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SANTA MARINA VIRGEN, TITULAR DE LA PARROQUIAL Y COPATRONA DE TORREBAJA.

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A propósito de la publicación de “La pasión de Santa Marina, el Monje",
obra de Antonio Díaz Tortajada.




“La pasión de santa Marina es rica en virtudes cristianas y llena de lecciones.
[...] asceta perfecta, que es obediente, orante, humilde, austera,
y que vivió el perdón hasta el extremo”
-La pasión de santa Marina, el Monje(Valencia, 2017),
obra de Antonio Díaz Tortajada-.







Desconozco si el hombre (y la mujer) actuales tienen o no hambre de santidad, afirmarlo o negarlo requeriría un estudio riguroso, largo y costoso. Puedo afirmar, no obstante, que hay mucha gente (hombres y mujeres) que no tienen nada en la cabeza. Me refiero a las personas que viven sin más preocupación: comen a la hora de comer, cenan a la hora de cenar, duermen a la hora de dormir, incluso puede que hagan el amor -pues al fin los humanos somos seres más sexuados que racionales.

Digo esto porque intuyo que hay mucha gente –hombres y mujeres- a los que lamentablemente no les interesa nada, mucho menos la vida de los santos, incluidos los patrones de su pueblo o titulares de su parroquia. Habrá también otros a los que la vida y milagros de los bienaventurados les resulta indiferente –la indiferencia es un grado más en el desinterés, además de ser el mayor de los desprecios-: acaso todos tengan motivos que justifiquen su actitud. No obstante, habrá unos poquitos a los que sí les interesan estas cuestiones, para ellos escribo.

Hace un par de domingos -al terminar la misa dominical- el sacristán de Torrebaja se me acercó con un par de libros diciendo: Esto, de parte de AntonioDíaz... –y me entregó dos volúmenes-. Antonio Díaz –me refiero a don Antonio Díaz Tortajada(Castielfabib, 1947)- es conocido de los lectores de estas páginas como sacerdote, periodista y escritor prolífico,[1]además de amigo. Uno de los libros de referencia –Variaciones sobre el Génesis (Valencia, 2004)- ya lo conocía, el otro –La pasión de Santa Marina, el Monje (Valencia, 2017)- es de reciente publicación. De este último, sin embargo, tenía referencias por las notas manuscritas que me mostró el autor hace unos años, cuando se hallaba en plena investigación.

Ciertamente, los tiempos que nos ha tocado vivir no son propicios para la espiritualidad –aunque quizá sí lo sean, cuestión de apreciación-. Al componer la biografía de san Malaquías, Bernardo de Claraval (1090-1153) escribe en el prólogo de la obra: “siempre ha sido provechoso escribir las vidas gloriosas de los santos para modelo, ejemplo y conocimiento de la vida del hombre (y la mujer) sobre la tierra. [...] Sobre todo, ahora, en nuestra época, que lo pide la falta de santidad y la escasez de hombres auténticos”. Cuando dice “ahora, en nuestra época”, el religioso francés se está refiriendo al siglo XII; sus palabras, sin embargo, vendrían como anillo al dedo para la segunda década del siglo XXI, nuestro tiempo. El abad de Claraval fue un personaje clarividente –perspicaz, sutil, intuitivo- hombre de pensamiento y santidad al que se le atribuyen muchas frases célebre –transcribo una de mis preferidas-: “El desconocimiento propio genera soberbia; pero el desconocimiento de Dios genera desesperación” –versión cristiana del aforismo griego “conócete a ti mismo”, escrito en el pronaos del templo de Apolo en Delfos-.

El libro de Antonio Díaz debiera resultar bienvenido, aunque sólo fuera porque constituye una sugestiva aportación a la vida de Marina Virgen (también, Marina el Monje y Marina de Siria), santa de la tradición maronita (de rito siríaco-arameo), nacida en el antiguo reino de Bitinia-Bithynia (siglo IV-V), ampliamente venerada en la iglesia oriental -a la par que la distingue de otras santas de este nombre-: Marina de Alejandría, Marina-Margarita de Antioquía (la que venció al dragón), Marina de España (Marina de Aguas Santas), Marina de Sicilia (Marina la Siciliana) y Marina del Cister.

Marina-Marino el Monje fue una mujer travestida (disfrazada, encubierta de hombre) que vivió y murió en el monasterio masculino de Qannoubine, situado al sureste de Trípoli (Líbano), en el valle sagrado de Qadisha, cerca del mar, desde donde su veneración se extendió a Jerusalén, Constantinopla, Venecia y distintas zonas de Europa. La confusión de la vida de esta santa con otras del mismo nombre se debe a los traductores y copistas, que la asimilaron a sus propios países y paisajes. Prueba de ello es que la versión griega de su vida da como lugar de nacimiento Bitinia, mientras que la versión copta de Egipto dice que fue Italia. Otros dicen que su patria fue Alejandría, y otros más que Jesusalén (Dromená, 1755).

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Portada del libro "La pasión de santa Marina, el Monje" (Valencia, 2017), obra de Antonio Díaz Tortajada (Castielfabib, 1943).

 
Santa Marina el Monje.
Tradicionalmente, la vida de Marina-Marino el Monje se describe como la de una mujer joven que ingresa en un monasterio masculino por acompañar y cuidar de su padre viudo (sin revelar su identidad a los monjes), para cuyo propósito tiene que vestirse (disfrazarse, travestirse) de hombre, siendo conocido como Marino. Periódicamente debe salir del recinto conventual para llevar a cabo asuntos del monasterio (la iconografía la describe en una carreta tirada por bueyes), en una de estas salidas Marina-Marino es acusado por una joven posadera de ser el padre de su hijo, razón por la que se vio expulsado de la comunidad, debiendo vivir de la caridad a las puertas del convento -otros relatos dicen de una cueva cercana frente al monasterio-, criando a su supuesto hijo. Al morir, cuando se quiso lavar su cuerpo para el entierro, fue descubierta su verdadero género sexual. Obviamente, se trata de una historia difícil de aceptar, debiendo entenderse como un relato cristiano ejemplarizante para las mujeres que deseaban entrar en un monasterio para llevar vida conventual y no podían, en razón de su sexo. De ahí que algunos autores entiendan que se trata de una "pía leyenda romántica" (H. Delehaye, 1905).[2] Existen otros casos similares en los santorales: Anastasia-Andrónico, Eufrosina-Esmaragdo, Sinclética-Doroteo. Diez Canseco la recoge en su Diccionario Universal de Mujeres Célebres (1845), definiéndola como "virgen solitaria de Bitinia", cuya fiesta celebra la Iglesia en 18 de junio, al tiempo que la distingue de otra santa del mismo nombre, "virgen y mártir española", cuya fiesta es el 18 de julio.[3]


Repaso al libro de santa Marina el Monje, a modo de entrevista.
Al hilo de semejante biografía (historia de travestismo e impostura, también de compromiso, amor y caridad) surgen multitud de preguntas que Antonio Díaz Tortajada responde implícitamente con su texto –veamos algunas-:

-- A tenor de la bibliografía existente sobre Marina (Marinos) parece que su vida ha sugestionado a escritores y hagiógrafos a lo largo de los siglo.
  • <Cierto, la vida de santa Marina-Marino ha inspirado a muchos autores, entre los que podría citarte a Jacques (Jacobo) de Vorágine, cuya Leyenda dorada (Leyenda Aurea) incluye la vida de esta santa. A Moubarak Thabet, autor de Marinos: El monje del Monasterio de Qannoubine (en árabe), a Michel Mouawad, autor de El pecado en blanco (en árabe), a Youssef Al-Akoury, autor de Oda a Santa Marina (1641), publicada por León Clugnet en la Revue de l´Chrétien de Oriente, en 1904. También a autores recientes, como F. A. Al-Bustani, autor de La novela de Marinos el monje del Monasterio de Qannoubine y La Marina libanesa: Monje de Qannoubine, 1983 (en árabe)>.

Asimismo, existe una vida de Santa Marina Virgen bajo el título -"Triunfo del amor perfecto, ó los amantes firmes, y virtuosos. Historia Christiana, dividida den tres partes"-, obra de Joseph Manuel Dromená, licenciado, presbítero y abogado de los Reales Consejos, Editada en Madrid, en 1755. Se trata de una biografía novelada y ejemplarizante, paradigma de "historia christiana" con múltiples añadidos respecto del sencillo relato original, aunque conservando lo esencial, incluyendo un contexto histórico, como exige la historiografía moderna.


-- ¿Qué impulsa realmente a Marina a ingresar en la vida monástica?
  • <El fenómeno del travestismo femenino en el marco monástico resulta fascinante, conlleva un gran debate que nos podría llevar a analizarlo individualmente o en grupo... No obstante sus razones particulares –y las distintas formas de travestismo- su propósito es el mismo: Huir del mundo para alcanzar la santidad>.


-- ¿Cuáles eran las características de los monasterios en el siglo IV-V como para que no fuera descubierta la identidad sexual de Marina?
  • <La vida monástica del siglo V en el Oriente Próximo donde se desarrolla la vida de Marina-Marino era más cenobítica que anacorética, propia de un asceta solitario... En los monasterios cenobíticos había pequeñas celdas separadas, donde los monjes vivían y rezaban, ello le permitió a Marina ocultar su identidad. Podemos imaginarla con su nombre masculino –Marino-: el pelo corto, ropa de hombre, alimentación frugal... ello cambió la biología de su cuerpo, haciéndole perder gran parte de su feminidad (fácilmente le desaparecería la menstruación), incluso su naturaleza física. De hecho Marina fue capaz de seguir viviendo en el monasterio con una identidad distinta de la propia, disfrazada, hasta su muerte...>.


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Vista parcial (oriental) de la iglesia parroquial de Santa Marina Virgen en Torrebaja (Valencia), con detalle de la torre-campanario (2016).


-- Llama la atención el hecho de que Marinos no descubra su identidad sexual al ser acusada por la hija del posadero como responsable de su embarazo.
  • <Cierto, cuando el prior del monasterio reprende a Marina-Marino, éste no se defiende, permanece en silencio, admitiendo así su culpabilidad. Acepta resignado la expulsión, rezando, llorando, haciendo penitencia a las puertas del convento, viviendo de las sobras de comida que le llevan los monjes... Tras el parto de la hija del posadero, el abuelo le lleva al niño –diciendo-: Tú que has tenido al niño, críalo y dale sustento... Marinos acoge al niño y lo cría con ayuda de los monjes, en esta situación estuvo durante cuatro años... Finalmente, el superior del convento se compadece y le deja entrar, junto con el niño. De haber protestado, manifestando su verdadera identidad es de pensar que la hubieran expulsado, por el engaño de hacerse pasar por varón siendo mujer. Opta por callar, asumiendo una culpa que no tiene, y es expulsada del monasterio. Tal vez aceptó el castigo a cuenta del engaño de su identidad, y porque quizá el descubrimiento de su identidad hubiera desencadenado otros males en la hija del posadero y en el niño...>.


-- ¿Cómo se interpreta el travestismo de los santos monásticos a la luz de la metodología moderna?
  • <En este sentido hay interpretaciones variadas: literarias, psicológicas, socio-religiosas, teológicas y textuales que intentan explicarlo. Hay quien considera que tiene un origen pagano, y que pasó al cristianismo a través de la novelística griega, señalando además que el disfraz constituye una pervivencia del culto bisexual a la diosa Afrodita, en Chipre (H. Usener, 1879). Autores más recientes señalan que el origen del fenómeno del travestismo está conectado a la práctica cristiana y la mentalidad de la antigüedad (E. Platagean, 1976). Otros lo explican desde un punto de vista psicológico, como descanso de una vida anterior, relacionada con la hostilidad hacia la familia del santo (M. Delcourt, 1958). Existen, sin embargo, otras explicaciones, como la de que los santos-mujer travesti han ganado la condición social en comparación con los hombres travestis, que pierden la condición de travestismo (V L Bullough, 1993). Otros autores modernos analizan el fenómeno desde una perspectiva intersexual, identificando el origen de la motivación, siguiendo patrones procedentes en su mayoría de las Escrituras (Stephen J. Davis, 2002). El asunto es ciertamente complejo: hay autores que dividen a los santos-travesti en dos grupos de penitentes: los Pelagia -que incluye a prostitutas y otras mujeres que han elegido hacer penitencia-, y los Mónaco parthenoi -mujeres que han elegido el travestismo para evitar un matrimonio o un pretendiente no deseado- (Valerie R. Hotchkiss, 1996). Ya te digo que el asunto es complejo de analizar, pues existen prescripciones estrictas en este sentido, prohibiendo a las mujeres usar ropa masculina (Deuteronomio, 22:5; Decretales de Graciano, Penitencial de Burchard de Worms (de 965-1025), Consejo Sinodal de Gangra, (de 340), ratificado por el Concilio de Calcedonia (de 451). Sin embargo –y no obstante las prohibiciones específicas- la mujer siguió usando ropa de hombre como camino para santificarse>. 

El Deuteronomio -texto más antiguo de los citados que prohíbe a las mujeres vestir ropa de hombre- dice: Non induetur mulier veste virili, nec vir utetur veste foeminea, esto es, "Una mujer no será vestida con ropa de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer".



-- La imagen de santa Marina que tenemos en nuestra parroquia la representa como una mujer joven con el cabello oscuro, largo y suelto, vistiendo hábito franciscano, sujeta un crucifijo con las manos y tiene un niño a su lado, ¿cómo ha evolucionado la iconografía de la santa en este sentido?
  • <La cuestión iconográfica es también muy curiosa... La mayoría de ilustraciones antiguas proceden de manuscritos y otras representaciones visuales. Desde el siglo XV existen multitud de pinturas, grabados, esculturas representando a santa Marina el Monje. Ciertamente, para su estudio cabe identificar distintos elementos (ropa, hábito, tonsura, fisonomía, gestualidad...), viendo su evolución temporal y geográfica, lo que ha dado lugar a cambios y añadidos. Para comprender su evolución hay que partir de las imágenes actuales y retroceder en el tiempo... El investigador se pregunta si existe un patrón iconográfico determinado, así como respecto a sus atributos, observando si difieren según la región geográfica o el periodo histórico, según los prototipos originales. Lo cierto es que las representaciones iconográficas han variado a lo largo del tiempo... Los patrones secuenciales estudiados muestran en primer lugar la ruptura entre la santa y su familia, la aceptación por parte de Marina-Marino de una culpa que aparentemente no le corresponde, el descubrimiento de la identidad sexual al morir... Las tres secuencias muestran a la santa como una figura individual. Para su estudio se utilizan dos métodos: el análisis textual de la biografía y el análisis de las representaciones visuales, iconográficas>.


Sigue diciendo:
  • <Para el estudio biográfico textual he utilizado nueve versiones en latín, que aparecen en manuscritos, libros, iglesias, museos... Asimismo, para el estudio iconográfico he clasificado los hallazgos en dos grupos: las pinturas y las esculturas... Las pinturas incluyen ilustraciones, grabados, frescos y otros elementos utilizados en decoración. Para las esculturas se han utilizados imágenes corpóreas (de bulto), heráldicas o relieves. Sin embargo, la parte más importante del estudio se ha centrado en el desarrollo de las representaciones de santa Marina como monje o como monja. Mayoritariamente se representa a Marina-Marino con fisonomía masculina, en otras, sin embargo, se la figura claramente como una mujer. En este sentido, la ropa utilizada resulta esencial para su travestismo. Con todo, el concepto de travestismo aplicado a la ropa no se corresponde totalmente con el análisis psicológico o sociológico>.

 
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Imagen antigua de Santa Marina Virgen, el Monje, en la iglesia parroquial de Torrebaja (Valencia), 2016.

-- ¿Cuáles son las principales diferencias entre los santos travestis?
  • <Hay que distinguir dos grupos principales de santos travesti: Penitentes y Vírgenes monjes. Entre los penitentes cabe incluir a Pelagia de Antioquía, Teodora de Alejandría, María Egipcíaca... -prostitutas arrepentidas que usaban el travestismo para esconderse-. Aunque el caso de María de Egipto es algo distinto, ya que usó la ropa de un monje para tapar su desnudez, pasando de famosa prostituta a encantador penitente. El segundo grupo está relacionado con un grupo de mujeres: Marina el Monje, Eufrosina-Esmaragdo, Eugenia, Susana, Hilaria, Apollonaris... –que usan el travestismo para entrar en monasterios masculinos y convertirse en monjes-. Existe otro grupo en el que cabría incluir a santa Tecla y santa Librada(también, Wilgefortis: mujer barbuda, patrona de las mujeres mal casadas, encubierta tras una modificación fisiológica, y que acaba siendo crucificada). En cualquier caso, lo que diferencia a estas santas travestis del travestismo asociado a la transexualidad es la finalidad, ya que en las santas es utilizado para romper con la sociedad y preservar su virginidad. Todas expresan ambigüedad, son seductoras y peligrosas: unas atraían a los monjes (Marina y Euphorsyne) otras atraían a las mujeres (Susana y Eugenia), convirtiéndose todas ellas en esposas de Cristo (sponsae Chriti) por distintos caminos>.


-- Hagiográficamente, ¿cómo se interpreta la metamorfosis de santa Marina el Monje?
  • <En la vida de santa Marina-Marino y otros santos de este grupo se ha identificado una secuencia tripartita: huida del mundo, disfraz y aislamiento, y descubrimiento y reconocimiento (J. Anson, 1974). Otros autores dicen de: Separación, periodo de transición(liminidad) y reagregación (N. Constas, 1996). Hay que tener en cuenta que la vida de santa Marina circuló de oriente a occidente, mediante escritos en distintos idiomas: siríaco, griego, copto, armenio, árabe..., etíope, latín, francés, alemán, inglés y español. La vida de la santa pudo ser escrita originariamente en griego (siglos VI-VII), probablemente en Siria. La versión más antigua griega (vita antiqua), es del siglo X: conservada en los monasterios del Monte Athos (Macedonia Central, Grecia). Pero la versión latina es la más antigua (siglo IX) : De vita et verbis seniorum (Amberes, 1615). Las versiones antiguas se caracterizan por su sencillez, las posteriores todas contienen añadidos, incluyendo más detalles... Hay otras diferencias, por ejemplo, en las versiones orientales (griega y siríaca) la intención de santa Marina por ingresar es manifiesta, mientras que en las versiones occidentales la decisión pertenece sólo a su padre. Existen otras muchas diferencias. En general, en las versiones occidentales hay más elaboración, con añadidos u omisiones de influencia local impresas por traductores o copistas (a veces analfabetos). Aunque hay versiones en verso, la mayoría están escritas en prosa... Por lo demás, los textos latinos son versiones de la Leyenda dorada, o adiciones a la misma. Clugnet clasifica las versiones latinas francesas en tres grupos, el primero contiene la vida de la santa más antigua que se conserva, que tiene dos versiones. En mi trabajo analizo el texto del manuscrito que perteneció a san Marcial, obispo de Limoges>.


Continúa:
  • <Resulta muy complejo establecer la diferencia de la secuencia tripartita de la vida de la santa según las distintas versiones, así como respecto al Origen, el Padre, la Entrada en el monasterio, la Ropa utilizada, la Liminidad (periodo de transición), la Promesa, la Expulsión (salida), la Penitencia, la Reintegración... Todos estos elementos se estudian y comparan en el texto. A modo de conclusión, cabe decir que conforme la biografía de la santa –y su culto- se difunde por oriente y occidente, se producen cambios en las distintas versiones. Decía arriba que la primera versión latina del siglo IX es una traducción del griego, que ya cuenta con adiciones si la comparamos con los textos originales griegos y sirios. Las versiones a las lenguas vernáculas (francés, alemán) son traducciones de los textos latinos... Por otra parte, las versiones latinas (francesas e italianas) circularon sólo en ambientes monásticos; sin embargo, sus traducciones a las lenguas vernáculas hizo posible su difusión, lo que influyó en sus representaciones visuales>.


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Imagen moderna de Santa Marina Virgen, el Monje, en la iglesia parroquial de Torrebaja (Valencia), 2016.


-- ¿Qué otras cuestiones intervinieron en las diferencias observables entre las distintas versiones de la vida de santa Marina el Monje?
  • <Básicamente los copistas, cuyo origen influye en la biografía de la santa y en su representación iconográfica... Poco a poco, el lugar de nacimiento de la santa se fue olvidando, con la excepción de las versiones de los textos latinos italianos, que mencionan distintos orígenes: unos dicen de Italia, otros de las distintas regiones de Grecia como origen de la santa, lo que demuestra el rastro de la difusión de su vida, y culto. Asimismo, los copistas atribuyen nombres distintos al padre de Marina, un texto italiano (latino) le nombra como Marino. En las versiones occidentales esto se interpreta como que Marina-Marino trata de imitar al padre, sin actuar de acuerdo a su propia voluntad. Existen también diferentes modelos en el modo de entrar en el monasterio: en uno, Marina-Marino entra junto con su padre; en otro, el padre decide entrar en el monasterio para llevar una vida piadosa, posteriormente consigue que entre su hija disfrazada de hombre. Los copistas destacan más el ocultamiento de su identidad que el peligro de tentación que podía representar para los monjes la convivencia con una mujer. Asimismo, los hagiógrafos-copistas destacan el cambio de nombre de Marina (femenino) a Marinus(masculino). Otro detalle en el cambio de mujer a hombre, además del hábito (ropa), es la tonsura. Respecto a la salida del monasterio, unos modelos dicen que tuvo lugar en un ambiente de mercado, mientras que otros que fue en un bosque. Asimismo, se le acusa de la violación de la hija del posadero como una tentación del demonio. Pero sólo en un caso se vincula la acusación de violación con la belleza de Marina, y ello en relación con las características físicas de los eunucos, considerados una tentación. Respecto al modelo de penitencia, existen diferencias según las regiones geográficas. La secuencia del juicio es un desarrollo posterior, pues en las versiones griega y latina Marina-Marino es juzgada en su ausencia. En cuanto al lugar de penitencia, al ser expulsada del monasterio, en unas versiones tiene lugar junto a la puerta, en otras en una pequeña celda frente al claustro. Lo cierto es que la vida de santa Marina-Marino sufre numerosos cambios con el paso del tiempo -y según el espacio geográfico-: cabe señalar que las numerosas versiones existentes circularon en paralelo en todas las regiones –desde el siglo IX hasta el siglo XVI-: dichas versiones incluyen numerosas adiciones, representando más la mentalidad de los copistas y hagiógrafos que la de la propia santa>.



-- ¿Cuál ha sido la influencia de santa Marina el Monje en la literatura y su evolución iconográfica?
  • <La literatura relativa a las representaciones visuales (iconográficas) de santa Marina-Marino es escasa, además de generalista y superficial... Santa Marina no ha sido famosa ni celebrada por sus representaciones pictóricas, aunque su vida ha inspirado a muchos artista. De hecho existen numerosas representaciones de la santa –tanto en oriente como en occidente-: dibujos, esculturas, grabados, pinturas... que la personifican en distintos momentos de su vida. Santa Marina es celebrada actualmente en diversos países europeos (España, Francia, Italia...). En un artículo de Charles Leonce Brosse –Les peintures de la grotte de Marina près de Tripoli (1926)-, el autor analiza los frescos existentes en una cuerva donde se cree que la santa vivió e hizo penitencia... [Se refiere al santuario de la "Gruta de Santa Marina" en Qalamoun: también conocida como "Gruta de la leche"-, situado en un punto de la carretera de Jbeil a Trípoli]. Los rostros de las figuras fueron destruidos (a martillazos) por los (lugareños) musulmanes, pero todavía quedan representaciones de la santa en la capa más antigua, cuyo nombre aparece escrito en griego... Los primeros paneles representan escenas de juventud, los últimos escenas del final de su vida. Probablemente el autor de estas pinturas no era de la zona, pues el conjunto responde a la versión francesa del siglo IX-X... No obstante la variedad de patrones o modelos para la representación iconográfica de santa Marina, existe un cierto sincretismo. En la región de Venecia hay pinturas que representan a santa Marina en compañía de otros santos. Cronológicamente, sus representaciones experimentaron cambios significativos. El atributo de su fisonomía incierta ha sufrido cambios -en el sentido de feminizarse-: sus gestos son más maternales y sostiene al niño, particularmente cuando se la representa en la proximidad de la Virgen María... En general, las representaciones están influenciadas por el hagiógrafo-pintor y por las comunidades monásticas, prueba de ello es que partir del siglo XVII se la representa con hábito franciscano [propiamente se trata de un anacronismo, ya la santa Marina vivió en el siglo IV-V y la Orden Franciscana fue fundada a principios del siglo XIII (1209)]. Asimismo, en el citado siglo XVII, en ciertas regiones (Francia, Holanda) se la representa por primera vez como una mujer, sin rastro de su disfraz masculino. Sin embargo, conforme las imágenes se hacen más accesibles al gran público, la fisonomía de la santa se vuelve más ambigua...>.

Referente al Santuario de la "Gruta de Santa Marina” en Qalamoun (Líbano): también conocida como “Cueva de la leche” -lugar situado en un punto de la carratera de Jbeil a Trípoli-, cabe decir que aquí se hallaban las representaciones pictóricas más antiguas de esta santa: unos ocho metros de superficie pintada en la parte derecha de la cueva. Los santos allí representados se identificaron por sus nombres en griego (Brossé, 1926:118). Pintados en colores sólidos, las pinturas eran de tamaño real, con la excepción de las del centro. Charles-Léonce Brossé (1926) estudió las pinturas, describiendo varios paneles: el denominado Panel E (que representaba a san Demetrio) desapareció bajo una pintura posterior –al respecto, dice G. Hourani-: Según Brossé, el panel de san Demetrio estaba cubierto con una capa de yeso ligero y dividido en dos bloques con ocho paneles casi iguales sobre los que se pintaron nuevos temas. El ciclo progresa de izquierda a derecha, primero en el bloque superior, luego en el inferior. Estas ocho composiciones representan ocho episodios de la vida de Santa Marina de Qannoubin.[4]


Los cuatro primeros paneles (numerados por Brossé: F, G, H y K) ilustraban la primera parte de la vida de Marina, hasta la muerte de su padre -sucesivamente-: Marina niña cuando su padre entra en el monasterio (F); el padre de Marina llora ante el abad, manifestando que ha dejado a su hijo (G); Marina presentada al abad, con el padre al lado (H); Marina junto a su padre moribundo (K). Los paneles borrados (F2, G2, H2 y K2) probablemente muestran escenas de la segunda parte de la vida de Marina: falsa acusación de ser madre de un niño, criando e instruyendo al niño, muerte y reconocimiento de su verdadera naturaleza sexual... Ninguno de los frescos en los que se relata pictóricamente la pasión y vida de santa Marina sobreviven, solo el trabajo de Brossé nos permite conocerlos.[4]


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Detalle de la imagen moderna de Santa Marina Virgen, el Monje, en la iglesia parroquial de Torrebaja (Valencia), 2016.


-- ¿Dónde has encontrado que se celebra actualmente a santa Marina, además de en Torrebaja?
  • <Donde más representaciones he encontrado ha sido en el sur de Italia –allí es patrona de numerosos pueblos pequeños-: Amalfi, Castroreale, Filandari, Poguerola, Polistena, San Giovanni di Zambrone, Santa Marina di Milazzo, Santa Marina Salina, Terrats di Lago... También se la venera en distintos pueblos y ciudades: Ardea, Casole Bruzio, Casoli di Atri, Castell Ritaldi, Parabita, Tollo, Venecia...>


-- ¿Cuáles son los santuarios más importantes donde se celebra a santa Marina?
  • <Todos ellos se hallan en oriente próximo, el más conocido puede que sea el Monasterio de Nuestra Señora de Qannoubine, lugar agreste y montañoso en el Valle Sagrado de Qadhisa (Líbano): de origen bizantino, su construcción se atribuye al emperador Theodos Magno (379-395) aunque no queden rastros de esa época ni de la medieval. Dedicado a la Virgen María, fue rehabilitado en los años noventa (1990) y está regido por las Hermanas de la Orden de los Antonianos Maronitas. Cerca del monasterio está la Gruta-santuario de santa Marina, antaño utilizada como mausoleo de los patriarcas maronitas. La Iglesia maronita pertenece al rito siríaco-arameo, constituida en heredera y guardiana de la tradición de las primitivas comunidades cristianas de Jerusalén y Antioquía. [Existe también el Santuario de la Gruta de Santa Marina en Qalamoun], famosa por las pinturas que contenía y adonde los devotos acuden en peregrinación en la festividad de santa Marina, el 17 de junio. La cueva es conocida también como "Gruta de la leche", en virtud de la devoción local por la que las mujeres que carecen de leche (tras el parto) o por otros problemas femeninos asociados a la maternidad, acuden allí a rezar, portando exvotos, incluso son bendecidas con el agua de un manantial que allí fluye>.


El Ouadi Qadisha (en arameo, Valle Sagrado) está en el norte del Líbano, distritos de Becharre y Zgharta: lo recorre el río Qadisha y se halla a los pies del monte al-Makmal. Su nombre se debe a que desde la antigüedad fue refugio y asiento para ermitaños y comunidades monásticas (cristianas y musulmanas) que huyendo de las persecuciones buscaban la seguridad y el aislamiento del valle: armenios, etíopes, jacobitas, maronitas, melquitas, nestorianos... De aquellas comunidades cabe destacar la de los maronitas, que combinando modos de vida eremítica y comunitaria levantaron el Monasterio de Qannoubine (también, Monasterio de Nuestra Señora de Qannoubine), situado al noreste del valle y parcialmente excavado en la roca del monte, y que desde el siglo XV hasta finales del siglo XIX fue sede del patriarca.[5]Sigue diciendo
  • <Otro lugar de interés en la devoción a santa Marina es "Ayia Marina" (también, Agia Marina), pueblo situado al suroeste de Nicosia, Chipre. Su origen histórico está en el citado valle de Qadhisa, Líbano (siglo VII), pero tras diversas persecuciones musulmanas sus habitantes emigraron a Chipre (siglo VIII, siglo X y siglo XII). Agia Marina se encuentra en la parte norte de la isla, y tras la invasión turca (1974) quedó bajo control de la República Turca del Norte de Chipre. Existe allí el Monasterio de San Elías, sobre una colina que domina la población, y pertenece a la Orden Libanesa Maronita. Anualmente, el 17 de julio, los maronitas de la localidad celebran la fiesta de santa Marina: misa solemne, bendición del pueblo, procesión con la imagen de Ayia Marina por las callejas de la aldea. Tras la celebración litúrgica tiene lugar un festival en el centro del pueblo, con comida, bebida y cantos folklóricos. La localidad tenía dos iglesias, una de ellas bajo la advocación de santa Marina, data del siglo XV (1400). La otra iglesia es más reciente, de 1971. La inmensa mayoría de los habitantes de Agia Marina eran maronitas (500 habitantes), frente a los turco-chipriotas (100). El pueblo es ahora un campamento militar bajo dominio turco. La situación de los maronitas es dramática, pues lo que se marcharon tras la ocupación no pueden regresar y los que se quedaron carecen del derecho de herencia o propiedad: cuando fallecen sus bienes pasan al estado turco>.

    Asimismo, en París existió hasta mediados del siglo XIX una iglesia bajo la advocación de "Santa Marina Virgen", en su capilla solían celebrarse los matrimonios de las mujeres que habían perdido la virginidad sin estar casadas (chicas sin honor), pues santa Marina era estimada por su poder para “devolver” la virginidad.


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    Detalle de altorrelieve con la imagen de Santa Marina Virgen, el Monje, en la iglesia parroquial de Torrebaja (Valencia), 2006.

    -- ¿Qué puedes decirme del icono de Ayia Marina, en Chipre?
    • <A finales de los años noventa (1999), el pueblo de Ayia Marina le encargó a la pintora Jacqueline Ann Ascottde un icono de la patrona para la iglesia de Santa Marina, cuyo modelo debía ser la imagen original. Basándose en la biografía de la santa, la pintora pretendió hacer algunas correcciones en la nueva pintura, pero la gente se negó: querían una copia exacta, sin modificaciones. El nuevo icono fue pintado al aceite, sobre lona. La imagen de santa Marina aparece sentada sobre una roca en el interior de la gruta. Detrás de la imagen principal aparece un paisaje que puede identificarse con el Valle Sagrado de Qadisha, y el Monasterio de Nuestra Señora de Qannoubine, Líbano. La imagen se representa con su iconografía: hábito con tocado tradicional, absorta en sus pensamientos, sostiene un niño en su regazo con el brazo derecho, mientras sujeta un tazón de leche con la mano izquierda. El niño, con ambas manos trata de alcanzar el tazón... A santa Marina se la representa con halo de santidad (y aspecto femenino), su nombre aparece escrito detrás, en siríaco>.

    La pintora Jacqueline Ann Ascottde es también superiora de la Orden Maronita Antonina de las Monjas de Chipre.[4]

     -- Antonio, para terminar, ¿qué virtudes destacarías en santa Marina el Monje en el mundo actual?
    • <La vida de santa Marina está llena de lecciones, en ella destacaría las virtudes cristianas: asceta perfecta, obediente, orante, humilde, austera..., viviendo el perdón hasta el extremo. Se trata de la mujer-monje modelo. Se la describe como una mujer fuerte que perseveró bajo duras condiciones físicas y emocionales, con el fin de seguir la vida que había elegido. Podía haber protestado frente a la injusta acusación de que fue objeto, sin embargo guardó silencio, tanto en el juicio cruel de las personas como en las características de su vida ascética: en vida fue mártir, y en la muerte santa. Santa Marina el Monje permanece en la conciencia y el rito de los maronitas como una mujer que fue injustamente acusada, juzgada y castigada, todo por permanecer fiel a sus votos monásticos. Patrona de los patriarcas maronitas, se la considera la protectora tradicional de las madres lactantes>.

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    Detalle de procesión con la imagen de santa Marina Virgen en Torrebaja (Valencia), donde llevar las andas  es potestad de las mujeres (2003).


    torrebaja-valencia-santa-marina-procesion
    Detalle de procesión con la imagen de santa Marina Virgen en Torrebaja (Valencia), 2017.


    Propiamente, santa Marina Virgen el Monje podría ser también patrona y protectora de los padres que adoptan a hijos que no son los suyos biológicos: porque les crían, educan y aman como propios. Y los padres que hacen eso tienen medio cielo ganado -al menos es lo que yo creo-.

    El libro de Antonio Díaz Tortajada [17,5x24 cm./ encuadernado en rústica,/ posee 159 páginas,/ ilustraciones en B/N y color] está estructurado en torno a catorce capítulos -incluyendo el resumen y la bibliografía básica y secundaria-, producto de años de investigación, lo que supone estudio, búsqueda, correspondencia, viajes, conversaciones..., y mucho amor. Porque sin amor no hay obra que valga. Nuestra enhorabuena al autor, y que Santa Marina el Monje nos respalde en los momentos de flaqueza. ¡Viva santa Marina! Vale.







    [1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Antonio Díaz Tortajada, sacerdote, escritor y periodista,  del jueves 7 de agosto de 2014.
    [2] DELEHAYE, Hippolyte. Les Légendes hagiographiques, Brüssels 1905, 1906 (translated by V. M. Crawford, 1907, reprinted 1998), 1927. A 1955 French edition was translated by Donald Attwater, The Legends of the Saints (Fordham University Press, 1962). Vid Santa Marina-Marino, Monja, en Pregunta Santoral: Tus preguntas sobre los santos (consultado el 7 de agosto de 2017).
    [3] DIEZ CANSECO, Vicente (1845). Diccionario Biográfico Universal de Mujeres Célebres, Imprenta de José Félix Palacios, Madrid, tomo III, p. 167.
    [4] HOURANI, Guita (Presidenta de MARI). Saint Marina The Monk (en inglés, consultado el 7 de agosto de 2017).
    [5] ABDUL-NOUR, Hani y WAIBLINGER, Martina (2015). Iglesias y cuevas en el Valle del Qadisha (Líbano): el testimonio de las comunidades monásticas más antiguas de Oriente. Traducción al español: Rocío Da Riva, de la Universidad de Barcelona, Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología, Ménsula Ediciones, S. L., Pola de Siero (Asturias).


    ICONOGRAFÍA DE SANTA MARINA VIRGEN: 
    MARINA DE BITINIA, MARINA EL MONJE, MARINA DE LÍBANO.


    Santa Marina confiada en el Monasterio, La Leyenda Dorada (obra del copista Richard de Montbaston, 1348). Folio 139v. Biblioteca Nacional de Francia (París).
    Imagen al fresco de Santa Marina: puede representar a santa Marina-Margarita de Antioquía (mártir), pues porta a modo de mazo que la identifica con esta santa antes que con santa Marina de Bitinia (virgen). Monasterio de Qannoubine (Líbano).
    The newly restored icon of Saint Marina's Grotto. 
    Photo by MARI, Lebanon, 1999 [Tomada de G. Hourani: 
     Saint Marina The Monk].


    Iconografía de Santa Marina Virgen, patrona de Santa Marina de Salina, Italia.
    The repainted picture of Saint 
    Marina in the Church of Our
    Lady of Diman, Lebanon. 
    Photo by MARI, Lebanon, 1999 
     
    [Tomada de G. Hourani:  Saint Marina The Monk].


    The new icon of Saint Marina in Cyprus. Photo courtesy of the Maronite Bishopric of Cyprus Sacred Art Atelier, Nicosia, Cyprus, February 2000
     [Tomada de G. Hourani:  Saint Marina The Monk].
    Iconografía de santa Marina Virgen: Iglesia de Santa Marina Virgen, en Agia Marina, Chipre.
    Iconografía de santa Marina Virgen: Marina el Monje, Marina de Bitinia.
    Icono de santa Marina Virgen, obra del pintor maronita Abdo Badwi, Director del Instituto de Arte Sacro de la Universidad Espíritu Santo de Kaslik, Líbano.
    Iconografía de santa Marina Virgen: Marina el Monje, Marina de Bitinia.


    Iconografía de santa Marina Virgen: Marina el Monje, Marina de Bitinia.

    Iconografía de santa Marina Virgen: Marina el Monje, Marina de Bitinia.

    Iconografía de santa Marina Virgen: Santa Marina, Polistena. Calabria (Italia).

    Iconografia de santa Marina Virgen: Santa Marina di Milazzo, Sicilia (Italia).

    Iconografía de santa Marina: Santa Marina Virgen, icono copto (siglo XX).
    Iconografía de santa Marina Virgen: Santa Marina di Milazzo en la Iglesia de Santa Marina, en Messina, Sicilia (Italia).

    Iconografía de santa Marina Virgen:  Escena de la expulsión del monasterio, Iglesia de Santa Marina, Polistena, Calabria (Italia), 1903.

    Iconografía de santa Marina Virgen: Escena de la muerte, Iglesia de Santa Marina, Polistena, Calabria (Italia), 1903.


    RIODEVA, PUEBLO DE TERUEL (I).

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    Aproximación al conocimiento de Riodeva
    -a través de sus edificios religiosos más emblemáticos-:
    iglesia de la Virgen de los Dolores, ermita de la Purísima y
    ermita de Santa Bárbara, y patrimonio natural.




    “El caserío se asienta en una hondonada, con cerco de montañas.
    Los árboles sombrean el paisaje idílico.
    El cauce del Riodeva recibe poco antes de llegar a la población
    los vertidos de las rambla de Amanaderos,
    y luego prosigue su curso hasta desembocar en el Turia”
    -Alfonso Zapater, Teruel, pueblo a pueblo (1986)-.








    Palabras previas, a modo de justificación.
    Continuando con la serie de pueblos de Teruel, en el entorno del Rincón de Ademuz, llegamos a Riodeva, municipio situado al noreste de la comarca valenciana, en las estribaciones meridionales de la fosa de Teruel: su término posee una extensión de 34,3 km2., y una población de 198 habitantes (en 2008), lo que supone una densidad de población de 5,8 hab/km2. Forma parte de los 46 municipios que constituyen la Comarca Comunidad de Teruel. La población asienta “en una hondonada, cercada por todas partes de montañas” –así la define Madoz (1849)-, en las laderas medio-bajas de las estribaciones de Javalambre, como bien se evidencia desde el cerro de Altamira.

    Como en el resto de artículos de esta serie, el propósito del escrito es colaborar en la divulgación del lugar, aunque Riodeva es sobradamente conocido a nivel mundial, particularmente desde el descubrimiento de fósiles de dinosaurios en su término. Aunque antes ya lo era por sus ricas minas de caolín y cuarzo o mineral de sílice -el cuarzo se utiliza en la fabricación del vidrio y el caolín en la industria papelera y cerámica, dependiendo de su calidad-,[1]y la estupenda ruta geológica... Personalmente, me interesa todo lo relacionado con nuestros lugares, el paisaje, la historia y tradiciones, la gastronomía..., y el patrimonio histórico-artístico, particularmente los monumentos y edificios religiosos, y la arquitectura tradicional (vernacular).

    El pueblo y municipio turolense de Riodeva y su río (el Riodeva, que nosotros llamamos rambla) se hallan íntimamente unidos. El pueblo dio nombre al río, o el río al pueblo, vaya usted a saber. Pues en documentos antiguos, bajomedievales (siglo XII), el lugar viene reseñado como "Cuevas de Eva". En cualquier caso el topónimo resulta curioso, pues Riodeva parece ser contracción de “río de Eva”. Aunque también he visto escrito “río Eva” y “río Deva”, expresión moderna cuya contracción sería “Rioeva” y “Riodeva”. No voy a dejarme enredar por la cuestión terminológica, dejemos que sean los lingüistas y filólogos quienes lo aclaren, si es posible.

    Vista parcial (noroccidental) de Riodeva (Teruel), 2017.

    Dejando aparte el origen filogenético del topónimo, veremos que Riodeva como asentamiento humano tiene un origen antiguo, y aunque su nombre en los registros bajomedievales aparece por primera vez tras la conquista cristiana de la zona por Alfonso II de Aragón, es muy probable que ya existiera en tiempos anteriores, cuando el territorio se hallaba bajo dominio musulmán. Existió también un asentamiento humano en tiempo de los romanos, según evidencian los hallazgos de ciertas tumbas de ese periodo en la partida de Morat.[2]Desconocemos cómo denominaban los hispano-romanos a Riodeva, en cualquier caso, de las nueve tumbas halladas sólo una fue estudiada, las demás –lamentablemente- fueron saqueadas. Restos cerámicos y algún fragmento metálico de esta tumba se hallan en el Museo Provincial de Teruel.

    La historia de Riodeva en los tiempos modernos se halla íntimamente ligada a las minas de azufre de Libros, clausuradas a mediados de los años cincuenta del pasado siglo XX (ca.1955), en cuyos pozos y hornos trabajaron multitud de riodevanos. En las margas pizarrosas de La Azufrera de Libros apareció la mundialmente famosa rana pueyoi. A la célebre rana de Libros, sin embargo, le ha salido un vigoroso competidor en Riodeva, se trata de un enorme dinosaurio del Cretácico Inferior (Turiasaurus Riodevensis) de grandes dimensiones, el más grande de los hallados en Europa, de cuya excavación existe una película.[3]

    Desde una óptica deportiva, Riodeva cuenta con el magnífico descenso de la rambla de Amanaderos; senderos de gran recorrido, como el GR-8 que procede de Villel, y pequeño recorrido, como el PR TE-46, ruta de la Sierra de Santa Bárbara entre Valacloche y Riodeva, que pasa por Cascante del Río y puede prolongarse hasta Riodeva por la ruta Circular de Los Amanaderos.[4]Una gozada para los amantes de la naturaleza...

    Entre los hijos ilustres de Riodeva cabe destacar al catedrático y escritor Ramón Ríos y Marqués, nacido en la primera mitad del siglo XIX, “defensor de la causa carlista, hasta el punto de haber ejercido como consejero del pretendiente, el príncipe Carlos”.[5]Existe otro hijo notable de Riodeva nacido a principios del mismo siglo, don José Ríos y Marqués (1804-1875), canónigo mayoral de la santa iglesia catedral de Teruel cuyos restos descansan el la Ermita de la Purísima (Inmaculada Concepción), lado de la epístola. En su momento diremos de ambos, intentando desentrañar su identidad.



    Vista parcial (noroccidental) de Riodeva (Teruel), 2017.


    Riodeva en la historia bajomedieval (siglos XII-siglo XIII).
    Alfonso II de Aragón (1157-1196), alias “el Casto” por no conocersele amoríos extra-conyugales ni hijos bastardos, en sus incursiones contra los musulmanes conquistó las tierras del Matarraña y fundó la ciudad de Teruel (1170), estableciendo la zona como avanzadilla para la conquista de Valencia. Para asegurar lo conquistado repobló el territorio (fuero de Teruel, 1180) y estableció una Orden Militar en Alfambra (1196), con Encomiendas en Aliaga, Cantavieja, Castellote y Villel.[6]

    Para consolidar la conquista Alfonso el Casto repobló Teruel y ante el avance de los almohades lo fortificó, designando entre los nobles de su hueste que habían participado en la ocupación un representante, con la nominación de “tenente” o “señor de la villa”. Entre ellos destaca Fernando Ruiz de Azagra[7] -señor de Daroca, Calatayud, Estella y Arlucena: a la sazón hermano y sucesor del primer señor de Albarracín, Pedro Ruiz de Azagra (1170-1186)-. Fernando Ruiz de Azagra se declaró fiel vasallo del rey de Aragón, y rigió el señorío independiente de Albarracín una década en los años ochenta y noventa del siglo XIII (1186-96).[8]Durante el periodo que tuvo la tenencia de la villa de Teruel el de Azagra nombró alcaide a Lope de Varea (también, Lupo de Varea), cuya progenie acabaría poseyendo extensas propiedades en Escriche. Otros personajes destacados entonces fueron los Ruiz de Lihori, que poseyeron Cascante, Tramacastiel, Riodeva, Tormón y otros lugares.[9]Los Ruiz de Lihori entroncaron por matrimonio con los Fernández de Heredia de Mora de Rubielos, que a partir del siglo XVI (1508) ostentaron el título de Condes de Fuentes.

    Para intentar aclarar el momento histórico y situar a Riodeva en su lugar tendría que remitir al lector a lo dicho en los artículos referidos a Tramacastiel y Libros –mas para no marearlo, enviándolo de uno a otro, trascribo lo escrito-:
    • <La historia bajo-medieval de Libros se halla íntimamente unida a la de Villel, de la que fue aldea, junto con Cascante (del Río), Cuevas de Eva (presuntamente, Riodeva), Tramacastiel, Valacloche y Villastar. La afirmación se sustenta en la donación hecha por Alfonso II de Aragón (1164-1196) del castillo y villa de Villel, que incluía sus aldeas, términos y pertenencias a la Orden de Monte Gaudio (también, Orden de Alfambra), en 1187. A finales de la década siguiente (en 1196), la Orden de Monte Gaudio se fusionó a la del Temple, siendo este el momento en que Villel y sus aldeas pasan a los templarios. Todo lo dicho al escribir sobre este período referido a “Tramacastiel, pueblo de Teruel” puede asimilarse a la historia de Libros (y Riodeva), solo que Libros (y Riodeva) permanecieron bajo la jurisdicción de Villel y del Temple, mientras que Tramacastiel se desligó de esta autoridad en fecha temprana, pasando al señorío laico del reino.>[10]

    Vista parcial (noroccidental) de Riodeva (Teruel), 2017.


    Sigo diciendo:
    • <Al respecto, cabe saber que a finales del siglo XIII, Villel y sus aldeas (Libros, Riodeva y Villastar) pertenecían al Temple, mientras que Alobras, El Cuervo, Tormón, Tramacastiel y Veguillas de la Sierra, así como Cascante del Río y Valacloche se hallaban en manos de la nobleza laica del Reino. Visto en perspectiva histórica observamos que el territorio descrito, aunque con distinta jurisdicción en cuanto a la posesión de la tierra, forma a modo de cuña entre la Comunidad de Aldeas de Albarracín (al noroeste) y la Comunidad de Aldeas de Teruel (al noreste). Al sur de este territorio aragonés queda el Rincón de Ademuz (Ademuz y Castielfabib), que a estas alturas del siglo (y desde la proclamación de los fueros romanceados, en 1261) ya pertenecía de pleno derecho al Reino de Valencia. Para aclarar algo más lo dicho volvamos un momento a los años finales del siglo XII: hacia 1180, Alfonso II de Aragón hace donación del territorio de Villel a Martín Pérez de Arándiga: Arándiga es un municipio zaragozano, en la Comunidad de Calatayud. Este notable personaje de la corte de Alfonso el Casto (presuntamente, de la Orden de Monte Gaudio), a partir de entonces se le conoce en la historiografía como Martín Pérez de Villel. Los límites de la tenencia militar de Villel incluía Villastar (por el norte), Valacloche y Riodeva (por el sureste), llegando hasta Rubiales y Tormón (por el oeste): al suroeste quedaban las tierras de Ademuz y Castielfabib, territorio entonces todavía en manos musulmanas (in extremo sarracenorum), y que no se conquistaría hasta finales de la primera década del siglo XIII (1210). La zona sur quedaba así como una frontera basculante entre cristianos y musulmanes. Unos años más tarde (en 1187), Alfonso el Casto cede Villel -con sus términos y pertenencias: Villastar, Tramacastiel, Libros y Riodeva- a la Orden de Monte Gaudio (también, Montegaudio), “expresando su confianza de que desde allí hicieran paz y guerra a los sarracenos y otorgándoles la posesión de todo lo que de ellos alcanzaran”. La posesión de Villel por la Orden de Montegaudio (también, Orden de Alfambra, en razón de su ubicación en esta localidad turolense) duró apenas una década, pues en 1196 aquella orden militar se fusionó con la Orden del Temple; de este modo pasó Villel a los templarios, el monarca les concedió el control del castillo y los habituales monopolios señoriales (horno y molino), “además de las décimas y primicias”.>[11]


    Y concluyo, diciendo:
    • <A todo esto, en las décadas siguiente –principios del siglo XIII (1210)- tuvo lugar la citada conquista por Pedro II de Aragón de las tierras de Ademuz, Castielfabib y otros lugares del entorno, con lo que la frontera meridional de la Encomienda del Temple de Villel se vio reforzada –y más protegida, no estando ya en la primera línea de frontera-. El contrato entre la entidad señorial (el Temple) y los cultivadores incluía algunas restricciones, como la prohibición de enajenar (vender o empeñar) las tierras de su tenencia a otras personas, singularmente a clérigos o infanzones que hubieran podido poner en peligro la competencia señorial. Los templarios hicieron extensivas este tipo de políticas al resto de la encomienda (Riodeva y Villastar), parcelaron sus bienes y los entregaron a los colonos en usufructo, renunciando así a la gestión directa de sus propiedades. La parcelación suponía la limitación del número de colonos para que la familia arrendataria pudiera vivir con cada lote. De lo que se trataba era de repoblar y proteger el territorio, a la par que las tierras se hacían productivas. Al comienzo de la segunda mitad del siglo XIII (1260), los templarios dieron carta de población a Riodeva y Villastar, con las características contractuales reseñadas en la tabla siguiente>.[12]

    Vista parcial (meridional) de Riodeva (Teruel), 2017.

