruinas de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), con detalle de un fragmento de muralla y torre de san Roque (2018).


Vista parcial (meridional) de las ruinas de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), con detalle de un segmento de muralla y torre de san Roque (2018).

Vista parcial (meridional) de las ruinas de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), con detalle de arpillera y ventana en la torre de san Roque (2018).

Vista parcial de las ruinas de la Coracha del castillo de Moya (Cuenca), con detalle de un lienzo de muralla y torre del Agua, Santo domingo de Moya al fondo (2018).

Vista general de la vega, con el caserío de Santo Domingo de Moya (Cuenca) al fondo, desde el abrevador de la torre del Agua (2018).

Vista general de la vega, con el caserío de Santo Domingo de Moya (Cuenca) al fondo, desde el abrevador de la torre del Agua (2018).

Vista general de la vega, con el caserío de Santo Domingo de Moya (Cuenca) al fondo, desde el abrevador de la torre del Agua (2018).

EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO (MOYA, CUENCA): ANEXO FOTOGRÁFICO.

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Anexo fotográfico, a propósito del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca).


"Las ruinas del complejo conventual de San Francisco de la Vega 
-así se conocía también al Convento de Franciscano de Moya- 
se halla en grave estado de deterioro, 
aunque todavía podría evitarse su ruina total, definitiva"
-Del Convento de San Francisco de Moya-.




Viene de:
* EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO (MOYA, CUENCA).


La serie fotográfica complementa el artículo de su nombre, constituyendo un documento gráfico de primer orden para valorar el estado de las ruinas conventuales en el momento actual.



cerro-moya-ruinas
Vista general (noroccidental) del cerro de Moya (Cuenca) desde la vega en primavera (2018).
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Vista general (noroccidental) del cerro de Moya (Cuenca) desde la vega en primavera (2018).

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Vista general (noroccidental) del cerro de Moya (Cuenca) desde la vega en primavera (2018).
cerro-moya-ruinas-vega
Vista general (noroccidental) del cerro de Moya (Cuenca) desde la vega en primavera (2018).

rio-ojos-algarra-vega
Detalle del vado del río Ojos de Moya, camino de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018. 

vega-moya-camino-convento
Detalle de cultivos en la margen derecha del río Ojos de Moya, camino de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca). 2018. 

vega-moya-camino-convento
Detalle de cultivos en la margen derecha del río Ojos de Moya, camino de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018. 
moya-ruinas-convento-franciscano
Vista general (septentrional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018.

moya-ruinas-convento-franciscano
Vista general (noroccidental) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), con el cerro moyano al fondo (2018).

moya-ruinas-convento-franciscano
Vista general (noroccidental) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), con el cerro moyano al fondo (2018).

moya-ruinas-convento-franciscano
Vista general (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018.

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Vista general (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018.

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Vista parcial (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018.

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Vista parcial (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), con el cerro moyano al fondo (2018).

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Vista parcial (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), con el cerro moyano al fondo (2018).

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Vista parcial (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) 2018.


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Vista parcial (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018.

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Vista parcial (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle del arco de entrada a la bodega (2018).

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Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle del interior de la iglesia conventual (2018).


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Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle del arco de la entrada a la iglesia conventual (2018).

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Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle del arco de la entrada a una capilla lateral (2018).

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Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle de una capilla lateral (2018).

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Vista parcial (oriental) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle de la fachada principal de la iglesia conventual (2018).

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Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle de una capilla lateral (2018).

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Vista general (suroccidental) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018.

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Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle de vanos de ventana en el muro septentrional, lado de la epístola del templo (2018).
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Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle de vano de ventana en el muro septentrional, lado de la epístola del templo (2018).

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Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle de vanos de ventana en el muro septentrional, lado de la epístola del templo (2018).

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Vista septentrional de la vega, desde las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), Santo Domingo y Pedro Izquierdo al fondo (2018).

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Vista septentrional de la vega, desde el puente del río Ojos de Moya, con Santo Domingo y Pedro Izquierdo al fondo (2018).


Unas palabras finales, a modo de conclusión.
Falta un Plan General de Actuación sobre las ruinas de Moya –de existir lo desconozco-; un plan que integre las actuaciones llevadas a cabo hasta el presente y que constituya una guía para el futuro, ordenado al fin que se pretenda.

En dicho Plan General deberían incluirse actuaciones sobre el antiguo convento franciscano de Moya, despejando el lugar, descombrando los recintos, consolidando las ruinas y haciéndolo accesible con la mejora de los caminos, poniendo señales, paneles ilustrativos... Asimismo, cabría contemplar la rehabilitación de la calzada que comunicaba el convento con la villa. Todavía se conservan algunos tramos de aquella vía, su trazado ascendía por la ladera noroccidental del cerro moyano y entraba en la villa por la puerta falsa (propiamente denominada de San Francisco), circundando la base del torreón anexo a la puerta de La Calzadilla. Vale.





LAS RUINAS DE LA IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ (MOYA, CUENCA).

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Notas para una aproximación a la iglesia de San Bartolomé,
a propósito de su restauración.



“Tiene planta de cruz latina con una sola nave,
y con un crucero que se coronaba en una cúpula semiesférica
sobre cuatro pechinas”
-Del contenido textual-.








Palabras previas, a modo de introducción.
En Moya, la antigua cabecera del Marquesado de su nombre, solo quedan ruinas. Cabe hacer alguna salvedad en la afirmación, cual es el caso de la iglesia de Santa María la Mayor (siglo XIII), que se halla en buen estado. La Casa Ayuntamiento (antiguo pósito) fue restaurada en los años noventa, durante la actuación de la Escuela Taller (2005-2006)), así como las principales puertas de la villa: la de San Juan, la de San Diego, la de La Calzadilla, la de los Ojos -quedaron por restaurar la “puerta falsa” (puerta de San Francisco, por donde accedían los frailes del vecino convento franciscano), la de Carros y la de la Albacara.

El convento de las Concepcionistas -monjas de la Concepción Franciscana (siglo XVII)- ha sido también restaurado en alguna de sus partes (iglesia conventual), así como la iglesia de la Santísima Trinidad (recientemente recuperada). Todo lo demás son ruinas, un ingente cúmulo de ruinas que incitan a la melancolía y el desasosiego. A la melancolía por aquello de romántico que tiene toda bella construcción humana devastada; al desasosiego, por la calma con que la administración se toma la rehabilitación de unas ruinas que nunca debió permitir llegaran al estado en que se hallan.

Al listado de actuaciones restauradoras cabe añadir ahora la iglesia de San Bartolomé, situada al comienzo de la calle del Cortijo, entre la puerta de San Diego y la de la Calzadilla. La de San Bartolomé es una de las siete iglesias de la antigua villa de Moya –junto con San Juan, San Pedro, San Miguel, Concepción Franciscana, Santísima Trinidad, Santa María la Mayor-: la iglesia dio nombre a la Bajada de San Bartolomé, vía empedrada que desciende desde la plaza hasta la puerta de San Diego. El muro de la epístola de esta iglesia apoya sobre el tercer Recinto (siglo XIV) y conforma un cubo octogonal que inicialmente pudo ser un elemento defensivo en ese tramo de la muralla exterior.

El artículo compila notas sueltas acerca de la iglesia de San Bartolomé, derribada durante la Guerra Civil Española (1936). Más que “derribada” cabría decir que fue “desmontada”, ya que su destrucción no fue resultado de un hecho de guerra (bombardeo, voladura...), sino de la decisión política, que mandó el desteje del edificio y el aprovechamiento de tejas y maderas de su cubierta, descolgando de paso sus bronces.


Fachada frontal (meridional) de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de la espadaña, antes de su restauración (2017).


La entrada tiene como objetivo divulgar la existencia de las ruinas de la antigua iglesia parroquial, al tiempo que expone datos de su restauración. Valgan como prólogo las palabras que Sáez Fernández le dedica en su Guía práctica de Moya (2011):
“[Iglesia] De San Bartolomé (s. XV-XVII). Se encuentra junto a la puerta “De la Villa formando parte de la muralla exterior al E(este) de la Villa. De estilo herreriano, con decoración barroca posterior. Queda en pie parte de su espadaña. En el año 1927, con ocasión de celebrarse en ella el XLII Septenario, sufrió un devastador incendio. Restaurada siguió en uso hasta su destrucción definitiva durante la guerra civil española de 1936-39. Esta iglesia constaba de una nave con planta de cruz latina y bóveda de media naranja en el crucero. Los brazos también estaban rematados por un cúpula de media naranja”.[1]

Durante mi última visita a Moya estaban en plena labor reconstructora de la iglesia; además, tuve ocasión de encontrarme con Ana Marín Sánchez, la joven arquitecta moyana que ha hecho el proyecto de restauración. Sus palabras explican el sentido de la rehabilitación y los criterios seguidos.

Vista oriental (fachada de la epístola) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), durante la restauración (2018).


En busca de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé.
Pascual Madoz (1806-1860), al decir de la situación de Moya (en 1848) anota que la villa se halla “al estremo E(este). de la prov(incia). sobre un monte redondo, áspero y encumbrado, fortificado en lo ant(iguo), y reedificada la muralla y cast(illo) en el año de 1836 por las tropas de la reina”. En tiempo del estadista, intramuros de la villa había unas 90 casas de buena construcción y cómodas, por el contrario de las de los barrios y El Arrabal, “que en lo general valen poco”.[2]

Para subir a Moya hay varios caminos, el más rápido y cómodo, si vamos en coche, es por las rampas de carretera que desde El Arrabal llevan al acceso principal por la puerta de Carros. Sin embargo, el más aconsejable, si vamos caminando, es por El Arrabal, vía la calle Arriba hasta la puerta de la Villa, la más monumental del conjunto amurallado. Cuando subo a Moya, tanto si voy solo como si voy acompañado procuro seguir este camino, con la esperanza de encontrar algún vecino en El Arrabal, para charlar y preguntarle acerca de la antigua ciudad amurallada. La última vez que subí fue una calurosa tarde de julio –suerte que en el cerro corría algo de brisa-; al bajar me encontré con unas vecinas que charlaban sentadas en el poyo corrido de una casa de la Plazoleta, dos mayores y una más joven: las mayores recordaban los días de su infancia, cuando subían cada día hasta la villa para ir a la escuela. Dado el estado de las ruinas, cuesta creer que todavía viva gente que conoció la villa, aunque fuera en sus últimos estertores.

El Arrabal es uno de los cuatro barrios de Moya, junto con Los Huertos, Pedro Izquierdo y Santo Domingo. El lugar creció al amparo de La Coracha y su puerto seco, lugar de peaje y aduana medieval donde se pagaban impuestos por los productos que entraban a Castilla desde Valencia y Aragón. Todavía puede verse la senda que comunica La Corcha con El Arrabal. La senda está muy perdida, llena de piedras y abrojos, aunque antaño fue muy transitada.

Decía arriba que para subir a Moya resulta aconsejable hacerlo por El Arrabal, atravesando el barrio y continuando por la ladera hasta la puerta de la Villa. El camino es abrupto y sinuoso, su piso estaba en malas condiciones hasta hace poco; hoy está enlosado, lo que resulta una bendición. Conforme ascendemos, el horizonte se amplía, atrás quedan los tejados de las humildes casas del barrio, muchas de ellas con los tejados desfondados y sus entresijos al descubierto.


Vista del caserío de El Arrabal de Moya (Cuenca), desde la puerta de la Villa (2017).


Casi sin apercibirnos nos encontraremos al pie de la puerta de la Villa, abierta en el tercer Recinto (siglo XIV), que corresponde a la muralla exterior. La puerta de la Villa, sin embargo, fue construida a finales del siglo XVI (1589), siendo corregidor del Marquesado el licenciado Perea de Velasco, vecino de Toledo. Al menos eso dice el texto labrado en el frontis, sobre el arco de la entrada. La puerta de la Villa está almenada y constituye un monumento en sí misma, un prodigio de perfección y belleza. La entrada forma un acceso en acodo, para favorecer la defensa, de forma que el acceso inferior luce el aspecto de un arco de triunfo romano –propiamente responde a “Las medidas del romano” (1526), obra del arquitecto y tratadista burgalés, Diego de Sagredo (1490-1528).


Vista de la puerta de la Villa, siglo XVI (1589), abierta en el tercer Recinto (siglo XIV) de la muralla de Moya (Cuenca).


Antes de entrar en la puerta de la Villa conviene alzar la vista hasta las ruinas de un gran edificio que se alza a la derecha, encumbrado sobre la muralla del tercer Recinto (siglo XIV), se trata de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé que venimos buscando. Desde esta perspectiva merece la pena destacar el cubo octogonal que sobresale de la muralla, correspondiente al crucero de la epístola del templo, con funciones claramente defensivas. Hay quien piensa que el cubo se construyó originariamente como torreón defensivo en ese lienzo de muralla, siendo más tarde aprovechado para la iglesia. Otros dicen que el torreón se construyó a propósito como crucero del templo. Desde un punto de vista arqueológico, y dadas las múltiples actuaciones que la iglesia sufrió a lo largo del tiempo, resulta difícil hacer una afirmación categórica, respecto de una u otra proposición.

Volviendo a la puerta de la Villa veremos que la rampa inferior posee, aunque parcheado, parte del empedrado original; sobre el arco luce una hornacina sin imagen, aunque debió tenerla en su momento. Las puertas de una fortificación eran siempre puntos débiles en una muralla, de ahí que solieran adornarse con una imagen sagrada, buscando la divina protección en caso de asedio. Se conservan todavía los orificios de los goznes de las puertas, así como las escotaduras para la tranca en las jambas. Situándonos en el espacio inferior y mirando hacia el norte podremos observar una hermosa panorámica del caserío de Santo Domingo de Moya, enmarcado por el arco del acceso inferior.

Sobre el arco de la entrada superior hay una gran piedra labrada en el frontis, con un texto que alude a la data de la puerta y al corregidor que la mandó hacer, encuadrada por tres escudos: uno grande (superior: de los marqueses de Moya) y dos menores (laterales: con las armas de la villa). Unas escaleras con peldaños de madera y estructura de hierro en Y permiten acceder a la parte superior de la puerta.


Vista fronto-lateral derecha (suroriental) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), desde las inmediaciones de la puerta de la Villa (2017).


Una vez en la parte alta nos toparemos con un extenso lienzo murado, se trata del segundo Recinto (siglo XIII), que se extiende de norte a sur. Hacia el meridión veremos el acceso principal al espacio amurallado, que procede de las rampas de la puerta de Carros: único acceso mediante vehículos rodados. Junto a la entrada principal se halla la puerta de San Juan (por la iglesia intramuros de este nombre que hubo junto a la puerta), desde dicha puerta hasta el lugar donde nos hallamos se conoce como calle de la Carrerilla. Desde nuestra posición giramos hacia la derecha, mirando al norte. El espectáculo que se nos ofrece al frente son las ruinas de la iglesia de San Bartolomé, su acceso por la parte de los pies y la fachada meridional, coronada por una espadaña de tres ojos en restauración. A nuestra izquierda queda la muralla interior (segundo Recinto). Frente a la arruinada iglesia se halla la puerta de San Diego, de factura similar a la puerta de San Juan –ambas del siglo XIV-. Por la de San Juan se accede directamente al corazón de la antigua villa de Moya. La subida/bajada de San Bartolomé conserva también parte del empedrado original, aunque muy deteriorado por las arroyadas que forma la costanilla. Desde la iglesia de San Bartolomé, la travesía que lleva hasta la puerta de la Calzadilla discurre entre la muralla interior y el tercer Recinto (siglo XIV), dicha vía se conoce como calle del Cortijo. Una vez situados, veamos algunos datos acerca de la iglesia y su restauración.


La iglesia parroquial de San Bartolomé.
Hasta su desmantelamiento al comienzo de la Revolución Española de 1936, la iglesia de San Bartolomé era una de las más importes de la villa, junto con Santa María la Mayor y la Trinidad. Situada sobre el lienzo de muralla del tercer Recinto (siglo XIV), poseía una sola nave y estaba orientada en dirección norte (cabecera) sur (pies). Su planta era de cruz latina, con un gran crucero con bóveda en media naranja, cuyos extremos formaban dos cubos octogonales, asimismo con cúpulas semiesféricas: el de la epístola (derecha) con carácter claramente defensivo, por situarse en el tercer Recinto, sobresaliendo de la muralla exterior.

Por suerte se conservan algunas fotografías de la iglesia de San Bartolomé anteriores a la revolución española de 1936 (años veinte y treinta del siglo XX), que ilustran acerca del exterior del templo:

  • A] La primera foto, tomada desde la calle de la Carrerilla, enfoca una escena religiosa que tiene lugar frente al templo. Corresponde a la imagen de la Virgen de Tejeda con orla y sobre sus andas, saliendo de la iglesia. Rodeada de fieles, la imagen encara la Carrerilla, puede tratarse de la bajada de la Virgen. No obstante su interés, el objeto de nuestro estudio es la iglesia de San Bartolomé, situada al fondo, en perspectiva frontal. El encuadre permite observar la fachada de los pies y parte de la espadaña, que aparece cortada a nivel del frontis triangular. Entre la fachada y la espadaña corre una cornisilla de piedra labrada. La foto muestra parte de la delantera de una casucha a la izquierda, entre la muralla interior y el templo, dejando un pasadizo entre ambas. Al fondo se observa otra construcción, probablemente el crucero del evangelio. La casucha responde a la descripción de Madoz (1848), pues se trata de una construcción que vale poco; la parte alta, bajo el alero, posee un encofrado de rodillos verticales, las ventanas con un marco de jalbegue... Otros datos curiosos: las campanas de los vanos inferiores de la espadaña están bandeando, un varón ha subido a la tapia del atrio exterior, alguien se asoma a la ventana blanqueada de la casa...[3]

Vista frontal (meridional) de la iglesia de San Bartolomé con detalle de la imagen de la Virgen de Tejeda sobre sus andas con orla almendrada (ca.1927) [Tomada de Sáez Fernández, 2011, p. 68].



  • B] La segunda foto, tomada quizá desde la muralla, por encima de la puerta de san Diego, muestra una imagen frontal del templo. Frente al muro del evangelio está la casucha de que decíamos arriba, adosada a la muralla y puerta de san Diego, formando callejón con la iglesia. Por suerte, dicho inmueble ha desaparecido. Cabe centrarse en la imagen del templo, visto en una perspectiva fronto-lateral izquierda (sur-occidental): se detalla la fachada de los pies, por donde tenía su entrada principal y única. Poseía un atrio exterior con arco adovelado en medio punto y albardilla de losas, el resto de la tapia está cubierto de teja árabe. Dicha puerta era frontera a la puerta de san Diego y permitía el acceso al atrio exterior, por el que se accedía a la puerta principal del templo. La entrada luce arco de dovelas enmarcando un portón de madera. El frontis muestra un muro de mampostería ordinaria tomado con argamasa de cal, los esquinares de sillería. Sobre la entrada puede verse una ventana rejada enmarcada en piedra. En la línea de fachada se alzaba la espadaña de piedra caliza, basada en tres vanos –dos inferiores y uno superior- con sus campanas, rematada por frontis triangular con veleta de hierro forjado. La espadaña de estilo herreriano es sobria. El herreriano constituye la última etapa de la etapa renacentista en España, que evolucionó desde el plateresco hasta el purismo clásico del segundo tercio del siglo XVI. Por detrás de la espadaña se halla la cobertura del cuerpo principal de la construcción, basada en teja árabe vertiendo a dos aguas. En un plano posterior hay una estructura cuadrangular, corresponde a la cúpula del crucero, con cubierta a cuatro aguas y veleta de hierro forjado. En la parte derecha de la foto hay una construcción que sobresale de la fachada de la epístola, probablemente la sacristía. Al pie de este último edificio asoma el ramaje de árbol (quizá un olmo negrillo) que crece en el atrio exterior.[4]

Vista fronto-lateral izquierda (suroccidenal) de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con integridad de elementos arquitectónicos y ornamentales (años veinte-treinta del siglo XX) [Tomada de Sáez Fernández, 2011, p. 114].



  • C] La tercera foto, tomada desde el talud de la ladera (en las inmediaciones del rellano de la puerta de la Villa), muestra una singular perspectiva sur-oriental del templo, que permite contemplar el edifico por esta parte antes de su devastación. La construcción todavía conserva sus elementos ornamentales: la ventana rejada de la fachada de los pies, la espadaña intacta (campanas incluidas), pudiendo detallarse también la estructura de los edificios anexos en la fachada de la epístola –quizá la sacristía-, y el muro oriental del atrio exterior. El encuadre no permite ver el torreón del crucero de ese lado, pero sí la estructura cuadrangular correspondiente a la cúpula, veleta incluida. La imagen podría datarse entre los años veinte y treinta del siglo XX, en cualquier caso antes de la Revolución de 1936.[5]

Vista fronto-lateral derecha (suroriental) de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con integridad de sus elementos arquitectónicos y ornamentales (años veinte-treinta del siglo XX) [Foto cedida por José Benedicto Sacristán, de Fuentelespino de Moya, Cuenca].


Las imágenes comentadas constituyen valiosos documentos gráficos, en tanto permiten imaginar el conjunto del edificio antes de su devastación.

Desde un punto de vista arquitectónico, el templo muestra distintos momentos constructivos, y sus modificaciones. Por ejemplo, en el cubo del crucero de la epístola se han descubierto pinturas en estilo gótico, lo que permite datar su fábrica en los siglos XIV-XV. Asimismo, existen “revocos decorativos con cenefas de hojarasca pintada”, actuaciones correspondientes a una segunda reforma, en el siglo XVI. Sin embargo, el aspecto actual corresponde al último momento constructivo (siglo XVIII), basado “en estucos que simulaban arquitecturas fingidas en consonancia con el barroco clasicista de inspiración europea”.[6]

A finales de la primera mitad del siglo XIX (1848), la bibliografía dice que “despues de la supresión las 6 igl(esias) han quedado reducidas á 2, la principal bajo la advocación de la Santísima Trinidad, está servida por un cura de primer ascenso y por varios tenientes para los 7 anejos de Santo Domino, Pedro Izquierdo, Fuente del Espino, Garvalla, Campalbo, Manzaneruela y Masegar”.[7]De otras fuentes sabemos que mediado el siglo XIX (1852), la iglesia de San Bartolomé tenía agregadas las parroquias de la Santísima Trinidad, así como la de San Pedro y la de San Juan.[8]

Las desamortizaciones del primer tercio del siglo XIX afectaron al Convento de las Concepcionistas (monjas de la Concepción Franciscana), ello motivó que durante los siguientes Septenarios –entre 1836 y 1934- la iglesia de San Bartolomé fuera sede de los novenarios a la Virgen de Tejeda. Consta que en 1927 (XLII Septenario) la iglesia sufrió un gran incendio, del que un bardo local dejó constancia con sus versos.[9]El templo fue restaurado de inmediato, utilizándose hasta el comienzo de la Revolución Española de 1936, momento en que se destejó, retirándose el armazón de la techumbre y descolgándose las campanas, lo que labró su ruina definitiva.

Respecto del momento histórico, merece la pena hacer una anotación, relativa al asesinato de don Agustín Navarro Zapata (1871-1936), cura párroco de Henarejos, natural de Fuentelespino (Moya). En el Estado Número 3 de la Causa General de Cuenca, ramo separado de Moya, puede observarse que en cierto momento del expediente se comenta: “Fue desmontada la iglesia de San Bartolomé de esta villa, vendiendo sus maderas, tejas y campanas”, frase que nos remite al testimonio del sobrino del sacerdote -señor Secundino Navarro Sáiz (Fuentelespino, 1931)-: Tras detenerle lo subieron a Moya y [...], le hicieron padecer lo que quisieron. Le mandaron sacar cosas de una iglesia, maderas o lo que fuera y no sé cuántas perrerías. Allí lo tuvieron un tiempo, él pedía agua para beber, pero ni agua le daban… -presuntamente, el clérigo fue obligado a participar en el desarme de la iglesia de San Bartolomé-.[10]Podríamos especular respecto a las personas o entidades responsables del desmonte y posterior ruina de la iglesia, estimando que la máxima autoridad civil de la villa en aquel momento era el Comité Revolucionario. Asimismo, cabe preguntarse qué sentido tenía desmontar el templo, vendiendo sus maderas, tejas y campanas. De haber sido pecuniario el motivo principal, ¿a qué fin se destinó el dinero obtenido con la venta de los materiales? La pregunta es retórica, porque difícilmente podremos saberlo. En humilde opinión, dado el contexto histórico, el propósito fue claramente irreligioso y anticlerical.

Vista meridional (fachada de los pies) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), durante la restauración (2018).




Vista parcial de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), durante la restauración, detalle del arco de la entrada (2018).


Acerca de la restauración de la iglesia de San Bartolomé.
Decía arriba que en una reciente visita a las ruinas de Moya tuve ocasión de conocer a Ana Marín Sánchez (Valencia, 1978), la arquitecto que ha realizado el proyecto de rehabilitación de la iglesia de San Bartolomé. Al pie de la obra me explicó la esencia del proyecto y los criterios seguidos. Posteriormente las palabras se acompañaron de un texto, que incluye dos alzados. Dice en la memoria del proyecto:
“Tras la realización de los Estudios previos, nos encontramos con una falta de información que dificulta el poder llevar a cabo una reconstrucción fiel de los elementos originales, por lo que una actuación de reconstrucción no sería rigurosa históricamente. Si a esto sumamos que la recuperación de los volúmenes desparecidos supondría que la aportación de material sería tal que haría sombra a las estructuras históricas que quedan en pie, resultando más un edificio del S. XXI con ruinas integradas, que una recuperación mesurada de la Iglesia de San Bartolomé, nos lleva a plantear un proyecto de intervención que se limite a consolidar y poner en valor la ruina existente, respetando en todo momento el valor histórico del bien y diferenciando claramente lo nuevo de lo original. Será el propio edificio quien explique, como un libro abierto, su historia, pudiendo leer en él todas las fases e intervenciones que ha sufrido a lo largo del paso de los años./ La propuesta arquitectónica está enfocada a realizar las mínimas actuaciones que permitan cumplir con los objetivos planteados de: 1. Consolidar la ruina existente para que perdure en el tiempo./ 2. Conseguir que el recinto de la Iglesia sea accesible para poder visitarlo./ 3. Dotar de un espacio cerrado y cubierto para poder ser utilizado por el pueblo. Existen tres tipos de trabajos muy diferenciados, por un lado están los trabajos de conservación de los diferentes elementos que se conservan de la Iglesia, por otro lado la propuesta arquitectónica para la cubrición y cerramiento de los vestigios, de forma que estos queden protegidos de la intemperie y por último la reconstrucción de la Espadaña cuyos restos fueron desmontados en la fase previa, permitiendo recuperar la imagen perdida del elemento, que tiene una presencia notable en el paisaje y es un elemento muy valorado a nivel social y cultural”.


Alzado de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), fachada de los pies [Cedido por Ana Marín Sánchez, arquitecto del proyecto de restauración].



Detalles técnicos de la intervención.
Respecto a la descripción general de la Intervención, escribe:
“Atado de las cabezas de los muros de mampostería existentes y consolidación de los arcos formeros y cosido de éstos a la fábrica de mampostería. Dicho atado, por la configuración actual de los arcos, es necesario realizarlo por encima de la altura de cornisa de la cubierta original, lo que conlleva a elevar la nueva cubierta. La sobreelevación quedará en segundo plano diferenciándose así de la construcción original./ Cubrición de la parte de la nave de la iglesia existente mediante cubierta a dos aguas de teja cerámica envejecida, en este caso se utilizará una cubrición de teja curva respetando así la información histórica y las características esenciales de la edificación original de la nave. Para la cubrición del brazo este del crucero (brazo de la epístola) se ha utilizado una cubierta plana de acero, la función de dicha cubierta es la de proteger los restos de la bóveda de cuarto de esfera existente por lo que dicha cubierta debe entenderse como un elemento nuevo y reconocible./ Cubrir y proteger el suelo original de la Iglesia. En la nave se dejarán las zonas que se encuentran en mejor estado del pavimento original como muestra del pasado del edificio./ Cerramiento del espacio de la nave hacia la cabecera mediante muro cortina de acero tratado y vidrio de seguridad. La elección del tipo de cerramiento se ha realizado buscando un cerramiento lo más transparente posible que permita "visitar" el interior de la nave aún cuando este espacio se encuentre cerrado y dar una continuidad entre el espacio interior y el espacio exterior. La utilización de un cerramiento pesado y opaco podría llevar a la confusión de que la nave original tenía las dimensiones del espacio a cerrar y no permitiría una lectura de las dimensiones reales que tenía la Iglesia./ Se consolidarán los interiores de la nave de la lglesia con el criterio de mantenerlos y no recomponerlos”.

Vista parcial de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Cuenca, Moya), detalle de capilla en el crucero, lado del evangelio (2018).


Por último, en lo tocante a la reconstrucción de la Espadaña:
“Se volverán a montar los sillares que fueron recuperados y numerados en las labores de los Estudios previos y se repondrán los inexistentes. Recuperando así la imagen perdida de un elemento indispensable para la Iglesia.


Alzado de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), fachada de cabecera [Cedido por Ana Marín Sánchez, arquitecto del proyecto de restauración].


Vista parcial de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Cuenca, Moya), detalle de pilastra con capitel y arranque de arcos en la nave, lado del evangelio (2018).


Palabras finales, a modo de epílogo.
La historia le fue adversa a la iglesia de San Bartolomé de Moya, Cuenca. De ahí que el proyecto de recuperación de sus ruinas sea encomiable; su valorización permitirá rescatar una parte significativa del devenir de la antigua ciudad amurallada.

No obstante, los entusiastas de las ruinas de Moya echan de menos un Plan General de Actuación sobre el conjunto arqueológico e histórico-artístico del lugar por parte de la Administración, de forma que lo hecho con anterioridad quede integrado con lo que se está haciendo actualmente, al tiempo que marque los criterios para actuaciones futuras. Amén de a los técnicos, el proyecto debería estar abierto a otras instancias (municipales, vecinales...), toda vez que lo que se pretenda hacer con las ruinas afectará a todos.

Contra mejor opinión, una de las primeras actuaciones que debería contemplar el Plan General es la rehabilitación del empedrado de las antiguas calles, de forma que su visita sea cómoda y segura. Asimismo, deberían poder visitarse los espacios ya restaurados (convento de Concepcionistas, iglesia de la Trinidad...), y reponer los antiguos paneles informativos. Cabría pensar también en retirar los postes del alumbrado existentes junto a la iglesia de San Bartolomé; su presencia constituye un anacronismo, además de dañar la estética del conjunto arqueológico. Vale.



Continúa en:





[1] SÁEZ FERNÁNDEZ, Teodoro (2011). Guía práctica de Moya (Cuenca), Edita Asociación Amigos de Moya [Con la colaboración especial de Eusebio Gómez García y Niceto Hinarejos Ruiz], Segunda edición, Valencia, pp. 41-43. ISBN: 84-607-8117-8
[2] MADOZ, Pascual (1848). Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar, Madrid, tomo XI, pp. 664.
[3] SÁEZ FERNÁNDEZ, 2011: 68.
[4] SÁEZ FERNÁNDEZ, 2011: 114.
[5] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Visita guiada a las ruinas de Moya, Cuenca (I), en Desde el Rincón de Ademuz, del jueves 18 de octubre de 2012.
[6] Ibídem.
[7] MADOZ, 1848, tomo XV, p. 664.
[8] SÁNCHEZ GARZÓN, 2012.
[9] GÓMEZ y SÁEZ, Eusebio y Teodoro (2000). Moya, su historia, sus tierras, sus hombres, sus tradiciones [Coordinadores Eusebio Gómez y Teodoro Sáez], Edita Asociación Amigos de Moya (Cuenca), Imprime Beracom, S.L., Valencia, pp. 347-351. ISBN: 84-607-1155-2
[10]SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Don Agustín Navarro Zapata (1871-1936), cura párroco de Henarejos (Cuenca), en la Causa General, en Desde el Rincón de Ademuz, del jueves 8 de marzo de 2012.

LAS RUINAS DE LA IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ (MOYA, CUENCA): ANEXO FOTOGRÁFICO.

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Galería fotográfica de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé, 
a propósito de su restauración.





En homenaje a los señores
EUSEBIO GÓMEZ GARCÍA y
TEODORO SÁEZ FERNÁNDEZ
cuyos textos me descubrieron las incomparables ruinas de Moya
 y su densa historia.
Y a la Asociación Amigos de Moya
para que persevere en la conservación del espíritu moyano.




Viene de:
* LAS RUINAS DE LA IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ (MOYA, CUENCA).




En tanto documento fotográfico, la entrada pretende completar el artículo de su nombre -LAS RUINAS DE LA IGLESIA DE SAN BARTOLOMÉ (MOYA, CUENCA)-, mostrando una serie de imágenes por orden cronológico, desde 2012 hasta 2018, incluyendo las correspondientes a las obras de rehabilitación, según proyecto de la arquitecto Ana Marín Sánchez (Valencia, 1978).



Las ruinas de la iglesia de San Bartolomé, en 2012.


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Vista parcial (suroriental) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), 2012.

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Vista general de Santo Domingo de Moya (Cuenca), desde la cabecera de la iglesia de San Bartolomé (2012).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de la cúpula del crucero, lado de la epístola (2012).

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Vista parcial (septentrional) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), desde la calle del Cortijo (2012).

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Vista parcial (septentrional) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), desde la puerta de la Calzadilla (2012).


Las ruinas de la iglesia de San Bartolomé, en 2017.


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Vista de la  Carrerilla, desde las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de la muralla interior (tercer Recinto, siglo XIII) a la derecha y puerta de la Villa (siglo XVI) a la izquierda (2017).

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Vista general (septentrional) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de la muralla interior (segundo Recinto, siglo XIII) a la derecha, desde la puerta de la Calzadilla (2017).

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Vista parcial (septentrional) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con la muralla interior (segundo Recinto, siglo XIII) a la derecha (2017).

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Vista general Santa Domingo de Moya desde la cabecera de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), 2017.

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de arco formero en la nave y restos de la espadaña al fondo (2017).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de arco formero en la nave, la espadaña al fondo (2017).

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Vista general (suroccidental) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle del arco de entrada al atrio exterior (2017).

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Vista parcial (meridional) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé, con detalle de la espadaña (2017). 

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Vista general (suroriental) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), 2017.

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Vista parcial (oriental) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle del torreón del crucero, lado de la epístola, Santo Domingo de Moya al fondo (2017).

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Vista parcial (suoriental) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle del torreón del crucero, lado de la epístola (2017).

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Vista parcial (oriental) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle del torreón del crucero, lado de la epístola (2017).

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Vista parcial (oriental) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle del torreón del crucero, lado de la epístola (2017).

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Vista de la calle del Cortijo, desde las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), la puerta de la Calzadilla al fondo (2017).


Las ruinas de la iglesia de San Bartolomé durante la restauración, en 2018.


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Vista general (oriental) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (oriental) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), durante las obras de rehabilitación, con detalle del torreón del crucero de la epístola (2018).

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Vista general (oriental) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista general (suroriental) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (meridional) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), durante las obras de rehabilitación, con detalle de la muralla interior a la izquierda (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de la nave y arco formero, durante las obras de rehabilitación (2018).



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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle del crucero derecho (epístola), durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle del crucero izquierdo (evangelio), durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle del crucero izquierdo (evangelio), durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle del interior del crucero izquierdo (evangelio), durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle del interior del crucero izquierdo (evangelio), durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de la nave y arco de entrada, durante las obras de rehabilitación (2018).


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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de arco formero en la nave, durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de pilastra y capitel en el muro del evangelio, durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de basa y pilastra en el muro del evangelio, durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de pilastra, capitel y arranque de arcos en el muro del evangelio, durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de pilastra, capitel y arranque de arcos en el muro del evangelio, durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle del piso descubierto tras el descombro, durante las obras de rehabilitación (2018).


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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de pilastra y capitel en el muro del evangelio, durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de pilastra y capitel en el muro del evangelio, durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de arco formero desde los pies, durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (meridional) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (meridional) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle del arco de entrada, durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle de elementos arqueológicos, durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (interior) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle del piso tras el descombro, durante las obras de rehabilitación (2018).

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Detalle de las piedras de la espadaña de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), numeradas y dispuestas para la reconstrucción (2018).

Vista general (suroriental) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), durante las obras de rehabilitación (2018).

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Vista parcial (suroriental) de las ruinas de la iglesia de San Bartolomé (Moya, Cuenca), con detalle del torreón de la epístola, durante las obras de rehabilitación (2018).


Palabras finales, a modo de epílogo.
La historia le fue adversa a la iglesia de San Bartolomé de Moya, Cuenca. De ahí que el proyecto de recuperación de sus ruinas sea encomiable; su valorización permitirá rescatar una parte significativa del devenir de la antigua ciudad amurallada.

No obstante, los entusiastas de las ruinas de Moya echan de menos un Plan General de Actuación sobre el conjunto arqueológico e histórico-artístico del lugar por parte de la Administración, de forma que lo hecho con anterioridad quede integrado con lo que se está haciendo actualmente, al tiempo que marque los criterios para actuaciones futuras. Amén de a los técnicos, el proyecto debería estar abierto a otras instancias (municipales, vecinales...), toda vez que lo que se pretenda hacer con las ruinas afectará a todos.

Contra mejor opinión, una de las primeras actuaciones que debería contemplar el Plan General es la rehabilitación del empedrado de las antiguas calles, de forma que su visita sea cómoda y segura. Asimismo, deberían poder visitarse los espacios ya restaurados (convento de Concepcionistas, iglesia de la Trinidad...), y reponer los antiguos paneles informativos. Cabría pensar también en retirar los postes del alumbrado existentes junto a la iglesia de San Bartolomé; su presencia constituye un anacronismo, además de dañar la estética del conjunto arqueológico. Vale.




FUENTE BELLIDO, UN PARAJE NATURAL EN CASASALTAS, VALENCIA.

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A propósito de un recorrido por el Paraje Natural Municipal de Casasaltas, 
declarado por acuerdo del Consell de la Generalidad Valenciana en junio 2007.



“Respecto a los valores patrimoniales existentes dentro del Paraje
destacan los numerosos elementos de arquitectura de piedra en seco,
como son las denominadas barracas o
los numerosos muros de las antiguas terrazas de cultivo”
-Del contenido textual-.












Palabras previas, a modo de introducción.
Cada vez que subo a Sesga –y he subido muchas veces en los últimos años- veo una señal indicando la dirección de “Fuente Bellido”, y siempre me hago el propósito de visitar el lugar, pero no lo hago. Esto fue así hasta principios de septiembre del año en curso, en que decidí acercarme hasta el paraje para conocerlo.

Desde Torrebaja fui siguiendo el camino del río Turia, vía el molino del Señor y el puente de Guerrero hasta Ademuz. Entre el de Guerrero y Ademuz está el puente del Botiar y más adelante el del Sotillo, que desde la salida norte de la villa lleva para las aldeas de Val de la Sabina, Mas del olmo y Sesga, además de a Puebla de San Miguel. Arribado al puente del Sotillo continué por la margen izquierda del río, pasé por el merendero Los Arenales y proseguí hasta Casasaltas por el camino cementado que discurre por la cota media-baja de la ladera, entre las huertas y el monte. La pista cementada lleva directamente al puente sobre el Turia, frente al antiguo molino harinero de Casasaltas. Sin cruzar el puente continué hasta el fondo del paseo, donde hay un panel informativo cubierto junto al parque infantil.

El espacio entre el puente de Casasaltas y el lugar del parque infantil se halla junto a la ribera del Turia, un lugar sombreado con magníficos bancos de asiento en piedra. Entes de emprender cualquier ruta conviene informarse. Es por ello que siempre sugiero al visitante leer todos los carteles informativos que encuentre, aprenderá sobre el territorio y caminará más seguro. La ruta que propongo puede hacerse caminando y en bicicleta de montaña, éstos son los medios más aconsejables. También en moto o en coche –teniendo siempre en cuenta que vamos a seguir una pista de tierra en buen estado aunque con notables desniveles-. El tipo de recorrido tiene una dificultad media-baja, pero siempre hay que ir equipado (ropa y calzado adecuado, bastones de caminata, gafas y protección solar en verano, agua, algún alimento sólido... y móvil cargado), dependiendo del entrenamiento, la edad y el estado de salud de cada cual. Cuando vamos de marcha hay que dejar siempre dicho dónde vamos, por si tienen que venir a buscarnos.

En cualquier caso, el recorrido es absolutamente aconsejable, se trata de una ruta de gran interés -paisajístico, medioambiental, geológico, cultural...- incluida en el contexto de un Paraje Natural Municipal que toma su nombre del hontanar conocido como “Fuente Bellido”.


Vista general (septentrional) del Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.


Datos de interés del Paraje Natural Municipal.
En el punto cero del recorrido hay un panel cubierto con un plano del paraje y otros datos de interés que merece la pena conocer antes de iniciar la marcha.

DENOMINACIÓN

Paraje Natural Municipal “Fuente Bellido”

SUPERFICIE

1.000.565 ha.

TÉRMINO MUNICIPAL

Casas Altas

FECHA DE DECLARACIÓN

Acuerdo del Consell de la Generalidad del 13 de junio de 2007.

VALORES PRINCIPALES

Paisaje: sistema de muelas y laderas, con profundos barrancos estacionales.
Vegetación: Monte mediterráneo con masas de pinar y carrasca dispersas.
Fauna: Presencia de grandes rapaces y, cada vez más, especies de ungulados.
Interés Cultural: Elementos arquitectónicos de piedra en seco.
Nota: según el nomenclátor oficial de la Generalidad Valenciana, el topónimo municipal puede escribirse indistintamente Casas Altas y Casasaltas.

Bajo el recuadro hay un texto bilingüe (castellano/valenciano) que dice en castellano:
  • El Paraje Natural Municipal “Fuente Bellido”, situado en el término de Casas Altas, se encuentra enclavado en el extremo sudeste del Sistema Ibérico. Delimitado por el cauce del río Turia, la Rambla del Val y las Lomas de los Sabinares, se corresponde con un sistema de muelas y laderas con cárcavas dentro del ambiente Rincón de Ademuz-Muelas de Alpuente, siendo El Peñasco (1.268 m) y el Alto del Gazapo (1.205 m) sus dos cumbres más destacables./ El Paraje toma su nombre de una de las numerosas fuentes existentes en el espacio protegido, provenientes de manantiales subterráneos y caracterizadas por la elevada calidad del agua./ La formación vegetal predominante está representada por masas irregulares de pino carrasco (Pinus halepensis) con presencia de ejemplares de pino laricio (Pinus nigra). Se aprecian también antiguos bancales de cultivo, fundamentalmente de almendros y olivos, estando muchos de ellos reforestados o en proceso de recolonización. La vegetación supramediterránea del género Quercus, asociada con pies de sabina albar (Juniperus thurifera) y enebros (Juniperus comunis), está presente en los diversos barrancos que surcan el espacio natural, destacando los grandes ejemplares de carrasca (Quercus ilex susp., rotundifolia) del Barranco de la Umbría./ El sotobosque está conformado por coscojas (Quercus coccifera), sabinas negrales (Juniperus phoenicia) y guillomos (Amelanchier ovalis), mientras que en el estrato subarbustivo y herbáceo, aparecen especies heliófilas típicas de las zonas calizas, pertenecientes a la etapa de los tomillares como romeros (Rosmarinus officinalis), lavandas (Lavandula sp.) o tomillos (Thymus sp.). Destaca también la presencia, asociada a pastizales, de la orquídea piramidal (Anacamptis pyramidalis)./ En cuanto a la fauna destaca el aumento en las observaciones de ciervo (Cervus elaphus) y corzo (Capreolus capreolus), que en los últimos años están colonizando la comarca. Especies de carnívoros como el gato montés (Felis silvestris) o la gineta (Genetta genetta) y grandes rapaces como el águila real (Aquila chrysaetos) o el búho real (Bubo bubo) están presentes en el enclave. En las zonas con vegetación más cerrada y húmeda de la umbría, habitan especies como el gavilán (Accipiter nisus), la tórtola europea (Streptopelia turtur), así como diferentes especies de anfibios./ Respecto a los valores patrimoniales existentes dentro del Paraje destacan los numerosos elementos de arquitectura de piedra en seco, como son las denominadas barracas o los numerosos muros de las antiguas terrazas de cultivo. Por otra parte, el espacio protegido cuenta con una adecuada red de caminos y senderos, ideal para los apasionados del senderismo y la bicicleta de montaña.


El panel incluye un mapa con la delimitación del Paraje, senderos, rutas que lo cruzan, así como varias fotografías: panorámicas, detalles de cultivos y areniscas, etc. El panel informativo, sin embargo, se halla muy deteriorado.

Detalle de señalizaciones en la confluencia de la pista de Sesga (Ademuz) con la de Casasaltas (Valencia), camino del Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" (2018).

De los accesos a Fuente Bellido.
El acceso al Paraje Natural Municipal puede hacerse por distintos lugares, el más recomendable es desde el punto cero en Casasaltas. Una señal de dirección nos indica el camino a seguir y la distancia a Fuente Bellido: 5,5 km. Desde el panel informativo, situado en la ribera del Turia, junto al parque infantil, el camino continúa en dirección noreste, ascendiendo hacia las antiguas eras y pajares del lugar. A unos cientos de metros del comienzo hallaremos un área de recreo con fuente, mesas de asiento y árboles de sombra, lugar que constituye un estupendo mirador sobre la vega del Turia y el pueblo de Casasaltas, cuyo caserío aparece en la margen derecha del río, en la cota baja del Pinar Llano.

Dejando el Mirador cabe seguir por la pista de tierra, sin dejar el camino principal hasta arribar a la carretera de Sesga, que encontraremos cuatro kilómetros más arriba. Junto a la carreterita de Sesga (que procede de Ademuz, vía Val de la Sabina) veremos unas señales de poste con palas de madera indicando la dirección noreste, siempre ascendente. Fuente Bellido se halla 1,5 km más arriba, siguiendo la carretera de Sesga. Valga el punto para decir que la vía se halla en estado lamentable, en muchos tramos ha perdido el asfalto que tuvo, en otros presenta grandes arroyadas.

Visto el acceso anterior, resulta fácil deducir que también puede accederse desde Ademuz, basta buscar la salida norte, cruzar el puente del Sotillo y seguir la carretera de Mas del Olmo, vía Val de la Sabina, situada a unos 3,5 km en dirección levante. Arribados al Val de la Sabina hay que buscar el camino de Sesga, para lo cual hay que bordear el caserío por la parte baja, vadear la rambla y ascender por la ladera opuesta. Del Val de la Sabina a Sesga hay unos 8,5 km, pero a medio camino, antes de entrar en la zona de las barracas, hallaremos el desvío de Fuente Bellido.

En suma: si pretendemos ir de forma rápida a Fuente Bellido -para conocer el lugar y admirar el paisaje-, lo más recomendable es ir en coche, siguiendo el camino rural asfaltado de Mas del Olmo, vía Val de Sabina. Desde el Val seguiremos el trayecto buscando la pista de Sesga, hasta el citado desvío a Fuente Bellido. No obstante, si lo que pretendemos es recorrer el sendero del paraje caminando, lo más conveniente es ir a Casasaltas, aparcar el coche junto a la ribera e iniciar la ascensión desde el punto cero. Se trata de un recorrido circular que acaba en el mismo lugar de partida, bando por la margen izquierda del barranco de la Umbría, siendo su recorrido total de unos 10,5 km. Yendo en bicicleta de montaña, podemos seguir indistintamente uno u otro acceso, aunque los repechos existentes en el trazado requieren cierto entrenamiento.


Detalle de señalización en el desvío de la pista de Sesga (Ademuz), camino del Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido", con Casasaltas (Valencia) al fondo (2018).

Fuente Bellido: área recreativa, fuente y mirador.
Decía que desde la carreterita de Sesga en la que confluye el camino que viene de Casasaltas (desde el punto cero) hasta Fuente Bellido el trayecto es común, suponiendo apenas 1,5 km. De esta forma, medio kilómetro más arriba hallaremos un desvío a la mano derecha, la señal metálica indica la dirección de Fuente Bellido, situada 1 km más adelante.

El camino de tierra continúa por la alta ladera del monte, ofreciendo al visitante un panorama amplio, despejado, de gran belleza formal. A nuestros pies se halla el valle del Turia, que discurre de norte a sur. Al otro lado del río pueden observarse distintos núcleos urbanos de la comarca, desde Los Santos y Castielfabib (al noroeste) hasta Casasbajas (al suroeste), pasando por Ademuz y Casasaltas, que se sitúan en puntos intermedios. El horizonte lejano lo cierra al norte la Serranía de Albarracín, al poniente la Sierra de Santerón y al sur la Serranía de Cuenca. Nuestra posición se localiza en las estribaciones meridionales de la Sierra de Javalambre y Sierra de Tortajada.

Desde la carreterita de Sesga hasta el área de recreo y mirador de Fuente Bellido el trayecto supone un suave descenso por una pista en magnífico estado. Apenas un kilómetro más adelante arribaremos a un espacio construido en un rellano de la ladera en el que pueden verse dos edificios principales, un asador y un espacio abierto techado a modo de cenador. La zona occidental del recinto se halla protegida por una valla de madera, hay mesas con bancos adosados y árboles de sombra. En posición septentrional hay dos grandes depósitos, uno en un plano superior y otro algo más abajo. A la entrada de la zona de depósitos un cartel ilustra al respecto: Construcción de Puntos de agua para paliar los efectos de la sequía en la Provincia de Valencia.[1]El cartel se refiere al depósito superior, que tiene forma de dodecaedro y está cubierto. Una chapita situada en una de sus caras informa acerca de esta construcción prefabricada (2002), procedente de Mansilla de las Mulas (León). Junto a este depósito hay una canal en dos tramos, a modo de abrevadero corrido. El depósito situado más abajo, de mayor tamaño, posee forma circular y está descubierto, aunque cercado por una valla metálica: forma parte de la red de depósitos de agua para la extinción de incendios forestales.


Depósito para paliar los efectos de la sequía en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.

Detalle de depósito para paliar los efectos de la sequía en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.


Detalle de canal para paliar los efectos de la sequía en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.



Detalle de depósito para la lucha contra los incendios forestales en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.

Decía que el conjunto de Fuente Bellido está formado por dos edificios principales exentos, situados contra el muro oriental del recinto: un asador y un cenador. El más notable es el cenador abierto al frente, con pilares cuadrangulares forrados de losas y cobertura de teja árabe a doble vertiente, la estructura es de madera tipo parhilera con tabicas. Bajo el techado hay varias mesas-banco, del mismo estilo que otras repartidas por la zona. Un panel adosado al muro meridional del cenador contiene información de la Diputación de Valencia relativa a la Obra de Acondicionamiento y Mejora del Paraje Natural “Fuente Bellido”, Municipio de Casas Altas. Presupuesto: 41.425,92 €. Construye: Construcciones y Promociones TUEVA, S.L.



Detalle de panel informativo en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), relativo a su construcción y acondicionamiento (2018).


En el muro septentrional del edificio de los asadores hay dos carteles informativos, el de la derecha anuncia que las obras del conjunto forman parte del “Plan de dinamización turística Rincón de Ademuz”, constituyendo un “Acondicionamiento de Área Recreativa”. El de la izquierda contiene un texto bilingüe (castellano/valenciano) de la Generalidad Valenciana, relativo a la prohibición del uso del fuego fuera de los lugares habilitados al efecto, dice en castellano:

* Antes de encender fuego compruebe el nivel de preemergencia por riesgos de incendios.
* En caso de NIVEL 3 de preemergencia queda totalmente prohibido el uso del fuego.
* El nivel de preemergencia puede consultarse en: Sistema Integrado de Gestión de Incendios Forestales


Asimismo, el panel contiene datos de instalación:
Nombre: Fuente Bellido.
Código: V.22.7
Municipio: Casas Altas.
Provincia: Valencia.
Zona PREVIFOC: 3
Teléfono de emergencias: 112.

Detalle de panel informativo en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), relativo a la prevención de incendios forestales (2018).

Detalle de la cobertura del cenador en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" de Casasaltas (Valencia), 2018.

Detalle de mesas-asiento y plafón cerámico en el mirador del Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" de Casasaltas (Valencia), 2018.


En prevención de las catastróficas consecuencias de un incendio en el monte, toda precaución es poca. En un lado del conjunto, frente a las escaleras con atoques de madera que ascienden hasta la fuente hay un recinto de madera para los contenedores de basura. Hacia el fondo, en la parte que constituye propiamente el mirador sobre el valle del Turia, hay una mesa de obra inclinada, en cuya parte superior se muestra un plafón cerámico con una colorida representación del paisaje que se observa, detallando los puntos de mayor interés. El panel lo forman 30 ladrillos y está firmado por X. Claur de Alzira. Se refiere a Xavier Claur, Cerámica Artesanal Valenciana y carece de fecha. En el ángulo superior izquierdo figura el escudo municipal de Casasaltas, mientras que la base puede leerse en grandes letras negras: PNM FUENTE BELLIDO-CASAS ALTAS.

La lectura del paisaje, de norte a sur, esto es, de derecha a izquierda, muestra los accidentes geográficos más notables: el Pico Javalón (1.680 m), término de Jabaloyas (Teruel); el Pico Castro (890 m), término de Ademuz (Valencia); la Sierra de Veguillas (Teruel) y la Muela de Arroyo Cerezo (1.560 m), término de Castielfabib (Valencia); el casco urbano de Ademuz (Valencia) y el valle del río Bohilgues, término de Ademuz; la Sierra de Salvacañete (Cuenca); el paraje de La Balsa, término de Ademuz y Casasaltas (Valencia); el casco urbano de Casasaltas; el Pico Talayón (1.600 m), Casas de Garcimolina (Cuenca); el paraje del Pinar de Casasaltas, el valle del río Turia, el casco urbano de Casasbajas y en el horizonte suroccidental más lejano el paraje Medio Celemín, término de Santo Domingo de Moya (Cuenca).


Vista general del valle del Turia desde el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" de Casasaltas (Valencia), 2018.

Detalle de panel cerámico en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" de Casasaltas (Valencia), obra del ceramista valenciano Xavier Claur de Alzira (2018).


Obviamente, la ubicación de los distintos lugares, parajes y accidentes es aproximada, destacando, sin embargo, la belleza y el colorido del panel cerámico y la solidez de la mesa que lo soporta. Merece la pena detenerse a contemplar el espléndido panorama que se nos ofrece desde este mirador, en el que destacan los núcleos urbanos de Ademuz, Casasaltas y Casasbajas, ubicados en la margen derecha del valle del Turia, los detalles geográficos más significativos y los distintos planos del horizonte.

Unas escaleras con escalones de tierra y atoques de madera contra el muro oriental permiten acceder al plano superior del conjunto, que corresponde al camino por el que se llega al lugar. En la ladera se halla el hontanar de Fuente Bellido, que da nombre al paraje protegido. La fontana muestra un frontis triangular con albardilla de losas. Posee un pilón con caño metálico y un abrevadero en la base. En el frente aparece un cartel con grandes letras labradas sobre un remozo de cemento:

PROHIBIDO/ MOJAR PAJA/ MULTA 50 PTS/ AÑO 1955.

El texto nos remite a los años cincuenta del siglo XX, cuando Casasaltas censaba 680 habitantes. La prohibición de “mojar paja” me lleva a evocar otra similar que recogiera el escritor y periodista valenciano Luis B Lluch Garín (1907-1986) en su excursión de Torrebaja a Sesga, en agosto de 1957. En aquella ocasión el periodista iba acompañado del párroco de Torrebaja -don Antonio Martínez Gavalda (1915-1976)-, subieron por la cuesta de los Molares, circundando el Cerrellar hasta la fuente del Hontanar:
  • Sobre una roca y teniendo como fondo unas pinceladas de cal, han escrito la siguiente prohibición con esta curiosa ortografía: AÑO 1945. SE PROYVE EL MOGAR PAGA EN LAS PYLAS BAGO LA MULTA DE VEYNTE PESETAS.[2]

Ambas prohibiciones, la que recoge Lluch Garín en la fuente del Hontanar (de 1945) y la de Fuente Bellido (de 1955) están relacionadas. Se refieren a la costumbre de los lugareños de mojar paja para hacer los vencejos, pequeños manojos de paja con que se ataban los haces para el acarreo hasta la era. Para hacer la ligadura con los vencejos se utilizaba un palo de dos palmos con un extremo en punta. Por entonces (años cuarenta, cincuenta y primeros sesenta) estos términos estaban bastante poblados, la actividad agropecuaria era intensa en la zona. Las fincas abancaladas que pueden verse en el espacio protegido del Paraje Natural se hallaban cultivadas, aunque hoy aparecen yermas, cuando no llenas de aliagas y matojos. En otro tiempo, sin embargo, aliagas y romeros eran muy buscadas. Un vecino de Ademuz, Fermín el Albacoro, me decía: “Si se vieran juntas las aliagas que han quemado los hornos de pan comer de Ademuz harían un montón tan grande como el Pico Castro”. Porque los hornos y fuegos bajos de muchos hogares de entonces utilizaban aliagas y romeros como combustible. Hoy nadie las busca y crecen por doquier como parte del sotobosque.


Detalle de infraestructura en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.

Vista fronto-lateral derecha (suroccidental) de Fuente Bellido en el Paraje Natural Municipal de su nombre en Casasaltas (Valencia), 2018.

Detalle de inscripción en el frontis de la fuente del Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" de Casasaltas (Valencia), 2018.


Junto a la fuente hay un poste bajo con un ladrillo de cerámica (del mismo estilo que el de la mesa panorámica del mirador) enmarcado en metal, ilustrando acerca de la flora y fauna del lugar: este primer ladrillo muestra un enebro común (Juniperus communis) como figura principal, así como una culebra de escalera (Rhinechis scalaris) y una Garduña (Martes foina).

Ladrillo cerámico en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.


Riqueza paisajística y patrimonio cultural.
Dejamos el complejo construido de Fuente Bellido para continuar por el camino que se dirige hacia el sureste; nuestra intención es completar el sendero circundando el barranco de la Umbría y llegar hasta el punto cero en la ribera del Turia. El camino hace un fuerte repecho, hasta un punto elevado desde donde se ofrece una magnífica vista del barranco, por cuya ladera izquierda zigzaguea la bajada. Resulta sorprendente la evolución que ha sufrido la valoración del paisaje en las últimas décadas, los lugareños de medio siglo atrás lo percibían como un inconveniente, como una dificultad añadida a su quehacer. No en vano debían dedicar tiempo y esfuerzo en subir y bajar por un terreno agreste para sus labores cotidianas. La labranza y la siembra, la siega y el acarreo... conducir una punta de ganado por hondonadas y entre peñascos tenía muy poco de bucólico. Sin embargo, el paisaje constituye hoy riqueza patrimonial, fuente de belleza, sosiego y cultura. Una vez más, la perspectiva con la que vemos el mundo resulta decisiva para su valoración. La de la estética siempre es aconsejable, pues su contemplación puede ayudarnos a ser mejores.


Detalle de infraestructuras en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" de Casasaltas (Valencia), 2018.

Detalle de infraestructuras en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" de Casasaltas (Valencia), 2018.


Tras el repecho inicial el camino llega a un tramo llano, en cuya margen izquierda puede verse una típica barraca de piedra en seco y aspecto megalítico. Al ampliar el camino la construcción ha quedado en alto, mostrando un dintel formado por una gran piedra plana. Asomándonos a su interior podremos ver las paredes basadas en lajas de piedra que se aproximan hacia el centro, formando una falsa cúpula. Estas barracas fueron ampliamente utilizadas en tiempos subactuales, como refugio de agricultores y pastores en momentos de tormenta, para guardar el hato, incluso como moradas temporales en momentos puntuales del ciclo agrario. Me llama la atención que no se haya dedicado una placa cerámica a la barraca, dado que estas construcciones constituyen parte significativa del patrimonio cultural de la zona.[3]



Barraca de piedra en seco junto al camino, Parque Natural Municipal "Fuente Bellido" de Casasaltas (Valencia), 2018.

Detalle de la entrada a la barraca de piedra en seco, Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" de Casasaltas (Valencia), 2018.

El camino continúa por la alta ladera derecha del barranco de la Umbría, hasta el lugar del segundo ladrillo cerámico del recorrido, situado al borde de la vía. La placa muestra elementos de la flora y fauna del lugar: un águila culebrera (Circaetus gallicus), una mata de romero (Rosmarinus officinalis), otra de lavanda (Lavandula latifolia) y una orquídea piramidal (Anacamptis pyramidalis). En este punto merece la pena destacar los cantiles del cerro situado a la izquierda del camino, entre los que aparecen amplias paredes de piedra sujetando los abancalamientos. La altura de los más elevados es considerable, ello hace pensar que nuestros predecesores sobre este paisaje aprovecharon al máximo el terreno de cultivo. Los paredones sujetaban estrechas franjas de tierra en las que un burro tendría dificultad para dar la vuelta al surco; allí se cultivaba cereal y viña, posteriormente almendros. Los abancalamientos se llevaban a cabo en invierno -cuando menos trabajo había en el campo-: entonces se arreglaban los portillos y se acarreaba la tierra.



Detalle de muros de piedra en el abancalamiento de la ladera, Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" de Casasaltas (Valencia), 2018.

Ladrillo cerámico en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.


Proseguimos el camino hasta la tercera placa, en la que se representa una joven sabina negral (Juniperus phoenicea), sobrevolada por una bandada de abejarucos (Merops apiaster); una curruca rabilarga (Sylvia undata) contempla la escena posada sobre una ramita. Los ladrillos de cerámica que encontraremos a los largo del recorrido constituyen una forma sencilla y muy didáctica de aprender a conocer la fauna y flora que nos rodea. Los animales son difíciles de ver, por el contrario de la flora. Para respetar la naturaleza nada mejor que conocerla; sin conocimiento difícilmente puede surgir el amor. El camino prosigue hasta la cabecera del barranco, situada poco más adelante. Sobrepasado el extremo oriental nos encontraremos con una fuente recostada contra la ladera izquierda, basada en un frontis rectangular de piedra. El caño lo forma una simple losa plana, dejando caer el agua obre un abrevadero de obra alargado. El manantial proviene de la parte alta, una zona de huertas abancaladas en las que pueden verse nogueras y cerezos, pinos, enebros y sabinas... incluso álamos blancos de hojas plateadas.

Ladrillo cerámico en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.


Vista frontal de fuente en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" de Casasaltas (Valencia), 2018.

Detalle de fuente en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" de Casasaltas (Valencia), 2018.


Ladrillo cerámico en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.


Poco más delante de la fuente con frontis de piedra veremos la cuarta placa de cerámica, en la que se representa una coscoja (Quercus coccifera) y un lagarto ocelado (Lacerta lepida) que girando la cabeza nos mira con descaro. Desde la cabecera del barranco de la Umbría el camino desciende por la ladera izquierda de la cárcava, abundan los pinos de reforestación y variedad de especies vegetales, las tierras son rojizas y blanquecinas, la quietud completa. Caminar en silencio por el bosque constituye un completo -y gratificante- ejercicio de meditación.

Siguiendo el camino encontraremos la cuarta placa, la cerámica representa varios pinos laricios (Pinus nigra) y un pico picapinos (Dendrocopos major) que se agarra al tronco de un árbol, mientras un corzo (Capreolus capreolus) camina por el sotobosque. El pino más abundante en el Paraje es el carrasco (Pinus halepensis); no obstante, también pueden observarse laricios o salgareños, como los representados en el ladrillo.

Ladrillo cerámico en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.

Camino abajo hallaremos un notable ejemplar de encina en el borde del camino, bajo su ramaje se halla la quinta placa, cuya cerámica representa una copuda carrasca (Quercus ilex); a sus pies pueden verse dos rayones y un jabalí (Sus scrofa), especie invasora y dañina muy abundante en la zona. Desde este punto la panorámica del valle del Turia luce magnífica, hacia el noroeste se distingue el caserío de Ademuz, precedido por la línea horizontal del puente de la CN-330 de Manzaneruela a Torrebaja, a su paso sobre Los Arenales de Ademuz. Más abajo se encuentra Casasaltas, el caserío adosado a las laderas del Pinar Llano, entre el monte y la vega. Dejamos atrás la carrasca y proseguimos el descenso. A ambos lados de la pista pueden verse restos de las antiguas paradas abancalas donde proliferó el cereal, la viña y el olivo -todavía quedan cepas asilvestradas dispersas por la zona. Asimismo, puede observarse higueras y azarollos entre los pinos reforestados.


Vista parcial del camino en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.

Detalle de carrasca en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.

Ladrillo cerámico en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.

Conforme descendemos el camino llanea, la cárcava muestra al caminante el intenso colorido de sus laderas, en la que predominan las areniscas de los rojizos terreros miocénicos. En este punto encontraremos la sexta placa, su cerámica ilustra el singular paisaje del barranco de la Umbría, mientras una cabra montés (Capra pyrenaica) observa el acantilado que forma el terrero; con las alas extendidas, un búho real (Bubo bubo) contempla la escena desde lo alto.

Detalle de la cárcava en el barranco de la Umbría, Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.

Ladrillo cerámico en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.

Detalle de la cárcava en el barranco de la Umbría, Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.

Siguiendo las amplias revueltas del camino, entre pinos y almendrales arribamos a la desembocadura del barranco de la Umbría en el Turia. Sobrepasada una construcción con cubierta de teja árabe que aparece a la mano derecha del camino encontraremos la séptima placa del sendero, su cerámica ilustra una finca de manzanos (Malus domestica), melocotoneros (Prunus persica) y cerezos (Prunus avium), mientras un avispado tejón (Meles meles) contempla el panorama. El camino prosigue circundando la base de la antigua escombrera, para dar a la ribera del Turia por el camino que asciende al Alto del Gazapo, monte de utilidad pública de Casasaltas. De esta forma llegamos al punto cero del sendero, allí se halla el área de recreo infantil y el panel cubierto desde el que iniciamos el recorrido.


Ladrillo cerámico en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.

Desde el punto cero, hasta el puente de Casasaltas sobre el Turia, hay un sombreado paseo con varios bancos de piedra con respaldo. Junto a uno de los bancos de la ribera se alza un poste de señalización, la pala superior indica la altitud de Casasaltas: 712 metros sobre el nivel del mar. La inferior marca la dirección a seguir para ir a Val de la Sabina (2 horas 42 minutos caminando), siguiendo el PR-V/131.6. En la misma ribera, aguas arriba se halla la octava placa, su cerámica ilustra sobre árboles: Sauce (Salissp) y chopos (Populus nigra), ubicados a ambos lados del río, mientras una oropéndola (Oriolus oriolus) de amarillo plumaje observa con atención el discurrir del agua.

Ladrillo cerámico en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.


La novena y última placa del recorrido (podría ser también la primera, todo depende del orden que les demos) se halla en la margen del camino junto a la huerta, su cerámica ilumina la zona de eras y pajares sobre la ladera opuesta al pueblo, en el campo vides (Vitis vinifera), mientras un ratonero común (Buteo buteo) sobrevuela el paisaje en busca de su comida preferida.


Vista de eras y pajares en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.

Ladrillo cerámico en el Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.



Palabras finales, a modo de conclusión.
El recorrido propuesto corresponde al sendero principal que recorre el Paraje Natural Municipal “Fuente Bellido” de Casasaltas, declarado por acuerdo del Consell de la Generalidad Valenciana en junio de 2007. Su trazado parte del punto cero, situado en la ribera izquierda del Turia, por debajo de Casasaltas y asciende por la ladera de las eras y pajares del lugar hasta encontrar el camino rural asfaltado de Sesga.

La carreterita continúa en ascenso durante medio kilómetro, hasta el punto donde aparece el desvío al conjunto de Fuente Bellido, ubicado en la ladera occidental del monte. El Paraje constituye un espectacular mirador sobre el valle del Turia, incluye asador, cenador, mesas-banco y árboles de sombra, así como el hontanar con pilón y abrevadero corrido que da nombre al paraje. La zona incluye árboles de sombra, entre los que destacan varios tilos.


Panel informativo relativo al Paraje Natural Municipal "Fuente Bellido" en Casasaltas (Valencia), 2018.
El recinto incluye una mesa de obra con un estupendo panel cerámico que ilustra acerca del paisaje y los puntos geográficos y urbanos de mayor interés, obra del ceramista Xavier Claur de Alzira (Valencia). A lo largo del recorrido hallaremos diversos ladrillos cerámicos del mismo estilo, ilustrando sobre la fauna y flora del Paraje.

Junto al conjunto de Fuente Bellido se hallan los depósitos de agua que alimenta el hontanar, uno cubierto contra la sequía y otro descubierto contra los incendios forestales.

El recorrido por el Paraje supone ascender hasta la cabecera del barranco de la Umbría, donde mana una rústica fuente de agua subterránea de gran pureza y su descenso por la margen izquierda de la hondonada. El paisaje constituye uno de los actores principales de este singular espacio protegido, en el que cabe destacar su riqueza medioambiental, flora, fauna y geología. Asimismo, merece la pena enfatizar en las construcciones tradicionales del parque: los muros de contención de las antiguas paradas de cultivo y las barracas de piedra en seco.


Detalle de banco en la ribera del Turia en Casasaltas (Valencia), 2018.

La declaración del Paraje Natural Municipal “Fuente Bellido” de Casasaltas por parte de la Generalidad Valenciana (2007) fue a propuesta del Ayuntamiento de Casasbajas, un acierto que cabe reconocer. La mejor forma de agradecimiento es visitar el lugar, atendiendo a una sencilla recomendación: El mejor visitante es aquel que no deja huella... Disfruten del paisaje y si les ha gustado o han encontrado deficiencias, manifiéstenlo. Vale.






[1] Se refiere al Real Decreto-Ley 8/2000 de 4 de agosto, que tiene por objeto la adopción de medidas de carácter urgente para paliar los daños producidos por la sequía y otras adversidades climatológicas: Construcción de puntos de suministro de agua (54) Con objeto de atender las necesidades de agua de las explotaciones ganaderas de régimen extensivo en las que la sequía haya agotado las fuentes de suministro habituales, se autoriza al Ministerio de Agricultura para realizar, con carácter de emergencia, las obras necesarias para construir puntos de suministro. Según las autoridades españolas, se trata de obras de carácter público, cuya ejecución corresponde a la Administración, y, por lo tanto, no son ayudas a los agricultores o ganaderos.
[2] LLUCH GARÍN, Luis B. La Val de la Sabina, publicado en diario Las Provincias, el 16 de noviembre de 1965. ID (1980). Ermitas y paisaje de Valencia, Edita Caja de Ahorros de Valencia, Valencia, tomo I, p. 535. ISBN: 84-500-3983-5
[3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Las barracas de piedra de Mas del Olmo, paradigma deriqueza patrimonial, en Desde el Rincón de Ademuz, del domingo 26 de febrero de 2012. 


OTRAS REFERENCIAS:
* Turisme a les comarques de València: Paraje Natural Municipal “Fuente Bellido”(Casasaltas, Valencia),  del 10 de octubre de 2013.


LA FUENTE VIEJA DE ADEMUZ, VALENCIA.

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A propósito de una visita al lugar hidrológico.




“Abundan asimismo las aguas potables en las espresadas aldeas,
y los vecinos de la villa se surten de la que brota por 4 caños
de la fuente del Molino
-Madoz, Diccionario Geográfico..., 1845, tomo I, p. 83-.











Palabras previas, a modo de introducción.
La Fuente Vieja de Ademuz es la más popular de las fuentes de la localidad, cualquier vecino al que preguntemos sabrá decirnos dónde está. Se trata de una fuente de siete caños, con pilón y abrevadero, que forma un conjunto hidráulico con el lavadero público anexo que aprovechaba sus aguas. En sus inmediaciones se halla el antiguo molino harinero de la villa, inseparable del conjunto dada su proximidad y el elemento que les une.

La fuente está documentada desde mediados del siglo XIX (1845), aunque Madoz la cita como “fuente del Molino” –refiriéndose sin duda al molino de la villa-; de haber referencias más antiguas, las desconozco.

El aspecto actual del conjunto hidráulico, situado en la margen derecha del Boilgues (también, río de Vallanca), es resultado de las intervenciones sufridas en los últimos años, aunque la fuente propiamente ha debido cambiar poco en su aspecto externo –me refiero a su hechura, en cuyo frontis luce una fecha: AÑO 1903-.

El Ayuntamiento de Ademuz colocó una placa en conmemoración del primer centenario de la fuente (1903-2003), de forma que sigue siendo un lugar emblemático, visita obligada para los que vienen a Ademuz, se ha popularizado en los últimos años como lugar de casamiento para algunas parejas.

Por encima de todo, el conjunto hidráulico se halla en un paraje singular, a la vera del río de Vallanca y sombreado por un monumental plátano (Platanus orientalis).


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Vista frontal de la Fuente Vieja de Ademuz (Valencia), con detalle del frontis, los siete caños y el pilón (2018).
Vista parcial (fronto-lateral derecha) de la Fuente Vieja, con dos mozas posando sobre ella (ca.1955-65) [Foto tomada del panel Centro de Interpretación del Agua "Molino de la Villa"].


Noticias históricas.
Decía arriba que las referencias más antiguas que conozco son las de Pascual Madoz (1806-1870), político español progresista, autor de un célebre Diccionario en dieciséis volúmenes (1845-1850). En el tomo I (1845), al decir de Ademuz comenta que la villa se halla “sobre la pendiente de un cerro” a la derecha del Turia y que la población la forman ocho centenares de casas “de altura regular pero de pocas comodidades, distribuidas en calles tortuosas, pendientes y mal empedradas”. Respecto a las aguas potables, elogia su abundancia en las aldeas, al tiempo que explica que los vecinos de la villa “se surten de la que brota por 4 caños de la fuente del Molino”.[1]

Cuando dice de la “fuente del Molino” interpretamos que se refiere a la actual Fuente Vieja, anexa al molino de la Villa, distinto del molino de Efrén (situado aguas arriba del Bohilgues), y del molino Nuevo (situado en la entrada septentrional de Ademuz, aguas abajo del puente del Sotillo sobre el Turia). En su tiempo, mediado el siglo XIX (1845), la “Fuente Vieja” tenía cuatro caños, aunque hoy tiene siete.

Desconozco otras noticias antiguas respecto a la “Fuente Vieja”, autores anteriores a Madoz, tales el botánico Cavanilles (1745-1804) o el geógrafo Miñano (1779-1845), que toma muchos datos del naturalista, no la mencionan en sus obras al decir de la villa.[2]

Es de pensar, sin embargo, que la fuente ya existiría en tiempo de estos autores; el hecho de no mencionar el manantial del que se abastecía la villa para su consumo habitual puede explicarse porque no tenía nada de particular, considerando que había asuntos más importantes que contar.

Entre los autores modernos que la nombran está el geógrafo Rodrigo Alfonso (1998), que la sitúa "a los pies de la población".[3]

Asimismo, resulta razonable pensar que la fuente del Molino fuera el nombre primitivo del hontanar (dado que se hallaba junto al primer molino de la Villa), y que el nombre de “Fuente Vieja” se le puso a posteriori, cuando se fundaron otras fuentes en la villa, para distinguirla de las nuevas. La principal fuente nueva que se hizo en Ademuz en tiempos modernos se ubicó en un extremo de la plaza de la Iglesia (anteriormente, plaza de D. Blas Máñez), en relación con la traía del agua potable a la villa (1954), dicha fuente se colocó después en el frontis de Las Gradas de acceso al templo, como puede verse en la actualidad. Aquella primera fuente de la plaza se dispuso -aproximadamente- en el lugar donde estuvo el "copudo olmo" del que dice Madoz.[4]



Vista general de la plaza de la Iglesia de Ademuz (Valencia) durante un festejo taurino, con detalle de la primera fuente que hubo, en relación con la traída del agua potable a la villa (1954). Esta primera fuente se ubicó aproximadamente en el mismo lugar donde estuvo el "copudo olmo" del que dice Madoz (1845) [Foto de Alicia Mañas: modificada de la revista Ababol 6 (1996), p. 14].


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Vista parcial (meridional) de Ademuz (Valencia), con detalle del comienzo de la carretera de Vallanca: kilómetro 0 de la CV-478 y visitantes de vuelta de la Fuente Vieja (2018).


En busca de la Fuente Vieja de Ademuz.
Para visitar la “Fuente Vieja” debemos dirigirnos a la salida meridional de la villa, yendo por la carretera N-330ª, dirección Casasaltas. Antes de cruzar el río Boilgues encontraremos a la mano derecha el comienzo de la carretera de Vallanca (CV-478). Siguiendo esta vía, a una veintena de pasos veremos a la mano izquierda un desvío que lleva directamente al conjunto hidráulico que forman el molino, la fuente y el lavadero. Si vamos en coche, podemos seguir por la N-330a y nada más atravesar el puente sobre el Boilgues (existe otro peatonal de madera junto al carretero), veremos un desvío a la derecha que lleva para la fuente de Juan Manzano y el paraje de La Hoz. Cien metros más adelante, en la ribera derecha del Boilgues hay un área de aparcamiento junto complejo hidráulico.


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Vista parcial (meridional) de Ademuz (Valencia), con detalle del acceso a la Fuente Vieja (2018).

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Detalle de cartel en la ribera derecha del río Bohilgues, indicando la dirección de la Fuente Juan Manzano y el paraje de La Hoz en Ademuz (Valencia), 2018.


Si elegimos el camino de la carretera de Vallanca veremos que antes de cruzar el puente de obra sobre el Boilgues hay un panel informativo cubierto a la derecha. El panel se refiere al Centro de interpretación del agua “Molino de la Villa”. Al hacer una excursión, mi consejo –siempre- es leer los carteles que vayamos encontrando al paso. Háganlo así y me lo agradecerán, porque el que no sabe es como el que no ve. El panel incluye varias fotografía, el texto dice:
  • <El presente itinerario recorre el Bohilgues, un curso fluvial con un importante patrimonio ambiental y paisajístico. La importancia de este río no se acaba aquí, fue también un elemento clave para numerosas actividades humanas que aún se puede reconocer en el paseo que recorre sus riberas./ El agua del Bohilgues y su entorno ha sido empleada tradicionalmente para el abastecimiento de la población de Ademuz. Además del agua de boca y consumo doméstico que proporcionaban fuentes como la de los siete caños o la de Jesús Manzano, sus aguas eran empleadas para hacer la colada en el lavadero y en establecimientos artesanales como la aguardentería que encontramos enfrente. La creación de una red pública de agua potable y fuentes en 1954 y su posterior ampliación a los hogares acabaron con estos usos./ El agua del Bohilgues también sirvió para mover maquinaria como las ruedas del Molino de la Villa y el Molino de Efrén y desde principios del siglo XX para producir electricidad. La primera generación de centrales se construyó río arriba (en Negrón y en Vallanca) en los años que van de 1914 a 1920, aunque el punto álgido de esta actividad se alcanzó en 1953 con la construcción de la central “Nuestra Señora del Milagro” que se mantuvo en funcionamiento hasta 1974./ La fertilidad de los sedimentos aportados por el Bohilgues y la abundancia de agua permitieron el desarrollo de una fértil vega cultivada que conocemos también en este itinerario. El regadío se sustenta en una compleja red de captación y distribución de caudales compuesta por una veintena de microsistemas. El Bohilgues al discurrir encajonado en una buena parte de su recorrido, causa frecuentes avenidas que pueden dañar cultivos y viviendas de sus riberas. Por ello, desde siempre se han desarrollado pequeñas obras de ingeniería civil como muros, diques... que junto a repoblaciones  con especies de ribera, han permitido disminuir los riesgos>

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Detalle de panel informativo junto al puente del río Bohilgues, en el acceso a la Fuente Vieja por el camino de la aguardentería (2018).

El panel ilustra acerca del curso del Bohilgues, cuya particularidad lo ha convertido en un itinerario de alto valor naturalístico (paisajístico y ambiental). Tradicionalmente, el agua del río de Vallanca ha servido para el riego de las fértiles huertas de la zona, además de para el abastecimiento a la población de Ademuz, junto con la Fuente Vieja (también, Fuente de los Siete Caños) y la Fuente de Juan Manzano, manantiales utilizados como agua de boca y consumo doméstico hasta la traída del agua potable mediados los años cincuenta (1954). La red del agua potable sirvió inicialmente a las fuentes públicas, posteriormente ampliada a los domicilios particulares. Otros usos del agua del Bohilgues fueron los propios del Molino de la Villa (antiguamente, Molino Real) y el Molino de Efrén (que data del siglo XVIII y está situado aguas arriba del Bohilgues), y para las fábricas de electricidad construidas a principios del siglo XX (en Negrón y Vallanca), asimismo que para la Central de Nuestra Señora del Milagro, que se mantuvo en funcionamiento durante veinte años (1953-1974). Cabe destacar la compleja red de acequias que canaliza el agua de riego hacia la vega del Bohilgues, y las frecuentes avenidas del río en tiempo de lluvias. Los desbordamientos del río producían considerables daños sobre huertas y cultivos, ello propició la construcción de muros y diques para la contención de las aguas, en lo que colaboraba también la repoblación de sus riberas con distintas especias arbóreas.

Sigue diciendo el texto del panel:
  • <El río ha sido también fuente de materiales para la construcción al aprovechar sus cantos para construir mampostería y sus áridos (arena, gravas...) para la elaboración de morteros y hormigones. La madera de los chopos de sus riberas también fue empleada frecuentemente por los albañiles locales. No se acaba aquí el uso de la flora de las riberas. La leña de todos los árboles era aprovechada como combustible; las varas de almeces y chopos se empleaban en la confección de mangos y bastones; la sarga era utilizada para cestería; el junco para cordelería y para el suelo de algunas viviendas y la anea para la cestería y respaldo de sillas.... Casi todos estos árboles y plantas eran aprovechados también para forraje y cama de animales y algunas especies, como la zarzamora, producían frutos que eran consumidos por los humanos. El río cuenta también con una abundante fauna en la que destaca la nutria y endemismos como la madrilla. Ésta, junto a otras especies como el barbo, la anguila o el cangrejo eran pescados y constituían una fuente de alimentos y variedad en la dieta para la población local. Hoy en día el Bohilgues se encuentra protegido por su riqueza natural, quedando la pesca restringida a ríos vecinos como el Turia>.

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Detalle del panel relativo al Centro de Interpretación del Agua "Molino de la Villa" en Ademuz (Valencia), 2018.

Tradicionalmente, las piedras, arenas y gravas del río se han utilizado en la construcción de muros y edificios, de la misma forma que la madera de los árboles de sus riberas. La leña se utilizaba también como combustible, las varas del almezo para la fabricación de variedad de aperos agrícolas (astiles, bastones, horcas...), las sargas en la cestería, los juncos en cordelería, la anea para respaldo y asiento de sillas... Las ramas de variedad de árboles y plantas se utilizaban como forraje y cama de animales, otras tenían uso humano. Tampoco es de despreciar la abundante fauna vinculada al río, como la nutria y la madrilla (Parachondrostoma miegii), pez endémico del río. Junto a este pez endémico había otros (anguilas, barbos, cangrejos...) que constituían fuente de aporte proteico a los habitantes de la zona. Dada su particularidad y riqueza natural, la cuenca del río Bohilgues se encuentra hoy protegida.

El panel, patrocinado por el Ayuntamiento de Ademuz y la Diputación de Valencia (Plan de Turismo de Interior), recoge una serie de recomendaciones útiles:
  • Este es un itinerario sencillo que puede ser recorrido sin necesidad de equipamiento especial. En todo caso es recomendable llevar calzado adecuado y, en verano, sobre todo, agua y algún tipo de recubrimiento para la cabeza.
  • Las riberas del Bohilgues albergan un rico patrimonio natural y cultural, es deber de todos preservarlo y mantenerlo para que pueda ser disfrutado en el futuro.
  • Si durante el trayecto se sufre cualquier tipo de percance se puede llamar a lo siguientes teléfonos: Guardia Civil: 978782025. Emergencias: 112
  • También es interesante anotar los siguientes teléfonos: Consultorio médico: 978785181 y 978785181 (Urgencias). Farmacia: 978785042. Ayuntamiento: 978782000

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Vista parcial de la antigua aguardentería de Ademuz (Valencia), con detalle de la canal sobre el río Bohilgues al fondo (2018).


Frente al panel está el edificio de la antigua aguardentería, al fondo puede verse una canal metálica que atraviesa el Bohilgues con dirección a la destilería. Dejamos el lugar del panel, atravesamos el puente y ya en la ribera derecha encontramos otro panel, éste con información relativa al Molino de la Villa: CENTRO DE INTERPRETACIÓN DEL AGUA “MOLINO DE LA VILLA”. Junto a varias fotografía del entorno hay un texto que dice:
  • <El Centro de Interpretación del Agua de Ademuz nos ayuda a conocer mejor este recurso básico para la vida. En sus instalaciones se analiza este recurso esencial para la vida y la actividad económica desde diversos puntos de vista y haciendo incidencia en que se trata de un elemento cada vez más escaso y valioso. Así mismo, la exposición nos permite comprender como ha evolucionado la utilización del agua a lo largo del tiempo. Diversos materiales expositivos y audiovisuales, así como objetos, entre los que destaca el conjunto de maquinaria restaurada, permiten una completa aproximación al agua, a su vinculación con la sociedad y en general a las gentes de estas tierras./ La instalación se ubica en el Molino de la Villa, uno de los edificios más emblemáticos de Ademuz, cuyo origen se remonta a tiempos medievales. Esta localización permite comprobar la relación estrecha entre Ademuz y el agua y cómo este recurso ha sido aprovechado históricamente por sus habitantes. En el entorno del molino se asientan construcciones de diversa naturaleza, aunque todas ellas ligadas al agua y todavía en buen estado de conservación. De esta manera nuestro molino se inserta en un conjunto de gran valor cultural del que forman parte la Fuente Vieja, el lavadero, la aguardentería, la canal del molino.../ Frente al molino tiene su inicio el itinerario de la Hoz, un recorrido que llega hasta el paraje de la Veguilla, en los confines del término municipal de Ademuz. Seguir este camino nos permite disfrutar de un entorno privilegiado, un valioso patrimonio natural que ha sido reconocido como Lugar de Interés Comunitario de la Red Natura 2000. Junto a este valor ambiental podremos ver durante el recorrido un importantísimo patrimonio cultural vinculado al agua y sus usos y aprovechamientos>

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Detalle de panel informativo: Centro de Interpretación del Agua "Molino de la Villa" en Ademuz (Valencia), 2018.

El panel destaca la importancia social, económica y cultural del agua en la historia de Ademuz; el Molino de la Villa, representativo edificio cuya existencia se documenta desde la época bajomedieval (siglo XIII-siglo XIV); la Fuente Vieja (también nombrada Fuente de los Siete Caños), el Lavadero público, la Aguardentería, etc. En tiempo de Madoz (1845) la industria en el término de Ademuz era relativamente floreciente, había: "15 telares de paños y lienzos para el consumo del país; 5 molinos harineros, 10 fábricas de aguardiente, 2 de cera, 10 alfareías, muchos alpargateros, herreros y de los demás oficios necesarios y profesiones que la vida social reclama".[5] Asimismo, destaca la existencia del sendero de la Hoz, que tiene su comienzo en este punto y lleva hasta el paraje de La Veguilla (también, San Juan de la Veguilla), despoblado situado en los confines suroccidentales del término, lindante ya con Vallanca, el sendero se ha reconocido como Lugar de Interés Comunitario (Red Natura 2000).

En un ángulo del panel puede leerse más información:
  • <Este centro se ha instalado en un edificio histórico. Por ello, te rogamos que respetes su importante valor patrimonial no causando ningún tipo de daño al edificio ni a los objetos y maquinaria que alberga./ El entorno del río Bohilgues está protegido por su elevado valor ambiental que permite que aquí pervivan especies que ya han desaparecido en otros lugres. Debemos disfrutar de sus riberas sin perjudicar la calidad de sus aguas ni dañar a las especies animales y vegetales que pueblan sus aguas y márgenes./ Ademuz dispone de un rico patrimonio histórico, cultura y natural. Si deseas conocerlo mejor, en el ayuntamiento te pueden proporcionar información adicional.>
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Vista parcial del Molino de la Villa en Ademuz (Valencia), con detalle de antiguas piedras de molino (2018).


Situados en este último panel veremos que a la derecha se halla el Molino de la Villa, frente a una zona verde vallada en la que hay varias ruedas del antiguo molino. A la izquierda se abre una placeta sombreada por un monumental árbol de sombra, se trata propiamente del recinto de la “Fuente Vieja”, situada a la derecha de la plazoleta y del Lavadero público, ubicado poco más abajo.


Ubicación y descripción de la fuente y el abrevadero.
La plazoleta en la que se halla el conjunto de la fuente y el lavadero es un lugar agradable y sombreado, tiene el piso enlosado y una baranda metálica separa el espacio del plátano oriental de la plazoleta. El pavimento es obra reciente, antiguamente el piso se hallaba más hondo.


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Vista de la placeta enlosada con la Fuente Vieja a la derecha y el lavadero al fondo en Ademuz (Valencia), 2018.

Al acercarnos a la fuente vemos que en el piso de la placeta -frente a la fuente- hay una placa de piedra labrada con una inscripción: 1er CENTENARIO/ DE LA FUENTE VIEJA/ 1903-2003/ AYUNTAMIENTO DE ADEMUZ/ A.C.R.A.


Propiamente, el manantial se halla a la derecha del recinto, contra un viejo muro de mampostería ordinaria: pose frontis triangular, basado en grandes piedras de sillería. En la pieza central figura un recuadro con una inscripción: AÑO 1903. La fecha puede corresponder al año en que se actuó sobre la fuente, dándole el aspecto actual. En la parte baja hay siete caños de metal de los que mana agua fresca y clara, que cae sobre una pila alargada. Para bajar de la plazoleta a la fuente hay que descender dos escalones. A la derecha de la fuente, contra el muro de piedra hay un abrevadero corrido en un plano más elevado que el pilón de los caños. Pegado a la fuente se halla el sobradero del abrevador. A la izquierda de la fuente hay una escultura de hierro -la silueta del Rincón de Ademuz en el centro de un corazón- dispuesta sobre un soporte de obra forrado de losas. 


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Vista frontal de la Fuente Vieja en Ademuz (Valencia), 2018.


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Detalle de placa frente a la Fuente Vieja en Ademuz (Valencia), en el Primer Centenario (1903-2003) del hontanar (2018).


El agua de la fuente se canaliza por debajo del enlosado hacia el lavadero público, situado junto a la fuente, en un plano inferior. Lo habitual, sin embargo, es que el agua del pilón de la fuente pase al abrevadero, pero aquí no es posible, por hallarse éste en un plano más elevado. Ello lleva a pensar que el abrevadero se surtiría del agua molino, en vez de la fuente.

El lavadero público es un edificio exento situado junto a la “Fuente Vieja”, con el acceso principal en la placeta y un poyo corrido a ambos lados de la entrada. Su planta es cuadrangular, con muretes laterales a media altura y columnas de obra enlucida. La armadura del tejado es de tipo parhilera, típica de las cubiertas a dos aguas, basada en rodillos de madera desvastados con cañizo y grandes vigas laterales a modo de estribos. El conjunto de la cobertura responde a la arquitectura vernancular, siendo quizá lo más llamativo del lugar.