    Características de la carta de población templaria en Riodeva y Villastar (1260-1264).

    Población

    Características y obligaciones de los cultivadores
    Reserva señorial

    Riodeva

    * Lotes (pobladores): veinte (20).
    * Usufructo: casas, campos yermos, acequias, etc.
    * Canon tributario (imposición): censo colectivo anual (20 cahíces de cereal), además de las décimas y primicias.
    * Prestación de servicios: hueste, cabalgada, contribución a la cena del rey, infante o procurador.
    * Obligación (servidumbre) de llevar el cereal a la era y la vid al lagar de los freiles, y de residir en el lugar.
    * Torre, casa, iglesia y huerto.
    * Monopolios: horno, molino, incluidos azudes y acequias.

    Villastar

    * Lotes (pobladores): veinte (20).
    * Canon tributario (imposición): septeno de la cosecha: cereales y hortalizas (exceptuando de estas las de consumo propio), lino, cáñamo, cebollas, ajos, nabos, puerros y zanahorias, además de las décimas y primicias. Vid (uvas): la cuarta parte (con la excepción de la viña de secano y tierras ganadas al monte, que no pagaban).
    * Prestación de servicios: hueste, cabalgada, contribución a la cena del rey, infante o procurador.
    * Obligación (servidumbre) de llevar el cereal a la era y la vid al lagar de los freiles, y de residir en el lugar.
    * Franquicia: ganados y pastos (lo que favoreció el incremento de la cabaña).
    * Torre y casa señorial con sus dependencias, establo, lagar y horno, sargal y chopera.
    * Derechos sobre: iglesia.
    Elaboración propia (2017). Tomado de Ledesma Rubio, 1988: 30-32.

    Dado que el propósito del epígrafe era situar a Riodeva en el inicio de la historia bajomedieval cristiana (siglos XII-XIII), ponemos aquí el punto.


    Vista parcial (meridional) de Riodeva (Teruel), 2017.


    El Cabroncillo: lugar y castillo medieval.
    El Cabroncillo (castri et loci del Cabronciello) fue un lugar -y castillo medieval- existente en el término de Riodeva, del que solo pervive el topónimo, aplicado a un Cerro (1.498 m) y una partida de monte al sureste de la población, en las estribaciones de la Sierra de Javalambre.

    Como se dice en la introducción histórica, Alfonso II de Aragón entregó el castillo y la villa de Villel (con sus aldeas, términos y pertenencias) a la Orden de Monte Gaudio (también, Orden de Alfambra), en 1187. Villel incluía varias aldeas: Cascante, Riodeva, Tamascastiel, Valacloche y Villastar. Antes de finalizar el siglo XII (en 1196), la Orden de Monte Gaudio se fusionó a la del Temple, con lo que Villel y sus aldeas pasaron a pertenecer a los templarios. De las aldeas de Villel, Libros, Riodeva y Villastar quedaron en sujetas a la Encomienda de Villel, pero Cascantes del Río, Tramacastiel y Valacloche pasaron a manos del señorío laico. Asimismo, hemos visto las características de la carta de población templaria en Riodeva: lotes, usufructo, canon tributario, prestación de servicios y obligación (1260-1264) y la reserva señorial: torre, casa, iglesia y huerto, además de los monopolios: horno, molino, azudes y acequias.

    A finales del siglo XIII (en 1294), Jaime II de Aragón (1291-1327) prohibió la caza mayor en los montes de Cabronciello, siendo esta una de las primeras menciones documentales a este lugar de Riodeva. Consta también que a principios del siglo XIV (en 1306) tuvo lugar un enfrentamiento por cuestiones territoriales entre el Concejo de Teruel y la Encomienda templaria de Villel, razón por la que Cabronciello fue ocupado por los templarios.[13] Tras la desaparición de la Orden del Temple (en 1312), sus bienes y pertenencias en Aragón pasaron a la Orden de San Juan del Hospital de Jerusalén, más conocidos como Hospitalarios, con sede en Amposta. Esta es la razón por la que a mediados del siglo XIV se encuentre Cabronciello entre las propiedades de la Castellanía de Amposta. Castillón Cortada (1983) anota que “el Comendador hizo varias llamadas a los vecinos de Añón, Alfambra, Villel, Cabronciello y Ambel, miembros todos de la Orden hospitalaria sanjuanista, para que acogiesen la ayuda de los vecinos de Monzón”.[14]En el documento -datado en Monzón el 16 de febrero de 1352-, se dice en lemosín:
    • <Ara ojats per manament del senyor Castellá d'Amposta que tot hom que estaiant o habitant sia de la villa de Monssó ab vestre armes a cavall i a peu be arreats ab pa a quatre meses siats aparellats d'anar e anets tantost personalment al loch e Castell del Cabronciello, lo qual es del spital e de la Castellanía Damposta per defendre lo dit loch e Castell del Cabronciello el comendador, frares e homens del dit loch par tal car algunes gents estranyes se son ajustades ir arellades en gran multitud a cavall e a peu per entrar e envahir lo Regne Daragó et per donar e fer mal e dampnantg en lo dit senyor Castellá sots les penes de fieldat sagrament e homenatge e altres civiles et criminales en las quals, vos dites homens de Monssó, sots tenguts e obligats de fer host e cavalgada al dit senyor Castellá>.[15]

    Camino de Los Amanaderos, con detalle del cerro de El Cabroncillo en Riodeva (Teruel), al fondo (2017).


    Por la fecha del registro “quod die jovis, sexta decima die menssis febroarii, anno a Nativitate domini millessimo trecentessimo quiquagessimo secundo” (1352), cabe situarlo en el momento previo a las guerras castellano-aragonesas del siglo XIV: ante el peligro de invasión del Reino de Aragón, el Castellán de Amposta exige su derecho de hueste y cabalgada a los hombres de Monzón para defender “el lugar y castillo de Cabronciello” (lo dit loch e Castell del Cabronciello). Ya en el contexto de la Guerra de los Dos Pedros (1356-1369), con fecha 24 de junio de 1358, el comendador de Villel –Fortún Gonçalvez de Heredia- ordena reparar los castillos de Libros y Cabronciello.[16]Como puede observarse, la orden del comendador tiene lugar durante la primera fase de la contienda (1356-1361), en que se produjeron distintas incursiones militares por parte de ambos bandos, aunque el incidente principal fue el ataque de la flotilla castellana (con ayuda genovesa) al puerto de Barcelona (en 1359). Esta primera fase de la guerra se cerró con la Paz de Terrer (1361), en la que se acordó la restitución de las plazas conquistadas y el intercambio de prisioneros. En la segunda fase del conflicto (1362-1363) los ejércitos castellanos ocuparon muchas villas y ciudades de Aragón y Valencia, asediando sus capitales. En esta segunda fase el conflicto se zanjó mediante la Paz de Murviedro (1363).[17]

    La Guerra de los Dos Pedros duró nueve largos años, incluidas las treguas y periodos de paz que hubo. Consecuencia de ella fue la grave crisis económica que afectó a los principales reinos peninsulares mediado el siglo XIV. La comarca del Rincón de Ademuz se vio afectada por aquella lamentable guerra, sufriendo especialmente los castielfabienses, que vieron por dos veces ocupada su fortaleza por los castellanos (1363). Consta la estancia del rey Pedro I de Castilla en Castielfabib.[18]Tras la toma de Castielfabib los castellanos se presentaron ante los muros de Teruel, donde entraron al día siguiente, aunque la tradición local dice que fue tras ocho días de asedio y mediante traición. El traidor fue el propio Juez de Teruel, quien por temor a que destruyeran la población, como había ocurrido en otros lugares, entró en conversaciones con los castellanos, y acabó por abrirles un portal de la muralla norte, que desde entonces es conocido como “portal de la traición”: situado bajo el acueducto de Los Arcos. El nombre del juez traidor se prohibió pronunciarlo, siendo borrado de cuantos documentos había firmado. La dominación castellana de Teruel y gran parte del territorio duró tres años. durante la ocupación, las tropas que custodiaban la zona cometieron todo tipo de tropelías, y al retirarse a Castilla por Cañete (Cuenca) se llevaron todo lo que hallaron de valor, oro, armas y los pendones que los turolenses habían arrebatado a los castellanos en la célebre batalla de Pajarón (en 1289).[19]


    Vista general (occidental) del cerro de El Cabroncillo en Riodeva (Teruel), desde el camino de Los Amanaderos (2017).

    Vista general (oriental) del cerro de El Cabroncillo en Riodeva (Teruel), desde el camino de Puebla de San Miguel y Arcos de las Salinas (2017).


    A comienzos del siglo XV (1429) Cabronciello figura como “Aldea de la comunidad de aldeas de Teruel”. Respecto a la propiedad de la tierra: el 12 de abril de 1429 –reinando Alfonso V de Aragón (1416-1458)- la ciudad de Teruel -y sus aldeas: entre las que estaba Cabronciello- se incorporó a la corona.[20] Cabe pensar, sin embargo, que Cabronciello se despobló a lo largo del mismo siglo, pues en el fogaje de 1495 –reinando Fernando el Católico- ya no figura como lugar. Sus moradores debieron emigrar a Riodeva u otros lugares.

    En la versión del Fuero de Teruel (Forum Turolii), transcrita al castellano por Gil de Luna al comienzo de la segunda mitad del siglo XVI (1565), el topónimo todavía vine escrito como “Cabronciello”, la designación antigua aragonesa.[21]

    Finalmente, en el Suplemento a la Gaceta de Madrid -del jueves 17 de mayo de 1821-, hay un Artículo de Oficio relativo a la lista número 135 de fincas que se están subastando de las aplicadas al Crédito público para pago de la deuda nacional. En la provincia de Teruel, procedentes de la encomienda de Villel y priorato de Monzón, del orden de s. Juan, para cuyo primer remate (que se debió verificar en las ciudades de Teruel y Barbastro), estaba señalado el día 13 del corriente. Entre las fincas que se remataban en la ciudad de Teruel, pertenecientes a la encomienda de Villel, sitas en el término de Riodeva (Rio-Deva) figura “una Masía en la partida de Cabroncillo, de 75 fanegas, 2 cuartales y 2 cuartillas, (valorada) en 32.610 reales.[22]

    Detalle de la cumbre del cerro de El Cabroncillo en Riodeva (Teruel), dirección septentrional (2017).

    Durante mi estancia en Riodeva pregunté por la partida del Cabroncillo, con la intención de visitarla. Me indicaron un cerro pelado, alomado, y de tonos rojizos situado al sureste de la villa, para subir hasta la zona debía seguir el camino de Los Amanaderos. El camino –una pista de tierra en relativo buen estado- asciende progresivamente hasta circundar la base del cerro y situarse en posición oriental respecto del mismo. Poco antes de arribar a Los Amanaderos hay un cruce de caminos, debía seguir el de la derecha, donde se halla el mejor acceso del cerro por la vertiente suroriental. La cima del cerro del Cabroncillo es alargada, con dos pequeños montículos en los extremos y una depresión central. Observé algunos montones de piedras sin tallar, pero ningún rastro de construcción antigua. Aunque mi inspección fue parcial, tampoco hallé restos de cerámica superficial ni de arrastre en la cima del monte ni en las vertientes. Desde la cima del cerro, sin embargo, la vista es espectacular -de gran alcance visual-: con el Polígono de Teruel al norte, la Serranía de Albarracín al noroeste, la Sierra de Santerón al suroeste, la Serranía de Cuenca al sur y las estribaciones de Javalambre al levante. Un lugar propicio para establecer una fortaleza, pero sin rastro de construcciones defensivas ni de asentamientos humanos. La localización del castillo de Cabronciello y el lugar de su nombre requería de una inspección más detenida por especialistas. El castillo que hubo en la zona debió desaparecer tras la Guerra de los Dos Pedros (siglo XIV), en cualquier caso su vigencia, como la de tantos otros castillos de la zona perdió su sentido con la unión dinástica de Aragón y Castilla (siglo XV). La población del lugar de Cabroncillo debió emigrar a Riodeva antes del fogaje de Fernando el Católico (1495), aunque como se ha visto, a principios del siglo XIX (1921) todavía existía “una masía en la partida del Cabroncillo”, último vestigio de la encomienda de Villel y el priorato de Monzón, de la Orden de San Juan, que fue objeto de la desamortización para el pago de la deuda nacional.


    Riodeva a mediados del siglo XIX (1849).
    Al decir de Riodeva (que Pascual Madoz también grafía Riodeva), el estadista escribe (1849):

    • <RIODEVA: v. con ayunt. en la prov., dióc. y part. jud. de Teruel (5 leg.), aud. terr. de Zaragoza y c. g. de Aragon: SIT. en una hondonada, cercada por todas partes de montañas, el CLIMA es templado y sano, y no se conocen enfermedades especiales. Se compone de 179 CASAS, entre ellas la del ayunt.; una escuela de instruccion primaria regularmente concurrida; igl. parr. (San Lorenzo) servida por un cura de primer ascenso y de concurso y provisión ordinaria, y un cementerio que en nada perjudica á la salud pública. Confina el TÉRM. por el N. con Camarena; E. Torrijos y Arcos; S. Hoya Carrasca, y O. La Puebla de San Miguel (prov. de Valencia); nace en este térm. un riach., que tomando la direccion SO. sale de esta prov. á la de Valencia, incorporándose al r. Turia ó Guadalaviar por bajo del pueblo de Sta. Cruz. El TERRENO ademas de lo quebrado y montuoso es de mala calidad, siendo casi todo de secano, pues con las aguas del r. que hemos mencionado, se riegan algunos trozos de tierras. Los CAMINOS conducen á los pueblos limítrofes. El CORREO se recibe de la cap. de la prov. PROD.: trigo, panizo, cebada, avena, legumbres, algunas frutas, cáñamo, vino y nueces; hay muy poco ganado lanar y caza de conejos y perdices, y de cabras montesas y corzos en los barrancos llamados Cueva Fuerte y Salto de las Yeguas. POBL.: 134 vec., 537 almas. RIQUEZA IMP. : 45,239 rs.>[23]

    Detalle de antiguo ladrillo cerámico correspondiente a la calle de la Parra en Riodeva (Teruel), 2017.


    Comentario al texto de Madoz (1849).
    El estadista define a Riodeva como “villa con ayuntamiento en la provincia, diócesis y partido judicial de Teruel”, capital emplazada a 5 leguas aguas arriba del Turia, en la audiencia territorial de Zaragoza, capitanía general de Aragón. Sitúa la villa con acierto, “en una hondonada, cercada por todas partes de montañas”, de clima “templado y sano”, sin que la afecten “enfermedades especiales”.

    Componen la población 179 casas, entre las que incluye la del ayuntamiento (Casa Consistorial, también Casa Lugar), y una escuela primaria “regularmente concurrida”. Sin duda se refiere a que no solía llenarse, pese a la abundancia de niños y niñas en edad escolar. En aquella época los niños comenzaban pronto a trabajar, bien en el campo o atendiendo alguna punta de ganado. Las niñas también iban al campo entonces, aunque atendían más al cuidado de la casa, ayudando a las madres. Seguramente, la escuela estaba más concurrida en invierno, en especial si llovía o nevaba. En la estación invernal los escolares solían llevar a la escuela un tarugo de leña, para alimentar la estufa: esto fue así hasta bien entrados los años cincuenta y sesenta del pasado siglo XX. En el mismo apartado incluye la iglesia parroquial, que pone bajo la advocación de “San Lorenzo”, tal vez un error de información, pues el templo se halla –y se hallaba, que sepamos- bajo la advocación de la Virgen de los Dolores (también, Nuestra Señora la Virgen de los Dolores, una advocación de la Virgen María, asimismo conocida como Virgen de la Amargura, Virgen de la Piedad, Virgen de las Angustias o simplemente Virgen Dolorosa), cuya imagen preside el retablo del altar mayor. Su onomástica se conmemora el Viernes de Dolores (Viernes Santo) y el 15 de septiembre. San Lorenzo es el patrón del lugar: su imagen ocupa la hornacina que preside la entrada a la iglesia, siendo su festejo el 10 de agosto. La parroquia estaba entonces atendida (servida) por un cura de primer ascenso y provisión ordinaria, esto es, por el ordinario (obispo diocesano). Menciona también “un cementerio” que por su situación “en nada perjudica á la salud pública”. Ello significa que se hallaba fuera del casco urbano, seguramente en el mismo solar que ocupa el actual camposanto.



    Detalle de antiguo ladrillo cerámico en la fachada de una casa de Riodeva (Teruel), 2017.


    Respecto al término municipal, por el norte le hace limitar con Camarena (de la Sierra), que realmente queda al noreste, además de con Cascante (del Río) y Valacloche. Yerra cuando dice que por el este linda con Torrijos y Hoya de la Carrasca, pues Torrijo (del Campo) pertenece a la comarca del Jiloca y Hoya de la Carrasca es un lugarcillo de Arcos de las Salinas, localidad y municipio con la que no limita el de Riodeva. Por el oeste le hace lindar con Puebla de San Miguel, pero esta localidad valenciana, junto con Ademuz, con la que también linda, quedan al sur del término. Por el noroeste y oeste limita respectivamente con Villel y Libros, municipios ambos de Teruel. En este punto alude al río Eva o río de Riodeva, del que dice que “nace en este término” y al que se refiere como “un riachuelo”, que desde su nacimiento en los montes de Javalambre toma su curso la dirección suroeste, para desembocar en el río Turia o Guadalaviar “por debajo del pueblo de Santa Cruz (de Moya), Cuenca. Propiamente, sin embargo, el río de Riodeva (también, rambla de Riodeva) desemboca en el Turia por la izquierda a la altura de las Casas de Angelina (Libros), entre este término y el de Torrealta, aldea de Torrebaja (Valencia), y frente a Mas de Jacinto, aldea de Castielfabib (Valencia). Carles Rodrigo (1998) refiere que el Riodeva no es propiamente un río, “dado lo discontinuo de su caudal”, y aguas abajo su cauce sirve de límite entre Aragón y Valencia:

    • <Cuenta con una longitud ligeramente inferior al Ebrón y una cuenca de morfología alargada de 100 km2 de extensión, con nacimiento en el mismo corazón de la Sierra de Javalambre, a más de 1.600 metros de altitud. [Antes de] su paso por Riodeva recibe la aportación de la Rambla de Amanaderos y el Barranco de la Cuadraleja y posteriormente (sobrepasada Riodeva) de los barrancos de La Canaleja y Vallurgo, procedentes del Rincón (de Ademuz). [Sobrepasada] Riodeva, su curso fronterizo fronterizo se estrecha entre las calizas del Pontiense para finalmente ensancharse con características de rambla hacia su desembocadura, entre las Casas de Angelina (Libros) y Torrealta. Su caudal es escaso, [...]. Esto, unido a las características topográficas, ha relegado su aprovechamiento a la huerta de Riodeva y reducidas áreas discontinuas río abajo>[24]

    El río Deva (también, rambla de Riodeva) próximo a su desembocadura en el Turia, con las Casas de Angelina (Libros-Teruel), al fondo (2017).

    Características del río Riodeva (rambla de Riodeva).
    Nombre
    Longitud
    de cauce
    Extensión
    de Cuenca
    Nivel
    de cabecera
    Nivel
    de base
    Pendiente total
    Pendiente media
    Riodeva
    18,6 km
    100 km2
    1.615 m
    805 m
    810 m
    43,54 m/km
    Tomado de Rodrigo Alfonso, 1998: 24.

    Detalle del interior del Cementerio Municipal de Riodeva (Teruel), 2017.


    Respecto del terreno dice que es “quebrado y montuoso”, y “de mala calidad”, dado que en su mayor parte es de secano, lo cual es comprensible dada su situación en las estribaciones de la Sierra de Javalambre. Alude nuevamente al río, aunque sin decir su nombre para decir que con sus aguas “se riegan algunos trozos de tierras”, las más inmediatas al pueblo.

    Respecto de los caminos, son locales puesto que sólo “conducen á los pueblos limítrofes”, recibiéndose el correo de Teruel.

    Respecto de la producción, nombra los cereales habituales en la zona (avena, cebada, panizo, trigo), legumbres, frutas, cáñamo, vid (vino) y frutos secos (nueces). La actividad ganadera era entonces escasa, refieriendo que “hay muy poco ganado lanar”, pero sí algo de caza (cabras montesas, conejos, corzos, perdices) en los barrancos que denomina “Cueva Fuerte” y “Salto de las Yeguas”, refiriéndose a la zona de Los Amanaderos, donde se hallan los saltos de agua.

    Respecto a la población, en 1849 Riodeva censaba 134 vecinos (cabezas de familia), equivalentes a 537 almas (habitantes). La densidad de población entonces era de 16,6 hab/km2 mientras que en la actualidad (2008) es de 5,8 hab/km2, evidenciando que la pérdida de habitantes ha sido considerable.

    Evolución de la población censal e intercensal en Riodeva, Teruel (1900-2008).
    Municipio
    1900
    1920
    1940
    1960
    1981
    1991
    2001
    2008

    Riodeva

    716
    765
    842
    631
    324
    267
    201
    198
    Tomado de Comunidad de Teruel, 2010: 382.

    La tabla permite observar la evolución de la población en Riodeva desde comienzos del siglo XX, momento en que contaba 716 habitantes (en 1900), cifra que se incrementó hasta alcanzar su máximo poblacional (842 hab.) en los años cuarenta (en 1940), para descender de forma rápida en los años sesenta (613 hab.), y más lentamente hasta la actualidad: 198 hab. (2008).


    Detalle de arco de medio punto labrado en piedra situado en el bajo del Ayuntamiento de Riodeva (Teruel), 2107.



    Riodeva y el Rincón de Ademuz.
    Para ir a Riodeva por carretera caben seguir dos trayectos, desde el Rincón de Ademuz, por la CN-330, aguas arriba del Turia hasta el Almacén de la Azufrera. Yendo desde Teruel, cabe seguir la misma CN-330, pero aguas abajo del Turia, hasta el citado Almacén. El depósito de la Azufrera se conserva prácticamente igual que en tiempos de la explotación minera, aunque con el alero recortado.

    Junto al edificio del Almacén puede verse un cartel de carreteras indicando la dirección de Riodeva, localidad ubicada a 11 km en dirección este. Otro cartel indica “Titania”, la subsede de Dinópolis en Riodeva. El antiguo edifico del Almacén se sitúa en la ribera derecha del Turia, atravesado por un puente de cemento con barandas de hierro pintadas en azulón. Hasta el cierre de las minas de azufre de Libros (Teruel), el complejo minero y el Almacén de la Azufrera estaban unidos por un pequeño ferrocarril que funcionaba con carbón. El trenecito de vía estrecha servía para subir material industrial a las minas y para bajar el azufre molido envasado en sacos, aprovechando también para el transporte de viajeros entre el Almacén y el barrio minero. Cabe añadir que el Almacén servía para acopiar el azufre, allí se guardaba hasta su transporte a Teruel mediante “retahílas de burros y mulos, después con carros de varas y últimamente con pequeños camiones”. El tren atravesaba el puente y la máquina podía dar la vuelta en una explanada que había entre la carretera nacional y la ribera derecha del Turia. El último encargado que tuvo el Almacén de la Azufrera fue José Morales (a) el Pitorro, natural de Riodeva, de cuyo municipio fue alcalde.[25]


    Vista general del poblado minero de La Azufrera de Libros (Teruel), en los años treinta -lectura-: 1) Escuela pública, 2) Cuartel de la Guardia Civil, 3) Economato, 4) Frontón de pelota, 5) Hornos de azufre antiguos, 6) Plaza pública (servía como campo de fútbol), 7) Tienda (mercería), 8) Ermita, 9) Primera barriada, 10) Segunda barriada, 11) Tercera barriada, 12) Lupanar (Barrio chino), 13) Casa sindicatos, 14) Tasca, 15) Hospital, 16) Casa del médico, practicante y directivos, 17) Carnicería y panadería.


    Para ir a Riodeva hay que atravesar el puente del Turia y continuar carretera arriba, la vía está asfaltada, pero antaño era apenas unas pista de tierra que zigzagueaba entre los barrancos por las laderas del monte. Propiamente, “la vía que une la carretera general con Riodeva (Teruel) era una Pista” cuando la Guerra Civil Española (1936-1939).[26]A la altura del kilómetro 4 de esta vía veremos un desvío a la izquierda, con el cerro de Centellas al fondo. Las ruinas del antiguo poblado minero se hallan en la base del monte. Del complejo industrial sólo quedan las bocaminas, algunos hornos y diversos edificios derruidos. Cuesta imaginar que el lugar estuvo habitado por varios cientos de personas, hasta cuatro centenares. Desde la carretera, afinando la vista puede distinguirse perfectamente la iglesia subterránea de barrio minero, bajo la advocación de Santa Bárbara, y multitud de puntos oscuros en la ladera del monte, correspondientes a las entradas de las viviendas subterráneas que labraron los primeros mineros. Mediado el siglo XIX (1849) dice Madoz del complejo minero de Libros:
    • <[...] en él se encuentran varias minas de azufre, que en la actualidad se benefician por diferentes asociaciones, siendo las mas aventajadas las que esplota la Sociedad de Zapateu y consortes, que ademas de una magnífica fáb. con toda clase de almacenes, habitaciones y oratorio, cuenta con diversos hornos de fundición, cuya invención es debida al profesor de farmacia D. Pedro Lagasco; los productos químicos, particularmente la flor de azufre, son de la mas superior calidad>.[27]
    Detalle de la plaza Mayor del antiguo poblado minero de La Azufrera de Libros (Teruel), 2016.


    Viendo el desolado panorama del antiguo poblado minero, y la ruina completa del complejo industrial desarrollado en las inmediaciones, resulta difícil imaginar tanta riqueza perdida. Asimismo, cuesta creer también que al comienzo de los años veinte del pasado siglo (1922) la producción de azufre en estas minas de Libros (incluidas algunas a Riodeva) se estimara en 43.000 toneladas... Su propietario era el turolense don Bartolomé Esteban Marín, ingeniero (director del Teruel-Alcañiz) y político (diputado conservador en Madrid, que fue también Gobernador Civil de la provincia), que explotaba las minas de azufre para la fabricación de pólvora.[28]

    La explotación intensiva de las minas había comenzado a principios del siglo XX (1910), merced al acuerdo entre Esteban Marín y la Industrial Química de Zaragoza (IQZ), que compró las pertenencias de azufre (más de 750): Nuestra Señora del Pilar, San Bartolomé, San Joaquín y Santa Matilde eran las más productivas. A tenor del volumen de azufre producido, uno de los periodos más productivos fue durante la I Guerra Mundial (1914-1918), en que la producción casi se duplicó, llegando a 14.000 toneladas.[29]

    La explotación minera del azufre y el aumento en la producción durante la contienda mundial está en relación con la explosión demográfica de la zona –particularmente de Libros durante las dos décadas siguientes- en que se duplicó la población, pasado de 794 habitantes a 1.5086, lo que supuso un nuevo incremento en la producción.[30]Sin embargo, la apertura y explotación minera del azufre (en Libros y Riodeva) hay que vincularla inicialmente con el cultivo extensivo de la remolacha en las vegas del Alto Jiloca, Alfambra y Turia, y la producción de fertilizantes.[31]Dichos fertilizantes -básicamente el superfosfato de cal, producido por la IQZ en su factoría de Zaragoza-, eran vendidos a los cultivadores de remolacha.[32]

    Decía que cuesta creer el número de trabajadores que llegó a tener el complejo minero, en los años veinte (1927) censaban cuatro centenares, muchos de ellos eran de Hellín (Albacete) y Lorca (Murcia) y ocupaban muchas de las viviendas construidas por la empresa minera. Pero otros muchos vivían con sus familias en las cuevas labradas en la ladera meridional del cerro de Centellas, “en condiciones muy lamentables” según constata el Gobernador Civil Jaime Ninet Vallhonrat en una visita (1931).[33]Ninet Vallhonrat fue el primer Gobernador Civil de Teruel en la II República, nombrado el 23 de abril de 1931 y cesado el 24 de agosto de 1931, era del Partido Republicano Radical (PRR).[34]


    Vista frontal de la iglesia de Santa Bárbara en el antiguo barrio minero de La Azufera de Libros (Teruel), 2016.


    La propia actividad minera del azufre (extracción del mineral), así como el incremento en la producción tuvo consecuencias negativas para la salubridad del poblado minero, y el área propiamente industrial, “por las nubes de humo que cubrían todo el poblado y el enorme calor que desprendían los hornos”. Entendemos así “que los mineros prefirieran seguir viviendo en las cuevas por ser más impermeables al calor que las casas de la empresa”.[35]El azufre se extraía de las pizarras bituminosas, calcinándolas en hornos de ladrillo y piedra. El número de hornos varió a lo largo del tiempo, en los mayores, denominados “catedrales” cabían hasta 100 toneladas de mineral y en los menores, llamados “chatos” hasta 50 toneladas. Había otros de tamaño intermedio, denominados "iglesias". Inicialmente los hornos se calentaban con carbón traído de Mas del Olmo (Ademuz), después se utilizaron las pizarras extraídas de las propias minas.

    Del tiempo de la Dictadura de Miguel Primo de Rivera cabe destacar la visita que el general hizo a las minas de Libros en los primeros días de agosto de 1927 –le acompañaba Galo Ponte y Escartín (1867-1943), ministro de Gracia y Justicia-: Primo de Rivera y su comitiva procedían de Madrid, vía Cuenca. De su paso por el Rincón de Ademuz se cuenta la anécdota de que paró en Torrebaja, frente al antiguo café de Los Cesáreos, que entonces regentaba un tal Julio de la Salud, y que el Dictador pidió agua para beber. Se la ofrecieron en una jara con un vaso y el mandatario alabó lo fresca que estaba, pero adivino -por el sabor- que era de pozo, y ciertamente lo era, pues procedía del pozo de la casa de la señora Paca.[36]Dicha casa tiene su historia, en ella se hospedó durante la guerra civil española (1936-1939) el coronel don Joaquín Vidal Munárriz, comandante del XIX Cuerpo de Ejército de la República, y su esposa doña Carmen. Años después, ya en la posguerra (ca.1945), dicha casa fue adquirida por el farmacéutico don Antonio Villanueva Garrido, que instaló allí su oficina de farmacia.[37]


    Vista parcial de las ruinas del antiguo poblado minero de La Azufrera de Libros (Teruel), 2106.

    Ruinas de las antiguas minas de La Azufrera en Libros (Teruel), con detalle del transformador (2016).

    De talle de construcciones (molino de azufre y almacén) en La Azufrera de Libros (Teruel), 2016.


    El viaje del mandatario continuó hacia Teruel, vía Libros, Villel y Villastar... En Libros, el Dictador y su comitiva subieron hasta el barrio minero de La Azufrera, donde “el ingeniero de la Industrial Química (de Zaragoza), José Royo, le expuso la crisis por la que atravesaba la empresa debido a los aranceles”.[38] Es de suponer que visitaría las instalaciones, al tiempo que departía y se fotografiaba con los mineros, pues era un personaje muy peculiar, popular y populista. Consta que al paso del Dictador las autoridades de los pueblos y somatenes locales salieron a esperar o ver pasar la comitiva, poniendo arcos triunfales en la carreta –adornados con enramadas y pancartas-: la inscripción de Villel rezaba “La villa de Villel al Excmo. Sr. D. Miguel Primo de Rivera” y la de Villastar “Villastar, al libertador de España”.[39] Una dictadura es siempre una dictadura, pero en la primorriverista concluyó la Guerra del Rif (Segunda Guerra de Marruecos) y se hicieron infinidad de obras públicas, que dieron mucho trabajo y reactivaron la economía nacional: hay que reconocerlo.

    A comienzos la II República (1931-1936) se crearon distintas sociedades ugetistas en la Comunidad de Teruel: en Riodeva el sindicato de Trabajadores de la Tierra (50 afiliados), y en Libros el Sindicato Minero, éste fue constituido meses antes de la República y a finales de 1931 contaba con un centenar de afiliados (101): Pascual Martínez y Diego Quiñónez fueron sus principales dirigentes.[40] En agosto del mismo año (1931) se constituyó el Comité Paritario del Azufre, órgano de arbitraje entre la patronal y los trabajadores: el de Libros estaba compuesto por seis vocales: tres por la patronal, otros tres por los mineros, con un presidente que nombraba el Gobierno.[41]

    Disculpe el lector que me haya extendido en el detalle de las minas de azufre de Libros, pero el tema lo merece, además de estar íntimamente relacionado con Riodeva, el objeto de esta entrada. La influencia social y económica de la explotación minera de Libros tuvo una honda repercusión en los pueblos limítrofes, particularmente en Riodeva, desde donde cada día se desplazaban multitud de trabajadores hasta la Azufrera –Melchor Pérez Sánchez (Riodeva,1921), trabajó en su infancia triando pizarras y en los hornos-:
    • <Junto con otros muchachos de Riodeva, a los que nos llamaban pinches, venía yo todas las mañanas, antes que se fueran las estrellas, pues teníamos que estar en el tajo a los ocho en punto; y si llegabas tarde, el encargado te decía: ¡Oye, tú, mañana no vuelvas...! Daba igual si hacía frío o calor, si llovía o nevaba: recuerdo una vez que había nieve hasta la cintura... [...] Veníamos en cuadrilla desde Riodeva: 60 ó 70 hombres, unas 10 mujeres y una caterva de muchachos; vaya, un montó de gente... Todos llevábamos un saquico de tela con la comida, un trozo de pan abierto con un par de tajadicas para todo el día, pues los turnos eran de doce horas... [...] Los muchachos, y las mujeres, escogíamos el mineral que sacaban con las vagonetas. Cuando había cuesta arriba, las vagonetas las arrastraban dos o tres mulas ciegas que tenían en las galerías y vaciaban el mineral en los planos. Y allí, con unas picoletas que traíamos, separábamos el mineral de azufre, pedruscos y tierra que había enganchada a las chinas de azufre... Sí, eso hacía yo. A veces me mandaban de pinche para ayudar en los hornos chatos... Allí acarreaba las gavetas de madera desde los hornos hasta las balsas. Así se fraguaba el azufre, poniéndose duro como una piedra. Y cuando se enfriaba un poco lo echaba en la balsa...>[42]
    Detalle de las ruinas del almacén en La Azufrera de Libros (Teruel), 2016.

    Vista general de las ruinas del almacén en La Azufrera de Libros (Teruel), 2016.


    Ciertamente, como dice el testimonio del señor Pérez Sánchez, sesenta o setenta hombres, diez mujeres “y una caterva de muchachos” era mucha gente. La antigua vía desde la N-420 hasta Riodeva era entonces una pista de tierra con distinto trazado que la actual carretera. La de entonces atravesaba el barrio minero de Las Minas y continuaba por la ladera del cerro Centellas, con tramos muy penosos de subidas y bajadas. La vía actual está asfaltada, el firme se halla en bastante buen estado, aunque no se libra de continuas cuestas y revueltas. Esta nueva vía deja a la derecha el solar del antiguo barrio minero, y algunos hornos. A la derecha quedan las ruinas de antiguas construcciones industriales: el molino, el almacén, hornos, tejerías, el garaje donde se guardaba y reparaba la máquina del tren, etc. Puede verse también el viejo transformador de la luz, que queda a la derecha de la carretera, inmerso en una finca de almendros. Al salir de la zona minera, mano derecha de la carretera, hay una curiosa construcción de piedra en seco con forma de barraca, pero no es barraca, sino nevero donde antaño se guardaba la nieve apretada entre paja para el verano.

    Conforme nos adentremos en el término de Riodeva veremos la explotación a cielo abierto de las minas de caolín, cuyos desmontes muestran los entresijos de la tierra, un festival de intensos colores minerales en el que predomina el rojo de las arcillas veteadas con distintos colores térreos, desde el blanco de nieve al escarlata. A la derecha de la carretera queda la rambla de Riodeva (también, río Eva) que sirve de linde interprovincial (entre Teruel y Valencia), ya que la ribera izquierda de la misma pertenece al Rincón de Ademuz y la derecha a Aragón. En las proximidades de Riodeva, al otro lado del río se alza el cerro de Altamira, en cuya vertiente meridional se halla el rento de este nombre (rento de Altamira, Casas de Altamira), un ameno lugar de cultivo en cuya ladera meridional perviven un conjunto de ruinas centradas por un copudo pino. El rento de Altamira fue adquirido por el Ayuntamiento de Riodeva a comienzos del siglo XX (1917), en la compra intervino Joaquín Torán, de Teruel, la compraventa se contrató por 160.000 pts., pagaderas en cuatro plazos. El rento fue parcelado en 73 acciones, y adquiridas por los vecinos.[43]


    Detalle de la bóveda de un horno en La Azufrera de Libros (Teruel), 2016.



    Detalle de los "hornos chatos" en La Azufrera de Libros (Teruel), 2016.


    A la derecha de la vía surgen distintas salidas asfaltadas que conducen a la explotación minera, por la izquierda veremos otras, estas de tierra, una de ellas asciende por la ladera del monte, hasta el cerro de Santa Bárbara, donde se halla la ermita de su nombre, un lugar que visitaremos. Antes de llegar al hondo del valle hay otra salida a la izquierda, un cartel con tres cruces señala el Cementerio Municipal. Desde el cerrito del camposanto hay una estupenda vista del caserío de Riodeva –que se alarga de este a oeste-; merece la pena subir hasta la necrópolis para obtener una buena perspectiva del asiento de la población.

    Poco más adelante arribaremos a un cruce de camino, por la derecha se va al río y la rambla de Amanaderos, mientras que por la izquierda la carreterita lleva al centro de la población. En una cerrada curva observaremos una fuentecita con un alargado abrevadero a la derecha, bajo las rocas, seguramente muy utilizado en otro tiempo por las caballerías que bajaban o subía a la villa, tras la jornada de trabajo. Mas arriba de la fuente, a la misma mano podremos ver las entradas a las antiguas bodegas subterráneas, directamente labradas en el risco donde asienta el caserío, hoy abandonadas. Debía ser un buen lugar para conservar el vino, con temperatura constante. Siguiendo la vía entraremos en Riodeva por una calle estrecha que lleva al interior de la población: nuestro propósito es visitar la iglesia parroquial y la ermita de la Purísima. Subiremos también hasta la ermita de Santa Bárbara, y a Los Amanaderos.






    [1] MONFORTE SORIANO, Natividad (2010). Fosas y sierras: geología de la Comarca de Teruel, en Comunidad de Teruel, Coordinador: Antonio Losantos Salvador, Edita Diputación General de Aragón, Departamento de Política Territorial, Justicia e Interior, Zaragoza, p. 25.
    [2] ZAPATER, Alfonso (1986). Teruel, pueblo a pueblo, Ediciones Aguaviva, Zaragoza, tomo VIII, pp. 2083-2084.
    [3] MILLÁN AGUDO, Francisco Javier (2010). Chomón no hizo cine en Teruel, en Comunidad de Teruel, Coordinador: Antonio Losantos Salvador, Edita Diputación General de Aragón, Departamento de Política Territorial, Justicia e Interior, Zaragoza, p. 243.
    [4] TORRES NUEZ, Julio (2010). Acercamiento deportivo al medio natural, en Comunidad de Teruel, Coordinador: Antonio Losantos Salvador, Edita Diputación General de Aragón, Departamento de Política Territorial, Justicia e Interior, Zaragoza, p. 329.
    [5] ZAPATER (1986), p. 2084.
    [6] NAVASCUÉS ALCAY, Santiago (2017). Alfonso II de Aragón, en Historia de Aragón  (Consultado el 18 de julio de 2017)
    [7] LÓPEZ RAJADEL, Fernando (2010). Hechos y sociedad del medievo turolense, en Comarca Comunidad de Teruel. Coordinador Antonio Losantos Salvador, Edita Diputación General de Aragón, Zaragoza, p. 85.
    [8] MOTIS DOLADER, Miguel Ángel (2008). El señorío independiente de Albarracín. De los Azagra hasta su incorporación a la Corona de Aragón, en Comarca de la Sierra de Albarracín. Coordinador Javier Martínez González, Edita Gobierno de Aragón, Zaragoza, pp. 98-99.
    [9] LÓPEZ RAJADEL (2010), p. 85.
    [10] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Libros, pueblo de Teruel (I), del martes 16 de mayo de 2017.
    [11] Ibídem.
    [12] Ibídem.
    [13] ANDRÉS VALERO, Sebastián (1986). Homenaje a José Mª Lacarra de Miguel en sujubilación, Edita Gobierno de Navarra, Departamento de Educación y Cultura, Institución Príncipe de Asturias, Volumen II, p. 454. 
    [14] CASTILLÓN CORTADA, Francisco. Los Sanjuanistas de Monzón (Huesca), 1319-1351, Cuadernos de Historia Jerónimo Zurita (CHJZ) 47-48 (1983), 234-235.
    [15] Ibídem, p. 254
    [16] DELAVILLE LE ROULX, Joseph (1913). Les Hospitaliers à Rhodes jusqu'à la mort de Philibert de Naillac (1310-1421), Ernest Leroux, Éditeur, París, p. 137. [Nota 2 al pie de página y Table Générale, p. 408] (Consultado el 09 de septiembre de 2017)
    [17] SALRACH, Joseph M y ESPADALER, Antón M (1995). La Corona de Aragón: plenitud y crisis. De Pedro el Grande a Juan II (1276-1479), en Historia de España 12, Edita Historia 16, Madrid, pp. 84-35.
    [18] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2008). Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, p. 20.
    [19] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2002). Aportaciones al conocimiento de la Encomienda de Montesa en el Rincón de Ademuz, Edita Ayuntamiento de Torrebaja, Valencia, pp. 72-73.
    [20] UBIETO ARTETA, Antonio (1986). Historia de Aragón. Los pueblos y los despoblados (II), Anubar Ediciones, Zaragoza, p. 312.
    [21] Gil de Luna (1565). Fori Turolii, Valencia, Liber primus, fol. VII (Consultado el 06 de septiembre de 2017) Vid CASTÁN ESTÉBAN, José Luis. Las ediciones de los fueros de Teruel y Albarracín en el siglo XVI, en revista TERUEL 21 [II] 2006-2007.
    [22] Suplemento a la Gaceta de Madrid, del jueves 17 de mayo de 1821, p. 717.
    [23]MADOZ, Pascual (1849). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Madrid, vol. XIII, p. 483.
    [24] RODRIGO ALFONSO, Carles (1998). El Rincón de Ademuz. Análisis geográfico comarcal, Edita Asociación para el Desarrollo Integral del Rincón de Ademuz (ADIRA), Valencia, pp. 25-26.
    [25] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2008). El barrio minero de la Azufrera de Libros, una visita guiada (I), en Desde el Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, p. 388.
    [26] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Mapas y planos del XIX Cuerpo de Ejército durante la Guerra Civil, del sábado 17 de octubre de 2015.
    [27]MADOZ, Pascual (1847). Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Imprenta del Diccionario Geográfico, a cargo de don José Rojas, Madrid, tomo X, p. 277.
    [28] ALDECOA CALVO, J. Serafín (2010). Las minas de Libros, en Comarca de la Comunidad de Teruel. Coordinador Antonio Losantos Salvador, Edita Diputación General de Aragón, Zaragoza, pp. 162-163.
    [29] Ibídem, p. 163.
    [30] Ibídem.
    [31] ALDECOA CALVO, J. Serafín (2010). El difícil impulso del nuevo siglo, en Comarca de la Comunidad de Teruel. Coordinador Antonio Losantos Salvador, Edita Diputación General de Aragón, Zaragoza, p. 146.
    [32] Ibídem, p. 148.
    [33] ALDECOA CALVO, J. Serafín (2010). Las minas de Libros, en Comarca de la Comunidad de Teruel. Coordinador Antonio Losantos Salvador, Edita Diputación General de Aragón, Zaragoza, pp. 162-163.
    [34] CUCALÓN VELA, Diego (2011). Y en el recuerdo, la cárcel: los gobernadores civiles radicales socialistas del primer bienio de la República, en Reevaluaciones. Historias locales y miradas globales. Actas del VII Congreso de Historia Local de Aragón, pp. 325-353.
    [35] ALDECOA CALVO, J. Serafín (2010). Las minas de Libros, en Comarca de la Comunidad de Teruel. Coordinador Antonio Losantos Salvador, Edita Diputación General de Aragón, Zaragoza, p. 163.
    [36] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Don Miguel Primo de Rivera, de paso por el Rincón de Ademuz, del jueves 11 de marzo de 2012.
    [37] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Don Joaquín Vidal Munárriz, un coronel republicano en Torrebaja, del miércoles 14 de diciembre de 2011.
    [38] ALDECOA CALVO, J. Serafín (2010). Hacia la dictadura de Primo de Rivera, en Comarca de la Comunidad de Teruel. Coordinador Antonio Losantos Salvador, Edita Diputación General de Aragón, Zaragoza, pp. 159-160.
    [39] Ibídem.
    [40] ALDECOA CALVO, J. Serafín (2010). De la Dictadura a la República, en Comarca de la Comunidad de Teruel. Coordinador Antonio Losantos Salvador, Edita Diputación General de Aragón, Zaragoza, p. 166. ID. Las minas de Libros, en Comarca de la Comunidad de Teruel. Coordinador Antonio Losantos Salvador, Edita Diputación General de Aragón, Zaragoza, p. 163.
    [41] ALDECOA CALVO, J. Serafín (2010). Las minas de Libros, en Comarca de la Comunidad de Teruel. Coordinador Antonio Losantos Salvador, Edita Diputación General de Aragón, Zaragoza, p. 163.
    [42] SÁNCHEZ GARZÓN (2008), p. 403.
    [43] FOMBUENA VIDAL, Ricardo (s/f). Torrebaja, historia de un mayorazgo, pp. 36-37.

    RIODEVA, PUEBLO DE TERUEL (y II).

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    Aproximación al conocimiento de Riodeva
    -a través de sus edificios religiosos más emblemáticos-:
    iglesia de la Virgen de los Dolores, ermita de la Purísima y
    ermita de Santa Bárbara, y patrimonio natural.




    “La Ermita de la Purísima se halla sobre un cerrito cercano a la población,
    en posición suroriental respecto de la misma.
    Fue construida a mediados del siglo XIX (1854-1858),
    siendo su fábrica posterior a la iglesia parroquial,
    que fue levantada a finales del siglo XVIII (1780).”
    -Del contenido textual-.





    La Riodeva de Francisco Candel.
    En su obra -Viaje al Rincón de Ademuz(1977)-, Francisco Candel Tortajada (Casasaltas, 1925-Barcelona, 2007) y sus amigos catalanes pasaron por Riodeva, procedentes de Camarena de la Sierra. Iban caminando, pretendían entrar en el Rincón de Ademuz por Mas del Olmo, aldea de Ademuz. Esto fue en septiembre de 1964, y cuando avistaron Riodeva era ya casi de noche, el cielo parcialmente iluminado por una luna creciente. Desde lejos vieron encenderse las luces del pueblo, por la distribución les pareció que estaba dividido en dos núcleos. En la distancia las luces se mostraban engañosas, próximas en ocasiones, muy lejanas en otras, el camino pedregoso y polvoriento... Llegaron sobre las nueve de la noche, ya oscurecido: “Es una llegada siniestra, fantasmagórica, alucinante. En el cielo se recortan siluetas oscuras de casas, corrales y parideras. Unas luces raquíticas, macilentas y distanciadas medio alumbran la escena. A través de algunas puertas entreabiertas se ve fuego encendido y luces de velas o de candiles”. Un paisaje absolutamente rural que podría ser el de cualquier pueblo de la zona, en todo caso pobre, familiar, reiterado... Al caminante le impresionan los balidos de las ovejas, la cantidad de ganado que había entonces en el pueblo: “las calles aparecen llenas de borregos, verdaderos ríos lanares” -no en vano había unas cinco mil cabezas, según les dijeron.[1]


    Vista parcial de la iglesia parroquial de Riodeva (Teruel), con detalle del secular olmo negrillo que la sombreaba (ca.1986) [Tomada de Zapater Gil (1986), tomo VIII, p. 2084].