Entrando en el recinto del lavadero veremos que la cobertura se soporta en las columnas cuadrangulares laterales, destaca una más gruesa dispuesta en el centro y otra en la parte posterior, más fina. La parte posterior está libre, sin murete. El lavadero propiamente está formado por dos acequias o canales de obra que corren paralelas, una a cada lado, con el piso a ras de la acequia, de forma que las mujeres (porque eran mujeres las que tradicionalmente lavaban) tenían que hacerlo arrodilladas. Las canales tenían usos distintos, la dispuesta a la izquierda (septentrional) era para el fregado de los cacharros de cocina, mientras que la situada a la derecha (meridional) se empleaba para la ropa. Los puestos de cabecera se utilizaban para el aclarado de la ropa, ello puede explicar el hecho de que estos puestos tengan el área de lavado más desgastado, además de ser los más demandados.


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Vista general (fronto-lateral izquierda) del lavadero público de Ademuz (Valencia), 2018.


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Vista interior del lavadero público de Ademuz (Valencia), con detalle de los canales o acequias de lavado (2018).



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Vista interior del lavadero público de Ademuz (Valencia), con detalle de la cobertura y canales de le lavado (2018).

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Vista de la placeta enlosada del conjunto hidráulico de Ademuz (Valencia), con la Fuente Vieja a la izquierda y el Molino de la Villa al fondo (2018).


Respecto al lavado, cuando en una casa había alguien enfermo la mujer que lavaba esa ropa debía ponerse la última, en evitación de contagios. Desconozco si esta norma se seguía en Ademuz, pero así consta por testimonios que se hacía en el lavadero de Casasaltas.

El lavadero tiene otra entrada en la parte meridional, con tres peldaños de obra, estando abierta la fachada posterior (suroriental). A la salida de las canales de lavado hay unas compuertas que permiten desviar el agua para otros usos, como el riego, yendo a desaguar finalmente al río Bohilgues.

El recinto del lavadero se restauró con acierto hace unos años, respetando la fábrica original, de forma que constituye un espacio singular y muy cuidado, paradigma de arquitectura tradicional.


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Vista parcial del conjunto hidráulico de Ademuz (Valencia), con detalle de la Fuente Vieja a la derecha y el Lavadero al fondo (2018).

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Detalle de plátano oriental a la entrada del conjunto hidráulico de Ademuz (Valencia), la Fuente Vieja y el lavadero a la izquierda, el Molino de la Villa a la derecha (2018).


Palabras finales, a modo de epílogo.
La Fuente Vieja de Ademuz forma parte del conjunto hidráulico situado en la zona, compuesto por el Molino de la Villa (antiguo Molino Real, de origen medieval), el abrevadero, el lavadero público y la vieja aguardentería. Hay que reconocer que la rehabilitación del lavadero constituyó un acierto. Como escriben Fernando Vegas y Camila Mileto (2001),"se debería promover la restauración de estos edificios y no su destrucción para ser sustituidos por construcciones de nueva planta, que tanto empobrecen la cultura arquitectónica de los pueblos de la comarca".[6]

El antiguo molino harinero fue asimismo restaurado años atrás, respetando los principios de la arquitectura vernacular; hoy es sede de la "Oficina Municipal de Información Turística", también utilizado como sala de exposiciones y para charlas.

Con el paso de los años la Fuente ha tenido distintos nombres, Madoz (1845) la denomina “fuente del Molino”, entonces tenía cuatro caños; posteriormente, otros la nombran como “fuente de los Siete Caños”, en virtud del número de caños del hontanar -que pudieron aumentarse en relación con el incremento poblacional: el municipio de Ademuz censaba 3.415 habitantes en 1900 y llegó a censar 4.092 habitantes en 1920-.[7] Hoy se la conoce como “Fuente Vieja” –nombre que debió recibir para distinguirla de otra nueva, refiriéndose quizá a la primera que se puso en la plaza de la Iglesia.

El conjunto de la fuente, el abrevadero y el lavadero público se hallan en torno a una placeta enlosada -situada en la margen derecha del río Bohilgues-: un lugar de estar muy agradable, sombreado por un monumental plátano oriental. No resulta extraño pues que algunas parejas de novios utilicen el paraje para su casamiento civil.


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Vista parcial (meridional) de Ademuz (Valencia), desde la ribera del río Bohilgues (2018).


Cabe pensar que el lugar (la fuente, el abrevadero, el lavadero público y el molino) debió ser un espacio de socialización muy concurrido en tiempos subactuales, cuando las mujeres acudían a lavar la ropa y a fregar los cacharros de cocina, los hombres a abrevar las caballerías y traer talegas con trigo para moler, y las mozas por agua con cántaros y botijos –también para ver y dejarse ver de los mozos. Entre los frecuentadores de la fuente estaban también los que iban a echar un trago de agua y fumar un cigarro, a descansar un rato y charlar.

El aspecto actual de la fuente procede de principios del siglo XX (1903). Desde entonces hasta mediados los años cincuenta (1954), momento en que tuvo lugar la traída de las aguas potables a la villa, el manantial sirvió al abastecimiento del agua de boca y doméstico de sus habitantes. En homenaje del hontanar, el Ayuntamiento mandó poner una placa en su primer centenario reconocido. Vale.





[1] MADOZ, Pascual (1845). Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar, Madrid, tomo I, pp. 82-83.
[2] CAVANILLES, Antonio Josef (1797). Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reyno de Valencia, Madrid, vol. II, párrafo 107-108, pp. 77-78. MIÑANO, Sebastián de (1826). Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal [dedicado al Rey Nuestro Señor por el doctor don Sebastián de Miñano, individuo de la Real Academia de la Historia, y de la Sociedad de Geografía de París], Madrid, tomo I, pp. 20-21.
[3] RODRIGO ALFONSO, Carles (1998). El Rincón de Ademuz. Análisis geográfico comarcal, Edita Asociación para el Desarrollo Integral del Rincón de Ademuz (ADIRA), p. 29.
[4] MADOZ, 1845, tomo I, p. 82.
[5] Ibídem, p. 83.
[6] VEGAS, Fernando (2001). Arquitectura tradicional del Rincón de Ademuz. Memoria construida [Con ensayos de Camila Mileto y Marina Zuccolotto. Dibujos de los alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia], Edición Grupo Loggia-Restauración, Valencia, p. 62. ISBN: 84-699-1838-5
[7] RODRIGO ALFONSO (1998), p. 54.

LAS SABINAS DE LOS TAJOS, MIRANDA Y LOS PUCHEROS (PUEBLA DE SAN MIGUEL, VALENCIA), I.

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Visita guiada a la umbría de Miranda, al barranco de los Tajos y
al paraje de los Pucheros del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia).



La sabina es hierba muy conocida de las mujeres,
porque ordinariamente beben su cocimiento para provocar la purgación represada.
Es caliente y seca en el grado tercero,
y pónese en la lista de aquellas que son de subtilísimas partes.
Por donde no nos debemos maravillar si hace orinar sangre y
mata la criatura en el vientre”
-Andrés Laguna (1499-1559), humanista español,
médico del emperador Carlos V y del Papa Julio III-.













Las sabinas albares (Juniperus thurifera) son árboles muy longevos (su media de vida oscila entre los cuatrocientos y los ochocientos años), de ahí que a estos árboles se les haya llamado “fósiles vivientes”, “testigos del tiempo”... y en cierto modo es así, debido al carácter arcaico y residual de los sabinares. Miles de años atrás, las sabinas formaban el bosque predominante en la península Ibérica –no en vano fueron considerados árboles sagrados por los iberos, de la misma forma que los robles lo fueron para los celtas. El nombre científico de esta especie vegetal xérica proviene del que los romanos daban a los enebros (Juniperus), mientras que el apellido (thurifera) significa “portadora de incienso”, de ahí su denominación –pues su madera es muy aromática, dada la riqueza en aceites esenciales.

Su resistencia a las condiciones climáticas más adversas (calores y sequías extremas, fríos invernales y heladas tardías) propició su pervivencia. Tras la última glaciación del Cuaternario, sin embargo, el clima mejoró, ello permitió la proliferación de otras familias de árboles, como las fagáceas del género Quercus(carrasca, coscoja, roble...), que desplazaron a los primitivos sabinares, modificando las condiciones físico-químicas del suelo, y ello en detrimento de las sabinas, hasta el punto de amenazar su existencia. No obstante, la supervivencia de los sabinares se debe en parte a que las fagáceas no soportan bien condiciones climáticas extremas ni altitudes demasiado elevadas (por encima de los mil metros de altitud).

Hay distintos tipos de sabina, aunque todas pertenecen a la familia de las Cupresáceas: la sabina albar (Juniperus thurifera), la sabina negra (Juniperus phoenicea), la sabina rastrera (Juniperus sabina L). Para distinguirlas basta observar, entre otros detalles, sus falsos frutos (gálbulos), denominados trabinas. Las sabinas son árboles dioicos  (con pies masculinos y femeninos: siendo estos últimos los que producen trabinas, que maduran al segundo año) y veceros (unos años producen muchos "frutillos" y otros pocos o ninguno), ello hace que la fructificación sea irregular. La sabina albar (también llamada sabina roma), posee trabinas de color azul oscuro recubiertas de un polvillo blanquecino (pruina), mientras que las sabinas negras (también llamadas negrales o moras) tienes las trabinas de color rojizo. Las sabinas rastreras tienen también trabinas de color azul oscuro -aunque se las distingue bien por su forma achaparrada-: crece pegada al suelo, formando amplios ruedos. 


Detalle del tronco de la sabina de la Umbría de Miranda, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), cuya datación se estima en unos 700 años (2018).


Las sabinas son muy frecuentes en ambas mitades del Rincón de Ademuz (sector oriental, a izquierda del Turia y sector occidental, a derecha del Turia), donde pueden encontrarse abundantes bosquecillos abiertos. Las más viejas y monumentales, sin embargo, se hallan en el Parque Natural de Puebla de San Miguel, particularmente en el paraje de Las Blancas, donde hay ejemplares de extrema longevidad.[1]

Pero sabinas centenarias hay en muchas otras partes del Parque Natural –no en vano tiene Puebla de San Miguel el mayor número de sabinas protegidas (222 ejemplares)-,[2] como por ejemplo en la Umbría de Miranda, en el Barranco de los Tajos y en Los Pucheros: zonas que pretendemos mostrar en esta entrada. En dichos parajes pueden encontrase ejemplares varias veces centenarios -entre los cuatrocientos cincuenta y los setecientos años.

La entrada se propone como una forma de mostrar la riqueza potencial del medio natural de la comarca –naturaleza, paisaje, medio ambiente-, de la misma forma que antaño lo fue la agricultura y la ganadería. La preservación de este hábitat particular, y su ofrecimiento para un consumo sostenible, debiera constituir uno de los ejes fundamentales para el desarrollo de la zona.


Vista general (oriental) de Puebla de San Miguel (Valencia), desde la Fuente de la Virgen (2018).


Camino de Puebla de San Miguel.
Para ir a Puebla de San Miguel desde Ademuz cabe buscar la salida norte por la N-330ª en dirección a Teruel. A la salida de la villa encontraremos a mano derecha el puente del Sotillo sobre el Turia, hay que cruzarlo y continuar por la izquierda, siguiendo el camino rural asfaltado que lleva a Mas del Olmo (13 km) y Puebla de San Miguel (17 km), vía Val de la Sabina (3,5 km).

El camino hasta Val de la Sabina discurre por la media ladera de la rambla del Val, se halla circundado de cipreses por la parte de la rambla y está en buen estado. Al arribar a Val de la Sabina hay que continuar por la izquierda, dejando la aldea a la derecha. Continuando por la derecha y vadeando la rambla arribaríamos a la aldea de Sesga (8,5 km). Continuaremos pues por la izquierda, ascendiendo por la ladera y dejando el caserío del Val a la derecha. La carreterita es estrecha, plagada de curvas, peligrosa. Al llegar al alto la peligrosidad disminuye, pero no las curvas, que se prolongan interminables hasta Mas del Olmo. Valga el punto para denunciar una vez más la falta de interés en la administración por mejorar este tramo de carretera, particularmente entre Val de la Sabina y Mas del Olmo: al ser un camino rural asfaltado es responsabilidad del ayuntamiento, pero la entidad municipal resulta obvio que no puede hacer frente a su mejora con medios propios, y la Diputación Provincial tampoco desea asumir este compromiso.


Vista general (meridional) de Puebla de San Miguel (Valencia), desde el Camino de Sesga (2018).

En Mas del Olmo la vía empalma con la CV-363 que lleva a Losilla de Aras, vía Puebla de San Miguel y la Hoya de la Carras. Cabe pues atravesar la rambla de Mas del Olmo por el estupendo puente que hay a la derecha y continuar la ascensión hasta Puebla de San Miguel -tras el refuerzo del firme la carretera se halla en inmejorable estado: obra realizada por Asfaltos y Construcciones Elsan, S.A., por cuenta de la Diputación Provincial y ha contado con un presupuesto de 503.594 euros.

Desde Mas del Olmo hasta el paraje de La Tejería la carretera asciende de forma continuada, cuando Francisco Candel (1925-2007) y sus amigos catalanes realizaron este tramo (en septiembre de 1964) la vía era un camino de tierra y la cuesta no se acababa nunca:
  • <Hasta Puebla de San Miguel, el camino a seguir no ofreció nunca dudas graves, pero desesperábamos de llegar. Primero el camino fue cuesta arriba y luego cuesta abajo. En la cima, junto a unos hondos barrancos, nos tumbamos a descansar un rato. A los pies se extendía un largo valle con pequeños cabezos en algunos bancales>[3]


Poco más delante de La Tejería ya empieza a verse el caserío de Puebla de San Miguel, la mejor panorámica se muestra con luz poniente, siendo uno de los pueblos más fotogénicos de la comarca. Candel, que se reconoce poco dotado para la lírica, cita un párrafo del escritor y periodista valenciano Luis B Lluch Garín (1907-1986), relativo a la estética urbana de Puebla de San Miguel y su entorno:
  • <Todas sus casas pequeñas, de paredes de vieja mampostería, sin una tongada de yese, se agrupan bajo la torre cuadrada de su campanario. Este campanario parece que brota como fruto maduro de la bóveda oscura y frondosa de un gigantesco olmo que crece en medio de la plaza pavimentada de guijarros./ A la Puebla de San Miguel la aíslan de su cerco de montes unos campos de trigo pegados a las tapias bardadas de los corrales. Por eso, cuando en verano se baja desde la cordillera escuchando el canto abrasador de las chicharras, muy despiertas en las ramas de los enebros, se diría, al divisar la Puebla, que es un racimo de tejados aplastados, rojizos y terrosos, sobre un rodal de trigales; unas bayas de cereza sobre la parva de una era, o una confitura de tejadillos servida en una bandeja amarilla sobre el centro de aquel anfiteatro de montañas>[4]


El descenso continúa hasta la Ermita de San Roque, situada al borde del barranco, desde donde la carretera asciende de nuevo hasta Puebla de San Miguel. Al arribar a la población veremos a la entrada una gran rotonda con el centro pintado de rojo, por la derecha se entra en la villa, pasando por delante de la Fuente de Arriba -en cuyo frontis luce un bello plafón cerámico con la imagen de San Antón (san Antonio Abad).


Detalle de plafón cerámico con la imagen de san Antonio Abad en la Fuente de Arriba (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.


En busca de las sabinas centenarias de Miranda, los Tajos y los Pucheros.
Para visitar las sabinas centenarias de la Umbría de Miranda, el barranco de los Tajos y el paraje de los Pucheros, pueden seguirse varios caminos:

Uno de ellos es entrar en la villa y buscar la calle del Sol, que desciende hasta la Fuente de Abajo. Desde este punto deberemos ascender el camino cementado que lleva hasta el Pilón de la Hoya, situado en el ángulo que forma el Camino de la Hoya y el Camino de Sesga.

Otro es circundar la rotonda y continuar por la CV-363, que pasa frente a la Casa Forestal y la Fuente de la Virgen –situada junto a un esbelto pino lombardo-: la fuente ha sido remodelada recientemente, se ha ampliado el frontis triangular y anulado el antiguo abrevadero. El agua es potable, muy fresca y agradable. La carretera continúa frente a la Ermita de la Purísima (notable edificio porticado del siglo XVI) y prosigue en dirección a Losilla de Aras.

Valga un inciso para decir que el tramo de carretera desde Puebla de San Miguel hasta Losilla ha sido también reforzado en su firme, la obra la ha llevado a cabo el Grupo Bertolín, SAU por cuenta de la Diputación Provincial, con un presupuesto de 1.685,624 euros. En suma: el refuerzo del firme entre Mas del Olmo y Losilla de Aras supone un trayecto de unos 25 kilómetros, habiendo sido su coste de 2.189.218 euros. Propiamente, la inversión era necesaria, ya que la carretera constituye la única vía de salida de estas poblaciones del Rincón de Ademuz en dirección a Aragón y Valencia por este lado. Sin embargo, habría que pensar también que su tráfico debe ser la mitad del que soporta el Camino Rural Asfaltado de Ademuz a Más del Olmo, y no se hace nada por mejorarlo. No contemporicen, señores de la Administración: el camino de Ademuz a Mas del Olmo hay que mejorarlo ineludiblemente, antes de que los pueblos y aldeas que comunica se despueblen definitivamente.


Vista general (oriental) de la Ermita de la Purísima (Puebla de San Miguel, Valencia), situada junto a la CV-363: que une Losilla de Aras con Mas del Olmo, vía Puebla de San Miguel y Hoya de la Carrasca (2018).


En nuestra búsqueda de otro acceso a las sabinas centenarias de la Umbría de Miranda, el barranco de los Tajos y el paraje de Los Pucheros dejamos atrás la ermita y continuamos por la CV-363, hasta encontrar el Camino de Sesga, que aparece poco más arriba a la mano derecha. Frente al de Sesga se halla también el camino que asciende hasta el mirador del Mirar Bueno y el paraje de Las Blancas, éste a la izquierda de la carretera. Podría decirse que este punto es clave para nuestro propósito, ya que desde aquí podremos acceder a varios lugares del término.

Desde este punto de la CV-363 cabe continuar adelante, sobrepasar el kilómetro nº 17 de la misma y continuar un centenar de pasos hasta el lugar donde nace un camino a la derecha –un poste bajo nos indica la ubicación: se trata del antiguo camino que llevaba de la Puebla a Losilla de Aras -vía la Hoya de la Carrasca-: el camino tradicional que seguían los vecinos en la romería a Santa Quiteria.[5] Por esta vía llegaremos enseguida al paraje de Los Pucheros, donde se halla el pilón homónimo con la imagen de santa Quiteria en un ladrillo cerámico. Desde el punto de la carretera donde nace el camino de Sesga hasta el paraje de Los Pucheros hay poco menos de 500 metros. Este sería el mejor acceso para ver de forma inmediata el paraje de Los Pucheros y el bosquecillo de sabinas que hay en su entorno. Ya en el camino desde la carretera hasta el paraje encontraremos algunos notables ejemplares, como la sabina de Los Pucheros III (Nº de catálogo: 1562), a la que se le calculan unos 500 años. El secular árbol se encuentra al borde mismo del camino, su porte es majestuoso, su tronco monumental. Según la data, el broto de esta sabina debió comenzar su existencia a principios del Quinientos (siglo XVI), esto es, al comienzo del reinado de Carlos I de España.


Sabina de Los Pucheros III (Parque Natural Municipal de Puebla de San Miguel, Valencia).
Especie
Inventario
X
Y
Edad
(a)
Altura
(m)
Perímetro
(m)
Copa
(diámetro)
Propiedad
Entorno protección
(m)
Juniperus thurifera
1562
657867
4433272
500
9
3,70
13,30
Pública
16,70

Notas: Coordenadas X,Y en la proyección Universal Transversa de Mercator (UTM) y sistema de referencia (DATUM) ETRS 1989 - huso 30 N. Perímetro del tronco medido a una altura de 1,30 metros. El entorno de protección queda definido por un círculo alrededor de la base del árbol por donde se extienden sus raíces, con radio no inferior al expresado en metros.

Vista parcial de la Sabina de Los Pucheros III (500 años) en el Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2018.

Vista parcial de la Sabina de Los Pucheros III (500 años) en el Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2018.


Poco más adelante arribaremos a una explanada en cuyo extremos meridional se halla el Pilón de los Pucheros, una estructura de piedra con  hornacina en el frente, donde hay un ladrillo de cerámica con la imagen de santa Quiteria. Antes de entrar propiamente en la placeta veremos a la derecha un panel informativo (bilingüe: castellano/valenciano) del Parque Natural relativo a los Sistemas agropecuarios:
  • <En este sabinar se producía el encuentro de los romeros que habían acudido a la Ermita de Santa Quiteria y tenía lugar una tradición popular que consistía en la rotura de pucheros colocados en palos clavados en el suelo, mediante lanzamiento de piedras. Constituye un micro-paisaje singular y frecuente debido al desarrollo de actividades tradicionales agropecuarias./ Respeta la actividad tradicional de los habitantes de la zona y los elementos que la sostienen. Estas tareas han contribuido a la creación de estos paisajes gracias a la gestión que se hacía de las sabinas para alimento del ganado. En la actualidad el abandono de estas prácticas tiene efectos desfavorables para las sabinas monumentales, y es habitual encontrar ejemplares con ramas desgarradas./ Disfruta de los elementos del patrimonio cultural que encontrarás en tu camino, cuídalos ya que representan la historia de Puebla de San Miguel./ Cuida y respeta la flora y la fauna del lugar ayuda a su desarrollo>[6]


A continuación del panel veremos que la ladera asciende suavemente hacia poniente, por encima de varias construcciones tradicionales (corrales, descubiertos...) que documentan la actividad agropecuaria que hubo en la zona. Junto a las bellas muestras de arquitectura vernacular hay adosada otra reciente, con muros de bloques en crudo de penosa estampa. El conjunto de los edificios parecen estar abandonados. Entorno de las construcciones se extiende un bosquecillo de sabinas, que crece sobre un suelo enlosado con grandes piedras. Recorriendo el lugar podremos encontrar otros monumentales ejemplares de sabina albar, como la sabinas de Los Pucheros I y la sabina de Los Pucheros II. Ejemplares varias veces centenarios, la datación sitúa el comienzo de su "andadura" en la primera mitad del Quinientos (siglo XVI).

Sabina de Los Pucheros I (Parque Natural Municipal de Puebla de San Miguel, Valencia).
Especie
Inventario
X
Y
Edad
(a)
Altura
(m)
Perímetro
(m)
Copa
(diámetro)
Propiedad
Entorno protección
(m)
Juniperus thurifera L
1560
657767
4433261
500
12,00
3,50
11,80
Pública
15,90
Notas: Coordenadas X,Y en la proyección Universal Transversa de Mercator (UTM) y sistema de referencia (DATUM) ETRS 1989 - huso 30 N. Perímetro del tronco medido a una altura de 1,30 metros. El entorno de protección queda definido por un círculo alrededor de la base del árbol por donde se extienden sus raíces, con radio no inferior al expresado en metros.

Sabina de Los Pucheros II (Parque Natural Municipal de Puebla de San Miguel, Valencia).
Especie
Inventario
X
Y
Edad
(a)
Altura
(m)
Perímetro
(m)
Copa
(diámetro)
Propiedad
Entorno protección
(m)
Juniperus thurifera L
1561


450
9,00
3,50
11,40
Pública
15,70
Notas: Coordenadas X,Y en la proyección Universal Transversa de Mercator (UTM) y sistema de referencia (DATUM) ETRS 1989 - huso 30 N. Perímetro del tronco medido a una altura de 1,30 metros. El entorno de protección queda definido por un círculo alrededor de la base del árbol por donde se extienden sus raíces, con radio no inferior al expresado en metros.

Desde el cerro de Los Pucheros pueden observarse también magníficas vistas: hacia el norte, el horizonte lejano lo cierra la Loma del Carrascal; en un plano más próximo se halla el cerro de la Ermita, en cuya ladera suroriental descuella la silueta del nuevo cementerio de Puebla de San Miguel. Hacia el noroeste, el horizonte se amplía mucho más allá del termino, hasta la Serretilla, con los picudos montes del Rodeno, el cerro Javalón y los montes de Santerón –todos ellos forman parte de los Montes Universales.

Vista parcial de la Sabina de Los Pucheros I (500 años) en el Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2018.
Detalle de trabinas (gálbulos de sabina albar: Juniperus thurifera) en el paraje de Los Pucheros (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.


Dejamos el montículo del sabinar y los corrales para dirigimos hacia el centro de la explanada -donde se halla el Pilón de los Pucheros-: un pilón cuadrangular de piedra coronado por una cruz de hierro, con la imagen de santa Quiteria, valedora contra la rabia, en una hornacina. La imagen se representa en un ladrillo de cerámica con bellos colores, la santa –vestida con túnica verdosa ceñida y capa roja sobre los hombros- aparece coronada y porta la palma del martirio en la mano derecha, y un rosario en la izquierda. A los pies de la santa hay un perro, símbolo de su advocación.

A un lado del pilón hay un poste bajo de madera con una pala explicativa: Pilón de los Pucheros. Dice el texto:
  • <Rehabilitado en 2011, se sitúa en el antiguo camino de Aras de los Olmos. Otros seis pilones se pueden encontrar en los caminos tradicionales que comunicaban con poblaciones vecinas, su función era proteger a los viandantes>[7]


Vista general (noroccidental) del Pilón de los Pucheros (Puebla de San Miguel, Valencia), en el camino tradicional a Losilla de Aras, vía Hoya de la Carrasca (2018).


Detalle de ladrillo cerámico con la imagen de santa Quiteria en el Pilón de los Pucheros (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.


En un lado del antiguo camino -frente al pilón- hay un poste con palas de dirección: hacia el poniente señala el Barranco de Los Tajos (400 metros), hacia el sur el Camino tradicional (Camino Real Valencia-Castilla) y hacia el norte Puebla de San Miguel (1,5 km).[8]Desde el pilón de Los Pucheros el camino tradicional prosigue hacia el sur, en dirección a Hoya de la Carrasca y Losilla de Aras. Hay otro camino que desciende por detrás de pilón, en dirección al barranco de Los Tajos, donde se hallan las sabinas homónimas y un paraje singular del que diremos.

Detalle de construcción vernacular (aprisco para el ganado) en el paraje de Los Pucheros (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.


Sabinas albares (Juniperus thurifera) en el paraje de Los Pucheros (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.


Para nuestro propósito, sin embargo, regresamos al punto donde la CV-363 se encuentra con el camino de Sesga, para dar comienzo a un segundo recorrido que nos llevará al mismo paraje de Los Pucheros, pero siguiendo el camino de Puebla de San Miguel a Sesga. Lo cierto es que se trata de un recorrido circular, que puede seguirse en ambos sentidos. Mi preferido es el que veremos a continuación, siguiendo el antiguo camino de Sesga y desviándonos luego por la Umbría de Miranda y el barranco de Los Tajos –desde donde puede subirse fácilmente hasta el paraje de Los Pucheros que acabamos de ver.


En busca de la umbría de Miranda y el barranco de Los Tajos.
El primer camino que proponíamos para visitar las sabinas de Miranda, Los Tajos y Los Pucheros era atravesando Puebla de San Miguel, bajando por la calle del Sol hasta la Fuente de Abajo, para subir después por el Camino de la Hoya hasta el pilón homónimo. En este punto confluye el camino que viene de la CV-363 en dirección a Sesga. Ambos caminos, el que viene de la villa y el de la carretera de Losilla están cementados –en ambos lados de estas vías pueden verse también grandes sabinas. En el punto de confluencia de dichos accesos hay un poste de madera del Parque Natural, su palas indican las direcciones que pueden seguirse: hacia la izquierda, el paraje de Los Pucheros (500 metros), hacia la derecha, el Barranco de Los Tajos (1 km), que es la dirección de Sesga.[9]

Detalle de poste con palas de dirección el el Camino de Sesga (Puebla de San Miguel, Valencia): a la derecha el Barranco de Los Tajos (1 km), a la izquierda Los Pucheros (500 m), 2018.


Situados en este punto merece la pena acercarse hasta el Pilón de la Hoya, sito en la confluencia del Camino de la Hoya con el de Sesga. Se trata de un pilón devocional situado en posición meridional respecto del caserío, desde donde puede observarse una estupenda vista de la población. El pilón está restaurado, se basa en una columna de obra con tejadillo de ladrillo coronado por una cruz de hierro, con hornacina en la cara que mira a la villa: en el hueco luce un ladrillo de cerámica representando una Virgen de las de vestir y estilo antiguo, que bien pudiera corresponder a Nuestra Señora de los Ángeles. Un poste del Parque Natural a los pies del pilón reza:
  • <Rehabilitado en 2011, se sitúa en el Camino de Sesga. Otros seis pilones se pueden encontrar en los caminos tradicionales que comunicaban con poblaciones vecinas, su función era proteger a los viandantes>.[10]

Pilón de la Hoya en el Camino de Sesga (Puebla de San Miguel, Valencia), con el caserío al fondo (2018).

Detalle del ladrillo cerámico con la imagen de la Virgen en el Pilón de la Hoya (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.



Vista general (meridional) de Puebla de San Miguel (Valencia), desde el Pilón de la Hoya (2018).


Los pilones de Puebla de San Miguel tienen el mismo significado que los cruceros de otros lugares, constituyen una bella muestra de la devoción tradicional de los vecinos y pueden verse en los cuatro puntos cardinales de la población y su misión era “proteger a los viandantes”. Todos ellos han sido restaurados con gusto, respetando la construcción original. Dejamos el lugar del pilón y volvemos al Camino de Sesga, en busca de las sabinas de la Umbría de Miranda y el barranco de Los Tajos. Desde el comienzo del trayecto observaremos a nuestra derecha una bellísima estampa (meridional) de la villa de Puebla de San Miguel, con unos rulos de paja sobre el rastrojo y el caserío al fondo, arracimado en torno de la parroquial. Al frente (poniente) puede verse la silueta del cementerio nuevo, sobre el cerrito de la ermita. Poco más adelante veremos a nuestra izquierda un conjunto de seculares encinas (Quercus ilex), en precario equilibro sobre el talud. Son unos árboles verdaderamente monumentales que merecen nuestra atención. En la margen derecha del camino, a la sombra de las carrascas podremos ver un panel ilustrativo del Parque Natural relativo a la “Era y Pajares de Los Viejos”, su texto (bilingüe: castellano/valenciano) dice:
  • <Los cultivos de secano estaban principalmente representados por el cereal (trigo, cebada, avena y centeno), vid, legumbres y forrajes. Las zonas de cultivo se situaban en el amplio valle de la Puebla. También se sembraba en pequeños enclavados, como La Valluenga, La Arabalada, Los Avenares y El Pomar. La era y los pajares junto a los cultivos facilitaban el trabajo agrícola./ El ciclo del cereal está divido en varias faenas, la última de ellas es la trilla. Este paso, que se realizaba en las eras, servía para la obtención del grano que constituía el alimento de las personas y animales durante todo el año./ Respeta la actividad tradicional de los habitantes de la zona y los elementos que la sostienen. Los pajares eran construidos por sus dueños empleando piedra en seco o con algo de argamasa y las cubiertas con vigas de madera, sobretodo sabina, tablas y tejas fabricadas en la misma población./ Disfruta de los elementos del patrimonio cultural que encontrarás en tu camino>[11]


Vista de unos monumentales ejemplares de encina (Quercus ilex) en el camino de Puebla de San Miguel a Sesga (2018).
Vista parcial (meridional) de Puebla de San Miguel (Valencia), desde el Camino de Sesga (2018).
Detalle del panel: Construcciones económicas en el Camino de Sesga (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.

Actividades agropecuarias tradicionales en Puebla de San Miguel (Valencia): labranza con un par de mulos [Fotografía de Milagros Cortés Barrachina, tomada del panel Construcciones económicas: "Era y pajares de Los Viejos"], 2018.

Actividades agropecuarias tradicionales en Puebla de San Miguel (Valencia): siega y engavillado del cereal [Fotografía de Paquita Cortés Barrachina, tomada del panel Construcciones económicas: "Era y pajares de Los Viejos"], 2018.

Actividades agropecuarias tradicionales en Puebla de San Miguel (Valencia): acarreo del cereal [Fotografía de Delfina Luz Martí, tomada del panel Construcciones económicas: "Era y pajares de Los Viejos"], 2018.

Actividades agropecuarias tradicionales en Puebla de San Miguel (Valencia): trillado del cereal en la era [Fotografía de Delfina Luz Martí, tomada del panel Construcciones económicas: "Era y pajares de Los Viejos"], 2018.


El panel se ilustra con cuatro fotografías en blanco y negro representando las cuatro actividades básicas del cultivo y cosecha del cereal: labranza, siega, acarreo y trilla. Tras una última mirada a las centenarias carrascas -y al bellísimo panorama de la villa- continuamos el camino, que poco más adelante hace un giro a la izquierda para iniciar un tramo de bajada. En cierto punto, frente a una finca vallada con encinas micorrizadas nace una vía a la derecha, que lleva al cementerio nuevo. El camino continúa en descenso, tras una severa revuelta veremos a la derecha un par de hermosas sabinas y poco más abajo, a la izquierda de la vía, un nuevo panel del Parque Natural que ilustra acerca del Patrimonio natural del Paraje de Los Tajos, el texto bilingüe (castellano/valenciano) dice:
  • <Desde aquí se puede observar parte del itinerario, al fondo el paraje de Miranda y el Camino de Sesga, a la izquierda el Barranco de Los Tajos y el paraje de Los Pucheros. Disfrutemos con la contemplación del bosque de sabina albar, en encuentro con algunos ejemplares monumentales catalogados y elementos del patrimonio etnográfico asociado a la actividad tradicional./ Respeta la actividad tradicional de los habitantes de la zona y los elementos que la sostienen./ Disfruta de los elementos del patrimonio cultural que encontrarás en tu camino, cuídalos ya que representan la historia de La Puebla de San Miguel./ Cuida y respeta la flora y la fauna del lugar./ Los recursos forestales del Parque, como setas, plantas aromáticas, etc., forman parte de su valioso patrimonio natural, si haces uso de ellos procura que sea de forma respetuosa y sostenible./ Las sabinas son los elementos más representativos del Parque Natural. Algunas de ellas tienen cientos de años, han sido testigos del tiempo>[12]

Detalle de paredones de piedra en seco en el Camino de Sesga (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.

Detalle de panel informativo del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia) en el Camino de Sesga (2018).


Detalle de sabina albar (Juniperus thurifera) en el Camino de Sesga (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.

Detalle del Camino de Sesga (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.


Identificados los parajes que nombra el panel continuamos el descenso hasta la rambla, a ambos lados del camino veremos fincas de cultivo, tierras de labranza donde prolifera el cereal, y almendrales. En el último tramo de la vía pueden verse las ruinas de un corral y descubierto, muestra de la actividad agropecuaria que hubo en la zona en tiempos subactuales. Arribados al lecho de la rambla, el camino continúa por la ladera opuesta, en dirección a Sesga –vía la jipe del Cubillo, El Sabinar y el cerro de Pedro Luna. De seguir esta ruta, antes de llegar a la jipe veríamos que hay un grupo de monumentales sabinas a ambos lados de la pista.


Detalle del paisaje en el Camino de Sesga (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.

Detalle de poste con palas en el Camino de Sesga (Puebla de San Miguel, Valencia) indicando la dirección a seguir: El Sabinar (3,5 km) hacia la derecha, Puebla de San Miguel (2 km) a la izquierda, el barranco de Los Tajos (100 metros) hacia el fondo (2018).


Para nuestro propósito, sin embargo, nos detenemos al pie de un poste del Parque Natural situado a la izquierda del camino: hacia el frente (esto es, en dirección a Sesga, que queda al poniente) la pala indica El Sabinar (3,5 km), hacia el norte muestra Puebla de San Miguel (2 km), el lugar de donde procedemos, y hacia el este el Barranco de Los Tajos (100 metros).[13] Para nuestra visita de hoy debemos seguir esta última dirección, prosiguiendo por una estrecha senda que se interna en el bosque, entre arbustos de romero, encinas y enebros.



Continúa en:





[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo."Las Blancas" de Puebla de San Miguel (I y II), en Desde el Rincón de Ademuz, del lunes 15 de septiembre de 2014.
[2] Según el Catálogo de árboles protegidos de la Generalidad Valenciana (2016), en Puebla de San Miguel hay 222 ejemplares protegidos de sabina albar (Juniperus thurifera), 5 ejemplares de pino negral o salgareño (Pinus nigra Arnold), 2 ejemplares de pino silvestre o de Valsaín (Pinus sylvestris L) y 3 ejempares de carrasca (Quercus ilex L). El motivo por el que estos árboles están protegidos es porque alcanzan o superan uno o más de los siguientes criterios: más de 350 años de edad, más de 30 metros de altura, más de 6 metros de perímetro de tronco a 1,30 metros de la base, más de 25 metros de diámetro de copa medida sobre la proyección horizontal.
[3] CANDEL, Francisco (1977). Viaje al Rincón de Ademuz, Edita Plaza y Janés, S.A., Barcelona, p. 105.
[4] Ibídem. El citado texto lo toma de un artículo de Lluch Garín, publicado en el diario Las Provincias, del martes 23 de agosto de 1966.
[5] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. A Hoya de la Carrasca, por santa Quiteria, en Desde el Rincón de Ademuz, del martes 28 de mayo de 2013.
[6] Ubicación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30. UTM: X 657930, Y 4433409.
[7] Ubicación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30. UTM: X 657836/ Y 4433264.
[8] Ubicación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30. UTM: X 657853/ Y 4433237.
[9] Ubicación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30. UTM: X 658039/ Y 4433708.
[10] Ubicación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30. UTM: X 658033/ Y 4433762.
[11] Ubicación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30. UTM: X 657935/ Y 4433761.
[12] Ubicación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30. UTM: X 657580/ Y 4433597.
[13] Ubicación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30. UTM: X 657460/ Y 4433346.

LAS SABINAS DE LOS TAJOS, MIRANDA Y LOS PUCHEROS (PUEBLA DE SAN MIGUEL, VALENCIA), y II.

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Visita guiada a la umbría de Miranda, al barranco de los Tajos y
al paraje de los Pucheros del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia).










Vienede:


La sabina de la Umbría de Miranda.
Unas decenas de pasos más adelante encontraremos un nuevo poste del Parque Natural, su pala indica la dirección de la Sabina de la Umbría de Miranda (25 metros).[1]En este punto el camino hace un giro brusco a la derecha, encaminándonos al lugar de la sabina. Frente a ella hay otro poste, su cartel indica un texto con algunos datos del árbol:
  • <Sabina albar (Juniperus thurifera), ejemplar monumental datado en unos 700 años, con unos 12 metros de altura./ Número de catálogo: 1540>[2]


La sabina de la Umbría de Miranda se halla en la cota baja de una ladera, en una zona de umbría. Se trata de un descomunal ejemplar de sabina albar y porte triangular, su datación se estima en siete siglos, ello significa que su brote comenzó a crecer a comienzos del Trescientos (siglo XIV), apenas cien años después de la conquista cristiana de las tierras de Ademuz y Castielfabib por Pedro II de Aragón (1210). Su poderoso tronco, recio y retorcido, muestra las heridas del tiempo, dividiéndose en varios brazos conforme se eleva; su corteza color ceniciento forma tiras alargadas que se van desprendiendo... Frente a este superviviente uno se siente pequeño, insignificante. Su devenir le ha permitido contemplar el paso de múltiples generaciones de pueblanos; agricultores y pastores de la villa debieron pasar a su vera camino de sus quehaceres -quizá observándolo con curiosidad y respeto. Su ubicación en la cota baja de una ladera de umbría le ha permitido prologar su existencia mucho más allá que la de sus convecinos.

Vista frontal (septentrional) de la sabina albar (Juniperus thurifera) de la Umbría de Miranda en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia): árbol protegido de 700 años de vida (2018).


Las sabinas son indiferentes al tipo de suelo: aunque prefiere los calizos, se adapta no obstante a los más pobres y pedregosos. Siempre verdes, sus pequeñas hojitas se superponen a modo de escamas, mientras sus enormes raíces se profundizan en la tierra buscando soporte y alimento. De hecho, su sistema radical requiere espacios abiertos, de ahí que prolifere mejor en bosques abiertos. Ello parece contradecir la situación de la sabina de Miranda, pero quizás sus circunstancias fueron distintas en su primera juventud y madurez. 

Dada su ubicación, la contemplación de la sabina de la Umbría de Miranda no es fácil; tampoco resulta cómodo fotografiarla, pues se encuentra en una ladera umbrosa, con el sol siempre detrás, provocando el contraluz... Su entorno de protección es de 15,30 metros, hallándose rodeada de abundante monte bajo, romeros, encinas, enebros comunes... cuya presencia impide que podamos admirarla a cierta distancia. El visitante debe contentarse con lo que pueda ver, es lo que hay... Al acercarme al árbol me embarga la emoción: al tocar y abrazar su tronco siento que estoy tocando y abrazando a un ser de otro tiempo, legatario del tiempo. Sus orígenes se pierden en un pasado lejano; su futuro se prolongará más allá de las presentes generaciones, siempre que las condiciones climáticas no se alteren demasiado. Sea como fuere, su presencia impone...


Sabina de la Umbría de Miranda (Parque Natural Municipal de Puebla de San Miguel, Valencia).
Especie
Inventario
X
Y

Edad

(a)
Altura
(m)
Perímetro
(m)
Copa
(diámetro)
Propiedad
Entorno protección
(m)
Juniperus thurifera L
1540
657488
4433287
700
12,00
5,00
10,50
Pública
15,30
Notas: Coordenadas X,Y en la proyección Universal Transversa de Mercator (UTM) y sistema de referencia (DATUM) ETRS 1989 - huso 30 N. Perímetro del tronco medido a una altura de 1,30 metros. El entorno de protección queda definido por un círculo alrededor de la base del árbol por donde se extienden sus raíces, con radio no inferior al expresado en metros.


Detalle del tronco de la sabina albar  (Juniperus thurifera) de la Umbría de Miranda en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.


Las sabinas del barranco de Los Tajos.
Dejamos la sabina de la Umbría de Miranda, desandando los veinticinco pasos que nos separan del camino de sirga que veníamos siguiendo; atravesamos un somero cauce seco por unas grandes piedras dispuestas en lecho, pasando bajo un azarollo que crece a la vera de una umbrosa noguera: un poste bajo de sendero indica que estamos caminando por la Ruta 1 (color amarillo) del Parque Natural.[3]

A la izquierda de la senda hay un panel del Parque Natural, relativo a la Microrreserva de Flora del Barranco Jiménez en la que nos hallamos:
  • <La figura legal de microrreserva tiene como objetivo principal la conservación de las especies botánicas raras, endémicas o amenazadas, o las unidades de vegetación que contienen./ La Orden de declaración de estas microrreservas fue publicada el 14-11-03. DOGV núm. 4630. Protege especies tales como el tejo (Taxus baccata), pino negral (Pinus nigra subs. Salzmannii), sabina albar (Juniperus thurifera)>.[4]

Detalle de nogal (Juglans regia) en el camino del barranco de Los Tajos en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.


Junto al panel, mano derecha del barranco rocoso de Los Tajos hay una enorme sabina, con una parte de su tronco y ramaje parcialmente desgajados, apoyados sobre un murete de piedra. Un letrero a los pies indica que se trata de la sabina de Los Tajos I (Nº de catálogo: 1725), edad: 450 años. No obstante los desgarros, la sabina mantiene su prestancia, mostrándonos orgullosa sus heridas, causadas quizá por el peso de la nieve posada sobre sus ramas en algún momento de su historia. Aunque eso debió ser hace mucho tiempo, ya que sus heridas están cicatrizadas. Cuatro siglos y medio de vida es mucho tiempo, incluso para una recia sabina. Las semillas de sus trabinas debieron germinar apenas sobrepasado el ecuador del Quinientos (siglo XVI), esto es, al comienzo del reinado de Felipe II de España.

Sabina del barranco de Los Tajos I (Parque Natural Municipal de Puebla de San Miguel, Valencia).
Especie
Inventario
X
Y

Edad

(años)
Altura
(m)
Perímetro
(m)
Copa
(diámetro)
Propiedad
Entorno protección
(m)
Juniperus thurifera L
1725
657546
4433224
450
8,50
3,20
11,20
Pública
15,60
Notas: Coordenadas X,Y en la proyección Universal Transversa de Mercator (UTM) y sistema de referencia (DATUM) ETRS 1989 - huso 30 N. Perímetro del tronco medido a una altura de 1,30 metros. El entorno de protección queda definido por un círculo alrededor de la base del árbol por donde se extienden sus raíces, con radio no inferior al expresado en metros.


Detalle del tronco de la sabina albar  (Juniperus thurifera) del barranco de Los Tajos I en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia): árbol protegido de 450 años de vida (2018).


Continuamos por el sendero que venimos siguiendo, internándonos más en el barranco rocoso de Los Tajos. El topónimo de Los Tajos debe provenir de los cortados que aparecen en las cornisas pétreas que coronan la entrada del barranco, prolongadas en enormes paredones rojizos y grisáceos hasta la zona media del barranco, allí forma grandes lienzos de murallas literalmente cortadas a pico. Grandes pedruscos a modo de mesas, desprendidos de las altas cornisas del barranco, interrumpen el sendero, que se adapta a sus formas, pasando entre ellas. Al fondo se observan  varias sabinas monumentales, formando un ralo bosquecillo. La mayor de ellas posee un doble tronco; en la base hay un cartel de madera ilustrando acerca del descomunal ejemplar: Sabina de Los Tajos II (Nº de Catálogo: 1446), 500 años de vida. Según la data, el brote de esta sabina debió comenzar su existencia a principios del Quinientos (siglo XVI), esto es, recién comenzado el reinado de Carlos I de España.

Sabina del barranco de Los Tajos II (Parque Natural Municipal de Puebla de San Miguel, Valencia).

Especie
Inventario
X
Y

Edad

(años)
Altura
(m)
Perímetro
(m)
Copa
(diámetro)
Propiedad
Entorno protección
(m)
Juniperus thurifera L
1446
657561
4433202
500
10,00
4,40
19,30
Pública
19,70
Notas: Coordenadas X,Y en la proyección Universal Transversa de Mercator (UTM) y sistema de referencia (DATUM) ETRS 1989 - huso 30 N. Perímetro del tronco medido a una altura de 1,30 metros. El entorno de protección queda definido por un círculo alrededor de la base del árbol por donde se extienden sus raíces, con radio no inferior al expresado en metros.


Vista de la sabina albar  (Juniperus thurifera) del barranco de Los Tajos II en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia): árbol protegido de 500 años de vida (2018).

Detalle del tronco de la sabina albar  (Juniperus thurifera) del barranco de Los Tajos II en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia): árbol protegido de 500 años de vida (2018).
Detalle del tronco y ramaje de la sabina albar  (Juniperus thurifera) del barranco de Los Tajos II en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia): árbol protegido de 500 años de vida (2018).

Detalle del tronco y ramaje de la sabina albar  (Juniperus thurifera) del barranco de Los Tajos II en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia): árbol protegido de 500 años de vida (2018).


La sabina de Los Tajos II es un árbol ciertamente notable, se ha desarrollado en medio del barranco, junto a otros ejemplares de similar tamaño. Es probable que en tiempos pretéritos discurriera a su vera un pequeño cauce de agua, lo que propició su desarrollo. Pues aunque la sabina se adapta bien a la sequía, a nadie le amarga un dulce. En nuestra andadura por el pedregoso barranco podremos ver otras muchas sabinas, quizá no tan monumentales como las descritas, pero también de mucho porte. El barranco de Los Tajos tiene mucho de especial, su entorno evoca un lugar antiguo, propiamente medieval,,, ameno y escondido. Siguiendo por la derecha del barranco arribaremos a otro panel del Parque Natural relativo al Sistema de riegos tradicional de Los Tajos:
  • <La escasez de fuentes facilitó que la presencia de cualquier surgencia propiciara la adecuación de parajes tan agrestes como éste para habilitar pequeñas zonas de cultivo hortícola./ Más arriba, aparece una construcción que aprovechaba una cavidad en la roca a la que se adosaban paños de muro de piedra mampuesta y una rudimentaria cubierta, que servía de abrigo y refugio para el ganado y los pastores>[5]


El texto alude a las menudas huertas construidas en la margen izquierda del barranco, someras fincas abancaladas que aprovechaban el manantial que surge poco más arriba, canalizando el agua para el riego de algunos cultivos. Un vallejo escondido, oculto a las miradas de los foráneos que desconocieran estos pagos, en el que cultivar hortalizas para el consumo familiar. El lugar evoca un espacio situado en otro tiempo, recóndito y singular que dice de gentes ingeniosas, humildes y en intenso contacto con el medio, y de los trabajos que les permitieron sobrevivir en unas condiciones adversas.

Panel relativo al Sistema de Riegos Tradicional de Los Tajos en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.

Detalle de la entrada al aprisco del barranco de Los Tajos en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.


Detalle del interior del aprisco del barranco de Los Tajos en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.


Los pequeños bancales -circundados por pequeños muros de piedra en seco- pueden visitarse desde el lugar de las grandes sabinas, siguiendo el sendero que discurre por el centro de la barranca. Desde el panel que dice de los sistemas de riego tradicionales hay que seguir ascendiendo, hasta un punto en que surge un humedal en medio del camino, vadeable por unas grandes pasaderas. Desde el otro lado del barranco podemos continuar aguas abajo, aunque la vereda asciende por la ladera hasta arribar a una majada construida al amparo de un formidable roquedo. La cueva natural posee un largo muro de piedra mampuesta en la parte externa, formando a modo de aprisco para el ganado. Desde la entrada, que posee una simple viga como dintel, pueden observarse hacia el septentrión los escarpes rocosos de la embocadura del barranco de Los Tajos. A los pies de la majada, las someras huertas abancaladas aparecen cubiertas de verde hierba, circundadas por muretes de piedra dispuestos en el borde del regajo.

Vista parcial del barranco de Los Tajos en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia), con detalle de los roquedos y márgenes de los abancalamientos (2018).

Camino del paraje de los Pucheros, desde el barranco de Los Tajos.
Desandando el caminejo, desde la cueva-aprisco regresamos al humedal donde proliferan renacuajos y variedad de plantas acuáticas. Unos pasos más arriba el sendero vuelve a vadear el humedal y continúa por la margen derecha del barranco, ahora aguas arriba. Durante el trayecto podremos ver nuevos ejemplares de sabina, todos ellos seculares. En ocasiones el camino discurre por el propio lecho del barranco, que forma un largo cascajar, siempre rodeado de pinos, enebros y sabinas.

En cierto punto veremos un panel metálico de la Generalidad Valenciana (Conselleria de Medi Ambient), plantado en el centro del barranco, advirtiendo que nos hallamos en una zona de Microrreserva de Flora: el panel aconseja seguir los senderos marcados, no dejar basura fuera de los contenedores, no dañar la flora. Poco más adelante veremos un poste del Parque Natural a la izquierda, con pala de flecha indicando la existencia de una Sabina monumental (a 25 metros del lecho del barranco).[6]

Detalle de sabina albar (Juniperus thurifera)  en el camino del barranco de Los Tajos en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.


Formidable ejemplar de sabina albar (Juniperus thurifera) en el camino del barranco de Los Tajos en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia), 2018.


Merece la pena recorrer los veinticinco pasos que indica la pala, para ver una gran sabina entre la espesura del monte. Su tronco rugoso forma una larga caña, con somero ramaje en la parte alta. La infancia y juventud de las sabinas se caracteriza por su aspecto arbustiforme, triangular; pero cuando veamos un ejemplar con caña alta y pelada debemos pensar que se halla en la madurez o senectud de su vida -contando ya varios siglos.

El sendero que venimos siguiendo forma parte de la Ruta 1 (amarillo) del Parque Natural –según podemos ver por los postes bajos que lo señalan. Más adelante el camino hace un giro brusco hacia la izquierda, prosiguiendo ladera arriba por el pedregal. Atraviesa una escorrentía por un gallipuente de losas; tras una nueva revuelta el camino asoma a la placeta donde se halla el Pilón de los Pucheros: propiamente nos encontramos en el paraje de Los Pucheros –por donde discurre el antiguo camino que llevaba a Losilla de Aras, vía Hoya de la Carrasca. El mismo camino que tradicionalmente seguían los vecinos de la Puebla cuando iban de romería a la Ermita de Santa Quiteria.

Vista del Pilón de los Pucheros en el Parque Natural (Puebla de San Miguel, Valencia), desde el camino tradicional a Losilla de Aras, vía Hoya de la Carrasca (2018).


Contemplamos de nuevo la bella imagen de santa Quiteria, situada en la hornacina del Pilón -que mira hacia la Puebla. Para descansar de la subida y contemplar a placer el lugar podremos sentarnos en un banco de piedras, junto al tronco de una añosa sabina. El paraje es muy ameno, el silencio absoluto, roto sólo por algún vehículo que de tanto en tanto pasa por la CV-363, cuyo trazado discurre por más arriba. Me viene a la memoria el pasaje leído antes, relativo al nombre de Los Pucheros: los romeros de santa Quiteria ponían pucheros sobre un palo clavado en el suelo, para romperlos tirando piedras –a modo de cucañas. El texto no acaba de explicar el juego –más allá de que rompían los peroles a pedradas-; ni si lo hacían camino de la ermita o al regreso de la romería.


Palabras finales, a modo de epílogo.
La sabina albar es uno de los árboles emblemáticos del Rincón de Ademuz, y muy particularmente de Puebla de San Miguel, municipio del Rincón de Ademuz donde perviven los ejemplares más notables de esta especie vegetal xerófila. Su popularidad alcanzó en tiempos históricos a dar nombre a una pedanía  –Val de la Sabina-: aldea de Ademuz que en las Relaciones ad limina de los obispos de Segorbe viene nombrada como “Sabina” -ya desde mediado el siglo XVII.

Decíamos en la introducción que la sabina fue el árbol que pobló la península Ibérica, con anterioridad a la última glaciación del Cuaternario, siendo posteriormente sustituida en gran parte por árboles del género Quercus. Los Quercus cambiaron las condiciones edafológicas del suelo, en detrimento de las sabinas, que permanecieron en las zonas altas y de clima más extremo –donde no podían vivir los Quercus. Sin embargo, en la superveniencia de las sabinas influyeron otros factores, como la dureza de su madera, más resistente al hacha de los leñadores que la de otros árboles. Otra circunstancia que mantuvo a la sabina fue el cuidado de los propios lugareños, que utilizaban sus ramas para alimento de los ganados –en particular cuando éstos no podía salir a pastar, por las nevadas invernales. Su estrategia de supervivencia se ha basado en la austeridad de vida y en la adaptación al medio.

Vista parcial de Puebla de San Miguel (Valencia), desde la explanada de la Ermita de la Purísima, con detalle de una secular encina (Quercus ilex) sombreando los bancos (2018).


La sabina es hoy una especie protegida en la Comunidad Valenciana (también en Andalucía, Castilla-La Mancha, Madrid y Murcia). Su protección está plenamente justificada, pues los sabinares se consideran bosques relictos: su paisaje vegetal procede de la noche de los tiempos -anterior a la aparición del hombre sobre la tierra. La paleobotánica demuestra la presencia de taxones de la sección Sabina (probablemente, la misma sabina albar) en el Cretácico, en el Oligoceno y en el Plioceno -–coincidiendo con épocas más frías y secas en grandes zonas de la Europa de los tiempos geológicos.

En suma: merece la pena familiarizarse con estos centenarios árboles, tan abundantes por lo demás en las zonas altas de ambos sectores del Rincón de Adeemuz. Los lugares de Puebla de San Miguel mencionados –Umbría de Miranda, barranco de Los Tajos, paraje de Los Pucheros- contienen abundantes ejemplares de sabina, alguno de ellos con setecientos años de vida. Su visita resulta obligada para cualquiera que desee conocer las peculiaridades botánicas de la comarca y su rico patrimonio natural. Vale.



Véase también:




[1] Ubicación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30. UTM: X 657517/ Y 4433308.
[2] Ubicación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30. UTM: X 657490/ Y 4433278.
[3] Ubicación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30. UTM: X 657540/ Y 4433294. Según el panel de Itinerarios interpretativos, la Ruta 1 -denominada: Sabinas, testigos del tiempo-: <El itinerario discurre por la parte sur del valle de La Puebla y se adentra por diversos y característicos ecosistemas presentes en el territorio. A nuestro paso disfrutaremos de impresionantes conjuntos monumentales de sabina albar, bosques de carrascas, densos pinares negrales y el barranco rocoso de Los Tajos, donde se sitúa una microrreserva de flora. El patrimonio cultural asociado a estas tierras dará un mayor valor al itinerario>.
[4] Ubicación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30. UTM: X 657545/ Y 4433224.
[5] Ubicación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30. UTM: X 657545/ Y 4433224.
[6] Ubicación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30. UTM: X 657858/ Y 4433113.

VI FIESTA DE LA MANZANA ESPERIEGA: CASASBAJAS 2018.

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Crónica, impresiones y testimonio de la muestra,
que tuvo lugar en Casasbajas del 1 al 4 de noviembre de 2018.






“Abandonamos árboles
que dan frutos dorados...”
-Del contenido textual-.











Palabras previas, a modo de introducción.
Las fiestas de la manzana esperiega, herederas de aquellas primeras ferias comarcales de comienzos de la centuria, están siendo habituales en el Rincón de Ademuz, prueba de ello es la presente edición, que este año tiene lugar en Casasbajas.

Respecto de la denominación del evento, cabe puntualizar que “fiesta” es todo acontecimiento en el que se celebra algo con la intención de divertirse a base de comer y beber, música y baile incluido; mientras que “feria” es todo evento social, económico y cultural. Visto así, lo que se deriva del folleto que explicita el contenido de este acto comarcal centrado en la manzana esperiega responde más al concepto de feria que de fiesta. En cualquier caso, se trata de actividades que socializan y cultivan, pudiendo darse juntas.

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Detalle de escultura en madera con manzanas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

El corazón de la fiesta (propiamente una feria) se ha desarrollado en la plaza Mayor de Casasbajas (plaza Rey Don Jaime), un espacio triangular situado en el centro del pueblo, que tiene como marco el caserío cincundante, ornado por la fachada septentrional de la iglesia parroquial del Salvador y su torre-campanario, un notable edificio neoclásico de finales del siglo XVIII. El templo actual tiene su precedente en una pequeña ermita (ermita de san Salvador) que hubo en el mismo lugar. Un matrimonio residente en Ademuz donó al común de los moradores de Casasbajas (entonces, Casas del Río Bajas) un terreno junto a la ermita para la construcción de la iglesia.[1] Jurisdiccional y eclesiásticamente, el lugar y la iglesia dependían entonces de Ademuz.[2] Junto al templo estaba el cementerio, que permaneció en el lugar hasta mediados los años treinta del siglo XIX (1834), momento en que se trasladó a su emplazamiento actual.[3] Frente al templo hubo un edificio municipal, vigente hasta los años sesenta del pasado siglo XX. La desaparición del viejo cementerio y la demolición de la antigua Casa Lugar dio como resultado esta hermosa plaza, una de las más lucidas del Rincón de Ademuz.

Decía que la plaza Mayor de Casasbajas ha constituido el escenario principal de la feria, pues en ella ha tenido lugar el Mercado de productos agroalimentarios y el Mercadillo de artesanía. Todo lo demás (exposiciones y actividades) ha girado en torno de la actividad principal. Organiza, la Asociación Turística del Rincón de Ademuz (ATRA); Colabora, el Ayuntamiento de Casasbajas, Rincón de Ademuz (Territorio Museo), la Mancomunidad Rincón de Ademuz y el Instituto Cultural y de Estudios Rincón de Ademuz (ICERA); Patrocina, València Turisme.


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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


Reseña del programa de la feria.
El programa de la fiesta se explicita en un tríptico en cuya portada luce una plato con manzanas esperiegas. A la manzana esperiega se la considera autóctona del Rincón de Ademuz, y probablemente lo sea, pues es difícil -por no decir imposible- hallarla en otros lugares de la geografía hispana. La esperiega es una manzana de carne densa, prieta, jugosa y dulce, de gran personalidad. Una de sus características más apreciadas (antaño) era que se conservaba durante mucho tiempo sin necesidad de cámaras, algo muy importante de cara a mantenerla en casa durante largo tiempo. Es la última que se cosecha, el frío que empieza a enseñorearse del ambiente de la comarca en los últimos días de septiembre y primeros de noviembre confieren a la esperiega el colorido verde, amarillo y rojo que la caracteriza.

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Detalle de manzanas esperiegas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

La Fiesta comenzó el jueves, 1 de noviembre, inaugurándose con un recorrido por la Ruta de las Barracas. El punto de encuentro fue la Barraca Grande, una gran construcción de piedra en seco situada en el Pinar Llano. La Barraca Grande constituye una bellísima muestra de este tipo de edificaciones vernaculares, que sirvieron de abrigo a agricultores y pastores en tiempos subactuales.[4] Desde el lugar de la Barraca Grande se realizó un recorrido por las principales barracas del Pinar llano. A medio día, inauguración de las distintas exposiciones de la muestra: fotografía (fotógrafos de Casasbajas), acuarela (Nuria Monleón), escultura (Lucas Karrvaz y Luis Moisés Cerdán, Juan Gorro), almacén de la manzana y ruta de las bodegas. Por la tarde, pasacalle con el acompañamiento de la Batucada Sociedad Musical de Ademuz, y el encendido de una hoguera en la parte alta del Barranco en homenaje a san Antón, con el acompañamiento de la Charanga Sociedad Musical de Ademuz.

El viernes, 2 de noviembre tuvo lugar la inaguración oficial de la VI Fiesta de la Manzana Esperiega 2018, en la plaza mayor (Rey don Jaime). El plato fuerte de la feria se desarrolló en torno al Mercado de productos agroalimentarios y el Mercadillo de artesanía, que estuvo activo durante todo el día. Por la tarde, en el local multiusos municipal se desarrolló una actividad para niños, un cuentacuentos. Posteriormente hubo una Mesa redonda en torno al tema agrario: ¿Hablamos de agricultura? El día finalizó con la actuación musical (Show Puntos 2) en el local multiusos.

El sábado, 3 de noviembre comenzó con una visita la yacimiento ibérico de la Molatilla, en compañía de los arqueólogos (Dani y Adriá), que explicaron los últimos descubrimientos en el lugar. El Mercado de productos agroalimentarios y el Mercadillo de artesanía continuó durante todo el día. Estaba previsto (en el programa) un Concierto con el nuevo órgano de la iglesia parroquial, pero por imperativos de distinto orden no se realizó. El concierto queda pendiente para el día 6 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, momento en que tendrá lugar la bendición del instrumento por el señor arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares. Al medio día tuvo lugar una comida popular, basada en Puchero de pueblo, repartido en el local multiusos. A media tarde se hizo entrega de los premios del I Certamen literario de Narrativa Breve, que tuvo lugar en el salón de actos del Ayuntamiento. A última hora, actuación de jazz en el local multiusos.

El domingo, 4 de noviembre comenzó con la presentación de una guía de “Plantas de la Senda de la Caseta del río”, obra patrocinada por el Ayuntamiento de Casasbajas, a cargo de Aurelio Peña Rivera (biólogo autor de los textos), Fernando J. Feliu Morte (Ingeniero Técnico Agrícola) y José Quiles Hoyo (de flora silvestre mediterránea), autores de las fotografías. El manual, basado en fichas con fotografías de elementos de la planta y texto (características, usos y aplicaciones), constituye una herramienta práctica para aproximarse al conocimiento de las variedades botánicas más comunes de la zona. El Mercado de productos agroalimentarios y el Mercadillo de artesanía continuó durante la mañana. Al mismo tiempo, tuvieron lugar juegos tradicionales para niños en el local multiusos, el Concurso “la mejor manzana esperiega” (en la plaza), el Concurso “la tapa más sabrosa del Rincón” (en la plaza), el Sorteo “Catador de Tapas” (en la plaza). El sorteo supone la posibilidad de ganar un fin de semana en cualquiera de los establecimientos de la Asociación Turísticas Rincón de Ademuz (ATRA). Finalmente, Clausura de la VI de la Manzana Esperiega 2018, a las 14:00 horas (en la plaza).

Un programa atractivo, en principio bien estructurado.

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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


Ruta de la tapa.
La reseña de las tapas y dónde tomarlas (ruta) se muestra en medio folio impreso a color por las dos caras, allí figuran fotografías de las distintas tapas, la población y el local donde tomarlas y su precio: 2,5 euros (incluye bebida: cerveza, vino o refresco). Visitar los locales e ingerir las tapas (verdaderas exquisiteces de boca) puede constituir un estupendo ejercicio gastronómico.

Bar BTT Santerón (Vallanca):
Perdiz escabechada con manzana caramelizada.
Bar La Cabaña (Ademuz):
timbal de manzana y queso.
Bar La Moncloa (Casasbajas):
Secreto ibérico con manzana caramelizada en salda de roquefort y fresas.
Bar Martínez (Castielfabib):
Empanada de pollo con manzana.
Bar Pitoches (Ademuz):
Pie de cerdo D.O. deshuesado sobre cama de compota de manzana esperiega Casa Antiga con reducción de PX y sal Maldonado.
Casa Emilio (Torrebaja):
Bollito de jamón asado con dulce de manzana de Torrebaja.
Comisión de fiestas Casas Bajas (Casasbajas):
Tostada de compota de manzana con morcilla de arroz.
Los Centenares (Castielfabib):
Carillera con compota de manzana.
Taberna El Rulo (Casasbajas):
Lacón de cerdo ibérico sobre cama de manzana con brotes tiernos.

Junto a la foto de cada tapa hay un círculo en blanco, para marcar la tapa preferida y participar en el sorteo. Me hacen saber que en anteriores ediciones los organizadores de la Feria pusieron un autobús para realizar la “Ruta de las tapas”, lo que facilitó que todos los que lo deseaban pudieran seguir el itinerario gastronómico. Este año, sin embargo, no se ha puesto el medio de transporte, por lo que los establecimientos más alejados no han recibido más visitantes que los del propio lugar.

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Detalle de tapas elaboradas para la Ruta de la tapa en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas,Valencia), 2018



Visita al mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía.
Visité la feria el domingo a medio día, la dificultad para el aparcamiento anunciaba muchos asistentes. De echo tuve que dejar mi vehículo en la ribera del Turia, aguas abajo del puente -todo lo demás estaba ocupado. A la entrada del pueblo, yendo por la avenida de Valencia, había un puesto de churros, sobre la vía un cartel anunciador de la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (2018). Poco más adelante, ya en la calle del Paso comenzaban los puestos de venta.

Por la calle del Paso arriba se llega a la plaza Rey Don Jaime, donde se hallaba el grueso de puestos del mercado de productos agroalimentarios, y el mercadillo de artesanía. Los alegres adornos colgantes con diseño de manzana sobre las calles y la plaza ya presagiaban aires de fiesta. La plaza Mayor de Casasbajas es una de las más vistosas de la comarca, posee forma triangular con una fuente de brocal y pilón en la zona del vértice, teniendo por base la fachada septentrional de la iglesia parroquial. En el extremo suroriental de la plaza, junto a la iglesia, han colocado unos contenedores de basura soterrados, que se elevan para su recogida, evitando pestilencias y mejorando la estética del conjunto. ¡Ojalá cundiera el ejemplo en otros pueblos comarcanos! Algunas de las casas con fachadas a la plaza todavía conservan el estilo tradicional, con balcones y solanares. En el frente de una vivienda con balconada puede verse un estupendo plafón de cerámica representando una Piedad de gran belleza. Hay también algunos edificios modernistas, otros han sido remodelados con gustos diversos, aunque en general conserva el encanto rural.

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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


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Detalle de puesto con tarta de manzana en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


La plaza estaba muy animada, llena de puestos de venta con variedad de productos locales. Me dijeron que el sábado todavía hubo más puestos y visitantes. En el punto de información de la feria, situada en una esquina de la plaza Mayor con la calle barranco de la Rocha me dieron varios folletos relativos al evento: el tríptico, una hoja con la Ruta de la tapa, un DVD con la Ruta de las barracas de Casasbajas, el libro “Plantas de la Senda de la Caseta del Río” y un plano de la localidad, con la situación de las exposiciones y lugares de interés.

Para los foráneos que desconocen el lugar, cabe decir que la localidad se halla en la margen derecha del Turia, entre la CN-330a y la media ladera del cerro del Pinar llano sobre el que asienta la población. El entramado urbano muestra una disposición en cuadrícula, las calles principales orientadas en disposición norte-sur y las menores en orientación este-oeste.

El ambiente era francamente agradable, tranquilo, festivo, relajado… en lo que contribuía el espléndido día amanecido. El día anterior, sábado, también fue bueno, por el contrario de los anteriores con cielo cubierto y lluvias. Varios de los vendedores con lo que hablé se quejaban de que todavía les faltaban manzanas esperiegas por recoger, y de que las que habían recogido lo hicieron con botas de agua, ya que algunos bancales todavía estaban encharcados por las lluvias de las últimas semanas, que desbordaron el Turia en algunos puntos.

Junto al punto de información estaba el puesto de la Asociación Turística del Rincón de Ademuz (ATRA), al amparo de un gran manzano seco del que pendían manzanas: su efecto estético era considerable, en cualquier caso me gustó tan original adorno. En la mesa del mismo puesto vi una escultura de madera simulando unas manos alzadas que ofrecían manzanas, un cartelito en cartulina decía “Abandonamos árboles que dan frutos dorados...” -una muestra poética altamente expresiva. Los frutos dorados son manzanas, los árboles que abandonamos son manzanos, base de la economía familiar y de subsistencia de las generaciones que nos precedieron en el Rincón de Ademuz.

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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

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Detalle de cajas con manzanas esperiegas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


Me produce gran tristeza ver campos yermos, fincas abandonadas, manzanos que se arrancan… la misma tristeza que sentía mi amigo Fermín Luz Yuste, de Sesga, cuando veía cómo la gente vendía lo que tenía, cerraba la puerta de su casa y emigraba de la aldea en los años sesenta. Porque sabía que una casa que se cerraba ya no se abriría. En una entrevista me preguntaron cuál era a mi entender la mayor riqueza del Rincón de Ademuz, lo que yo destacaría. Mi respuesta fue que a falta de industria y con la agricultura y la ganadería en crisis desde hace décadas, la mayor riqueza potencial que tenemos en la comarca es la Naturaleza, el paisaje y el medio ambiente. Ya sé que de naturaleza y paisaje no se come, pero nadie podrá convencerme de lo contrario. Digo de una naturaleza bien conservada, de un paisaje admirable que habrá que explotar de forma sostenible, preservándolo para las generaciones futuras.

Hoy día la naturaleza es un valor en alza, no hay más que ver cómo se vive en las grandes ciudades, donde sus moradores disponen de abundantes servicios de los que carecemos los de las zonas rurales. Pero junto a los cuantiosos servicios y comodidades, ellos tienen que vivir en un medio ambiente contaminado por las calefacciones, los motores de combustión, amén de ruidos, malos olores, aglomeraciones. Una cosa por otra… aunque yo no les arriendo las ganancias a los urbanitas.

En nuestro Rincón de Ademuz falta sin embargo el empuje, la iniciativa para valorizar esa naturaleza y medio ambiente de que disponemos en abundancia, riqueza que cabría simultanear con una agricultura específica, basada quizá en la propia manzana esperiega y otras variedades de similar calidad. Disponemos de campos y de aguas de la mayor calidad, de un microclima particular que podría favorecer el desarrollo de esa agricultura, heredera de la que practicaron nuestros padres y abuelos en tiempos subactuales. Cabe destacar que nuestro mayor problema es la despoblación. Las gentes de nuestros pueblos se marcharon en busca de otros horizontes en los que desarrollar su vida y la de sus hijos, y los que se quedaron no pudieron, no quisieron o no supieron adaptarse a los nuevos tiempos, desarrollando una nueva agricultura. Faltaron medios, iniciativas, ganas de trabajar… no sé, pero doctores tiene la agronomía que podrán darnos una explicación a todo esto, marcando de paso el camino futuro de este sector primario. Mas para tratar de curar una enfermedad resulta primordial un buen diagnóstico, y los políticos no parecen estar interesados en establecerlo.

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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


Paseando por el mercado de productos agroalimentarios y el mercadillo de artesanía de la feria pude apreciar la variedad de productos que se exponían, puestos de manzanas de distintas variedades perfectamente dispuestas, sanas, frescas, llenas de colorido. Puestos con miel y nueces de la zona, de romero, de tomillo…, ricas mermeladas de sabores varios, turrones, quesos, cerámicas… Una de las mejores cosas de las ferias en que te encuentras con muchas personas conocidas. Aunque te hayas visto ayer, te saludas con alegría, máxime a los que aprecias y no has visto en mucho tiempo. En estos pueblos nos conocemos todos, aunque solo sea de vista, unos son amigos, otros simples saludados. Pero sus caras te son familiares, sabes quiénes son, su lugar de residencia, a qué se dedican..., hasta dónde puedes llegar en el trato con cada uno.

En un puesto se exponían unas apetecibles tartas de manzana, y junto a las tartas los frutos secos Lozano de Casasbajas. En una parada con productos de artesanía, bolsos, pulseras, observé una composición con pequeñas calabazas rugosas dispuestas con mucho gusto, ¡qué preciosidad de formas y coloridos en el detalle! Con todo lo más agradable era participar de la armonía y el sabor festivo que impregnaba la plaza. Junto a la iglesia había un puesto con bebidas, la gente bebiendo, riendo, charlando amistosamente. Frente a la taberna El Rulo hubiera querido sentarme para tomar una cerveza fría y disfrutar del ambiente, pero mesas y sillas estaban todas “pilladas”. Me encontré con un amigo que sabiendo mis gustos me invitó a visitar una exposición de escultura en hierro, el local estaba subiendo por la calle del barranco de la Rocha, girando después a la izquierda por la calle Correos. En el bajo de una casa (Rincón de las Hespérides) se mostraban una serie de esculturas “Mis cosicas” de Joan Gorro que me sorprendieron. Basadas en metal, tiras de chapa y rejilla el autor consigue unas esculturas antropomorfas y zoomorfas de gran belleza formal. En el centro de la sala había una formas semejantes a tortugas muy simpáticas dispuestas en línea sobre un tablón. Me agradaron en particular las figuras de “Domingo y Engracia”, los fundadores de Casa Domingo de Ademuz, la “Guisandera”, un ciclista “Premiado”, un agricultor afilando el dalle -aquí diríamos la dalla. Ciertamente, no sabía de la existencia de Joan Gorro, pero me gustó conocerlo.

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Detalle de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

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Detalle de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


De la exposición de Joan Gorro me dirigí a la carretera, donde se exponían esculturas de Lucas Karrvaz y Luis Moisés Cerdán. La exposición se ubicaba en la planta baja de una casa de la carretera, dirección Santa Cruz de Moya. Cuando llegué la exposición estaba ya cerrada. Conozco a Lucas Karrvaz y aprecio su obra,[5] y me hubiera gustado ver los trabajos de Cerdán. Asimismo, hubiera querido ver la exposición del antiguo almacén de la manzana, en la calle Salamanca, tampoco puede verlo. El tiempo es limitado y no disponemos del don de la ubicuidad. Parte del grupo con el que fui a la feria prefirió hacer la Ruta de las bodegas, había exposición en la calle Real, en la calle Aragón, en la calle Constitución y en el camino viejo del Barranco Hondo. Los que hicieron esta ruta volvieron encantados con lo que vieron; según me explicaron, algunas de aquellas bodegas se utilizaron durante la guerra civil como refugios antiaéreos. Hubiera estado bien ver también la exposición de acuarela de Nuria Monleón, y la fotográfica que se exponía en el molino, pero tampoco pudo ser. ¡Lástima!

Lo cierto es que había mucho que ver, todo bien dispuesto y organizado; para verlo todo a placer hubiera tenido que bajar a Casasbajas varias veces. Uno se conforma con lo que vio, siendo además lo que más me apetecía. En definitiva, la variedad está para atender a los distintos gustos.




Concurso: Mejor Manzana Esperiega.
En el contexto de una fiesta de la manzana no podía faltar un concurso a la “mejor manzana esperiega”. En concurso tenía por objetivo “encontrar las mejores manzanas del Rincón y que todo el mundo las conozca”. Al objeto se nombra “un jurado popular y otro formado por expertos” para su valoración, en dos categorías: normal y helada -valorando aroma, tacto, color, sabor y presentación.

Hay que reconocer que la manzana esperiega es muy peculiar, y poco conocida en los mercados nacionales. Se trata de una fruta que puede enamorar al punto de verla y saborearla, pero que puede también provocar rechazo por su dureza. Sucede lo que con las gachas de panizo,[6] que seducen de entrada al foráneo o le provocan rechazo de por vida. Aunque todo es cuestión de aprendizaje, pues para los que las hemos conocido desde niños, gachas y manzanas esperiegas constituye un manjar muy apreciable.

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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


El concurso de manzanas estaba abierto a todos los agricultores que deseasen participar, pudiendo presentar un máximo de tres piezas por categoría, para lo cual deben inscribirse en un correo electrónico indicado en el programa. La presentación tuvo lugar en la plaza Rey Don Jaime de Casasbajas, el 3 de noviembre a las 12:00 horas. Y como todo concurso tiene su premio, el del concurso de manzana esperiega consiste en una escultura de hierro, obra de Romari, de Mas de Jacinto (Castielfabib).

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Detalle de productos de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

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Detalle de puesto con mermeladas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


Palabras finales, a modo de conclusión.
La fiesta anual de la manzana esperiega es uno de los acontecimientos del Rincón de Ademuz más esperados por los comarcanos, y foráneos. Porque el evento lo merece. Bajo la cobertura de la manzana más singular de esta tierra se exponen variedad de productos agroalimentarios y artesanales.

En la presente edición, junto al Mercado de productos agroalimentarios y el Mercadillo artesanal, caben destacar las exposiciones que han colaborado en dar lustre a la fiesta, sin olvidar la Ruta de la tapa. Hay que felicitar al Bar Pitoches (Ademuz) por ser su tapa la más votada, haciendo extensiva la felicitación al resto de partícipes por su calidad gastronómica y elegante presentación. Hay que saber que todas están basadas o se componen de manzana: para su promoción en ferias futuras no se debería eludir el facilitar la visita a los pueblos y locales que tan primorosamente las preparan.

La fiesta ha constituido el VI evento de este tipo en la comarca, el año pasado (2017) se celebró en Casasaltas y el anterior en Torrebaja (2016).[7] En esta de Casasbajas ha destacado la organización y exposiciones, su calidad y variedad contribuyen a enriquecer la propuesta cultural. No cabe duda que los organizadores se lo han currado… -eso me decía Domingo Antón Lázaro, alcalde de Casasbajas.[8]. En cualquier caso, su esfuerzo y dedicación merecen el mejor elogio, ¡enhorabuena!

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Detalle de cajas con manzanas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


Como se dice en el reverso del tríptico del programa de la fiesta, varias han sido las “manzanas que cambiaron el mundo”, la bíblica de Eva, la física de Newton, la musical de los Beatles, la tecnológica de Steve Jobs… y la esperiega. Esperemos que nuestra fruta por excelencia siga inspirando las futuras fiestas de la manzana en el Rincón de Ademuz. Vale.






Véase también:


_________________________________________
[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). La iglesia parroquial del Señor San Salvador en Casasbajas, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, vol. I, pp. 273-277. ISBN: 84-931563-4-5
[2] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Casasbajas en el Rincón de Ademuz, en Desde el Rincón de Ademuz, del miércoles 5 de junio de 2013. 
[3] MADOZ, Pascual (1847). Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar, Madrid, tomo VI, p. 42.
[4] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). La barraca grande del Pinar en Casasbajas, una construcción protohistórica de tradición celta, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, vol. I, Valencia, pp. 267-272. ISBN: 84-931563-4-5 [En años recientes el Ayuntamiento de Casasbajas editó un DVD bajo el título “La ruta de las barracas”, en el que se dice de este tipo de arquitectura tradicional de piedra en seco, con texto de Xavier Laumain y Ángela López, arquitectos en patrimonio].
[5] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Lucas Carrión-Vazquez (a), Lucas Karrvaz (I y II), en Desde el Rincón de Ademuz, del sábado 18 de agosto de 2012.
[6] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Tiempo de gachas en el Rincón de Ademuz, en Desde el Rincón de Ademuz, del miércoles 12 de diciembre de 2012. 
[7] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. IV feria de la manzana esperiega: Torrebaja 2016, en Desde el Rincón de Ademuz, del lunes 14 de noviembre de 2016.
[8] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Don Domingo Antón Lázaro, alcalde de Casasbajas (I y II), en Desde el Rincón de Ademuz, del jueves 4 de abril de 2013.


GALERÍA FOTOGRÁFICA:

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Detalle del programa de la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

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Detalle del programa de la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

casasbajas-fiesta-manzana-esperiega-2018
Plano de Casasbajas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


casasbajas-fiesta-manzana-esperiega-2018
Bases del Concurso de la Mejor Manzana Esperiega en la VI Fiesta de la Manzana (Casasbajas, Valencia), 2018

casasbajas-fiesta-manzana-esperiega-2018
Ruta de la tapa en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

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Detalle de la portada del libro "Plantas de la Senda de la Caseta del Río" presentado durante la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

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Portada del DVD relativo a "La Ruta de las Barracas", editado por el Ayuntamiento de Casasbajas (Valencia), 2018.

VI FIESTA DE LA MANZANA ESPERIEGA EN CASASBAJAS 2018: ANEXO FOTOGRÁFICO.

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Serie fotográfica realizada en Casasbajas, el domingo 4 de noviembre de 2018.






Artículo principal:



Visita al mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía.
Visité la feria el domingo 4 de noviembre a medio día, la dificultad para el aparcamiento anunciaba muchos asistentes. De echo tuve que dejar mi vehículo en la ribera del Turia, aguas abajo del puente -todo lo demás estaba ocupado. A la entrada del pueblo, yendo por la avenida de Valencia, había un puesto de churros, sobre la vía un cartel anunciador de la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (2018). Poco más adelante, ya en la calle del Paso comenzaban los puestos de venta.



Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Detalle de manzans en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Detalle de manzanas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Detalle de manzanas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Pancarta en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Detalle de pancarta en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Fachada oriental de la iglesia parroquial en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Exposición de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Exposición de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Exposición de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


Exposición de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Exposición de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Exposición de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Exposición de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Exposición de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Exposición de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Exposición de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Exposición de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Visitante en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


Anuncio de exposición de esculturas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Vista parcial del caserío en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Vista parcial del caserío en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Vista parcial del caserío en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Pancarta en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

Mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


Las fotografías expuestas están sujetas a derechos de autor; pueden descargarse para otros usos, citando la referencia.



DESCUBIERTO UN REFUGIO ANTIAÉREO DE LA GUERRA CIVIL EN TORREBAJA, VALENCIA.

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Con motivo de obras de pavimentación
en la plaza de la Iglesia y calles contiguas.



Sería estupendo que el descubrimiento de la boca septentrional
del antiguo refugio antiaéreo,
construido en el subsuelo de la iglesia parroquial,
pudiera restaurarse y aprovecharse como vestigio material de la guerra civil”
-Del contenido textual-.

















Con motivo de unas obras de pavimentación en la calle Arboleda -en su confluencia con la calle y plaza de la Iglesia, y el comienzo de la calle del Rosario-, se ha puesto al descubierto una de las entradas del refugio antiaéreo labrado durante la Guerra Civil (1936-1939) bajo la antigua iglesia parroquial.

Se estaba levantando el pavimento de la calle Arboleda cuando ha aparecido la boca de entrada al refugio que había en esta parte de la calle. La entrada posee un encofrado de cemento en los laterales de la rampa de acceso y en la parte superior de la boca, con escaleras del mismo material. La entrada está formado por un pasillo de unos 100 cm de ancho, el cual se ensancha hasta los 1,50 metros en la misma boca, profundizándose unos cinco metros bajo el subsuelo.

El refugio tiene un tramo longitudinal hacia el sur (en dirección a la plaza de la Iglesia) y otro hacia el este (que baja por la calle Iglesia en dirección a la plaza Rey Don Jaime), pasando frente a la entrada principal del templo parroquial. Ambos tramos se hallan tapiados por un muro de mampostería. El techo y las paredes de los tramos de galería que han podido explorarse son de arcilla, y están en parte derrumbados; solo la entrada posee un encofrado parcial de cemento.

Los testimonios recogidos entre el vecindario dicen que este refugio poseía un trazado en tau (T), con tres entradas: una en la calle Arboleda (norte, la descubierta), otra en el fondo de la plaza de la Iglesia (sur) y otra en la calle Cantón (este). Este último tramo discurría parcialmente bajo la iglesia vieja y continuaba por debajo de la plaza Rey Don Jaime, saliendo por debajo de la calle Cantón.




torrebaja-valencia-refugio-antiaereo
Boca de entrada al refugio antiaéreo construido durante la Guerra Civil (1936-1939) en Torrebaja (Valencia), descubierto al realizar obras de pavimentación en la calle Arboleda (2018).


Reseña histórica.
De la existencia de este refugio se tenía constancia por los testimonios recogidos entre el vecindario, además de por la evidencia de su entrada oriental, que durante décadas permaneció abierta en el terraplén de la calle del Cantón, tapiada en los años setenta con una gran losa de cemento -procedente de la base de la fuente que se retiró de la plaza del Ayuntamiento, construida con motivo de la traída de las aguas a Torrebaja.

En relación con el bombardeo de Torrebaja del 26 de noviembre de 1938, el más importante de los sufridos en la población durante la contienda civil, recogí y publiqué varios testimonios que ilustran acerca del momento histórico. Quizá el más significativo, en tanto vinculado al refugio de la Iglesia, sea el aportado por Manuel González Tregón (a) Varela, hijo de Daniel y de Justa. En el momento del bombardeo estaba en la plaza del Ayuntamiento (entonces plaza de Ramón y Cajal), jugando con otros niños. En cuanto empezaron a sonar las sirenas se fueron al refugio, y apenas entraron estalló una bomba cerca, el estampido los tiró al suelo:
  • <En casa de los Pitos estaba el Estado Mayor del ejército, allí había una sirena que tocaban cuando venía la aviación; en cuanto sonaba todos íbamos al refugio. Sí, parece que en el Puntal (del Mediero) había un observatorio, y desde allí avisaban cuando venían los aviones: entonces hacían sonar la sirena... A mí el bombardeo me pilló en el refugio del Cantón, que estaba bajo la Iglesia. Íbamos varios muchachos jugando cuando empezaron a sonar las sirenas y alguien dijo: Venga, muchachos, al refugio..., que son aviones fascistas..-y todos nos fuimos hacia el refugio. Entramos justo en el momento que estallaba una bomba que cayó allí mismo. La metralla no nos alcanzó de milagro, porque la entrada hacía recodo, pero a varios el estampido nos tiró al suelo... Si, nos libramos de milagro… Recuerdo que venía con nosotros Paquito, un hijo del tío Segundo el Solano... Una de las bombas había tirado una casa y parece que había pillado a alguien, y Paquito gritaba: Aquí, aquí, que hay una abuela dentro... A mi madre el bombardeo la pilló en el refugio de san Roque y en cuanto pudo bajó corriendo a la plaza, a buscarme: ¡Ay, mi Manolico, mi Manolico...! -decía la pobre. Y yo buscándola a ella, hasta que nos encontramos... Nosotros vivíamos en la calle Rosario, poco más arriba del callejón del Horno, donde (también) cayeron algunas bombas. Fíjate (como sería el estampido) que tiró al suelo una Virgen del Carmen que tenía mi madre en una repisa de su alcoba, y se le rompió un bracico a la imagen... Esa noche, como teníamos miedo de que volvieran los aviones, fuimos a dormir al refugio de arriba, que estaba bajo la ermita de san Roque; porque en el de abajo había mucha humedad... Claro, el refugio de la iglesia estaba bien apuntalado con troncos, por los lados y el techo, pero al final las maderas se pudrieron. El de san Roque también estaba entibado, pero allí no había agua y la madera se conservó; después de la guerra la gente se la fue llevando...>[1]




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Detalle de la boca de entrada al refugio antiaéreo construido durante la Guerra Civil (1936-1939) en Torrebaja (Valencia), descubierto al realizar obras de pavimentación en la calle Arboleda (2018).
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Detalle de la boca de entrada al refugio antiaéreo construido durante la Guerra Civil (1936-1939) en Torrebaja (Valencia), descubierto al realizar obras de pavimentación en la calle Arboleda (2018).
El testimonio ilustra acerca de las circunstancias personales del niño Manuel González Tregón (Torrebaja, 1928) durante del bombardeo de referencia. Dice de dos refugios, uno bajo la iglesia parroquial y otro en el barrio de Los Pajares, bajo la ermita de San Roque. Ambos refugios estaban entibados. Otro testimonio de interés, en relación con el bombardeo de noviembre de 1938 es el de la vecina Trinidad Martínez Arnalte (Torrebaja, 1941), hija de Gregorio y de Josefina. Su declaración procede de distintas fuentes, pues ella no había nacido todavía:
  • <Mi tía Angelina -se refiere a la señora Angelina Arnalte Gómez- era viuda, tenía treinta y pocos años y vivía con sus hijos –Josefina, Rosita y Miguel- en la calle Arboleda, justo en la casa que hace esquina con la plaza... Cuando sucedió lo del bombardeo estaban en la casa mi tía y mi prima Josefina, que tenía unos 14 años, y una sobrina, Blanquita, niña rubia muy bonita, hija de mi tía Pilar, la que estaba casada con Audomaro, el farmacéutico de El Cuervo... Estaba también con ellas Amparo la Pinaza, hija del tío Evaristo el Marianazo, que era amiguica y vecina de mi prima Josefina. Parece que la pequeñina se acababa de dormir y la acostaron en la cama... Y en esto que comienzan a sonar las sirenas y las campanas, avisando del bombardeo y todas echaron escaleras abajo... Pero cuando iban a mitad mi tía Angelina exclamó: ¡Ay, mi Blanquita...! -y volvió a recoger a la criatura. Amparo dijo: ¡Pues yo me voy al refugio...! -que estaba en la misma calle, frente a la casa de Amparo y la de mi abuela Rita-, mientras que Josefina se quedó en la puerta, esperando a su madre. Nada más entrar Amparo en el refugio, comenzaron a caer las bombas, pero a ellas las pilló dentro de la casa... Por eso a mi prima la encontraron casi en el pórtico, mientras que a mi tía la hallaron echada sobre la cama, como yendo a coger a la niña... Así fue como murieron mi tía Angelina y mis primas Josefina y Blanquita. Contaba mi madre que Audomaro, su cuñado, estaba enfermo de tifoideas, vivía en la Replaceta, donde la casa del tío Cayetano: Audomaro, temblando de fiebre como estaba, se levantó como pudo de la cama y fue a recoger los restos de su hija Blanquita, a la que encontraron cortada por el pecho, casi a la altura del cuello; su padre, con la cabeza entre los brazos, todavía le quitó los pendientes a la pobre niña... De los hijos de mi tía se salvaron mis primos, que no estaban en la casa... Miguel había ido a cuidar una cabra y Rosita estaba fregando en la acequia>.[2]

Sigue diciendo:
  • <Junto a la casa de mi tía Angelina estaba la del tío Santiago -se refiere al señor Santiago Blasco Muñoz-, al que apodaban el Cojo, padre de Roque el Milagros, abuelo de Ramón y Milagritos. El tío Santiago era hermano de la tía Raimunda... Resulta que cuando el bombardeo, el hombre se quedó en la casa y murió por el derrumbe que se produjo; y su mujer, la tía Milagros, que iba en ese momento por la calle, se metió en el corral de mi abuela Rita, que estaba justo frente al refugio... Mi abuela se había ido corriendo, pero la mujer del tío Santiago, por alguna razón, se metió en el corral, y allí la encontraron después a la pobre, medio muerta de miedo y llena de polvo. Fíjate lo que es el destino de cada uno...>[3]

Y concluye:
  • <El bombardeo aquel fue muy dañino para el pueblo; además de los que mató, hundió muchas casas. En la calle de la Arboleda tiró todas las que iban a continuación de la de mi tía Angelina, la del tío Santiago y la del tío Evaristo el Marianazo, que estaba en la esquina, y no sé si habría alguna más entre medio. En esa misma calle tiró la de mi tía Carmen la Bernarda, que estaba al fondo del Rincón, detrás de la iglesia vieja, y la del tío Julián -se refiere al señor Julián Tortajada Martínez-, el de Adoración -se refiere a la esposa, señora Adoración Pinazo Martínez-, cuya casa estaba junto a la de mi tía Carmen... La tía Dora hacía poco que había dado a luz, y tenía en brazos a su hija Carmen cuando se las cayó la fachada. Contaba Dora, su hija mayor, que su madre estaba junto al fuego, con Carmen en brazos y ella exclamó: ¡Madre, que el muñeco se mueve...! -refiriéndose a un juguete que tenía colgado en la pared. Y no había acabado de decirlo cuando la fachada cayó hacia la placeta... Ellas se quedaron en la cocina y tuvieron que bajarlas como pudieron...>[3]

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Detalle de las obras de pavimentación en la calle Iglesia de Torrebaja (Valencia), con la torre inconclusa de la epístola al fondo (2018).