    Los caminantes recalaron en una posada, “el establecimiento es de cuarta categoría”, “el bar está en un ancho zaguán. Hay unas pocas mesas y unas sillas de anea”. Cenaron “en el piso de arriba de la casa, en la mesa de los fondistas”. Durante la cena se enteraron de muchas cosas del pueblo: lo más llamativo es la disminución del censo, “el pueblo ha pasado de trescientos vecinos a ciento setenta y siete” –el autor, cuando dice de vecinos quiere decir habitantes-. La despoblación supone una desbandada, “todos huyen a Barcelona o Valencia”. Después de cenar los viajeros salieron “a dar una vuelta por el pueblo solitario”, a la luz de la luna. En su paseo por las calles desiertas dieron con el templo, “frente a la iglesia el corpulento olmo. Es la característica de todos los pueblos que encontramos, o casi todo: olmo y frontón, unos frontones en los que ya nadie juega a la pelota...”. continuaron su paseo por las estrechas callejas del pueblo, calles laberínticas con muchos escalones. Cuando volvieron a la posada, en el bar unas mujeres miraban la televisión.[2]

    A la mañana siguiente dos de los viajeros salieron de la posada para visitar el pueblo, el contraste entre la visita nocturna y la diurna fue absoluto. Estuvieron de nuevo en la plaza de la iglesia, se fotografiaron junto al viejo olmo y visitaron el templo en compañía del párroco, donde no vieron “nada de particular e interesante” -luego fueron a la ermita de la Purísima, situada a las afueras del pueblo-: “Cuando la guerra –les informa don Tomás Arce, el sacerdote- los rojos la convirtieron en hospital de sarnosos”.[3]Al parecer, la ermita la había reconstruido el mismo cura: “Está situada en una altiplanicie idílica, a cinco minutos del pueblo y en medio de una huerta muy rica”. Sigue describiendo el lugar del ermitorio: “Frente a la ermita hay una plaza o explanada rodeada de las hornacinas o capillitas –todavía vacías- del Vía Crucis”. El párroco suele ir por allí con frecuencia, para leer su breviario o el periódico. Dice del interior de la ermita: “El altar de la ermita lo restauraron unos valencianos, con ese gusto charro, barroco y policromo –colorines y oro- propio de las gente de Valencia. La gente del pueblo la llama la Purisimica. A la izquierda hay una Pilarica. A la derecha un Niño Jesús con una bola. Un Niñico Jesús con una bolica. El cura anda entusiasmado con el Niño de la bola. No hace más que recalcar lo guapo que es...”. Continúa informando a los visitantes, señala el lugar de la campana, la cuerda para tocar está en un lado, junto a la puerta. El cura es un hombre singular, muy hablador, chistoso y dicharachero, muy agudo, sin embargo, “debajo de su aspecto bromista se esconde algo patético, entre terriblemente escéptico y desbordadamente humano”.[4]


    Detalle de fuente con pilón y abrevadero en la plaza de la Iglesia de Riodeva (Teruel), con el pico del Águila al fondo (2017).

    Desde la ermita bajan a la huerta “por unos senderos casi cubiertos de vegetación exuberante”, bajan hasta la vega, mientras el cura le cuenta el origen del nombre del pueblo: “Se lo puso un reconquistador asturiano cuando tomó aquello a los moros y en recuerdo del río de su tierra, el Deva”. El cura les propone otra explicación del nombre del pueblo, diciendo “que aquello es tan ubérrimo como lo debió ser el edén, el valle del Eufrates, el río de Eva. Riodeva fue la contracción resultante”. Sin darles un momento de respiro el cura acompaña a los visitantes “por el pueblo, y por todas partes”, al final les invita a su casa y les presenta a su anciana casera, con la que vive pobremente. En su despacho el cura tiene muchas fotografías pegadas a las paredes, son fotos de la guerra civil, “en una de ellas está él de comandante”, “anduvo de pater con los flechas negras italianos y con los falangistas...”. En otras fotos aparece “con grupos de soldados, y con prisioneros de guerra”. Les muestra otras de Teruel, “antes de la contienda, en la contienda y después, con las destrucciones y las restauraciones”. Uno no puede por menos que preguntarse qué habrá sido de aquellas fotografías, tan sorprendentes desde el punto de vista historiográfico, y humano. El cura lleva a los viajeros a ver la escuela, un edificio nuevo “de un tipo estándar bastante acertado”. Les presenta a la maestra y después al practicante, que ya conocían. Los caminantes deben continuar su viaje, en dirección a Mas del Olmo y Puebla de San Miguel, antes de despedirse el cura les da recuerdos para don Pascual, el párroco de la Puebla...[5]


    Detalle de bancos y árboles de sombra en la plaza de la iglesia de Riodeva (Teruel), 2016.


    Iglesia parroquial de Riodeva.
    Del paso de Candel y sus amigos catalanes (Javier Fábregas y Antonio Orihuela) por Riodeva (en septiembre de 1964) nos queda la descripción que el escritor hace de sus impresiones tras recorrer el pueblo. Estuvo en la plaza de la Iglesia, vio el viejo olmo y visitó el templo guiado por el párroco (don Tomás Arce), sin reseñar nada de la iglesia que llamara su atención. Muchos años después, Alfonso Zapater Gil en su magna obra -Aragón, pueblo a pueblo (1986)- aporta algunos datos del templo:
    • <La iglesia parroquial de la Virgen de los Dolores –Madoz la pone bajo la advocación de San Lorenzo, que es el patrón de la localidad-, es una construcción correspondiente a la segunda mitad del siglo XVIII, de mampostería, distribuida en tres naves, la central cubierta por bóveda de medio cañón con lunetos, y las laterales por bóvedas vaídas. De estilo neoclásico, fue desmantelada en 1936, por lo que todas sus imágenes son modernas. Se conservan las puertas de la sacristía, interesante labor en madera. En su exterior, la fachada principal aparece sin terminar. La torre campanario se alza a los pies, en el lado del Evangelio; es obra asimismo de mampostería y ladrillo, de cuatro cuerpos y forma octogonal>[6]


    Vista frontal de la iglesia parroquial de Riodeva (Teruel), con detalle de la torre-campanario (2017).

    Vista parcial de la fachada de la parroquial de Riodeva (Teruel), fábrica neoclásica de 1780 (2017).


    Detalle de la hornacina sobre la puerta de entrada de la parroquial de Riodeva (Teruel), con la imagen de san Lorenzo, patrón del pueblo (2017).

    En nuestra visita a Riodeva fuimos también a ver la iglesia parroquial, nos acompañó la señora alcaldesa –doña Mª Dolores Llovera Fernández-, que tiene la llave. El templo se halla en la parte baja (meridional) del pueblo, en una placeta rodeada por árboles de sombra, frente a una fuente con pileta y abrevadero. El templo posee planta rectangular -orientación norte (cabecera), sur (pies)-: muros de mampostería ordinaria con sillería en las esquinas y cobertura a cuatro aguas. La totalidad del edificio se halla circundada por un sólido zócalo de piedra. La torre-campanario se halla a los pies, lado del evangelio, cuyo primer cuerpo forma parte de la fachada principal. Este primer cuerpo sobresale por encima del tejado del templo, posee a modo de terraza, con adornos lanceolados en las esquinas. Sobre esta terraza se construyeron a posteriori tres cuerpos más de torre en ladrillo, de forma octogonal y separados por gruesa cornisa labrada en piedra. El segundo cuerpo aloja en su parte alta la esfera y maquinaria del reloj. El tercer cuerpo alberga el piso de campanas. El cuarto y último cuerpo de torre posee tejadillo piramidal con teja vidriada de colores, coronado por una cruz de hierro de forja.

    La fachada principal del templo posee varias aberturas, tres longitudinales en la parte de la torre, otra en la parte central (recae sobre el coro), sobre la hornacina de san Lorenzo que luce a la entrada. La entrada posee una puerta en madera de dos hojas, enmarcada en una arco recto de piedra sobre la que hay una hornacina de obra con la imagen del patrón del pueblo -dispuesto sobre una basa de piedra-: porta la palma del martirio y unas grandes parrillas. Por la parte de la epístola se observa el tejadillo de las capillas de ese lado, con sus correspondientes machones o contrafuertes. En un cartel bajo el alero de cabecera (lado de la epístola), puede leerse una data: AÑO 1780 –aludiendo seguramente a la fecha de construcción del templo.


    Detalle de data -AÑO 1780- bajo el alero de la parroquial de Riodeva (Teruel), en la cabecera, lado de la epístola, alusiva a fecha de construcción del templo (2017)


    El interior del templo es sencillo, amplio y luminoso. Posee un atrio interior basado en una estructura de madera con puertas laterales y al frente, con herrajes metálicos. A los pies se alza el alto coro sobre arco recto, que luce amplia baranda con pasamano de madera y listones. Las capillas de los pies poseen amplios arcos rebajados, el del evangelio está cegado, lo ocupa la base de la torre, por donde también se accede al alto coro.

    Posee nave central con bóveda de cañón y lunetos, y tres capillas laterales con bóvedas vaída (de pañuelo), abiertas a la nave mediante arcos de medio punto con pilastras laterales. El piso es de ladrillo rojo, con el presbiterio del mismo material, un par de escalones con rellano por encima del piso de la nave. El espacio presbiteral posee un altar exento en la parte anterior y otro de obra adosado al fondo, con un retablo de obra de gusto neoclásico. El retablo posee una imagen central de la titular (Virgen de los Dolores) dispuesta en una hornacina alargada, bajo la cual hay otra de menor tamaño con un crucifijo. A ambos lados columnas de fuste acanalado sobre basas imitando mármol, friso recto y estructura triangular en la parte alta. Entre las columnas laterales hay dos imágenes: san Lorenzo a la epístola y una Inmaculada Concepción al evangelio. En los muros laterales del presbiterio hay dos hornacinas de obra, en la de la derecha destaca una imagen de san Roque de mirada asombrada y en la de la izquierda otra de la Virgen del Pilar. Por delante del segundo escalón del presbiterio hay dos recintos con notables puertas labradas, seguramente originales: el espacio de la derecha corresponde a la sacristía, el de la izquierda sirve de almacén para objetos litúrgicos.



    Vista del presbiterio de la parroquial de Riodeva (Teruel), con detalle del retablo de obra neoclásico (2017).

    Vista del alto coro de la parroquial de Riodeva (Teruel), situado a los pies del templo, sobre el atrio interior (2017).

    Tabla relativa a las imágenes y representaciones contenidas en las capillas laterales de la iglesia parroquial de Riodeva, Teruel (2017).
    Evangelio
    Epístola
    * San Joaquín,
    en hornacina al frente.
    * Confesionario de madera,
     a la derecha.
    Sagrado Corazón de Jesús,
    en hornacina al frente.
    * Santa Bárbara,
    a la izquierda, sobre repisa.
    * Virgen del Rosario,
    en hornacina al frente.
    * Santa Catalina de Siena,
    sobre repisa a la derecha.
    * San José con el Niño,
    en hornacina al frente.
    * San Isidro Labrador,
    en pilar sobre repisa a la izquierda.
    * Virgen del Carmen,
    en hornacina al frente.
    * Pila Bautismal, a la izquierda.
    * Santo Cristo de la Misericordia,
    en hornacina al frente.

    Entrada a la torre,
    subida al coro y campanario.
    San Antonio Abad,
    En hornacina al frente.
    Elaboración propia (2017).

    Las hornacinas de las capillas son de obra –cuadrangulares-, las imágenes de factura moderna en escayola y policromadas. Todas las imágenes fueron destruidas durante la Revolución Española de 1936, y repuestas en distintos momentos tras la Guerra Civil (1936-1939).

    Tabla relativa al saqueo y destrucción del contenido ornamental y mueble del templo parroquial de Riodeva (Teruel), según la Causa General (1940).
    Fecha del delito
    Relación del hecho delictivo
    Personas sospechosas de participación en el delito
    Nombres y apellidos
    Paradero actual
    <23 de agosto de 1936>
    <Fue destruida la Iglesia Parroquial con todos sus objetos de culto; igualmente/ ocurrió en la Hermita de la Purísima>
    Pedro Soriano Pérez
    Aurelio Domingo Tomás
    Emilio Lázaro Puertas
    Aurelio García Puertas
    Tomás Lozano Pérez
    Guillermo Romero Lozano
    Lorenzo Romero Lozano
    Gaspar Domingo Górriz
    Joaquín Romero Pérez
    Benjamín de Dios García
    María Domingo Górriz
    Mercedes Domingo Górriz
    Adela Lozano Fleja
    Encarnación Lozano Fleja
    Venancia Domingo Górriz
    María Puertas Barrachina
    Natividad Romero Domingo
    Juan José Guillén Soriano
    Teófilo Pérez Sánchez
    Cárcel
    Cárcel
    Cárcel
    Cárcel
    Cárcel
    En el pueblo
    En el pueblo
    En el pueblo
    Cárcel
    En el pueblo
    En el pueblo
    En el pueblo
    En el pueblo
    En el pueblo
    En el pueblo
    En el pueblo
    En el pueblo
    Cárcel
    En el pueblo

    Elaboración propia (2017). Tomado del Archivo Histórico Nacional [AHN], Causa General, 1416, Exp. 27, imagen 7 de 9.

    En el apartado “Personas sospechosas de participación en el delito”, el documento contiene una relación de diecinueve individuos: 12 varones y 7 mujeres, que en el momento en que se redacta el registro –6 de diciembre de 1940- se hallan en calidad de detenidos “en la cárcel” (7) o libres “en el pueblo” (12), con la particularidad de que entre los presos no hay ninguna mujer. En cualquier caso, el texto documental no dice que las personas que presuntamente participaron en el hecho fueran obligadas, ni que vinieran fuerzas milicianas ajenas a la localidad para ejecutar la destrucción, como sucedió en muchos lugares.

    Según puede verse por la tabla abajo expuesta (ordenada por fechas: relativas a 1936), el saqueo y destrucción del contenido ornamental y mueble de las iglesias parroquiales de los pueblos reseñados comenzó por El Cuervo (15 de agosto), continuó por Veguillas (18 de agosto), Libros y Tramacastiel (20 de agosto), Alobras (21 de agosto), Riodeva (23 de agosto) y Tormón (30 de agosto).

    Cronología de hechos irreligiosos en otros pueblos próximos de Teruel que se reseñan (1936).
    Municipio
    Fecha
    Descripción del hecho
    Cuervo, El
    1936/08/15
    <En esta población no ha habido ningún incendio, ni saqueos, solamente hubo destruc-/ción de las imágenes y altares de la Iglesia Parroquial y Hermitas de San Pedro y San/ Roque, pero fueron las tropas rojas ignorando quienes fueron por ser milicianos desconocidos>
    Archivo Histórico Nacional,FC-CAUSA_GENERAL,1416,Exp.48 -6- Imagen Núm: 6/ 11
    Veguillas
    1936/08/18
    <a la llegada de las fuerzas/ rojas a este pueblo, procedieron éstas a la/ profanación y quema de los objetos/ que había en la Iglesia>
    Archivo Histórico Nacional,FC-CAUSA_GENERAL,1416,Exp.77 -7- Imagen Núm: 7/ 12
    Libros
    1936/08/20
    <Destrucción de la Iglesia y de los objetos de culto/ y profanación>
    Archivo Histórico Nacional,FC-CAUSA_GENERAL,1416,Exp.21 -10-Imagen Núm: 10/ 39
    Tramacastiel
    1936/08/20
    <Incendio y completa destrucción de la Iglesia Parroquial y/ las ermitas, saqueo y completa destrucción de todos los objetos/ de culto>
    Archivo Histórico Nacional,FC-CAUSA_GENERAL,1416,Exp.30 -8-Imagen Núm: 8/ 12
    Alobras
    1936/08/21
    <a la llegada de las/ fuerzas rojas a esta población, procedieron a/ la y destrucción de objetos de la Iglesia Pa-/rroquial de este pueblo>
    Archivo Histórico Nacional,FC-CAUSA_GENERAL,1416,Exp.42 -10-Imagen Núm: 10/ 12
    Riodeva
    1936/08/23
    <Fue destruida la Iglesia Parroquial con todos sus objetos de culto; igualmente/ ocurrió en la Hermita de la Purísima>
    Archivo Histórico Nacional,FC-CAUSA_GENERAL,1416,Exp.27 -7-Imagen Núm: 7/ 9
    Tormón
    1936/08/30
    <Obedeciendo a una orden di-/manante del Cuartel General/ de fuerzas rojas, instalado/ en Torrebaja (Valencia), fue des-/truida la Iglesia, en cuyo hecho/ viéronse obligados a participar/ casi la totalidad de los vecinos>
    Archivo Histórico Nacional,FC-CAUSA_GENERAL,1416,Exp.72 -7- Imagen Núm:7/ 8
    Elaboración propia (2017). Los datos proceden del Archivo Histórico Nacional, Madrid, Causa General.



    Vista del presbiterio de la parroquial de Riodeva (Teruel), con detalle del altar exento y retablo de obra neoclásico al fondo (2017).


    Detalle de la puerta de la sacristía en la parroquial de Riodeva (Teruel), singular pieza labrada en madera, probablemente original (2017).



    Subida a la torre-campanario.
    La torre-campanario se halla a los pies del templo, lado del evangelio, su acceso está bajo el alto coro. Las escaleras tienen los peldaños con ladrillos de barro y atoques de madera. El coro es un espacio amplio, con el piso de baldosas, una ventana rectangular en el luneto posterior ilumina el recinto, posee baranda de madera con listones y grueso pasamanos. Al fondo, lado de la epístola, hay un facistol de madera. Desde el alto coro la vista de la nave central luce espléndida, la iluminación procede de las altas ventanas laterales, abiertas en los lunetos por encima de la cornisa que recorre todo el edificio, y progresa en cuatro tramos de los pies a la cabecera. En su conjunto, si el interior del templo estuviera convenientemente pintado –pilastras, capiteles, cornisas...- luciría mucho más.

    Al campanario propiamente se accede por un puertita frente al coro, la escalera es de tipo castellano, adosada a los muros laterales con hueco en el centro. El piso del reloj se halla en el segundo cuerpo de torre, inmediatamente por debajo del piso de campanas, que ocupa el tercer cuerpo de torre, y posee cuatro vanos de ladrillo para los bronces, aunque sólo dos están ocupados: la campana mayor, que toca las horas se halla en el hueco meridional. En el que mira al norte hay otra campana menor. Las hornacinas se hallan protegidas por rejas de hierro para evitar la entrada de las palomas. La campana mayor posee yugo metálico hecho por Manclus (Valencia), su epigrafía dice:

    San Lorenzo/ Riodeva/ Refundida en 1976/

    Dicha campana mayor (San Lorenzo) fue refundida en los años setenta, probablemente por hallarse la vieja agrietada. No hay datos respecto al vaciamiento de este nuevo bronce, tampoco de la edad del viejo. La campana pequeña se halla en el hueco septentrional, posee asimismo yugo metálico, su epigrafía no puede leerse por estar protegida por una reja metálica.

    El armazón de la cubierta (cuarto cuerpo de torre) posee estructura octogonal de madera con tabicas, soportando el tejadillo de tejas vidriadas coloreadas.


    Detalle de la campana mayor de la parroquial de Riodeva (Teruel), refundida en 1976 (2017).


    Ermita de la Purísima: santuario mariano.
    La Ermita de la Purísima se halla sobre un cerrito próximo a la población, en posición suroriental respecto de la misma. Fue construida a mediados del siglo XIX (1854-1858), siendo su fábrica posterior a la iglesia parroquial, que fue levantada a finales del siglo XVIII (1780). Para visitar el lugar cabe seguir un camino asfaltado desde Riodeva -el mismo que lleva a Camarena de la Sierra-: sólo que a poca distancia de la salida del pueblo el camino se desvía hacia la derecha, siguiendo los pilones del Vía Crucis. Junto al merendero se halla el museo “Titania”, subsede de la turolense Dinópolis en Riodeva.

    Tiene también la ermita un acceso por la vertiente suroccidental del cerrito, subiendo varios tramos de escalera en rampa desde la huerta. Siguiendo esta vía encontraremos una placeta ajardinada, con el espacio anterior rodeado por las seis últimas estaciones de la Pasión y el ermitorio al fondo. El lugar resulta muy agradable, Candel lo describe con acierto: “Frente a la ermita hay una plaza o explanada rodeada de las hornacinas o capillitas –todavía vacías- del Vía Crucis”. El párroco (don Tomár Arce) solía ir por allí con frecuencia, para leer su breviario o el periódico –estamos diciendo de mediados los años sesenta (1964)-. Las hornacinas contienen ladrillos cerámicos de Punter, muy hermosos y expresivos (idénticos a los de Tramacastiel), pero con una reja en la parte anterior. En la explanada hay también varias mesas circulares de obra con asientos, y una fuente de agua potable.


    Vista de la zona ajardinada frente a la Ermita de la Purísima en Riodeva (Teruel), con el ermitorio al fondo (2017).

    Detalle del atrio exterior porticado y espadaña de tres ojos en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), 2017.


    Detalle del atrio exterior porticado en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), 2017.



    Detalle del ábside semicircular en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), 2017.

    Detalle del ábside semicircular en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), 2017.


    El edificio de la ermita impresiona por su tamaño -más parece iglesia que ermita-: posee un amplio pórtico delantero con entrada adintelada, aberturas longitudinales laterales y tejadillo a tres aguas con vanos en los laterales, actualmente cegados. Bajo el alero del pórtico hay una fecha enmarcada en un cuadrángulo con una fecha grabada: AÑO 1857 –data que nos remite al tiempo de su construcción-.

    El edificio es de planta alargada, sus muros de mampostería ordinaria con amplio zócalo delimitado por cornisilla labrada, cantería en las esquinas y cobertura a dos aguas con robusto alero de ladrillo y teja. La cabecera muestra ábside semicircular de buena factura, y espadaña de tres ojos en la vertical del hastial anterior, con una pequeña campana en el ojo del lado del evangelio. 


    Vista general de la nave central de la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), con el presbiterio al fondo (2017).

    Vista general de la nave central de la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), con el presbiterio al fondo (2017).


    El piso del atrio exterior está cementado, en su centro hay una fecha grabada –1958- probablemente corresponde a alguna restauración. La entrada propia del templo es también adintelada, muestra un gran portón en madera de dos hojas con guarniciones de hierro y ventanitas de culto rejadas. El interior resulta sorprendente, de aspecto basilical, cúpulas vaída soportadas por cuatro sólidas columnas y pilastras laterales que forman una gran nave central y dos laterales. El edificio progresa en tres tramos de los pies a la cabecera, su espacio interior iluminado por tres elevadas ventanas laterales. El púlpito de obra con tornavoz recae a la nave central, adosado a la columna de cabecera, lado del evangelio. Una amplia cornisa circunda todo el interior, a la altura de los arcos de medio punto que soportan las bóvedas de pañuelo de las tres naves. El presbiterio al fondo, elevado varios escalones por encima del piso del templo, un altar exento en la parte anterior y otro de obra en la posterior. El retablo de obra responde al estilo neoclásico, con una hornacina central enmarcada por tres columnas a cada lado –dos anteriores y otra al fondo-. Observando el retablo del altar mayor no podemos evitar recordar la descripción de Candel: “El altar de la ermita lo restauraron unos valencianos, con ese gusto charro, barroco y policromo –colorines y oro- propio de las gente de Valencia”. Hacia la cabecera del templo, antes del presbiterio hay dos hornacinas de obra –rectangulares-: la de la derecha (epístola) luce un hermoso Niño de la Bola, la de la izquierda (evangelio) una Virgen del Pilar. En el muro de cabecera, lado de la epístola, hay una pequeña lápida oscura (pizarra) con una cruz central en la parte alta y un texto que dice:

    M Y Sor.
    D. JOSE RIOS Y MARQUES
    CANÓNIGO MAGISTRAL DE LA STA. IGLESIA CATEDRAL DE TERUEL
    RECTOR DEL SEMINARIO DE TERUEL Y CATEDRÁTICO DE TEOLOGÍA Y SAGRADA ESCRITURA/
    EN LOS 46 AÑOS DE PRESBITERADO FUE MODELO DE SACERDOCIO
    POR SU CELO RELIGIOSO Y VIRTUDES CRISTIANAS
    DISTINGUIÉNDOSE EN EL DICHO CARGO DE LA PREDICACIÓN ANGÉLICA
    Y POR SU ACENDRADO AMOR A LA PURÍSIMA VIRGEN MARÍA
    A QUIEN EDIFICÓ ESTE SANTUARIO
    NACIÓ EN RIODEVA EL DÍA 17 DE FEBRERO DEL AÑO 1804
    Y MURIÓ EN 10 DE OCTUBRE DE 1875
    R.I.P.


    Detalle de la lápida correspondiente a don José Ríos y Marqués (1804-1875), canónigo magistral de la Catedral de Teruel y patrono de la Ermita de la Purísima, hijo de la villa inhumado en este lugar.

    A la vista de la lápida, cabe distinguir entre don José Ríos y Marqués (1804-1875), catedrático de Teología y Sagrada Escrituras, a la sazón patrono de la Ermita de la Purísima de Riodeva y don Ramón Ríos y Marqués, a tenor de los apellidos probable hermano menor del anterior. De Ramón Ríos y Marqués, la bibliografía recogida dice:
    • <Fue natural de Riodeva, pequeña localidad próxima a la ciudad de Teruel, donde debió nacer a mediados del siglo XIX (más probablemente debió nacer a principios de la primera mitad). D(omingo). Gascón y Gimbao, único autor en el que he hallado alguna referencia a su vida, se limita a escribir: “Doctor en Teología por la Universidad de Salamanca, Catedrático de psicología, lógica y ética en los Institutos de Teruel y Vitoria. Director de este último. Vicedirector después del de Teruel”. (Ob. Cit., p. 171). G(uillermo). Fraile incluye su nombre entre los autores tomistas de la pasada centuria.>[7]


    Ramón Ríos y Marqués fue autor de una obra célebre en su tiempo: Programa explicado de Psicología, Lógica y Ética (Barcelona, 1889).


    Detalle del púlpito y tornavoz  en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), 2017.

    Detalle del presbiterio (altar mayor y retablo) en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), 2017.




    Hecha la anotación, continuamos con la descripción de la Ermita de la Purísima... Entre la lápida del canónigo magistral de la catedral de Teruel y el presbiterio hay una puertita de madera que permite el acceso a un espacio compatible con la sacristía, allí pueden verse variedad de exvotos de cera colgados de las pared. A la salida de la sacristía observamos un cuadro colgado en la pilastra de la epístola, la pintura al óleo representa la fachada de la parroquial con detalle del viejo olmo que antaño la sombreaba. En el lado opuesto (evangelio) hay otra puertita similar que mediante un tramo curvado de escalera ascendente lleva a la parte alta y posterior del retablo, correspondiente al ábside semicircular.

    El piso del templo está enlosado, la nave central forma un pasillo con bancos a los lados, estando libre las naves laterales. Los bancos son de madera, en dos de ellos puede observarse una placa con un texto: “Estos bancos son donación del Exmo. Sr./ Obispo de Teruel, Fr. León Villuendas Polo, a este/ Santuario, siendo cura de la parroquial/ D. Avelino Roselló Torres. Riodeva 18-12-1946”.


    Detalle de la imagen del Niño de la Bola en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), lado de la epístola (2017).



    Detalle de la imagen de la Virgen del Pilar en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), lado del evangelio (2017).


    Fr. León Villuendas Polo (Torrijo del Campo, 1885-Onteniente, 1969) fue obispo de Teruel, donde pontificó entre los años cuarenta y sesenta del pasado siglo XX (1944-1968). El prelado franciscano fue muy querido de los turolenses -en su despedida de la diócesis de Teruel se cantó una jota-: "Torrijo te dio la cuna, / y San Francisco el cordón, / el Papa te dio la Mitra, / y Teruel el corazón".Escritor y conferenciante, de su estancia en el Santuario Mariano de Riodeva queda el recuerdo de los bancos que donó, pues seguramente no había donde sentarse por destrucción del moblaje durante la Revolución Española de 1936 y Guerra Civil (1936-1939). De este tiempo una vecina me relataba que los revolucionarios –vecinos todos ellos del pueblo- saquearon el santuario y destruyeron el contenido ornamental y mueble: “A la Virgen la descabezaron y después llevaban la cabeza de la imagen en procesión por el pueblo, haciendo burla; después de la guerra, varios de aquellos vecinos fueron muriendo en los años siguientes, uno cada año...”. Por el relato de Candel sabemos que el edificio de la ermita fue después “hospital de sarnosos”. A la salida observamos que junto a la puerta (lado del evangelio) hay una sirga que pende de la bóveda, se trata de la cuerda de la campana que menciona Candel. En el muro de los pies –por encima de la puerta: entre la bóveda y la cornisa- observamos una pintura al trampantojo con una cartela en su parte inferior:

    ESTE SANTUARIO SE PRINCIPIO EN PRIMERO/ DE MAYO DE 1854 Y SE CONCLUYÓ EN NUEBE/ DE OCTUBRE DE 1858.

    En su conjunto, la Ermita de la Purísima posee aspecto basilical, resultando un templo sorprendente, hermoso y muy cuidado. Su patrono fue el canónigo magistral de la Santa Iglesia Catedral de Teruel, don José Ríos y Marqués, aunque en la tradición popular de Riodeva queda el recuerdo de la colaboración directa del pueblo en las obras, bien aportando trabajo personal, como peones o acarreando materiales con carros y caballerías.



    Detalle del presbiterio (altar mayor y retablo) en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), 2017.


    Ermita de Santa Bárbara.
    La Ermita de San Cristóbal se halla en la cima de un prominente cerro al noroeste del pueblo, desde donde puede admirarse una estupenda vista del panorama circundante. Existen pocos datos respecto a sus orígenes, Madoz (1849) no la cita al decir de Riodeva -quizá porque no se halla todavía construida-; tampoco la menciona Zapater Gil (1986), aunque es evidente que ya existía por entonces. Para visitar la ermita hay que seguir un camino de tierra que hay a la derecha de la carretera, poco más arriba del cementerio municipal. La pista nace junto a una plantación de almendros, el piso es de tierra en regular estado, según los tramos. Conforme ascendemos el pueblo empequeñece en la hondonada, al tiempo que se amplía el horizonte de los montes.

    Un tramo del camino pasa junto a los desmontes de las minas, permitiéndonos observar su intenso colorido rojizo, blanco, salmón... de las arcillas caolínicas. En cierto punto el camino hace una fuerte curva hacia la derecha, abrazando un enorme montón de piedras de distinto tamaño, en cuya parte central y más elevada luce una cruz metálica, desde aquí el camino continúa recto hasta la ermita. Poco más arriba del crucero ya se ve el ermitorio en la cima del cerro... Se trata de un edificio de planta rectangular rectangular, orientado de norte (cabecera) a sur (pies), muros de mampostería ordinaria, esquinares de sillarejo y cobertura de teja árabe dispuesta en canal y cobija a dos aguas. Al exterior, carece de cruz, espadaña u otro elemento que la señale como ermita. La puerta de entrada se halla en el muro oriental, se trata de una amplia abertura adintelada que da acceso a un amplio zaguán. De hecho, la ermita está dividida en dos piezas, un atrio cubierto que ocupa la parte posterior y otra anterior, propiamente la capilla.


    Vista general (suroccidental) de la Ermita de Santa Bárbara en Riodeva (Teruel), 2017.

    Vista general (suroriental) de la Ermita de Santa Bárbara en Riodeva (Teruel), 2017.


    El atrio posee un asiento corrido adosado al muro occidental y meridional, el piso está cementado y la cobertura es de madera, tipo artesonado. Resulta evidente que la construcción ha sido rehabilitada en tiempos recientes. La entrada a la capilla es también adintelada, se alza dos escalones por encima del piso del atrio, posee puerta de madera de pino con dos hojas, adornos con clavos chanflones y ventanas de culto encristaladas.

    El piso de la capilla está cementado, un poyo corrido discurre a ambos lados, el presbiterio al fondo, un escalón por encima del piso, con altar de obra adosado. Sobre el atar un sencillo retablo neoclásico de obra enmarca una hornacina rectangular con el fondo pintado de azul que da cobijo a una sencilla imagen de santa Bárbara con sus atributos: torreón y palma de martirio. El recinto está iluminado por una arpillera abierta en el lado de la epístola. El altar se halla profusamente adornado con ramos de flores, y velas en el escalón del presbiterio.

    El lugar resulta muy sencillo, sobrio, limpio, muy cuidado... Desde el atrio exterior se observa un sobervia vista panorámica centrada por el caserío de Riodeva, que aparece en el hondo del valle; a la derecha del pueblo pueden verse los desmontes de las minas de caolín mostrando el intenso colorido de sus entrañas, en lo que forma la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), el horizonte lejano lo cierra al sureste las estribaciones de la Sierra de Javalambre.


    Atrio exterior de la Ermita de Santa Bárbara en Riodevaf (Teruel), con detalle de la entrada al ermitorio (2017).

    Vista general de la nave de la Ermita de Santa Bárbara en Riodeva (Teruel), con el presbiterio al fondo (2017).

    Detalle de la hornacina del altar mayor con la imagen de santa Bárbara en la ermita de su nombre en Riodeva (Teruel), 2017l


    La onomástica de santa Bárbara se celebra el 4 de diciembre, pero los de Riodeva la festejan en mayo, momento en que se sube en romería desde el pueblo –antaño caminando o a lomos de caballería, hoy en vehículos a motor- para la bendición de términos. La alcaldesa de Riodeva -una valenciana de la plaza Redonda casada en la localidad-, me informa respecto de esta celebración:
    • <La Ermita de Santa Bárbara está en lo alto de aquel cerro –señala un pico pelado situado al noroeste del pueblo-, próximo a la ermita (por detrás) hay un pilón donde se unen los términos de Libros, Riodeva y Villel, pero la ermita está en término de Riodeva. Se sube por una pista de tierra, antaño andando o en caballería, ahora en coche.... Poco antes de llegar a la ermita hay un montón de piedras con una cruz de hierro en el centro, la costumbre es echar una piedra en el montón al pasar, se hace para pedir ayuda a la santa. Santa Bárbara se celebra en diciembre, pero nosotros hacemos una romería en mayo, para la bendición de los términos. Después bajamos al pino descansadero para la comida, un asado de carne... El domingo de Pascua, en la Procesión del Encuentro (entre la Virgen Dolorosa y el Niño de la Bola), las mayordomesas acompañan a la Dolorosa, y después de la última reverencia (con los estandartes) le quitan el velo a la Virgen y tiene lugar el encuentro. Tras la procesión se nombran las nuevas mayordomesas, que son las mujeres que hacen la fiesta cada año... Antiguamente se elegían por tanda de vecinos, pero ahora salen mujeres voluntarias que quieren hacer la fiesta; si no hay nadie lo hace el Ayuntamiento. Tienen que ser mujeres, no importa la edad ni el estado, este año pasado lo fueron una madre y su hija. Además de organizar la fiesta participan en las procesiones llevando velones: por santa Bárbara (4 de diciembre), en la Purísima (8 de diciembre) y por san Lorenzo (10 de agosto), el patrón del pueblo. Y para Pascua dan el pan bendito... Actualmente la ermita está restaurada, pero antaño, una semana antes de la fiesta subían las mayordomesas y sus familiares a enjalbegar las paredes, así la dejaban preparada para la fiesta. Después de la misa en la ermita (esto en la romería de mayo), se saca la imagen en procesión y luego hacen algo de convite, pastas y bebidas, todo a cargo de las mayordomesas. Lo hacen como una promesa o por devoción, esa es la tradición del pueblo... Hasta hace unos años las mayordomesas pagaban una comida para los mozos y los que se apuntaban, pero como suponía mucho gasto se redujo al convite de pastas y bebidas que te decía... Después de la misa y procesión con la imagen se hace el convite de las mayordomesas, y después la gente se baja hasta el Pino descansadero para comer y descansar. Antiguamente se hacían allí carreras de machos entre los vecinos...>


    Por las explicaciones de la informante vemos que -en Riodeva- santa Bárbara se celebra en su onomástica, pero a la ermita de su nombre se sube en romería en mayo, para la bendición de los términos. Los responsables de organizar la romería (limpiar la ermita, preparar el convite...) son las “mayordomesas”, mujeres que se prestan a esta función por promesa o devoción. Tras la celebración religiosa en la ermita –y concluido el convite de pastas y bebidas ofrecido por las “mayordomesas”- los asistentes a la romería suelen bajar a hasta la partida denominada “Pino descansadero”: zona de recreo con bancos y asadores para comer y relajase. En otro tiempo, cuando las caballerías eran el modo habitual de locomoción, los vecinos aprovechaban para hacer carreras con los animales. 

    La elección de las "mayordomesas" tiene lugar tras la Procesión del Encuentro el domingo de Resurrección, su mandato dura todo el año y entre otras funciones tienen la de acompañar con velones a las imágenes en la festividad de santa Bárbara, la Purísima, san Lorenzo y en la citada Procesión del Encuentro, momento en que tras las últimas reverencias con los estandartes levantan el velo de la Virgen Dolorosa, y repartir el pan bendito.

    Hipotéticamente, el término “mayordomesa” procedería de “mayordomo”, que era el administrador de las antiguas cofradías medievales, asociaciones o hermandades de ayuda mutua en el trance de la enfermedad y la muerte. La tradición de las "mayordomesas" induce a pensar que la celebración de santa Bárbara en la localidad procede de una tradición antigua; sin embargo, no hemos hallado en la fábrica de la ermita signos arquitectónico, estructurales o decorativos que lo demuestren. El edifico responde a la típica construcción vernacular. A tenor de lo dicho, cabe concluir que -mientras no aparezcan datos que lo desmientan-, el edificio podría datarse en la segunda mitad del siglo XIX.


    Detalle del crucero (montón de piedras y cruz de hierro en el centro)  existente en el camino de la Ermita de Santa Bárbara en Riodeva (Teruel):  2017.

    Detalle del crucero (montón de piedras y cruz de hierro en el centro)  existente en el camino de la Ermita de Santa Bárbara en Riodeva (Teruel):  2017.

    En el contexto de la “Romería de Santa Bárbara” resulta curiosa la costumbre de echar una piedra en el montón donde se halla el crucero que hay en el camino de la ermita. Tan curiosa tradición concuerda con la que existe en el Camino de Santiago, en el lugar llamando “Cruz de Ferro” (entre la Maragatería y El Bierzo) -exactamente, en Santa Colomba de Somoza (León): entre Foncebadón y Manjarín-, donde tiene lugar un rito similar, con la particularidad que allí los peregrinos suelen llevar las piedras desde sus lugares de origen, mientras que aquí en Riodeva la cogen del camino.[8]Cuando hice el Camino de Santiago (en 2010), mis compañeros de viaje y yo cumplimos con el ritual, mi piedra la cogí en la Casa de Forestales del Rodeno (Tormón, Teruel), en la primera etapa del camino entre Torrebaja y Albarracín, íbamos en bicicleta. Las piedras que se echan en el montón -a los pies del crucero del camino de la Ermita de Riodeva o en el Camino de Santiago- bien podrían simbolizar las culpas y errores que arrastramos las personas, las ofensas realizadas o recibidas, las expectativas frustradas en el camino de la vida..., una forma de liberarse de ellos, para continuar más ligeros de equipaje. Sea como fuere yo eché las mías -por mí y por mis seres queridos-, pues se trata de una singular y hermosa práctica, y como tal tradición merece la pena cumplirla. Aunque no es obligatorio...


    Los Amanaderos de Riodeva: paraje de saltos y cascadas.
    Los Amanaderos son un paraje fluvial de montaña al este de Riodeva, en las estribaciones de la Sierra de Javalambre, a unos 1500 m de altitud. El nombre del paraje alude a nacimientos de agua, lugar donde mana o surge el agua. Estos nacimientos alimentan un pequeño cauce denominado río Deva, afluente del Turia por la izquierda a la altura de las Casas de Angelina, entre Libros y Torrealta. En el hidrónimo “Deva” se ha querido ver una alusión a las deidades prerromanas del agua, de índole indoeuropea, lo cual resulta razonable en el contexto del paraje de Los Amanaderos, donde abunda este elemento. Según la mitología griega y romana, en estos lugares de agua habitaban las ninfas de los ríos (potámides) y las fuentes (náyades), así como de las grutas y montañas (oréades) y de los bosques (dríades). En la Hispania céltica las ninfas de los ríos y fuentes se denominaban xanas o hadas. Sea como fuere, el conjunto de mitos, ritos y tradiciones de una cultura (la mitología) enfoca una cierta visión o interpretación del mundo, además de ser muy hermosas...

    Gran parte del trayecto del río Deva (22 km de largo) sirve de frontera geográfica y política entre Teruel por Aragón con la comarca del Rincón de Ademuz por Valencia. La porción más interesante del río Deva está en los diez primeros kilómetros de su curso: entre su nacimiento y el Molino de Montereta. Se ha querido ver el nacimiento del río bajo una roca rodena que hay poco más arriba de Los Amanaderos, pero este punto es solo uno más de los lugares donde mana el agua. Geomorfológicamente, el terreno por donde discurre el curso de agua es una mezcla de arenisca férrica (rojiza) y toba calcárea (grisácea) de origen Mesozoico modificado por la Orogenia Alpina y los fenómenos glaciares posteriores.


    Detalle de panel en el punto de interpretación de Los Amanderos de Riodeva (Teruel), 2017.

    Detalle del "Salto de las Yeguas" en Los Amanderos de Riodeva (Teruel), 2017.


    Detalle de remanso en el barranco de Los Amanaderos de Riodeva (Teruel), 2017.
    Detalle de la "Cascada de las Ninfas" en Los Amanderos de Riodeva (Teruel), 2017.


    Vista de la "Cascada de las Ninfas" en Los Amanderos de Riodeva (Teruel), con detalle del remanso que forma (2017).


    Propiamente, Los Amanaderos son el resultado del trabajo del agua a su paso por los diferentes estratos, que ha creado un paisaje abrupto de gran belleza formal. Se identifican trece escalones fluviales (cascadas), siendo el mayor de 48 metros de altura –lo que explica el fuerte desnivel: 500 metros en poco más de 5 kilómetros-. En las márgenes del río Deva abundan los árboles caducifolios como el sauce blanco (Salix alba), mientras que en las laderas de ambas márgenes crecen variedad de quercusy enebros (Juniperus commnunis). A más altitud pueden observarse pinos, con predominio del laricio o negral (Pinus nigra). Por encima de estas variedades crece el pino silvestre (Pinus sylvestris), las cotas más altas son el reino del pino negro (Pinus uncinata). En las cumbres la vegetación se limita a las especies rastreras de sabina (Juniperus sabina) y diversas variedades endémicas: Sideritis, VerónicaJavalabrensis, etc.

    Las caídas de agua más espectaculares se hallan al comienzo de Los Amanaderos, inmediatamente por debajo de la zona de aparcamiento. El primer salto se denomina “Salto de las Yeguas” –Madoz ya lo cita con este nombre-, discurre sobre tobas calcáreas, una piedra frágil que ha favorecido la aparición de una abrupta y espectacular cascada de casi medio centenar de metros. La segunda caída se denomina “Cacada de las Ninfas”, está poco más abajo y discurre entre piedras rodenas (areniscas férricas), un estrato mucho más duro que el tobáceo y que ha permitido cataratas escalonadas hasta un plácido remanso final rodeado de chopos.

    Relación de las principales cascadas y saltos de agua en Teruel–por orden alfabético-:
    Denominación
    Municipio
    Cascada de la Hiedra del Barranco de Fuen Narices
    Mora de Rubielos
    Cascada del Arquero del río Linares
    Puertomingalvo
    Cascada del Cubo del río Radón
    Alcaine
    Cascadas del Chorreadero en el río Torrijos
    Parras del Martín
    El Salt del río Tastavins
    La Portellada
    Pozo del Salto del Barrancos de Santa Lucía
    Molinos
    Salto de la Presa del Hocino del Aguasvivas
    Blesa
    Salto del Barranco de Fuentes
    Molinos
    Salto del Barranco de San Juan
    Cuevas de Cañart
    Salto del Calicanto del río Ebrón
    Tormón
    Salto del Molino de San Pedro en el río Cabriel
    Albarracín
    Salto en el río de la Fuente del Berro
    Calomarde
    Saltos del rio Aguasvivas
    Segura de Baños
    Saltos y cascadas del Barranco de los Amanaderos
    Riodeva


    Palabras finales, a modo de epílogo.
    El artículo se justifica como una continuación de los trabajos de divulgación precedentes, relativos a otros municipios aragoneses próximos al Rincón de Ademuz. Hemos comenzado con una introducción histórica, recopilando información historiográfica –y documental- que hace a los orígenes de estos lugares (siglo XII-siglo XIII).

    Los orígenes de Riodeva están vinculados a Villel, que fue Encomienda de la Orden Militar de Alfambra, posteriormente unida a la Orden del Temple (siglo XII). Los templarios no gestionaron directamente sus tierras, las parcelaron y cedieron a sus cultivadores, que se regían mediante una carta-puebla con derechos y obligaciones, con reserva señorial (siglo XIII): Torre, casa, iglesia y huerto, y los monopolios habituales: horno, molino, incluidos azudes y acequias.

    Detalle de desmontes en las minas de caolín de Riodeva (Teruel), 2017.

    Un lugar de interés de la Riodeva bajo medieval es el castillo de Cabroncillo (originariamente, Cabronciello), las primeras referencias aparecen a finales del siglo XIII, durante el reinado de Jaime II de Aragón, que prohibió la caza mayor en la zona de Cabroncillo. Hubo también un conflicto entre la Orden del Temple y el Concejo de Teruel, que supuso la ocupación del Cabroncillo por los de Villel (1296). A mediados del siglo XIV, el comendador de Villel ordenó la reparación de los castillos de Libros y Cabroncillo (1356), la fecha indica que fue en los momentos previos a las guerras castellano-aragonesas del siglo XIV. Posteriormente –a lo largo del siglo XV-, el lugar se despobló y el castillo fue abandonado por innecesario, pues ya no aparece en el fogaje de Fernando el Católico (1495). A principios del siglo XIX (1821) del antiguo lugar sólo quedaba “una masía en la partida del Cabroncillo”, sujeta a la desamortización para pagar la deuda nacional.

    Mediado el siglo XIX, Pascual Madoz (1849) ofrece su particular visión de Riodeva, situándola con acierto “en una hondonada, cercada por todas partes de montañas” y poblada por 134 vecinos (cabezas de familia), equivalente a 537 almas (habitantes), ello suponía una densidad de población de16,6 hab/km2. El máximo poblacional lo alcanzó en 1940 (842 habitantes). En la actualidad el censo ha disminuido considerablemente: 2008 (198 habitantes), lo que supone una densidad de población de 5,8 hab/km2.

    Las minas de azufre de Libros tuvieron una influencia económica y social decisiva en la zona, constituyéndose en punto de encuentro de las gentes de los pueblos del sur de la provincia de Teruel y el valenciano Rincón de Ademuz, amén de los mineros de Hellín (Albacete) y otros lugares. La industria minera alcanzó su clímax de producción en los años veinte del siglo XX. Durante un viaje de Madrid a Teruel –vía Cuenca y el Rincón de Ademuz-, el dictador Primo de Rivera visitó la zona, fotografiándose con los mineros. La visita tuvo lugar en los primeros días de agosto de 1927: le acompañaba Galo Ponte y Escartín (1867-1943), ministro de Gracia y Justicia.

    Detalle de pintura al óleo existente en el presbiterio de la Ermita de la Purísima, representando la parroquial y el viejo olmo que la sombreaba, en Riodeva (Teruel), 2017.

    En septiembre de 1964, el escritor casasaltense afincado en Barcelona -Francisco Candel Tortajada (1925-2007)-, pasó por Riodeva en compañía de unos amigos catalanes: procedían de Teruel y se dirigían al Rincón de Ademuz, iban andando. Los caminantes conocieron a don Tomás Arce, el fabuloso cura párroco del lugar, Candel dejó escritas sus agudas impresiones del lugar, de lo que vio o creyó ver.

    Se describen los principales monumentos histórico-artísticos de Riodeva, particularmente la iglesia parroquial de la Virgen de los Dolores, un sencillo edificio neoclásico de finales del siglo XVIII (1780) y la basilical Ermita de la Purísima, construida a mediados del siglo XIX (1854-1858), cuyo patrón fue el canónigo magistral de la Catedral de Teruel, don José Ríos y Marqués (1804-1875), hijo de Riodeva, rector del Seminario de Teruel y catedrático de Teología y Sagrada Escritura, inhumado en un nicho de la epístola en la ermita de su patronazgo. Su hermano –don Ramón Ríos y Marqués- asimismo hijo de la localidad, también alcanzó notoriedad, fue Doctor en Teología por la Universidad de Salamanca, Catedrático de sicología, lógica y ética en los Institutos de Teruel y Vitoria, y autor de un célebre texto: Programa explicado de Psicología, Lógica y Ética (Barcelona, 1889).



    En el centro, doña  Mª Dolores Llovera Fernández, alcaldesa de Riodeva (Teruel), junto con su hija (izquierda) y mi esposa (derecha) posando en el pórtico de la Ermita de la Purísima (2017).  
    Museo de "Titania", subsede de Dinópolis en Riodeva (Teruel), 2017.


    La descripción del patrimonio histórico-artístico religioso de Riodeva no podía olvidar la Ermita de Santa Bárbara, situada en lo alto del cerro de su nombre (al noroeste de la población), adonde el vecindario acude en romería en mayo -para la bendición de términos-: siendo las “mayordomesas” las encargadas de la fiesta, por costumbre y devoción. En un punto del camino próximo a la ermita hay un enorme montón de piedras con una cruz en el centro, la tradición manda que al pasar los romeros arrojen una piedra al montón, costumbre emparentada con la existente en la “Cruz de Ferro” del Camino de Santiago (entre la Maragatería y el Bierzo).

    Dentro del patrimonio natural, destaca el lugar de Los Amanaderos y sus magníficas cascadas y saltos de agua -de sugestivo nombre-: Salto de las Yeguas, Cascada de las Ninfas... –cascadas y saltos que nada tienen que envidiar a otros más afamados de la provincia de Teruel-.