Un último testimonio es el del vecino Daniel Aparicio Sánchez (Torrebaja, 1941), hijo de Constantino y de Carmen:
  • <Mi padre, al que llamaban Constantino Aparicio Aparicio (1907-92), tenía un camión y (durante la guerra) se dedicaba al transporte de mercancías. Pero cuando se produjo el bombardeo estaba arreglando el tejado de la casa de Los Picos, pues él era albañil de profesión, y tenía como ayudante a un soldado que llamaban Cremades. En cuanto empezaron a sonar las sirenas todos bajaron y se fueron al refugio. Pero por alguna razón el soldado se quedó rezagado, apenas unos pasos por detrás de mi padre. Sucedió que poco antes de entrar en el refugio de la iglesia -que tenía una entrada por la calle Arboleda, en la confluencia con la del Rosario-, estalló allí una bomba y lo lanzó contra la pared de la casa de Evaristo el Marianazo, que estaba frente a la boca del refugio. Sí, la casa se hundió y el soldado murió aplastado...>[4]

La declaración del señor Daniel alude a la información aportada por su padre, camionero accidental y albañil de profesión, que en el momento de los hechos se hallaba arreglando el tejado de la casa de Los Picos (se refiere a la Casa Grande, situada en la plaza del Ayuntamiento), a escasos metros de la calle Arboleda y entrada al refugio de la iglesia. Se desconoce el nombre y segundo apellido del soldado Cremades.

Los testimonios aportados se refieren exclusivamente al bombardeo de Torrebaja por la aviación franquista del 26 de noviembre de 1938, todos ellos en relación con la entrada al refugio de la calle Arboleda, zona del pueblo donde tuvo lugar el mayor número de víctimas civiles. Según un censo de viviendas realizado por el Ayuntamiento de Torrebaja (en diciembre de 1939), en aquel bombardeo se hundieron las casas de la calle Arboleda n.º 1, 3, 5, 7, 9, 11, 13 y 15, además de la n.º 8. En la calle Pedro Arnalte (actual calle Fuente), se hundieron (total o parcialmente) la n.º 5, 41, 43 y 45, además de la n.º 12, 14, 16, 18, 24, 26, 28, 30 y 32. En la calle del Rosario fueron destruidas (total o parcialmente) la n.º 6 y 8.[5]




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Detalle de la boca de entrada al refugio antiaéreo construido durante la Guerra Civil (1936-1939) en Torrebaja (Valencia), descubierto al realizar obras de pavimentación en la calle Arboleda (2018).



Otros refugios antiaéreos de Torrebaja.
Además de los reseñados, durante la Guerra Civil se labraron otros refugios notables en distintos puntos del casco urbano de Torrebaja: uno en la zona correspondiente a la actual calle Valencia y otro en la carretera de Teruel, frente al Hospital de Sangre.

* Refugio de la calle Valencia:
Se hallaba en una zona de huertos, al comienzo de la actual calle Valencia prolongación hacia el norte de la calle Zaragoza. Se construyó parcialmente excavado bajo tierra, los muros y cubierta de cemento armado, siendo su forma exterior la de una pirámide a cuatro aguas. La entrada tenía forma de zigzag, con una gran superficie interior. Dicho refugio (más bien un bunker), se halla en las inmediaciones de las casas de la calle de San Roque donde se ubicaron las oficinas del Estado Mayor del XIX Cuerpo del Ejércio Republicano. Estaba destinado a los mandos militares, pero cualquiera podía acogerse en caso de bombardeo.[6]

* Refugio del Hospital Militar:
Se hallaba en la carretera de Cuenca-Teruel, frente al Hospital Militar, más conocido como “Hospital de Sangre”[7] -en el solar donde hoy se halla el aparcamiento del Hotel Restaurante "Los Emilios". Poseía resguardos laterales de cemento, con pasillos formando un siete, y una amplitud de unos tres metros de ancho por unos quince o veinte de longitud: la techumbre estaba basada en troncos de pinos y tierra, dispuestos en cuatro capas haciendo montículo. El refugio poseía dos bocas o entradas que daban a la carretera, y servía especialmente como abrigo para los hospitalizados y personal sanitario del hospital -aunque cualquiera podía acogerse.[8]





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Detalle de la boca de entrada al refugio antiaéreo construido durante la Guerra Civil (1936-1939) en Torrebaja (Valencia), descubierto al realizar obras de pavimentación en la calle Arboleda (2018).

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Detalle de la rampa de entrada al refugio antiaéreo construido durante la Guerra Civil (1936-1939) en Torrebaja (Valencia), descubierto al realizar obras de pavimentación en la calle Arboleda (2018).


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Entrada al refugio antiaéreo construido durante la Guerra Civil (1936-1939) en Torrebaja (Valencia), descubierto al realizar obras de pavimentación en la calle Arboleda (2018).


Templo parroquial y refugios antiaéreos.
Resulta evidente que los refugios antiaéreos labrados en el subsuelo del templo, así como los impactos directos de las bombas sobre las inmediaciones de la iglesia no beneficiaron a su estructura, de por sí ya deficiente. En su “Memoria para la reconstrucción de la iglesia parroquial de Torrebaja (Valencia)”, el arquitecto valenciano -Luis Gay Ramos (1912-1996)-, técnico de la Dirección General de Regiones Devastadas, encargada de la reconstrucción de monumentos histórico-artísticos afectados por la guerra civil, escribe (mayo de 1949):
  • <Tiene este proyecto como fin, reconstruir la Iglesia Parroquial de Torrebaja de la Diócesis de Segorbe./ El pueblo de Torrebaja enclavado durante toda nuestra pasada guerra en las inmediaciones del frente de Teruel, sufrió sus efectos muy reiterados, por hallarse establecido en el mismo el mando supremo de las fuerzas de Levante./ Los daños de guerra que sufrió el Templo Parroquial fueron totales pues a parte de su devastación e incautación primero, padeció los impactos directos y los no menos graves de los refugios./ De construcción deficiente aunque no muy antigua, el emplazar un refugio en su subsuelo e inmediaciones ha ocasionado por último su destrucción total, dado que las filtraciones y derrumbamientos interiores provocaron asientos y corrimientos que abrieron precipitadamente las grietas existentes en las bóvedas, desplomaron el muro de fachada y se aceleró la descomposición de sus muros laterales principalmente en las partes bajas y esquinas, haciendo inútiles los refuerzos de unos machones que también por impactos directos se habían derrumbado parcialmente durante la guerra. Todo ello aconsejó derribar lo que quedaba en pie del templo en evitación de desgracias personales, y proceder a su reconstrucción aprovechando el material que se halla en condiciones>[9]

La primera piedra del nuevo templo se colocó en junio de 1954, estando presente el señor obispo de Segorbe, monseñor José Pont y Gol, al que acompañaron las autoridades civiles y militares locales y comarcales. El nuevo edificio se construyó sobre el mismo solar que el anterior, aunque dándole una orientación distinta: mientras el viejo se orientaba en sentido antiguo este (pies), cabecera (oeste), el nuevo se dispuso en sentido norte (pies) sur (cabecera). La superficie del nuevo templo fue también mayor, ya que se aprovechó el recinto del cementerio que circundaba la fachada del evangelio (sur) del viejo templo -que comunicaba la plaza de la Iglesia con la calle Fuente (entonces, calle de Pedro Arnalte).

Para comprender el motivo por el que Torrebaja resultó el pueblo más afectado del Rincón de Ademuz por el fenómeno bélico hay saber que la localidad fue asiento del Estado Mayor del XIX Cuerpo de Ejercito republicano (centro administrativo y de comunicaciones, intendencia...), teniendo como comandante en jefe al coronel don Joaquín Vidal Munárriz. Además, en varios edificios particulares se ubicó el Hospital de Sangre de referencia en la zona meridional del frente de Teruel.



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Vista de la plaza de la Iglesia en Torrebaja (Valencia), durante las obras de pavimentación (2018).

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Detalle de la rampa de entrada al refugio construido durante la Guerra Civil (1936-1939) en Torrebaja (Valencia), descubierto durante las obras de pavimentación de la calle Arboleda (2018).



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Detalle de la rampa de entrada al refugio construido durante la Guerra Civil (1936-1939), descubierto en la calle Arboleda de Torrebaja (Valencia), durante las obras de pavimentación (2018).

A modo de epílogo.
La memoria suele ser frágil entre los humanos, pero a poco que escarbemos aparecen vestigios del pasado, como el refugio antiaéreo de la guerra civil surgido en la calle Arboleda de Torrebaja, con motivo de las obras de pavimentación que se están llevando a cabo en la misma. La guerra civil fue el fenómeno sociológico más trascendente ocurrido en España durante el siglo XX: las consecuencias de aquel enfrentamiento bélico -una o varias revoluciones confrontadas, con victoria de la contra- se prolongaron en el tiempo bajo la forma de una dictadura autoritaria; pero sus causas hay que buscarlas en el fracaso de la II república, en cuyo colapso contribuyeron todos. Pues lo cierto es que los dirigentes del periodo republicano de uno y otro signo no pudieron o no supieron resolver los graves problemas sociales, políticos y económicos planteados y que podrían resumirse “en agitación social, escasa prosperidad general y falta de trabajo”. Cabe insistir en que la república y la guerra civil española no fueron fenómenos aislados, se desarrollaron en el contexto europeo de unas democracias en crisis, con el telón de fondo de dos ideologías emergentes, el comunismo y el fascismo.

El hallazgo arqueológico se corresponde con los testimonios vecinales y datos historiográficos conocidos. Es por ello que sería estupendo que el descubrimiento de la boca septentrional del antiguo refugio antiaéreo construido en el subsuelo de la iglesia parroquial pudiera restaurarse y aprovecharse como vestigio material de la guerra civil. Probablemente, sin embargo, no podrá recuperarse, dado el estado de deterioro en que se hallan las galerías, de cuyo hundimiento ya dio cuenta en su proyecto el arquitecto que diseñó el nuevo templo, en 1949. Caso de no poder restaurarse el refugio en este momento, convendría cubrirlo, pues tal vez pueda recobrarse en el futuro.

Debemos felicitar al Ayuntamiento de Torrebaja, y felicitarnos todos los vecinos, por las obras de pavimentación emprendidas en el entorno de la iglesia: plaza y calle de la Iglesia, calle Arboleda y comienzo de la calle del Rosario -valga el punto para decir que durante la revolución española de 1936 la calle del Rosario cambio su nombre por el de “calle de Pablo Iglesias”, dado que el comité revolucionario local era de mayoría socialista.[10] Hubo otros cambios en el callejero local, como el de la calle de San Roque, que pasó a llamarse "Luis de Sirval" (alias de Luis Higón y Rosell, periodista asesinado tras el intento de golpe de estado de los socialistas y nacionalistas contra la República, en octubre de 1934), y el de la carretera de Cuenca a Teruel, que se rebautizó con el pomposo nombre de “avenida de la República”.[11]

Las obras de pavimentación supondrán la retirada del antiguo cemento y su sustitución por adoquines, lo que sin duda mejorará la estética del conjunto viario -evitando el continuo parcheado de las calles con motivo de averías en el abastecimiento de aguas y el alcantarillado. El proyecto contempla también el soterramiento de los cables del alumbrado público y la telefonía, lo que resulta doblemente de agradecer.

Esperemos que en un futuro no lejano se contemple el adoquinado del resto de la calle del Rosario, y demás calles de la población, aprovechando de paso para renovar las infraestructuras obsoletas. Vale.








Véase también:

___________________________________________________________________________
[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2009). Acerca del bombardeo de Torrebaja del 26 de noviembre de 1938, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. III, p. 24. ISBN: 978-78-931563-6-7
[2] Ibídem, pp. 25-26.
[3] Ibídem.
[4] Ibidem, p. 27.
[5] Ibídem, p. 29.
[6] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2008). Refugios antiaéreos en Torrebaja y otras noticias de la guerra civil (1936-1939), en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, pp. 335-336. ISBN: 978-84-931653-5-0
[7] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2009). El Hospital de Sangre de Torrebaja durante la guerra civil (1936-1939), en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. III, pp. 85-99. ISBN: 978-78-931563-6-7
[8] Ibídem, p. 336.
[9] Archivo Histórico Parroquial de Torrebaja (Valencia), Memoria del proyecto de reconstrucción de la iglesia parroquial de Torrebaja (Valencia), firmado en Valencia, para Torrebaja a 31 de mayo de 1949.
[10] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2011). Ayuntamientos, Juntas Gestoras y Comités constituidos en Torrebaja durante la revolución (1936-39), en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. IV, pp. 391-397. ISBN: 978-84-931563-7-4
[11] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Estudio de las causas de muerte en Torrebaja durante la Guerra Civil (1936-1939), en Desde el Rincón de Ademuz, del sábado 1 de marzo de 2014. 



GALERÍA FOTOGRÁFICA:

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Obras de pavimentación en la plaza de la Iglesia de Torrebaja (Valencia), 2018.

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Obras de pavimentación en la plaza de la Iglesia de Torrebaja (Valencia), 2018.

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Obras de pavimentación en la calle de la Iglesia de Torrebaja (Valencia), 2018.


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Detalle de la iglesia parroquial y calle de la Iglesia de Torrebaja (Valencia), desde la Plaza Rey Don Jaime (Replaceta), durante las obras de pavimentación (2018).

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Detalle de la calle de la Iglesia en Torrebaja (Valencia), desde la calle Fuente, durante las obras de pavimentación (2018).
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Detalle de la calle del Rosario en Torrebaja (Valencia), durante las obras de pavimentación (2018).
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Detalle del comienzo de la calle del Rosario en Torrebaja (Valencia), durante las obras de pavimentación, con la Casa Abadía a la derecha y la Iglesia Parroquial al fondo (2018).


CONCIERTO INAUGURAL DEL NUEVO ÓRGANO DE CASASBAJAS, VALENCIA.

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A propósito de su bendición por el cardenal-arzobispo de Valencia, 
monseñor Cañizares Llovera, 
en la iglesia parroquial del Salvador
-6 de diciembre de 2018-




Despierta, Órgano nuevo, Rey de los instrumentos;
desde ahora, acompañarás con tu música solemne nuestras alabanzas
dirigidas al cielo en honor de nuestro Señor, Padre eterno,
Creador del cielo y de la tierra”
-Del contenido textual de la memoria histórica del acto-.












El pasado día 6 de diciembre del año en curso, a las 18:00 horas tuvo lugar en Casasbajas un acontecimiento insólito, por lo infrecuente; se bendijo el nuevo órgano de la iglesia del Salvador, acto festejado con un magnífico concierto inaugural. Los donantes del órgano han sido los señores canónigos prefectos de música y liturgia de la Catedral del Segorbe, hermanos don Jesús y don José Blasco Aguilar, hijos de la localidad -que hace unos años hicieron también donación del retablo actual, en sustitución del que había de pincel (2003).[1]

La iglesia parroquial estaba a rebosar -vecinos y visitantes del resto de pueblos del Rincón de Ademuz y otros lugares-, ocupando la nave central, capillas laterales y alto coro. El solemne acto contó con la presencia del cardenal Cañizares Llovera, señor arzobispo de Valencia. Don Antonio ha estado varias veces en el Rincón de Ademuz desde que fuera nombrado obispo de Valencia (en agosto de 2014), y conoce bien nuestra tierra, pues es natural de Utiel, donde nació en 1945.

Salvando las diferencias de espacio y tiempo, los actos litúrgicos de la iglesia católica me parecen herederos lejanos de las ceremonias del antiguo imperio romano (que el emperador Adriano calificaba de largas y y tal vez tediosas, aunque no es el caso), de ahí su liberalidad y magnificencia. Así se explica ese lujo de luz y color, de incienso y agua bendita con que se engalanan, siempre en honor de Dios Nuestro Señor. Porque hay que reconocer, y no me dejarán por mentiroso los que asistieron, que la bendición del nuevo órgano de la iglesia de Casasbajas constituyó un acto esplendoroso, y solemne.


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Detalle del nuevo órgano de la iglesia del Salvador (Casasbajas, Valencia), acto de Bendición y Concierto Inaugural (2018).

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Acto de bendición del nuevo órgano de la iglesia del Salvador (Casasbajas, Valencia), por el cardenal-arzobispo de Valencia, monseñor Cañizares Llovera (2018).



Ofrenda del órgano.
Los oferentes, hermanos Blasco Aguilar, junto con sus padres, han sido los grandes benefactores de la iglesia en la que fueron bautizados, y en la que se educaron en la fe. Ellos se consideran deudores de sus progenitores, de quienes aprendieron “a amar, celebrar y también cantar desde los primeros balbuceos el amor entrañable al Señor y a la Virgen María”.[2] Don Jesús y don José poseen un largo currículo, tan extenso como su propia vida, pues ambos son octogenarios bien cumplidos. Su donación es clara y precisa, “Para que nuestra Parroquial de San Salvador, aunque de pocos habitantes, pueda tener el mejor y más solemne servicio musical y litúrgico, ofrecemos este nuevo órgano, obra del Maestro organero don Carlos Manuel Álvarez Ramírez”.[3]

Hubo después unos Ritos iniciales, siempre en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, mediante los que el cardenal arzobispo de Valencia preparó a los presentes para participar en la bendición. La música, en los ritos eclesiales, “tienen por fin principal la glorificación de Dios y la santificación de los hombres”. En este sentido, el sonido del órgano se convierte en un signo eminente del cántico nuevo en el que se nos manda cantar a Dios”. Pero el canto que más agrada a Dios es “cuando nos amamos los unos a los otros y cumplimos así el mandamiento nuevo”.[4]

La lectura de la Palabra consistió en la lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses (3,12-17).[5]

El salmo responsorial que se cantó procedía del salmo 46, (47), 2-3, 7-8, con música de José Blanco.[6]


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Detalle del acto de bendición del nuevo órgano de la iglesia del Salvador (Casasbajas, Valencia), 2018.



Oración de Bendición.
La oración de bendición me pareció especialmente hermosa, vean sino:
Dios y Señor nuestro, que eres la belleza
siempre antigua y siempre nueva,
cuya sabiduría gobierna el mundo
y cuya bondad adorna el universo;
los coros de los ángeles te alaban,
obedientes siempre a tus mandatos;
los astros del cielo te cantan sin cesar,
observando, en su continuo movimiento,
las leyes que tú mismo le has dado;
todos los redimidos proclaman a una voz tu santidad,
y con el corazón, con sus labios y con su vida
te aclaman sin cesar, llenos de alegría.

También nosotros, tu pueblo santo
reunidos en este santo templo
ansiamos unir nuestras voces
al concierto universal de la creación,
y, a fin de que nuestro himno de alabanza
suba más dignamente hasta tu majestad,
te presentamos este Órgano nuevo
para que lo ben + digas y para que, con su ayuda,
unamos armónicamente nuestras voces
cantando humildemente tu alabanza. Amén.[7]

A continuación el señor obispo, cardenal arzobispo de Valencia aspergió e incensó el nuevo órgano. El humo impregnó el ambiente del templo, como una silenciosa y perfumada oración.



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Detalle del acto de bendición del nuevo órgano de la iglesia del Salvador (Casasbajas, Valencia), 2018.

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Detalle del público asistente, durante el concierto inaugural del nuevo órgano de la iglesia del Salvador (Casasbajas, Valencia), 2018.


Invocaciones imperativas al nuevo órgano.
Lo que más gustó, quiero decir impresionó a este humilde cronista fueron las invocaciones imperativas al órgano, cual si fuera un ser vivo. Las invocaciones se hicieron siguiendo un antiguo ritual de bendición de órganos -algo que solo podía ocurrírsele a la Iglesia, una institución milenaria y erudita. A cada invocación, el órgano respondió con una melodía:

* Invoca el señor obispo:
Despierta, Órgano nuevo, Rey de los instrumentos; desde ahora, acompañarás con tu música solemne nuestras alabanzas dirigidas al cielo en honor de nuestro Señor, Padre eterno, Creador del cielo y de la tierra:

* Responde el Órgano: Credo in unum Deum…

* Invoca el señor obispo:
Despierta, Órgano nuevo, sagrado instrumento; tú siempre celebrarás a nuestro Señor Jesucristo, Hijo del Padre, nacido de la Virgen María, con las dulces armonías que brotarán del interior de sus fuelles, tubos y ocultos secretos.

* Responde el Órgano: Et incarnatus est…

* Invoca el señor obispo:
Despierta, Órgano nuevo, sagrado instrumento, tú cantarás con sonidos temblorosos al Espíritu Santo, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, gozo que enjuga lágrimas y recoforta duelos, dulce tregua en el trabajo que anima desde lo alto nuestra vida con el soplo divino de su amor.

* Responde el Órgano. Veni, Creator Spiritus

* Invoca el señor obispo:
Despierta Órgano nuevo, sagrado instrumento; contigo elevaremos nuestros cánticos y alabanzas a la Virgen María, nuestra madre que intercede por nosotros ante su Hijo Jesús.

* Responde el Órgano: Ave María

* Invoca el señor obispo:
Despierta, Órgano nuevo, sagrado instrumento, que junto a las campanas de la torre rezas y lloras por los difuntos; con vuestros clamores subirán al cielo nuestros sufragios y oraciones hasta que el Señor nos lleve con ellos al cielo.

* Responde del Órgano: Dies irae, dies ella

* Invoca el señor obispo:
Despierta, Órgano nuevo, sagrado instrumento de nuestra liturgia musical; con la plenitud de tus acordes proclamarás por siempre en esta Iglesia que “la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del Espíritu Santo estén siempre con vosotros”.

* Responde el Órgano y cantan todos: Gloria y Honor a Ti.

Todos los cantos de respuesta del Órgano nuevo -Credo in unum Deum…, Et incarnatus est…, Veni, Creator Spiritus…, Ave María…, Dies irae, dies ella…, Gloria y Honor a Ti- estuvieron bien elegidos, además de sonar impresionantes en la voz del instrumento.[8]


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Detalle del acto de bendición del nuevo órgano de la iglesia del Salvador de Casasbajas (Valencia), 2018.


Programa del concierto inaugural.
El programa del concierto inaugural estaba dividido en dos partes, la primera con siete piezas y la segunda con nueve, lo que hace un total de dieciséis. Corrió a cargo de tres intérpretes: un organista (Juan Manuel Lloret Frasquet), una violinista y Soprano (María Khodarenko) y una mezzosoprano (Nadya Kashaeva).[9]


Programa del concierto inaugural del nuevo órgano de la iglesia de Casasbajas: primera parte (2018).
N.º
OBRA
AUTOR
INTÉRPRETE
1
Coral Preludio “Wachet aut, ruft uns die Stimme” BWV 645
J. S. Bach (1685-1750)
Órgano
2
Aria “Ich folge dir gleischfalls”
(Pasión según san Juan)
J. S. Bach (1685-1750)
Órgano y soprano
3
Aria “Erbarme dich, mein Gott”
(Pasión según san Mateo)
J. S. Bach (1685-1750)
Órgano y mezzosoprano
4
Coral Preludio “Christ lag in Todesbanden”.
BWV 625
J. S. Bach (1685-1750)
Órgano
5
Sonata VII en re menor, Op. 5
Arcangelo Corelli (1653-1713)
Órgano y violín
6
Duo “Laudamus te” (Gloria). RV 589, n.º 3
Antonio Vidaldi (1678-1741)
Órgano, soprano y mezzosoprano
7
Fuga en sol mayor “Giga”. BWV 577
J. S. Bach (1685-1750)
Órgano
Elaboración propia (2018). Nota: las siglas BWV se refieren al catálogo de las obras del compositor aleman J. S. Bach, creado por el musicólogo Wolfgang Schmieder (1901-1989), en 1959.



Detalle de la bendición del nuevo órgano de la iglesia del Salvador (Casasbajas, Valencia), por el cardenal-arzobispo de Valencia, monseñor Cañizares Llovera (2018).




Programa del concierto inaugural del nuevo órgano de la iglesia de Casasbajas: segunda parte (2018).
N.º
OBRA
AUTOR
INTÉRPRETE
8
Coral Preludio “Nun Komm, der Heiden Heiland”. BWV 659
J. S. Bach (1685-1750)
Órgano
9
Aria “Oh! Had I Jubal`s lyre” (Oratorio, Josué).
HWV 64
F. Haendel (1685-1759)
Órgano
10
Fuga en sol menor. BWV 578
J. S. Bach (1685-1750)
Órgano
11
Aria “Laudate Dominum”. KV 339
W.A.Mozart (1756-1791)
Órgano, violín y mezzosoprano
12
Coral Preludio “Herlich tut mich verlangen”,
Op. 122, n.º 10
J. Brahms (1833-1897)
Órgano, soprano y mezzosoprano
14
Berceuse
Eduardo Torres Pérez (1872-1934)
Órgano
15
Pie Jesu” (Misa de Requiem)
Andew Lloy Webber (1948)
Órgano, soprano y mezzosoprano
16
Improvisación en re menor
Juan M. Lloret Frasquet (1966)
Órgano
Elaboración propia (2018). Nota: las siglas HWV se refieren al catálogo de las obras de Händel, en alemán. KV se refieren al catálogo de las obras de Köchel, en alemán.


Actuación del organista Juan Manuel Lloret Frasquet, durante el Concierto Inaugural en la iglesia del Salvador (Casasbajas, Valencia), 2018.


Acerca de los intérpretes y el organero.
* Juan Manuel Lloret Frasquet (Benirredrá, 1966), inició sus estudios de piano en Gandía, Valencia. En el Conservatorio de Valencia estudió órgano, piano, musicología, armonía y contrapunto, obteniendo los títulos correspondientes, incluyendo el de profesor de piano.

Ha ejercido su actividad docente como profesor de Lenguaje Musical, de Repentinación y Piano. Ejerció actividad docente en el Conservatorio Municipal de Música “José Iturbi” de Valencia durante trece años.


Profesionalmente, ha ejercido en los conservatorios de la Generalidad Valenciana en Requena, Utiel, Cullera, Denia y Alicante, y últimamente en los conservatorios superiores de Valencia, Alicante y Castellón como profesor de Improvisación.

Como director de coro, ha fundado diferentes agrupaciones corales.[10]

* María Khodarenko(Volzhskiy, Volgogrado, Rusia), tras los estudios iniciales ingresa en el conservatorio de música, especialidad de violín. Con el grado profesional entra en el conservatorio superior, y en la orquesta sinfónica de jazz de su ciudad natal, estando allí durante seis años como violinista-solista. Ha trabajado como concertino en la Orquesta de Cámara de Volgogrado, ingresando posteriormente en la Orquesta Sinfónica de Volgogrado.

En España, ha estado en la Orquesta Sinfónica de Valencia, colaborando (como violinista y cantantes) con diferentes formaciones musicales. Con el cantautor valenciano Vicent Savall grabó un disco (Homenatge a Joan Pellicer), y varias canciones para el disco del libro del poeta burgalés Juan Carlos García Hoyuelos.

Ha trabajado a las órdenes de distintos directores (Walter Welter, Fuat Mansurov, Mijail Yurovshiy…). En la actualidad es concertino del quinteto de cuerda “Boccherini”, directora y solista del coro ruso “Perezvón”, miembro de varias orquestas en la Comunidad Valenciana: Orquesta de la Marina Alta, Orquesta Sinfónica de Villena, Orquesta Sinfónica de Castellón, Orquesta de Cámara de la Comunidad Valenciana.[11]


Actuación de la soprano María Khodarenko, durante el Concierto Inaugural en la iglesia del Salvador (Casasbajas, Valencia), 2018.

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Actuación de la soprano María Khodarenko, durante el Concierto Inaugural en la iglesia del Salvador (Casasbajas, Valencia), 2018.


* Nadya Kashaeva, natural de Ucrania, vivió su infancia en Lituania, iniciando estudios de piano a corta edad. Hizo estudios como cantante de ópera en el Conservatorio Superior y Academia Nacional y Teatro de Lituania. La carrera de canto la realizó en la Universidad Estatal Klaypeda (Facultad de arte), con el profesor Eduard Kanyava, obteniendo el título de Maestro en Canto.

Ha sido ganadora de varios concursos musicales en los países bálticos y nórdicos (Lituania, Letonia, Finlandia). Como cantante, su repertorio incluye las partes de mezzosoprano de grandes arias clásicas: Caballería Rusticana, El barbero de Sevilla, La Traviata, El murciélago, Gianni Schicchi, entre otras, estando especializada en música sacara.

Actualmente ejerce como profesora y entrenadora de canto, dando recitales por toda España.[12]


Actuación de la mezzosoprano Nadya Kashaeva, durante el Concierto Inaugural en la iglesia del Salvador (Casasbajas, Valencia), 2018.

Actuación de la mezzosoprano Nadya Kashaeva, durante el Concierto Inaugural en la iglesia del Salvador (Casasbajas, Valencia), 2018.


* Carlos Manuel Álvarez Ramírez, natural de Cuba (Santiago de Cuba, 1970), los estudios elementales y medios de música los hizo en el conservatorio profesional “Estaban Salas” de su ciudad natal, continuando los superiores en el Instituto Superior de Arte de la Habana, especialidad de piano, siendo profesor ayudante en la cátedra de historia del piano (1990), profesor de piano en la Escuela Nacional de Música de Cuba (1991), profesor de grado medio en el Conservatorio Profesional de Música y Organista Titular del Auditorio de Música de Santiago de Cuba (1992).

Becado por la Diputación de Teruel y el patronato del Instituto Musical Turolense (1993), hace estudios de órgano y organería; continuó estudios en el Conservatorio Superior de Valencia, obteniendo el título superior en la especialidad de órgano. Ha sido profesor ayudante en las cátedras de música de cámara y órgano en el Conservatorio de Teruel (1994).

Hace estudios de organería en el taller del maestro holandés Gerard A. D. Graff, así como en el de los maestros organeros José Luis Berenguer y Juan Bautista Díaz, colaborando e intercambiando experiencias con distintos talleres europeos: Alemania, Sueza, República Checa, Portugal, etc.

Ha trabajado como organero en distintos talleres españoles, restaurando, reformando y reparando órganos históricos, y creando nuevos. Asimismo, su taller ha llevado a cabo obras de reforma, reparación, restauración, armonización y afinación en órganos históricos de distintos lugares de España, Cuba y Portugal. Y construyendo otros nuevos, como el de Almazán (Soria) y el del Convento de Albarracín. Actualmente, está trabajando en la construcción de un órgano nuevo en la Iglesia de Santa María la Mayor de Caspe (Castellón) y en la restauración del de la Iglesia de Santa Cruz, Madrid.

Titulado Superior en Órgano y Maestro Organero, es miembro reconocido varias asociaciones cubanas y españolas, y de la Sociedad Internacional de Constructores de Órganos (ISO), es el organero encargado del Gran órgano de la Basílica del Pilar en Zaragoza.[13]-[14]



Asistentes al Concierto Inaugural -de derecha a izquierda-: don Jesús Blasco Aguilar (donante), don Antonio Cañizares Llovera, cardenal-arzobispo de Valencia, don Pablo Soriano Martínez, párroco del Rincón de Admuz (2018).


Acerca del órgano (características técnicas).
La historia del órgano como instrumento musical tiene su origen en la Grecia antigua, fue concebido por el inventor y matemático Ctesibio (285-222 aC), que lo hizo funcionar con agua y aire (Hydraulis). Conocido también por los romanos, la Iglesia Católica lo adopta como acompañamiento de sus ceremonias litúrgicas desde el siglo VII.

Se trata de un aparato musical, armónico de teclado, cuyos sonidos se generan al hacer pasar aire por tubos de distinta longitud y diámetro. Clasificado entre los instrumentos de viento (aerófono), en la categoría de teclado; parientes cercanos son el acordeón y el armonio (subcategoría de aire insuflado).

Los sonidos del órgano (registros) poseen distintos timbres, en función de la forma y del tamaño de los tubos, así como del material y del mecanismo de producción del sonido. Puede tener uno o más teclados para ser tocados con las manos, y otro para ser tocado con los pies (generalmente reservado a los sonidos más graves). Los registros se accionan mediante palancas o botones, el sistema puede ser mecánico, eléctrico o electrónico. En el pasado, el aire necesario para su funcionamiento se suministraba mediante un sistema de fuelles accionados a mano (tal el que hubo en la iglesia de Castielfabib, destruido en el saqueo que padeció el templo durante la Revolución Española de 1936). Histórica también se han accionado con agua, pero los actuales utilizan motores eléctricos.

El nuevo órgano de la iglesia parroquial de El Salvador de Casasbajas (Valencia), en un instrumento de dos teclados con 56 notas y pedal de 30 notas. La caja, fabricada en roble macizo con plafones laminados en raíz de nogal, posee una notable envergadura: 685 cm de alto x 367 cm de ancho x 165 cm de profundidad; su estructura interior es de madera de pino.

Su sistema de acoplamientos (II al I; I al pedal; II al pedal) está accionado por elementos electro-mecánicos, como la mecánica de registros, que utiliza un sistema accionado por solenoides e incorpora un combinador capaz de memorizar hasta diez mil combinaciones de registros sonoros.

Los denominados “secretos de teclados y pedal” poseen una distribución diacrónica y por octavas, y tanto el bastidor como las tapas y panderetes han sido construidos en pino y contrachapado de abedul con ventanillas de madera de cedro.

Los registros sonoros están confeccionados en madera de pino y metal (con aleaciones desde el 80% sn hasta el 40% sn), según registro. Se han incorporado diversos fuelles flotadores para el sistema de viento y de compensación, resguardados con badana bien curtida y curada, con un ventilador con su cortina de regulación. Afinación: LA`:440 Hz. Temperamento: EQUAL.

Puede decirse que se trata de un órgano único, pues “ha sido concebido y diseñado de acuerdo con las condiciones físicas y acústicas” de la iglesia de Casasbajas.[15]




Detalle del nuevo órgano de la iglesia del Salvador (Casasbajas, Valencia), 2018.


Registración del órgano de la iglesia parroquial de El Salvador de Casasbajas (Valencia).
Órgano mayor
1º teclado
Flautado principal 8”
56 tubos
Violón 8”
56 tubos
Octava 4”
56 tubos
Flauta cónica 4”
56 tubos
Docena 2 ⅔
56 tubos
Quincena 2”
56 tubos
Trompeta real 8”
56 tubos
Bajoncillo Clarín 4`/8`
56 tubos
Órgano positivo
2º teclado con persianas de expresión
Violón 8
56 tubos
Salicional 8
56 tubos
Tapadillo
56 tubos
Quincenal 2
56 tubos
Decimonovena 1 ⅓
56 tubos
Corneta IV
125 tubos
Zímbala III hil.
168 tubos
Clarín 4
56 tubos
Temblante.

Pedal
Subbajo
30 tubos
Bajo 8
12 tubos
Coral 4
30 tubos
Fagot 16
30 tubos
Acoplamientos y accesorios
I al II. I al pedal. II al pedal
Total tubos
1.402 tubos reales
Elaboración propia (2018).



Al final del concierto inaugural -de izquierda a derecha-: don José Blasco AguilarNadya Kashaeva (mezzosoparno), María Khodarenko (soprano y violinista) y Juan Manuel Lloret Frasquete (organista).


A modo de conclusión.
Sin ánimo de ofender, ni de faltar a la verdad, la inmensa mayoría de los asistentes al acto de bendición del nuevo órgano de la Iglesia del Salvador de Casasbajas, incluido el Concierto Inaugural, éramos personas sin apenas formación musical. Con la música, sin embargo, sucede lo que con el vino; pocos consumidores son expertos catadores, pero todos sabemos apreciar un buen caldo.

La ceremonia de bendición fue francamente lucida, el señor obispo de pontifical y los señores canónigos revestidos con su muceta roja forrada de armiño, hicieron su aparición sobre el presbiterio con el esplendor que caracteriza la liturgia eclesial. Hubo acto de ofrenda por los donantes (hermanos Blasco Aguilar), ritos iniciales, liturgia de la palabra, oración de bendición e invocaciones imperativas al nuevo órgano -esta última parte fue quizá la más emotiva. Aunque emotivo fue también el acto de ofrecimiento, en el que se les humedecieron los ojos a los donantes, y la relación histórica que se hizo del templo.

Respecto del programa del concierto, poco puedo decir desde el punto de vista artístico; me falta formación al respecto. Diré, no obstante, que el órgano sonó majestuoso, al igual que el violín y las voces de la soprano y mezzosoprano. Un lujo de voces, seguramente como nunca se habían oído en la iglesia parroquial. Las obras del programa estaban elegidas de forma adecuada, para lucimiento de voces e instrumentos: Bach, Arcangelo Corelli, Antonio Vivaldi, Haenden, Mozart, Brahms, Vladimir Vavilov, Eduardo Torres Pérez, Andrew Lloyd Webber, y la maravillosa "Improvisación en re mayor" de J.M. Lloret Frasquet. A falta de criterio cualificado, solo puedo valorar la interpretación de las obras a través de mi propia sensibilidad y los aplausos del público, que fueron abundantes y calurosos.

Al final del concierto inaugural -de izquierda a derecha-: don José Blasco Aguilar, Nadya Kashaeva (mezzosoparno), María Khodarenko (soprano y violinista) y Juan Manuel Lloret Frasquete (organista).


En conjunto, la ceremonia de bendición y el concierto, supusieron dos horas largas sentados en duros bancos de madera, que los asistentes soportaron estoicos. No obstante, este cronista echó en falta unas palabras del organero, señor C.M. Álavarez Ramírez, explicando qué es un órgano, como funciona y alguna anécdota de su construcción. Pero ya digo, el acto estaba ya muy ajustado. La entrega de sendos ramos de flores a las intérpretes femeninas fue un detalle, no obstante la discriminación que supuso para el organista.

No deseo pasar por alto la presencia del señor arzobispo de Valencia, cardenal Cañizares Llovera, que magnificó el acto con su presencia; ni dejar de elogiar a los espléndidos donantes del órgano, cuya memoria será recordada por su generosidad. ¡Lástima no tener un par de hermanos Blasco Aguilar en cada pueblo del Rincón de Ademuz! -piensa este humilde cronista. El acto concluyó en la plaza Mayor, con el convite del Ayuntamiento. Vale.





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[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). La iglesia parroquial del Señor San Salvador en Casasbajas, aportaciones al conocimiento historiográfico y documental, a propósito de la consagración del templo parroquial, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. I, pp. 273-277. ISBN: 84-931563-4-5
[2] Memoria histórica del acto de Bendición del nuevo órgano de la iglesia del Salvador de Casasbajas y Concierto inaugural, del 6 de diciembre de 2018, p. 2.
[3] Ibídem.
[4] Ibídem, p. 4.
[5] Ibídem, p. 5.
[6] Ibídem, p. 6.
[7] Ibídem, p. 7.
[8] Ibídem, pp. 8-9.
[9] Ibídem, pp. 10-11.
[10] Ibídem, p. 12.
[11] Ibídem, p. 13.
[12] Ibídem, p. 14.
[13] Ibídem, p. 15. 
[14] Maestro Organero Carlos M Álvarez, reseña biográfica y laboral, en http://calvarez-organeros.com/empresa/curriculum-carlos-m-alvarez/
[15] De la Memoria histórica del acto de Bendición del nuevo órgano de la iglesia del Salvador de Casasbajas y Concierto inaugural, del 6 de diciembre de 2018, p. 16.

Carátula del librito editado con motivo de la Bendición del Nuevo Órgano de la Iglesia del Salvador de Casasbajas y Concierto Inaugural (2018).


DELFÍN ZUBERO BADIOLA Y LOS TÚNELES DE CASAS BAJAS, VALENCIA.

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Anécdotas y comentarios, a propósito de la construcción de la carretera de 
Casas Bajas a Santa Cruz de Moya (Cuenca).



El dueño del bar accedió y Godofredo encandiló a los presentes con su música.
Emocionado, exclamó Delfín:
- Si no ocurre ninguna desgracia en la perforación de los túneles,
te compro el mejor acordeón de Valencia.
Y así fue. Le regaló un acordeón que en aquellos tiempos le costó cuatro mil pesetas”
-Del contenido textual-.











Palabras previas, a modo de justificación.
Hace tiempo escribí acerca de las Carreteras y caminos del Rincón de Ademuz (2017),[1] después publiqué Los túneles carreteros del Rincón de Ademuz: Anexo fotográfico (2018).[2] Y en relación con los anteriores, El puente de Santa Cruz de Moya [I y II] (2018)[3] -trabajos todos ellos relativos a las comunicaciones en la comarca.

La entrada de hoy -Delfín Zubero Badiola y los túneles de Casas Bajas (2019)- se halla vinculada con los anteriores, pues pretende acopiar información referente al Jefe de obras que dirigió la construcción de la carretera de Casas Bajas a Santa Cruz de Moya, incluidos los túneles de Casas Bajas.

Resultaría de interés buscar el aspecto humano de la peripecia que supuso la construcción de aquella carretera y sus túneles en los años treinta y cuarenta del pasado siglo; habrá que conformarse, sin embargo, con rastrear al personaje que dirigió los trabajos. La búsqueda comienza en un par de folios mecanografiados que hace años me entregó una vecina de Casas Bajas, la señora Lucía Antón Valentín, hija de Godofredo y de Federica; aquellos textos quedaron relegados en una carpeta que recientemente hallé entre otros papeles. Al releerlos me apercibí de que contenían información de gran valor para el propósito de hoy, pues su publicación contribuirá a completar los artículos iniciales.

El propósito de la crónica se centra en la exposición y el comentario del texto de referencia, ampliado con otras noticias relativas al Jefe de obras que dirigió la construcción de la carretera y la perforación de los túneles, señor Delfín Zubero Badiola (1889-1968), fallecido en Jaca (Huesca) el día 11 de marzo de 1968.




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Salida meridional de Casas Bajas (Valencia), por la carretera N-330a -detalle del rulo utilizado en la construcción de la carretera (2018).


El registro de la señora Lucía: un relato testimonial.
El documento que me entregó la señora Lucía Antón Valentín (de Casas Bajas) es un texto mecanografiado por una cara en dos folios, carece de fecha y de firma, literalmente dice:
  • <Tramo de carretera de Casas Bajas a Santa Cruz de Moya.//Se iniciaron los trabajos en 1930./ Su construcción fue adjudicada, mediante subasta a pliego cerrado, a la empresa constructora SANZ de Madrid. Esta puso al frente de los trabajos a Delfín Zubero, oriundo de Jaca (Huesca), en atención a sus méritos y a la confianza de que gozaba entre los directivos de la empresa./ Delfín, que vivió en Casas Bajas mientras duraron los trabajos, se ganó las simpatías de los del pueblo por su carácter abierto y campechano./ No poseía titulo de ingeniero, pero sí conocimientos amplios de lo que se precisa para construir una carretera. Los había adquirido en sus largos años de trabajo en la empresa. Y lo demostró sobradamente no solo construyendo los trozos de fácil trazado sino también perforando los dos túneles próximos al pueblo. Inició la perforación por ambas bocas y las dos galerías se encontraron en el centro, como estaba previsto./ El llamado túnel de Rayuelo fue el más difícil por su longitud y por la gran dureza y resistencia de la piedra que hubo que arrancar y sacar./ Los años treinta de este siglo fueron un periodo inquieto, marcado por frecuentes cambios e inestabilidad política. A ello hay que añadir las dificultades de tipo económico, que retardaban una y otra vez la entrega del dinero presupuestado. La obra y la estancia de Delfín en Casas Bajas se prolongaron, pues, considerablemente./ Dada su popularidad, se han conservado en el recuerdo algunas anécdotas referidas a este personaje. He aquí una:/Llovía copiosamente y no se podía salir a trabajar. Delfín se hallaba con sus amigos en el café del tío Colas (Ni)colás jugando a las cartas, cuando se abrió la puerta y apareció, calado hasta los huesos, un ciego cuya figura llamó enseguida su atención./Preguntó Delfín cómo se llamaba y si era del lugar. Los compañeros le dijeron que sí, que era de allí y que se llamaba Godofredo. Entonces dirigiéndose a él le rogó que tocase, si lo permitía el tío Colas, algunas piezas con su acordeón./ El dueño del bar accedió y Godofredo encandiló a los presentes con su música./ Emocionado, exclamó Delfín:/ -Si no ocurre ninguna desgracia en la perforación de los túneles, te compro el mejor acordeón de Valencia./ Y así fue, le regaló un acordeón que en aquellos tiempos le costó cuatro mil pesetas. Pero, según contaba Godofredo después, no se lo pudo comprar en Valencia sino en Zaragoza./ La obra avanzaba muy lentamente y sobrevino la guerra civil./ El túnel del Rayuelo fue acondicionado como refugio contra los bombardeos de la aviación, cuando en él se albergó durante tres días Indalecio Prieto, ministro de la guerra, a la espera de que fuese conquistada por los republicanos la ciudad de Teruel (8 de Enero de 1938)./ Acabada la contienda, se terminó dicho tramo de carretera, trabajando a jornal los hombres de Casas Bajas y algunos forasteros.>

El texto, que contiene algunas correcciones y añadidos manuscritos, se ha expuesto a renglón seguido; las barras inclinadas (/) significan punto y aparte; la cursiva, añadido a mano. Desde una óptica historiográfica, el material objeto de estudio constituye un “testimonio o memoria”, escrito en tercera persona por alguien conocedor del asunto. El paso siguiente en la investigación es la lectura crítica del mismo, para situar el suceso en su momento histórico.