    Pero Riodeva es mucho más –sus acreditadas minas de caolín, el Molino de Montereta: Centro de interpretación del río Eva y Los Amanaderos (CIREA), el museo de “Titania”, subsede de Dinópolis en la localidad y sus dinosaurios fósiles...-, amén de la "Ruta Geológica" del Parque Natural de Puebla de San Miguel, lugares que no pueden dejarse de visitar, yendo a Riodeva. Vale.






    [1] CANDEL, Francisco (1977). Siluetas oscuras de casas, corrales y parideras, en Viaje al Rincón de Ademuz, Edita Plaza&Janés, S.A., Barcelona, pp. 84-86.
    [2] Ibídem, p. 87.
    [3] CANDEL, Francisco (1977). El fabuloso cura de Riodeva, en Viaje al Rincón de Ademuz, Edita Plaza&Janés, S.A., Barcelona, pp. 88-89.
    [4] Ibídem, pp. 90-91.
    [5] Ibídem, pp. 92-96.
    [6]ZAPATER GIL, Alfonso (1986). Aragón, pueblo a pueblo, Zaragoza, tomo VIII, p. 2084.
    [7] DÍAZ DÍAZ, Gonzalo (1998). Hombres y documentos de la Filosofía española, Edita Consejo Superior de Investigaciones Históricas, Centro de Estudios Históricos, Madrid, vol. IV (O-R), pp. 782-783. El mismo autor recoge los estudios que lo citan: Fraile Martín, Guillermo. Historia de la Filosofía (1956-1985), vol. III, p. 117. Gascón y Guimbao, Domingo (1908). Relación de escritores de la provincia de Teruel, Zaragoza, p. 171.
    [8]<[La Cruz de Ferro] Sobrecoge el contemplarla sobre un cielo limpio que invade con su modestia; un largo palo de cinco metros sostiene en su punta a una oxidada y vieja cruz de noble hierro, ante la cual miles de piedras, depositadas por los peregrinos que caminaban hacia Santiago y por los trabajadores gallegos que iban a hacer la siega a los duros campos castellanos, han ido formando un cónico montón de pesadas esperanzas. La Cruz de Ferro revive, probablemente, una vieja tradición pagana vigente ya en tiempos de los romanos, que denominaban estas montañas “Montes de Mercurio”>. Vid POUSA, José Ramón (1992). El Camino de Santiago, [Fotografías: Xurxo Lobato. Dibujos y mapas: Carlos Vazquez. Diseño: Antón Galocha. Impresión: La Voz de Galicia, S.A.], Edita Las Provincias, pp. 218-219. 

    LA CUCAÑA DEL SEPARATISMO CATALÁN.

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    A propósito del falso referéndum de autodeterminación del 1-O 2017 en Cataluña.




    “En mi opinión, el tema catalán resulta un problema histórico artificial,
    creado por unos intereses espurios
    difíciles de entender para el resto de españoles”
    -Del contenido textual-.






    Palabras previas, a modo de introducción.
    Seré sincero, siempre he sido algo cocinillas, de niño me gustaba ayudar a mi madre en la cocina, probaba pelar patatas y freírlas. Las patatas fritas que se hacían en casa de mis padres no eran las tradicionales, se diferenciaban en la forma de cortarlas, por eso mis preferidas son las que se cortan en lonchas, encima de las cuales se pone un huevo frito. De esta forma, ayudando a mi madre en los fogones aprendí los rudimentos de la cocina, de las ollas y sartenes, guisos y frituras.

    Actualmente soy una persona mayor, de profesión jubilado, pero en la distribución de las faenas del hogar sigo haciendo lo mismo que en los últimos treinta años, sólo que nuestros hijos –los de mi mujer y míos- ya no viven con nosotros. Todas las mañanas cuando me levanto hago lo mismo –sin duda soy un hombre rutinario: sin rutina no se puede hacer nada-: primero voy al servicio para un aseo rápido de cara y manos, luego voy a la cocina para preparar el desayuno -mientras mi mujer se arregla para el trabajo.

    Nuestro desayuno es tradicional, café con leche y cereales, tostadas de pan integral con mantequilla y mermelada. A veces tomamos un vaso de zumo previo al café con leche, o un simple vaso de agua. Sin embargo, antes de sentarnos a la mesa preparo el desayuno de los pájaros. No tengo pájaros de jaula, ¡qué horror! Mis pájaros son gorriones silvestres a los que pongo alpiste y unas mollas de pan duro en un tarro de barro en el balcón. Junto al tarro con el alimento pongo otro similar con agua del grifo, para que las avecillas beban. Les pongo la comida, silbo una tonadilla y enseguida se llena el balcón de gorriones.

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    Detalle de bandera nacional española en el balcón de una casa de Torrebaja (Valencia), el 1-O 2017.

    De esta forma, mientras desayunamos les vemos comer. Resulta agradable ver cómo comen estos frágiles seres voladores, las luchas de poder que se establecen entre ellos, su agilidad y extraordinaria viveza. Y en época de cría, ver cómo las madres dan de comer a los hijos. En muy curioso el comportamiento de estas humildes aves: los  machos son algo más corpulentos que las hembras, y llevan a modo de corbatilla negra en la parte anterior del cuello. Las hembras son más finas de cuerpo, más esbeltas y tímidas, aunque a veces se enfrentan a los machos: debe ser cuestión de hambre. A mi mujer le hace mucha gracia ver a los pájaros comer y beber. A mí también me divierte, y creo que no hago mal a nadie con esta sencilla práctica.

    Concluido el desayuno me pongo a fregar. En casa no tenemos fregaplatos, ni lo tendremos mientras yo pueda fregar, porque me encanta fregotear. Utilizo guantes y agua fría, reservando la caliente para las ollas o platos muy engrasados, cuando los hay. Lo primero es ordenar las piezas, primero el cristal, después la loza y la cubertería, en último lugar las ollas y sartenes de metal. Primero las enjabono, después las enjuago y pongo en el escurridor. Los cubiertos los coloco también ordenadamente, los cuchillos en el centro, con la punta hacia abajo. Los tenedores con los tenedores, las cuchara con las cucharas, las cucharillas con las cucharillas... Mi lema para fregar es el mismo que he seguido en otros aspectos de la vida: método y orden. Con este sistema me he evitado muchos problemas.

    Se me olvidaba decir que lo primero que hago cuando llego a la cocina es poner la radio, una radio pequeña que tenemos sobre el microondas. Siempre está puesta en la misma onda, cuando vienen nuestros hijos eligen otras emisoras, porque los jóvenes tienen otros gustos, aunque dudo que mejores. Antaño escuchaba a Luis del Olmo (Protagonistas), después a Carlos Herrera (Herrera en la onda), ahora a Carlos Alsina (Más de uno). Cada uno de estos programas -como los periodistas que los han conducido- tiene sus peculiaridades, aunque todos ellos me gustaron en su momento, al menos los he escuchado con más agrado que los de otras emisoras. Dentro de estos programas mi sección preferida es el editorial y la tertulia. Los tertulianos suelen variar con los días, cada uno con sus puntos de vista, y argumentos. Enseguida se les ve su posicionamiento, cuando lo tienen. Mis preferidos son los liberales. Hay otros que parece que les paguen desde algún partido, porque siempre apuntan en la misma dirección, son los llamados paniaguados.

    La cucaña del separatismo catalán vista desde el Rincón de Ademuz.
    En los últimos meses –por no decir años- un tema ineludible es la cuestión catalana, que del nacionalismo moderado ha pasado al separatismo radical. Comprendo que es un tema de actualidad que hay que tratar, pero también un contenido que aburre, crispa y enerva. Como si en España no existiera otra comunidad que la catalana. En épocas anteriores ocurría igual con el País Vasco y el terrorismo etarra. Cuando comienzan con el tema de Cataluña me dan ganas de apagar la radio, pero nunca lo hago porque entiendo que el asunto es importante y hay que estar enterado de lo que ocurre.

    En ocasiones he oído hablar del anticalanismo, de la catalanofobia. No creo que en España exista este sentimiento contra esa parte del territorio nacional. Al menos yo no lo tengo, ni lo he visto nunca en mi familia. Cuando digo mi familia me refiero a la de los padres y abuelos. La mayor parte de mi familia materna –originaria de El Cuervo (Teruel)- vivió durante décadas en Barcelona, y esto desde los años veinte del siglo XX en adelante. Aunque al comienzo del siglo estuvieron en Madrid, donde nació mi madre. Mi abuelo José Garzón Casino fue Guardia de Seguridad en Madrid, Teruel y Barcelona, dos de mis tías se casaron con catalanes de prosapia: Torredefló y Vallvé Gastó. Nada que objetar, la relación con ellos fue siempre cordial, amistosa, familiar. Yo mismo pasé los años de mi adolescencia en Barcelona estudiando el Bachillerato en un colegio que había en la calle Cerdeña, esquina Córcega (el patronato de la Sagrada Familia y San Ignacio de Loyola), desde 1964 a 1970. Si fuera cierto lo que decía Mingote, que uno es de donde hace el Bachiller, yo sería catalán, aunque sea valenciano del Rincón de Ademuz por nacimiento.

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    Detalle de bandera nacional española en el balcón de una casa de Torrebaja (Valencia), el 1-O 2017.

    En mi opinión, el tema catalán resulta un problema histórico artificial, creado por unos intereses espurios difíciles de entender para el resto de españoles. Al menos yo no lo entiendo, ni comparto los argumentos que lo  aplauden, defienden y sustentan, toda vez que la Comunidad Autónoma de Cataluña, junto con la vasca, son las más privilegiadas, ricas y avanzadas. ¿De qué se quejan los catalanes nacionalistas y separatistas, cómo pueden justificar su odio a España, acaso hay alguien que menosprecie su cultura: bailes, gastronomía, lengua, tradiciones...? Si hay gente que los desdeñe será por la machaconería de los medios de comunicación, que harta al resto de la ciudadanía con el monotema diario. Es por ello que a veces he oído decir “Que se vayan de una vez estos catalanes y nos dejen en paz”. ¡Eso quisieran ellos! Pues yo no quiero que se vayan de ninguna manera, además de que no pueden hacerlo. Al menos eso espero. El argumentario nacional-separatista se base en cuestiones históricas tergiversadas, en cualquier caso falsas. Cataluña jamás ha sido un estado independiente, desde Carlomago a la Corona de Aragón. Resulta incluso una patochada hablar de ello. Si alguien tiene alguna duda no tiene más que consultar los libros serios de historia. Pero es absurdo pretender utilizar la razón histórica con un Gobierno de la Generalidad instalado permanentemente en la mentira. No debemos olvidar que una mentira mil veces repetida acaba convirtiéndose en verdad.

    Después salieron con aquello de que España les roba, cuando parece ser que los únicos que les robaban a los catalanes eran CiU y el clan de los Pujols con el tres por ciento, ¡vaya por Dios! Ahora hablan del derecho a decidir de los pueblos, ¿a decidir sobre qué? Porque el resto de los españoles también tenemos derecho a manifestarnos en este sentido. Por mucho que se empeñen los catalanes nacional-separatistas no tiene derecho a decidir en exclusiva sobre Cataluña más allá de las elecciones autonómicas y generales correspondientes. Porque Cataluña es España y sobre España tienen que decidir todos los españoles, no sólo los catalanes. Para poder decidir en este asunto habría que modificar antes la Constitución del 78: si una reforma de nuestra Carta Magna contemplara siquiera la posibilidad de que una parte de España pudiera segregarse –separarse- del territorio nacional, rotundamente yo votaría que NO a esa Constitución -aunque en lo demás fuera magnífica. Y como yo imagino que muchos españoles. Porque entiendo que España es un país de larga tradición histórica y debe permanecer íntegro en sus fronteras físicas, geográficas. En todo caso integrarse con otras naciones (estados) como la Comunidad Europea. Entiendo también que la Unión Europea debe avanzar en su integración territorial hacia la político, social y cultural, como lo ha hecho en lo económico.

    Pero intentar convencer a un nacional-separatista catalán con argumentos racionales y jurídicos es una falacia, basta ver el conjunto de argumentos y la categoría intelectual de los Junqueras, Rufianes, Tardás, Forcadell, Corominas, Arrufat, las Gabriel y otros de la misma colla de la Candidatura d`Unidat Popular (CUP) y Junts por el Sí. La entrevista en directo del señor Borrel con el señor Junqueras es ontológica, muy recomendable para los que pretendan seriamente comprender el entresijo y desmontar la manipulación del nacional-independentismo catalán. Asimismo podríamos decir del muy honorable presidente de la Generalidad, señor Puigdemont, bien retratado en la entrevista que le hizo Jordi Évole en La Sexta TV. Estos personajes y otros que nos ha tocado sufrir parece que tienen deseos de hacer historia –que diría J. Pla-: "pero la historia que hagan estos señores, a no ser que la escriba gente con mucha imaginación se le caería a uno de las manos" -una verdadera "collonada" (léase, cullonada) como definiría el asunto el ampurdanés universal. Aunque creo que "estos señores" están perfectamente elegidos por sus partidos para el papel que representan. En cualquier caso, a muchos españoles nos producen dentera.

    No sé por qué, el señor Puigdemont me recuerda la historia de aquel mono que traía un señor de Lérida –quizá era de Gerona- en una jaula de América. Al mono le asomaba el rabo entre los barrotes y durante la travesía un marinero borracho se lo cortó. El mono sufriría lo suyo, pero la herida cicatrizó y el primate sobrevivió. El problema surgió cuando hubo que sacarlo de la jaula, el animal se buscaba el rabo y no se la encontraba, ello le llevó a la desesperación y la inapetencia, hasta que murió. Esto es lo que posiblemente le pase al señor Puigdemont cuando lo quiten del lugar donde se halla, que se buscará la cola y no se la encontrará. Sea como fuere, estimo que en la Historia de España el presidente de la Generalidad será recordado como se merece: teníamos un rey felón (Fernando VII), ahora tendremos además un presidente autonómico felón (Carles Puigdemont). No conozco personalmente a este señor, así que no puedo opinar sobre él como persona; como político, sin embargo, me impresiona de fachenda y milhombres, aunque esto es sólo una impresión y tal vez me equivoque. El tiempo lo dirá...

    Porque el nacionalismo separatista se ha instalado en el fanatismo y en los sentimientos -en lo visceral-: aquí no cabe la lógica ni el raciocinio. La situación a la que han llegado estos señores en su odio a España semeja a una infección viral, una vez llega a las entrañas es muy difícil –imposible- de erradicar. Podrá aplacarse, ralentizarse, pero no extirparse. La transferencia de las competencias educativas a las comunidades autónomas tiene algo que ver en el asunto del adoctrinamiento nacional-separatista desde las escuelas y la televisión autonómica, absolutamente sectaria. Treinta y tantos años educando en el odio a España tiene estas consecuencias. A esto habría que añadir la policía autonómica -asimismo sectaria y partidista-, donde seguramente debe exigirse un buen currículo nacionalista para entrar. El asunto del odio me recuerda el argumento de una película de Samuel Fuller –Perro Blanco (1982)-: les aconsejo ver este film, no tiene desperdicio, aunque les advierto que el final no es agradable. Quiero decir que no termina bien, porque una vez que el veneno del odio entra en el cuerpo del animal sólo se puede erradicar de una forma. Pero ojo, yo no digo que la solución del nacional-separatismo catalán o de otro tipo sea la del perro blanco. Soy más bien partidario de “conllevarse”, que decía Ortega, pero sabiendo a lo que nos enfrentamos.

    Hace tiempo apareció una pintada en el quitamiedos de la carretera CV-479 de Castielfabib (Valencia) a El Cuervo (Teruel), en una curva nada más dejar la CN-420. El texto decía “SEPARATAS CATALANES TRAIDORES”. Desconozco quién pudo haber escrito semejante discurso. Aunque quizá tiene su sentido. Porque cerca del noventa por ciento de los catalanes ratificó en su momento la Constitución de 1978, y ahora la violentan, buscando su satisfacción en la democracia, ¡collonut!; aunque no dudan en descerrajarla si ello es necesario para lograr lo que pretenden. Uno en su ignorancia cree –sin embargo- que la mayor garantía de la justicia y de la democracia es el respeto de las leyes, y el estado de derecho. Sea como fuere hace ya unos meses que borraron la proclama, tal vez para no molestar a los catalanes de bien que nos visitan, la inmensa mayoría de los cuales son originarios de estos pueblos del Rincón de Ademuz, Cuenca y Teruel. El escrito de marras puede que sea la única manifestación de anticatalanismo que conozco en la zona –aunque más bien debería calificarse de una reprensión o afeamiento de su conducta-; en cualquier caso obra de gente impulsiva, ya que entiendo que no todos los catalanes participan del sentimiento separatista y el odio a España. En este sentido, cabría sopesar anticatalanismo e hispanofobia, porque seguramente nos llevaríamos una sorpresa... Pero el asunto parece algo más complejo, basta leer el libro de Adolf Tobeña -La pasión secesionista (2017)-, en el que el siquiatra catalán analiza el fenómeno del nacional-independentismo desde un punto de vista psicobiológico, argumentando que el análisis psicopatológico que hace la intelectualidad hispana constituye un error monumental, ya que no se trata de un delirio, locura o pura irracionalidad, sino de un "enamoramiento colectivo" que ha generado una euforia ganadora. Sin duda, el libro resulta de gran interés para comprender la cuestión más allá de las tesis habituales.

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    Detalle de pintada borrada en el quitamiedos de la CV-479 en el Rincón de Ademuz (Valencia), 2017.

    Yo no sé cómo debería enfrentarse esta amenaza de ruptura del territorio nacional, pero no creo que sea sólo labor de los gobernantes. El asunto es demasiado importante para dejarlo en manos de los políticos. De hecho creo que haber llegado al punto donde estamos se debe a los que han gobernado este país en las últimas décadas, el Partido Popular (PP) con su tancredismo suicida y el Partido Socialista Obrero Española (PSOE) con su marrullería permanente. La incompetencia y mal hacer político de ambos nos ha llevado a la situación actual, que tiene las características de un golpe de estado. Aunque hay que dejar claro que los principales responsables son los que han promovido esta situación general, y el referéndum ilegal en particular, burla y chanza de la democracia. Culpo también a los intelectuales –no me refiero a los artistas y comediantes- me refiero a los verdaderos intelectuales, a los que apenas se les ha oído manifestarse en este tema, siquiera intentando aclarar, elucidando y explicando la cuestión. Respecto a los empresarios, hasta ahora tampoco se les ha oído demasiado que digamos. La pela es la pela, vs el euro es el euro. Pero bueno es que unos y otros se manifiesten, para que sepamos dónde está cada cual. Después está la denominada "mayoría silenciosa", esa parte de la ciudadanía catalana que -siendo o no nacionalista- está en contra de la autodeterminación y el separatismo, pero que permanece callada, muda, acobardada. Supongo que por miedo, puro y simple miedo: miedo a que te echen del trabajo, a que no te renueven el contrato, a que te señalen en la escalera, en el bar, en el trabajo... En la Alemania nazi sucedía que la policía secreta se llevaba a judíos y comunistas, a gente corriente que no participaba de las ideas autoritarias y los demás –sus propios amigos, conocidos y vecinos- giraban la cabeza hacia otro lado, asimismo sucedió cuando se enteraron de la existencia de los campos de trabajo y extermino. Puro y simple miedo, un sentimiento por lo demás muy humano. Nada de esto sucede en la Cataluña actual, aunque dado en manos de quienes se encuentran, en una Cataluña independiente podría llegar a suceder. Pero ya saben lo que decía Edmund Burke (1729-1797), “Para que triunfe el mal, basta con que los hombres de bien no hagan nada”. Esta mañana de domingo he ido a dar una vuelta por el pueblo con un amigo, sólo hemos visto dos banderas españolas en los balcones. Bien es cierto que hay poca gente, la mayoría de las casas están cerradas. Las banderas de España que he visto me han alegrado el corazón, pienso que todavía hay vida y sentimiento nacional –aunque sea escaso-. Porque ser nacionalista nada tiene de malo, todos lo somos en alguna medida, en tanto expresión del amor por la tierra que nos ha visto nacer, donde hemos crecido o desarrollamos nuestra vida. El problema surge cuando un nacionalismo se desboca en detrimento de los demás, entonces surge el conflicto, el odio al otro, la creencia y el sentimiento de que somos distintos, mejores que los demás.

    La inmensa mayoría de los españoles de bien –los que hemos sobrevivido como hemos podido, trabajando, criando y educando a nuestros hijos, pagando impuestos y respetado las leyes- queremos una España unida, en la que los ciudadanos tengamos los mismos derechos y deberes, con independencia del lugar donde residamos. No estoy hablando de una España grande y libre al estilo franquista: aquella España y su tiempo ya pasó. Como pasó la época de las dos Españas de Indalecio Prieto, en la que unos cagaban en cuclillas y otros sentados: ahora cada cual hace sus necesidades como le place. Me refiero a una España territorialmente unida, adscrita a la Unión Europea -sin fronteras con las demás naciones de Europa-, participando de los mismos beneficios económicos, políticos, culturales y sociales que el resto de países. Entiendo también que España es una nación compuesta de pueblos diversos –no una nación de naciones como han dicho algunos-, variada en todos los sentidos, pero con un sentimiento de pertenencia a un territorio geográfico e histórico, culturalmente heterogénea, pero con una lengua extraordinaria –el español- que nos permite a los españoles entendernos y comunicarnos entre nosotros y con cuatrocientos millones de personas en todo el mundo. Y ello con el mayor respeto y cariño por las diversas lenguas de España: catalán, gallego y vasco. Mal que bien, entiendo y me hago entender en valenciano, la lengua materna de mi esposa y de toda su familia, originarios y residentes en la Marina Alta. Es más, me siento muy orgulloso de la parte catalano-valenciana que hay en mi sangre, además de que mis hijos llevan como segundo nombre Ferran y Pau.

    Decía que no sé cómo podrá solucionarse este conflicto, pero entiendo que de la forma en que se solucione dependerá el futuro de España a medio y largo plazo. Personalmente, antes que monárquico o republicano me siento demócrata. El problema de España no es tanto la forma de gobierno que tenga el Estado como el respeto a la Constitución y su unidad territorial –algo por lo demás innegociable, porque resultaría absurdo intentar dialogar con un separatista-; aunque creo sinceramente que en una república habría el peligro de una fragmentación y rotura de España. Ya sucedió en 1934, cuando la mal llamada revolución de octubre, término que encubre lo que fue una pura y simple asonada socialista y nacionalista catalana a la que se sumó gran parte de la izquierda. En el curso de aquel golpe de estado el presidente Companys proclamó el Estado Catalán, dentro de la República Federal Española. Estanley G. Payne en su magnifica obra –El colapso de la República. Los orígenes de la Guerra Civil (1936-1939)- viene a decir que si entonces se hubiera fusilado a media docena de los capitostes que organizaron aquel golpe de estado contra la II República, tal vez nos hubiéramos ahorrado la guerra civil y la dictadura franquista, y hoy tendríamos una república madura. Pienso como el historiador e hispanista americano. Por eso entiendo que si tras el 1-O los que han organizado la algarada separatista se van de rositas es que no hemos aprendido nada. No digo que haya que fusilarlos, ¡Dios me libre!, pero alguna sanción que les duela y escarmiente deberán tener por parte del estado de derecho. De lo contrario volveremos a las soluciones políticas de los años treinta... Porque si de algo sirve la historia es para aprender del pasado y no cometer los mismos errores. La I República (1873-1874) tuvo varios presidentes en un año, un puro cachondeo con la rebelión cantonal y la emisión de moneda propia; naturalmente terminó como el gallo morón..., sin plumas y cacareando. La II República (1931-1936) acabó peor, en una cruel guerra civil que segó la vida de medio millón largo de españoles (la mitad en la retaguardia) y produjo un sufrimiento inconmensurable. Y en aquella acometida contra la república todos fueron culpables: las derechas y las izquierdas. No sé si vendrá una III República, pero alguna enseñanza deberemos sacar del pasado, porque con los partidos emergentes a la izquierda del PSOE -me refiero a los nacional-populistas, antisistema y comunistas- esa posibilidad se hace más aventurada.

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    Detalle de bandera nacional española en la ventana de una casa de Torrebaja (Valencia), el 1-O 2017.

    Para terminar, cabe decir que en los últimos tiempos -años, meses, semanas, días- hemos oído infinitud de declaraciones cínicas y mentirosas en pro del proceso independentista. El independentismo (separatismo) nace del nacionalismo, con la particularidad de que todos los movimientos fascistas del pasado han sido antes nacionalistas, de donde cabe deducir que el nacionalismo es una forma de pre-fascismo. Las que más me han escandalizado, sin embargo, son las declaraciones de la clerecía separatista, y los sermones de Montserrat. Su discurso me recuerda a los curas de las guerras carlistas españolas del siglo XIX -algo que creíamos superado-: en una mano el crucifijo, en otra el trabuco. Con estos clérigos trabucaires posmodernos corremos el peligro de perder la poca fe que nos queda... Frente a estos curas inconscientes están los que rezan en las iglesias por la paz y la unidad de España.

    En suma: la insurrección de una parte de la sociedad catalana contra el Estado y la Nación española carece a mi entender de justificación. Es evidente que Cataluña sufre un tipo de infección o contagio, lo que habría que evitar es que se expanda, enquiste o gangrene. Hay problemas reales más urgentes en nuestro país que deberían abordarse sin dilación: el paro, la amenaza yihadista, el mantenimiento del estado de bienestar y los servicios sociales, las pensiones de los mayores, la despoblación y falta de infraestructuras en las zonas rurales, etc. Y si alguien lo duda que se de una vuelta por la España rural, incluyendo en su recorrido los agónicos pueblos del Rincón de Ademuz, de Cuenca y Teruel. Personalmente, ante la deslealtad del Gobierno de la Generalidad y de los catalanes que le apoyan siento pena, rabia y vergüenza. Vale.



    RUTA GEOLÓGICA DEL PARQUE NATURAL DE PUEBLA DE SAN MIGUEL.

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    Una visita guiada por la antigua explotación minera de caolín.





    “La Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel
    constituye una visita obligada para cualquier amante de la Naturaleza,
    le supondrá una grata experiencia sensitiva e intelectual”
    -Del contenido textual-.









    Palabras previas, a modo de introducción.
    La Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia) se halla en el límite septentrional de la comarca del Rincón de Ademuz, lindante con Riodeva (Teruel). Promovido por la Generalidad Valenciana, está patrocinado por la Universidad de Valencia y la empresa Sibelco Minerales, que explota las concesiones “Esperanza” en Riodeva y “Fortuna”, “Salmantina y Sílex” en Puebla de San Miguel (Valencia), cuya producción en conjunto es de unas 60 kt/año.

    El itinerario de la Ruta Geológica tiene por objeto poner en valor –valorizar- los aspectos geológicos más relevantes que han quedado expuestos por la actividad minera. El itinerario contempla un total de ocho Puntos de Interpretación Geológica (PIG), asociados a otras tantas localizaciones, en las que resulta especialmente llamativo uno o varios elementos geológicos, situándose estos dentro de su contexto minero.

    La elección de los PIG está condicionada por la propia geología del yacimiento, si bien sus autores han intentado elegir una temática lo más variada posible, que cubre aspectos estratigráficos, cartográficos, tectónicos, paleo-geográficos e incluso geotectónicos. Los paneles informativos contienen textos bilingües, en español y valenciano muy didácticos, razón por la que se han utilizado literalmente para componer el corpus del artículo.

    El propósito de la entrada es dar a conocer la existencia de esta Ruta Geológica, que descubrí casi por casualidad durante un paseo en moto por la zona. Desconocía que hubiera semejante ruta en el Parque Natural de Puebla de San Miguel, tampoco he podido encontrar información sobre la misma en algún portal de Internet, lo que llamó mi atención, pues la ruta resulta sorprendente, formativa y muy bella. Al menos a mí me sorprendió e ilustró, además de deleitarme, razón por la que recomiendo encarecidamente su visita. Háganme caso, visiten la zona, no se arrepentirán.


    Detalle de Laguna temporal formada en la base de un frente de mina en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), hábitat prioritario y lugar de elevado valor conservacionista que evoca las aguas primigenias (2017).

    Detalle de Laguna temporal formada en la base de un frente de mina en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), hábitat prioritario y lugar de elevado valor conservacionista que evoca las aguas primigenias (2017).


    Accesos a la Ruta Geológica.
    Para acceder rápidamente a la zona donde se halla la Ruta Geológica cabe ir a Riodeva, pueblo de Teruel al que podemos ir cómodamente siguiendo la TE-V-6012 desde el desvío de la CN-330 situado a la altura del antiguo almacén de La Azufrera de Libros.[1]Siguiendo esta carretera nacional desde Teruel, hay que ir aguas abajo del Turia y desde el Rincón de Ademuz (Valencia), aguas arriba hasta encontrar el viejo almacén. La carretera de acceso a la villa se halla en buen estado; el firme es bueno, no obstante las abundantes curvas de su trazado. Hay que estar muy atentos, pues además de las frecuentes revueltas, por dicha vía circulan camiones de alto tonelaje procedentes de las minas de caolín.

    Siguiendo por esta vía, a la altura del kilómetro 4 veremos un desvío a la mano izquierda, que lleva a las ruinas del antiguo poblado minero de las Minas de Libros. Merece la pena visitar el lugar y subir hasta la explanada de la iglesia de Santa Bárbara –un oratorio subterráneo excavado en la roca del monte, que fue el lugar de culto del barrio minero- desde donde puede verse una espléndida panorámica del asiento del poblado minero, hoy totalmente arruinado. Para visitar el lugar, sin embargo, hay que haberse informado previamente o llevar un guía que conozca la zona y su historia, de lo contrario no se entenderá absolutamente nada de lo que fue aquello y la industria minera del azufre que allí hubo.[2]

    Sobrepasada la zona minera –si no fijamos- podremos observar a la mano derecha una construcción de piedra que recuerda a las barracas de piedra en seco tan abundantes en distintos parajes del Rincón de Ademuz. Como la mayoría de aquellas, su planta es circular y se cierra mediante una seudocúpula por aproximación de las lajas que la forman. Pero no es una barraca, sino una nevera de las utilizadas antaño para almacenar la nieve –y hacer hielo- para el verano. El lugar se halla en absoluto abandono, nadie se ha preocupado de señalizarlo ni hacerlo visitable, no obstante el interés de la construcción y su significado. En Fuendetodos (Zaragoza), hay una magnífica nevera perfectamente señalizada y restaurada como punto de interés etnológico. Aunque la de Riodeva no alcanza la magnificencia de la de Fuendetodos, bien merecería la pena su restauración y puesta en valor.


    Pala de señalización en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), situada en la rambla de Riodeva (Teruel), 2017.

    Carteles de señalización en la rambla de Riodeva (Teruel), indicando el camino de Mas del Olmo (Ademuz), el comienzo de la Ruta Geológica se halla unos cientos de metros más arriba (2017).


    Conforme nos aproximamos a Riodeva podremos ver también el cerro de Altamira, situado a nuestra derecha, al otro lado de la Rambla, ya en término de Ademuz. Su ladera septentrional constituye el paradigma de un deslizamiento de rocas, con un formidable escarpe perfectamente integrado en el terreno y una zona de derrubio sobre la ladera colonizada por variedad de especies vegetales. En su cima hay restos de antiguas construcciones y cerámica de superficie y arrastre por la vertiente opuesta, lo que permite catalogar el lugar como un castro celtíbero. En la base meridional del cerro –no visible desde la carretera de Riodeva- se halla las ruinas de un asentamiento del siglo XVIII, se trata del Rento de Altamira.[3]Asimismo, la aproximación a Riodeva nos permitirá admirar el contraste de colores térreos que nos ofrecen las entrañas de la montaña descubiertas por la actividad minera. Arribados a la base el cerrito sobre el que se alza el caserío de Riodeva surge a la mano derecha de la carretera otra vía que permite el acceso a la parte baja y meridional del pueblo, vía la Rambla y Los Amanaderos. Tomaremos esta vía y a unos cientos de metros veremos otro desvío a la derecha, se trata de un camino de tierra que vadea la Rambla en este punto para continuar por la ladera izquierda de la misma, se trata del Camino de Mas del Olmo: siguiendo esta vía se llega al comienzo de la Ruta Geológica, señalizada por una pala de madera. Desde Riodeva puede subirse con vehículo hasta este punto y continuar hasta encontrar los primeros paneles. Aunque el trayecto puede hacerse en coche, lo recomendable es dejarlo al inicio y continuar caminando. De esta forma ejercitaremos las piernas y podremos disfrutar más libremente del paisaje.


    Vista general (suroccidental) de Riodeva (Teruel), desde el camino de Mas del Olmo (Ademuz), 2017.

    El trayecto descrito es el más rápido y fácil de seguir para visitar la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel. Pero hay otros, como por ejemplo partiendo de Mas del Olmo. Para ir a Mas del Olmo desde Ademuz hay que seguir el camino rural asfaltado que parte del Puente del Sotillo, que salva el Turia en la entrada norte de Ademuz. No hay más que seguir la carreterita, vía Val de la Sabina y continuar hasta Mas del Olmo. Esta vía resulta perfectamente accesible con un coche. La que yo sigo cuando voy en moto desde Torrebaja es por Torrealta, siguiendo el camino de Mas del Olmo vía la gravera. Asimismo, atravesando el Puente de Guerrero que salva el Turia frente al Molino del Señor (en Torrebaja) y siguiendo el Camino de Mas del Olmo que discurre bajo la variante de la CN-330. Dicho camino confluye en Los Molares con el citado camino que viene de Torrealta, vía la gravera. Siguiendo este acceso cabe continuar hasta Mas del Olmo, vía la Loma del Romance. Una vez en Mas del Olmo hay que seguir el camino de Riodeva –vía el Rento de Altamira-: este camino (mejor pista de tierra) es el que siguieron Francisco Candel y sus amigos catalanes en su célebre “Viaje al Rincón de Ademuz” (1977), pero en sentido inverso. Ellos procedían de Riodeva y se dirigían al Rincón de Ademuz. Siguiendo esta ruta, poco antes de llegar a Riodeva, en el descenso hacia la Rambla observaremos a la mano derecha el desvío que nos indica el comienzo de la Ruta Geológica.

    En cualquier caso, para visitar la Ruta Geológica propuesta deberemos seguir el camino que más se acomode a nuestras posibilidades y circunstancias, ya que puede hacerse caminando, en bicicleta, moto o coche, preferible un 4x4 o un todo caminos si lo hacemos desde Mas del Olmo. Lo más aconsejable, sin embargo, es ir sin prisas, disfrutando del paisaje y del camino. La Ruta Geológica puede hacerse con niños de cierta edad –una buena forma de introducirles en el amor y el conocimiento de la Naturaleza-: aunque sin perderlos de vista en ningún momento.



    Panel inicial de la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia),  referido al Itinerario de Interpretación Geológica en las antiguas explotaciones mineras (2017).

    Detalle del panel inicial de la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con imágenes relativas a los ocho Puntos de Interpretación Geológica (2017).

    Generalidades.
    El primer panel que encontramos en la Ruta Geológica informa del Itinerario de Interpretación Geológica, siguiendo las Antiguas explotaciones mineras. Su texto es el que hemos expuesto a modo de introducción. Además de desglosar los distintos Puntos de Interés Geológico, recoge los Datos técnicos de la Ruta:

    * Inicio: en la Mina Sílex.
    * Final: en la Mina Salmantina.
    * Tipo: linear.
    * Distancia: 2,65 km.
    * Desnivel de subida: 143 m.
    * Desnivel de bajada: 50 m.
    * Tiempo estimado: 2 horas.

    Método de Información de Excursiones (MIDE): se trata de un sistema de comunicación entre excursionistas para valorar y expresar las exigencias técnicas de los recorridos. Su objetivo es unificar las apreciaciones sobre la dificultad de las excursiones para permitir a cada practicante una mejor elección. El MIDE valora de 1 a 5 puntos (de menor a mayor) los siguientes aspectos de dificultad.

    Medio

    Severidad del medio natural donde se desarrolla.
    3
    Elevadas temperaturas diurnas durante los meses de verano.
    Muy bajas temperaturas durante los meses de invierno.
    Ausencia de agua potable durante el recorrido.
    Sendero de media montaña.
    Itinerario
    Dificultad de orientación.
    2
    Sendero señalizado con fácil continuidad.
    Desplazamiento
    Dificultad de desplazamiento
    2
    Sendero con firme regular en su mayoría
    Esfuerzo
    Esfuerzo requerido
    3
    La duración es de 2 horas aproximadamente, de marcha efectiva sin paradas.
    Tomado del panel informativo inicial. Elaboración propia (2017).

    El panel contiene un gráfico a escala con el Perfil de ruta y la distancia en metros. Una llamada de Atención recomienda respetar las señales y a mantenerse dentro de los perímetros vallados. En ningún caso debemos asomarnos a los antiguos taludes mineros. Asimismo, advierte que en caso de emergencia hay que llamar al 112. Las coordenadas UTM (Universal Transverse Mercator) aparecen en el frontis de cada panel, y en una plaquita situada en el lado derecho del mismo.

    Situación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30 UTM: X 657.631/ Y 4.441.946




    Visita guiada por la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel:
    Puntos de Interpretación Geológica.

    Obviamente, la Ruta Geológica se inserta en un contexto típicamente geológico –orográfico y medioambiental- al respecto, el segundo panel informa de los sedimentos, rocas y cordilleras:

    • En el barranco de Riodeva afloran depósitos del Cretácico con limos, arcillas, arenas, calizas y conglomerados. Los depósitos abarcan una edad entre 130 a 100 millones de años; los más antiguos, que se sitúan en el fondo del barranco, se formaron en un ambiente continental y contienen dinosaurios y plantas, y los más modernos en un ambiente marino, habiendo sido explotadas en esta mina, sobre todo, las arenas caoliníferas de la parte superior.
    Panel de la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), referido al Contexto geológico: Sedimentos, rocas y cordilleras (2017).
    Detalle de panel en la Ruta Geológica, referido al Dominio Alpino, conjunto de relieves formados durante la Orogenia Alpina a partir del Paleógeno (2017).
    Detalle de panel en la Ruta Geológica, referido a las rocas de los distintos períodos geológicos en la Península Ibérica (2017).
    El mismo panel nos invita a saber más:

    • Los relieves-montañas observables en los alrededores pertenecen al conocido como Dominio Alpino, conjunto de relieves formados durante la Orogenia Alpina a partir del Paleógeno (Terciario temprano de la Era Cenozoica), que formó entre otras, las cadenas montañosas del Himalaya, Alpes, Pirineos, etc (Ver QR1).// La mayoría de rocas de la cantera se formaron en mares de escasa profundidad a partir de los sedimentos depositados por antiguos ríos.// Las fuerzas derivadas del movimiento de las placas tectónicas plegaron y/o fracturaron las rocas de esta parte de la Península para acabar formando la Cordillera Ibérica (Ver QR2).

    Situación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30 UTM: X 657.713/ Y 4.441.921

    La Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel incluye ocho Puntos de Interpretación Geológica (PIG), por este orden:

    PIG nº 1: Del afloramiento al mapa geológico.
    PIG nº 2: Geología de un frente de mina.
    PIG nº 3: Deslizamiento de rocas del pico del Águila.
    PIG nº 4: Troncos fósiles.
    PIG nº 5: Discordancia angular.
    PIG nº 6: La Chimenea de las Hadas.
    PIG nº 7: Sedimentos y Estructuras.
    PIG nº 8: Frente de explotación de arena caolinítica.


    PIG nº 1: Del afloramiento al mapa geológico.
    El panel informa acerca de los conceptos básicos necesarios para su comprensión, al tiempo que describe un afloramiento:
    A] Conceptos básicos:

    • Un afloramiento es un lugar de la superficie terrestre donde asoma una masa rocosa que destaca en el paisaje respecto de la vegetación. El estudio de los afloramientos permite a los geólogos reconocer el tipo de roca, su edad, la toma de muestras y la realización de mediciones con el rumbo o la inclinación de las capas. Un mapa geológico es un plano topográfico sobre el cual el geólogo sitúa los afloramientos de los distintos tipos de rocas, los contactos que las separan y otros símbolos de interés como el rumbo y el buzamiento. Las rocas y las estructuras geológicas se dibujan como si las viéramos desde un avión.

    Panel de la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 1: Del afloramiento al mapa geológico (2017).



    Detalle del panel de la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 1: Del afloramiento al mapa geológico (2017).

    B] Descripción de un afloramiento:

    • En este PIG tomamos contacto directo con los diferentes tipos de rocas, así como las superficies o contactos que los separan. Podemos observar varias capas de areniscas beiges limitadas por planos de estratificación (líneas azules en la fotografía). Los planos de estratificación marcan interrupciones temporales en la sedimentación o cambios en la composición de la roca. Los planos de estratificación se interrumpen a su vez lateralmente por otros planos más inclinados denominados fallas (líneas rojas en la fotografía). En segundo término podemos observar el imponente afloramiento de calizas del Cretácico superior que conforman el Pico del Águila.

    Desde el panel anterior nos dirigimos al PIG nº 2 y al PIG nº 3, ambos situados en alto, a unos 150 metros a la derecha. La parte en declive del camino se halla protegida por una baranda de madera. Mientras ascendemos este centenar largo de metros podremos observar una estupenda vista meridional del barranco de Riodeva, la villa se halla en la parte baja del valle, sobre un altozano. Nos acercamos hasta el fondo del mirador para contemplar la multicolor panorámica, aprovechando para leer el texto del correspondiente panel.

    Situación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30 UTM: X 657.912/ Y 4.441.680


    Panel de dirección en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), señalando el PIG nº 2 y el PIG nº 3 (2017).

    Vista general (meridional) de Riodeva (Teruel), desde la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

    PIG nº 2: Geología de un frente de mina.
    El panel informa acerca de los conceptos básicos necesarios para su comprensión, al tiempo que describe un frente de mina.
    A] Conceptos básicos:

    • 1.- LOS MINERALES: Los elementos químicos como el silíceo (Si), el calcio (Ca), el aluminio (Al), el potasio (K), el hierro (Fe) o el oxígeno (O) se agrupan entre sí de múltiples maneras para dar lugar a los minerales. En el Parque Natural de Puebla de San Miguel podemos encontrar minerales como el cuarzo (SiO2), el feldespato potásico (KAlSi3O8), la calcita (CO3Ca) o la caolinita (Al2Si2O5 (OH4)).//
    • 2.- LAS ROCAS: Las rocas son agregados de uno a varios minerales.
    • 3.- EROSIÓN Y SEDIMENTACIÓN: La lluvia, el viento o el hielo desmenuzan las rocas en partículas que se depositan en los lechos de los ríos, lagos o en el fondo de los océanos, dando lugar a los sedimentos. El apilamiento sucesivo a lo largo de miles de años de estas partículas causa la formación de capas que se denominan estratos.
    • 4.- LAS CAPAS Y EL TIEMPO GEOLÓGICO: Las capas están separadas por superficies de estratificación que representan cambios en la composición de las partículas (por ejemplo arcilla/arena). Las capas más antiguas se encuentran debajo y las más modernas arriba. Este concepto recibe el nombre de Principio de Superposición de los Estratos, muy importante en Geología porque permite conocer la edad relativa de las rocas.
    • 5.- LA COLUMNA ESTRATIGRÁFICA: Los geólogos agrupan las rocas en unidades definidas por su edad y por los cambios en el tipo de roca (arenisca, arcilla, caliza...). Estas unidades reciben el nombre de formaciones y se representan ordenadas verticalmente según una secuencia temporal que se denomina columna estratigráfica.

    Rellano y panel de la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 2: Geología de un frente de mina (2017).
    Panel de la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 2: Geología de un frente de mina (2017).

    Detalle de panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 2: Geología de un frente de mina (2017).

    B] Descripción del PIG nº 2: Geología de un frente de mina.

    • En este punto se observan las capas de arena caolinífera blanca y arcilla roja que han sido objeto de explotación minera, así como los materiales estériles situados por encima (arenas ocres y calizas). También se observa una falla que interrumpe el trazado de las distintas capas. El movimiento de la falla se deduce mediante la correlación de niveles guía a ambos lados de la misma, tal y como indica el bloque diagrama.

    Las rocas están sometidas a esfuerzos provocados por la natural actividad geológica de la tierra. Estos esfuerzos llegan a fracturar las rocas originando superficies de rotura llamadas fallas. En la parte superior de la imagen se observa un frente de mina, con la siguiente lectura: (1) Calizas. (2) Arenas ocres. (3) Nivel guía carbonoso. (4) Arenas caoliníticas blancas (5). Arcilla roja.

    Situación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30 UTM: X 657.769/ Y 4.441.728


    PIG nº 3: Deslizamiento de rocas del Pico del Águila.
    El panel correspondiente a este punto se halla en el mismo rellano que el anterior, a la izquierda de este, justo enfrente y por debajo del Pico del Águila.

    A] Conceptos básicos:

    • Un deslizamiento es un movimiento de rocas, arena o lodos originado por la gravedad y que supone la rotura de un talud inestable. Los deslizamientos suelen activarse por la existencia de fuertes lluvias o por un terremoto. Los desprendimientos se producen tanto en pendientes naturales como en taludes excavados por el hombre, tales las carreteras o las minas a cielo abierto (canteras).
    • 1.- La masa de rocas situada en la parte alta del talud se desestabiliza debido a la fuerte pendiente, formándose una grieta que progresa de arriba abajo.
    • 2.- El material situado encima de la grieta termina por colapsar, formando un cono de derrubios en la parte baja, mientras que en la parte alta se observa un escarpe que coincide con la antigua grieta.
    Panel de la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 3: Deslizamiento de rocas del Pico del Águila y frente de mina (2017).

    Panel de la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 3: Deslizamiento de rocas del Pico del Águila (2017).

    Detalle de panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 3: Deslizamiento de rocas del Pico del Águila y Cerro de Altamira (2017).

    B] Descripción del PIG nº 3: Deslizamiento del Pico del Águila.

    • Nos situamos frente a un cono de bloques de calizas del Cretácico superior procedentes de la cumbre del cerro. Por encima del cono de bloques podemos observar el escarpe a lo largo del cual se produjo el deslizamiento.// El antiguo deslizamiento natural del Cerro de Altamira, ubicado en las proximidades del Parque, es un excelente ejemplo de integración en el paisaje de este tipo de procesos. Las rocas del escarpe se van oxidando hasta que adquieren el aspecto natural de la roca, mientras que el cono de derrubios va siendo colonizado progresivamente por la vegetación.
    Panel de la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 3: Deslizamiento del Pico del Águila (2017).

    Situación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30 UTM: X 657.769/ Y 4.441.173

    Para continuar la visita cabe descender de nuevo al nivel del camino, más adelante encontraremos los PIG  nº 4, 5 y 6.


    Señal de dirección en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), indicando los PIG nº 4, 5 y 6 (2017).

    PIG nº 4: Troncos fósiles.
    Para su visita, cabe ascender un fuerte repecho, el panel se halla por delante de una baranda de madera protectora.
    A] Conceptos básicos:

    • Proceso de permineralización: Los restos de madera fósil de las arenas proceden de especies de los antiguos bosques cretácicos que poblaban el interior del continente. Después de ser transportados en flotación por el río de principios del Cretácico, estos restos quedaron varados en los bancos de arenas del delta. La materia orgánica fue progresivamente sustituida por elementos minerales mediante el proceso de permineralización. // La permineralización replica el resto vegetal original con tal grado de precisión, que hasta los anillos de crecimiento pueden llegar a reconocerse.

    Vista de frente de mina en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de las arcillas rojas y arenas caoliníticas (2017).

    Paisaje en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de las arcillas rojas, arenas caolínicas y zona de reforestación (2017).

    Panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de un frente de mina al fondo (2017).

    Detalle de panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 4: Proceso de permineralización (2017).

    Escaneando el cuadro puede accederse a una encuesta y más información sobre el itinerario geológico.

    Situación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30 UTM: X 657.929/ Y 4.441.197



    PIG nº 5: Discordancia angular.
    El panel correspondiente a este punto se halla en el mismo rellano que el anterior, ilustra acerca de la Discordancia angular.
    A] Conceptos básicos:

    • Una discordancia angular es una superficie de discontinuidad geológica que separa dos conjuntos de rocas que muestran relaciones de oblicuidad entre sí.// Una discordancia implica un vacío de registro del tiempo geológico (hiato) que puede llegar a ser de varios millones de años.// Las rocas infrayacentes pueden haber sido erosionadas, plegadas e incluso metamorfoseadas antes de que se vuelva a reanudar la sedimentación. Este proceso puede repetirse varias veces en el tiempo.


    Panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de un frente de mina al fondo (2017).


    Detalle de panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 5: Discordancia angular (2017).

    Detalle de panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 5: Discordancia angular, aquí se muestra el proceso de formación de una discordancia y la discordancia angular entre el Cuaternario y la Formación Utrillas observable al fondo (2017).

    B] Descripción del PIG nº 5: Discordancia angular entre el Cuaternario y la Formación de Utrillas:

    • Las capas de arenas y arcillas de la Formación Utrillas (formadas por depósitos arenosos en medio desértico del Cretácico medio) chocan abruptamente con la base de un depósito de ladera más moderno.// El contacto entre ambas formaciones es una discordancia angular que pone de manifiesto la existencia de un lapso temporal importantes entre ambas (100 millones de años).

    Situación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30 UTM: X 658.920/ Y 4.441.200


    Señales de dirección en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), indicando los PIG nº 6 y 7 (2017).

    Señal de dirección en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), indicando el PIG nº 6 y Patrimonio paleontológico (2017).


    PIG nº 6: Chimenea de las hadas.
    Este panel se halla a unos doscientos metros de los anteriores, para acceder al mismo cabe subir un repecho situado en posición noroccidental.
    A] Conceptos básicos:

    • 1.- LA EROSIÓN: La erosión actúa de forma lenta pero inexorable a lo largo de miles de años y da lugar a una transformación paulatina del paisaje. Los agentes atmosféricos como la lluvia, el viento o el hielo actúan sobre las rocas disgregándolas.
    • 2.- ¿QUÉ SON LAS CHIMENEAS DE LAS HADAS?: Son columnas naturales creadas por la erosión que pueden alcanzar varios metros de altura, típicas de climas áridos y que están creadas por la acción del agua y el viento.// Una chimenea de hadas se compone de una columna de materiales blandos (arcillas, arenas o cenizas volcánicas) en cuya cima ha quedado una roca más dura y resistente a la erosión. Este “casco” ha protegido a las rocas blandas de la parte inferior a modo de paraguas geológico.

    Panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de "Chimeneas de hada" y el Pico del Águila al fondo (2017).

    Detalle de panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 6: Chimenea de las hadas (2017).

    Detalle de panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 6: Chimenea de las hadas, aquí se muestra la evolución del relieve debido a la erosión y una Chimenea de hadas (2017).

    Detalle de panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con Chimeneas de las hadas al fondo (2017).

    B] Descripción del PIG nº 6: Chimenea de las hadas en una ladera erosionada.

    • Crestón de calizas del Cretácico superior a cuyo pie se encuentra un depósito de ladera Cuaternario, que ha sido parcialmente erosionado dejando al descubierto un afloramiento de la Formación Utrillas.// Un bloque de caliza más tenaz ha preservado de la erosión a una columna vertical de arenas, generando un peculiar forma del paisaje denominado Chimenea de las Hadas.

    Situación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30 UTM: X 657 941/ Y 4.441.361


    Panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con el caserío de Riodeva al fondo (2017).


    Un poco más adelante de las formaciones en "Chimenea de hadas" y con el caserío de Riodeva al fondo, sobre un rellano se halla el panel denominado Fósiles y patrimonio:

    • De la vida de la roca. Los fósiles son restos de parte anatómicas (huesos, troncos...) o evidencias de la actividad (huellas) de organismos que vivieron en el pasado. Desde la parte baja del barranco de Riodeva hasta la parte alta de la cantera, encontramos fósiles formados en una sucesión de ambientes que van desde el continental con restos de dinosaurios, pasando por el marino-continental con restos de troncos hasta las calizas con moluscos de la parte más alta.// En la transgresión del Cretácito Superior al nivel del mar sube y cubre totalmente la parte terrestre existente. Los restos de algas, moluscos, equinodermos, etc., de los bancos de caliza que aparecen en la parte superior de la mina, demuestran la implantación de un medio marino sublitoral somero.// Antes y/o después de ser enterrado en las arenas el resto vegetal, las sustancias minerales disueltas en el agua circundante rellenaron los poros o intersticios celulares, mientras la materia orgánica se degradaba y desaparecía, dejando solo la roca formada por el mineral precipitado anteriormente.

    Detalle de panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente a Fósiles y patrimonio: De la vida de las rocas (2017).
    • Los restos de dinosaurios de los depósitos del fondo del barranco (de Riodeva) tienen una edad en el límite Jurásico-Cretácico. Contienen especies de terápodos, estegosaurios y una de las especies de dinosaurio más grandes del mundo (Turiasaurus riodevensis) junto a otros vertebrados como pterosaurios (reptiles voladores que existieron durante casi toda la Era Mesozoica) o cocodrilos.// Entre las arenas explotadas en la mina se localizan restos fósiles de coníferas, además de numerosos restos de antiguas galerías (icnofósiles) quer eran las cámaras de habitación de los organismos que vivían sobre las arenas del antiguo fondo marino.// En los bancos de calizas de la parte superior de la mina se encuentran restos de rudistas (moluscos) solitarios del tipo Toucasia, típicos de medios marinos de escasa profundidad.

    Placa de situación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30 UTM: X 657.976/ Y 4.441.371

    Desde el panel denominado "Fósiles y patrimonio: De la vida de las rocas" desandamos la costanilla y regresamos al camino principal de la Ruta Geológica, para encontrarnos con un área recreativa denominada La Laguna, en cuyo primer panel se hacen una serie de excelentes recomendaciones al visitante:

    • Prohibido hacer fuego en la zona.
    • Prohibido bañarse en la laguna.
    • Recoger la basura que hagamos: En el medio natural no se recoge la basura diariamente. Comprueba tú mismo lo sencillo que es llevarte a casa lo mismo que has traído y evitar impactos negativos. En el caso de que te sea imposible, deposítalo en lugares habilitados para ello.
    • Evitar salir de los caminos marcados. De esta forma contribuyes a conservar intactos los espacios para la flora y fauna silvestre y a evitar la erosión. Sin duda, sabios consejos que debería seguir todo buen excursionista. De hecho, el mejor excursionista es el que no deja huello de su paso.

    Placa de situación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30 UTM: X 657 962/ Y 4.441.144

    Paraje de La Laguna en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

    Detalle de paneles en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondientes al área de La Laguna (2017).


    En la misma área de descanso puede verse otro panel no numerado relativo a las Lagunas temporales y Hábitats de interés:

    • El agua de lluvia acumulada sobre las arenas caoliníferas ha formado una laguna de aguas transparentes, escasos nutrientes y mineralización débil. La vegetación incluye especies que viven sumergidas (algas carofitas y Potamogeton) y otras anfibias (juncáceas). Además, pequeños crustáceos, moluscos, rotíferos, anfibios, insectos (especialmente libélulas) y algunas aves (garza real...) forman el componente faunístico de este entorno.
    Panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de un frente de mina al fondo (2017).

    • Las arenas caoliníferas sobre las que se asienta esta laguna permiten el mantenimiento de este hábitat: las arcillas impermeabilizan el fondo de la laguna e impiden su desecación rápida, y las arenas contribuyen a la transparencia de sus aguas y escasez de nutrientes.// Muchas de las especies de pequeños crustáceos y rotíferos de estas lagunas pueden soportar la desecación de la misma, habiendo sido transportados hasta la laguna como huevos de resistencia en las patas de las aves.// Según la Directiva Europea 92/43/CEE, este tipo de hábitat (3170 Lagunas y charcas temporales mediterráneas) es considerado como prioritario, y por tanto de un elevado interés conservacionista.

    Detalle de panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente a las Lagunas temporales: Hábitats de interés (2017).

    Detalle de Laguna temporal en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), considerada Hábitat de interés conservacionista (2017).


    Placa de situación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30 UTM: X 657.991/ Y 4.441.151


    Detalle del área de descanso en la zona de La Laguna de la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

    Detalle del área de descanso en la zona de La Laguna de la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    PIG nº 7: Sedimentos y Estructuras.
    Este panel se halla en la misma área de descanso de La Laguna, se refiere al corte de montaña que se alza al frente, a cuyos pies está la laguna.
    A] Conceptos básicos:

    • Las arenas caoliníferas se formaron en el Cretácico Inferior, en el delta fluvial de un río que desembocaba en el mar cretácico. Más tarde, en el Cretácico Superior, el mar invade el medio terrestre. Las calizas con restos de fauna marina de escasa profundidad del techo de la sección, son la prueba de la transgresión marina descrita. La columna estratigráfica medida en la cantera contiene más de 80 metros de potencia de sedimentos.

    Panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de un frente de mina al fondo (2017).


    B] Descripción del PIG nº 7: Sedimentos y estructuras.

    • Una Falla es una fractura en el terreno en la que se rompe la continuidad lateral de las capas. El plano de falla separa el bloque hundido y el bloque levantado. El bloque hundido desciende relativamente respecto al bloque levantado. Este movimiento relativo entre bloques se produce de forma paralela y en el sentido de inclinación del plano de la falla.// Una Discordanciaes una falla de continuidad en el registro geológico que implica tiempo no registrado en los materiales debido a deformación tectónica, erosión o falta de sedimentación.// Un Nódulo es una estructura de cementación preferencial, esférica o elipsoidal, en el interior de un sedimento o roca.

    Detalle de panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 7: Sedimentos y Estructuras (2017).

    Detalle de Fallas, Discordancias y Nódulos -con columna estratigráfica- en el panel correspondiente a Sedimentos y Estructuras de la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    Placa de situación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30 UTM: X 658.000/ Y 4.441.173


    PIG nº 8: La arena caolinífera como materia prima.
    El panel de este punto se halla en el tramo final, poco más adelante del área de descanso de La Laguna; para visitarlo cabe seguir el camino y ascender un trecho del camino que lleva a la “Mina Salmantina”. El recinto se halla protegido por una amplia valla de madera, el panel está a la derecha, en un extremo del perímetro. Al frente se halla la antigua explotación minera, con sus estratos de intenso colorido, una zona de reforestación y en la base otra laguna temporal de aguas rojizas.

    A] Conceptos básicos:
    Los recursos minerales se dividen en tres grupos principales:

    • Minerales metálicos (oro, plata, cobre, estaño, zinc, plomo...).
    • Minerales Industriales (cuarzo, arcillas, feldespato, yeso, talco, calcita, dolomita...).
    • Minerales Energéticos (petróleo, gas, carbón y uranio).

    Panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de un frente de mina al fondo (2017).

    Detalle de panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), correspondiente al PIG nº 8: La arena caolinítica como materia prima: mina Salmantina (2017).


    B] Descripción del PIG nº 8: La arena caolinífera como materia prima.

    • En esta cantera se explotaron ARENAS CAOLINÍTICAS que son de color blanco y están constituidas por granos de cuarzo unidos por una matriz de arcilla caolinitica.
    • Composición mineralógica tipo de una arena caolinítica: 85% cuarzo, 10% caolinita, 4% feldespato, 1% minerales accesorios.
    • Una vez extraídas del frente, las arenas caoliníticas son sometidas a un proceso de lavado y tamizado para separar distintos productos según su granulometría. Los equipos básicos en este tipo de plantas son tromel desenlodador, clasificadores dinámicos, vibrotamices e hidrociclones para las arenas y tanques espesadores y filtroprensas para el caolín.
    Detalle de panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), referido a la industria del caolín (2017).
    Detalle de panel en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), aquí se muestra un frente de extracción de arena caolinítica blanca afectado por dos fallas que interrumpen su trazado, así como los materiales estériles de cobertura y las capas de arcilla roja (2017).
    Los productos que se general en la planta son los siguientes:

    • 0-40 micras: caolín (cerámica).
    • 40-100 micras: borra (cerámica).
    • 100 micras-1 mm: arenas de vidrio e industria química.
    • 800 micras-6 mm: esmaltes cerámicos y construcción.

    En este PIG se observa un frente de extracción de arena caolinítica blanca afectado por dos fallas que interrumpen su trazado, así como los materiales estériles de cobertura y las capas de arcilla roja.

    Placa de situación del panel: Datum ETRS_89 Huso 30 UTM: X 658 130/ Y 4.441.570


    Vista de frente de mina en la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de área de reforestación y laguna temporal de alto valor conservacionista (2017).


    Palabras finales, a modo de conclusión.
    La Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel constituye una visita obligada para cualquier amante de la Naturaleza -escolares, bachilleres, universitarios...-, para todos supondrá una grata experiencia sensitiva e intelectual. El visitante podrá disfrutar de un espectáculo ciertamente insospechado, al tiempo que aprenderá a interpretar la geomorfología del territorio que se ofrece a la contemplación, merced a los paneles ilustrativos que jalonan el recorrido.

    Los paneles son de nueva factura, aparentemente más resistentes a los elementos que los tradicionales, han sido colocados por la Generalidad Valenciana, en colaboración con la empresa patrocinadora que explota las minas de caolín de Riodeva (Sibelco Minerales) y la Universidad de Valencia.

    Según el Método de Información de Excursiones (MIDE), hay que tener en cuenta que la zona es calurosa verano y fría en invierno, no hay agua potable en el recorrido, tratándose de un sendero de media montaña. Ello invita al visitante a ir adecuadamente pertrechado en cuanto al vestido y el calzado, debiendo portar aprovisionamiento de agua. Respecto del itinerario, el sendero está perfectamente señalizado por los paneles de dirección e ilustrativos, siendo el firme regular en la mayor parte del recorrido aunque mejorable en algunos tramos. La duración del trayecto es de unas dos horas, disfrutando del paisaje e instruyéndose con la lectura de los paneles. Se recomienda visitar el lugar por la mañana preferentemente, antes de que el sol alcance su cenit, dado que los taludes y desmontes de las antiguas minas se hallan encarados al noreste. Obviamente, puede hacerse en cualquier momento del día, y en cualquier estación, lo que supondrá un cambio en los matices del colorido de las arcillas y arenas caoliníticas.

    Los paneles se hallan estratégicamente situados, de forma que los textos, gráficos e imágenes que contienen permiten una comprensión adecuada de cada lugar. El neófito podrá aprender variedad de términos específicos de la ciencia geológica, ello le permitirá entender lo que está viendo en cada momento, a la vez que como instrumento intelectual para la interpretación de otros paisajes.

    Vista general (suroriental) de la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle del Pico del Águila al fondo izquierda y el caserío de Riodeva (Teruel), al fondo derecha (2017).

    Desde que descubrí la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel la pasada primavera he visitado el lugar varias veces, advirtiendo nuevos rincones y matices en cada visita. Si los paisajes y frentes de mina resultan espectaculares por su singularidad y vivo colorido, no lo son menos las lagunas formadas por la retención del agua de lluvia, allí se desarrollan variedad de seres vivos, animales y vegetales. Su presencia evoca lo que pudo ser la vida primigenia en el planeta tierra. No debe extrañar pues que la Directiva Europea considere estas lagunas y charcas temporales como hábitats prioritarios, de elevado interés conservacionista.



    Antes de terminar quiero aprovechar el punto para plantear la pregunta del millón: ¿quién se encargará del mantenimiento de esta magnífica Ruta Geológica, me refiero a los caminos, taludes, paneles, mesas y bancos, papeleras...?, porque la tendencia general observada en otros lugares de la comarca es siempre la misma, que nadie, ningún organismo, institución o persona se encarga de la conservación de las infraestructuras creadas en barrancos, senderos, miradores y otros puntos de interés, deviniendo al final en una ruina absoluta.

    En suma: la idea de hacer una Ruta Geológica en los desmontes de las antiguas minas de caolín de Riodeva y Puebla de San Miguel merece los mejores elogios para quienes la han hecho posible: Sibelco Minerales, Universidad de Valencia y Generalidad Valenciana. Mi consejo es que si tienen algo de sensibilidad visiten el lugar, pero háganlo sin prisas, aprenderán algunas cosas y disfrutarán de un paisaje sorprendente. No se arrepentirán. Y si son agradecidos me lo agradecerán. Vale.

    De laReal Academia de Cultura Valenciana(RACV).




    • Teléfono: 660 127 491
    • Email: parque_puebladesanmiguel@gva.es


    [1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Riodeva, pueblo de Teruel (I y II), del sábado 9 de septiembre de 2017.
    [2] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2008). El barrio minero y La Azufrera de Libros (Teruel), una visita guiada (I y II), en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, pp. 387-424.
    [3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2015). El Rincón de Ademuz en imágenes: aldeas y lugares (I), Valencia, pp. 279-299.

    EL PINO VICENTE, UN ÁRBOL MONUMENTAL.

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    Visita guiada al “Pino Vicente” y al Alto de las Barracas, en el
    Parque Natural de Puebla de San Miguel.




    “Mas toda excursión tiene un punto de peregrinación,
    digamos de camino espiritual,
    en tanto supone dejar -aunque sea por un momento- la residencia habitual,
    donde tiene lugar nuestra cotidianeidad,
    para ir en busca de algo nuevo y distinto que nos ayude a crecer y mejorar”
    -Del contenido textual-.









    El “Pino Vicente”, de este nombre por el señor Vicente Tortajada (1937-2003), el guarda que lo salvó de la tala para convertirse en madera, es un formidable pino albar (Pinus Sylvestris L) del Parque Natural de Puebla de San Miguel. Para los lugareños, sin embargo, el descomunal árbol era más conocido como “Pino de las Tres Garras” (en adelante, Pinos Tres Garras), pues tres son los brazos o ramas principales del árbol. Aunque ha prevalecido el nombre del forestal que lo indultó, un homenaje por lo demás bien merecido, pues si no hubiera sido por la sensibilidad del guarda forestal hoy no podríamos admirarlo.

    Se trata de un monumental pino situado en la partida del Vago de la Culebra, en las proximidades del Alto de las Barracas –también conocido como Cerro Calderón(1.838 m)-: puntal de la Sierra de Javalambre, en las estribaciones meridionales del Sistema Ibérico. La zona donde está el pino y el cerro corresponde a la parte nororiental del Parque Natural de Puebla de San Miguel, municipio del valenciano Rincón de Ademuz.

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    Vista general del "Pino Vicente" (también, Pino Tres Garras, Pino de la Culebra), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.



    Un buen punto de partida para visitar el “Pino Vicente” es Puebla de San Miguel. A Puebla de San Miguel puede accederse, desde Ademuz, por el camino rural asfaltado que lleva a Mas del Olmo, vía Val de la Sabina. Una vez en Mas del Olmo hay que seguir por la CV-363, en dirección a Losilla de Aras (Valencia). Obviamente, desde la parte de Losilla de Aras puede accederse también a Puebla de San Miguel, siguiendo el camino inverso, vía Hoya de la Carrasca, lugar de Arcos de las Salinas (Teruel). Asimismo, a Puebla de San Miguel puede accederse por el camino que le une con Camarena, vía la Fuente de la Miel y Matahombres. El camino que proponemos, sin embargo, es desde Puebla de San Miguel, y más concretamente desde la Ermita de San Roque -kilómetro 19 de la CV-363-: lugar del que parte una pista de tierra que lleva al "Pino Vicente" (1.700 m), al Collado del Buey (1.715 m), al Pico Gavilán (1.748 m) y al Alto de las Barracas (1.836 m). Desde este estratégico punto puede accederse también a Arcos de las Salinas y a Riodeva, pueblos de Teruel.

    Tabla de topónimos, senderos y tiempo estimado de recorrido desde la Ermita de San Roque (Puebla de San Miguel).
    TOPÓNIMO
    SENDEROS
    TIEMPO ESTIMADO
    (horas y minutos)
    Alto de Barracas (1.836 m altitud)
    PR-V-1318
    3 h.
    Arcos de las Salinas (1.081 m altitud)
    PR-V-1318
    (y por GR-10)
    4 h. 45 mi.
    Collado del Buey (1.715 m altitud)
    PR-V-1318
    2 h. 28 mi
    Pico Gavilán (1.748 m altitud)
    PR-V-1318
    1 h. 45 mi.
    Riodeva (968 m altitud)
    PR-V-1318
    (y por GR-10)
    4 h.
    Pino Vicente Tortajada (1.700 m altitud)
    PR-V-1318
    2 horas 30 mi.
    Elaboración propia (2017:

    Conocía la existencia de este monumental árbol por haberlo oído nombrar, y por haber visto escrito su nombre en alguna señalización junto a la nombrada Ermita de San Roque; pero hasta este verano no había tenido la oportunidad de verlo. Seguramente no me sentía motivado para hacer la excursión. Este verano me animé, sin duda espoleado por la triste experiencia que tuve a principios de años, cuando visité el “Pino Ramudo” de Alobras (Teruel).[1]El de Alobras era un descomunal pino laricio (Pinus nigra Arnold), estaba junto al camino de Alobras a Javaloyas. Cuando fui a verlo estaba ya muerto; pude admirar -sin embargo- su esqueleto y deducir del porte de su tronco y la enormidad de sus ramas la majestuosidad que tuvo en vida; aunque fue una triste experiencia. Por eso me apresuré a ver el “Pino Vicente” de Puebla de San Miguel, para que no me ocurriera lo que con el de Alobras.



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    Pilón de La Santica, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Detalle de ladrillos de cerámica en el pilón de La Santica, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    En busca del Pino Vicente, camino del Alto de las Barracas.
    La Ermita de San Roque de Puebla de San Miguel se halla en la proximidad de la CV-363, junto al puente que salva el barranco del Saladillo, rambla que recoge las aguas de las vertientes noroccidentales de esa parte del término. Cabe dejar la carretera y coger la pista de tierra que nace en este punto, donde la carretera hace una brusca curva. La pista asciende rápidamente por las laderas de la Loma de Carrascal, hasta encontrarse con otra pista que nace más arriba, a la mano izquierda de la misma carretera, según venimos de Ademuz y Mas del Olmo. Desde el punto en el que se encuentran ambas pistas puede admirarse una estupenda panorámica de Puebla de San Miguel. Hay que continuar en dirección noreste, hasta encontrar el pilón de La Santica, casilicio que veremos más adelante. Se trata de un pilón de mampostería coronado por una cruz de piedra, la hornacina contiene dos ladrillos cerámicos con la imagen de la Virgen de la Cueva Santa.


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    Pilón de La Santica, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de la pista que asciende al "Pino Vicente", PIco Gavilán y Alto de las Barracas (2017).


    El camino continúa por un fuerte repecho con algunos tramos más llanos, ésta será la tónica general del recorrido, no en vano deberemos ascender desde Puebla de San Miguel (1.000 m altitud) hasta el paraje del Vago de la Culebra, donde se halla el "Pino Vicente" (1.700 m de altitud) y el Alto de las Barracas (1.836 m), salvando un desnivel de 700-836 m en apenas 8 km. Si vamos caminando hay que tomárselo con calma, disfrutando del paisaje y el medio ambiente en cada momento. Por estos elevados parajes puede respirarse a pleno plumón, el aire es límpido y claro, sin pizca de contaminación. Cuando veo a los deportistas urbanitas hacer footing (me refiero a correr a modo de ejercicio) por las calles, junto a los coches que circulan, siento lástima por ellos. En esas circunstancias mejor pasear, caminando respirarían menos contaminantes. Algunos centenares de metros más adelante encontraremos una zona llana en forma de placeta donde hay varias señales en la bifurcación: estamos en el área de la Fuente de la Canaleja.

    El camino principal continúa hacia el frente (norte), en dirección a la Fuente de la Cuadraleja (3,4 km): siguiendo esta vía llegaríamos hasta una bifurcación (fuera ya del Rincón de Ademuz) cuyo ramal izquierdo lleva a Riodeva circundando el Pico del Cabroncillo (frente a Amanaderos), mientras que el ramal derecho lleva a Camarena de la Sierra por la Fuente de la Miel. Sin embargo, para nuestro propósito de hoy deberemos coger el camino de la derecha, que asciende bruscamente tras una cerrada curva. La señalización del Parque Natural de la Puebla de San Miguel indica esta dirección y las distancias para los distintos lugares que iremos encontrando –por orden de proximidad-:

    • El Gavilán (3,6 km).
    • Pino Vicente (3,9 km).
    • Alto de las Barracas (6 km).
    Datum ETRS_89 Huso 30
    Coordenadas U.T.M.: X 659831/ Y 4437557


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    Detalle de panel de dirección, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Paisaje y paneles de dirección, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    Una antigua pala metálica señala la dirección de El Calderón y El Gavilán, hacia la derecha, enseguida encontraremos la Fuente de la Canaleja, que queda a la izquierda. Desde este punto el camino es una subida continuada, cementada en algunos tramos. Si van caminado, insisto, tómenlo con calma, no tengan prisa, disfruten del pasaje y del camino, no se agobien. He hecho este camino varias veces –caminando y en moto de montaña- y siempre he disfrutado, aunque de distinta manera. En un punto del camino encontrarán a la mano derecha los restos de un antiguo aprisco o paridera arruinada, junto a un bosquecillo de sabinas; se trata de El Bisco (Corral del Bizco), lugar arruinado del que sólo quedan unos muros desmochados, evidenciando la actividad agrupecuaria que hubo en la zona. En este tramo el camino está cementado. Hay que seguir adelante, admirando los árboles que iremos encontrando, el paisaje abierto y los detalles del trayecto; pero no se acaloren, que ya falta poco.


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    Vestigios de cultura tradicional en el paraje de El Bisco (Corral del Bizco), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    Poco más arriba encontraremos un desvío a la izquierda del camino que vamos siguiendo, una placa metálica señala por la izquierda la dirección y altitud del Pico Gavilán (1.747 m), donde se halla el Observatorio Forestal. Junto a la placa hay un cartel del Parque Natural con indicaciones de dirección y distancia:

    • El Gavilán (200 m).
    • Pino Vicente (500 m).
    • Alto de las Barracas o Cerro Calderón (2,4 km).
    Datum ETRS_89 Huso 30
    Coordenadas U.T.M.: X 661234/ Y 4437247

    Dejamos el Pico Gavilán a la izquierda y continuamos por la derecha, en busca del Pino Vicente y del Alto de las Barracas, situados poco más adelante.

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    Paisaje y paneles de dirección, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    Desde este punto el camino es prácticamente llano y el piso de tierra en buen estado. Pinos de distintos tamaños nos acompañarán durante el trayecto, el silencio que reina en el lugar nos permite escuchar todos los sonidos del bosque, el viento entre las ramas de los pinos y sabinas, los aromas del monte, de la resina, de los arbustos y hierbas aromáticas. Sonidos y aromas que no resultan fáciles de percibir –en principio- para las personas que proceden de ámbitos urbanos. El camino continúa un centenar de metros, hasta encontrar otro que se abre a la derecha. Un nuevo cartel del Parque Natural nos indica la dirección a seguir:

    • Pino Vicente (200 m), por la derecha.
    • Alto de las Barracas (2.200 m), por la izquierda.
    Datum ETRS_89 Huso 30
    Coordenadas U.T.M.: X 661458/ Y 4437524

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    Paisaje y paneles de dirección, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Detalle de cartel de dirección, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    Un poste de madera con pala metálica -pintado en blanco y azul- señala por la diestra la Pista-2.032 (en dirección al Pino Vicente). Tomamos pues el camino de la derecha, internándonos en el bosque los doscientos metros que nos separan del “Pino Vicente” (también, Pino Tres Garras). Un poste de madera con pala rectangular indica que nos hallamos en el paraje del secular árbol, partida del Vago de la Culebra. El monumental pino se halla al fondo, sobresaliendo considerablemente de los que le rodean. Desde cierta distancia parece que se trate de tres pinos gemelos, al acercarnos comprobaremos que es un solo árbol con tres brazos. Frente al pino hay un panel con dibujos y textos alusivos al pino. El panel es del mismo tipo que el existente en Las Blancas, donde se hallan las centenarias sabinas.[2]Este tipo de indicadores no ha dado los resultados esperados, las fotografías, dibujos y textos acaban oscureciéndose por efecto de la intemperie, y desaparecen. No obstante, cuando visité el lugar todavía pude recoger alguna información, aunque con dificultad -los dibujos del panel los firma Tomás Sendra (2007)-:

    Características físicas del “Pino Vicente” según los datos del panel informativo (2007).
    Altura
    14,5 metros
    Diámetro de la copa
    15,5 metros
    Perímetro del tronco en la base
    3,9 metros
    Proyección de la copa
    188,7 m2
    Elaboración propia (2017).


    Criterios de notabililidad del "Pino Vicente".
    Criterios biológicos
    Magnifica adaptación al medio, creciendo por encima de los 1.000 metros de altitud.
    Criterios estéticos
    Tronco recto, tres brazos hercúleos, corteza semejante a las escamas de la piel de una serpiente.
    Criterios físicos
    Altura (14,5 m), Diámetro de la copa (15,5 m), Diámetro del tronco en la base (3,9 m), Proyección de la copa (188,7 m2).
    Edad
    Unos 250 años, vigoroso (sin signos evidentes de vejez).
    Historias y leyendas
    Asociado a la época en que Puebla de San Miguel se independizó de Ademuz, alcanzando su villazgo (1765)
    Elaboración propia (2017).


    Un árbol notable debería ser considerado patrimonio natural y cultural, obligando a las autoridades municipales y autonómicas a su protección, cuidado y mantenimiento.


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    Paisaje y paneles de dirección, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Detalle de cartel de dirección, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.



    Al "Pino Vicente" se la calcula una edad de dos siglos y medio (unos 250 años), luego su semilla debió germinar apenas sobrepasado el ecuador del siglo XVIII (1767), reinando en España Carlos III (1759-1788), el monarca que concedió a Puebla de San Miguel el título de villa –independizándose de Ademuz-: hecho que tuvo lugar 12 de febrero de 1765.[3]Podría decirse, pues, que el “Pino Vicente” brotó en las postrimerías del Antiguo Régimen, cuando Puebla de San Miguel alcanzó su villazgo. Otros datos del "Pino Vicente":

    Nombre científico: Pinus sylvestris L.
    Nombre vulgar: Pino albar.
    Propiedad: Ayuntamiento de Puebla de San Miguel (Valencia).


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    Dibujo del "Pino Vicente" (también, Pino Tres GarrasPino de la Culebra), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    El texto del panel –Pino Vicente Tortajada, árbol monumental- dice:
    • <Este pino recibe su nombre por el guarda forestal que impidió su tala para leña y el de las Tres Garras por las tres ramas principales en las que divide su tronco./ Se encuentra en un altiplano a 1.750 m de altitud cerca del Pico Calderón (1.839 m), el más alto de la Comunidad Valenciana, en una zona de inviernos muy severos con fuertes vientos y nevadas copiosas. Está acompañado de amplias manchas de sabina rastrera y otras especies como enebros, tomillo rastrero y orquídeas./ Es una de las especies más utilizadas en repoblaciones forestales por su carácter protector del suelo./ Produce la mejor madera de nuestros pinares, junto con el pino negro, de gran resistencia y fácil de trabajar./ Las acículas pueden usarse como forraje seco que alimenta el ganado en los duros y largos inviernos. La medicina natural utiliza el pino albar por sus propiedades balsámicas y diuréticas./ Rama y piña: Las acículas (hojas) son cortas y rígidas de color verde azulado. Las piñas maduran en el otoño del año siguiente (a su floración)./ Fruto: A partir de noviembre del segundo año las piñas se abren dejando caer los piñones./ Flor masculina: En un mismo árbol podemos encontrar flores masculinas y femeninas. Florece de mayo a junio>

    El texto podría completarse con los datos que aporta Pío Font Quer (1888-1964) en su Dioscórides renovado (Barcelona, 1993):

    • <Este pino tiene las hojas de color verde claro, a veces de no más de 4 cm., y raras veces de más de 6 cm, y de 1 mm., o poco más de anchura. Las piñas también son pequeñitas, por lo regular de unos 4 cm., de longitud, las más veces entre 3,5 y 4,5 cm., estrechamente ovoides, sobre un cabillo reflexo de 5 a 10 mm. [...] El pino albar es árbol de buen porte, por lo común con ramas enrayadas y formando pisos superpuestos sobre un tronco bermejo en lo alto>[4]

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    Vista general del "Pino Vicente" (también, Pino Tres GarrasPino de la Culebra), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Vista general del "Pino Vicente" (también, Pino Tres GarrasPino de la Culebra), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Vista general del "Pino Vicente" (también, Pino Tres GarrasPino de la Culebra), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

    Respecto al señor Vicente Tortajada Tortajada (1937-2003), el guarda forestal que salvó al pino de su tala para madera, dice el panel:
    • <"Un hombre excepcional en todos los sentidos, un buen amigo"./ Nació el 4 de abril de 1937 en la Puebla de San Miguel./ Fue el primer especialista en incendios forestales de toda España./ En su juventud se traslada a Galicia para realizar los estudios de Capataz Forestal en el Centro de Formación y Experimentación Agroforestal de Lorizán (Pontevedra), donde se licencia en 1962./ Su primer destino en la Comunidad Valenciana fue en la comarca del Rincón de Ademuz, de la que era un amante defensor./ En la década de los 60, impide que este pino llamado hasta entonces de las Tres Garras o de la Culebra sea talado para aprovechamiento forestal./ Posteriormente ocupa el mismo puesto en otros destinos como Alzira, Almansa y finalmente de vuelta al Rincón de Ademuz donde trabajó hasta el momento de su jubilación./ Fue un gran maestro de su materia y de él han aprendido muchos forestales e ingenieros de la Comunidad Valenciana./ Desgraciadamente murió al año de su jubilación, en 2003.>
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    El señor Vicente Tortajada Tortajada (1937-2003), Guarda Forestal oriundo de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

    Desde el panel informativo nos aproximamos al "Pino Vicente" con cierta emoción, viéndolo de cerca impresiona por la grandiosidad de su porte. Su tronco es formidable y poderoso, enseguida se ramifica en tres hercúleos brazos orientados en sentido noroccidental, suroccidental y suroriental. Su corteza es rosada (asalmonada), sus escamas semejan las de una gigantesca serpiente, de ahí quizá el nombre de la partida donde se halla: Vago de la Serpiente. Merece la pena acercarse hasta su tronco e intentar abarcarlo. En el transcurso del abrazo, cerrando los ojos podremos sentir la poderosa mudez de su latido, silencio que nos comunica en lo profundo con la madre tierra. La brisa del atardecer atraviesa sus ramas dejando un lejano rumor de mar. Su presencia despierta pensamientos trascendentes en los más sensibles. En cualquier caso, por escasa sensibilidad que uno tenga, no podrá evitar sentirse pequeño –por no decir insignificante- a su lado. Sus dos largos siglos de vida le confieren el privilegio de ser uno de los seres arbóreos más longevo de Puebla de San Miguel -verdadero monumento vegetal-, datando sus primeros momentos de existencia del tiempo en que el municipio pueblano alcanzó su villazgo.


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    Vista general del "Pino Vicente" (también, Pino Tres GarrasPino de la Culebra), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Detalle del tronco del "Pino Vicente" (también, Pino Tres GarrasPino de la Culebra), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Detalle del tronco del "Pino Vicente" (también, Pino Tres GarrasPino de la Culebra), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    El día que visité por primera vez el “Pino Vicente” permanecí largo rato contemplándolo, dejando correr imaginación y sentimientos. No cabe duda que los árboles –y arbustos- son nuestros amigos,[5]aunque no siempre sabemos tratarles como se merecen. Personalmente, siempre he sentido admiración por los árboles -y por la Naturaleza en general-, quizá por haberme criado en un medio rural y estar embebido de la civilización rústica de la que dice Miguel de Unamuno (1864-1936) en cierto artículo de este título, referido al montañés José Mª de Pereda (1833-1906) y a su célebre novela, Peñas arriba (Madrid, 1895).

    En las proximidades del colosal “Pino Vicente” hay otro panel informativo –Hábitats naturales de la Puebla de San Miguel-:
    • <Nos encontramos a unos 1.750 metros sobre el nivel del mar, la mayor altura de todo el itinerario. En estos enclaves, la vegetación ha de soportar inviernos muy fríos y prolongados en los que se alcanzan temperaturas de –20º C./ Suele nevar todos los años, pero no de manera abundante y la vegetación no permanece por mucho tiempo bajo el manto protector de nieve. Aunque parezca lo contrario esta situación es mucho más dura para las plantas pues bajo la nieve la temperatura se mantiene a 1º C y se está a salvo del viento, las heladas y del frío intenso./ El pino albar es el único autóctono que puede soportar estas duras condiciones ambientales, es una especie característica de alta montaña y muy extendida por Europa y Asia donde forma extensos pinares./ En la Puebla de San Miguel, los pinos albares aparecen acompañados por el enebro común y la sabina rastrera y un gran número de especies de pequeño tamaño que crecen adheridas al suelo. Para verlas es necesario mirar al suelo con detalle. Solo así es posible ver el denso césped de gramíneas, la redondeada boja blanca o el tomillo de montaña rastrero, con largos tallos y pequeñas hojas rojizas en forma de espátula./ El pino albar se caracteriza porque la parte superior de su tronco se descama en láminas anaranjadas lo que lo diferencia fácilmente del pino negral de tronco grisáceo o plateado.>


    Los pinares albares se consideran hábitats de alta montaña. El pino albar (Pinus sylvestris L) recibe también el nombre de pino bermejo o rojo, pino de Valsaín, pino del Norte, pino serrano. Asimismo, al pino negral (Pinus nigra Anold) se le conoce como pino laricio y pino salgareño. Otro árbol muy conocido de esta familia en la zona es el pino rodeno (Pinus pinaster), también conocido como pino marítimo o pino rubial, incluso como pino negral, pero no debe confundirse con el nigra. El pinaster (rodeno) es una especie exótica invasora –según la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN)-.

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    Panel ilustrativo en el Vago de la Culebra, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    Alto de las Barracas: Microrreserva de flora.
    Para visitar el Alto de las Barracas (también conocido como Cerro Calderón) desde el “Pino Vicente” cabe desandar los doscientos metros que nos han conducido hasta el árbol monumental y volver al camino principal. Allí encontraremos de nuevo el cartel del Parque Natural, indicándonos que el Alto de las Barracas se halla unos 2,2 km más adelante, dirección noreste.

    Desde el punto anterior el camino es suavemente ascendente, caminaremos siempre rodeados de pinos albares, enebros y sabinas rastreras. Enseguida llegaremos a otro cartel del Parque Natural, indicándonos la dirección del Alto de las Barracas (1 km). Aquí toparemos con una valla de madera pintada en rojo y blanco prohibiendo el paso de vehículos (coches, motos...), se trata del punto de acceso al Alto de las Barracas. El camino es amplio y discurre entre pinos, con escasas señales de tránsito. Los pinos, abundantes en el primer tramo, se van haciendo más escasos conforme avanzamos. Por el contrario, los pinos solitarios son más crecidos –algunos colosales-, al tiempo que aumentan las grandes manchas circulares, verdeamarillentas de las sabinas rastreras. El piso del suelo se hace pedregoso, con afloramientos de rocas calizas en muchos puntos. La cúpula del cielo amplía su arco azulado, elevándose conforme avanzamos hacia la cumbre, surcada de grandes masas de nubes  algodonosas, blanquecinas y grises. Se diría que estamos penetrando en un paisaje prehistórico, intrahistórico que diría Unamuno. Porque el paisaje hay que imaginarlo, e interpretarlo. En el paraje donde está el cartel metálico -advirtiendo que estamos en una Mircorreserva de Flora- el panorama se amplía, destacando los gigantescos pinos albares y las sabinas rastreras, que en ocasiones circundan sus troncos. El panorama tiene un punto inquietante por su grandiosidad, quietud y silencio. Densas masas de nubes pasan de nuevo sobre la zona, se diría que admirando con sorpresa el panorama, sin advertir que forman parte del mismo, como nosotros mismos. Poco más arriba, en la cima del Alto de las Barracas (Cerro Calderón) se halla la baliza del punto geodésico, un alto pilón con varios peldaños de hierro. Desde semejante altitud (1.838 m) el amplio panorama que se ofrece a nuestra contemplación en los cuatro puntos cardinales invita al recogimiento... Hacia el norte, el Pico Javalambre (2.020 m), hacia el sur, el cerro de Santa Catalina (Aras de los Olmos), donde se halla el parque eólico, hacia el noreste el Pico del Buitre (1.545 m), hacia el oeste las planicies de Teruel.


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    Detalle de cartel a la entrada del Alto de las Barracas (1.838 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    Método de Información de Excursiones (MIDE).

    Medio

    Severidad del medio natural donde se desarrolla.
    3
    Elevadas temperaturas diurnas durante los meses de verano./Muy bajas temperaturas durante los meses de invierno./ Ausencia de agua potable durante el recorrido./ Sendero de alta montaña.
    Itinerario
    Dificultad de orientación.
    2
    Sendero señalizado con fácil continuidad.
    Desplazamiento
    Dificultad de desplazamiento
    2
    Sendero con firme regular en su mayoría, aunque cuesta arriba.
    Esfuerzo
    Esfuerzo requerido
    4
    La duración es de 3 horas aproximadamente, de marcha efectiva sin paradas.
    Elaboración propia (2017). El MIDE valora de 1 a 5 puntos (de menor a mayor) los aspectos de dificultad reseñados.


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    Paisaje en el Alto de las Barracas (1.838 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de sabinas rastreras (2017).

    Palabras finales, a modo de conclusión.
    La visita al “Pino Vicente” (también, Pino Tres Garras y Pino de la Culebra) y al Alto de las Barracas (también, Cerro Calderón) desde Puebla de San Miguel -vía la Ermita de San Roque y el pilón de La Santica (Virgen de la Cueva Santa)-, constituye una grata experiencia, en especial para los amantes de la Naturaleza, caminantes y senderistas en general.

    El "Pino Tres Garras" es un monumental pino albar, el más común de los pinos locales. Actualmente se le conoce más como “Pino Vicente”, en honor del señor Vicente Tortajada Tortajada (1937-2003), el guarda forestal oriundo de la villa que lo salvó de la tala en los años sesenta. El Alto de las Barracas, con sus 1.838 m de altitud es el punto más elevado del Rincón de Ademuz, y de la Comunidad Valenciana. Ambos parajes –“Pino Vicente” y Alto de las Barracas- constituyen dos de las siete Micorreservas de Flora del Parque Natural de Puebla de San Miguel, junto con el Barranco de la Hoz, el Barranco del Saladillo, el Barranco Jiménez, el Barranco Jorge, y el Sabinar de las Blancas.[6]

    Los parajes descritos pueden visitarse en cualquier estación del año, siendo no obstante la primavera y el otoño las más aconsejables. El trayecto puede hacerse solo o acompañado; más divertido en grupo, por aquello de compartir sensaciones y poder recibir o prestar ayuda en momentos determinados. En todo caso, cabe ir bien pertrechado (con ropa y calzado adecuado al momento estacional o climatológico) y portando agua, además de protección solar, un gorro o sombrero para la cabeza, un bastón y el móvil cargado. La ruta indicada está perfectamente señalizada, no tiene pérdida ni peligro alguno, si bien no debemos abandonar el trazado. Está prohibido encender fuego. Evitar dejar señales de nuestro paso y respetar las señales son las recomendaciones básicas que debe seguir todo buen excursionista.



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    Paisaje en el Alto de las Barracas (1.838 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de grandes pinos albares (2017).


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    Detalle de cartel "Microrreserva de Flora" en el Alto de las Barracas, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    Mas toda excursión tiene un punto de peregrinación, digamos de camino espiritual, en tanto supone dejar -aunque sea por un momento- la residencia habitual, donde tiene lugar nuestra cotidianeidad, para ir en busca de algo nuevo y distinto que nos ayude a crecer y mejorar. Lo más recomendable es hacer el trayecto a pie -caminando-: ello le supondrá al visitante un considerable esfuerzo físico, y mental. Ambos esfuerzos se sublimarán en la contemplación del monumental “Pino Vicente” y ante la espectacularidad del Alto de las Barracas, puntos en los que el caminante podrá poner a prueba su sensibilidad. Habrá quienes no experimenten estas sensaciones –ni sentimiento alguno-: de ninguna manera deben preocuparse, ya que todo en la vida requiere un aprendizaje, como la meditación ante un Karesansui (jardín zen). Vale.

    De la Real Academia de Cultura Valenciana(RACV).




    • Teléfono: 660 127 491
    • Email: parque_puebladesanmiguel@gva.es


    [1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Alobras, pueblo de Teruel (y II), del sábado 25 de febrero de 2017.
    [2] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Las Blancas de Puebla de San Miguel (y II), del lunes 15 de septiembre de 2014.
    [3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2008). Carta de privilegio del rey don Carlos III por la que se concede el título de Villa a Puebla de San Miguel, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, pp. 271-279.
    [4] FONT QUER, Pío (1993). Plantas medicinales. El Dioscórides renovado, Editorial Labor, S.A., Barcelona, vol. I, pp. 93-95.
    [5] CARRASQUER ZAMORA, José et alter (2001). Nuestros amigos los árboles y arbustos, Segunda Edición, Imprime INO Reproducciones, S.A., Zaragoza.
    [6] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Las Blancas de Puebla de San Miguel (y II), del lunes 15 de septiembre de 2014.

    GALERÍA FOTOGRÁFICA:

    Detalle de pino albar en el Alto de las Barracas (1.838 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Paisaje en el Alto de las Barracas (1.838 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Paisaje en el Alto de las Barracas (1.838 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de grandes pinos albares (2017).

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    Paisaje en el Alto de las Barracas (1.838 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de grandes pinos albares y sabinas rastreras (2017).

    EL PICO GAVILÁN, EN LA RUTA DEL ALTO DE LAS BARRACAS.

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    Visita guiada, a propósito de la subida al observatorio forestal.



    “Porque más allá del placer anímico o sensitivo
    que pueda provocarnos la contemplación del paisaje,
    de lo que se trata es de crear vínculos de aprecio y respeto hacia el mundo natural, 
    sensibilización que sólo puede lograrse merced al contacto personal y directo con el hábitat”
    -Del contenido textual-.










    El Pico Gavilán, también conocido como “El Gavilán” (1.741-1.750 m), es el segundo pico más alto de la provincia de Valencia, sólo por debajo del Alto de la Barracas (1.838 m) –mal nombrado “Cerro Calderón”-, y que constituye el techo de la Comunidad Valenciana. Digo mal nombrado porque el topónimo “Calderón” corresponde en realidad al “collado Calderón” (1.308 m), altozano que conecta la zona sur del macizo de Javalambre con la Sierra de Tortajada, situada en posición meridional.[1] Sin embargo, en el conjunto de alturas montañosas comunitario, el Pico Gavilán hace el número tres, ya que entre éste y el Alto de las Barracas está el Peñagolosa (1.813 m)., pico situado en L´Alcalatén (Castellón).

    El Alto de las Barracas y el Pico Gavilán son vecinos –a sus cimas apenas les separan 2,600 km-: ambos se sitúan en el Parque Natural de Puebla de San Miguel, en las estribaciones de la Sierra de Javalambre, conjunto de montañas de la zona meridional del Sistema Ibérico: entre Teruel por Aragón y el Rincón de Ademuz por Valencia. Otro cerro relativamente próximo a los citados (situado en posición suroriental respecto de los anteriores) es el Pico del Buitre (1.957 m), aquí se halla el Observatorio Astrofísico de Javalambre (OAJ), término de Arcos de las Salinas (Teruel). No obstante, la altura más elevada de la zona y señor de estas cumbres es el Pico Javalambre (2.020 m), situado en posición septentrional respecto de los anteriores.


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    Vista frontal (meridional) de la Ermita de San Roque, junto a la CV-363 y punto de inicio en la subida al Pico Gavilán y al Alto de la Barracas, Puebla de San Miguel (Valencia),  2017.

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    Detalle de paneles indicando la ruta del Pico Gavilán, el Pino Vicente y el Alto de las Barracas junto a la Ermita de San Roque, Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


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    Detalle de paneles indicando la ruta del Pico Gavilán, el Pino Vicente y el Alto de las Barracas junto a la Ermita de San Roque, Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.



    Al Pico Gavilán puede subirse de distintas maneras: caminando, en bicicleta de montaña, en moto o en coche (preferiblemente 4x4 o todocamino); los quads están prohibidos.[2]La ascensión puede llevarse a cabo siguiendo varias rutas y desde distintos puntos. Todo dependerá del tiempo de que dispongamos, del estado físico de los excursionistas, del medio que vayamos a utilizar y otras circunstancias. Una ruta sencilla y directa para visitar de una acometida el Pico Gavilán, el "Pino Vicente" y el Alto de las Barracas es el que describimos en una entrada anterior: El Pino Vicente, un árbol monumental.[3]Aunque en aquella ocasión no llegamos a subir al Gavilán.

    Si salimos temprano, tomando el camino con calma, disfrutando del paisaje y de la compañía (si la llevamos), podremos pasar el día en la zona, subir al Gavilán y continuar tranquilamente hasta el Alto de las Barracas, para bajar al comienzo de la tarde, visitando entonces el "Pino Vicente Tortajada". Hay que tener en cuenta que la estancia en la cima del Alto de las Barracas dependerá de la climatología y de la estación, pues a semejante altitud las condiciones meteorológicas pueden ser engañosas, además de cambiar bruscamente. Cierto que en el área de Micorreserva de Flora del Alto de las Barracas podremos ver notables ejemplares de pinos albares (Pinus sylvestris), pero ninguno como el monumental Pino Vicente.

    Para concluir esta introducción baste decir que la altitud media de la zona sobrepasa los 1.200 metros, el valor paisajístico y mediambiental es considerable, siendo la presión antrópica escasa.

    Alturas más notables de la zona meridional de la Sierra de Javalambre.
    DENOMINACIÓN
    ALTITUD SOBRE NIVEL DEL MAR
    Pico Javalambre
    2.020 m
    Pico del Buitre
    1.957 m
    Alto de las Barracas (mal nombrado Calderón)
    1.838 m
    Puntal del Mozo
    1.751 m
    Pico Gavilán
    1.750 m
    Alto del Chaparral
    1.710 m
    Cañada de Jorge
    1.701 m
    Elaboración propia (2017).

    Cabe decir, finalmente, que para el caminante o excursionista que pretenda realizar esta ruta puede ser de interés la consulta de GOOGLE MAPS: versión mapa y satélite.


    De la Ermita de San Roque a La Santica.
    El paraje de la Ermita de San Roque es un buen punto de partida para ascender al Gavilán y al Alto de las Barracas. La ermita es un edificio sencillo, su arquitectura responde a la tradicional de la zona, posee una sola nave de planta alargada, muros de mampostería ordinaria, cubierta a dos aguas con armadura de madera tipo parhilera y porche cubierto a los pies, con soportes de piedra labrada en forma de columnas romanas y muretes laterales. Orientado de norte a sur, mira a Puebla de San Miguel. Se halla en la vertiente derecha del Barranco de la Saladilla: junto a la CV-363, vía que une Losilla de Aras con Mas del Olmo.