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Vista general de la plaza Rey Don Jaime de Casas Bajas (Valencia), con la parroquial al fondo (2018).


Glosa al texto: notas y referencias.
A tenor del texto, los trabajos relativos a las obras de la carretera de Casas Bajas dieron comienzo en 1930. Ello significa que el proyecto debió concebirse con anterioridad al advenimiento de la II República -probablemente durante la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) -una época de gran actividad constructora en lo que a comunicaciones se refiere.

Las obras fueron adjudicadas a una constructora de Madrid, mediante el sistema de “subasta a pliego cerrado”. La empresa adjudicataria (SANZ de Madrid) puso al frente de los trabajos al señor “Delfín Zubero, oriundo de Jaca (Huesca)”. Se refiere al señor Delfín Zubero Badiola (1889-1968) -que a la fecha debía contar unos 38 años. El motivo por el que la constructora madrileña confió los trabajos al señor Delfín fue “en atención a sus méritos y a la confianza de que gozaba entre los directivos de la empresa” -digamos que por su experiencia, buen hacer profesional y formalidad.

Al parecer, el señor Delfín residió en Casas Bajas “mientras duraron los trabajos”. Entendemos que habla en sentido general, esto es, que vivió mucho tiempo en el pueblo, pues los trabajos se prolongaron durante años, aunque con intervalos y sin precisar fechas. Durante su estancia en el pueblo “se ganó las simpatías de los del pueblo por su carácter abierto y campechano”. La afirmación se halla en consonancia con el texto de su necrológica (que exponemos más adelante), allí dice de “su carácter afable y simpático, su cordialidad y caballerosidad, (que) le granjearon en todo momento el afecto y cariño de todos”.[4] El texto no alude a su estado social -si es que ya estaba casado o tenía familia por entonces.

El Jefe de obras carecía de títulos académicos de ingeniería, aunque poseía suficientes conocimientos prácticos para responsabilizarse de la construcción de la carretera. Su experiencia, adquirida “en sus largos años de trabajo en la empresa”, la demostró en la construcción de la carretera, “no solo construyendo los trozos de fácil trazado sino también los dos túneles próximos al pueblo”. Se refiere al primer túnel, conocido como “del Rayuelo”, por hallarse próximo al barranco de este nombre, y al segundo túnel, denominado “de Abajo”, por su posición respecto del primero. Estos túneles carreteros se hallan en la antigua carretera provincial de Valencia a Ademuz (C-234) -posteriormente, CV-35-: actualmente se denomina carreta N-330a. El texto destaca que el maestro de obras “Inició la perforación por ambas bocas y las dos galerías se encontraron en el centro, como estaba previsto”. El hecho debió constituir un acontecimiento asombroso para los trabajadores que participaron en las obras, y para los lugareños en general.


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Detalle del rulo utilizado en la construcción de la carretera N-330a (entonces, C-234, de Valencia a Ademuz), a la salida de Casas Bajas (Valencia), 2018.


Narra que “El llamado túnel de Rayuelo fue el más difícil por su longitud y por la gran dureza y resistencia de la piedra que hubo que arrancar y sacar”. Propiamente, el túnel del Rayuelo (situado inmediatamente por debajo del puente que salva el barranco del Rayuelo) se halla en el punto kilométrico 263 de la carretera N-330a, mide 87 metros de longitud y su trazado hace ángulo recto. El túnel de Abajo se halla en el punto kilométrico 262 de dicha carretera nacional, mide 77 metros de longitud y su trazado es recto. Ambos están en la margen derecha del Turia, labrados en el mismo tipo de roca caliza de la zona -aunque parece que el primero “fue el más difícil”, antes quizá por la longitud y angulación del trazado que por la dureza de la roca.

Alude a la complejidad del momento histórico que fueron los años treinta en España, “un periodo inquieto, marcado por frecuentes cambios e inestabilidad política”, que supusieron “dificultades de tipo económico, que retardaban una y otra vez la entrega del dinero presupuestado” -todo ello para justificar que tanto la duración de las obras como la estancia del Jefe de obras en Casas Bajas se prolongaron en el tiempo.

Deducimos que durante su estancia en Casas Bajas el señor Delfín debió ser un personaje popular, lo que coincide con el mencionado texto de su necrológica, que también le reconoce “carácter afable y simpático”, hasta el punto que “su cordialidad y caballerosidad le granjearon en todo momento el afecto y cariño de todos” los que le conocieron y trataron. Prueba de ello es la anécdota que centra el relato: la historieta dice de un día lluvioso que impidió a los trabajadores salir a trabajar, razón por la que el Jefe de obras y algunos amigos estaban en el bar del tío Colas, jugando a las cartas. Como veremos más adelante, jugar a las cartas fue una gran afición en el señor Delfín. A todo esto entra en el local un ciego “calado hasta los huesos” -se trataba del señor Godofredo Antón Candel (1917-2001)-; su figura llama la atención del Jefe de obras y pregunta a los contertulios quién era ese individuo, y si procedía del lugar. Ello hace pensar que el hecho aconteció al comienzo de la estancia del señor Delfín en Casas Bajas, ya que hubiera sido difícil no conocer siquiera de vista a un personaje como el señor Godofredo. Sin embargo, visto su segmento vital, el señor Godofredo contaba 13 años en 1930. Ello hace pensar que el suceso pudo tener lugar algo más adelante. Le explicaron que Godofredo era un músico ciego, y el maestro de obras le solicitó que tocara. De haber sucedido así los hechos cabe pensar que el músico llevaría consigo el acordeón, dado que con el permiso del tío Colas se puso a tocar algunas piezas con su instrumento. Apuntado el dato de la edad, la anécdota resulta creíble, pues no sería de extrañar que el joven Godofredo tocara en el bar. De hecho, probablemente iba a tocar para entretener al personal y ganarse algún dinero; no en vano era un día de lluvia y los obreros de la carretera no podían salir a trabajar.


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Detalle del rulo utilizado en la construcción de la carretera N-330a (entonces, C-234 de Valencia a Ademuz), en la salida meridional de Casas Bajas (Valencia), 2018.


Sea como fuere, “Godofredo encandiló a los presentes con su música”, y el Jefe de obras, “emocionado”, prometió comprar al intérprete “el mejor acordeón de Valencia” -esto si no ocurría ninguna desgracia en la perforación de los túneles. Parece que los túneles se labraron sin percances, y el señor Delfín cumplió su promesa de regalar a Godofredo un acordeón valorada en “cuatro mil pesetas” -una cantidad respetable entonces. Finalmente, sin embargo, el instrumento fue comprado en Valencia, no en Zaragoza. Tan simpática anécdota se enmarca en el contexto de los años treinta del pasado siglo XX, durante las obras de la carretera de Casas Bajas a Santa Cruz de Moya, y el labrado de los túneles.

Refiere el relato que “la obra avanzaba muy lentamente”, por causa de la inestabilidad económica, social y política del periodo histórico. A todo esto, “sobrevino la guerra civil” (1936-1939). A finales de julio de 1936, las fuerzas de la Guardia Civil de Teruel se alinearon con los sublevados, los números del instituto armado destinados en los cuarteles de los pueblos del sur de la provincia se replegaron hacia la capital, momento en que comienza la guerra de columnas (julio y agosto de 1936). Fue así como la comarca del Rincón de Ademuz quedó en zona republicana, en Torrebaja se instaló el Hospital de Sangre y el mando del XIX Cuerpo de Ejército. Entre diciembre de 1937 y enero de 1938 tiene lugar la ofensiva de las fuerzas republicanas para la toma de Teruel. De las tres fuerzas de maniobra que se establecieron para aquella magna operación, la Columna de la Izquierda (Sur) partió del Rincón de Ademuz y pueblos del entorno: la División 34 del XVIII Cuerpo de Ejército de Ademuz, Castielfabib y Torrebaja; la División 64 de Alobras y Tormón, y la División 70 de Libros y Tramacastiel.[5] Con motivo de este hecho histórico, “el túnel del Rayuelo fue acondicionado como refugio contra los bombardeos de la aviación”, constando que en dicho túnel “se albergó durante tres días Indalecio Prieto”, a la sazón Ministro de Defensa Nacional (17 de mayo de 1937-5 de abril de 1938), “a la espera de que fuese conquistada por los republicanos la ciudad de Teruel” -ello hace pensar que la estancia de Prieto en Casas Bajas pudo ser a finales de diciembre de 1937 o principios de enero de 1938. Desconocemos la existencia de material documental o gráfico relativo al hecho, queda no obstante el testimonio de este escrito. De lo que no cabe duda es que la batalla de Teruel fue “una de las humanamente más duras de la Historia Universal”.[6]


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Vista parcial de Casas Bajas (Valencia), con detalle de la entrada meridional por la carretera N-330a (2018).


Los túneles de Casas Bajas se labraron antes de la Guerra Civil, pero el tramo de carretera entre esta localidad y Santa Cruz de Moya se concluyó años después de la contienda, “trabajando a jornal los hombres de Casas Bajas y algunos forasteros”. El censo municipal de Casas Bajas en los años treinta y cuarenta fue de unos 775 habitantes -cuando en el Rincón de Ademuz moraban respectivamente 10.582-10.630 habitantes.[7] La construcción del puente de Santa Cruz de Moya sobre el Turia finalizó a comienzo de los años sesenta, hito histórico que -por primera vez en la historia- permitió comunicar directamente por carretera el Rincón de Ademuz con Valencia.


Delfín Zubero Badiola, contratista y jefe de obras.
El texto de referencia arriba expuesto dice que la empresa adjudicataria de las obras de la carretera de Casas Bajas a Santa Cruz de Moya, incluidos los túneles de Casas Bajas “puso al frente de los trabajos a Delfín Zubero, oriundo de Jaca (Huesca)”. De este modo, el paso siguiente en la pesquisa era averiguar el segundo apellido del señor Zubero. La primera búsqueda me llevó a una nota del semanario independiente “La Unión” de Jaca (1926), referente a dos subastas en la Dirección general de Obras públicas, relativas al plan general de Obras de Arañones, estación internacional. En la segunda subasta, celebrada ante el notario don Antonio Jiménez, el tipo era de 371.626,5 pesetas, se presentaron cinco pliegos, el último de don Delfín Zubero, con 292.819,10 pesetas. Se aprobó este último, por presentar una baja de 68.817,55 pesetas.[8] En la referencia expuesta figura “don Delfín Zubero”, ponente en una subasta de obras en Arañones, pero sin que podamos vincularle de forma fehaciente con el “Delfín Zubero” de la carretera de Casas Bajas.

Una nueva búsqueda me llevó a un Boletín Oficial del Estado de 1956 -allí encontré a un tal don Delfín Zubero Badiola, vecino de Jaca, provincia de Huesca:
  • <En vista del resultado obtenido en la subasta para la construcción de las obras de la C.C.136 entre El Ventorrillo y Biescas, y variantes de la travesía de Biescas en la C.C.136 y 140.-Tramo 2º, provincia de Huesca./ Esta Dirección General ha resulto se adjudique definitivamente al mejor postor, don Delfín Zubero Badiola, vecino de Jaca, provincia de Huesca, con domicilio en Jaca, calle Cervantes, num. 4, que licitó en Madrid, comprometiéndose a terminar las obras once meses después de empezadas, por la cantidad de 679.496,36 pesetas, que produce en el presupuesto de contratar de 751.711,68 pesetas, la baja de 72.215,32 pesetas en beneficio del Estado, previniéndole que en el más breve plazo remita el acta a que se refiere el artículo octavo del pliego de condiciones que rigen en esta contrata./ Lo digo a V.S., para su conocimiento y efectos./ Dios guarde a V.S., muchos años./ Madrid, 31 de marzo de 1956.-El Director general, Pedro de Ansorena./ Sr. Ingeniero Jefe de Obras Públicas de la provincia de Huesca.>[9]

La referencia parece clara, estableciéndose ya una vinculación incontrastable entre el señor “Delfín Zubero, oriundo de Jaca (Huesca)” del texto de referencia y “don Delfín Zubero Badiola, vecino de Jaca, provincia de Huesca”. Sin la menor duda, nos hallamos ante el mismo personaje.


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Vista occidental del puente del Rayuelo en la carretera N-330a, situado entre Casas Bajas (Valencia), y el túnel del Rayuelo (2018).


No obstante, una nueva búsqueda me llevó a un relato, en el que un miembro de esta progenie (su nieto favorito) esboza una magnifica semblanza, basándose en sus recuerdos de familia (2005). Del conjunto, extraigo lo referente al señor Delfín Zubero Badiola:
  • <Delfín Zubero Badiola, un hombre de los de antes, siempre con traje de chaleco y boina, aunque cuando estaba en Madrid, o en La Coruña o en Cartagena llevaba sombrero, eso se ve en las fotos, pero en mi recuerdo siempre con boina. Recuerdo una foto en que se le ve en el quicio de la puerta liando un cigarro mirando a la cámara./ Comíamos en el comedor de sillas altas estilo castellano, con muebles antiguos y señoriales, él siempre comía cabezas de pescado o de ternasco, sopa, tortilla francesa y algo de lechuga. Yo siempre he desayunado tostadas con aceite y sal, costumbre que él introdujo en la casa, aprendida de sus obreros andaluces, gitanos y extremeños, con los que comía a veces lagarto y culebra. Mis paseos con él en un coche antiguo, de esos que se ponían en marcha con una manivela, son de los recuerdos más gratos de mi niñez. Íbamos a ver a los soldados aprendiendo a marchar, a tirar piedras al río, a explotar dinamita en la cantera, a ver llegar el tren-correo a la estación de Jaca y terminábamos en el Casino Principal, donde las armaduras y tapices me hacían entrar en un mundo de fantasía./ No sabía yo entonces que esa visita estaba relacionada con la partida de naipes que tenía por la noche, que nunca comprometió la economía familiar. Pero su costumbre de las cartas fue tan permanente que el inicio de su muerte ocurrió a la vuelta de una partida, en una noche de lluvia cayo al suelo y se golpeo, quedando en el suelo y enfriándose; la neumonía se complicó, sin salir de la cama desde esa noche murió al mes. En otras épocas famoso por su profesionalidad, fue contratado por las mejores empresas de construcción de antes de la guerra como jefe de obras de la construcción del puerto de La Coruña, donde en una campana de vacío casi pierde una mano, o de la construcción de los polvorines de la base naval de Cartagena. Terminadas las obras volvía a Jaca./ Pili Zubero pasó parte de su niñez en La Coruña y en Madrid siguiendo a sus padres en la construcción física de España./ Muchas carreteras del Alto Aragón fueron obra suya, la de Hecho y Ansó, la de Aragües del Puerto y Jasa. Por cierto en la borda de José de Jasa fue donde se sentó a pagar a los obreros el salario, momento que esperaban unos asaltadores para desvalijarlo. Grande fue su sorpresa cuando del pecho no saco una cartera de dinero, sino una pistola con la que les obligo a meterse en el abrevadero hasta que llego la Guardia Civil. Fue hombre de genio. Muchas casas en Jaca y los valles adyacentes son de su construcción, la casa en Cervantes, 6 y que ahora es casi en su totalidad de los Sarto, pero de la que aun nos pertenece el entresuelo. Y la que yo amo más de sus obras el Instituto de Sabiñánigo donde mis hermanos, mi primo Ricardo Sarto y yo estudiamos. Una obra preciosa y en su momento pionera y ejemplar de lo que debe ser un centro de enseñanza secundaria y polivalente. Los planos eran de un gabinete de Barcelona considerado de lo más granado a nivel mundial, Noseque, Noseque y Mckensey. Nunca fue ninguno de estos arquitectos a visitar las obras, ni siquiera a su inauguración y todas las contrariedades, posibles improvisaciones, y terminado salió de la profesionalidad e imaginación de Delfín y de su hijo mayor (José) Luis Zubero Claver./ He escuchado historias sobre él en el invierno de Aragües del Puerto, en bares de Jaca y en coches particulares, a empresarios, obreros y clientes y siempre han sido historias de respeto y admiración a un hombre emprendedor y valiente. A un hombre de carácter, y por lo que sé por la familia un hombre responsable./ Mi relación con él fue más importante de lo que en un niño pequeño pueda parecer. Fue mi protector, mi mayor cariño y mi cómplice ante las primeras complicaciones con la escuela, la autoridad y las vecinas de mi edad, que me gustaban mucho y no sabia como estar con ellas. Sentí la pena de que por una rabieta ante mis padres, deje su casa y murió sin que nos hubiéramos reconciliado; siempre me pesó y por confesión de mi abuela Elisa para él fue un gran disgusto; perdió su ultima ilusión. Estar con su nieto favorito.>[10]


El texto resulta de interés para nuestro propósito, escrito en un estilo poco convencional. Aporta datos personales y familiares acerca del señor Delfín Zubero Badiola. 


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Detalle de la boca meridional del túnel de Abajo en la carretera N-330a -constituye la entrada en el Rincón de Ademuz desde Valencia por la antigua carretera C-234 de Valencia a Ademuz (2018).


La última pesquisa me dio como resultado la esquela y necrológica de este singular personaje, aparecida en "El Pirineo Aragonés", el 12 de marzo de 1968:
  • <Falleció el día 11 de marzo don Delfín Zubero Badiola, a los 79 años de edad. Persona de gran prestigio en la ciudad de familia jacetanísima, siendo en su vida profesional excelente Contratista de Obras, no solamente en Jaca donde tiene muchas obras realizadas, sino que también en la provincia de Huesca y Aragón./ Se carácter afable y simpático, su cordialidad y caballerosidad, le granjearon en todo momento el afecto y cariño de todos por lo que su óbito ha sido muy sentido en todos los medios sociales de la ciudad. Los actos del sepelio y entierro del finado se vieron concurridísimos, trasladándose muchos vehículos hasta el cementerio en amplio acompañamiento./ A su resignada esposa doña Elisa Claver Abadía; hijos don José Luis, un buen amigo nuestro, doña Elisa y doña M.ª Pilar, como a sus hijos políticos doña M.ª Victoria Cavero, don Fernando Sarto y don Sabino Zabala, todos excelentes amigos nuestros, les hacemos partícipes de nuestro muy sentido pésame>[11]

Por el obituario sabemos que el señor Delfín Zubero Badiola falleció en Jaca el 12 de marzo de 1968, a los 79 años de su edad. Dejó viuda (doña Elisa Claver Abadía) y tres hijos casados: José Luis, Elisa y M.ª Pilar Zubero Claver.



Esquela publicada con motivo del fallecimiento del señor Delfín Zubero Badiola (1889-1968), aparecida en "El Pirineo Aragonés", semanario de Jaca (Huesca), el 12 de marzo de 1968.



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Detalle de pilón kilométrico en la carretera N-330a, situado a la salida del túnel del Rayuelo en Casas Bajas (Valencia), 2018.



Palabras finales, a modo de epílogo.
El relato de referencia, aportado por la señora Lucía Antón Valentín, de Casas Bajas, nos ha permitido conocer algo más acerca de la construcción de la carretera de Casas Bajas (Valencia) a Santa Cruz de Moya (Cuenca), incluidos los túneles del Rayuelo y de Abajo.

La anécdota del músico ciego -Godofredo Antón Candel (1917-2001)- en el bar del Tío Colás y su relación con el señor Delfín Zubero Badiola (1889-1968), dice muchos de ambos personajes: del genio musical del ciego y de la sociabilidad del Jefe de Obras de la carretera. Ambos fueron geniales, cada cual a su manera, uno como artista invidente que se ganó la vida tocando el acordeón por pueblos y aldeas del Rincón de Ademuz, otro como contratista y Jefe de obras, que participó “en la construcción física de España”.

La obra civil de Delfín Zubero se extiende por media España: el puerto de La Coruña, polvorines en la base naval de Cartagena, carreteras en Aragón (la de Hecho y Ansó, la de Aragües del Puerto y Jasa), muchas casas en Jaca (incluida la suya de la calle Cervantes, nº 4) y valles adyacentes, el Instituto de Sabiñánigo… y la carretera de Casas Bajas a Santa Cruz de Moya, muros, puentes y túneles incluidos.


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Detalle de pilón kilométrico en la carretera N-330a situado a la salida del túnel del Rayuelo en Casas Bajas (Valencia), 2018.

La carretera N-330a de Casas Bajas a Santa Cruz de Moya continua hoy en pleno uso: el puente del Rayuelo es de gran belleza formal, los túneles del Rayuelo y de Abajo fueron labrados a base de barrenos, las muescas de los taladros todavía son visibles. El trazado por las laderas del Puerto de las Emes constituye un alarde de ingeniería -los obreros trabajaron atados con cuerdas, para prevenir las caídas. La importancia de esta vía fue de gran trascendencia en su momento. Sirva este relato a modo de homenaje a todos los que hicieron posible aquella obra, y al Jefe de obras que la dirigió. Su nombre permanecerá unido a Casas Bajas, a la carretera y a sus túneles. Vale.






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[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Carreteras y caminos del Rincón de Ademuz. Situación actual, a propósito de las reivindicaciones sobre la N-330 de Torrebaja a Teruel, en Desde el Rincón de Ademuz, del lunes 18 de diciembre de 2017.
[2] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Los túneles carreteros del Rincón de Ademuz: Anexo fotográfico, en Desde el Rincón de Ademuz, del lunes 9 de julio de 2018.
[3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. El puente de Santa Cruz de Moya. Recensión para una historia del puente (I y II), en Desde el Rincón de Ademuz, del miércoles 11 de julio de 2018.
[4] Necrológica de Delfín Zubero Badiola, en El Pirineo Aragonés, semanario de Jaca, Año LXXXVI, Núm. 4.400, del 12 de marzo de 1968.
[5] MARTÍNEZ BANDE, José Manuel (1990). La batalla de Teruel. Monografías de la Guerra de España. Número 10, Editorial San Martín, S.L., Madrid, p. 51.
[6] Ibídem, p. 236.
[7] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. El Rincón de Ademuz agoniza, en Desde el Rincón de Ademuz, del martes 15 de diciembre de 2015.
[8] La Unión, semanario independiente de Jaca, Año XIX, Núm. 959 de 2 de abril de 1925, p. 3.
[9] Boletín Oficial del Estado (BOE), Núm. 110, 19 de abril de 1956, p. 2566.
[10] KARNUZ, A Cristina, del lunes 5 de septiembre de 2005.
[11] Necrológica, en El Pirineo Aragonés, Año LXXXVI, Núm. 4.400, Jaca 12 de marzo de 1968.



RECINTO AMURALLADO DE CASTIELFABIB, VALENCIA (I).

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Visita guiada,
a propósito del recientemente creado itinerario cultural.




Tiene Castielfabib el asiento muy fragoso,
por estar entre dos montes, que hacen un valle muy estrecho;
y es población de cien casas, con su castillo”
-Gaspar Escolano (1560-1619)-.














Palabras previas, a modo de introducción.
Castielfabib -junto con Ademuz- fue una de las dos villas amuralladas del Rincón de Ademuz. El simple hecho de su amurallamiento suscita la imaginación de lugareños y visitantes, provocando en ellos el deseo de conocer cómo pudo ser la población en tiempos bajo medievales y al comienzo de la Edad Moderna -desde la conquista cristiana de Pedro II de Aragón hasta bien avanzado el siglo XV-, cuando, por la unión dinástica de la corona de Aragón y Castilla las fortificaciones y murallas en asentamientos de los reinos vecinos dejan de tener la importancia defensiva que habían tenido en el pasado.

La propia ubicación geoestratégica de la villa -a caballo entre dos cerros, con el caserío descorriéndose por las laderas de la Solana y la Umbría- excita hoy la fantasía de los que se acercan a visitar la población. Puestos a situar la villa, quien mejor la describe es Escolano (1560-1619):
  • Tiene Castielfabib el asiento muy fragoso, por estar entre dos montes, que hacen un valle muy estrecho; y es población de cien casas, con su castillo. Los historiadores nuestros le hacen tan antiguo, que por el nombre de Castiel Fabi sacan, que se le dieron en tiempos de romanos; y que es lo mesmo que decir, Castillo de Fabio. Mas no parece cuadrar con esto el nombre que tuvo en tienpo de los moros que le llamaron Castiel Fabib, ó Habib: que como ellos mesmos confiesan, es palabra arábiga.[1]

Según vemos, en tiempo del cronista valenciano (1611), la villa la formaban un centenar de casas (unos 440 habitantes), castillo incluido. Nada dice, sin embargo, del estado de la fortaleza, ni de la muralla que todavía circundaba la villa entonces. Pero resulta evidente que aun tenía murallas, pues el obispo de Segorbe, fray Franciso Gavaldá Guasch, en su Relación ad limina de 1656, anota de Castielfabib: Castielfabib nobilissimun regaleque oppidum primunque et permunitum Regni Valentini municipium, intra cuius moenia circumstantesque villulas triginta super bis centrum domicilia connumerantur,[2] palabras que traducimos como: Castielfabib, nobilísimo y real pueblo, primer municipio y muy fortificado del Reino de Valencia, dentro de cuyas murallas y caseríos se cuentan más de doscientos treinta domicilios. Resulta evidente, pues, que a mediados del siglo XVII todavía tenía un castillo y la villa se hallaba cercada por una muralla.  Ambas estructuras, sin embargo, debían estar ya deterioradas, tanto por el abandono como por servir de cantera para la construcción de nuevas casas, y otros fines. No hay constancia documental de que así fuera, pero es lo que podemos deducir por lo que pasó en otros lugares.

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Vista general (meridional) de Castielfabib (Valencia), desde el camino de la Hoya Hermosa (2019).

En sus mejores tiempos, sin embargo, la vista del castillo y la muralla que circundaban la población debió ser impresionante. Las mejores vistas se obtendría desde los mismo lugares que podemos obtenerlas hoy: Los Planos y la Vega Zaragoza, el Camino de la Hoya Hermosa, La Torreta, la Ermita de la Virgen de Gracia, y desde el Convento de San Guillermo, ya en el otro lado del Ebrón. Y por supuesto, desde el castillo. El sabio naturalista valenciano Antonio J. Cavanilles (1745-1804), en su excursión de Vallanca a Ademuz -vía Las Tóbedas y El Colladillo- pasó por Castielfabib, y comenta:
  • Desde este monte se va baxando hácia la villa, situada en la cuesta rápida de un cerro, coronado hoy dia por las ruinas de una fortaleza. Subí á lo mas alto para descubrir las cercanías y los objetos que á pocas leguas cierran el horizonte. […] Muy cerca de la villa y del cerro del Castillo en la ribera izquierda del Ebrón parecian hermosas huertas, y la industria de sus dueños, que para regarlas dirigen las aguas por canales excavados en la peña, algunos de ellos a bastante altura.[3]

En tiempo del botánico, finales del siglo XVIII (1792), la fortaleza se hallaba ya arruinada. Nada dice del recinto amurallado de la villa, pero podemos imaginar que en gran parte habría desaparecido, con la excepción de algunos torreones. La conservación de los torreones (uno en el barrio de La Torreta y otro en El Torrejón) se debe a que fueron convertidos en vivienda, y habitados.

El propósito de la entrada es realizar un recorrido por los restos del antiguo recinto amurallado de Castielfabib, aprovechando el recientemente creado itinerario cultural. El trayecto supone visitar puntos emblemáticos de la población, transcribiendo y comentado el texto de los paneles que ilustran el recorrido -incluyendo los miradores. Un trabajo, por lo demás, eminentemente divulgativo. Valga el punto para felicitar al Ayuntamiento de Castielfabib y demás entidades que han hecho posible este proyecto.



Panel inicial del Itinerario Cultural y Elementos del recinto amurallado.

El panel inicial del Intinerario Cultural se halla al comienzo de la subida de la calle Virgen de Gracia, rampa que parte de la CV-479 situado en la zona septentrional (Umbría) de la villa -frente al Cementerio, la Ermita de la Virgen y el complejo polideportivo municipal.

El panel, basado en una gruesa plancha metálica vertical y un cartel encristalado con los principales elementos del recinto amurallado. Incluye un texto trilingue (castellano, valenciano, inglés), un plano de la villa con la ubicación de los puntos de interés y diez fotografías correspondientes a los elementos objeto de la visita. El panel -de estética agradable y buena factura- posee el anagrama de la Villa perforado en la plancha. El texto en castellano dice:
  • La Villa de Castielfabib es un enclave estratégico que ha sido habitado por diversas civilizaciones desde su origen, siendo la musulmana y sobre todo la cristiana las que han conformado y definido las características de esta población antiguamente fortificada. Esto se debe fundamentalmente a su posición fronteriza dentro del reino de Valencia, rodeada por los de Aragón y Castilla, así como debido a las continuos enfrentamientos entre la Corona de Aragón y la de Castilla hasta el siglo XIV y, posteriormente, debido a su importancia estratégica durante la I Guerra Carlista (1833-1840)./ Todos los estratos de la historia han ido dejando huella en el paisaje de Castielfabib, desde el nacimiento de la población en la Villa Vieja al norte de la misma, hasta la apertura de la actual carretera den la década de 1920. No obstante, el mayor simbolismo y referencia histórica de Castielfabib se ubica en la Edad Media, cuando forma parte de la principal línea defensiva de la Corona de Aragón. Esta posición hace que sea fortificada en reiteradas ocasiones, y edificios como la Iglesia-Fortaleza, el Castillo o la Torreta, así como el resto de torreones y paños de muralla emerjan en el […] de la Villa desde el siglo XIII con la conquista de Pedro II en 120, hasta la actualidad./ EL ITINERARIO CULTURAL por el RECINTO AMURALLADO DE CASTIELFABIB permite conocer de una forma contextualizada los diferentes elementos que forman parte del pasado medieval de Castielfabib. Además ofrece unas inmejorables vistas de la Villa y del valle del Ebrón en todas direcciones, lo que hace comprender por qué es aquí y no en otro lugar donde se asienta la VILLA DE CASTIELFABIB como pieza clave en la frontera del Reino de Valencia y por lo tanto de la Corona de Aragón.

En su literaria descripción, Escolano dice “Tiene Castielfabib el asiento muy fragoso, por estar entre dos montes, que hacen un valle muy estrecho”, observando ya la estratégica situación geográfica de la villa. Asimismo Cavanilles, que la sitúa “en la cuesta rápida de un cerro, coronado hoy dia por las ruinas de una fortaleza”. Y también Pascual Madoz, que la pone “en las faldas orientales de un monte que corona un castillo, en la ribera derecha del río Ebrón, al extremo septentrional del rincón de Ademuz, confinando con los antiguos Reinos de Castilla y Aragón, hoy día provincia de Cuenca y Teruel”.[4] El estadista, por el contrario del cronista y el naturalista, la ubica en una situación geoestratégica y política más precisa, “confinando con los antiguos reinos de Castilla y Aragón”. Cuando dice de los “continuos enfrentamientos entre la Corona de Aragón y la de Castilla hasta el siglo XIV”, se está refiriendo, obviamente, a la Guerra de los Dos Pedros. La contienda ocupó casi toda la segunda mitad del siglo XIV (1356-1369) y se desarrolló en varias fases, con intervalos de paz: la Primera fase duró cinco años (1356-1361) concluyó con la Paz de Deza Terrer (1361); la Segunda fase duró apenas un año (1362-1363) y concluyó con la Paz de Murviedro (1363); la Tercera fase duró seis años (1363-1369) y concluyó con la Paz de Almazán (1375). Durante la mayor parte del tiempo el conflicto se desarrolló en territorio de la Corona de Aragón, que sufrió las mayores pérdidas humanas y materiales. Las villas del Rincón de Ademuz (Ademuz y Castielfabib) se vieron afectadas en las dos fases últimas del conflicto, sufrieron el asedio y la ocupación castellana con grandes destrozos -como bien recogen los estatutos de las Cofradías locales. La historiografía demuestra la estancia rey castellano -Pedro I el Cruel (1350-1369)- en Castielfabib (1364), donde signa entre el 18 de octubre y el 1 de noviembre.[5]

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Vista parcial (occidental) de Castielfabib (Valencia), desde la atalaya de La Torreta (2019).


La unión dinástica de Castilla y Aragón -por el enlace de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón- hizo que las fortificaciones y castillos situados en las fronteras entre reinos perdieran su importancia estratégica. A principios del siglo XVII el castillo de Castielfabib ya hemos visto que estaba en ruinas, como el de Ademuz. Mediado el siglo, el de Ademuz se vio afectado además por el terremoto de 1656 -que acabó con lo que pudiera quedar de la fortificación. El de Castielfabib, sin embargo, recuperó cierto protagonismo con motivo de la primera guerra carlista (1833-1840). Respecto al momento histórico, escribe Madoz (1847):
  • [El castillo] fué reedificado por los carlistas; asi como una torre contigua llamada Torre Blanca, porque según es tradición fué en ella el arresto de Doña Blanca. Para ello pusieron en contribución á los pueblos circunvecinos, de los que concurrían multitud de pobres que se ocupaban en el trabajo, otros en clase de arrestados, y aun á las mujeres se les hacia subir cargas de agua para las obras que se preparaban. Con ese motivo se les prodigó á aquellos infelices un trato muy inhumano no solo obligándoles á trabajar mas de lo que podían, sino que puestos á disposición de unos capataces de tosco aspecto, les maltrataban con palos y látigos, y aun con cadenas-. Pero ocupados posteriormente estos fuertes por las tropas nacionales, les minaron arruinando las nuevas obras fabricadas.[6]

El responsable de las obras de fortificación de Ademuz y Castielfabib fue el general Augusto von Goeben (1816-1880), militar e ingeniero prusiano, mercenario carlista instalado en Castielfabib, el cual refiere en sus memorias:
  • Encargado por el general [Cabrera] de dirigir los trabajos de fortificación de Castielfabit y de acelerar la defensa de la zona, sobre todo la de la plaza de Ademuz, situada en alto y en lugar muy visible, me quedé con 130 hombres bajo el mando del teniente Norma. Entre ellos, había dos aragoneses de Daroca muy disciplinados y diez de los pueblos limítrofes de aquí, algo más indómitos aunque muy trabajadores. Mandé un pequeño grupo bajo el mando del teniente Losada, recién llegado, para que vigilasen a la población de Ademuz y controlar el paso de ese terrible corredor hacia Valencia y Castellón. Yo me instalé en Castielfabit y allí estuve desde finales de marzo hasta mediados de abril que, comprobadas las fortificaciones del Turia, marché para Cañete.[7]

Desde la voladura de las “nuevas obras fabricadas” en el castillo de Castielfabib, la fortaleza fue deteriorándose progresivamente, más que por efecto de la actuación humana por el descuido y el paso del tiempo.

Resulta evidente que los avatares “de la historia han ido dejando huella en el paisaje de Castielfabib” desde sus comienzos, el primer asentamiento humano pudo estar en la denominada “Villa Vieja”, situada al noreste de la población y del complejo de la iglesia-fortaleza (más bien una iglesia en una fortaleza). El último gran acontecimiento, dada la trascendencia que tuvo para la localidad, fue el labrado de los túneles de La Solana y de La Umbría durante la Dictadura de Primo de Rivera -actividad en la que trabajaron muchos vecinos de la villa-: la perforación de estos túneles carreteros permitió la continuación de la carrera CV-483 desde el empalme en la N-420 hasta la aldea de Cuesta del Rato, y El Cuervo (Teruel). Dicha obra facilitó enormemente la vida de los lugareños, pues hasta la construcción de los túneles, para ir de un lado a otro de la población el paso obligado era por la plaza de la Villa.[8]-[9]

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Plaza de la Villa (Castielfabib, Valencia), desde la calle Calvario (2019).


Como Ademuz, Castielfabib constituye el paradigma de población medieval, amurallada y ubicada en un lugar elevado, siendo pieza fundamental “de la principal línea defensiva de la Corona de Aragón” en los confines del reino con Castilla. La plaza fue amurallada y fortificada en distintos de su historia. Basta ver que la iglesia se halla en la planta superior de la torre del Homenaje del castillo; el propio castillo, que responde a la estructura musulmana; la torre-campanario, levantada cerca de la puerta del castillo, con la intención de que participara en su fortificación y defensa; y el fundamental torreón de La Torreta, situada en la parte más elevada de la villa, que cerraba el recinto murado por occidente -todo ello en un continuum histórico desde la conquista cristiana por Pedro II de Aragón a principios del siglo XIII (2010).

El itinerario que se nos propone permitirá conocer sobre la marcha al visitante “los diferentes elementos que forman parte del pasado medieval de Castielfabib”, incluyendo unas impresionantes panorámicas de la villa y el valle del Ebrón. Las vistas nos permitirán comprender de inmediato el motivo por el que se eligió levantar Castielfabib en este enclave y no en otro lugar.

Para realizar el recorrido por el recinto amurallado de Castielfabib debemos subir hasta la villa, al llegar al final de la calle Virgen de Gracia deberemos dirigirnos hacia la iglesia-fortaleza, tomando la calle que surge a nuestra mano izquierda. Enseguida nos encontraremos con la fachada meridional de la construcción donde se ubica la iglesia-fortaleza. El acceso al templo es por la derecha, ascendiendo en dirección a la puerta de la Reja, por donde se accede al Carrejón. Para nuestra visita seguiremos por la parte baja, hacia la base de la torre, donde veremos una entrada en arco de medio punto adovelado, este era el acceso a la antigua fragua que había en el lugar.

Antes de iniciar el recorrido por el recinto amurallado, merece la pena adentrarse en el callejón del Carrerón y subir hasta el Mirador de la Villa Vieja; el acceso se ha adecuado mediante una rampa y escaleras en su trama final, para acceder fácilmente a la iglesia, y hasta el rellano final, donde se halla el panel del Mirador:

  • La denominada Villa Vieja, es donde se ubicaba la población islámica de Castil-al Habib previamente a 1210 cuando Pedro II de Aragón (padre de Jaime I) conquistó la Villa. En este lugar se cree que se asentaron las civilizaciones previas que habitaron la población, una zona privilegiada de forma natural por el río Ebrón y flanqueada por una torre defensiva donde posteriormente se construyó la Iglesia-fortaleza. La conquista cristiana hizo que la población se desplazase hacia el sur y este, creando la actual población o Villa Nueva. Además, en este punto se hallan 3 edificios de gran relevancia: la casa del Sacristán, antigua Casa Abadía hasta el s. XVII actualmente en ruinas conserva uno de los arcos de acceso al recinto amurallado desde la Villa Vieja; la sacristía, construida tras 1840 impide la conexión con el Castillo; y el atrio de acceso a la Iglesia-Fortaleza, s. XVII, ubicado sobre un antiguo porche medieval.


En su parte superior izquierda el panel muestra una gran panorámica del peñasco sobre el que asienta el castillo, la Iglesia-fortaleza y la zona umbría del caserío de Castielfabib, vista desde una posición nororiental, al otro lado del Ebrón. El pie de foto ilustra al respecto de la vista, de derecha a izquierda: La Torreta, la Torre del Hospital, el barrio del Moral, y sobre el peñasco: la Villa Vieja, la Iglesia-fortaleza, el Castillo y el Molino de la Villa, a los pies; a la izquierda de la imagen aparecen las ruinas del Convento de San Guillermo. La imagen inferior izquierda es una reducción de la anterior, en la que se señala la Villa Vieja alta, la Villa Vieja baja, la Iglesia-fortaleza y el Castillo, vista a cierta distancia de la entrada al túnel de la Umbría. Las fotos menores ilustran los "arranques del muro de los edificios que integraban la Villa Vieja" y un "poblado del Alto Atlas marroquí, con aspecto similar al que puedo haber tenido la Villa Vieja bajo dominio islámico".


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Vista parcial de la Iglesia-fortaleza de Castielfabib (Valencia), con detalle del campanario y lienzos de la muralla occidental del Castillo (2019).


Elementos del recinto amurallado.

Los elementos del recinto amurallado de Castielfabib señalizados son los siguientes:
01_Iglesia-fortaleza.
02_Paño de muralla de la calle Barrioso.
03_Torre del Hospital o Umbría.
04_La Torreta.
05_Torre almenada.
06_Paño de muralla de la calle Calvario.
07_El Torrejón.
08_Paño de muralla de la calle La Fuente.
09_Casa Abadía.
10_Castillo.


01-Panel de la Iglesia-fortaleza.
En el primer panel podremos leer un texto “Acerca del itinerario cultural”, que constituye una repetición ampliada de lo que hemos leído en el panel de la calle Virgen de Gracia:
  • Castielfabib es un enclave estratégico que ha sido habitado por diversas civilizaciones desde su origen, siendo la musulmana y sobre todo la cristiana las que han conformado las características de esta población antiguamente fortificada. Esto se debe fundamentalmente a su posición fronteriza dentro del Reino de Valencia pero rodeada porlos de Aragón y Catilla, así como debido a los continuos enfrentamientos entre la Corona de Aragón y la de Castilla en determinados periodos Ade más su ubicación y posición dentro del Reino de Valencia, constituye la puerta de acceso al Reino desde Aragón en esta zona geográfica./ Tras la conquista cristiana por Pedro II de Aragón en 1210, y la posterior anexión al Reino de Valencia por Jaime I, Castielfabib, junto con Ademuz, tenía voz propia en las Cortes Valencianas como Villa de Realengo que era; además fueron varias las órdenes militares que controlaron esta plaza como la del Hospital o el Temple y posteriormente Montesa, dejando cada una de ellas su huella. Las distintas guerras contra Castilla durante el siglo XIV, y la denominada “de los Pedros” en concreto, la Guerra de la Independencia, la I Guerra Carlista y la Guerra Civil son conflictos que han afectado a esta zona de frontera a lo largo de la historia, y han ido marcando la fisonomía y aspecto del lugar tanto en sentido positivo como negativo; ofreciendo distintas construcciones que hoy pueden apreciarse ya sea en pie, muy dañadas o directamente desaparecidas, pero que permiten hacerse una idea de la importancia que en otros tiempos,ya lejanos, tuvo este lugar./ Este proyecto cofinanciado por el Ayuntamiento de Castielfabib y la Agència Valenciana de Turisme de la Generalitat, pretende poner en valor todos los elementos existentes del RECINTO AMURALLADO de Castielfabib, creando un ITINERARIO CULTURAL que conecte todos y cada uno de ellos de forma contextualizada. De esta manera a lo largo del recorrido que aquí se inicia, se podrán visitar diferentes torres, paños de muralla y otras piezas de mayor interés como el Castillo y la Iglesia-Fortaleza. No obstante también se ubican diversos puntos de interpretación del entorno que permitan conocer el por qué de la ubicación de la Villa en este lugar y su evolución a lo largo del tiempo.

Respecto del primer párrafo, ya lo hemos comentado al decir del panel inicial situado al comienzo de la subida de la calle Virgen de Gracia. Merece la pena, sin embargo, hacer un comentario del segundo. Ciertamente, la zona (Ademuz, Castielfabib y otros lugares del entorno) fueron conquistados por Pedro II de Aragón en agosto de 1210. Sin embargo, la conquista no supuso la consolidación inmediata de la plaza, el territorio debió quedar como tierra insegura durante años, expuesto a las razzias musulmanas y a las cabalgadas cristianas. En cualquier caso, las dos primeras décadas tras la conquista constituyen un tiempo documentalmente oscuro. De hecho, las villas de Ademuz y Castielfabib no se vieron incluidas en el nuevo reino cristiano de Valencia hasta muchos años después de la conquista de Valencia (1238); propiamente, el territorio del pre-Rincón de Ademuz no aparece entre las fronteras del Reino de Valencia hasta la jura por Jaime I de Aragón de los Fueros romanceados (en la primavera de 1260). Durante el periodo foral, nuestras villas señeras -Ademuz y Castielfabib- comprendían el territorio de la actual comarca del Rincón de Ademuz, con voz y voto en la Cortes Valenciana -no en vano eran villas de realengo. Un tal Domingo Spelt, notario síndico de las villas de CastielfabibAdemuz y Alpuente figura entre los representantes del estamento de ciudades y villas reales (en el Parlamento valenciano), que eligió a los tres compromisarios que el reino de Valencia mandó a Caspe (en 1412), donde se eligió a Fernando de Antequera como nuevo rey de Aragón; ello tras el conflicto sucesorio planteado a la muerte sin sucesión de Martín I el Humano (1396-1410).[10]

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Detalle del panel del recinto amurallado correspondiente a la Iglesia-fortaleza (2019).