    Las paletas señalizadoras existentes al comienzo de la pista nos indican la dirección a seguir, la distancia (8 km), la altitud del Pico Gavilán (1.748 m) y el tiempo estimado del recorrido: al Gavilán (1 hora 45 minutos), Alto de las Barracas (3 h). La ascensión supone un camino en pendiente continuada (7-8-9%) según los tramos: en apenas 8 kilómetros deberemos subir de los 1.000 metros de Puebla de San Miguel a los 1.838 m del Alto de las Barracas.

    El camino es una pista de tierra apisonada en buen estado, nunca viene mal recordar que hay que llevar calzado de montaña y ropa adecuada a la estación, protección solar, sombrero o gorra, gafas de sol, bastones de marcha y mochila con poco peso (menos del 10% corporal). No debemos olvidarnos del agua, ya que no encontraremos fuentes de agua potable en el camino. El agua de la Fuente de la Canaleja no está tratada. Y algo de comer, frutos secos, alguna pieza de fruta, etc. El trayecto desde la ermita hasta el empalme del camino que recorre la cota media de la Loma del Carrascal es anodino, con la excepción de un notable ejemplar de sabina centenaria que veremos a la mano derecha. Podría decirse que el árbol típico del Rincón de Ademuz en otro tiempo fue el manzano, singularmente el esperiego; sin embargo, en la actualidad, el que mejor le representa es la sabina albar (Juniperus thurifera), hasta el punto de poder considerala emblemática de la zona.

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    Vista de sabina albar (Juniperus thurifera) en el camino de la Ermita de San Roque a La Santica, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Detalle de sabina albar (Juniperus thurifera) en el camino de la Ermita de San Roque a La Santica, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

    Desde el lugar de confluencia de ambos caminos –por encima del depósito de agua- la vista de la villa y el valle de San Miguel es muy hermosa –al menos a mí me lo parece-: con el caserío de tejados rojos apiñado en torno de la parroquial, circundado de montañas. La belleza es un concepto subjetivo, de nada sirve sin un observador. Personalmente la entiendo en sentido tomista, quiero decir que sólo me resulta bello lo que me agrada a la vista (quae visa placet), algo similar a lo que diría de un vino: que es bueno si me resulta agradable al paladar. Ciertamente, el paladar y el gusto estético pueden educarse. Por lo demás, la belleza parece necesaria a los seres humanos, pudiendo ser percibida incluso en las circunstancias más adversas. En “Vestidas par un baile en la nieve” (Barcelona, 2017), Monika Zgustova narra la desgarradora historia de varias mujeres presas en los gulags estalinistas de los años cuarenta: la belleza de aquellos inhóspitos parajes siberianos les ayudó a soportar las inhumanas condiciones a las que las sometió la brutalidad y el arbitrario totalitarismo de aquel régimen infausto.


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    Detalle de sabina albar (Juniperus thurifera) en el camino de la Ermita de San Roque a La Santica, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

    La pista desde la ermita continúa por la media ladera, los arbustos que circundan sus márgenes aparecen resecos y polvorientos, hace meses que no llueve. Un hito en el camino es la zona de La Santica, lugar donde hay un pilón de obra sobre grada o basa de piedra, con una hornacina a modo de edículo coronado por una cruz. En el hueco lucen un par de ladrillos de cerámica con la imagen de la Virgen de la Cueva Santa. Llaman la atención estos peirones (cruceros de término o humilladeros) existentes en los caminos y entradas de las poblaciones. Constituyen muestras tradicionales de piedad popular, fueron colocados con la finalidad de promover la devoción de los caminantes o lugareños que por allí pasaban, buscando quizá la protección divina. Existen otros similares en distintas partes del término (en la bajada de la Rambla, en el camino de Sesga...), pudiendo verse también en toda la comarca. Junto al pilón de La Santica nace el camino que lleva a las zonas de cultivos existentes en ambas riberas de la rambla de la Masada.

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    Detalle del pilón de La Santica en el camino del Pico Gavilán, el Pino Vicente y el Alto de las Barracas, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

    De La Santica a la Fuente de la Canaleja.
    El camino principal hace una brusca curva a la derecha, deja atrás el pilón de La Santica y continúa por una pendiente rápida, empalmando con otra cerrada curva hacia la izquierda. Poco más adelante –en la hondonada- pueden verse las ruinas de antiguas construcciones. El abandono y la destrucción de estos edificios me producen desazón, en tanto constituyen restos de una forma de vida y una economía pretérita. Quienes los construyeran seguramente desaparecieron hace décadas, nadie recuerda ya sus nombres. A partir de este punto el horizonte se amplía hacia el noroeste -que es la izquierda-, quedando a nuestra mano derecha la ladera de la montaña poblada de pinos negrales, sabinas albares y monte bajo. Desde La Santica hasta la Fuente de la Canaleja hay un buen trecho, prácticamente supone la mitad del recorrido. Basta ver la información proporcionada por los carteles del Parque Natural de Puebla de San Miguel existentes en este lugar. Nos hallamos en la cabecera de la Rambla de la Masada. El camino continúa al frente (norte), en dirección a la Fuente de la Cuadraleja (3,4 km). De continuar en esta dirección veríamos que poco más adelante la vía se bifurca en dos ramales, por la izquierda (en descenso), salvando el Barranco del Balsón, llegaríamos a la partida del Hornillo y a Mas del Olmo. Por el de la derecha (en ascenso) iríamos a Riodeva, y a Camarena de la Sierra, vía la Fuente de la Miel y Fuente de Matahombres. Mas para nuestro propósito deberemos seguir por la derecha -los carteles nos indican la dirección y las distancias-:

    ·                     El Gavilán (3,6 km).
    ·                     Pino Vicente (3,9 km).
    ·                     Alto de las Barracas (6 km).

    Datum ETRS_89 Huso 30
    Coordenadas U.T.M.: X 659831/ Y 4437556


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    Vista de la Fuente de la Canaleja, en el camino del Pico Gavilán, el Pino Vicente y el Alto de las Barracas, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Vista de la Fuente de la Canaleja, en el camino del Pico Gavilán, el Pino Vicente y el Alto de las Barracas, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    De la Fuente de la Canaleja al corral del Bizco.
    En este punto dejaremos el camino que venimos siguiendo y continuaremos por el de la derecha, que asciende en fuerte repecho. Sin duda, la parte más difícil del trayecto comienza aquí. Tras la primera curva encontraremos a la izquierda la citada Fuente de la Canaleja, que luce frontis de mampostería, pilón con grifo de muelle y abrevadero corrido. Desde la fontana –mirando hacia poniente- puede verse una parte del barrio de El Puntal de Mas del Olmo, Ademuz.

    El ascenso por esta vía es rápido, hasta hace unos años el piso era de tierra, hoy está en gran parte cementado. Conforme ascendemos el horizonte se amplía por nuestra mano derecha, en dirección suroccidental. Durante el ascenso podremos observar notables ejemplares de sabinas centenarias. Las sabinas son árboles autóctonos, bien adaptados al terreno: soportan sequías, fríos y vendavales. Su tronco es grisáceo, áspero y retorcido. Hay ejemplares de distinto género, pero sólo los femeninos producen trabinas. Cualquiera de estas viejas sabinas habrá visto pasar a su vera generaciones de pueblanos. La existencia del ser humano resulta efímera comparada con la longevidad de cualquiera de estos sufridos árboles. El cementado del camino continúa hasta el paraje de El Bisco (Corral del Bizco), donde perviven las ruinas de corrales y parideras al amparo de un somero sabinar. A nuestros pies queda el Barranco de la Hoz, que poco más abajo se une al Barranco del Saladillo (el que hemos visto junto a la Ermita de San Roque). El valle y el caserío de Puebla de San Miguel pueden verse también desde este punto.

    Los corrales del Bizco constituyen pruebas palpables de la intensa actividad agropecuaria que hubo en la zona, vestigios constructivos de una economía de subsistencia pertenecientes a la cultura tradicional. Aquí se encerraba el ganado que pastoreaba por estos montes, evitando tener que bajarlo cada día hasta los apriscos del pueblo, pues la distancia es considerable. De aquellos corrales y parideras sólo quedan los muros desmochados, las cubiertas destejadas, los postigos descompuestos. Arbustos y matojos se han enseñoreado de los descubiertos, difícilmente volverán a ser morada de rebaños...

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    Sabina albar (Juniperus thurifera), en el camino del Pico Gavilán, el Pino Vicente y el Alto de las Barracas, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Sabina albar (Juniperus thurifera), en el camino del Pico Gavilán, el Pino Vicente y el Alto de las Barracas, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Paraje de El Bisco (Corrales del Bizco), en el camino del Pico Gavilán, el Pino Vicente y el Alto de las Barracas, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    Del Corral del Bizco al Pico Gavilán (1.741 m).
    Desde El Bisco, el camino prosigue un trecho cementado, incrementándose la pendiente. El cemento deja paso a la grava apisonada, hasta un tramo de curvas que hallaremos más adelante. A nuestra derecha la ladera desciende rápida hasta la hondonada por donde discurre el citado Barranco de la Hoz. Más arriba la pista continúa de cemento un buen trecho, hasta sobrepasar el tramo de curvas. Poco más adelante, tras una giro a la derecha, encontraremos una bifurcación bien señalizada. Una pala metálica indica el Pico Gavilán (1.747 m). Los paneles de dirección y distancias del Parque Natural de Puebla de San Miguel reseñan con precisión:

    ·                     El Gavilán (200 m), por la izquierda.
    ·                     Pino Vicente (500 m), por la derecha.
    ·                     Alto de las Barracas o Cerro Calderón (2,4 km), por la derecha.

    Datum ETRS_89 Huso 30
    Coordenadas U.T.M.: X 661234/ Y 4437247

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    Detalle de paneles de dirección, altitud y distancia en el camino del Pico Gavilán, el Pino Vicente y el Alto de las Barracas, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

    Desde este punto hasta el Pico Gavilán el camino hace un suave repecho, serpeando hasta arribar a la cima del cerro. El edificio del Observatorio Forestal se halla al fondo, se trata de una construcción vallada, de dos plantas y encalada, con porche cubierto y escaleras metálicas externas en el muro oriental. El recinto superior posee amplios ventanales abiertos en los cuatro puntos cardinales. En el muro de levante –frente al inicio de las escaleras externas- hay un cartel de la Generalidad Valenciana:

    Prevenció d´incendis forestals:
    Xarxa d`observatoris forestals.
    Nom: El Gavilan.
    Municipi: Puebla de San Miguel

    Coordenadas U.T.M.:
    X: 661.224
    Y: 4.437.669
    Z: 1.750


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    Observatorio Forestal en el Pico del Gavilán (1.750 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


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    Detalle de placa correspondiente a la "Xarxa d`Observatoris forestals" de la Generalidad Valenciana en el Pico Gavilán (1.750 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

    Frente al edificio principal hay otro menor en posición meridional, éste fue el refugio primero del observatorio y que hoy sirve de leñera. Asimismo, en posición nororiental hay un amplio círculo despejado a modo de era, cuyo perímetro esta circundado de pequeñas piedras en caballón. Se trata del helipuerto, aunque ninguna nave se ha posado aquí todavía. El observatorio está atendido por una persona, cuyo nombramiento responde al de “Vigilante Emisorista de Observatorio Forestal”. Su función es observar el paisaje y alertar de cualquier anomalía: columna de humo, fuego, actividad inusual, etc. Caso de advertir humo o fuego, por ejemplo, deben informar rápidamente a la central mediante un programa informático. La localización del humo permite delimitar la zona afectada, conocer los accesos y el tipo de vegetación predominante.

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    Vigilante emisorista de Observatorio Forestal en el Pico Gavilán (1.750 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

    Lo más peligroso son las tormentas secas de verano, por los incendios que pueden provocar los rayos. Los vigilantes hacen turnos de ocho horas en horario diurno. Con nieve o lluvia no suben; si estando en el Observatorio comienza a nevar, deben marcharse, para evitar quedarse aislados. Los vigilantes pueden escuchar la radio, leer y salir a pasear por el exterior del recinto vallado si el tiempo lo permite –siempre con el terminal de comunicación a mano: pues deben atender la emisora para recibir y/o transmitir notificaciones de la central a otros puntos de observación-. Aunque disponen de una buena estufa de leña (pellets), lo peor es el frío y el viento que con frecuencia bate la zona, amén de la soledad de estos parajes. Desde el observatorio ven con frecuencia conejos, libres, zorros, corzos, jabalís y otros animales del bosque. A veces reciben la visita de algún senderista, aunque mayormente éstos suelen desviarse hacia el "Pino Vicente" o el Alto de las Barracas.


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    Detalle del helipuerto y estación meteorológica en el Pico Gavilán (1.750 m), con el Alto de las Barracas al fondo, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2107.

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    Paisaje en el Pico Gavilán (1.750 m), con el Pico del Buitre y el Observatorio Astrofísico de Javalambre al fondo, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2107.


    Desde el observatorio puede admirarse un amplio panorama, en especial por el noroeste y el suroeste. Los días despejados puede verse la ciudad de Teruel, el Polígono de La Paz y los llanos del Jiloca, la Serranía de Albarracín, el cerro Javalón y los Montes Universales, que cierran el horizonte al poniente. Por el centro discurre la Fosa terciaria de Afambra-Teruel-Ademuz, “pasillo que algunos vinculan con el gran eje transversal al Sistema Ibérico que desde Aragón se extiende hacia Murcia”.[4]Al suroeste, cerrando el horizonte se distingue la Sierra de Santerón y la Serranía de Cuenca, con el Pico de Ranera como eminencia notable. Hacia el sureste queda el Parque Eólico de Aras de los Olmo, y el Pico del Buitre, en cuya cima se distingue la cúpula del Observatorio Astrofísico de Javalmabre (OAJ), ya en Arcos de las Salinas (Teruel). Hacia el noreste se alza la cima del Alto de las Barracas. Todos estos puntales constituyen cerros de contornos suaves -alomados, gastados por el tiempo y la erosión-, no obstante la dureza de los materiales jurásicos que los forman.


    Del Pico Gavilán al Alto de las Barracas (1.838 m).
    Cabe descender del Pico Gavilán por el mismo camino utilizado en la subida, desandando los doscientos metros que nos separan del camino principal que veníamos siguiendo. Atendiendo a las indicaciones de los paneles del Parque Natural, para ir al Alto de las Barracas continuaremos al frente y a la izquierda, recorriendo el medio kilómetro que no separa del "Pino Vicente". El camino llanea en este punto, incluso desciende ligeramente hasta el siguiente panel del Parque Natural:

    ·                     Pino Vicente (200 m), por la derecha.
    ·                     Alto de las Barracas (2.200 m), por la izquierda.

    Datum ETRS_89 Huso 30
    Coordenadas U.T.M.: X 661458/ Y 4437524

    De querer ver el "Pino Vicente" en este momento hay que proseguir por la derecha unos doscientos metros, enseguida veremos las primeras indicaciones del monumental árbol, también conocido como “Pino de las Tres Garras” (de este nombre por los tres brazos en que se divide su tronco), situado a la izquierda del camino, partida denominada Vago de la Culebra. Cualquier momento puede ser bueno para visitar el célebre pino, aunque en mi experiencia conviene visitarlo al bajar del Alto de las Barracas -para verlo a media tarde, iluminado por el sol poniente-: aunque todo dependerá del momento y la ocasión. Desde el lugar del pino el camino prosigue hacia el sur, en dirección del Barranco de la Hoz.

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    Detalle de panel de dirección y distancia al Pino Vicente y el Alto de las Barracas, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Detalle de panel de dirección y distancia al Alto de las Barracas, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    Sin embargo, a los efectos de la excursión de hoy, mi propuesta es dejar la visita del "Pino Vicente" para después, dirigiéndonos directamente al Alto de las Barracas. De este modo hay que continuar por la izquierda, y recorrer los 2.200 metros que nos separan de nuestro objetivo. La entrada a la zona de Microrreserva de flora la marca una baliza pintada en rojo y blanco: la entrada de vehículos a motor está prohibida. El camino principal que venimos siguiendo continúa al frente, en dirección al Collado del Buey (1.715 m), que queda en la vertiente opuesta, ya en Aragón y en posición suroriental respecto del Alto de las Barracas. En este punto, un cartel del Parque Natural nos advierte de la dirección y la distancia a la cumbre:

    ·                    Alto de las Barracas (1 km), por la derecha.

    Datum ETRS_89 Huso 30
    Coordenadas U.T.M.: X 661735/ Y 4438119

    El camino que debemos seguir para logar la cima discurre entre pinos albares, sabinas, enebros y monte bajo, siempre en suave ascenso. Los troncos de los pinos poseen un musgo verde-azulado adherido a su corteza. Conforme avanzamos la senda va perdiéndose, el bosque clarea y comienzan a aparecer grandes pinos sueltos, rodeados de las manchas verdosas de las sabinas rastreras (Juniperus sabina), que  en esta zona amarillean por la sequía. Afloramientos de rocas calcáreas de pequeña potencia aparecen en distintos puntos. En un calvero veremos un cartel anunciando la Micorreserva del Alto de las Barracas. Deberemos seguir los mojones de piedra que van marcando el sendero, alternando con los postes cuadrangulares de madera en los que figura el logotipo del Parque Natural, y una fecha de doble sentido. La cima se halla un poco más arriba, hacia la izquierda, que es el noreste. Desde este punto, sin embargo, ya pueden observarse espléndidas vista, particularmente en la dirección noreste y sureste, orientaciones en las que el panorama se muestra más despejado. Llama la atención la suavidad de formas de estos montes, cuyas cumbres aparecen pulidas por la erosión del tiempo geológico: el agua de las lluvias, el hielo y las nieves invernales, el viento que bate estas cumbres, los antiguos glaciares cuaternarios que discurrieron por los valles.


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    Paisaje en el área de Microrreserva de Flora con el Alto de las Barracas al fondo, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2107.


    Próximo a la cumbre el sendero se hace más pedregoso y estrecho, varios grandes troncos de pinos yacen caídos sobre las sabinas rastreras. Son árboles que cumplieron su ciclo vital -vencidos por la edad y las inclemencias-; su cuerpo leñoso se va descomponiendo lentamente. Enseguida veremos el pilón del Vértice Geodésico del Instituto Geográfico Nacional, con varios peldaños de hierro en su cara septentrional. El lugar puede defraudar al visitante, pues quizá no resulta tan espectacular como cabría imaginarse si lo comparamos con otras elevaciones. El panorama que se observa, sin embargo, llamará nuestra atención por su grandiosidad y magnificencia.

    ·                    Alto de las Barracas (1.838 m).

    Datum ETRS_89 Huso 30
    Coordenadas U.T.M.: X 662779/ Y 4438093

    A quienes lleguen hasta el lugar les aconsejaría que tratasen de observar en silencio lo que la vista les alcance -sin pensar en nada-: entiendo que es un ejercicio dificultoso, porque la mente no para. Aunque el espíritu suele relajarse en las cimas de las montañas, particularmente si somos capaces de percibir nuestra pequeñez frente al espectáculo de la naturaleza. Siquiera por un momento, los problemas que nos angustian se desvanecen, pudiendo invadirnos un sentimiento de fugacidad frente a la aparente inmutabilidad de lo que observamos. Los más sensibles o predispuestos pueden llegar a percibir incluso la presencia divina –pero ésto es cuestión de sensibilidades.

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    Detalle de pino albar (Pinus sylvestris) en el Alto de las Barracas, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2107.

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    Paisaje en el Alto de las Barracas, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2107.
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    Pilón del Vértice Geodésico en el Alto de las Barracas (1.837 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Cartel del Parque Natural con indicación de la altitud en el Alto de las Barracas (1.837 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Pilón del Vértice Geodésico en el Alto de las Barracas (1.837 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    Resulta conveniente orientarse, identificando los puntos más altos con su nombre. Por el Alto de las Barracas pasa la divisoria entre Teruel por Aragón y el Rincón de Ademuz por Valencia, aunque la montaña no entiende de topónimos, ni de geografía política. La montaña es la montaña, tiene sus propias normas y es indiferente a las emociones y sentimientos que pueda provocarnos. Forma parte de la Naturaleza, como nosotros mismos, aunque aparentemente los humanos tengamos conciencia de ello, y el mundo mineral y vegetal no.

    Desde esta eminencia montañosa puede verse en toda su extensión el territorio del Rincón de Ademuz. Observando el mapa comarcal vemos que su morfología es ovoidea en sentido este-oeste, su geografía sumamente accidentada, atravesada por el río Turia en sentido norte-sur. Desde un punto de vista geológico, la mayor parte del espacio comarcal central corresponde al Terciario, mientras que las zonas más hondas del valle, por donde discurre el Turia y el Ebrón, son del Cuaternario. Los extremos oriental y occidental, así como el saliente septentrional, corresponden al Jurásico, con pequeñas afloraciones del Triásico. En la zona occidental y suroccidental –entorno de Arroyo Cerezo (Castielfabib) y Vallanca- cabe destacar también la existencia de grandes áreas del Cretácico.[5]

    Desde el pilón del Vértice Geodésico puede observarse muy bien el pico Javalambre (2.020 m), situado en posición nororiental. Así como el Collado del Buey (1.715 m), que discurre a nuestros pies, en posición oriental. Desde nuestra altitud las manchas redondeadas de las sabinas rastreras esparcidas por el Collado semejan lunares verdioscuros. Mucho más alejado se halla el Observatorio Astrofísico de Javalambre (OAJ), situado sobre el Pico del Buitre (1.957 m), en posición suroriental respecto de nuestra posición. Más próximo a nosotros está el Pico Gavilán (1.750 m), donde hemos visto que se halla el Observatorio Forestal, cuya caseta se distingue en la cima del monte, en posición suroccidental.

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    Detalle de pino albar (Pinus sylvestris) con el pilón del Vértice Geodésico en el Alto de las Barracas (1.837 m) al fondo, Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Pilón del Vértice Geodésico en el Alto de las Barracas (1.837 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Detalle de placa en el pilón del Vértice del Vértice Geodésico en el Alto de las Barracas (1.837 m), Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.


    Del Alto de las Barracas al Pino Vicente (1.700 m).
    Relajados -y tal vez satisfechos- podremos volver al camino, sirviéndonos de orientación el cartel de Microrreserva de Flora que hemos visto en el ascenso. Desde esta señal el camino vuelve a hacerse evidente -jalonado por los pequeños postes del Parque Natural y los montoncitos de piedra visto en la subida-, no hay más que seguirlo. Al pasar junto a estas señales suelo añadir una piedra al montón, una forma de mantenerlos incrementando la señalización. Llegaremos de nuevo a la barrera (blanca y roja) de la entrada, y continuaremos por la izquierda unos 2,2 km hasta la señal que indicaba el desvío al "Pino Vicente" (200 metros). Aunque la zona sigue estando protegida, no hay en este punto prohibición al paso de vehículos, ya que más allá del "Pino Vicente" el camino continúa en dirección al Barranco de la Hoz.

    El "Pino Vicente Tortajada" es un monumental pino albar (Pinus sylvestris) típico de estas latitudes, donde también abundan los pinos negrales, los enebros y las sabinas albares, amén del sotobosque habitual. El descomunal pino (también conocido por los lugareños como Pino de las Tres Garras, por los citados tres brazos que emergen de su tronco), se salvó de la tala por intercesión del señor Vicente Tortajada Tortajada (1937-2003), el guarda forestal responsable de la zona en los años sesenta. Para conocer sus características física y los criterios de notabilidad debo remitir al lector al artículo arriba citado: EL PINO VICENTE, UN ÁRBOL MONUMENTAL.[6]



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    Vista del "Pino Vicente Tortajada", Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Detalle del tronco y ramas del "Pino Vicente Tortajada", Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.



    A modo de epílogo.
    Para visitar el Pico Gavilán hemos partido de la Ermita de San Roque (Puebla de San Miguel), situada junto a la CV-363, kilómetro 19. Ascendiendo por la pista hacia la Loma del Carrascal hemos continuado en dirección septentrional hasta La Santica, zona donde hay un pilón de obra con ladrillos cerámicos representando a la Virgen de la Cueva Santa. Desde este punto hemos continuado hasta la Fuente de la Canaleja, donde verdaderamente comienza la ascensión al Pico Gavilán y al Alto de las Barracas, vía El Bisco (Corrales del Vizco) y el "Pino Vicente".

    En el Pico Gavilán (1.750 m) está el Observatorio Forestal de la Generalidad Valenciana, junto al edificio hay un helipuerto y una estación meteorológica. El Observatorio está asistido por un “Vigilante Emisorista de Observatorio Forestal”, cuya misión primordial es observar el panorama para detectar y comunicar cualquier acontecimiento anómalo en la zona. La excursión se ha completado con la subida al Alto de las Barracas (1.838 m) y la visita al monumental “Pino Vicente Tortajada” (1.700 m), ya en el descenso.

    Algo tienen las montañas que impulsa a algunas personas a escalarlas, a coronar sus cimas. Quizá porque el camino de subida constituye un reto semejante al de la vida misma. Como la vida, el ascenso requiere de ciertas precauciones elementales, amén de esfuerzo y perseverancia. En general, las cumbres de las montañas suelen producir una sensación etérea -incluso de irrealidad-: alejados de la cotidianeidad nos sentimos momentáneamente en la cima del mundo.

    Merece la pena hacer el recorrido propuesto y conocer el territorio, en tanto forma de acercamiento a la naturaleza en general y al medio rural en particular. Porque más allá del placer anímico o sensitivo que pueda provocarnos la contemplación del paisaje, de lo que se trata es de crear vínculos de aprecio y respeto hacia el mundo natural, sensibilización que sólo puede lograrse merced al contacto personal y directo con el hábitat. Vale.






    [1] RODRIGO ALFONSO, Carles (1998). El Rincón de Ademuz. Análisis geográfico comarcal, Edita ADIRA, Valencia, p. 13.
    [2] Real Decreto 183/1994 de 1 de septiembre del Gobierno Valenciano, por el que se regula la circulación de vehículos por terrenos forestales (DOG Nº 2344 de 3 de septiembre de 1994).
    [3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. El Pino Vicente Tortajada, un árbol monumental, del lunes 6 de noviembre de 2017.
    [4] RODRIGO ALFONSO (1998), p. 11.
    [5] Ibídem, p. 17.
    [6] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. El Pino Vicente Tortajada, un árbol monumental, del lunes 6 de noviembre de 2017.

    GALERÍA FOTOGRÁFICA

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    Detalle del del tronco y ramas del "Pino Vicente Tortajada", Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Detalle del ramaje del "Pino Vicente Tortajada", Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), 2017.

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    Paisaje nororiental desde el Alto de las Barracas (1.838 m), con detalle del Pico Javalambre (2.020 m) al fondo (2017).

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    Paisaje suroriental desde el Alto de las Barracas (1.838 m), con detalle del Pico del Buitre (1.957 m) al fondo, donde se halla el Observatorio Astrofísico de Javalambre (2017).

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    Paisaje suroccidental desde el Alto de las Barracas (1.838 m), con detalle del Pico Gavilán (1.750 m) al fondo, donde se halla el Observatorio Forestal (2017).

    CARRETERAS Y CAMINOS EN EL RINCÓN DE ADEMUZ.

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    Situación actual,
    a propósito de la reivindicación sobre la CN-330 de Torrebaja a Teruel.



    “La conclusión a la que se llega [...]
    es que la comarca, de no cambiar su situación económica
    va a desaparecer como tal a medio largo plazo,
    salvo que se considere que con una muy escasa comunidad poblacional
    sea suficiente para continuar considerándola como tal”
    -De Estudios básicos para la ordenación del territorio de la Comunidad Valenciana (1982)-.









    En el clásico trabajo dirigido por José Honrubia López –Estudios básicos para la ordenación del territorio de la Comunidad Valenciana (1982)- se reconocía que la infraestructura de carreteras constituía la primera cuestión problemática del Rincón de Ademuz, haciendo hincapié en la distancia que separaba la comarca de su centro administrativo, y en la necesidad de paliar esta distancia con mejoras en la C-234 de Valencia a Ademuz. El estudio insistía en que las mejoras deberían llevarse a cabo no sólo en el tramo comarcal, sino en todo su trazado, particularmente “a partir de la entrada en la comarca de los Serranos donde las curvas y el mal estado del asfalto se hacen notables”.[1]

    Desde la publicación de aquel estudio a comienzos de los años ochenta, las comunicaciones que conectan la comarca con el exterior han sufrido grandes cambios y sustanciales mejoras –singularmente con las actuaciones llevadas a cabo en los años noventa en las dos principales vías nacionales que atraviesan el Rincón de Ademuz-: la CN-330 de Alicante (y Murcia) a Francia por Zaragoza y la CN-420 de Córdoba a Tarragona por Cuenca. Asimismo, en la C-234 de Valencia a Ademuz (actual CV-35), que conecta la capital provincial y autonómica con la cabecera comarcal, vía Liria, Chelva, Titaguas y Aras de los Olmos.

    Tras las notables mejoras llevadas a cabo en las tres vías más importantes citadas, quedan por solucionar el tramo de Torrebaja a Teruel, en el que coinciden ambas carreteras nacionales (330 y 420), así como los accesos a los núcleos urbanos de la mitad oriental de la comarca –que son los peor comunicados-: Mas del Olmo, Val de la Sabina y Sesga (aldeas de Ademuz), y Puebla de San Miguel. Respecto de los accesos a las poblaciones de la mitad occidental, la peor comunicada era Negrón (CV-478), cuya carretera se ha mejorado últimamente desde Vallanca. Esta vía queda interrumpida en el límite provincial con Cuenca, aunque podría comunicarse fácilmente con la CN-330 en el término de Moya.

    La entrada pretende acercar al lector la situación viaria actual de la comarca, partiendo de una somera reseña histórica.

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    Detalle de la CN-420 de Cuenca a Teruel a la entrada de Torrebaja (Valencia), ca.1975.


    Precedentes históricos: los caminos tradicionales.
    Hasta mediados del siglo XIX los caminos tradicionales del Rincón de Ademuz eran de herradura y en regular o mal estado -basta ver los comentarios de Madoz al respecto-: “los caminos son todos de herradura y malos” (Ademuz, 1845: incluye a Casasaltas); “los caminos son locales, de herradura y en mal estado” (Casasbajas, 1847); “los caminos son locales y se hallan en regular estado” (Castielfabib, 1847); “los caminos conducen á Valencia y Teruel, en buen estado” (Puebla de San Miguel, 1849); “los caminos son locales de herradura en mal estado (Torrebaja, 1949: incluye Torrealta); “los caminos son locales, de herradura, en mal estado” (Vallanca, 1949).[2]


    Población de las localidades del Rincón de Ademuz que se reseñan (1845-49).
    Localidad
    Vecinos
    Almas

    Ademuz

    724
    3.033
    Casasaltas
    183
    615
    Casasbajas
    170
    730
    Castielfabib
    334
    1.336
    Puebla de San Miguel
    83
    316
    Torrealta
    20
    60
    Torrebaja
    94
    33
    Vallanca
    296
    1.030
    Total
    1.904
    7.153

    Elaboración propia (2017). Tomado de MADOZ (1845-1849).


    A comienzos de la segunda mitad del siglo XIX (1867) los caminos del Rincón de Ademuz no habían mejorado. Vicente Alcaine, Director de Caminos y Canales de Riego del Sindicato General de Riegos del Turia, recoge sus impresiones, escribiendo: “las sendas y caminos de esta comarca van aumentando en escabrosidades. Se necesitan caballerías de una docilidad completa para no despeñarse a cada risco que hay que ladear para salvarlo”.[3] Al finalizar la centuria, Riera y Sans (1881-1887) dice de las comunicaciones de los pueblos y aldeas del Rincón de Ademuz:[4]
    • Ademuz (2.947 hab): “Los caminos son vecinales y de herradura y se encuentran en regular estado de conservación” (1881, tomo I, p. 63).
    • Arroyo Cerezo (210 hab): citado como Arroyo de Cerezo, “Falto de caminos propios, se pone en relación con las poblaciones más próximas sirviéndose de los que posee su municipalidad” (1881, tomo I, p. 850).
    • Casasaltas (620 hab): citado como Casas Altas, “Se relaciona con las poblaciones limítrofes por medio de caminos vecinales en regular estado de conservación” (1882, tomo III, p. 507).
    • Casasbajas (960 hab): citado como Casas Bajas, “Para la comunicación y tránsito, cuenta con buenos caminos vecinales, por los que se relaciona con las poblaciones limítrofes y cabecera de partido” (1882, tomo III, p. 508).
    • Castielfabib (1.964 hab): “Mal se halla de medios de comunicación la localidad que describimos, pues solo cuenta con caminos de herradura y alguno que otro vecinal, todo ellos en bastante mal estado de comunicación” (1882, tomo III, pp. 607-608).
    • Mas de los Mudos(30 hab): citado como Mas del Cojo, se comunica “Por medio de los caminos que cruzan por su término verifica sus transportes y Arrastres” (1885, tomo VII, p. 72).
    • Mas del Olmo(220 hab): “Por medio de los caminos que cruzan por su término, verifica sus transportes y arrastres” (1885, tomo VII, p. 73).
    • Negrón (200 hab): “Utiliza los caminos que cruzan por su término para verificar sus transportes y sostener sus relaciones” (1885, tomo VII, p. 680).
    • Puebla de San Miguel(499 hab): “Para verificar sus transportes y relacionarse con los pueblos limítrofes cuenta con varios caminos vecinales, en regular estado de conservación” (1885, tomo VIII, p. 428).
    • Sesga (280 hab): “Utiliza los caminos que cruzan por su término para sus relaciones y transportes” (1886, tomo IX, p. 990).
    • Torrebaja (745 hab): citado como Torre Baja, “Para verificar sus transportes y mantener sus relaciones con las poblaciones limítrofes, cuenta con diferentes caminos vecinales en regular estado de conservación” (1886, tomo X, p. 489).
    • Val de la Sabina (150 hab): citado como El Vall,"Se relaciona por medio de los caminos que cruzan el término municipal (1883, tomo IV, p. 321).
    • Vallanca (1.097 hab): “Los caminos son locales conducen á los pueblos limítrofes y se hallan en mal estado” (1887, tomo XI, p. 33).


    Junto a los caminos tradiciones existían las vías pecuarias por donde transitaban los ganados que atravesaban la zona y los denominados “caminos de la madera”, por donde se bajaban los pinos talados en los montes del entorno hasta los puntos de embarque (aguaderos) del río Turia.[5]Existen noticias históricas de los “aguaderos” o “apañaderos” existentes en Mas de Jacinto (Castielfabib), en el Puente de la Palanca (Torrebaja), en la Virgen de la Huerta (Ademuz) y Casasbajas.[6]



    Detalle de la antigua carretera de Ademuz a Los Santos a su paso por El Soto (Casas del Soto), con la Casa Grande (1661) a la derecha (2018).

    Las primeras carreteras del Rincón de Ademuz.
    La red de comunicaciones locales (vecinales) y con los municipios extracomarcales permaneció inalterada hasta comienzos del siglo XX. Sin embargo, a comienzos de la segunda mitad del siglo XIX ya se había planteado la necesidad de comunicar la capital provincial (Valencia) con las distintas comarcas, entre ellas la del Rincón de Ademuz.

    El trazado inicial de la carretera de Valencia a Ademuz, en su tramo hasta Chelva coincidía grosso modo con el antiguo Camino Real de Valencia a Cuenca y Madrid por Talayuelas. El trayecto de Valencia Chelva concluyó en la segunda década del siglo XIX (1860), quedando estancada en esta localidad durante cincuenta años, pues su continuación hasta Titaguas no se completó hasta la segunda década del siglo XX (1913). La carretera quedó de nuevo interrumpida en este punto durante otros cincuenta años, hasta la construcción del puente sobre el Turia en Santa Cruz de Moya (Cuenca), hecho que tuvo lugar al comienzo de los años sesenta. Hasta la construcción del puente sobre el Turia, el trayecto entre Aras de los Olmos y Santa Cruz de Moya se hacía por la cuesta de Flicos (también, de Los Flicos), y vadeando el río Arcos, esto es, siguiendo el camino tradicional. En los años ochenta del siglo XIX (1882), Riera y Sans dice al respecto: “cruzan por entre ambas 2 (se refiere a las sierras de Magallón y Javalambre) caminos que conducen, el uno, desde Ademuz á Valencia y el otro desde Santa Cruz á Higueruelas, los cuales son franqueables por las cortaduras y puertos en el río Arcos y cuesta de Flicos” (1882, tomo III, p. 361).

    El trazado definitivo supuso la construcción del citado puente sobre el río Turia en el término de Santa Cruz de Moya, salvando así el punto más conflictivo de esta carretera provincial. El viaducto fue obra del ingeniero de caminos José Juan-Aracil Segura (1906-1982). Consta que con fecha 22 de octubre de 1956, el Ministerio de Obras Públicas adjudicó la obra denominada “terminación y acondicionamiento del trozo 6º” (que incluía el mencionado puente sobre el Turia) a F. Gil Garrido Oliver, de Burjasot (Valencia), que fue el único postor. Según la resolución, la obra se adjudicó por un precio de 7.648.000 pesetas, estableciéndose un plazo de ejecución de 40 meses.[7]

    El trayecto de Santa Cruz de Moya hasta Ademuz resultó también de compleja realización, pues en un corto trecho debía salvarse una elevada altitud. Según los testimonios, para superar el desnivel que posteriormente se denominó “Puerto de las Emés” (de este nombre por las curvas que hace la carretera por ambas laderas), hubo que trabajar en condiciones extremas, con las personas y los animales atados, para evitar despeñarse. Salvadas “las Emes”, el trazado continúa hasta Casasbajas, en cuyo término hubo que labrar dos túneles en la roca viva: el primero de 77 metros y el segundo de 87 metros. Dichos túneles ya estaban horadados cuando la Guerra Civil (1936-1939), pues por manifestaciones de los propios lugareños consta que sirvieron  para el almacenamiento de combustible y como refugio de personas: se dice que durante su visita al frente de Teruel -cuando la Batalla de Teruel (1937-38)-, Indalecio Prieto, a la sazón Ministro de Defensa, pasó una noche en uno de estos túneles.

    Tras la construcción del tramo de “las Emes” (esto ya después de la guerra civil), a la antigua C-234 de Valencia-Ademuz (actual CV-35), en Santa Cruz de Moya se le unió la CN-330, procedente de Manzaneruela (Landete). Dicha carretera nacional pasaba por Casasbajas, Casasaltas y Ademuz, y continuaba por El Soto y El Montecillo hasta Los Santos (Castielfabib), donde se unía a la CN-420 por encima del puente sobre el Ebrón. Tras la construcción de la variante de la CN-330 de Manzaneruela a Torrebaja (en los años noventa del pasado siglo XX), el antiguo trazado por la CV-35 hasta Ademuz y su prolongación hasta Los Santos se denomina CN-330a.

    Durante la Guerra Civil, el frente republicano-nacional estaba en Villel (Teruel); de esta forma, para ir del Rincón de Ademuz a Valencia con vehículos a motor había que subir por la CN-420 hasta La Huérguina (lugar próximo a Cañete) y bajar hacia Landete, Talayuelas, Sinarcas y Utiel.[8]

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    Detalle del trazado de la antigua CN-420a a la altura de la Hoya Hermosa en Castielfabib (Valencia), 2018.

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    Detalle de magnífico puente de la Hoya Hermosa en Castielfabib (Valencia), correspondiente al trazado de la antigua CN-420 (2018).

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    Detalle del acceso a Los Santos (Castielfabib) desde la actual CN-420 (2018).



    La CN-420: Tarancón-Teruel vía Cuenca y Cañete.
    Sin embargo, la primera carretera nacional que atravesó la comarca fue la CN-420 (de Córdoba a Tarragona, vía Tarancón, Cuenca y Teruel por Alcañiz), popularmente denominada carretera de Cuenca-Teruel, en tanto enlazaba Tarancón con Teruel, vía Cuenca y Cañete por el Rincón de Ademuz.

    El tramo procedente de Teruel a Villel ya se hallaba construido en los años ochenta del siglo XIX (1880), continuándose por ese mismo tiempo hacia Libros, con la idea de que en los años noventa arribara a Torrebaja.[9]Sin embargo, la vía procedente de Cuenca se quedó estancada en el límite interprovincial, a la altura de la Casa del Mojón (Salvacañete). El tramo número 7 de esta carretera se llevó a cabo en la segunda década del siglo, y el tramo número 8 en la siguiente: consta la expropiación de 256 propietarios de Castielfabib, cuyas parcelas se hallaban afectadas por el trazado.[10]De este tiempo contaba mi padre una anécdota: resulta que había una mujer segando alfalfa en un huerto de la Rambla Villana –entre Los Santos y Torrebaja-, y vio pasar por la carretera un coche sin caballos. La señora se asustó tanto que se metió en una acequia, debajo de un gallipuente. Aquella señora era Francisca Garrido, madre de Antonio, Cristeta y Amalia Martínez Garrido (1913-72).

    Hasta la llegada de los coches de motor el trayecto entre Ademuz y Teruel se cubría mediante un coche de línea tirado por animales, la popular diligencia. Este coche de caballos hacia su recorrido por el denominado Camino Viejo de Ademuz, que a su llegada a Torrebaja vadeaba el Ebrón por la parte suroriental del pueblo, junto al pilón de san Antonio y continuaba por la calle Cantón, seguía por la calle Fuentecillas (donde se hallaba la fuente de los Pobres), pasaba por las Casas de la Venta, cruzaba la bajada del Pasillo y salía a la actual carretera de Teruel atravesando el paraje de los Piujares, por debajo del Jardín de Tomás. La vía continuaba por Mas de los Mudos y camino de Torrealta cruzaba el Turia por el puente viejo, situado unos cientos de metros aguas abajo del actual. Respecto al viejo puente de Torrealta, consta una súplica puesta por el lugar de Torrealta (entonces perteneciente a Ademuz), para formar un puente en dicho lugar (1713).[11]

    El Camino viejo de Ademuz a Teruel pasaba por Torrealta y continuaba hacia la rambla de Riodeva, donde cruzaba de nuevo el Turia frente a las Casas de Angelina, camino de Mas de Jacinto (Castielfabib). Desde este lugar la vía continuaba en dirección a Libros, y Teruel. El Camino Viejo de Ademuz a Teruel formaba parte del antiguo Camino Real de Valencia y Castilla a Teruel y Zaragoza por esta parte, pues consta una declaración conforme dicho Camino Real pasaba por Torrealta.[12] Sin embargo, el trazado de la carretera de Cuenca a Teruel dejó de lado Torrealta, discurriendo frente a la aldea pero por la margen derecha del río; ello supuso el comienzo de la decadencia del lugar. No obstante, en la segunda década del siglo XX, Martínez Aloy (1915), escribe: “El Rincón de Ademuz se halla de tal manera incomunicado con la capital de la provincia, que el medio más expedito para visitarlo es el de trasladarse previamente a Teruel”.[13] A mediados del siglo XX (1953), las comunicaciones no habían mejorado –Badía Marín relata un viaje desde Valencia al Rincón de Ademuz-:
    • <Hemos tenido que hacer un recorrido de 163 kilómetros en ferrocarril y 36 en autobús, en total 199 kilómetros. Si existiera el puente sobre el Turia en Santa Cruz de Moya y los dos pequeños tramos de carretera que faltan, el viaje se hubiera reducido considerablemente, en unos 80 kilómetros>[14]

    La situación descrita se mantendría hasta la construcción del puente sobre el Turia en Santa Cruz de Moya, y el tramo desde esta última población hasta Casasbajas.

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    Detalle de la construcción del puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca) sobre el Turia (ca.1960).


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    Detalle de la construcción del puente de Santa Cruz de Moya (Cuenca) sobre el Turia (ca.1960).


    En el viaje de Primo de Rivera a Teruel por el Rincón de Ademuz  (que fue primeros de agosto de 1927), el puente de Los Santos sobre el Ebrón ya estaba construido. El dictador y su comitiva pasaron por Torrebaja, donde les hicieron un recibimiento al uso: arcos de triunfo en la carretera, la gente del pueblo expectante, los niños y niñas de las escuelas con banderitas, el somatén formado. El general saludó a las autoridades y pidió agua para beber. Le llevaron una bandeja con una jarra y un vaso, parece que bebió con gusto, diciendo: Es buena el agua, y está fresca, pero es de pozo... Ciertamente, el agua era del pozo de la señora Paca -Francisca Vicente Casino-: su casa era la actual oficina de Farmacia del licenciado Villanueva. El paso de Primo de Rivera por Torrebaja constituyó un acontecimiento que se recordó durante décadas, permaneciendo como un hito en la intrahistoria local. El alcalde del municipio era don Rafael Sánchez Muñoz (1924-27) y el cabo del sometén, don Antonio Hernández Montesinos (1882-1945), médico de la localidad. Un bardo local -Plácido Luis Giménez (1878-1965)- compuso unos versos en honor del dictador, que leyó su hija, la señora Águeda Luis Gómez (1910-1992). El acto de bienvenida estuvo amenizado por un grupo musical de guitarras y laúdes, dirigido por Antonio Gómez Pastor (a) el Randolo (1886-1940). Sirvió el agua al general un tal Julio de la Salud Gómez (a) el Borde, que regentaba entonces el café de los Cesáreos.[15]



    Entrada a Mas de Jacinto por la CN-330, con la población al fondo (2017).

    Detalle del puente de la CN-330 sobre la Rambla de Valdelagua en Mas de Jacinto, Castielfabib (Valencia), 2017.

    Vista oriental del puente de la CN-330 sobre la Rambla de Valdelagua en Mas de Jaciento, Castielfabib (Valencia), 2017.


    El general y la comitiva continuaron su camino en dirección a Teruel, pero al llegar a Mas de Jacinto tuvo lugar un percance que les detuvo algún tiempo, pues el puente sobre la Rambla de Valdelagua (también, Rambla de San Sebastián) no estaba construido todavía y por causa de una tormenta reciente, un carro que intentó cruzar se quedó estancado en medio del cauce. Al ver el problema, el general mandó a su secretario tomar nota del asunto, diciendo: Esto hay que solucionarlo de inmediato... –y así fue, ya que poco tiempo después empezaron las obras del puente-. La anécdota me la refirió el vecino César Gómez Mínguez (Mas de Jacinto, 1943), según el relato que había oído de un tal Francisco el Jeromico, que presenció los hechos.


    La CN-330: de Landete a Torrebaja.
    La mencionada CN-330 de Alicante (y Murcia) a Francia por Zaragoza fue la segunda carretera nacional que atravesó el Rincón de Ademuz. La construcción del tramo de la carretera de Valencia a Ademuz, entre Santa Cruz de Moya y Casasbajas por el Puerto de las Emes, permitió el acceso al Rincón de Ademuz, desde Landete. Aunque parte del trazado y el firme se han mejorado, el trayecto por la actual CN-330a sigue siendo difícil, ya que en pocos kilómetros deben salvarse grandes desniveles: bajando desde Manzaneruela hasta Santa Cruz de Moya y desde esta localidad hasta Casasbajas, subiendo y bajando “las Emes”. Decíamos que la carretera atraviesa dos túneles y entra en el Rincón de Ademuz por Casasbajas, y continúa por Casasaltas hasta Ademuz. El tramo entre Ademuz y Los Santos –vía El Soto y·El Montecillo- estuvo sujeto a importantes mejoras en los años noventa. El antiguo trazado era una carreterita estrecha que pasaba junto a la Casa Grande del Soto, entre ésta y unos pajares. En la actualidad, la carretera es amplia y discurre por debajo de la Casa Grande: el antiguo edificio (siglo XVII) se salvó de la destrucción al ser declarado Bien de Interés Local, dadas su antigüedad y características arquitectónicas. Como se dice arriba, la CN-330a se une con la CN-420 que baja del Hontanar frente a Los Santos (Castielfabib), justo por encima del puente sobre el Ebrón.



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    Vista occidental del puente sobre el Turia y la vega de Ademuz (Valencia), correspondiente a la variante de la CN-330 de Manzaneruela a Torrebaja (2016).

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    Vista occidental del puente sobre el Turia y la vega de Ademuz (Valencia), correspondiente a la variante de la CN-330 de Manzaneruela a Torrebaja (2016).

    En la segunda mitad de los años noventa del pasado siglo XX se trazó la variante de la CN-330 desde Manzaneruela (Landete) hasta Torrebaja. El trazado se labró por El Pinar, siguiendo parcialmente antiguos carrilles de guerra y buscando el Turia. La nueva carretera cruza el valle a la altura de Los Arenales mediante un gran viaducto que discurre por La Celadilla, desde donde cruza la Rambla del Val mediante otro gran viaducto. Continúa por Los Planos, margen izquierda del Turia y vuelve a cruzar el Turia mediante otro gran viaducto frente a Torrebaja, donde se une a la CN-420. Desde este punto -situado al norte de Torrebaja- ambas carreteras nacionales continúan hasta Teruel como CN-330 por la margen derecha del Turia: vía Mas de los Mudos y Mas de Jacinto (Castielfabib), Libros, Villel y Villastar (Teruel).


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    Vista meridional del puente sobre el Turia y la vega de Torrebaja (Valencia), correspondiente a la variante de la CN-330 de Manzaneruela a Torrebaja (2016).


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    Detalle del puente sobre el Turia y la vega de Torrebaja (Valencia), correspondiente a la variante de la CN-330 de Manzaneruela a Torrebaja (2016).


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    Detalle del puente sobre el Turia y la vega de Torrebaja (Valencia), correspondiente a la variante de la CN-330 de Manzaneruela a Torrebaja (2016).