Las órdenes militares (del Hospital y de Montesa) dejaron su huella en la villa, no así la del Temple, que nunca estuvo en Castielfabib. Pues tras la conquista cristiana (en 1210), Pedro II de Aragón, en compensación por la ayuda prestada en la conquista, concedió Ademuz a los Templarios y Castielfabib a los Hospitalarios (que formaron un priorato dependiente del Castellán de Amposta). Tras la desaparición del Temple a principios del siglo XVI se formó en el Reino de Valencia la Orden de Montesa, que heredó los derechos y bienes patrimoniales del Temple y los del Hospital, y formó una Encomienda en la zona.[11]

Respecto de la Guerra de los Dos Pedros (1356-1369) ya dijimos al comentar el texto del panel situado al comienzo de la calle Virgen de Gracia, así como de la I Guerra Carlista (1833-1840), que dañó gravemente la iglesia. Prueba de ellos es que el revestimiento interior que hubo antes de la última remodelación, resuelto en estilo neoclásico, fue el resultado “de la reconstrucción de 1835 efectuada tras la destrucción en la guerra carlistas, en la que consta que (la iglesia) quedó gravemente dañada”.[12] En cuanto a la Revolución Española de 1936 y la Guerra Civil (1936-1938), cabe decir que también afectó a la iglesia parroquial “toda la riqueza mueble, así como el archivo (parroquial) fue quemado”,[13] hasta el punto que ya no se recuperó.[14]

El texto situado a la derecha del panel ilustra acerca de la Iglesia-fortaleza y el campanario:
  • LA ILGLESIA-FORTALEZA de Nuestra Señora de los Ángeles es el monumento más relevante de la Villa de Castielfabib con diferencia. Formado por 4 niveles y articulando la conexión entre la Villa Vieja, el Castillo y la Villa Nueva o actual población, ha aglutinado a lo largo de su historia usos militares, residenciales, civiles, religiosos, de almacenaje, etc. En los 3 niveles inferiores hallamos una fragua y dos almacenes, ya en la 4ª planta se ubica la Iglesia propiamente dicha, a la cual se accede a través del túnel denominado “el Carrerón”. Este túnel conecta las diferentes estancias citadas con la Casa del Sacristán y la Villa Vieja al norte. El paso de ronda une la cubierta del edificio con el Castillo a través del campanario actualmente. Se desconoce el origen del edificio, pero en el s. XIII se construye el embrión de la actual iglesia sobre una torre islámica previa. Este monumento es de estilo gótico y sigue la tipología de iglesia de reconquista, con arcos de diafragma ojivales y techumbre de madera. Posteriormente la nave de la iglesia sufrió múltiples reformas renacentistas, barrocas y neoclásicas, siendo las más recientes en el s. XIX y XX y la década de 20000, donde se desmonta la estructura de 3 naves para descubrir la sala gótica./ LA TORRE CAMPANARIO es un pieza separada del resto de la Iglesia-Fortaleza, de 4 cuerpos en altura y que se levanta sobre el anexo Castillo en los s. XVI/XVII, aunque en época carlista es fortificada. Los toques de campanas eran la forma de comunicar mensajes a la población de tipo civil y religioso, algunos de los cuales se mantienen hoy en día. Actualmente en ciertos periodos se lleva a cabo el volteo humano en la campana llamada “La Guillermina”.

Revisando la bibliografía vemos que quienes primero emplearon la expresión “iglesia-fortaleza” para referirse a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles de Castielfabib fueron García Llisón y Zaragozá Catalán (1983), que ya advierten se trata en realidad de “una fortificación y una iglesia”.[15] Los mismos autores describen cuatro niveles en la edificación -de abajo arriba: una fragua (entrada en arco de medio punto con dovelas, arcos perpiaños rebajados y techo de madera, dos recintos sucesivos de almacén (con suelo leñoso) y la iglesia (parcialmente apoyada en la roca del monte)-: el monumental inmueble sirve de unión entre los espacios que se mencionan: la Villa Vieja (recinto arqueológico situado al norte, correspondiente al primer asentamiento) y la Villa Nueva (actual población de Castielfabib). 


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Torreón de la iglesia-fortaleza (Castielfabib, Valencia), con detalle del acceso a la segunda planta (izquierda) y puerta de La Reja, que permite la entrada en El Carrerón por donde se accede a la tercera y cuarta planta, que corresponde al templo (2019). 



Para acceder a la iglesia hay que atravesar la puerta de la Reja, que luce arco de medio punto con dovelas, y entrar en el túnel denominado El Carrerón, por donde se accede al almacén del tercer nivel, a los corrales de la antigua Casa del Sacristán y a la iglesia. Anexo al atrio interior de la iglesia se halla la Casa del Sacristán, hoy desaparecida. Con anterioridad a las actuaciones de los años 2000, la iglesia poseía tres naves: una mayor central, cubierta con bóveda de cañón y lunetos (con cúpula en el presbiterio), y dos laterales. Las capillas laterales de la epístola (derecha) estaban cubiertas con bóveda de crucería gótica. Al evangelio poseía dos capillas más, una hacia la cabecera (entre el acceso y la sacristía) y otra más espaciosa a los pies, con amplia bóveda. Respecto del interior del templo, García Llisón y Zaragozá Catalán, anotan:
  • El interior de la iglesia queda revestido por pinturas, muy perdidas, y estucos al oro de excelente calidad pero en deplorable estado de conservación. Aunque las patologías constructivas del edifico son abundantes, las cubiertas de la iglesia están el particular mal estado, siendo prodigio que no se hayan hundido en alguna de sus partes, como la cupulilla recayente al presbiterio.[16]
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Vista parcial del torreón de la Iglesia-fortaleza y el campanario de Castielfabib (Valencia), desde la calle de la Iglesia (2019).

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Vista parcial del torreón de la Iglesia-fortaleza, el Campanario y lienzos de muralla del Castillo en Castielfabib (Valencia), desde la calle de la Iglesia (2019).


En la actualidad, el reciento eclesial ha recuperado el aspecto gótico que pudo tener antes de las intervenciones renacentistas, barrocas y neoclásica. A falta de documentación sobre el edificio, los citados autores, basándose en sus variadas fábricas (aparejo de sillarejo, marcas de cantería observables en los mampuestos de la base) concluyen que la construcción responde al estilo post-Reconquista. Los niveles segundo y tercero fueron presuntamente almacenes del diezmo y el cuarto nivel (actual iglesia), observando las ventanas de las fachadas norte y meridional (en estilo gótico civil, típico en la Corona de Aragón) respondería a la vivienda principal del castillo. En este espacio se construyó la actual iglesia parroquial. Desconocemos el momento histórico concreto de la construcción, ni dónde se hallaba la iglesia de Castielfabib hasta ese momento. Tampoco sabemos quién la construyó, si los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén o los de la Orden de Montesa. La de Montesa se fundó en 1317, siendo dotada con los bienes y derechos de los Templarios en el Reino de Valencia, más los correspondientes a los Hospitalarios, que renunciaron a lo que poseían en Valencia a cambio de lo que tuvieron los del Temple en Aragón.

Por otra parte, las pinturas aparecidas en el testero del templo (Entrada de Jesús en Jerusalén) se han datado en el primer cuarto del siglo XIV, un periodo de tiempo amplio que sirve de orientación para definir el momento de la construcción, pero no concluyente para saber si fueron los Hospitalarios o los de Montesa los constructores. 

El texto de la derecha del panel que hemos comentado enmarca una fotografía en blanco y negro, lo más llamativo de la misa es el volumen construido en la parte alta de la fachada occidental, correspondiente al saledizo del órgano de fuelles que tuvo, situado a los pies del templo. El órgano fue destruido durante la Revolución Española de 1936. Asimismo, destaca el muro que nace en la esquina suroccidental del edificio, junto a la entrada de la antigua fragua. Dicho muro, hoy también desaparecido, correspondería al cerramiento de la muralla que circundaba la villa por esta parte.


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Torreón de la Iglesia-fortaleza de Castielfabib (Valencia), con detalle del acceso a la antigua fragua, basado en un arco de medio punto con dovelas (2019).


02_Panel del Paño de muralla de la calle Barrioso.
Siguiendo el orden de los paneles nos desplazamos desde la Iglesia-fortaleza hasta los bajos del Ayuntamiento, atravesando el tramo final de la subida de la calle Virgen de Gracia:
  • Ubicado en la base del edificio que actualmente forma la Casa Consistorial de Castielfabib, este muro formaría parte, según los últimos estudios, del lienzo de muralla que delimitaría la población medieval por el flanco norte proveniente de la Torre del Hospital y cerraría por las actuales fachadas de la calle Iglesia hasta la propia Iglesia-Fortaleza. El tamaño de los sillares y mampuestos que forman este muro, la forma de talud de la parte este, así como el arco que da acceso la callejón interno, son señales de la función defensiva que este lienzo tuvo en el pasado. Cercano a este elemento se encuentra el antiguo cementerio de la población. Todavía hoy se pueden apreciar algunas estelas funerarias insertas en el muro de la construcción anexa. Este camposanto estuvo en uso hasta el siglo XVIII cuando fue trasladado al denominado “fosar de Gracia” junto a la ermita homónima a las afueras de la población, en el espacio del antiguo convento.

Situados junto al muro que sustenta la Casa Lugar, los indicios observables (tamaño de los sillares y mampuestos, forma de talud, arco de acceso al callejón) hacen pensar que nos encontramos frente al lienzo de muralla que circundaba la villa por esta parte, uniendo la Iglesia-fortaleza y el torreón del Hospital, situado en un plano más elevado, en la vertiente septentrional. Los arcos situados bajo el Ayuntamiento bien pudieron haber constituido un acceso a la villa por esta parte, aunque en la actualidad carece de uso como paso.


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Panel del recinto amurallado en Castielfabib (Valencia), correspondiente al Paño de muralla de la calle Barrioso (2019).

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Detalle de panel del recinto amurallado en Castielfabib (Valencia), correspondiente al Paño de muralla de la calle Barrioso (2019).


Asimismo, el texto reseña la existencia de un antiguo cementerio en las proximidades (seguramente extramuros), afirmación probablemente basada en las estelas funerarias discoidales incrustadas en el muro de unos corrales, por debajo del Torreón del Hospital. Según el texto, “Este camposanto estuvo en uso hasta el siglo XVIII cuando fue trasladado al denominado fosar de Gracia junto a la ermita homónima a las afueras de la población, en el espacio del antiguo convento”. Es probable que el camposanto de referencia (según el texto en uso hasta el siglo XVIII) fuera el lugar de enterramiento vinculado al Hospital de Pobres de Castielfabib, cuya erección data de mediados del siglo XV (1446), según licencia otorgada por Juan II, rey consorte de Navarra en tiempo de Alfonso en Magnánino (1416-1481);[17] asimismo, cabe la posibilidad que este camposanto fuera trasladado al “fosar de Gracia” en el siglo XVIII -quizá siguiendo las normas de salubridad pública decretadas por Carlos III. 

Sin embargo, anexo a la Ermita de la Virgen de Gracia ya existía de antiguo cementerio, basta ver la Relación ad limina del obispo Gabaldá Guasch cuando dice de Castielfabib (1656): “Item eremitorium aliud Virgine de Gratia dicatum, in quo ferme omnes oppidani defuncti saepeliuntur; eo quod parochialis ecclesia supra rupium arcis concava fuerit a templariis constructa”,[18] texto latino que traducimos como: También hay otra ermita dedicada a la Virgen María de Gracia, en la cual se entierran casi todos los vecinos difuntos; porque la iglesia parroquial fue construida por los templarios sobre la concavidad de las rocas de la fortaleza. 

Según vemos, el cementerio anexo a la Ermita María de Gracia (fosar de Gracia), ya existía mediado el siglo XVII, allí se enterraban “casi todos los vecinos difuntos”, palabras que inducen a pensar que había difuntos que se inhumaban en otro lugar. Ese otro lugar podía ser un presunto cementerio anexo al Hospital de Pobres, aunque puede referirse también a los que se enterraban en la Iglesia parroquial, cual fue el caso de la familia del magnífico Johan de Espejo, administrador de los Condes de Fuentes, quien en el segundo ítem de su testamento (abierto y publicado en Castielfabib a 9 de junio de 1540) dice: Quiero que mi cuerpo sea sepultado en la Iglesia de Qastielfaví, en la capiella de Santa Qatalina, donde están sepultados los de mi padre y madre y de mi cara y amada muger, junto a otros de mis ascendientes.[19] Ello viene a decir que en la Iglesia de Castielfabib solo se enterraba gente importante, de la pequeña nobleza local y otros notables, siendo el común de los vecinos inhumados en el fosar de Gracia, anexo a la actual Ermita de la Virgen de Gracia.


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Detalle del recinto de muralla situado en la calle Barrioso, bajos de la Casa Lugar de Castielfabib (Valencia), 2019.

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Detalle del recinto de muralla situado en la calle Barrioso, bajos de la Casa Lugar de Castielfabib (Valencia), 2019.


Los espacios inmediatos a los muros de las iglesias, y su interior, fueron lugares de entierro durante siglos (se trataba de los enterramientos ad ecclesiam y apud ecclesiam);[20] sin embargo, en Castielfabib era imposible enterrarse en la proximidad del templo, dada su ubicación “sobre la concavidad de las rocas de la fortaleza”. Sin embargo, se equivoca el obispo de Segorbe cuando dice que “la iglesia parroquial fue construida por los templarios” -ya que la Orden del Templo no construyó ni tuvo nunca la iglesia de Castielfabib, que fue de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, y luego de la Orden de Montesa -siempre en competencia con el clero diocesano. Propiamente, la Ermita Virgen de Gracia estuvo de antiguo vinculada al primer convento de Castielfabib, habitado por los Ermitaños de San Agustín desde finales del siglo XIV (1394).[21]

El panel viene ilustrado por varias fotografías, las superiores muestran el paño de muralla descrito y las inferiores unas estelas funerarias incrustadas en un muro, y un camposanto con lápidas discoidales (correspondiente al Cementerio viejo de Fuentespalda, Teruel). Enmarcado por las imágenes hay un texto relativo a las estelas discoidales:
  • Las estelas funerarias también llamadas discoidales o discoideas se denominan así debido a su forma de disco. Se trata de monumentos funerarios que se colocaban ante la tumba para indicar un enterramiento antes de que se popularizase la forma de la cruz, sobre el siglo XIV. Estas piezas se labraban con motivos religiosos u otros referentes a la persona que señalizaban. Aquí se pueden ver las dos que se conservan en Castielfabib y abajo el aspecto que tuvo el camposanto de la villa.

La existencia de estelas funerarias discoideas en Castielfabib resulta muy curiosa, las piezas halladas se encuentran incrustadas en el muro de un corral o descubierto, formando parte de la mampostería. Probablemente fueron halladas en el lugar de la construcción del cerramiento. Se trata de elementos funerarios (monumentos, señalizaciones) labradas en piedra, con la parte superior circular u ovoidea y otra parte inferior trapezoidal: su misión era ser hincada en tierra, a la cabecera de una tumba, en orientación meridional. El motivo ornamental de la pieza superior de las estelas de Castielfabib es una cruz griega labrada en un círculo, su objetivo era señalar y conmemorar un enterramiento. 


Estelas funerarias discoideas en Castielfabib (Valencia), ca.1990.



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Estela funeraria discoidea con cruz griega en Castielfabib (Valencia), datada entre el siglo XIII y el siglo XV (2019).

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Estela funeraria discoidea con cruz griega en Castielfabib (Valencia), datada entre el siglo XIII y el siglo XV (2019).


Hemos de pensar, no obstante, que este tipo de señalizaciones solo se colocaba en las tumbas de personas de alguna importancia, pues en la mayoría se ponía una simple cruz de madera. Las estelas funerarias discoideas de Castielfabib son las únicas conocidas en el Rincón de Ademuz, de ahí su valor simbólico e historiográfico. La iconografía que lucen es claramente cristiana, aunque su cronología es difícil de precisar, ya que este tipo de estelas proceden de una tradición antigua que se prologó en el tiempo; no obstante, las de Castielfabib podrían datarse con posterioridad a la conquista cristiana, entre el siglo XIII y el siglo XV. Este tipo de estelas funerarias se ha descrito también en la Ermita de Nuestra Señora de Alcalá, en Alcalá de la Vega (Cuenca)[22] así como en el cementerio de Cretas y en el viejo de Fuentespalda (Teruel)[23] -estas últimas ya muy alejadas geográficamente de nuestra zona.




Continúa en:



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[1] ESCOLANO, Gaspar J (1879). Décadas de la Historia de la insigne y coronada ciudad y Reino de Valencia/ por el Licenciado Gaspar Escolano, Rector de la parroquia de S. Esteban, Cronista del Rey nuestro señor en el dicho reino y predicador de la ciudad y consejo/ Segunda Parte/ Dirigida a los tres Estamentos, Eclesiástico, Militar y Real y por ellos a los Diputados/ por D. Juan B. Perales/ Terraza, Aliena y Compañía Editores, Madrid/Valencia, tomo II, p. 374.
[2] CÁRCEL ORTÍ, Mª Milagros (1989). Relaciones sobre el estado de las diócesis valencianas, Edita Generalidad Valenciana, Valencia, vol. III [Segorbe], p. 1.519.
[3] CAVANILLES, Antonio Josef (1797). Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reino de Valencia/ por Don Antonio Josef Cavanilles/ de Orden Superior. En Madrid en la Imprenta Real, siendo Regente D. Pedro Julian Pereyra, Impresor de Cámara de S.M./ Año de 1797, Valencia, 1979, tomo II, párrafo 103, p. 75.
[4] MADOZ, Pascual (1847). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar, Madrid, tomo VI, pp. 166-167.
[5] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2008). Acervo histoiográfico comarcal: Reyes aragoneses y castellanos en el Rincón de Ademuz, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, pp. 17-21.
[6] MADOZ, 1847: 167.
[7] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2008). Castielfabib en la primera mitad del Ochocientos, en Desde el Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, pp. 259-268.
[8] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Carreteras y caminos del Rincón de Ademuz, en Desde el Rincón de Ademuz, del lunes 18 de diciembre de 2017. 
[9] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Túneles carreteros del Rincón de Ademuz: Anexo fotográfico, en Desde el Rincón de Ademuz, del lunes 9 de julio de 2018. 
[10] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Castielfabib, en el Rincón de Ademuz (I y II), en Desde el Rincón de Ademuz del domingo 25 de agosto de 2013.
[11] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2002). Aportaciones al conocimiento de la Encomienda de Montesa en el Rincón de Ademuz, Edita Ayuntamiento de Torrebaja, Valencia. ISBN: 84-931563-2-9
[12] GARCÍA LISÓN Y ZARAGOZÁ CATALÁN, Miguel y Arturo (1983). Catálogo de monumentos y conjuntos de la Comunidad Valenciana, Consellería de Cultura, Educación y Ciencia de la Generalidad Valenciana, Servicio de Patrimonio Arquitectónico, Valencia, tomo I, pp. 307-308.
[13] Ibídem, p. 308
[14] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2011). El expolio de las iglesias y ermitas de Castielfabib durante la revolución, con detalle de los daños, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. IV, pp. 317-327.
[15] GARCÍA LISÓN Y ZARAGOZÁ CATALÁN, 1983: 306.
[16] Ibídem.
[17] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2001). Aproximación a la Historia del Convento de San Guillermo en Castielfabib y noticia del Hospital de la Villa, Edita Ayuntamiento de Castielfabib, Valencia, pp. 124-128 y 153-154.
[18] CÁRCEL ORTÍ, María Milagros (1989). Relaciones sobre el estado de las diócesis valencianas, Edita Generalidad Valenciana, Valencia, tomo III [Segorbe], pp. 1519-1520.
[19] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2000). De los Heredia, condes de Fuente. Y del magnífico castielfabiense Johan deEspejo, administrador de los condes, en Aproximación histórica: La Villa de El Cuervo y su parroquial, Edita Ayuntamiento de El Cuervo (Teruel), Valencia, pp. 38-41.
[20] ARIÉS, Philippe (1983). El hombre ante la muerte [L`homme devant la mort], Madrid.
[21] SÁNCHEZ GARZÓN, 2001: 148-152.
[22] HINAREJOS RUIZ, Niceto (1998). Alcalcá de la Vega, Imprime Gráficas Dehon, Madrid, pp. 41-42.
[23] EUGENIUSZ, Frankowski (1920). Estelas discoideas de la Península Ibérica, Comisión de Investigaciones Peleontológicas y Prehistóricas, Memoria Número 25, figura 43, p. 97, lámina VI y pp. 98-100.

RECINTO AMURALLADO DE CASTIELFABIB, VALENCIA (y II).

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Visita guiada,
a propósito del recientemente creado itinerario cultural.




Viene de:



03_Torre del Hospital o Umbría.
Dejamos el panel del lienzo de muralla de la calle Barrioso, bajo los arcos del Ayuntamiento, y continuamos el recorrido en dirección a la Torre del Hospital -también llamada Torre Umbría, en razón de su situación septentrional respecto del caserío. La torre se alza sobre un resalte rocoso de la ladera, señoreando su dominio sobre el valle del Ebrón. El acceso aparece cuidado, limpio, transitable, el panel con texto e imágenes se halla al pie de la torre:
  • Esta torre ubicada en la umbría recibe también el sobrenombre “del Hospital” ya que en un lugar cercano se hallaba el Hospital de Pobres fundado en el s. XV. Sin embargo este elemento fue construido con anterioridad y junto con la Torreta y la Torre Almenada forma la defensa del oeste del flanco más vulnerable de la Ville frente al Reino de Castilla. Además se ubica en uno de los accesos tradiciones. Esta pieza es la única que se conserva con traza parcialmente circular y su posición sobre el cortado de piedra permite imaginar el recorrido que seguía la muralla por esta parte de la población aprovechando los desniveles naturales. Presenta una construcción másica basada en una mampostería ordinaria exterior y hormigón de cal en el interior, para dotar de gran resistencia al elemento, de modo similar a como ocurre con la Torreta. La última restauración alteró notablemente el aspecto original de la torre.

Para designar la torre los lugareños utilizan el nombre de “Torre Umbría”, por su ubicación en la zona norte de la villa, pero también el de “Torre del Hospital” -en alusión al Hospital de Pobres que hubo en sus inmediaciones, fundado a mediados del siglo XV (1446).[1] Es de pensar que el hospital de pobres (visitado durante siglos por los obispos de Segorbe y ya muy deteriorado a mediados del siglo XVII), se hallaba extramuros de la villa, al igual que el primer cementerio conocido en la localidad. Las estelas funerarias discoideas, mencionadas al comentar el panel del Lienzo de muralla de la calle Barrioso, podrían corresponder a ese primer camposanto.



Detalle de la Torre del Hospital (Castielfabib, Valencia), antes de su restauración, con el castillo al fondo (ca.1990).

Panel del recinto amurallado correspondiente a la "Torre del Hospital" (Castielfabib, Valencia), 2019.

En la parte superior izquierda del panel hay dos fotografía, la de la izquierda muestra el aspecto de la torre antes de la última y poco afortunada restauración, la de la derecha corresponde a la torre tras la restauración -ambas tienen como fondo la Iglesia-fortaleza de Castielfabib. La torre muestra un perímetro redondeado por fuera, basada en mampostería de piedra encarada al exterior y cal y canto al interior. El desperfecto que mostraba la mampostería de la torre hasta su restauración parece indicar que no se trataba de un torreón exento -como podría haber sido La Torreta-; más bien parece que sería un punto de inflexión en el cerramiento de la muralla. Pero por la falta de muros en su derredor se ha interpretado también como una torre avanzada en la defensa de esta parte de la muralla. En cualquier caso, debería tener algunas estructuras anexas, ya que una torre maciza aislada carece de sentido.

 Por la parte de abajo (sureste) pudo estar unida con el lienzo de muralla de la calle Barrioso y por arriba (noroeste), atravesando la actual calle Moral, con los cantiles existentes por debajo de La Torreta. Lo cierto, sin embargo, es que no se observan restos de muros en el cerro rocoso por encima de la calle Moral. Ello permite elaborar distintas hipótesis acerca de cómo se cerraba la muralla en este punto, permitiendo especular si tendría algún punto de unión con La Torreta.


Vista parcial de Castielfabib (Valencia), con detalle de la Torre del Hospital tras su restauración, la Iglesia-fortaleza y el castillo al fondo (2019).

Cabe dejar la Torre del Hospital y continuar el recorrido por el recinto amurallado de Castielbabib, para ello deberemos subir por las escaleras metálicas que nos llevarán hasta la calle Moral. El entorno de la torre era difícil de visitar, siendo de agradecer el acondicionamiento realizado, basado en un pasillo con barandas y escaleras metálicas, que comunican la parte baja de la torre con la calle Moral -situada inmediatamente por debajo de La Torreta. Camino de La Torreta nos detendremos en otro panel situado a nuestra izquierda, según bajamos por la calle Moral en dirección a la villa. Se trata del Mirador el Moral, lugar muy bien acondicionado también, desde el que puede admirarse una estupenda vista general (suroccidental) del conjunto de la Iglesia-fortaleza, del Castillo y parte alta del caserío.


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Panel correspondiente al Mirador El Moral (Castielfabib, Valencia), con la la Iglesia-fortaleza y el castillo al fondo (2019).


El panel muestra varias fotografía en su parte izquierda, dos panorámicas y otras dos con el detalle de la Iglesia-fortaleza (en distinto momento histórico), y un texto encabezado por un fragmento de foto antigua:
  • El Moral es el barrio más elevado de la Villa de Castielfabib, protegido por la Torreta en su parte más vulnerable al noroeste. Sin embargo por el resto de orientaciones cuenta con una protección natural con cortes de piedra de gran magnitud. No está demostrado que su topónimo remita al termino “moro” y a la presencia de una morería o arrabal una vez conquistada la población, pero la extrema exposición de esta zona previa a la fortificación del flanco oeste da fuerza a esta hipótesis. Su posición privilegiada sobre la vertiente noroeste de la población ofrece unas magníficas vistas de todo el valle del Ebrón desde su entrada en el antiguo Reino de Valencia por El Cuervo (Aragón). Ademas, la posición de la Villa vieja, la Iglesia-Fortaleza y el Castillo sobre el promontorio rocoso en el meandro del río a modo de “acrópolis” permiten comprender el control fluvial que esta plaza ejercía desde su origen.


La zona del Moral constituye la parte más elevada del caserío, situada inmediatamente por debajo de La Torreta -entre la calle de san Antonio Abad y la del Calvarío. Dada su ubicación la podemos imaginar en el extremo noroccidental de la villa, lugar relativamente vulnerable del recinto amurallado, aunque bien defendido por la Torre del Hospital y la atalaya de La Torreta. El texto especula acerca de la posible existencia de una morería (lugar de moros) situada en el arrabal de la villa tras la conquista cristiana, sin más argumento que el nombre del topónimo. Ciertamente, se trata de una hipótesis, tan válida como pensar que el nombre del barrio proviene de la existencia de moreras (Morus nigra), árboles de la familia de las moráceas en la zona. Lo que no podemos contradecir es que el mirador “ofrece unas magníficas vistas de todo el valle del Ebrón desde su entrada en el antiguo Reino de Valencia por El Cuervo (Teruel, Aragón)”. Asimismo, permite comprender la importancia geoestratégica de Castielfabib en el control del paso del río en dirección al valle del Turia -y esto ya desde la época celtíbera. Dejamos el mirador y continuamos nuestro recorrido, siguiendo su trazado en dirección a La Torreta, que queda en una posición elevada, inmediatamente por encima del Mirador.


04_La Torreta.
Ascendemos por la ladera, circundamos la base del torreón y de inmediato daremos con el panel correspondiente a La Torreta, que aparece en lo alto, ofreciendo su cara suroriental. El panel ilustrado contiene unos dibujos a la izquierda y un texto a la derecha:
  • Esta torre se emplaza en el punto más elevado de toda la población y a su vez en el más vulnerable, a cota cero respecto al acceso desde el antiguo reino de Castilla. Su posición privilegiada permitía un control absoluto sobre todo el territorio a la vez que flanqueaba el acceso a la villa por el oeste, ya que la altura del edificio era de 15 metros y su anchura de 7,5 metros. La Torreta se puede considerar un polo defensivo autónomo según los grabados existentes, con plataformas a sus pies y una geometría hexagonal, algo muy poco frecuente en la arquitectura defensiva del siglo XIV, donde presumiblemente se enmarca la construcción de la torre. En 1840 las tropas carlistas fortifican el edificio, del mismo modo que el castillo, pero fue dinamitado al poco tiempo por las tropas de Isabel II una vez terminada la I Guerra Carlista, dejando los actuales restos.
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La Torreta, torreón occidental en el recinto amurallado de Castielfabib (Valencia), 2019.


Los resto del torreón de La Torreta son visible desde cualquier punto alejado de la villa -desde El Cuervo (Teruel), hasta Las Monjas, en Los Santos; y desde los cerros de levante hasta El Colladillo, que queda al poniente-, sugiriendo que fue una formidable atalaya, situada en la parte occidental del caserío, en el acceso a la localidad desde Castilla. Su posición resulta absolutamente privilegiada, lo que le permitía un control amplio del territorio. Sus dimensiones (15 metros de alto por 7,5 metros de ancho) reflejan la envergadura del observatorio, al tiempo que punto defensivo por excelencia. Tiene la base en talud, basadas en piedra caliza, al igual que la mampostería de piedra careada, las esquinas de piedra tosca labrada y el interior con relleno de argamasa con cal y canto. Su base se estima hexagonal, “algo poco frecuente en la arquitectura defensiva del siglo XIV”, cuando presumiblemente se construyó la torre. Con todo, resulta difícil imaginar una torre  vigía y defensiva de planta hexagonal es semejante posición. Lo primero, porque dado el tamaño de los lados que restan, no cabría en ese espacio; lo segundo, porque carece de sentido un torreón de seis caras. Se ha especulado también si el torreón era macizo o poseía alguna estancia interior; en todo caso, por su función vigía, debía tenerla en la parte alta.


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Paisaje urbano de Castielfabib (Valencia), con detalle de La Torreta en primer plano (2019).


Los dibujos que se muestran en la parte izquierda del panel (perspectiva forzada, sección y planta) corresponden a un grabado de 1840, realizado por Manfredo Fanti (1806-1865). El militar italiano, durante su exilio en España formó parte del ejército cristino en la I Guerra Carlista (1833-1840). Las tropas carlistas fortificaron La Torreta y el Castillo -Pascual Madoz dice del momento histórico y de las circunstancias en que se produjeron las obras, así como del maltrato sufrido por los que las llevaron a cabo, a los que como hemos visto arriba “se les prodigó [...] un trato muy inhumano no solo obligándoles á trabajar mas de lo que podían, sino que puestos á disposición de unos capataces de tosco aspecto, les maltrataban con palos y látigos, y aun con cadenas”.[2]

Vista suroccidental del torreón de La Torreta, en el recinto amurallado de Castielfabib (Valencia), 2019.

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Vista suroccidental del torreón de La Torreta, en el recinto amurallado de Castielfabib (Valencia), 2019.


A tenor de los grabados de Fanti (1840), “La Torreta se puede considerar un polo defensivo autónomo [...], con plataformas a sus pies y una geometría hexagonal”. Como bien reseña el texto, el aspecto del torreón se refiere a los dibujos del militar italiano, realizados tras las obras de fortificación realizadas por los carlistas. Lo cierto, sin embargo, es que desconocemos cómo pudo ser el cerramiento de la muralla por esta parte, entre la Torre del Hospital y la Torre Almenada. 


La pregunta es, ¿tenían algún punto de unión dichas estructuras con el torreón de La Torreta? ¿Acaso se unían la Torre del Hospital y la Torre Almenada mediante un lienzo de muralla, dejando aislada La Torreta? En humilde opinión, estimo como hipótesis razonable que estos tres puntos del recinto amurallado de Castielfabib pudieron estar unidos -consciente de que esta parte del cerramiento de la villa era el más frágil.

Tras la ocupación de Castielfabib por las tropas cristinas, las fortificaciones levantadas por los carlistas en el Castillo y La Torreta fueron demolidas, quedando poco más o menos tal cual pueden verse en la actualidad. Desde La Torreta nos dirigimos al siguiente panel del recinto, continuando por el camino que lleva hasta la calle de San Antonio Abad y descendiendo después hacia la villa.


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Vista frontal (meridional) del torreón de La Torreta (Castielfabib, Valencia), con detalle de base en talud, lienzos de mampostería encarada de piedra caliza y ángulo de sillería en piedra tosca local (2019).


05_Torre almenada.
El panel de la Torre almenada se halla en la calle San Antonio Abad, contra la base del muro de un torreón almenado, aprovechado como vivienda. El panel muestra en su parte superior izquierda un alzado de las tres fachadas de la torre, un pequeño recuadro de texto y una fotografía en la parte baja de ese lado, mostrando el detalle de las almenas del torreón. El texto del margen derecho del panel, dice:
  • Este edificio es la torre en mejor estado y de mayores dimensiones que se conserva en todo el antiguo recinto amurallado de la Villa, dada la importancia de su ubicación en el principal acceso a la población desde el antiguo reino de Castilla. Su altura y proporciones así como la técnica constructiva que presenta y su remate almenado justifican su importancia. Es, sin lugar a dudas, la presencia de almenas el hecho más significativo de esta pieza, dado que es la única que las conserva en la comarca y en todo el área geográfica circundante. Además, estas almenas tienen unos merlones con satera interior y disponen de un remate coronado y unos orificios donde se colocaban los “manteletes”, unas protecciones de madera para evitar el impacto de proyectiles. La torre fue reconvertida posteriormente a vivienda, y muestra en la parte alta unos sillares fingidos propios de una arquitectura de cierto poder adquisitivo. Gracias a su reconversión residencial ha llegado a nuestros días.

Bajando por la calle de san Antonio (Abad) nos encontraremos con un estrechamiento de la vía, la construcción de la izquierda corresponde a la descripción que hace el panel, “la torre en mejor estado y de mayores dimensiones que se conserva en todo el antiguo recinto amurallado de la Villa”. Merece la pena recorrer la calle en uno y otro sentido para apercibirnos de los detalles que comenta el texto. La monumentalidad de la torre se halla en relación con el hecho “de su ubicación en el principal acceso a la población desde el antiguo reino de Castilla”. Es decir, nos hallamos frente a la puerta más occidental de la villa, de ahí las almenas que la coronan, elementos de claro significado defensivo. Propiamente, las murallas medievales tenían en las puertas sus puntos más débiles, de ahí los torreones que solían custodiarlas. Además de torreones almenados (véase por ejemplo el acceso al castillo de Moya, Cuenca), las puertas solían tener una hornacina interior para ubicar la imagen de un santo o virgen que la custodiara, pues en caso de agresión o asedio la intercesión divina hacía su papel; en todo caso, nunca debía despreciarse. 


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Vista parcial del barrio de la Torreta (Castielfabib, Valencia), con detalle de la Torre Almenada (2019).


Las almenas constituyen elemento más llamativo de la torre (de ahí su nombre de torre Almenada); de hecho no veremos más almenas que estas en el resto del recinto amurallado de Castielfabib. El texto del panel llama la atención sobre este hecho, destacando que “estas almenas tienen unos merlones con saetera interior y disponen de un remate coronado y unos orificios donde se colocaban los manteletes”, a modo de ventanas para tapar los huecos entre los merlones de las almenas, con finalidad claramente defensiva. Se desconoce si las almenas circundaban todo el perímetro de la torre; lo esperable, sin embargo, es que al menos estuvieran en la parte externa de la muralla. El esquema que incluye el texto menor resulta muy didáctico:
  • El detalle más relevante de esta torre es la presencia de almenas en el lateral oeste (se desconoce si existían en el resto de fachadas). Dichas almenas están ejecutadas con una argamasa de cal diferente a la sillería del resto del edificio, no obstante se ejecutarían a para que el resto de la construcción./ En la ilustración se puede apreciar el funcionamiento del “mantelete”, un dispositivo de madera cogido a dos vástagos también de madera que emergían por los orificios superiores de cada uno de los merlones, cubriendo las almenas.

Ciertamente, el esquema del dibujo resulta concluyente para explicar el funcionamiento de este sencillo sistema defensivo. Me queda la duda respecto a la construcción del almenado, el probable que fuera obra posterior, ya que de haberse hecho en el momento de la torre, ¿por qué no hacerlas con el mismo material? Es probable que fueran construidas en algún momento posterior, y deprisa, ante alguna amenaza inminente, pues carecen de la elegancia arquitectónica que tiene el resto de la torre. Con la Torre almenada sucedió lo que con El Torrejón y con el edificio que soporta la Iglesia-fortaleza, que se ha conservado por el uso que les dieron cuando concluyó su actividad defensiva, transformándose en viviendas o en iglesia.


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Vista meridional de la Torre Almenada (Castielfabib, Valencia), con detalle del recinto murado (2019).

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Vista meridional de la Torre Almenada (Castielfabib, Valencia), con detalle del recinto murado y comienzo de la calle de san Antonio Abad, en camino de Castilla (2019).


Observando la torre almenada con algún detalle se me ocurre pensar en cómo sería realmente esta puerta de entrada a la villa. Lo esperable es que la puerta se halle franqueada por sendas torres, una a cada lado. En el caso de esta puerta de muralla, ¿dónde se hallaba realmente el acceso, pues el siguiente lienzo de muralla se halla poco más abajo, en la misma línea de fachada que la Torre almenada?


06_Paño de muralla de la calle Calvario.
El paño de muralla de la calle Calvario se halla a menos de cien pasos de la Torre Almenada, lo conforma el muro meridional de un edificio que destaca del conjunto del caserío. El panes, situado contra el paño de muralla posee un esquema con una fotografía señalada en su parte izquierda y un texto a la derecha:
  • Este paño de muro en la calle Calvario presenta las características propias de las estructuras defensiva del resto de piezas que formaban el recinto amurallado de la Villa y, con toda probabilidad, forma parte de uno de los anillos que delimitaban la parte más alta poblada del núcleo urbano, el Moral. Algunas fuentes orales apuntan que en este edificio se ubicaba el Cuerpo de guardia que controlaba el acceso a la población. Cabe destacar los orificios que existen en la planta alta como resto de un antiguo matacán defensivo de madera. En cualquier caso, el aspecto actual que presenta el edificio con un arco de medio punto, así como con diversos huecos tapiados en fases sucesivas, nos muestra la antigüedad del mismo y los múltiples cambios que ha sufrido sin perder el aspecto palaciego que lo diferencia del resto de arquitectura vernácula.

Como en el caso de la Torre almenada, conviene transitar la calle Calvario, arriba y abajo frente al lienzo de muralla observable en este punto, viendo que se trata de un edificio cuya puerta de entrada se halla en la fachada oriental y luce una una arcada de medio punto basada en dovelas de piedra que destaca del conjunto de casas que la circundan. El edificio en cuestión se halla en la parte alta de la villa, en la confluencia de la actual calle Calvario con la de san Antonio y la calle Torrejón. Desde esta parte se accede a la calle Moral, donde pueden verse también edificios de mampostería de traza antigua.


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Detalle de arco de medio punto con dovelas en una casa murada de la calle Calvario (Castielfabib, Valencia), correspondiente al recinto amurallado (2019).

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Detalle de lienzo de muralla en una casa de la calle Calvario (Castielfabib, Valencia), correspondiente en recinto amurallado (2019).


Cabría matizar el testimonio conforme “en este edificio se ubicaba el Cuerpo de guardia que controlaba el acceso a la población”, me refiero a qué época que aluden las fuentes orales. La afirmación no es desdeñable, toda vez que se halla en las proximidades del acceso occidental de la villa. Lo que resulta evidente es que a tenor de las transformaciones sufridas, el edificio ha debido tener distintas funciones a lo largo del tiempo. Como argumento se señalan ciertos orificios situados en la parte alta, correspondientes a las ménsulas que pudieron soportar el matacán. Un texto menor junto a la fotografía detalla los elementos detectables en la fachada:
  • Esta fachada en concreto muestra la innumerable sucesión de fases que ha sufrido este edificio. Con un carácter claramente defensivo de mampostería y sillería, orificios de un antiguo matacán, huecos tapiados propios de una arquitectura palaciega y un remate de yeso propio de la arquitectura vernácula que forma el remate de la cubierta.

La señalización de la fotografía indica el tapial de yeso en la parte alta de la fachada meridional del edificio, bajo el alero; la altura máxima del paño de muralla; los orificios correspondientes a las vigas que soportaban una posible buharda o matacán. También, la sillería de tosca en el ángulo suroccidental, y los huecos de gran formato tapiados y recercados de yeso. Dejamos el lugar descendiendo por la calle Torrejón, en busca del siguiente panel, propiamente denominado El Torrejón.


07_El Torrejón.
La calle Torrejón es una vía estrecha y sinuosa situada por debajo de la calle Calvario, atravesando un callejón en pendiente y cubierto nos hallaremos al pie de la torre denominada El Torrejón. El panel se halla enfrente, posee un alzado de las fachas del Torrejón, con detalle de la vivienda anexa que vuela sobre la calle homónima. Por debajo del dibujo hay una fotografía de la parte del caserío donde se halla el torreón, y un texto a la derecha:
  • En el flanco suroeste de la Villa se levanta esta torre en un espolón de la ladera que le confiere una visión privilegiada y panorámica sobre la vertiente de la Solana. Por ello, este edificio ejerció un control sobre el acceso de esta zona del recinto amurallado. Hasta la reciente construcción de nuevas viviendas al oeste de la torre, se podía apreciar fácilmente el recorrido que seguía la muralla en este sector de la población. La geometría que presenta la pieza es un rectángulo irregular del que se conserva una parte tanto en planta como en altura. Esta torre dará nombre a la calle donde se ubica y su etimología es “torre pequeña o mal formada”. Del mismo modo que otras estructuras defensivas, actualmente se halla vinculada a una vivienda vernácula con la peculiaridad de que la mitad vuela sobre el paso inferior de la calle.

Detalle de panel del recinto amurallado de Castielfabib (Valencia), correspondiente a El Torrejón (2019).
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Vista suroccidental de El Torrejón, perteneciente al recinto amurallado de Castielfabib (Valencia), 2019.

Respecto al nombre, el texto observa que el origen de la palabra que denomina la torre corresponde a una torre de pequeñas dimensiones e irregular, que nombra a la calle donde se ubica. Situada al suroeste del caserío, “en un espolón de la ladera que le confiere una visión privilegiada y panorámica sobre la vertiente de la Solana” y la vega Zaragoza. Asimismo, está bien observado que esta torre ejercía control sobre el acceso meridional que debió tener el recinto amurallado de la villa en algún punto próximo. La torre posee planta rectangular, conservándose “una parte en planta como en altura” -el hecho de que se haya mantenido se explica por la misma razón que la Torre almenada, por haber formado parte de una vivienda. Como advierte el texto, la construcción de nuevas viviendas al poniente del Torrejón impide al presente ver el trazado que seguía la muralla por esta parte. Asimismo, alude al callejón cubierto por donde discurre la calleja estrecha y sinuosa situada junto a la pequeña torre.



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Detalle de El Torrejón, perteneciente al recinto amurallado de Castielfabib (Valencia), 2019.

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Vista meridional de El Torrejón, perteneciente al recinto amurallado de Castielfabib (Valencia), 2019.

Continuando por la calleja del Torrejón nos dirigimos al siguiente panel, correspondiente al Paño de muralla de la calle Fuente.


08_Paño de muralla de la calle La Fuente.
Este lienzo de la muralla se halla en la parte más baja del cerramiento de la villa, en la calle La Fuente. El panel posee varias fotografías en su margen izquierda y un dibujo correspondiente al sector estudiado, así como un texto en su margen derecha:
  • En la parte ubicada más al sur de la antigua población se encuentra un lienzo de muralla que delimitaba el recinto por esta parte, con toda probabilidad, una de las más recientes de todo el conjunto. Este lienzo en la actualidad se halla totalmente enmascarado, pero en imágenes de principios de siglo se pueden apreciar las trazas de la muralla, así como la construcción en mampostería del edificio ubicado al este como posible torre. El espesor de los muros de estas viviendas corrobora este planteamiento, sobre todo la vivienda ubicada al oeste con una esquina de sillería y un muro de tapia de tierra de 1 metro de ancho sobre la roca viva. Las diversas propiedades y los revestimientos que forman sus fachadas ocultan la antigua muralla. Cabe destacar que la zona ubicada al sur de este muro se denomina “el Portal” como posible alusión a uno de los ingresos al recinto.

Vista de fachadas en la calle La Fuente (Castielfabib, Valencia), por donde pasaba el recinto amurallado y detalle de callejón, probable postiguillo de la muralla (2019).

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Detalle de gatos caseros tomando el sol de la tarde en un banco de la calle La Fuente (Castielfabib, Valencia), por donde pasaba el antiguo recinto amurallado (2019).


Vista de fachadas en la calle La Fuente (Castielfabib, Valencia), por donde pasaba el recinto amurallado y detalle de callejón, probable postiguillo de la muralla (2019).


El paño de muralla es el menos “visible” del recorrido; situado en la parte más baja del recorrido, en posición meridional respecto de la villa, el lienzo murado se halla oculto por el revestimiento de las fachadas de las casas que se alzan sobre la antigua estructura defensiva. Sin embargo, en imágenes de principios del siglo XX se pueden observar “las trazas de la muralla, así como la construcción en mampostería del edificio ubicado al este como posible torre”. Asimismo, el texto considera este sector del cerramiento como “una de las partes más recientes de todo el conjunto”. Como argumento, se anota “el espesor de los muros de estas viviendas”, en particular “la vivienda ubicada al oeste con una esquina de sillería y un muro de tapia de tierra”, situado “sobre la roca viva”. Dato curioso es el referido al nombre con el que se conoce la zona, “el Portal”, en alusión al posible acceso a la villa por esta parte -propiamente, Portal de la Solana. Por encima de la calle Fuente se halla la calle Postiguillo, nombre que alude a la existencia de una pequeña puerta en esta parte de la muralla. El pasadizo o callejón existente en esta parte de la calle apunta en este sentido. Por otra parte, resulta evidente que entre El Torrejón y la Casa del Cura debió haber algún otro torreón defensivo, ya que se trata de un tramo de muralla muy largo, y frágil.

Para continuar el recorrido por el antiguo recinto amurallado hay que continuar por la calle La Fuente arriba, en dirección al sector oriental del caserío, donde se halla la antigua Casa Abadía.