    Un proyecto frustrado: la autovía de Cuenca a Teruel.
    El proyecto de construcción de la autovía de Cuenca a Teruel supuso una gran esperanza para el desarrollo de la zona, pero la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) negativa de los tramos de Cuenca a Ademuz por la CN-420 (110 km) y de Ademuz a Teruel por la CN-330 y CN-420 (40 km) descartó definitivamente su realización en 2008: probablemente nunca llegue a realizarse, quedando pendiente –sin embargo- un nuevo estudio informativo que aporte soluciones alternativas. El proyecto de la Autovía de Cuenca a Teruel se hallaba inserto en el más amplio de la Autovía de la Meseta Sur –Autovía Castilla-La Mancha (A-40)-: cuyo recorrido comenzaba en Adanero-Ávila (Autovía A-6) y finalizaba en Teruel (Autovía Mudéjar: Sangunto-Jaca), lo que suponía comunicar directamente el sur de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Aragón –evitando pasar por Madrid-. Un proyecto ciertamente grandioso que en la parte que nos afecta ha quedado en agua de borrajas...

    En vista de la imposibilidad de continuar con la prolongación de la A-40 (entre Cuenca-Ademuz y Ademuz-Teruel), los representantes de las Entidades provinciales afectadas pidieron mejoras en la CN-330 y CN-420 que une ambas capitales –vía el Rincón de Ademuz-: mejorando su trazado y seguridad y como forma de lucha contra la despoblación de los pueblos de la zonas perjudicadas.[16]Sin buenas comunicaciones no hay desarrollo posible, hecho que garantiza la despoblación.

    En este mismo sentido, los alcaldes que forman la Mesa de la Rivera del Turia por la Nacional 330, propusieron una serie de movilizaciones para forzar a la Administración del Estado a abrir conversaciones al respecto. La movilización a la que se había invitado a los vecinos de los municipios de la Rivera del Turia por los que discurre la carretera nacional debía comenzar el martes día 5 de diciembre de 2017, para que “circularan voluntariamente por dicha carretera con sus vehículos, entre ellos tractores, para protestar por la situación de la vía”. Finalmente, sin embargo, tras una reunión celebrada en Libros el domingo, 3 de diciembre, la movilización fue desconvocada, dado el desbloqueo en la falta de comunicación que existía entre la Mesa de Alcaldes y el Ministerio de Fomento. El viernes 1 de diciembre tuvo lugar una reunión en Madrid entre los representantes de la Mesa de Alcaldes y el Director General de Infraestructuras (señor Manuel Niño), en la que éste se comprometió a la realización de la obra solicitada, en dos fases:

    • la primera (de ejecución en 2018) consistirá en la realización del proyecto y la obra de seis kilómetros en dirección de Teruel a Villastar, con fondos propios y un importe aproximado de 13.000.000 de euros.
    • la segunda (de ejecución entre 2019 y 2020) consistirá en la realización del proyecto e impacto ambiental del resto del tramo, el cual dará comienzo a la vez que la primera fase y seguidamente la licitación y realización de la obra por un importe de 135.000.000 de euros.

      Asimismo, la Mesa de Alcaldes acordó la formación de una comisión de seguimiento, cuya misión será controlar el proyecto, para conocer en todo momento la situación del mismo y mantener contacto directo con el Ministerio de Fomento: el seguimiento incluye que el importe del proyecto sea incluido en los presupuestos del Estado, en 2018. Según la nota difundida, “la no inclusión de estos importes en los presupuestos daría lugar a considerarnos engañados, lo que provocaría una movilización continua en la reivindicación”.

      puente-hontanar-nacional-420
      Vista meridional del puente del Hontanar en la CN-420, una de las grandes infraestructuras viarias en la comarca, obra de los años noventa (2017).

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      Vista suroriental del puente del Hontanar en la CN-420, una de las grandes infraestructuras viarias en la comarca, obra de los años noventa (2017).

      puente-hontanar-nacional-420
      Vista suroccidental del puente del Hontanar en la CN-420, una de las grandes infraestructuras viarias en la comarca, obra de los años noventa (2017).
      Carreteras provinciales y vías locales.
      La construcción de los grandes ejes viarios que atraviesan el Rincón de Ademuz corrió parejo al de los accesos a algunos pueblos y aldeas comarcales, que hasta los años veinte y treinta del pasado siglo XX estaban comunicados por caminos de herradura. El municipio peor comunicado era –y sigue siendo- Puebla de San Miguel, ubicado en la zona oriental de la comarca, en las estribaciones de la sierra de Javalambre.

      Castielfabib. El acceso de Castielfabib (actual CV-479) desde la CN-420 y su prolongación hasta El Cuervo (Teruel) supuso la apertura de dos túneles –uno en la Solana y otro en la Umbría-: las obras se llevaron a cabo en los años veinte, durante la Dictadura de Primo de Rivera (1923-30). La comunicación con estas poblaciones era muy dificultosa, ya que se realizaba por Los Callejones, vía Los Santos. Hasta la apertura de los túneles, para ir de El Cuervo a Los Santos había que subir por el Barrioso hasta la plaza de la Villa y bajar por la Solana, para coger el Camino de los Callejones, vía la Vega Zaragoza.

      Vallanca. El acceso de Ademuz a Vallanca (actual CV-378) se llevó a cabo en los años veinte, durante la Dictadura de Primo de Rivera (1923-30); posteriormente fue prolongada hasta Negrón. Dicha vía local se pretendía conectarla con Moya (Cuenca), pero se quedó en el límite interprovincial. Su conexión con la CN-330 constituiría una importante vía secundaria en las comunicaciones por esta parte de la comarca, pero Cuenca no ha tenido nunca el menor interés en su prolongación -que sepamos-.

      A comienzo de los años treinta (1931), la red comarcal suponía 33 km de carreteras del Estado, 6 km de provinciales y 19 km de caminos vecinales –con la particularidad de que en la zona oriental de la comarca no había un solo kilómetro de carretera construido, y en el sector occidental los actuales accesos a las aldeas de Arroyo Cerezo, Cuesta del Rato y Los Santos eran caminos de herradura.[17] Respecto del antiguo acceso a Cuesta del Rato desde la carretera de Castielfabib a El Cuervo, el señor Emilio Jarque Fornas (Castielfabib, 1914), sobrino del párroco don Enrique Fornas Lázaro (1879-1973), refiere:
      • <Mi tío Enrique era una persona muy recta. Yo era su monaguillo y mi tío Manuel Jarque Casino, un hermano de mi padre, le hacía de sacristán. Recuerdo que a veces íbamos con el sacerdote a Mas de Jacinto y a Cuesta del Rato –aldeas de Castiel-, para ayudarle en los oficios, por las fiestas o en algún entierro. Llevábamos una borriquilla que tenía... Nosotros, el sacristán y yo, andando y el sacerdote montado. Cuando íbamos a Cuesta del Rato había que atravesar el río Ebrón. Entonces no había puente, sino pontón. Me acuerdo de que él iba delante, montado, y nosotros detrás. Y conforme pasaba, nosotros nos quedábamos mirándole, a ver si se caía..., porque el pontón era muy precario; pero nunca se cayó...>[18]

      La necesidad de comunicaciones durante la Guerra Civil (1936-39) supuso la apertura de vías para vehículos en distintas zonas de la comarca, particularmente en Casasbajas y Puebla de San Miguel.

      Arroyo Cerezo (Castielfabib). El acceso a la aldea desde la CN-420 se hizo durante la guerra, hasta entonces era un camino de herradura: El vecino Antonio el Antonino –Antonio Díaz Díaz (Arroyo Cerezo, 1936)- refiere: Antes sólo había un camino de herradura, pero cuando la guerra abrieron la pista por donde viene ahora la carretera, y los soldados la engravaron desde el empalme con la general hasta Veguillas.[19]La carretera actual hasta Veguillas de la Sierra (Teruel) -desde la CN-420a-, vía Arroyo Cerezo es la CV-483.

      Casasbajas. Durante la contienda civil se acondicionó la vía que comunicaba este municipio con Aras de los Olmos (entonces, Aras de Alpuente), vía Santa Cruz de Moya (Cuenca), constituyendo el precedente de la que sería C-234 de Valencia-Ademuz (actual C-35).

      Castielfabib. El acceso a la villa por la cuesta de la Virgen de Gracia se abrió en los años sesenta: hasta ese momento se accedía por el Barrioso.

      Los Santos (Castielfabib). El actual acceso a la aldea de Los Santos desde la CN-420 tuvo lugar a mediados de los años cincuenta (1955), según proyecto de 31 de enero de 1952. La vía actual desde el antiguo aserradero se denomina CV-481.

      Mas del Olmo (Ademuz). La carretera de Ademuz a Mas del Olmo, vía Val de la Sabina es un camino rural asfaltado que nace en Ademuz, a la altura del puente del Sotillo, que cruza el Turia en la entrada norte de la población. Hasta Val de la Sabina el camino discurre por la media ladera de la vertiente derecha de la rambla del Val, al llegar a la aldea se aleja de la población por la izquierda para emprender una tortuosa subida por la ladera septentrional hasta la planicie de Mas del Olmo. Al llegar a esta última localidad el camino rural asfaltado entra en la aldea por la izquierda, mientras que por la derecha cruza la rambla y enlaza con la CV-363 que lleva a Losilla de Aras, vía Puebla de San Miguel.

      Desde Mas del Olmo hasta Riodeva (Teruel) hay una pista de tierra en regular estado que lleva también al Rento de Altamira, caserío abandonado sito en la linde interprovincial con Teruel. Este es el camino que Francisco Candel (1927-2007) y sus amigos catalanes siguieron en la excursión que hicieron por esta parte de la comarca a mediados de los años sesenta (septiembre de 1964) –de su conversación con el posadero de Mas del Olmo escribe-:
      • <Nos cuenta que sólo hace seis años que les han puesto la luz eléctrica en la aldea –luego la electrificación fue en 1958-, pero un camino como es debido únicamente hacía un año que lo tenían. Se trata del camino que hemos seguido nosotros desde Riodeva y que solamente cerca de Mas del olmo tiene características de transitable y cuya estructura final nos llamara tanto la atención. Se lo habían hecho la misma gente de la aldea. Antes tenían que llegar o salir del pueblo andando o con mulas. Nada más tenían unos caminos de carro que iban hasta los cercanos campos. Caminos de caro de unos carros que se construían en el pueblo. Eran unos carros indígenas y robinsones. Por más que habían ido a ver al gobernador de Valencia, explica el hombre, acompañados del cura de Puebla de San Miguel, nunca consiguieron que se les hiciera ni un mal sendero>.[20]

      Sigue diciendo:
      • <Por ello fue que los hombres que quedaban en la aldea ensancharon el camino de mulas que iba hasta Riodeva transformándolo en una especie de carretera. [...] Hicieron esta carretera sin ayuda ni instrucciones de ningún técnico, por su cuenta y riesgo, y don Tomás (se trataba de don Tomás Arce, cura párroco de Riodeva) les alentaba y les llevaba tabaco. Un poeta de la localidad cantó la construcción de la carretera por los vecinos del pueblo y a don Tomás repartiendo tabaco entre los que trabajaban>[21]

      Los comentarios de Candel respecto de la pista que une Riodeva con Mas del Olmo resultan del mayor interés para comprender el estado de las infraestructuras viarias de esta parte del Rincón de Ademuz en los años sesenta.

      Puebla de San Miguel. En este municipio se labró por entonces la denominada "Pista de Guerra", aunque su trazado discurría por la sierra, sin acceder a la villa. Con todo, la apertura de una vía para vehículos tuvo lugar en las décadas siguiente, tras la aprobación por la Diputación Provincial de la carretera de Losilla de Aras (actual CV-363), en sesión de 30 de agosto de 1949. El vecino Fermín Luz Yuste (Sesga, 1927-2017) trabajó en la construcción de esta carretera:
      • <La carretera de Losilla, que pasa por Hoya de la Carrasca y llega hasta Puebla de San Miguel, la empezaron después de la guerra. En las curvas que hay antes de llegar a Losilla, estuve yo un mes trabajando. Pues unos veinte años tendría (1947), antes de ir a la mili... Estuve trabajando con Juanito, otro muchacho de aquí, preparando el cemento para un muro de piedra que hacían unos canteros gallegos... Trabajábamos unas diez horas diarias, pero entonces nos hospedábamos en Losilla, en un caseto que había; allí dormíamos, nos guisábamos y eso... Entonces movieron la de la Hoya de la Carrasca para acá, hacia la Puebla, y me vine a ésta a trabajar; porque aunque tenías que andar cuatro horas todos los días –ida y vuelta- dormía en mi casa por las noches. No, no iba yo sólo; íbamos treinta o cuarenta mozos de la aldea. Entonces había población aquí y el trabajo requería mucho personal, porque no había máquinas como ahora. Los agujeros los hacíamos a mano, con las barrenas, hasta que se taladraba la piedra. Los cartuchos se ponían por la mañana y los explotaban al medio día. Los contaban hasta que estallaban todos: uno, dos, tres… Si alguno no detonaba había que tener cuidado...>.[22]

      Candel recoge también algunas impresiones de su estancia en Puebla de San Miguel, relativas al recorrido que hizo por la zona oriental de la comarca:
      • <Éste es el pueblo más aislado de los que hemos visto hasta ahora. Procedente de Valencia les llega una especie de pista muy poco transitable, y los pueblos, por este lado, les quedan distanciados. Para salir del pueblo hacia Ademuz tienen que andar cinco horas. Por la parte de Riodeva el trayecto es igual de largo y sólo encuentran pueblos incomunicados>[23]

      Según puede verse, comparando los testimonios expuestos, la carretera de Losilla de Aras a Puebla de San Miguel (actual CV-363) -de unos 25 km de largo, construida en la segunda mitad de los cincuenta-, era todavía “una especie de pista muy poco transitable” a principios de los sesenta.

      Sesga (Ademuz). Para acceder a Sesga desde Ademuz hay que seguir el camino rural asfaltado que hemos descrito al decir de Mas del Olmo. A la altura de Val de la Sabina el camino entra en la aldea, pero para ir a Sesga cabe seguir hasta la rambla, vadearla por un gallipuente y continuar por la ladera del monte frontero. Se trata de una pista de tierra con algunos tramos asfaltados en mal estado. El trayecto es sumamente penoso por el piso de la pista, sólo compensado por el magnífico paisaje, que se amplía conforme ascendemos, permitiendo contemplar una gran parte de la comarca. Durante el camino podremos ver antiguos campos de cultivos, muchos abandonados, rodeados de pinos y sabinas. Durante el trayecto atravesaremos una zona de barracas, construcciones de piedra en seco de gran valor etnográfico. La electrificación de la aldea se llevó a cabo en los últimos años del pasado siglo, pero las comunicaciones siguen siendo lamentables. Candel y sus amigos catalanes estuvieron también en Sesga, procedentes de Puebla de San Miguel. El escritor dejó tristes comentarios del lugar, gravemente afectado ya por la despoblación. Para salir de la aldea siguieron el camino del Rento, que nace frente a la Iglesia de la Inmaculada, y sigue hasta Casasbajas –escribe-: A partir de Sesga, el camino desciende siempre. Desciende con sinuosidades. Subidas y bajadas. Es áspero, fragoso, y como un alero en la falda de las montañas.[24]

      Si bajar de Sesga a Casasbajas resultaba penoso entonces, podemos imaginar lo que era subir. Sin embargo, uno de los maestros que hubo en la aldea (años 30), llamado don Francisco, natural de Albacete, casado con una señora de Casasbajas (señora Salvadora), hacía esta ruta con frecuencia: el matrimonio pasaba la semana en Sesga, donde el docente tenía derecho a casa y el fin de semana bajaba a Casasbajas, para subir de nuevo el lunes.[25]

      Torrealta (Torrebaja). El acceso de Torrealta desde la CN-330, puente sobre el río Turia incluido, se realizó en los años setenta. Con el trazado de la entonces CN-420 por la margen derecha del Turia, la aldea quedó marginada respecto de la carretera nacional, aunque bien comunicada con el nuevo acceso.



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      Detalle de paneles en el cruce de carreteras del puente de Los Santos (Castielfabib), correspondientes a la CN-420: a Cuenca, 115 km., a Torrebaja, 2 km y a Teruel, 38 km. (2017).

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      Detalle de panes de carretera en el puente de Los Santos (Castielfabib), con el viaducto sobre el Ebrón al fondo (2017).

      Detalle de vehículo de gran tonelaje pasando por el puente de Los Santos (Castielfabib), 2017.

      La red viaria en la actualidad.
      Según el panorama descrito, la red viaria del Rincón de Ademuz puede estructurarse en torno a cuatro tipos de vías: carreteras nacionales, carreteras provinciales y locales, caminos rurales asfaltados y caminos rurales no asfaltados.
      1] Carretas nacionales:

      • CN-420, de Córdoba a Tarragona por Cuenca y Teruel (más conocida como carretera de Teruel), que atraviesa la comarca en dirección suroeste-norte. En los años noventa se mejoró en su trazado y firme, desde el Puerto del Hontanar hasta Los Santos, donde se le añade la CN-330a, procedente de Ademuz, vía El Soto y El Montecillo.
      • CN-330, de Alicante y Murcia a Francia por Zaragoza, que atraviesa la comarca de sureste a norte. El antiguo trazado de esta carretera entraba por Casasbajas, procedente de Santa Cruz de Moya, donde se le unía a la C-234 de Valencia a Ademuz (actual CV-35). Desde Ademuz la vía continuaba por El Soto y El Montecillo, para unirse por encima del puente sobre el Ebrón en Los Santos con la CN-420: desde este punto ambas nacionales continuaban juntas hasta Teruel, vía Torrebaja, Mas de los Mudos y Mas de Jacinto. En esta vía hubo grandes mejoras en su trazado y firme en el tramo de Ademuz a Los Santos en los años noventa. Asimismo, en los años noventa se construyó la variante de esta carretera, desde Manzaneruela (Landete) hasta Torrebaja por el Pinar Llano, utilizando algunos tramos de las antiguas pistas de guerra. La vía cuenta con tres importantes viaductos, dos en Ademuz y uno en Torrebaja. Por encima de esta última población la carretera se une a la CN-420, formando una sola vía hasta Teruel.

      2] Carreteras provinciales y locales:

      • CV-35: de Valencia a Ademuz (antigua C-234), entra en la comarca por Casasbajas, procedente de Santa Cruz de Moya (Cuenca). Al construirse en los años sesenta el puente sobre el Turia en Santa Cruz de Moya, fue la primera carretera que comunicó directamente la capital provincial con el Rincón de Ademuz, vía el Campo de Liria y Los Serranos (133 km). Dicha vía ha tenido también importante mejoras en su trazado y firme, en especial de Valencia a Chelva.
      • CV-478: de Ademuz a Negrón, vía Vallanca (antigua VV-5001). Esta vía constituye el principal acceso a Vallanca y a su aldea (Negrón) desde la CN-330a. Esta vía tenía prevista su continuación hasta Moya (Cuenca), pudiendo ahora empalmar con la variante de la CN-330 de Manzaneruela a Torrebaja, pero se ha quedado detenida en el límite interprovincial, poco antes de llegar al Rento de , donde desaparece como tal.
      • CV-479: comunica Castielfabib y El Cuervo, desde la CN-420, por encima de Los Santos (antigua VV-9101). La perforación de los túneles de Castielfabib en los años veinte supuso una importe mejora en las comunicaciones con la villa, su aldea de Cuesta del Rato y la villa de El Cuervo (Teruel).
      • CV-482: constituye el acceso a Cuesta del Rato desde la CV-479 (de Castielfabib a El Cuervo). Atraviesa el río Ebrón por un puente de obra y llega hasta la aldea, desde donde se prolonga por el Carril hasta El Rato, como camino rural asfaltado hasta empalmar con la carretera de Tormón a Teruel por el Rodeno (VF-TE-13).
      • CV-483: constituye el acceso a Arroyo Cerezo (Castielfabib) desde la CN-420, comunicando también las poblaciones turolenses de Veguillas de la Sierra, Alobras y Tormón (a las dos últimas poblaciones llega como VF-TE-13).

      Durante 2017 la Diputación Provincial de Valencia ha llevado a cabo obras de mejora funcional en distintas carreteras del Rincón de Ademuz:
      - CV-478 (de Ademuz a Negrón, vía Vallanca desde la CN-330a).
      - CV-479 (acceso a Castielfabib y El Cuervo, desde la CN-420).
      - CV-482 (acceso a Cuesta del Rato desde la CV-479).

      Las actuaciones han contado con un presupuesto de 1.385.591 € (Construye: CECSA, SAU).

      ademuz-valencia-puente-sotillo
      Entrada al puente del Sotillo sobre el Turia en Ademuz (Valencia), con detalle del panel señalizador con las distancias a las distintas localidades (2017).

      ademuz-valencia-puente-sotillo-turia
      Vista meridional del puente del Sotillo sobre el Turia en Ademuz (Valencia), 2017.

      3] Caminos rurales asfaltados:

      • De Ademuz a Mas del Olmo y Sesga, vía Val de la Sabina. Esta vía comunica las aldeas de Ademuz situadas en la vertiente oriental del Rincón de Ademuz, sin duda las peor comunicadas de la comarca. Al llegar a Mas del Olmo la vía continúa por la CV-363 (antigua VV-6011) hasta Losilla de Aras, vía Puebla de San Miguel y la Hoya de la Carrasca (Arcos de las Salinas). Su trazado y firme es infame, particularmente el trayecto de Val de la Sabina a Sesga, donde el piso es de tierra en gran parte de su recorrido. Ambas vías precisan de una urgente actuación por parte de las entidades (municipales, provinciales y autonómicas) responsables.
      • De Ademuz a Moya por el cerro de Horca y el Pinar Llano, parcialmente asfaltado.
      • De Ademuz a Los Arenales, vía el puente del Sotillo por la ribera izquierda del Turia.
      • De Ademuz a Casasaltas, vía Los Arenales.
      • De Castielfabib a la CN-420, vía la calle Calvario y San Antonio a la Hoya Hermosa.
      • De Torrebaja a la CN-330a por El Montecillo, vía el puente de la Presa sobre el río Ebrón: muy transitada para ir de Torrebaja a Ademuz sin pasar por el puente de Los Santos.
      • De Torrebaja a la CN-330a por el Camino de las Vueltas.
      • De Vallanca a la CN-420, siguiendo parcialmente el antiguo camino del Nogueral, que comunicaba la villa con las Casas del Mojón en Salvacañete (Cuenca) por encima del Puerto del Hontanar (1.302 m), cuyo firme se halla en muy mal estado en su tramo final.

      4] Caminos rurales no asfaltados:

      • De Mas del Olmo a Riodeva, vía el Rento de Altamira: constituye una salida de considerable importancia para las poblaciones del sector oriental de la comarca (Mas del Olmo y Puebla de San Miguel) con la CN-330 en el antiguo almacén de la Azufrera (Libros).
      • De Mas del Olmo a Sesga, vía el Molino de los Cuchillos: constituye en camino tradicional utilizado para la comunicación viaria entre ambas localidades.
      • De Mas del Olmo a Torrealta, vía la Loma del Romance y Los Molares: consta que el Ayuntamiento de Puebla de San Miguel y los vecinos de Mas del Olmo solicitaron en diversos momentos de su historia la transformación de este camino en carretera, por ser un acceso natural a la CN-330.
      • De Puebla de San Miguel a Sesga por el barranco de la Cañada de Jorge: constituye en camino tradicional utilizado para la comunicación viaria entre ambas localidades.
      • De Puebla de San Miguel a Riodeva y Camarena de la Sierra (Teruel), vía La Santica.
      • De Torrealta a Mas de Jacinto, vía la rambla de Riodeva y Casas de Angelina (parcialmente cementado).
      • De Torrebaja a Ademuz por las Casas de Guerrero.
      • De Torrebaja al acceso de Cuesta del Rato y Tormón por el Carril.
      • De Vallanca a la CN-420 por las Tóvedas y Arriba y de Abajo.

      Existen otros muchos caminos de similar categoría -por la montaña y/o las riberas- que comunican los distintos parajes y lugares de interés de la comarca, las fincas de cultivo y los depósitos de agua contra-incendios forestales en la zona. A los caminos asfaltados y no asfaltados descritos cabe añadir los senderos de pequeño y gran recorrido que completan la red de vías tradicionales, comarcales y extracomarcales.[26]


      Palabras finales, a modo de epílogo.
      Hay que reconocer que red de carreteras del Rincón de Ademuz –en general- está bien diseñada: cuenta con dos grandes ejes viarios nacionales (CN-330 y CN-420) y distintas carreteras locales que permiten el acceso a la totalidad de núcleos urbanos de la comarca, y con los municipios limítrofes de Cuenca y Teruel.

      Las dos grandes carreteras nacionales mencionadas han sufrido importantes mejoras en su trazado y firme durante las últimas décadas, a lo que cabría añadir la construcción de la variante de la CN-330 de Manzaneruela (Cuenca) a Torrebaja (Valencia), situando a la comarca entre la Autovía de Valencia-Madrid (por Utiel) y la Autovía Mudéjar (por Teruel).

      La desestimación del gran proyecto de la Autovía de la Meseta Sur (A-40) en sus tramos de Cuenca a Ademuz (por la CN-420) y de Ademuz a Teruel (por la CN-330 y CN-420) debería compensarse con la mejora en su trazado y firme hasta Teruel, adaptando dicha vía a las necesidades actuales. Según lo expuesto, existe un compromiso del Ministerio de Fomento para dichas actuaciones en los próximos años, con cargo a los presupuestos del Estado.

      Caben también actuaciones en las carreteras locales, mejorando el trazado, su anchura y el firme, así como el mantenimiento de los caminos rurales que interconectan los distintos sectores de la comarca.

      Resulta vergonzoso e inaceptable -sin embargo- el estado de las comunicaciones con las poblaciones del sector oriental de la comarca –de Ademuz a Mas del Olmo y Sesga, vía Val de la Sabina, y Puebla de San Miguel-, ya que las vías existentes no dejan de ser caminos rurales asfaltados, incluso sin asfaltar en el caso de Sesga. Asimismo, el puente de Los Santos sobre el Ebrón -en el que confluyen la CN-330a y la CN-420-, precisa una actuación urgente; fue construido para una carretera de principios del siglo XX y los vehículos y las necesidades viarias del siglo XXI son muy distintas de las de entonces.


      puente-ebron-los-santos-nacional-420
      Vista meridional del puente sobre el Ebrón en Los Santos (Castielfabib), construido con anterioridad a 1927 (2017).
      puente-ebron-los-santos-nacional-420
      Detalle constructivo del magnífico puente de Los Santos (Castielfabib) sobre el Ebrón, basado en piedras calizas y rodenas labradas (2017).


      En suma: nunca en toda su historia había estado el Rincón de Ademuz tan bien comunicado como en la actualidad. Sin embargo, no debemos olvidar que la exigencia en la mejora de las comunicaciones rodadas debería ser prioritario para los consistorios locales, toda vez que sin transportes adecuados no hay desarrollo posible. Además, las buenas carreteras constituyen un valioso instrumento en la lucha contra la despoblación que nos atenaza. Es por ello que la formación de la Mesa de Alcaldes de la ribera del Turia para la actuación urgente sobre la CN-330 –de Torrebaja a Teruel- merece nuestro aplauso, además de la leal colaboración vecinal. Vale.







      [1] HONRUBIA LÓPEZ, José (1982). Estudios básico para la ordenación del territorio de la Comunidad Valenciana. VIIa. El Rincón de Ademuz, Edita Caja de Ahorros de Valencia, Valencia, p. 27.
      [2] MADOZ, Pascual (1845-1949). Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Madrid [Ademuz, 1845: tomo I, pp. 82-83; Casasaltas, 1847: tomo VI, p. 42; Casasbajas, 1847: tomo VI, p. 42; Castielfabib, 1847: tomo VI, pp. 166-167; Puebla de San Miguel, 1949: tomo XIII, p. 239; Torrealta, 1849: tomo XV, p. 72; Torrebaja, 1849: tomo XV, p. 72; Vallanca, 1849: tomo XV, p. 587].
      [3] ALCAINE, Vicente (1867). La Vega de Valencia y el río Turia. Imprenta de J. Ruis. Copia facsímil, Librerías París-Valencia, Valencia. Citado por RODRIGO ALFONSO, Carles (1998). El Rincón de Ademuz. Análisis geográfico comarcal, Edita ADIRA, Valencia, p. 107.
      [4] RIERA Y SANS, Pablo (1882-1987). Diccionario Geográfico, Histórico; Biográfico, Postal, Municipal, Militar, Marítimo y Eclesiástico de España y sus posesiones de Ultramar, publicado bajo la dirección de D. Pablo Riera y Sans con la colaboración de varios distinguidos escritores, Imprenta y Librería Religiosa y Científica del heredero de D. Pablo Riera, Barcelona. Citado por Rodrigo Alfonso, 1998: 109.
      [5] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2008). El camino de la madera, rebautizado del oro verde, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, pp. 67-76.
      [6] RODRIGO ALFONSO, 1998: 111.
      [7] FOMBUENA VIDAL, Ricardo (1993). Guadalturia, Ediciones Rodilla, Madrid, p. 47.
      [8] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Mapas y planos del XIX Cuerpo de Ejército durante la Guerra Civil, del sábado 17 de octubre de 2015.
      [9] RODRIGO ALFONSO, 1998: 111.
      [10] Ibídem, p. 112.
      [11] FOMBUENA VIDAL, Ricardo (s/f). Torrebaja. Historia de un mayorazgo, p. 41.
      [12] Ibídem.
      [13] MARTÍNEZ ALOY, José (1915). Provincia de Valencia, en CARRERAS y CANDI, F. Geografía general del Reino de Valencia, Barcelona. Citado por Rodrigo Alfonso, 1998: 112.
      [14] BADÍA MARÍN, Vicente y PÉREZ TARÍN, José Alejandro (1953). Un viaje a Torre Baja desde Valencia, en Torre Baja, mi pueblo, Valencia, pp. 65-68.
      [15] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Don Miguel Primo de Rivera, de paso por el Rincón de Ademuz, del jueves 1 de marzo de 2012.
      [16] ALVADALEJO, Diego (SER Castilla-La Mancha). Diputaciones de Cuenca y Teruel dejan de lado el proyecto de la autovía, del martes 31 de octubre de 2017.
      [17] RODRIGO ALFONSO, 1998: 112.
      [18] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Antonio Díaz Días (a) Antonino, natural y vecino de Arroyo Cerezo (Castielfabib), del domingo 17 de abril de 2016.
      [19] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2009). Emilio Jarque Fornas, la persistencia de la memoria, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. III, p. 104.
      [20] CANDEL, 1977: 100.
      [21] Ibídem, pp. 100-101.
      [22] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2009). Fermín Luz Yuste, la persistencia de la memoria, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. III, p. 126.
      [23] CANDEL, Francisco (1977). Viaje al Rincón de Ademuz, Edita Plaza & Janés, Barcelona, p. 106.
      [24] Ibídem, p. 114.
      [25] SÁNCHEZ GARZÓN, 2009: 130.
      [26] CASQUEL, Teresa (2002). Caminos tradicionales del Rincón de Ademuz, "la Isla del Turia", Edita: Centre Excursionista de València, Promueva: Generalidad Valenciana, Valencia.

      PUNTOS DE CONTAMINACIÓN AMBIENTAL EN EL RINCÓN DE ADEMUZ.

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      Residuos varios en vertederos descontrolados, maderas y plásticos en los ríos.



      “La clausura y limpieza de los actuales vertederos
      –controlados y descontrolados- del Rincón de Ademuz
      costará muchos miles de euros a la Administración (autonómica, municipal y del estado).
      Tarde o temprano tendrá que llevarse a cabo,
      a no ser que deseemos convertir la comarca en un vertedero a cielo abierto...
      –Del contenido textual-.








      A modo de introducción.
      Si alguien me preguntara cuál es la mayor riqueza del Rincón de Ademuz, sin dudarlo le contestaría que su paisaje. Un paisaje de relieve accidentando, surcado por una compleja red hidrográfica y limitado por sus características climáticas: circunstancias que propiciaron una complicada red viaria de caminos, carreteras y vías pecuarias que tradicionalmente sirvieron al desarrollo de su economía. Asimismo, si me preguntaran qué hay que hacer para intentar reflotar la comarca, les diría que lo primero es limpiarla de la peste de los vertederos incontrolados, de los escombros y basuras que la contaminan y afean.

      El Rincón de Ademuz de nuestra infancia, me refiero al de nuestros padres y abuelos, poco o nada tiene que ver con el de nuestra madurez, quiero decir con el de nuestros hijos. Aparentemente, los mayores cambios en la comarca han venido de la mano de las grandes infraestructuras viarias, puentes y carreteras. Sin duda, las mejoras en la comunicación rodada han sido notables, hasta el punto de que nuestros predecesores se echarían las manos a la cabeza, asombrados, si vieran que en pocos minutos puede subirse por la CN-420 del puente de Los Santos a la Casa del Mojón, cuando antes con un carro cargado y varios pares de mulas se tardaban horas. Y para ir a Valencia, hasta los años sesenta, había que pasar por Teruel, y de Teruel en tren, vía Sagunto.

      Las mejoras en las comunicaciones, sin embargo, han corrido parejas al vaciamiento de los pueblos y aldeas, y al abandono de los campos, por la emigración. Con todo, no sé qué asombraría más a nuestros ancestros sobre este paisaje, si las mejoras en las comunicaciones o la despoblación. Pues en apenas cien años el censo comarcal se ha reducido en dos tercios, y todavía se reducirá más. La disminución poblacional ya no es consecuencia de la emigración, sino de la desaparición progresiva de sus habitantes, que mueren más que nacen, un fenómeno sociológico de difícil solución.[1]Paradójicamente, nunca se habían producido tantas basuras y escombros como en los tiempos presentes.

      La vida social y económica en el Rincón de Ademuz comenzó a cambiar de forma notable en la posguerra, años cuarenta y cincuenta. Hasta ese momento la sociedad rinconademucense vivía como había vivido siempre, apegada a la tierra y regida por el calendario estacional que marcaba el santoral, basándose en una economía familiar de supervivencia, y poco más. La agricultura, la ganadería y una producción más artesana que industrial, con un sector servicios mínimo para el desarrollo comunitario. Mas en los años sesenta y setenta la emigración se aceleró hasta tocar fondo, dejando a los pueblos vacíos de gente joven.


      vallanca-chatarra-pinar-llano
      Detalle de carrocería de coche en el Pinar de Vallanca (Valencia) -aunque pudiera parecer una escultura al aire libre, se trata de chatarra abandonada-, con la Sierra de Santerón al fondo (2015).

      Sin embargo, el Rincón de Ademuz sigue estando donde estuvo desde la baja Edad Media, geográficamente fuera de su provincia de pertenencia, entre Cuenca y Teruel. Aunque su ubicación geográfica en el poniente valenciano sea la misma de siempre, las distancias a cualquier parte han disminuido. Queda por renovar el trazado de la CN-330 de Torrebaja a Teruel, y mejorar las comunicaciones con los núcleos urbanos de la mitad oriental de la comarca: Mas del Olmo, Puebla de San Miguel, Sesga y Val de la Sabina.[2]

      Individualmente, los ciudadanos corrientes poco podemos hacer para resolver los grandes cuestiones que atenazan a la comarca, en especial contra la despoblación, su problema más angustioso. Pero por muy negro que veamos el horizonte próximo, tampoco podemos rendirnos, ni dejar de luchar por nuestros pueblos y sus gentes. El mantenimiento de los servicios, la mejora en las comunicaciones, la preservación del medio, la conservación del patrimonio y las tradiciones deben guiar nuestro proceder, porque -como suele decirse-, el futuro no está escrito.

      Empero, aunque no podamos resolver los grandes problemas que acucian la comarca, debemos intentar conservar lo que tenemos, evitando el deterioro del medio. La entrada de hoy se halla en esa lógica, poniendo en evidencia la existencia de multitud de puntos de contaminación en nuestros municipios que debieran eliminarse de inmediato. Positivamente, no es una exigencia trivial.


      Algunos puntos de contaminación ambiental.

      Ademuz.
      En el camino de Torrealta, vía rural que va del puente de la Palanca (Torrebaja) a Torrealta, margen izquierda del Turia perteneciente al término de Ademuz, hay una zona de Vertidos Controlados (Residuos Sólidos Inertes) de la Diputación Provincial de Valencia, correspondiente al Programa Operativo Local. Se trata de un recinto vallado situado al borde del citado camino, en cuyo interior hay un enorme montón de objetos variopintos: ropa, muebles, colchones, carcasas de televisión, cubiertas de ruedas... Es tal el cúmulo de desechos que podría decirse que se salen materialmente por la puerta, ya que los vecinos que se acercan hasta el lugar para los vertidos, al no poder accede hasta el interior los arrojan en la entrada. El viento y la lluvia esparcen los restos por el entorno, y el paraje -que constituye un magnífico paseo, formando parte del Camino Peregrinal de la Vera Cruz entre Villel y Ademuz-,[3] resulta especialmente desagradable en este tramo.

      Localización mediante Google maps (satélite): 40.108814, -1.251877


      vertedero-ademuz-dehesa-torrebaja
      Vertedero en el camino de Torrebaja a Torrealta por la ribera izquierda del Turia (Dehesa de Torrebaja), término de Ademuz (Valencia), 2018.

      Según el Real Decreto 1481/2001, de 27 de diciembre, por el que se regula la eliminación de residuos mediante depósito en vertedero (BOE núm. 25 de 29/01/2002), los residuos inertes son lo que no experimentan transformaciones físicas, químicas o biológicas de importancia, no son solubles ni combustibles, no reaccionan física ni químicamente, no son biodregradables ni afectan a los materiales con los que entran en contacto, la emisión de lixiviados es reducida, además de ser poco tóxicos y no suponen riesgo para las aguas subterráneas. Básicamente, residuos inertes son cascotes procedentes de obras domiciliarias mayores y menores:

      - Desechos que se producen por el movimiento de tierras.
      - Escombros.
      - Ladrillos.
      - Materiales refractarios.
      - Restos de hormigón y de pavimentos asfálticos.
      - Tierras y áridos.
      - Yesos.

      Propiamente, el lugar de almacenamiento de estos residuos debiera ser la escombrera municipal –cuyo periodo de vigencia suele oscilar entre los 10 y los 15 años-: una vez colmatada la escombrera debe clausurarse y cubrirse de tierra vegetal. Dicho lo cual debemos concluir que el contenido del vertedero existente en el “Camino de Torrebaja a Torrealta” no responde al concepto de vertidos inertes, toda vez que allí se mezclan inertes, voluminosos y otro tipo de residuos. La permanencia de este vertedero, además de ilegal resulta ofensiva para la vista y el medio, hasta el punto de no encontrar explicación para su permanencia.

      vertedero-ademuz-dehesa-torrebaja
      Detalle del vertedero situado en el camino de Torrebaja a Torrealta por la ribera izquierda del Turia (Dehesa de Torrebaja), término de Ademuz (Valencia), 2018.

      vertedero-ademuz-dehesa-torrebaja
      Detalle del vertedero situado en el camino de Torrebaja a Torrealta por la ribera izquierda del Turia (Dehesa de Torrebaja), término de Ademuz (Valencia), 2018.

      vertedero-ademuz-dehesa-torrebaja
      Detalle del vertedero situado en el camino de Torrebaja a Torrealta por la ribera izquierda del Turia (Dehesa de Torrebaja), término de Ademuz (Valencia), 2018.


      En el denominado camino del "Otro Lado”, propiamente del puente de la Palanca (Torrebaja) a Ademuz por las Casas de Guerrero, en el paraje denominado Dehesa de los Terreros, margen izquierda del Turia, hay un recinto vallado con las puertas desvencijadas. El recinto posee una base de cemento y una valla metálica circundándolo. En la actualidad está vacío, no sirviendo a ningún fin que sepamos. Hasta hace unos años, sin embargo, dicho espacio servía como punto de acopio de animales muertos (ovejas…), al parecer los ganaderos introducían los cadáveres en unos bidones azules de plástico y los dejaban allí para su recogida y destrucción. Desconozco la disposición y la normativa que regulaba este tipo almacenamiento, pero como usuario del camino de referencia puedo testimoniar que el hedor que despedían los contenedores, no obstante estar cerrados, era nauseabundo e insoportable, hasta el punto de que tuve que renunciar a mis paseos por la zona, no obstante ser el lugar muy tranquilo, soleado en invierno y de alto valor paisajístico.


      vertedero-ademuz-dehesa-terreros
      Detalle del Punto de Recogida de ganado muerto en la Dehesa de Los Terreros (Ademuz), con Torrebaja (Valencia) al fondo (2018).

      Asimismo, ignoro quién o quiénes señalaron el paraje para la ubicación de semejante artefacto, y qué entidad oficial lo dispuso, pero puedo afirmar que su colocación fue desafortunada: no se tuvo en cuenta ningún criterio estético, ni la salubridad ambiental. Como es sabido, antaño, el ganado muerto se dejaba en ciertos parajes para “consumo” de carroñeras, o se enterraba. Lo razonable sería establecer lugares adecuados en el monte como comederos de buitres, ya que los buitres –verdadera policía sanitaria de la naturaleza- son los que mejor aprovechamiento hacen de los restos orgánicos animales. Si recogemos el ganado muerto en contenedores especiales para su cremación, negándoles a los necrófagos su alimento habitual, perjudicaremos el medio y la conservación de las especies, pues al no tener qué comer se extinguirán. Aunque imagino que quienes dictaron las leyes y concibieron las normas para la recogida de ganado muerto para su incineración lo hicieron desde un despacho, sin haber visto jamás un buitre ni conocer sus necesidades y lo beneficiosos que resultan para el medioambiente.

      Localización mediante Google maps (satélite): 40.096988, -1.248039


      vertedero-ademuz-dehesa-terreros
      Detalle de Vertedero Clausurado en el solar de la antigua aguardentería del Otro Lado, término de Ademuz, con Torrebaja (Valencia) al fondo (2018).

      Casasaltas.
      En Casasaltas hay un vertedero de escombros clausurado, se ubica en posición suroriental respecto del pueblo, aguas abajo del Turia. Para ir al lugar hay que cruzar el puente del Molino y continuar por la margen izquierda en dirección a la Fuente Bellido. Junto al río hay un parque infantil, poco más adelante la vía se bifurca, cabe dejar el camino de la ribera (que lleva a Casasbajas) y ascender por el de la ladera unos cientos de metros.

      Desde el emplazamiento de la antigua escombrera se disfruta de una estupenda vista de la vega del Turia a su paso por el término: con el cerro del Pinar enfrente, por cuya cota baja discurre la CN-330a, y el caserío a la derecha, que es el norte. No fueron muy lejos los de Casasaltas para ubicar su escombrera, pues se halla a un kilómetro del pueblo, en un lugar de fácil acceso pero absolutamente inadecuado.

      Localización mediante Google maps (satélite): 40.036067, -1.258816



      casasaltas-vertedero-clausurado
      Vista general (meridional) de Casasaltas (Valencia), desde el vertedero clausurado (2018).


      casasaltas-vertedero-clausurado
      Detalle  del vertedero clausurado de Casasaltas (Valencia), 2018.

      casasaltas-vertedero-clausurado
      Vista general (meridional) de Casasaltas (Valencia), desde el vertedero clausurado (2018).

      Felizmente, la escombrera se ha clausurado, aunque todavía queda trabajo por hacer si se quiere recuperar la zona, ya que en la vertiente meridional hay abundantes restos de voluminosos e inertes entre los pinos.

      Castielfabib.
      En el Turia, aguas arriba del puente de Torrealta se halla el azud que recoge el agua para la acequia de La Masada. Las últimas repuntas han dejado un cúmulo de troncos y variedad de desperdicios en el lugar, en perjuicio del río y de la presa. Parece que a nadie compete el cuidado del río, en tanto nadie se preocupa de la limpieza y mantenimiento del cauce y las riberas.

      Localización mediante Google maps (satélite): 40.117431, -1.260802


      turia-azud-masada
      Detalle del azud de la Acequia de la Masada en el río Turia, aguas arriba del puente de Torrealta (Valencia), 2018.

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      Detalle del azud de la Acequia de la Masada en el río Turia, aguas arriba del puente de Torrealta (Valencia), 2018.

      Subiendo a Castielfabib por la CV-479, al llegar a Los Centenares, por encima del camino del Barranco Hondo, hay un camino asfaltado a la mano derecha (inmediatamente por debajo de una finca de almendros) que corresponde al trazado de la antigua carretera. A un centenar de metros de la comarcal hay un vertedero descontrolado que ocupa todo el sector nororiental de la partida. Allí podremos encontrar todo tipo de residuos, escombros procedentes de obras, maderas, plásticos, botellas, cristales, somieres, colchones... Desde una óptica medioambiental y paisajística, el paraje es excepcional; su altura permite contemplar uno de los panoramas más singulares de la comarca. Hacia el norte, la villa de Castielfabib con el sector meridional de su caserío descorriéndose por la vertiente de La Solana, entre el Torrejón y la eminencia pétrea del castillo-fortaleza, y las hoces del Ebrón frente a las ruinas del convento de San Guillermo. Hacia el sur, la vega del Ebrón en dirección a Los Santos. Hacia el este, los cantiles desgajados de Peña Tajada y el salto de agua de la Central Hidroeléctrica. Hacia el oeste, la bajada del Hontanar, vía la Hoya Hermosa.

      El vertedero descontrolado de Los Centenares tiene su “entrada oficial” por el norte, desde la carretera comarcal. Sin duda es un lugar muy accesible para el vertido de escombros y basuras, pero también el más inadecuado. Desconozco quién o quiénes tomaron la decisión de ubicar allí una escombrera, ni qué criterios siguieron para su establecimiento, más allá de la comodidad para el vertido. Pero su decisión fue absolutamente errada, en tanto el lugar reúne todos los requisitos para haber colocado allí un magnífico mirador: área de recreo, punto de interpretación del paisaje, etc. Cualquiera que conozca la zona no podrá por menos que darme la razón, bajo la pena de tener la sensibilidad de un serrucho.

      Localización mediante Google maps (satélite): 40.118899, -1.295974


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      Vista general (meridional) de Castielfabib (Valencia), desde la escombrera de Los Centenares (2018).

      Bajando de Castielfabib, en el mismo paraje de Los Centenares (sector occidental) encontraremos un camino de tierra que nace a la mano derecha de la carretera, el cual conduce a un Punto de Recogida de Voluminosos. El concepto “voluminoso” se refiere a los objetos de desecho que por su tamaño no pueden depositarse en un contenedor:
      - Aparatos eléctricos y electrónicos de pequeño tamaño (ordenadores, batidoras, planchas, DVDs...)
      - Colchones y somieres.
      - Electrodomésticos de línea blanca (lavadoras, frigoríficos...)
      - Muebles (sillones, sofás...)
      - Televisores.

      No se consideran “voluminosos” otra serie de objetos:
      - Cualquier tipo de residuo industrial (paléts, restos de producción...).
      - Escombros y residuos de construcción, ya sean de obra mayor o menor.
      - Neumáticos.
      - Residuos orgánicos.
      - Residuos peligrosos y envases que los hayan contenido (botes de pintura, disolventes...).

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      Detalle de la escombrera de Los Centenares en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle de la escombrera de Los Centenares en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle de la escombrera de Los Centenares en Castielfabib (Valencia), 2018.

      El Punto de Recogida de Voluminosos de Los Centenares es un espacio parcialmente vallado, en cuya parte central hay unos bloques de cemento desmontables formando un recinto cuadrangular abierto por un lado. El interior se halla casi vacío, cuando muchos de los objetos dispersos en la escombrera-vertedero descontrolado del otro lado de la carretera responden al concepto de “voluminoso” y por ende debieran estar en este lugar. Con todo, el lugar no está controlado ni cercado en su todo su perímetro, lo que supone que muchos de los desperdicios, especialmente plásticos, campen por el entorno, arrastrados por los elementos. Un fenómeno por lo demás común en este tipo de recintos, como puede comprobarse en el vertedero del Camino de Torrebaja a Torrealta (Dehesa de Torrebaja, término de Ademuz).

      Localización mediante Google maps (satélite): 40.117064, -1.297963



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      Detalle de la escombrera de Los Centenares en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle de la escombrera de Los Centenares en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Vista oriental del Punto de Recogida de Voluminosos en Los Centenares de Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle del Punto de Recogida de Voluminosos en Los Centenares de Castielfabib (Valencia), 2018.

      Bajando por la CN-420, a la altura del puente de Los Santos (Castielfabib), la nacional de Cuenca se encuentra con la CN-330a que viene de Ademuz, vía El Soto y El Montecillo. Si nos situamos en dirección a Ademuz, a pocos metros veremos un desvío a la derecha que atraviesa un gallipuente. El camino tiene un tramo asfaltado, continuando después por otro de tierra en buen estado. Unos cien metros más arriba observaremos a la mano izquierda otro vertedero descontrolado, que se extiende hacia en sureste. Como en el de Los Centenares, aquí podremos encontrar objetos de todo tipo: escombros, somieres, muebles, hierros, neumáticos... Si continuamos por el camino reseñado llegaremos a otra zona de vertidos situada poco más arriba. La escombrera se halla a la mano izquierda, teniendo la entrada al borde del camino, parcialmente vallada por un verja desvencijada. El lugar reúne las mismas características que el de Los Centenares, situado en alto y ofreciendo un espléndido panorama sobre la vega del Ebrón. Un lugar sin duda cómodo para el vertido de escombros, pero absolutamente extemporáneo como escombrera. Además de mezclarse objetos de todo tipo, escombros y voluminosos, la zona sólo posee una valla a la entrada, con lo que los objetos allí depositados tienden a desperdigarse por la zona, arrastrados por los elementos.

      Localización mediante Google maps (satélite): 40.100607, -1.277247


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      Detalle del vertedero de Los Santos en Castielfabib (Valencia), 2018.



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      Detalle del vertedero de Los Santos en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle del vertedero de Los Santos en Castielfabib (Valencia), 2018.

      castielfabib-vertedero-losantos
      Detalle del vertedero de Los Santos en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle del vertedero de Los Santos en Castielfabib (Valencia), 2018.