09_Casa Abadía.
El siguiente panel del recinto amurallado corresponde a la Casa Abadía, a la que hemos arribado ascendiendo por la calle Enrique Fornas. Don Enrique Fornas fue un antiguo párroco de Castielfabib, regentó la parroquia durante el primer tercio del siglo XX, y algunos años más tras de la Guerra Civil (1936-1938).[3] El panel de este punto contiene varios esquemas, dibujos y fotografías en la parte izquierda, el texto principal se halla a la derecha:
  • También denominada Casa del Cura. Esta edificación previa al siglo XVII se ubica en una posición de dominio privilegiada, sobre un promontorio rocoso y controlando el acceso por el flanco este de la Villa y el valle del Ebrón. Su ubicación en el trazado de la muralla de Castielfabib remite a la existencia de un torre defensiva en sus inmediaciones, aprovechada para construir un edificio de gran relevancia y simbolismo. Este edificio era la residencia del párroco en la Villa hasta la década de los 60. De hecho, es un claro exponente de la arquitectura vernácula comarcal de cierto nivel social, como denota el empleo de tapia reforzada con mampuestos y yeso, una versión local y singular de la denominada tapia valenciana. Además, en su interior persiste un horno de pan, una de las pocas letrinas de la zona y múltiples muestras decorativas alejadas de la humilde realidad social de la comarca.
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Vista general (suroriental) de la antigua Casa Abadía de Castielfabib (Valencia), 2019.


La Casa Abadía (popularmente, Casa del Cura), es una construcción notable por las características de su fábrica. Situada sobre una eminencia rocosa, en el trazado de la línea de muralla próxima al castillo por su vertiente meridional, destaca notablemente de las del entorno. El texto propone “la existencia de una torre defensiva en sus inmediaciones” -tampoco resultaría descabellado pensar que la parte inferior de la casa pudo ser la misma torre-, que controlaría el acceso oriental de la villa, y el valle del Ebrón. El solar fue aprovechado para “construir un edificio de gran relevancia y simbolismo”, cual era la residencia del párroco, vigente hasta los años sesenta del siglo XX. Propiamente, la construcción constituye “un claro exponente de la arquitectura vernacular”, de cierto nivel socioeconómico como demuestra su factura. En sus fachadas suroriental y suroccidental resultan evidentes las características de notabilidad del edificio, levantado sobre la misma roca del monte, con muros de mampostería encarada y sillares labrados en las esquinas (primero de piedra caliza y luego de tosca) hasta aproximadamente la mitad del edificio; la mitad superior tiene los muros de tapial reforzado con mampuestos y yeso, “una versión local y singular de la denominada tapia valenciana”.

En el margen izquierdo del panel hay unos magníficos dibujos que ilustran acerca de la mampostería ordinaria y la tapia mixta (se trata de un fotoplano de la fachada oriental del edificio), y el detalle constructivo de la tapia:
  • La tapia real o valenciana, está formada por muros de tierra reforzados por piezas de ladrillo perpendiculares al muro, para dotar al mismo de mayor resistencia. En el caso de la Casa Abadía, estos refuerzos se producen con mampuestos pero además se emplea otro sistema complementario como son las “brencas” (tongadas de yeso entre hiladas de tapias) y las “rafas” (refuerzos de yeso en las esquinas), al modo que se hace en el sur de Aragón. De esta manera se forma una tipología vernácula de la tapia valenciana, fruto del cruce de influencias de la comarca./ Solamente en Torrealta, se conocen otra casa solariega de estas características anexo al Torreón, o el mismo torreón donde sí que se encuentra la tipología de tapia valenciana propiamente dicha
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Detalle del ángulo suroriental de la antigua Casa Abadía de Castielfabib (Valencia), con detalle de la mampostería de los muros, del sillarejo de piedra caliza y de toba en la parte inferior, y del tapial enlucido en la parte alta (2019).

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Detalle del muro de mampostería ordinaria y de la reja de forja en la antigua Casa Abadía de Castielfabib (Valencia), 2019.


Los muros basados en mampostería ordinaria o piedra encarada (en su parte baja) y de tapial (en la parte alta) son frecuentes en la comarca. Así como el uso de las “brencas” y “rafas” en los muros de tapial. Fernando Vegas (2001) ya cita la Casa del Cura de Castielfabib como ejemplo de muro de tapial con brencas, elementos que define como “refuerzos en forma de ondas acuñadas en la base de cada hilada de tapial, realizadas con una mezcla de inertes y aglomerantes”, en este caso construidas con yeso.[4] La parte inferior izquierda del panel contiene el alzado y la sección de la letrina, así como una sección del horno de pan cocer. La existencia de estos elementos en su interior (horno, letrinas, decoración de paredes…) demuestran el nivel social en sus moradores -en comparación con el común de los vecinos.

Continuamos el recorrido circundando la Casa Abadía por su fachada oriental, hasta dar con la calle de la Reja, situada al pie del montículo rocoso sobre el que se alza el Castillo.


10_Castillo.
El panel del recinto amurallado correspondiente al Castillo se halla en la calle de la Reja, junto al acceso a la fortaleza habilitado en la ladera occidental, próximo al de la Iglesia-fortaleza. Como el resto de paneles, a la izquierda posee unos dibujos (planta y alzado) del castillo y dos imágenes panorámicas, y un texto a la derecha:
  • El Castillo se ubica al este de la población sobre el promontorio rocoso que surge del valle del Ebrón. Es el principal edificio del conjunto defensivo junto con la Iglesia-Fortaleza y la Torreta, y desde su origen ha sufrido múltiples transformaciones que van desde el s. XIII tras la conquista cristiana hasta el s. XIX, cuando es fortificado con motivo de la I Guerra Carlista. Tras diversas fases de uso y abandono, en 1840 es dinamitado por orden de Isabel II sirviendo de cantera y entrando en estado de ruina progresiva. Tras las últimas excavaciones pueden apreciarse diferentes partes, sobre todo aljibes y estancias de la celoquia (parte más alta y protegida del castillo), así como distinguir los diferentes recintos que lo formaban. Los materiales utilizados en su construcción son tapiales de tierra, cal y piedras, así como muros de mampostería en fases más recientes. La única documentación gráfica existente es un plano de 1840, dibujado por las tropas isabelinas sobre las fortalezas carlistas.
Ciertamente, el Castillo de Castielfabib se alza sobre un promontorio rocoso de gran potencia y planta alargada (orientación norte-sur) al este de la población, dominando el caserío y el paso del río Ebrón. El solar donde asienta la fortaleza constituye un lugar de dominio privilegiado, desde donde se divisan amplios horizontes. El naturalista Antonio Josep Cavanilles (1745-1804), en su excursión de Vallanca a Castielfabib (principios de septiembre de 1792), refiere que subió hasta las ruinas de la fortaleza, y desde lo alto describe el amplio panorama que observa: desde los montes de Tormón y El Cuervo al norte hasta los montes de Puebla de San Miguel y la Serretilla al sur.[5] Nada escapa a la aguda mirada de ilustrado botánico valenciano.


Vista parcial (noroccidental) de la Iglesia-fortaleza y muros del castillo de Castielfabib (Valencia), con detalle del campanario (2019).

Castielfabib (Qastil habib) era ya un lugar de moros en el siglo XII, su castillo (hisn) viene citado en la crónica del cartógrafo y geógrafo ceutí al-Idrisi (1100-1166).[6] En el momento de la conquista cristiana por Pedro II de Aragón (1210) se hallaba ocupado por los almohades dependientes de la taifa de Valencia, gobernada por Zayd Abu Abd Al·lah (1190-1213).

De hecho, la estructura del castillo de Castielfabib responde a la típica organización musulmana que describe Pierre Guichard (2001), basada en dos elementos funcionales: el albacar (zona de refugio temporal para los moradores de la villa, sus pertenencias y ganados) y la saluqiya (elemento mejor fortificado), que los cristianos denominarán “celoquia”.[7] Tras la conquista, los cristianos no debieron hacer grandes modificaciones estructurales, aunque es de pensar que harían reparaciones y obras nuevas, pues dos siglos y medio después de la conquista (en 1452), con ocasión de ciertas obras en la fortaleza, los cristianos siguen utilizando la misma terminología para referirse a las partes principales del castillo.[8] Los materiales empleados en su construcción fueron tapiales de tierra, cal, piedras, y en fases posteriores, mampostería. Se trata de un castillo táctico-estratégico, de planta irregular, adaptado al terreno. Los muros que circundan en casi todo su perímetro responden a fábricas variadas, ello hace pensar que fueron construidos en distintos momentos históricos.

Vista parcial (suroccidental) de la Iglesia-fortaleza y murallas del castillo de Castielfabib (Valencia), 2019.

El acceso al castillo se halla en la vertiente occidental, subiendo por la calle de la Reja -aunque las escalas y barandas actuales son obra reciente. Por dicho acceso, sin embargo, resulta poco probable que pudieran subir caballerías, incluso las personas tendrían dificultad. Es de pensar, pues, que habría algún sistema de acceso, como escaleras o rampas de madera en este punto, que podrían retirarse en un  momento dado. Lo más probable es que hubiera otro acceso que permitiera el acceso de animales, incluso de carros, esto es, pasando por el túnel del Carrerón y circundando la actual sacristía (obra de mediados del siglo XIX) y la cabecera del templo, y siguiendo por la base de la torre-campanario. Hay un dato documental que puede ayudar a comprender el asunto, se trata del registro por el que Alfonso el Benigno (1327-1336) concede permiso a los clérigos del lugar de Castielfabib para construir una torre nueva, cerca de la puerta del castillo, con címbalos y platillos y campanas, la cual debía servir a la defensa del castillo y ser erigida a expensas de las primicias del lugar (17 de febrero de 1333).[9] El hecho de la construcción de aquella torre ayudaría a entender que el acceso principal del castillo era por esta parte, es decir, por el Carrerón y la Villa Vieja.  

Se han conservado muchos documentos de los siglos XIII, XIV, XV y XVI relativos a obras de reparación en el castillo de Castielfabib, así como referencias a los materiales empleados, y a sus alcaides. Uno de los últimos fue don Francisco (Garcés) de Marcilla y Coalla, que tuvo la castellanía o alcaldía perpetua del castillo en 1540 -por concesión del emperador Carlos I de España y su madre la reina doña Juana.[10] Por otras fuentes sabemos que a principios del siglo XVI (1505) el castillo de Castielfabib se hallaba ya en franco deterioro, y sin uso de tiempo atrás, de ahí que surja la pregunta, ¿cómo es posible que a mediados del mismo siglo se le concediera la "castellanía perpetua" a don Francisco (Garcés) de Marcilla y Coalla si el castillo ya no tenía ninguna función? La respuesta podría ser que se trataba de un título honorífico, aunque quizá con remuneración.

Detalle de lienzo de muralla del castillo de Castielfabib (Valencia), correspondiente al sector suroccidental (2019)

Destaca el texto del panel que “La única documentación gráfica existente (del Castillo) es un plano de 1840, dibujado por las tropas isabelinas sobre las fortalezas carlistas”. Se refiere al grabado del citado militar italiano -Manfredo Fanti- sobre los fuertes carlistas, conservado en el Centro Cartográfico del Ejército. El dibujo de la izquierda corresponde a la planta del Castillo e Iglesia-fortaleza; en la parte derecha, el situado arriba corresponde a una vista (suroccidental) del Castillo y el de la parte inferior responde a una sección transversal. Según se explica en el panel, la imagen del castillo que podemos observar en los planos “corresponde al aspecto que tendría la fortificación tras la reedificación” llevada a cabo por los carlistas, desconociéndose el que tendría la fortaleza medieval; no obstante, las modificaciones llevadas a cabo por los carlista no debieron ser importantes, dada la urgencia en llevar a cabo las obras. Tomada la villa por las tropas liberales (cristinas o isabelinas), las construcciones realizadas por los carlistas fueron dinamitadas. Desde los años cuarenta del siglo XIX el castillo de Castielfabib fue deteriorándose, por efecto de la utilización del lugar como cantera, y por el paso del tiempo. Lo mismo sucedió con los muros y torreones de la antigua muralla medieval, que fue desmantelados, reaprovechando sus sillares para otros usos, esto es, para viviendas, corrales, descubiertos.


Detalle de lienzo de muralla del castillo de Castielfabib (Valencia), correspondiente al sector suroccidental (2019)
Las últimas excavaciones llevadas a cabo en el recinto arqueológico del Castillo pusieron de relieve algunos recintos de la fortaleza, particularmente los aljibes y estancias de la celoquia, parte más alta y fortificada.



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Detalle de asientos en el Mirador de la Peña Garrate (Castielfabib, Valencia), un descanso en el recorrido del recinto amurallado (2019).



Palabras finales, a modo de epílogo.
El recorrido por el recinto amurallado de Castielfabib constituye una experiencia altamente estimulante, además de formativa, en relación con la historia de la villa y su peripecia bajo medieval y moderna. Los paneles están diseñados de forma muy didáctica, ilustrando sobre cada punto del recorrido, destacando detalles y elementos de particular interés.

Cabe alabar públicamente la idea de haber construido este recorrido, al tiempo que reconocer el esfuerzo del Ayuntamiento por ejecutarlo. Físicamente, el tramo más costoso de superar es el de la ladera septentrional, correspondiente al Torreón del Hospital (panel 03) y el acceso a La Torreta (panel 04), que ha debido ser también el más gravosos económicamente -por el empleo de escaleras de metal, barandas… empleados en su acondicionamiento. En cualquier caso, el esfuerzo y los medios empleados han merecido la pena, pues permiten llevar a cabo el recorrido de forma relajada, cómoda y amable.

El trayecto por el recinto amurallado nos permitirá encontrar además varios puntos de valor añadido, como son los miradores -particularmente el monumental "Mirador El Moral" y el no menos espectacular  "Mirador de la Peña Garrate"- sobre los que merece la pena detenerse para comprender el ámbito urbano en el que se desarrolla el proceso histórico, y su paisaje. En la Peña Garrate se halla el Punto de Interpretación cultural y paisajístico, desde el que se puede observar parte del itinerario de las Huellas del Ebrón, la Vega Zaragoza, el camino del Hituelo, las Hoces del Ebrón, las ruinas del Convento de San Guillermo... hasta el partidor de la Central Hidroeléctrica y Los Santos, con la Sierra de Javalambre cerrando el horizonte al levante.


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Detalle de ladrillo cerámico correspondiente al callejero de Castielfabib (Valencia), el nombre de la calle alude a un postigo (paso) en el recinto amurallado de la villa (2019).

Para realizar este itinerario cultural hay que tener en cuenta varias cuestiones: lo primero elegir el momento del día -para unos puntos es mejor hacerlo con luz matinal, mientras que para otros es mejor verlos con luz vespertina-; quizá no podamos elegir el momento del día, pero si nos decidimos, hacerlo sin prisas. Y puestos a consejar, siempre resultará conveniente, incluso para los lugareños y comarcanos, buscar un guía que nos haga el comentario de lo que no suele explicarse en los paneles ni en un artículo. Este es un servicio que deberían proveer los puntos de información turística de la comarca, un guía para senderos, paisajes y lugares históricos.

En suma: el recorrido por el recinto amurallado de Castielfabib constituyen el mejor ejemplo de lo que puede hacerse por el Rincón de Ademuz, que es hacerlo visible (señalizarlo, mostrarlo, divulgarlo) mediante proyectos sencillos, prácticos y bellos. Mi más sincera enhorabuena al Ayuntamiento de Castielfabib, y a todos los que han hecho posible. Vale.





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[1] SÁNCHEZ GARZÓN, 2001: 124-126.
[2] MADOZ, 1847: 167.
[3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2009). Emilio Jarque Fornas (Castielfabib, 1914), la persistencia de la memoria: recuerdos -evocaciones y remembranzas- de un castielfabiense nonagenario, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. III, pp. 101-115.
[4] VEGAS, Fernando (2001). Memoria construida. Arquitectura tradicional del Rincón de Ademuz, con ensayos de Camilla Mileto y Marina Zuccolotto. Dibujos de los alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia, Valencia, p. 42.
[5] CAVANILLES, Antonio Josep (1797). Observaciones sobre la hitoria natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reino de Valencia, Madrid, vol. II, párrafo 103, p. 75.
[6] LÓPEZ ELUM, Pedro (2000). Los castillos valencianos en la Edad Media (Materiales y técnicas constructivas), Biblioteca Valenciana, Valencia, vol. I, p. 85. Citado por Jose RUEDA (2002). Dos castillos medievales: Ademuz y Castielfabib, en revista Ababol 31 (2002), p 28.
[7] GUICHARD, P (2001). Al-Andalus frente a la conquista cristiana: los musulmanes de Valencia (siglos XI-XIII), Universidad de Valencia, Valencia.
[8] RUEDA, 2002: 29.
[9] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). El toque de campana, sonido rural por excelencia, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. I, pp. 101-104.
[10] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). Carlos V, el emperador, y su madre la reina doña Juana la Loca: Concesión a don Francisco (Garcés) de Marcilla y Coalla de la alcaldía perpetua de Castielfabib (1540), en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. I, pp. 305-306.

REFUGIOS ANTIAÉREOS LABRADOS DURANTE LA GUERRA CIVIL (1936-1939) EN TORREBAJA, VALENCIA.

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A propósito de los planos hallados en el Archivo General Militar de Ávila (AGMA).




Venga, muchachos, al refugio, que son aviones fascistas…
-y todos nos fuimos hacia el refugio.
Entramos justo en el momento que estallaba una bomba que cayó allí mismo.
La metralla no nos alcanzó de milagro, porque la entrada hacía recodo,
pero a varios el estampido nos tiró al suelo…
-Del contenido textual-.









Palabras iniciales, a modo de justificación.
En noviembre de 2018, con motivo de las obras de pavimentación realizadas en Torrebaja (Valencia) en torno de la iglesia parroquial (calle Arboleda, calle y plaza de la Iglesia y comienzo de la calle del Rosario), se descubrió la entrada de un antiguo refugio antiaéreo labrado durante la última guerra civil (1936-1939).[1] El hallazgo constituyó una sorpresa para una parte del vecindario, aunque se tenía constancia testimonial y bibliográfica de su existencia.[2]

El objeto del presente trabajo es exponer y comentar los planos y croquis de los refugios antiaéreos labrados en la localidad por el Batallón de Obras y Fortificación n.º 18 del XIX Cuerpo de Ejército, según la documentación hallada en el Archivo General Militar de Ávila (AGMA).

La documentación objeto de exposición se basa en cuatro planos (planta y sección), tres de los documentos se interpretan como correspondientes al refugio de la iglesia parroquial, mientras que el cuarto registro parece referirse al refugio de San Roque, situado en “las faldas de la colina detrás del Taller de reparación de autos”. Propiamente, sin embargo, hubo dos refugios más: uno al inicio de la actual calle de Valencia (entonces zona de cultivo), denominado “el bunker” y otro junto a la carretera N-420, frente al Hospital de Sangre.[3]

Los planos y croquis corresponden a la comandancia principal de ingenieros del XIX Cuerpo de Ejército, que junto con el XIII Cuerpo de Ejército formó el Ejército de Levante, creado el 19 de agosto de 1937. El primer comandante del XIX cuerpo de Ejército fue don Manuel Eixea Vilar (1881-1939), militar de profesión que lo comandó desde su formación el 2 de agosto de 1937 hasta el 15 de noviembre de 1937, fecha en que fue sustituido por don Joaquín Vidal Munárriz (1882-1939), su segundo comandante, asimismo militar profesional que lo fue hasta el final de la guerra. Ambos jefes militares republicanos, de probable orientación comunista, fueron fusilados al término de la contienda civil.[4]



Plaza de la Iglesia en Torrebaja, con la iglesia parroquial a la derecha y la calle Arboleda al fondo, por donde discurre la galería occidental del Refugio antiaéreo de la Iglesia (Torrebaja, 2019).


Registros documentales.
Los registros documentales se hallan en el Archivo General Militar de Ávila (AGMA) y responden a las siguientes signaturas y descripciones:

1] AGMA, M.2102,15: Plano comandancia principal de ingenieros del XIX Cuerpo de Ejército sobre proyecto de refugio n.º 2 en Torrebaja (Valencia).

2] AGMA, M.2102,16: Croquis de la comandancia principal de ingenieros del XIX Cuerpo de Ejército sobre proyecto de refugio en Torrebaja (Valencia).

3] AGMA, M.2102,17: Croquis de la comandancia principal de ingenieros del XIX Cuerpo de Ejército sobre proyecto de refugio en Torrebaja (Valencia).

4] AGMA, M.2102.18: Croquis del Batallón de Obras y fortificación n.º 18 del XIX Cuerpo de Ejército sobre proyecto de refugio antiaéreo para 250 personas en Torrebaja (Valencia).


Comentario a los planos y croquis de los registros.
El primer registro [AGMA, M.2102,15] responde al epígrafe “Refugio n.º 2 Torrebaja”, contiene un plano (Escala 1/200) correspondiente a la parte nororiental de la población, y representa el esquema del refugio antiaéreo en planta y su situación respecto del caserío:



Plano del Refugio antiaéreo de la Iglesia en Torrebaja, labrado durante la Guerra Civil Española (1936-1939), con detalle de las galerías  (Archivo General Militar de Ávila: AGMA, M.2102,15).


En orientación septentrional, de poniente a levante:
-Calle que baja de la carretera (San Roque), Plaza del Ayuntamiento (entonces de Ramón y Cajal) y prolongación hacia la calle de la Fuente (actual calle Fuentecillas), en cuya margen oriental se representa la caseta de la Luz (antiguo transformador).

En orientación meridional, de poniente a levante:
-Calle Pablo Iglesias (se refiere a la calle del Rosario), que atraviesa la calle Arboleda y se prolonga por el callejón de la Iglesia y la calle Pedro Arnalte (que grafía Amalte, actual calle Fuente), continúa hacia La Replaceta (actual plaza Rey Don Jaime) y la calle del Cantón, en cuya margen oriental dibuja el talud que mira la partida del Rento, en la margen derecha del Turia.

Cabe decir que la calle Arboleda comunicaba (y comunica) la plaza del Ayuntamiento con la actual plaza de la Iglesia, aunque entonces formaba una sola calle. El antiguo templo se hallaba sobre el mismo solar que el actual (aunque ocupando una menor superficie), entre la calle Arboleda, el callejón de la Iglesia (actual calle de la Iglesia) y la calle Pedro Arnalte (actual calle de la Fuente), aunque en distinta orientación: mientras el antiguo se orientaba de este(pies) a oeste(cabecera), el actual se oriente de norte(pies) a sur(cabecera). La entrada principal del viejo templo (que poseía una torre a los pies, lado de la epístola) miraba al levante, aunque solo se utilizaba excepcionalmente. La entrada habitual estaba en la fachada meridional, lado del evangelio. Esta fachada meridional se hallaba circundada por un pasillo con cancela (denominado paso de los Pilones) que comunicaba la calle Arboleda (actual plaza de la Iglesia) con la calle Pedro Arnalte (actual calle Fuente), dicho paso correspondía al solar de un antiguo cementerio.

El croquis del refugio comienza en la calle Arboleda, donde se representa una entrada con escaleras, que se prolonga por la misma calle, atraviesa la calle de Pablo Iglesias (actual calle del Rosario) y continua hacia el fondo de la calle (actual calle de la Iglesia), donde había otra entrada al refugio. Asimismo, al llegar a la altura de la calle del Rosario la galería se prolongaba hacia el este mediante una galería que discurre por debajo del callejón de la Iglesia (actual calle de la Iglesia), con un desnivel del 18%. Dicha galería pasa por debajo de la calle Pedro Arnalte (actual calle Fuente) y se prolonga hacia la Replaceta (actual plaza Rey Don Jaime). Bajo la Replaceta, las galerías del refugio dibujan un rectángulo (orientado de norte a sur), con dos salidas/entradas que se dirigen al este, por debajo del muro que sujeta la barbacana de la Replaceta. Las galerías atraviesan la calle del Cantón y salen al talud del Cantón. El esquema denomina “Entrada A” a la situada al norte y “Entrada B” a la situada al sur.

Cabe observar que la galería que une la calle Arboleda con la Replaceta discurre por el centro de la actual calle de la Iglesia (entonces callejón de la Iglesia), profundizándose con un fuerte desnivel (18%). En ningún momento la galería pasa por debajo del antiguo templo, sino bajo el denominado callejón, paralela a la fachada septentrional, lado de la epístola.

En el margen inferior izquierdo el plano contiene una nota que dice. “Todo en galería de 2ª debido a la poca consistencia del terreno”. Propiamente, se trata de un terreno arcilloso muy húmedo. Otra nota incluida en el rectángulo situado bajo la Replaceta dice: “Cabida para 350 personas incluidas galerías”.

Según el testimonio del vecino José Miguel Gómez (Torrebaja, 1933), en la parte meridional de la galería de la calle Arboleda (al fondo de la actual plaza de la Iglesia), este refugio poseía otra entrada, por la que se accedía a otra galería que iba en dirección este, paralela a la que discurría por el callejón de la Iglesia. Ello significa que dicha galería pasaría por debajo del viejo templo y/o "paso de los Pilones" (solar de un antiguo cementerio), en dirección a la Replaceta. La existencia de esta otra galería explicaría la afirmación del arquitecto (Luis Gay Ramos) que diseñó el nuevo templo, cuando dice en la memoria del proyecto (1949):

  • Los daños de guerra que sufrió el Templo Parroquial fueron totales pues a parte de su devastación e incautación primero, padeció los impactos directos y los no menos graves de los refugios./ De construcción deficiente aunque no muy antigua, el emplazar un refugio en su subsuelo e inmediaciones ha ocasionado por último su destrucción total, dado que las filtraciones y derrumbamientos interiores provocaron asientos y corrimientos que abrieron precipitadamente las grietas existentes en las bóvedas, desplomaron el muro de fachada y se aceleró la descomposición de sus muros laterales principalmente en las partes bajas y esquinas, haciendo inútiles los refuerzos de unos machones que también por impactos directos se habían derrumbado parcialmente durante la guerra.[5]


De haber existido esta segunda galería podría decirse que el proyecto inicial del refugio se modificó con respecto al inicial que puede verse en el plano. En cualquier caso, resulta poco probable que el arquitecto del nuevo templo conociera estos planos militares, pero sí conocería de primera mano la realidad del refugio, pues cuando se proyecto el nuevo templo apenas habían pasado diez años del fin de la guerra civil y muchos vecinos del pueblo pudieron prestar su testimonio directo acerca de la estructura del refugio.

El segundo registro [AGMA, M.2102,16] responde al epígrafe “Refugio de Torrebaja”, contiene un corte vertical-longitudinal del refugio en su trayecto por el callejón de la Iglesia, en dirección a la Replaceta. El túnel parte de la zona central del callejón y se desvía progresivamente hacia el extremo norte (alejándose del templo), de forma que al situarse bajo la Replaceta grafía se halla en esta orientación. El corte muestra la estrada a las galerías que forma el rectángulo bajo la Replaceta, y el de salida por el talud (Entrada A), así como la distancia en metros hasta la superficie: 9,50 metros sobre la primera galería, 9,30 metros sobre la segunda (antes del escalón de la barbacana) y 7,30 metros sobre la galería de salida (sobre la calle Cantón). La totalidad del trazado de la galería figura entibado (techo), con tablas en los laterales.



Croquis del Refugio antiaéreo de la Iglesia en Torrebaja, labrado durante la Guerra Civil Española (1936-1939), con detalle de las galerías  (Archivo General Militar de Ávila:AGMA, M.2102,16).



El tercer registro [AGMA, M.2102,16] responde al epígrafe “Refugio antiaéreo en Torrebaja/ Capaz para 260 personas.” En el margen superior derecho del documento dice: “Batallón de Obras y Fortificación n.º 18” . El plano (Escala 1:100) contiene dos representaciones, la de la izquierda muestra la planta de la estructura del refugio existente bajo la Replaceta, que presenta forma rectangular de 7,00x4,00 metros circundada por una galería de 1,00 metro de ancho en los laterales y 1,50 metros en la parte posterior (occidental), con las entradas/salidas en la parte oriental. En dicha parte oriental se representa el muro de la barbacana de la Replaceta, mientras que en la parte opuesta, bajo la fachada de Iglesia puede verse una amplia galería de 2,00 metros de ancho que posee una chimenea de ventilación en el extremo izquierdo (meridional), mientras que en el extremo septentrional posee un recodo de 1,00 metro de ancho. Esta galería posterior (bajo la línea de fachada del templo) se comunica con la galería rectangular mediante un paso de 2,00 metros de longitud. Mediante una línea discontinua situada en la galería meridional se representa la sección A-B que figura en la parte derecha del plano.

En la parte derecha del plano se dibuja la Sección A-B con la representación de la Iglesia (poniente-derecha) y el muro de la barbacana de la Replaceta (oriente-izquierda). Por debajo del plano del suelo aparece la galería longitudinal situada bajo la línea de fachada del templo y la galería (2.00 metros de altura) bajo el muro de la barbacana con la salida al talud por debajo de la calle Cantón. El plano en cuestión demuestra que ciertamente bajo la línea de la fachada de los pies del antiguo templo parroquial se labró una amplia galería, siguiendo el trazado de la calle de Pedro Arnalte (actualmente, calle Fuente).



Croquis del Refugio antiaéreo de la Iglesia en Torrebaja, labrado durante la Guerra Civil Española (1936-1939), con detalle de las galerías  (Archivo General Militar de Ávila:AGMA, M.2102,18).


El cuarto registro [AGMA, M.2102,17] responde al epígrafe “Refugio para 150 personas en Torrebaja”/ Situación, (sobre) las faldas de la colina/ detrás del Taller de reparaciones de autos.” Se trata de un plano en planta (Escala 1/100), en el que presuntamente se representa el refugio de San Roque, por estar situado en el talud oriental de la Ermita de San José (entonces término de Castielfabib). La planta del refugio tiene forma de herradura, con dos entradas; en la situada en la parte de derecha se anota “cortina contra gases”; asimismo, en el ángulo que hace la entrada, en la parte rectangular, se dice: “Esclusa desinfección gaseados. Mampara”. Las entradas tienen una anchura de 1,00 metro, se profundizan 1,50 metros y hacen un ángulo recto de 2,00 metros, adentrándose 5,00 metros en el interior del talud, hasta dar con una galería longitudinal de 20,00 metros de largo por 2,00 metros de ancho paralela al talud que comunica ambas entradas. Dato curioso es que la pared del fondo de la galería hace cinco entrantes a modo de alcobas o habitaciones, dos de 2,00x2,00 metros y uno central de 3,00x2,00 metros. En suma, el refugio alcanza una profundidad de 10,50 metros, siendo la galería del fondo de 20,00 metros de larga.



Croquis del Refugio antiaéreo de San Roque en Torrebaja, labrado durante la Guerra Civil Española (1936-1939), con detalle de las galerías  (Archivo General Militar de Ávila: AGMZ, M.2102,17).


Testimonios locales relativos a los refugios antiaéreos de Torrebaja.
La bibliografía recoge abundantes referencias y testimonios a los refugios antiaéreos labrados en Torrebaja durante la guerra civil. En una publicación de 2008, escribí:

A lo largo de la contienda, aunque resulta improbable que fuera antes de la batalla de Teruel [1937, diciembre-1938, enero], dado que hasta dicha fecha el frente era prácticamente inactivo, se construyeron diversos refugios antiaéreos en Torrebaja. El peso de los trabajos parece que lo llevaron los soldados, aunque colaborando la población civil, en forma de concejalas. La dirección de las obras corrió a cargo de los oficiales de ingenieros (Obras y Fortificaciones), aunque no estaba documentado. Veamos la ubicación y características de cada refugio:

1Refugio de la Iglesia: se labró al sureste, bajo la iglesia parroquial (Santa Marina V.), y tenía dos entradas: una por la calle Arboleda, esquina con la del Rosario, y otra hacia levante, en el terraplén del Cantón, sobre el que recae la barbacana de la Replaceta. De esta forma, la galería discurría bajo la placeta (actual plaza Rey Don Jaime), atravesaba la calle Fuente y continuaba bajo la parroquial (convertida en almacén de intendencia) y plaza de la Iglesia, viniendo a salir a la citada confluencia de la calle Arboleda con la del Rosario; había unas escalerillas con atoques de madera y estructuras laterales de cemento, protegidas en su parte superior por una baranda de tablas. Además de por los vecinos, dicho refugio fue utilizado por los niños y niñas de las Escuelas Nacionales, sitas en las Casas Consistoriales.[6] La reseña puede completarse con la documentación aportada arriba, procedente del Archivo General Militar de Ávila.

2El Bunker: se construyó con cemento armado, al noreste de la localidad, ubicándose a la mano izquierda del comienzo de la actual calle de Valencia, prolongación de la de Zaragoza, entonces zona de huertos. [...] parcialmente bajo tierra, poseía cuatro paredes de cemento armado y techumbre del mismo material, en forma de pirámide a cuatro aguas, la única parte que sobresalía del nivel del suelo. La entrada hacía un zigzag, poseyendo una gran superficie interior. Dicho refugio se hallaba en las proximidades de los edificios donde estaban las principales oficinas de administración y transmisiones del mando militar, que ocupaban varias viviendas de la calle san Roque. Puede decirse que era un “refugio castrense”, aunque cualquiera que acudiera podía acogerse a su protección.

3Refugio del Hospital: se levantó al nordeste, en la carretera de Cuenca-Teruel (sobre el solar del actual Hotel Restaurante Emilio), frente al Hospital de Sangre de la plaza militar. Dicho cubículo poseía resguardos laterales de cemento, formando una serie de pasillos en forma de siete, con una superficie de unos tres metros de ancho por quince o veinte de longitud; la techumbre estaba basada en troncos de pino y tierra, dispuesta en varias capas. En nota al pie se dice: Valga decir que los troncos de la techumbre del refugio procedían de los pinares de El Rodeno. Los bajaron por las trochas de arrastre que había en Mas de la Cabrera (Tramacastiel), colaborando en el evento Constantino Aparicio Aparicio (1907-1992), vecino de Torrebaja nacido en Mas del Olmo (Ademuz). Durante la contienda se utilizó gran cantidad de madera en la zona, tanto para las necesidades de cocina y calefacción como para la construcción de elementos defensivos y táctico-estratégicos (puentes, pontones, trincheras, parapetos, refugios…). Dicho refugio, que poseía dos entradas, que daban a la carretera, servía para cobijo del personal sanitario y de servicios del hospital, pacientes y vecindario aledaño.

4Refugio de San Roque: se labró en las Eras, barrio de Los Pajares (Castielfabib), al noroeste del caserío, bajo la Ermita de San Roque, aprovechando las capas arcillosas del terreno. Disponía de tres entradas: dos de ellas se abrían en el terraplén de levante, hallándose la otra bajo la escalinata que conduce a la ermita desde la Era Grande. Las bocas abiertas al pie del terraplén tenían forma cuadrangular y eran de gran tamaño, siendo la otra menor. Tenía el techo parcialmente entibado con tablas a modo de tabicas y tablones, que se sujetaban mediante troncos dispuestos cada trecho, junto a los muros laterales.

El emplazamiento de cada refugio dice de la estratégica disposición de los mismos, para dar cobijo al vecindario de cada barrio. Asimismo en cuanto a su número, que refleja la abundante población que habitaba el lugar. Hemos de pensar que, además del vecindario censado, en Torrebaja había muchas personas desplazadas por la guerra (refugiados, gente de paso), además de los militares, milicianos y personal de servicios. Muchos de los desplazados procedían de la capital turolense, evacuados por el ejército popular en las primeras semanas de enero (1938), tras la toma de la ciudad y antes de la contraofensiva nacionalista, y ocupaban muchos pajares.


Calle de la Iglesia en Torrebaja, con la iglesia parroquial a la derecha y la Replaceta (plaza Rey Don Jaime) al fondo, por donde discurre la galería septentrional del Refugio antiaéreo de la Iglesia (Torrebaja, 2019).


Plaza Rey Don Jaime (Replaceta) en Torrebaja, con la barbacana al fondo, donde se halla la estructura principal del Refugio antiaéreo de la Iglesia (Torrebaja, 2019).



Asimismo, existen referencias a los distintos refugios recogidas entre el vecindario:

Esteban Giménez Manzano (Torrebaja, 1922), hijo de Secundino y de Ramona:
  • El bombardeo del día 26 de noviembre (de 1938) me pilló en la puerta de mi casa, en la calle Cantón [...]. Resulta que al oír el ruido de las ametralladoras y el estallido de las bombas, en vez de entrar en casa y ponerme bajo el hueco de la escalera –lo que decían que debía haber hecho- se me ocurrió ponerme detrás del edificio, pegado a la pared. Y nos echamos al suelo, junto a una fuentecilla que había, porque íbamos mi hermano pequeño, Abel, y yo. Pero a mí me alcanzó la metralla en un codo... Si me llega a pegar en la cabeza me hubiera quedado allí. A mi hermano no le pasó nada... Mi madre, que había ido a echarles a los animales, también se tiró a tierra, pero resultó herida en una pierna. Al verme herido y lleno de sangre me fui al hospital: Sí, yo solo y andando... Mi hermano, que entonces tenía 10 años, se fue corriendo, a buscar a mi madre. Me fui por la calle Cantón arriba y al pasar por el refugio de la Replaceta unos soldados, al verme herido y sangrando me cogieron, y poniendo sus brazos en forma de silla me llevaron al hospital, subiendo por los huertos que hay encima la fuente de los Pobres. Allí me atendieron los médicos, que me decían: ¡Sé valiente, chaval, sé valiente...! Enseguida vino mi madre, y vio que estaba herido en un brazo...[7]


Armando León Valero (Vallanca, 1924), hijo de Justo y de Vicenta:
  • [Referencias al bombardeo de Torrebaja de 26 de noviembre de 1938] Desde La Porcal me subí al Hospital de Sangre, donde la gente acudía con heridos o preguntando por familiares, amigos o vecinos. Unos iban andando, a otros los llevaban en camillas, seguramente muertos... Yo iba buscando a mi madre y Carmen, la hija del tío Roque el Manzanero, me dijo que mirara en el refugio de san Roque. Así que me fui corriendo, carretera adelante, hasta la cuesta de las Eras, por donde subí al refugio. Y allí estaba... Al verla me abracé a ella, llorando de emoción y alegría. Mi madre también me abrazó con fuerza, entre risas y lágrimas, ya puedes imaginar la angustia que pasamos...[8]


Roque Tortajada Gimeno (Torrebaja, 1925), hijo de Roque y de Carmen:
  • Enfrente mismo del hospital, más o menos por donde está ahora el aparcamiento del restaurante “Emilio”, construyeron un refugio. Tenía las paredes (laterales) y el techo de cemento y encima había varias hileras de pinos –una hilera cruzada con respecto de la anterior- alternando con capas de tierra. El refugio era para el personal del hospital y para los enfermos, los que podían moverse. En cuanto sonaban las sirenas la gente iba corriendo al refugio, pero muchos pacientes se quedaban en el hospital, porque no podían andar o por lo que fuera, pero allí se quedaban... [...] los pinos del refugio los trajo el tío Constantino, que fue albañil, padre de Daniel y Julio. Una vez me fui con él a Bezas, un pueblo de Teruel. Tenía un camión ruso, de los que había entonces. Y estando allí, la aviación comenzó a ametrallarnos... El tío Constantino, pobre, me cogió y me tapó con su cuerpo, temiendo me pasara algo. No pasó nada, pero ya no quiso que volviera a subir con él... No, yo no pasé miedo, aunque estaba debajo suyo sacaba la cabeza y miraba pasar los aviones... Pero él si que padeció, porque parece que la cosa fue seria. En el hospital no cayó nunca ninguna bomba, pero sí cerca... Por esos huertos encima de la fuente de los Pobres cayeron dos.[9]

Calle de la Iglesia en Torrebaja, con la iglesia parroquial a la izquierda y la calle del Rosario al fondo, por donde discurre la galería septentrional del Refugio antiaéreo de la Iglesia (Torrebaja, 2019).


Calle del Cantón en Torrebaja, con el muro de la barbacana de la Replaceta  a la derecha, por donde discurren las galerías de las salidas orientales del Refugio antiaéreo de la Iglesia (Torrebaja, 2019).


Manuel González Tregón (Torrebaja, 1928), hijo de Daniel y de Justa:
  • En casa de los Pitos estaba el Estado Mayor del ejército, allí había una sirena que tocaban cuando venía la aviación; en cuanto sonaba todos íbamos al refugio. Sí, parece que en el Puntal (del Mediero) había un observatorio, y desde allí avisaban cuando venían los aviones: entonces hacían sonar la sirena... A mí el bombardeo (de Torrebaja de 26 de noviembre de 1938) me pilló en el refugio del Cantón, que estaba bajo la Iglesia. Íbamos varios muchachos jugando cuando empezaron a sonar las sirenas y alguien dijo: Venga, muchachos, al refugio, que son aviones fascistas… -y todos nos fuimos hacia el refugio. Entramos justo en el momento que estallaba una bomba que cayó allí mismo. La metralla no nos alcanzó de milagro, porque la entrada hacía recodo, pero a varios el estampido nos tiró al suelo... Si, nos libramos de milagro.../ A mi madre el bombardeo la pilló en el refugio de san Roque y en cuanto pudo bajó corriendo a la plaza, a buscarme: ¡Ay, mi Manolico, mi Manolico...! -decía la pobre. Y yo buscándola a ella, hasta que nos encontramos... Nosotros vivíamos en la calle Rosario, poco más arriba del callejón del Horno, donde cayeron algunas bombas. ¡Cómo sería el estampido de las bombas! Fíjate que tiró al suelo una Virgen del Carmen que tenía mi madre en una repisa de su alcoba, y se le rompió un bracito a la imagen... Esa noche, como teníamos miedo de que volvieran los aviones, fuimos a dormir al refugio de arriba, que estaba bajo la ermita de san Roque; porque en el de abajo había mucha humedad... Claro, el refugio de la iglesia estaba bien apuntalado con troncos, por los lados y el techo, pero al final las maderas se pudrieron de tanta humedad. El de san Roque también estaba entibado, pero allí no había agua y la madera se conservó; después de la guerra la gente se la fue llevando...[10]


 Daniel Aparicio Sánchez (Torrebaja, 1941), hijo de Constantino y de Carmen:
  • Mi padre, […] tenía un camión y se dedicaba al transporte de mercancías. Pero cuando se produjo el bombardeo (de Torrebaja de 26 de noviembre de 1938) estaba arreglando el tejado de la casa de Los Picos, pues él era albañil de profesión, y tenía como ayudante a un soldado que llamaban Cremades. En cuanto empezaron a sonar las sirenas todos bajaron y se fueron al refugio. Pero por alguna razón el soldado se quedó rezagado, apenas unos pasos por detrás de mi padre. Sucedió que poco antes de entrar en el refugio de la iglesia -que tenía una entrada por la calle Arboleda, en la confluencia con la del Rosario-, estalló allí una bomba y lo lanzó contra la pared de la casa de Evaristo el Marianazo, que estaba frente a la boca del refugio. Sí, la casa se hundió y el soldado murió aplastado...[11]


Calle del Cantón en Torrebaja, con detalle del talud por donde emergían las bocas orientales del Refugio antiaéreo de la Iglesia (Torrebaja, 2019).


Calle Fuentecillas en Torrebaja, prolongación septentrional de la calle del Cantón, con detalle del banco neomodernista donde se hallaba el antiguo transformador que el plano general del Refugio antiaéreo de la Iglesia denomina "Caseta de la luz" (Torrebaja, 2019).



Palabras finales, a modo de conclusión.
El presente trabajo se justifica por la aportación de varios planos y croquis hallados en el Archivo General Militar de Ávila (AGMA), relativos a dos de los refugios antiaéreos labrados en Torrebaja durante de Guerra Civil Española (1936-1939).

Los documentos carecen de fecha; estimamos, sin embargo, que pueden datarse con posterioridad a la preparación de la toma de Teruel por las tropas del ejército popular republicano, ya que hasta ese momento la zona meridional de Teruel fue un frente prácticamente inactivo.

Los registros documentales confirman los testimonios recogidos en la bibliografía, en los que se hace referencia directa o indirecta a los refugios antiaéreos construidos en la localidad durante el periodo histórico. Los planos aportan detalles ausentes de los informes recogidos entre el vecindario. En ocasiones, los testimonios se hallan en aparente contradicción con los registros. Por ejemplo, en lo que hace a la galería meridional del refugio de la Iglesia, que discurría por el "paso de los Pilones" (pasillo situado en la fachada meridional del antiguo templo, lado del evangelio, correspondiente al solar de un primitivo cementerio). La explicación puede hallarse en que pudieron haber modificaciones o ampliaciones realizadas sobre la marcha, respecto de los planos y croquis iniciales.

En cualquier caso, los planos y croquis expuestos constituyen documentos de gran valor historiográfico, cuya existencia colabora en el conocimiento de la historia de la Guerra Civil Española en el Rincón de Ademuz. Vale.








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[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Descubierto un refugio antiaéreo de la guerra civil en Torrebaja, Valencia, en Desde el Rincón de Ademuz, del martes 27 de noviembre de 2018.
[2] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2008). Refugios antiaéreos en Torrebaja y otras noticias de la guerra civil (1936-1939), en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, pp. 329-338. ISBN: 978-84-931563-5-0
[3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2009). El Hospital de Sangre de Torrebaja durante la guerra civil española (1936-1939), en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. III, pp. 85-94.
[4] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Don Joaquín Vidal Munárriz, un coronel republicano en Torrebaja (I y II), en Desde el Rincón de Ademuz, del miércoles 14 de diciembre de 2011 y del miércoles 18 de abril de 2018 respectivamente.
[5] SÁNCHEZ GARZÓN (2018).
[6] SÁNCHEZ GARZÓN, 2008, pp. 335-336.
[7] SÁNCHEZ GARZÓN (2009), p. 21
[8] Ibídem, pp. 21-22.
[9] Ibídem, p. 88.
[10] Ibídem, p. 24.
[11] Ibídem, p. 27.

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