      El vertedero de Mas de Jacinto(Castielfabib), también tiene su encanto. Se halla en la zona septentrional de la aldea, por encima del Cementerio Municipal. Para su uso, los vecinos siguen el camino que parte de la Ermita de San Sebastián, en dirección a las antiguas eras del lugar. Los vertidos se realizan desde el borde del camino, en dirección a la vaguada occidental de la vega del Turia. Se trata de una escombrera donde se mezclan residuos inertes (cascotes y escombros procedentes de obras) con voluminosos (muebles, colchones, carcasas de televisión...). Desde la parte alta de la escombrera puede observarse una espléndida panorámica de la vega del Turia a su paso por el término, con el camposanto a los pies. La CN-330 discurre por la margen derecha del río, entre la parte baja del monte y las fincas de cultivo. En las inmediaciones del vertedero hay una construcción que sirve de almacén, basada en bloques de cemento sin enlucir, con cobertura de Uralita; sin duda, uno de los edificios más feos de la comarca.

      Localización mediante Google maps (satélite): 40.133816, -1.252724

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      Vista del vertedero de Mas de Jacinto en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle del vertedero de Mas de Jacinto en Castielfabib (Valencia), con el Cementerio Municipal en la parte baja (2018).

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      Detalle del vertedero de Mas de Jacinto en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle del vertedero de Mas de Jacinto en Castielfabib (Valencia), 2018.

      Continuando por el camino de la escombrera de Mas de Jacinto, sobre un kilómetro más adelante hay otro vertedero, se trata de un área de aportación, correspondiente al Programa Operativo Local de la Diputación Provincial de Valencia (GIRSA). El recinto se halla al borde mismo del camino, carece de valla y vierte a la cabecera de la Rambla de Valdelagua. Según el cartel situado al comienzo del basurero, se trata de una Zona de Vertidos Controlados correspondiente a Residuos Sólidos Inertes. Lo cierto, sin embargo, es que no hay rastro de escombros de obras (residuos sólidos inertes), más bien se trata de un área de aportación de voluminosos absolutamente descontrolada. Después de haber visitado la mayoría de escombreras y zonas de vertido de la comarca me parecía que había visto todo lo que se puede ver en este aspecto, pero esta de Mas de Jacinto sobrepasó mis expectativas. Las fotografías que acompañan el reportaje no precisan de más comentario. Desde el vertedero, sin embargo, el paisaje es magnífico -con el valle del Turia en posición oriental-, pero me marché del lugar absolutamente descompuesto. De hecho, todavía no me he repuesto...

      Localización mediante Google maps (satélite): 40.133816, -1.252724

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      Vista parcial del vertedero descontrolado de Mas de Jacinto en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Vista parcial del vertedero descontrolado de Mas de Jacinto en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle del vertedero descontrolado de Mas de Jacinto en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle del vertedero descontrolado de Mas de Jacinto en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle del vertedero descontrolado de Mas de Jacinto en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle del vertedero descontrolado de Mas de Jacinto en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle del vertedero descontrolado de Mas de Jacinto en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Vista general del vertedero descontrolado de Mas de Jacinto en Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Vista general del vertedero descontrolado de Mas de Jacinto en Castielfabib (Valencia), 2018.

      Torrebaja.
      Bajando por el camino de la ribera izquierda del tramo final del Ebrón se llega al paraje denominado Las Ajuntas. Junto por encima del lugar donde el Ebrón rinde sus aguas al Turia hay algunos chopos caídos sobre el cauce, haciendo presa y permitiendo la retención de porquerías: troncos y ramas, plásticos y variedad de desperdicios. Resulta evidente que si las riberas y el cauce estuvieran limpios de malezas no se produciría estos fenómenos de retención y el cúmulo de basura, que -además de favorecer los desbordamientos caso de riada-, resultan nocivos para la calidad del agua, amén de para la flora y la fauna ribereña. 

      Localización mediante Google maps (satélite): 40.093821, -1.248373


      Los pueblos del valle han padecido históricamente el mal endémico de las riadas; el ilustrado Cavanilles, a su paso por la zona a finales del siglo XVIII (1792) da cuenta de ello:
      • <Veianse al paso las huertas de Ademuz, que ocupan las riberas del Turia hasta la villa, y se descubrian con freqüencia monumentos del grave daño causado en la última riada, que arrancó arbustos, barrió sembrados, derribó el puente, y cargó con quanto se presentó á sus furias. Es lástima que el rio sirva solamente para destruir aquellos campos pingües, principalmente los inmediatos á sus aguas, que son como el primer escalon de las graderías que todos ellos forman>[4]

      La descripción del botánico valenciano corresponde al tramo entre Torrebaja y Ademuz: procedía de Castielfabib y se dirigía a Vallanca, de donde había partido en la mañana de ese mismo día, vía las Tóvedas y el Colladillo.


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      Detalle del cauce del río Turia en Torrebaja (Valencia), aguas arriba de Las Ajuntas (2018).

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      Detalle del cauce del río Turia en Torrebaja (Valencia), aguas arriba de Las Ajuntas (2018).

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      Detalle del cauce del río Turia en Torrebaja (Valencia), aguas arriba de Las Ajuntas (2018).

      Antaño era habitual que el cauce del Turia se dragara en ciertos puntos, aumentando la altura de las riberas, al tiempo que se despejaba y profundizaba. Porque el depósito de gravas en el cauce tiende a elevar el lecho, en perjuicio de los campos de cultivo. Para los lugareños resulta de difícil comprensión que las autoridades amparen las riberas salvajes, sin permitir ningún tipo de actuación que implique limpieza.

      En otro tiempo, cuando había una riada los vecinos de los pueblos ribereños acudían al río con gancho y cuerdas para “pescar” los troncos que arrastraba la corriente. Echaban el gancho atado a una cuerda y tiraban de ella para sacar los troncos y maderas aprovechables. Dicho proceder tenía muchas ventajas. De una parte, la madera obtenida se utilizaba como combustible para el hogar (también para montar las hogueras de san Antón), pues la madera era un bien preciado que no siempre abundaba. De otra, retirar los troncos y maderas que arrastraba la repunta beneficiaba al río, evitando se formaran tapones en ciertos puntos del cauce, obstáculos que favorecían el desbordamiento del río y el consiguiente perjuicio en los cultivos, amén de en las riberas y caminos.


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      Detalle del cauce del río Turia en Torrebaja (Valencia), aguas abajo del puente de La Palanca (2018).


      En la actualidad, sin embargo, nadie sale a “pescar” los troncos que arrastra el río, los maderos se detienen en las presas formadas por los propios árboles caídos de las riberas, favoreciendo los temidos desbordamientos. Pero no hay problema, los daños en riberas, caminos y fincas de cultivo se solucionan después con ayudas y subvenciones, parece que la administración lo tiene previsto.

      Localización mediante Google maps (satélite): 40.100655, -1.253287

      Vallanca.
      En Vallanca hay un Punto de Recogida de Voluminosos situado al borde del camino que lleva al paraje del Losar. Para ir hasta el lugar desde la población hay que subir por la rampa del monte público de Las Cabezas, dejando a la izquierda el cerro de la Ermita de San Roque: se trata de un camino rural asfaltado que discurre por la parte alta del monte, paralelo al barranco del Nogueral y que lleva a la CN-420 (antigua Casa del Mojón).

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      Vista general (meridional) del Punto de Recogida de Voluminosos en Vallanca (Valencia), 2018.

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      Detalle del Punto de Recogida de Voluminosos en Vallanca (Valencia), con la Sierra de Javalambre al fondo (2018).

      Arribados a lo alto del monte, el primer camino que surge a la derecha lleva a la zona de Los Altos y El Plantío, donde se halla la Barraca de Josezón.[5] Sin embargo, el Punto de Recogida de Voluminosos se halla poco más adelante, en el segundo camino que surge a la derecha. Como todos los lugares de este tipo que hemos visitado, el entorno sufre las consecuencias de su ubicación, hecho que se manifiesta en plásticos y otros restos dispersos por la zona que arrastran los elementos atmosféricos. El interior del recinto se halla prácticamente vacío.

      Localización mediante Google maps (satélite): 40.068021, -1.343831

      Siguiendo por este camino de tierra, un kilómetro más adelante –sobrepasada la vaguada de la fuente del Hondillo- encontraremos un antiguo vertedero clausurado. Frente al antiguo vertedero hay un cartel de la Generalidad Valenciana y la Unión Europea, relativo a actuaciones de restauración de hábitats de interés comunitario: pastizales subestépicos y prados calcáreos kársticos en parameras de la ZEPA “Hontanar-La Ferriza”.

      Localización mediante Google maps (satélite): 40.077963, -1.343965


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      Vista del Vertedero Clausurado de El Losar en Vallanca (Valencia), 2018.


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      Vista del Vertedero Clausurado de El Losar en Vallanca (Valencia), 2018.

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      Detalle de cartel de la Generalidad Valenciana en Vallanca (Valencia), relativo a la restauración de hábitats de interés comunitario (2018).


      El camino del vertedero lleva también a la cantera de Vallanca y continúa por el singular paraje de El Losar en dirección a la Rambla de Tóvedas, uniéndose al viejo Camino de la Madera, que baja hasta el Turia por el Barranco de la Virgen, en Ademuz.[6]

      Junto a la CV-478 de Vallanca a Negrón, sobrepasado el Prado de la Vega, hay también un vertedero clausurado. El lugar se ha reconvertido en un mirador sobre el Prado Vega, protegido por una baranda de madera que agradecería una mano de pintura.


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      Vertedero Clausurado junto a la CV-478 en Vallanca (Valencia), camino de Negrón (2018).


      Palabras finales, a modo de epílogo.
      Los puntos negros reseñados –escombreras de residuos sólidos inertes, puntos de recogida de voluminosos, zonas de vertidos descontrolados y controlados abandonados, plásticos y maderas de los ríos...- son tan solo algunos de los que existen en la comarca. Con su descripción no se pretende más que sensibilizar a los vecinos y autoridades municipales, para que sean conscientes del riesgo que suponen para la salubridad del medio.

      La ubicación de una escombrera y otros recintos de este tipo para el depósito de inertes y voluminosos hay que elegirla cuidadosamente, los municipios deben estar pertinentemente asesorados por especialistas. Una escombrera no puede ponerse en el lugar más cómodo para los vertidos, sino en el más adecuado. Los estudios previos para su emplazamiento no pueden obviarse, se pena de que ocurra lo que con el cementerio nuevo de Puebla de San Miguel, que se construyó sin haberse realizado estudios de impermeabilización y ahora no puede utilizarse.

      Los vertederos controlados son agujeros excavados en el suelo, el piso y los laterales deben estar impermeabilizados, con todo su perímetro vallado. Conforme se van depositando los residuos deben cubrirse por una capa de tierra, etc. Lamentablemente, los Puntos de Recogida de Voluminosos visitados en la comarca aparecen siempre con su entorno degradado por los propios residuos, ya que no están protegidos y/o controlados adecuadamente.


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      Detalle de cerezo seco en las inmediaciones del vertedero de Los Santos (Castielfabib), con el puente sobre el Ebrón al fondo (2018).

      Felizmente, se han clausurado en la comarca muchos de los antiguos vertederos o escombreras que no reunían condiciones técnicas, legales o medioambientales.

      Con todo, la clausura y limpieza de los actuales vertederos –controlados y descontrolados- del Rincón de Ademuz costará muchos miles de euros a la Administración (municipal, autonómica y del estado). Tarde o temprano tendrá que llevarse a cabo, a no ser que deseemos convertir la comarca en un vertedero a cielo abierto –como lleva camino de ser-.

      Ya que con nuestros solos medios no podemos resolver los grandes problemas que atenazan a los pueblos comarcanos –particularmente la despoblación y sus secuelas-, lo menos que podemos hacer es mantenerlos limpios: Pobres pero limpios, además de honrados... –que diría la sentencia-. Y esto es algo que compete a todos los vecinos, no sólo a los ayuntamientos. La restauración de estos hábitats degradados sería un buen propósito para el Año Nuevo. Vale.





      [1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. El Rincón de Ademuz agoniza, del martes 15 de diciembre de 2015.
      [2] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Carreteras y caminos en el Rincón de Ademuz, del lunes 18 de diciembre de 2017.
      [3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. El camino de la Vera Cruz a su paso por el Rincón deAdemuz, del martes 11 de septiembre de 2012.
      [4] CAVANILLES, Antonio Josef (1797). Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia, Madrid, vol. II, párrafo 107, p. 77.
      [5] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2008). La barraca del tío Josezón en Vallanca, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, pp. 343-347.
      [6] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. El Camino de la Madera, rebautizado “del oro verde”, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, pp. 67-76.

      REFLEXIONES Y PROPUESTAS, POR DECIR ALGO.

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      A la vecindad en general y a quien se sienta aludido en particular.




      “Soy belleza en el paisaje,
      maravilla en la huerta,
      señal en la montaña,
      lindero en la senda...”
      -De El árbol, de Rabindranath Tagore (1861-1941)-.










      Escribo desde el convencimiento de que los lugareños, con nuestros propios medios, no podemos resolver los mayores problemas que afectan al Rincón de Ademuz –envejecimiento de la población, despoblación progresiva, crisis agraria, descapitalización, desaparición de servicios bancarios y de otro tipo, falta de iniciativas...-; sin embargo, como sucede en el caso de las grandes cuestiones que afectan al planeta tierra (superpoblación humana, desigualdad de recursos, contaminación, calentamiento global, desertización...), cada cual podemos poner nuestro granito de arena para resolver la dificultad, como lo ponemos para acrecentarla.

      Por ejemplo, ¿si ciertos tipos de plástico y otras sustancias empleadas como envoltorio y/o transporte son tan perniciosos para el medio como se dice, por qué no se prohíben a nivel estatal o comunitario? ¿Acaso los todopoderosos Estados de la Unión Europea no tienen capacidad para prohibir aquello que es o puede ser potencialmente peligrosos para la vida animal y vegetal? Cuando en muchos supermercados (grandes superficies) dejaron de proporcionar a los cliente bolsas de plástico de forma gratuita no pasó nada, y cada cual se las apañó como pudo. Tampoco sucedió nada cuando se prohibió fumar en lugares públicos y cerrados. Entonces, ¿por qué no se restringen las bolsas y botellas de plástico y se vuelve al cristal, al papel, al cartón reciclable...? Supongo que porque los plásticos son más baratos; que sean o no contaminantes es lo de menos. No importa que acabemos con la salubridad y la vida del planeta, emigraremos a otro. Porque realmente los humanos somos a la tierra que nos sustenta lo que los pulgones a la planta que parasitan.

      A modo de escaparate, con esta entrada pretendo abrir una ventana a las reflexiones y propuestas que se me ocurran relativas al Rincón de Ademuz, la comarca donde resido. Porque tengo la convicción de que si somos incapaces de mejorar y acrecentar lo que hemos heredado, lo mínimo que podemos hacer es transmitirlo a las siguientes generaciones en las mejores condiciones. Quizá los que nos sucedan en este paisaje puedan hacerlo mejor, bien porque tengan nuevas ideas, dispongan de más medios o sean otras sus circunstancias. Para lo cual, sin embargo, resulta imperioso no maltratar demasiado lo que tenemos.

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      Vista parcial de Torrebaja (Valencia), desde el camino del Rento (2018).

      Desconozco si esta sección tendrá continuidad, y no lo digo como amenaza; pero vaya por delante que el contenido de estas páginas son simples meditaciones escritas, dirigidas a la comunidad en general, y a los que se sientan aludidos en particular. Si alguien, alguno o alguna piensa que tiene otra finalidad que no sea mejorar lo existente, advertirle de antemano que se equivoca. Soy consciente, sin embargo, de que nadie es profeta en su tierra; pero que no sea por decir.


      Repoblación forestal en los Llanos de la Masadica.
      En los años cuarenta, en los cincuenta y hasta los primeros sesenta del pasado siglo XX se llevaron a cabo actuaciones de reforestación con pinos en distintos puntos de la comarca. La Dehesa de los Terreros fue una las zonas repobladas. El vecino Agustín Chicharro Navarro (Ademuz, 1944) trabajó como aguador de las cuadrillas de Ademuz, su testimonio resulta de gran interés al respecto.[1]El resultado de aquellos trabajos puede observarse hoy día en forma de bosque de pinos negrales cubriendo las laderas de dicho monte, desde la rambla de Riodeva hasta el barranco del Charcal y la Umbría de la Sagra. De no haberse reforestado la zona entonces hoy veríamos un monte pelado, con el consiguiente deterioro y la pérdida de tierra que ello habría supuesto para el suelo.

      Prueba de ello es que desde la explanada de la Ermita de San Roque en Torrebaja puede observarse una magnífica vista del valle del Turia a su paso por el término, con las laderas de Los Molares densamente pobladas de pinos. Sin reforestación el panorama sería hoy muy distinto. El mismo argumento podría esgrimirse hoy para reforestar la cota media de los Llanos de la Masadica, desde Torrebaja hasta Mas de los Mudos (Castielfabib). Cierto que ya se intentó una reforestación en los años noventa, pero la fuerte sequía de aquellos años impidió que la actuación fructificara, ya que la mayoría de los pinos se secó. Ello no es óbice para que no vuelva a intentarse, replantando la variedad de pinos que los técnicos consideren más adecuada a las características climáticas de la zona, y del suelo. Que resistan a las procesionarias y a la sequía, dos calamidades que darán que decir en el futuro. Dentro de unas décadas, nuestros herederos sobre este paisaje podrán gozar de un panorama similar al que hoy disfrutamos nosotros cuando miramos hacia la Dehesa de los Terreros.[2]Será nuestra pequeña contribución a la lucha contra la desertificación y el cambio climático.


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      Vista parcial de Torrebaja (Valencia), con detalle de los Llanos de la Masadica al fondo (2018).

      A propósito de la Dehesa de los Terreros, cabe decir que el bosque precisa actuaciones de clareo de los pinos y limpieza del sotobosque, para favorecer su crecimiento y evitar incendios.


      Torrebaja, entre Cullera y Hollywood.
      Cabría pensar que es un extraterrestre quien no conozca el famoso cartel que anuncia HOLLYWOOD, distrito de la ciudad de Los Ángeles, California (USA). La meca del cine se reconoce desde hace décadas por un inmenso cartel situado en la cota media-alta de la montaña a cuyos pies se halla la ciudad. En nuestras latitudes tenemos también una ciudad de la Ribera Baja valenciana que también se divulga mediante un cartel similar: CULLERA, sus letras encaladas destacan sobre el lomo occidental de la Montaña de los Zorros.

      Yendo por la variante de la CN-330 de Manzaneruela a Torrebaja, antes de cruzar el viaducto sobre la vega del Turia frente a Torrebaja, hay una zona de monte denominada los Llanos de la Masadica –por encima del Cementerio Municipal y del Parque Artesanal, y que se extiende septentrionalmente hasta Mas de los Mudos (Castielfabib)-. Por la cima de dicho monte discurre el camino del Carril, que lleva de Torrebaja a Tormón y el Rodeno –con accesos a Los Santos, Castielfabib, Cuesta del Rato y El Cuervo-. La ladera del monte desciende en suave pendiente en el punto indicado, resultando un lugar propicio para colocar allí un gran cartel similar a los mencionados de Hollywood o Cullera en el que pudiera leerse TORREBAJA. Sería una estupenda propaganda para el pueblo en particular y para la zona en general. Ya que no podemos hacer otra cosa, hagamos que los viajeros que pasan por la carretera nacional sepan que entre Cuenca y Teruel existe un municipio con este nombre, perteneciente a la comarca valenciana del Rincón de Ademuz.


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      Vista parcial de Torrebaja (Valencia), con detalle de los Llanos de la Masadica al fondo (2018).

      Soterramiento de los contenedores de basura doméstica.
      En los años cincuenta del pasado siglo no había contenedores de basura en ninguno de los pueblos comarcanos, los residuos orgánicos que no podían aprovecharse de otra forma iban directamente al corral, donde se formaba el estiércol con la paja y los excrementos animales. Bien en cierto, sin embargo, que entonces no había los envases de plásticos que hay hoy, el papel y el cartón existente se utilizaba para encender y otros usos, y el cristal de las botellas de leche condensada, gaseosa y cerveza se reciclaba.

      Este estado de cosas duró hasta los primeros años sesenta, en que un carro de varas tirado por un animal pasaba a recoger los residuos sólidos domiciliarios, que se abocaban directamente a la caja del carro. Las bolsas de basura no existían todavía. Posteriormente, los carros de la recogida de basuras fueron sustituidos por tractores, echándose la basura en los remolques. Al menos esto es lo que ocurría en Torrebaja. Tanto los carros como los tractores depositaban las basuras en un lugar del Otro Lado, donde antaño existió una aguardentería. Las basuras se abocaba en los pozos de los cubos existentes, había varios. Aquel vertedero permaneció activo durante muchos años; una vez llenos los cubos, la basura se acumulaba en las inmediaciones. Hoy aquel vertedero está clausurado. Si dentro de algunos cientos de años los arqueólogos encuentran este vertedero  de La Dehesa podrán averiguar cómo vivíamos los lugareños de mediados del siglo XX, especulando sobre sus hábitos alimenticios y de otro tipo.

      En la actualidad, la recogida de residuos sólidos urbanos (domiciliarios) la realiza una empresa con camiones especiales para dicha función, pasan por las calles de los pueblos y de forma mecánica abocan los contenedores directamente a la caja del camión de la basura, comprimiéndola hidráulicamente para aumentar la capacidad. Los vecinos sólo tienen que sacar la basura de sus casas en bolsas de plástico cerradas y echarlas en el contenedor. Bueno, no todos; porque algunos abocan directamente la basura en el contenedor sin embolsarla, lo que propicia malos olores y otras molestias a los residentes. El problema se incrementa durante el verano, cuando aumenta la vecindad y los camiones de la recogida se retrasan porque no dan abasto, ya que suelen tener el mismo personal durante todo el año.

      Además de un problema de insalubridad ciudadana (huelen mal, chorrean líquidos putrefactos, crían gusanos...), los contenedores de basura doméstica constituyen un problema estético. Por los inconvenientes citados, nadie, ningún vecino quiere tener un contenedor cerca de su casa. Conozco bien el problema, porque frente a mi domicilio, situado en la plaza del Ayuntamiento de Torrebaja, hay uno de estos contenedores, cuya pestilencia es insoportable en verano. El problema existe en otros pueblos comarcanos, pero sirve de poco quejarse. El caso citado tiene el agravante de hallarse en el centro del pueblo, por donde todos pasan en uno u otro momento del día, donde se celebran los mercados semanales, las fiestas patronales y otras actividades públicas, lúdicas y culturales.

      En Casasbajas solucionaron el problema de forma sencilla y rápida, soterrando los contenedores de la plaza de la Iglesia. Los vecinos introducen las basuras embolsadas por una especie de buzón, de forma que las bolsas van a parar a unos contenedores soterrados en un foso, sólo queda visible la abertura del depósito. Hay varios sistemas de soterramiento, todos ellos compatibles con los sistemas tradiciones de recogida de residuos. De esta forma, los contenedores permanecen ocultos a la vista, elevándose mediante unas plataformas para la recogida o limpieza. La ventaja principal del soterramiento de los contenedores de basura domiciliaria está en que los depósitos quedan ocultos a la vista, mejorándose el entorno y facilitándose la accesibilidad de los usuarios, que no tienen que elevar la basura, todo lo cual redunda en comodidad e higiene.


      Un puente japonés sobre el Ebrón en Las Ajuntas de Torrebaja.
      De haber podido elegir alguna de las escuelas filosóficas de la antigua Grecia, me hubiera decantado por la escuela peripatética fundada por Aristóteles; porque me gusta el pensamiento y la reflexión sobre las cosas de la vida, al tiempo que pasear. La cuestión está en saber si me hubieran admitido. Deambular tranquilamente por los caminos del campo -de las riberas del Turia y del Ebrón- es uno de mis entretenimientos preferidos. Paseaba cuando estaba profesionalmente activo, y lo sigo haciendo ahora como jubilado -a partir de cierta edad caminar con cierto brío es el ejercicio más recomendable-; casi siempre voy acompañado de mi mujer, que comparte mi afición. Los lugareños, sin embargo, no son muy paseadores que digamos; es más, cuando me encuentro a alguien paseando suele ser un forastero con perro.

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      Ronda de San Antonio y comienzo del camino del Rento en Torrebaja (Valencia), 2018.

      Mi pasión por los paseos me viene de niño, durante mi infancia en Torrebaja acompañaba a mis padres en sus recorridos. Mi padre, un hombre de campo, y mi madre, una ama de casa, solían pasear los domingos por el campo. Después de comer mi padre se iba al bar a tomar su café y a jugar al guiñote. Tomar café y jugar a las cartas han sido los sencillos placeres de los humildes agricultores de la zona. El café lo pagaba quien perdía la partida. El guiñote es un juego de cartas en el que media la suerte y la inteligencia –aunque cualquiera puede cantar las cuarenta-: uno debe llevar de cuenta sus propias cartas, al tiempo que las de su pareja y las de los demás jugadores, pues suele jugarse entre cuatro, dos a dos. Es importante descartarse a tiempo y estar preparado para el arrastre. Todos pueden aprender los rudimentos del juego, pero para jugar bien hace falta astucia, como en la vida. Tras la partida de cartas mi padre regresaba a casa donde ya le esperaba mi madre para el paseo dominical. Iban por los caminos de entonces, recorriendo sus fincas del Reguero, los Iriazos, la Rambla Villana, los Albares... viendo la labor realizada en los campos durante la semana, el progreso de las hortalizas y frutales. 

      La concentración parcelaria ha supuesto grandes cambios en la huerta, reagrupando fincas, trazando caminos y acequias. Si los padres y abuelos pudieran ver el paisaje resultante no lo reconocerían. Sin embargo, incluso en los días más luminosos, pasear por la huerta de Torrebaja produce cierta tristeza en el ánimo, viendo el poco aprovechamiento que han tenido las obras de concentración parcelaria: amplios caminos, acequias de cemento rebosantes de agua... para regar a manta grandes fincas con cultivos de escaso rendimiento, alfalfa, chopos, maíz... Muchas fincas está abandonadas, lo que es peror. No obstante, los recuerdos de aquellos lejanos días de mi infancia me resultan altamente evocadores. En aquellos paseos vespertinos con mis padres íbamos mi hermano pequeño y yo. Intuyo que mi amor por esta tierra, por los campos y riberas circundantes proviene de aquella época, y lo aprendí de mi padre. Al fin, la mayoría de las cosas que sabemos las aprendemos en la infancia y duran toda la vida. La historia nos enseña que en su devenir, el ser humano, desde que salió de África, no ha parado de emigrar de un lugar a otro, en busca de sustento o huyendo de calamidades, guerras o hambrunas. Pero hay personas que quedan atrapadas en un paisaje...

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      Detalle del camino de la Depuradora, ribera izquierda del Ebrón en Torrebaja (Valencia), con Las Ajuntas al fondo (2018).

      En nuestros paseos actuales mi esposa y yo solemos hacer tres rutas, la “vuelta corta”, la “vuelta media” y la “vuelta larga”, así denominadas por el tipo de recorrido y el tiempo empleado. Hacer una u otra vuelta depende del tiempo de que dispongamos y de la climatología. La “vuelta corta” la realizamos por las inmediaciones del pueblo, preferentemente por la vega del Turia, entre El Cau y Las Ajuntas. Para realizar este trayecto pueden hacerse distintos recorridos. De la plaza del Ayuntamiento salimos hacia la calle Cantón, pasamos bajo la barbacana de La Replaceta y continuamos en dirección al pilón de san Antonio de Padua. Este trayecto corresponde al camino viejo de Ademuz a Teruel que realizaba la diligencia a principios del siglo XX. En la fachada de la última casa de la calle Cantón hay un ladrillo cerámico similar al de otros pueblos de la comarca: Pueblo de Torrebaja, provincia de Valencia, partido judicial de Chelva. El cartel demuestra que esta era la entrada del pueblo por el sureste.

      Frente al pilón de san Antonio, al que nunca falta un ramito de flores, se hallaba el viejo pontón que vadeaba el Ebrón en este punto. Al otro lado de río se alza hoy el frontón cubierto, que forma parte del Polideportivo Municipal. Desde el pilón pueden seguirse por la derecha en dirección a la Avenida de la Diputación Provincial, que comunica el sector suroriental del pueblo con el Polideportivo. En nuestro paseo solemos tomar el camino de la izquierda, que se bifurca en dos ramales, uno por la ribera izquierda del nuevo cauce del Ebrón, vía la Depuradora y Las Ajuntas, y otro que sigue en dirección al Rento. Ambos caminos, sin embargo, confluyen poco más adelante. Yendo por el camino de la ribera del Ebrón se pasa por el área de servicio de las autocaravanas, el trayecto discurre por la ribera izquierda del río. A medio camino está la Depuradora y al final Las Ajuntas. El camino es muy agradable, sombreado y tranquilo, a excepción del ruido de la Depuradora, que emite un extraño silbido de vez en cuando. El progreso tiene su servidumbre. Poco más adelante están Las Ajuntas, allí el Ebrón rinde sus aguas al Turia. El Ebrón es un río de poco estiaje, nace en Tormón, pasa por El Cuervo, Cuesta del Rato, Castielfabib, Los Santos y Torrebaja, recorriendo una veintena de kilómetros. Sus aguas son limpias y frescas, enriqueciendo la calidad de las del Turia.



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      Detalle de Las Ajuntas de Torrebaja (Valencia), donde el Ebrón rinde sus aguas al Turia, desde la ribera izquierda del Turia (2018).

      Las Ajuntas tienen su encanto, pero defraudan a mucha gente; esperan ver cómo el Ebrón vierte sus aguas al padre Turia, pero el ramaje de las sargas y chopos se lo impide. Antaño, las riberas estaban limpias de maleza; hoy son una selva. Decía que la maleza -chopos, sargas, carrizos, eneas...- impide disfrutar del lugar, como si sólo los topos y las ratas de agua tuvieran derechos. Lo propio sería que el paraje fuera acondicionado para disfrute de los vecinos y paseantes; hoy son pocos, pero podrían ser más si se diera a conocer el lugar. Lo cierto es que disponemos de dos ríos en el término, y no sabemos aprovecharlos. En este tramo final del Ebrón debería construirse un pasadero entre ambas riberas, me lo imagino como un puente japonés al estilo de los que pintaba Claude Monet (1899). Tampoco estarían de más unos bancos en ambas riberas, y algún panel explicando la singularidad del lugar. Desde el puente podría disfrutarse de una estupenda vista del Turia recibiendo las aguas del Ebrón. Cruzando dicho puente podría continuarse el paseo por la ribera derecha del Turia hasta el puente de Guerrero y el Molino del Señor, vía Sangrandonero.

      Para nuestro recorrido de hoy, desde Las Ajuntas continuaremos por el camino que lleva a la canal de Bolsa y Las Carreteras, aguas arriba del Turia. La Canal de Bolsa transporta el agua de la acequia de la Hoya a las fincas de la margen izquierda, ya en término de Ademuz. El camino prosigue en dirección noroeste hasta unirse al camino del Rento que lleva hasta la partida del Reguero, donde se le une la vía pecuaria de la Bajada del Pasillo. Juntos continúan por la ribera derecha del Turia hasta el puente de La Palanca. El camino prosigue hacia el norte, discurre bajo el viaducto de la variante de la CN-330 de Manzaneruela (Landete) a Torrebaja, y siempre aguas arriba del Turia continúa hasta la Canal del Tetuán, que pasa el agua de la acequia de La Masada al Otro Lado, ya en término de Ademuz.


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      Detalle de Las Ajuntas de Torrebaja (Valencia), donde el Ebrón rinde sus aguas al Turia, desde la ribera izquierda del Turia (2018).

      El camino se alarga hasta El Cau, partida situada inmediatamente por debajo de la aldea de Mas de los Mudos (Castielfabib). En la zona del Cau, de este nombre porque hasta finales del siglo XIX (1887) el cauce del Turia discurría por esta parte, en un plano inferior de la actual CN-330 (entonces CN-420 de Cuenca a Teruel). En una parcela situada entre la carretera y el camino puede verse un pilón trifinio datado a principios del siglo XX (1913), allí confluyen los términos de Ademuz, Castielfabib y Torrebaja. Es una lástima que esté todo tan abandonado, el pilón y la zona donde se ubica podrían destacarse, incluyendo algún panel informativo que ilustrara acerca del lugar y del histórico desvío del río Turia.[3]

      En la partida de El Cau concluye nuestro paseo de la “vuelta corta”, volviendo por el mismo camino hasta encontrar el primero que surge a la derecha, que discurre paralelo al drenaje que pasa bajo del viaducto de la variante de la CN-330, y que continúa por el sur hasta dar con el camino de la Bajada del Pasillo. En la confluencia de ambos caminos continuamos por la derecha hasta el pilón de la Virgen del Pilar. Desde este punto continuamos hacia las Casas de la Venta y por la calle Fuentecillas subimos hasta el pueblo pasando frente a la nueva fuente de los Pobres, que queda a nuestra izquierda, adosada a la baranda del Rento. El nombre de la fuente le viene de la casa de transeúntes que había junto a la misma. Pero la Fuente de los Pobres ya no es lo que era, antaño se hallaba enfrente de donde hoy la vemos, al otro lado del camino. En el cambio de ubicación ha perdido el abrevadero, quizá porque hoy ya no hay caballerías que vayan a beber del hontanar, de la misma forma que anteriormente perdió el frontal de los caños, donde se tomaba el agua para la bebida y el aseo.


      El antiguo cauce del Ebrón.
      La concentración parcelaria de Torrebaja incluía el desvío del cauce del río Ebrón en su tramo final, desde el Merendero y Polideportivo Municipal hasta su desembocadura en el Turia. El punto donde el Ebrón vierte sus aguas al Turia se ha denominado tradicionalmente Las Ajuntas. La primera mención bibliográfica a esta singular partida del término la hace Badía Marín (1953):

      • <Desde la Ermita (de san Roque) se divisa un soberbio panorama: los montes que circundan nuestro pueblo, las riquísimas vegas del Turia y del Ebrón y el lugar donde se unen, esto es, “Las Ajuntas”>.[4]

      Según los técnicos, el desvío del cauce del Ebrón era imprescindible para el saneamiento de las huerta, ya que la confluencia de ambos ríos tenía lugar en un ángulo demasiado perpendicular, lo que dificultaba el abocamiento del agua en el Turia. En la actualidad, la confluencia de ambas corrientes se produce en un ángulo más cerrado, lo que favorece la desembocadura. Tanto el lecho como las riberas del nuevo cauce son de piedra, lo que debería beneficiar el paso del agua. En la práctica, sin embargo, el lecho del río se ha elevado por causa de los arrastres de grava, y las riberas aparecen llenas de maleza, los arbustos que se plantaron en su momento han crecido desmesuradamente y nadie responde de su mantenimiento. Pasear por ambas riberas del nuevo cauce del Ebrón es muy agradable, se oye el alegre canto del agua, pero ésta no puede verse correr por la maraña de arbustos que crece en sus márgenes.


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      Detalle del viejo cauce del río Ebrón en Torrebaja (Valencia), 2018.

      Existe otro problema en relación a lo anterior, cual es el destino del viejo cauce. En la parte superior, entre el viejo puente y la antigua ribera derecha del Ebrón –justo por encima del Merendero La Ribera- se construyó una especie de jardín botánico (Aula de la Naturaleza). La idea podría parecer original, y probablemente lo sea. Sin embargo, su utilidad práctica es nula, nunca he visto a nadie pasear por el recinto ni interesarse por los árboles y plantas que allí proliferan, aunque nunca es tarde; más hubiera valido construir en su lugar un buen aparcamiento para el conjunto del Polideportivo Municipal, amparado por árboles de sombra. Porque de los coches no podemos librarnos y hay que aparcarlos en algún sitio. No resulta razonable, sin embargo, la masiva utilización del coche, y menos en un pueblo como el nuestro, donde todo queda cerca. Pero lo cierto es que hay quien lo coge incluso para ir a mear, con perdón.

      La parte inferior del viejo cauce del Ebrón, entre la confluencia del camino del Rento y el de la ribera izquierda del río, discurre el mencionado camino del Rento, para perderse después entre las fincas, en dirección a la ribera derecha del Turia; en total menos de un kilómetro. Dicho cauce es hoy una selva, en cuyas antiguas riberas proliferan sin control cañares, chopos, zarzales. Nadie sabe con certeza quién o quienes son los responsables del viejo cauce, unos dicen que pertenece a la Confederación Hidrográfica, otros que al ayuntamiento de Torrebaja. Lo propio sería que fuera de la masa común de la concentración, esto es, del municipio, pues a la Confederación ya se le cedió en su momento el nuevo cauce, precisamente a expensas de las tierras de la concentración.


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      Detalle del viejo cauce del río Ebrón en Torrebaja (Valencia), con el camino del Rento a la izquierda (2018).

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      Detalle del viejo cauce del río Ebrón en Torrebaja (Valencia), con el camino del Rento a la izquierda (2018).

      En cualquier caso, debería determinarse a quién incumbe restaurar el hábitat, ya que rellenando la cuenca y limpiando las viejas riberas podría construirse un magnífico paseo en el lugar: piso de tierra, asientos en cada tramo y árboles en los laterales. No tiene que hacerse forzosamente un paseo, pueden proponerse otros usos. Lo que no puede tolerarse es el abandono y la desidia del espacio: si pertenece a la confederación, que lo restaure la confederación; si pertenece al ayuntamiento, que lo recupere el ayuntamiento.


      La plaza del Ayuntamiento de Torrebaja, un espacio mejorable.
      La plaza del Ayuntamiento de Torrebaja, antiguamente denominada “plaza del Señor” y posteriormente “plaza de Ramón y Cajal”, es una de las más amplias, luminosas y espléndidas del Rincón de Ademuz, junto con la de Casasbajas. Quiero decir que es una de las que más posibilidades urbanísticas tiene. Lamentablemente, sin embargo, es de las menos agraciadas. En estos "tiempos líquidos" parece que todo es opinable; pero lo evidente no necesita demostración.

      Los gestores municipales de la primera mitad del siglo XX, no obstante ser más pobres y disponer de menos recursos que en la actualidad, tuvieron más sentido estético a la hora de organizar su urbanismo. La imagen más antigua que conocemos de la plaza mayor de Torrebaja corresponde a una fotografía de Joaquín Sanchis (a) Finezas realizada en plena guerra civil (1936-1939), relativa al acto de entrega de una bandera del XIX Cuerpo de Ejército. La foto muestra una formación militar, los soldados republicanos portan casco y fusil con la bayoneta calada, están el posición de firmes, la mayoría miran a la cámara, otros al frente; el segundo de la fila por la izquierda porta una bandera con escudo bordado. El piso de la plaza es de tierra, al frente se ve la fachada de una casa con balcones llenos de gente, se trata de la Casa Roja, así se denominaba el edificio por el color de su fachada, antigua vivienda del administrador de los Ruiz de Castellblanque en la Torrebaja señorial. Por detrás de la formación militar sobresale el ramaje de un “adelanto”, árbol de rugoso tronco que entonces ya era viejo.[5]


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      Acto de entrega de una bandera al XIX Cuerpo de Ejército republicano en la plaza de Torrebaja (Valencia), durante la guerra civil (1936-1939) [Tomada de Fotografía de Guerra (Valencia, 1937-1938), Joaquín Sanchis, Finezas, Edita Biblioteca Valenciana, Valencia, 2005, p. 191].


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      Vista oriental de la plaza del Ayuntamiento en Torrebaja (Valencia), con detalle de los árboles y bancos de obra, las calles todavía de tierra: salvo mejor opinión, la mejor distribución urbanística que ha tenido la Plaza (años cincuenta, mediados).

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      Vista occidental de la plaza del Ayuntamiento en Torrebaja (Valencia), con detalle de los árboles y bancos de obra, las calles todavía de tierra (años cincuenta, mediados).



      Cronológicamente, las siguientes fotografías de la plaza mayor de Torrebaja corresponden a los finales años cincuenta, muestran el piso todavía de tierra y los mismos árboles, con la particularidad de que entre los “adelantos” se han colocado varios bancos de doble asiento con respaldo. Dichos bancos eran anatómicamente perfectos, los hizo un artesano catalán que pasó por la zona en los primeros años cuarenta:

      • <El que viene a Torre Baja, a poco que observe, advertirá un pequeño detalle. Hacia 1944 pasó por el pueblo un constructor catalán, que dejó de su estancia entre nosotros pequeños e imborrables recuerdos. Hizo las pilas bautismales de Santa Marina y la Virgen del Remedio (en Torrealta); las pilas de agua bendita de las ermitas de San José y San Roque; la pila de la fuente o bomba del Molino Viejo; los bancos de la plaza y la Cruz de los Caídos, todo ello con gusto exquisito, en cemento, imitando madera natural>.[6]

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      Detalle de vecinos sentados en uno de los antiguos bancos de obra de la plaza del Ayuntamiento en Torrebaja (Valencia), junto al tronco de un "adelanto" (años cincuenta, finales).

      Con la idea de modernizar la plaza, en el decenio de 1965-1975 se talaron los seculares árboles y se retiraron los bancos de obra de la posguerra. La tala de los añosos adelantos estaba justificada, su ramaje seco podía constituir un peligro para los viandantes. Lo que no puede justificarse es la retirada de los bancos. Cierto que algunos presentaban algún deterioro, pero hubieran podido restaurarse. Ignoro si se puso algún cuidado en la retirada; lo cierto es que sólo se conservó uno, y parcialmente. Parte de uno de aquellos bancos todavía puede verse en la calle Fuente, sobre las antiguas Escuelas Nacionales. La nobleza de sus materiales y la belleza de su porte puede constatarse. 



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      Fragmento de uno de los bancos de obra que hubo en la plaza del Ayuntamiento de Torrebaja (Valencia), año 1944, actualmente en la calle Fuente (2018).

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      Fragmento de uno de los bancos de obra que hubo en la plaza del Ayuntamiento de Torrebaja (Valencia), año 1944, actualmente en la calle Fuente (2018).

      En sustitución de la hilera de árboles y bancos de obra de la posguerra se labró una especie de seto con bancos de hierro y madera. Mediados los años setenta (ca.1976), en la parte alta de la plaza, pegado al seto se dispuso a modo de jardincillo con fuente central simulando el contorno de una manzana, con palmeras y arbustos de adorno en las esquinas. El borde del huertito se delimitó con piedras labradas formando escalera, restos de una monumental fuente que hubo en la parte superior de la explanada, construida en los años sesenta (principios), con motivo de la traída del agua potable a la población. Su colocación constituyó un hito en la historia  local, hasta entonces el vecindario se había servido para su consumo del agua del Ebrón, de la fuente de los Pobres y otros manantiales de poca calidad. Aquella fuente hubiera podido fomentar el urbanismo de la plaza, pero no dio el resultado apetecido y hubo que retirarla. Se dijo que era demasiado grande, lo cierto es que se estropeó y no hubo manera de arreglarla. La colocó un artesano local (Constantino Aparicio y su hijo Daniel), las piedras de travertino fueron labradas en Teruel (Mármoles Llorens). Cuando se desmontó la fuente sus piedras abujardadas fueron a parar a distintos lugares, al jardincillo de la plaza, a la fuente de La Replaceta, al puente de La Palanca... pero nadie sabe dónde se colocaron las bolas que adornaban las esquinas, ni la gran bola que culminaba el pilón central. La base, una gran losa de cemento armado, se llevó al Cantón, para tapar la boca oriental del antiguo refugio de la guerra civil (1936-39) excavado bajo la iglesia parroquial.



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      Vista de la antigua fuente de la Plaza del Ayuntamiento en Torrebaja (Valencia), el piso todavía de tierra (años sesenta, principios).
      En la segunda mitad de los años noventa la plaza se remodeló de nuevo, organizando la zona tal como puede verse en la actualidad: piso de cemento simulando losas de piedra, jardincito elevado con seto a modo de separación entre la prolongación de la calle san Roque y la plaza. A efectos prácticos, calle y plaza forman un solo espacio urbano, con numeración de policía propia. La remodelación del espacio urbano se planteo en la legislatura municipal de 1991-95, financiándose con el plan provincial de 1994-95. Por distintas razones, sin embargo, las obras se llevaron a cabo en la siguiente legislatura, incorporando algunos cambios en el proyecto original. El jardín elevado posee acacias de bola en el centro, todo él circundado por un banco corrido en todo su perímetro, excepto en la parte baja (este), que tiene adosada una fuente monumental de base redondeada con un pilón central. El pilón posee un ensanchamiento circular en su tercio inferior para la caída del agua, la parte alta la culmina una farola de hierro con cinco fanales. La fuente de adorno posee un circuito cerrado alimentado por una bomba, habitualmente estropeada. La iluminación sólo funciona en las fiestas patronales, y no siempre. Parece que las lámparas son caras de reponer, además de consumir mucha electricidad. Una vez más, estamos pagando la presunción de querer imitar en los pueblos el ambiente urbano, construyendo fuentes y jardines ornamentales que luego no podemos mantener.


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      Vista general (occidental) de la plaza del Ayuntamiento en Torrebaja (Valencia), con detalle del jardín y fuente ornamental con farola (2018).

      En mi ideario, la plaza de un pueblo debe poseer tres elementos esenciales: agua, sombra y asiento. Agua para beber, sombra para protegerse del sol y bancos en los que sentarse para descansar, charlar y observar. Porque la plaza es el centro anímico y vital de una comunidad, donde suelen hallarse la Casa Consistorial (Casa Lugar) y otros edificios representativos. En las plazas se han celebrado tradicionalmente los mercados semanales, los festejos locales, las reuniones del común, etc. No en vano los Reyes Católicos establecieron la normativa de plantar olmos en las plazas de los pueblos de España, con el doble sentido (práctico y simbólico) de representar la unión que debiera reinar entre los miembros de toda comunidad rural, además de dar sombra y cobijo a los ciudadanos.


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      Detalle de la fuente ornamental con farola existente en la plaza del Ayuntamiento en Torrebaja (Valencia), 2018.

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      Vista general (oriental) de la plaza del Ayuntamiento en Torrebaja (Valencia), con detalle del jardín y fuente ornamental con farola (2018).

      Torrebaja no ha conseguido dar todavía con la organización urbanística adecuada para su plaza mayor, no obstante haber tenido su paradigma en la primera mitad del siglo XX. Los antiguos moradores supieron sacarle el mejor partido a la plaza; pero nosotros, creyéndonos más instruidos y modernos no hemos podido sin embargo superarles. Remodelar la plaza será difícil en el corto plazo, porque no hay aparente necesidad de ello; tampoco sobra el dinero. Falta quizá la ilusión por mejorar, y una pizca de buen gusto. Habrá que esperar a las nuevas generaciones para una remodelación integral, si antes no hemos desaparecido. Sin embargo, todavía podría optimizarse su estado actual, restaurando el piso en sus partes más dañadas, colocando contenedores soterrados (véase los existentes en Casasbajas) y recubriendo el poyo corrido que circunda el jardincillo con ladrillos troceados, tipo trencadis. De acertar con el color el efecto podría ser sorprendente, por ejemplo, con un degradado ocre a juego con las líneas del piso y la fachada del Ayuntamiento, por cierto, demasiado oscura. La patochada de la fuente de adorno tiene peor arreglo, aunque no faltarán expertos que aporten soluciones al disparate. Los políticos, mejor que no opinen y se dejen asesorar por los entendidos. Las acacias de bola que posee el jardín sobran, hubiera bastado con un árbol de sombra adaptado a la climatología local señoreando el espacio, un castaño de indias, un olmo con pie resistente a la grafiosis, un tilo.



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      Vista general (a vuelo de pájaro) de la plaza del Ayuntamiento en Torrebaja (Valencia), con detalle del jardín y fuente ornamental con farola (2018).


      Otro problema de peliaguda solución son los coches, ya que la plaza mayor de Torrebaja, como otras del Rincón de Ademuz, se ha convertido en un aparcamiento al aire libre. Los vehículos ocupan el espacio, usurpándoselo a las personas. Está vedado aparcar el viernes, día del mercado semanal, pero no se hace el menor caso de la prohibición. Además, los coches viejos que pierden aceite ensucian de grasa el suelo, y nadie lo limpia. Antiestético fenómeno que también ocurre en las calles. La limpieza de las calles de un pueblo, como el estado de la cocina y el cuarto de baño de una casa, dicen mucho de sus moradores.

      En suma: con tantas necesidades como hay en el pueblo, mis reflexiones y propuestas han de parecerles a algunos simples ocurrencias, por no decir una membrillada, y seguramente lo son. Pero ahí quedan... Vale.







      [1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Agustín Chicharro Navarro, Guardia Civil retirado, del domingo 10 de febrero de 2013.
      [2] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. La Dehesa de Torrebaja en Ademuz (Valencia), del sábado 24 de octubre de 2015.
      [3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2008). Desviación de un trozo del río Turia frente al pueblo de Torrebaja, en Desde el Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, pp. 299-303. 
      [4] BADÍA MARÍN, Vicente y PÉREZ TARÍN, José Alejandro (1953). Torre Baja, mi pueblo, edita Ayuntamiento de Torrebaja, Valencia, p. 21.
      [5]Joaquín Sanchis “Finezas”. Fotografía de Guerra (Valencia, 1937-1938). Pentagrafeditorial, Biblioteca Valenciana, Valencia, 2005, p. 191.
      [6] BADÍA MARÍN y PÉREZ TARÍN (1953), p. 18.

      GALERÍA FOTOGRÁFICA


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      Detalle de la antigua fuente de la plaza de Torrebaja (Valencia), años sesenta (ca.1964-65).

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      Vista parcial de la plaza del Ayuntamiento en Torrebaja (Valencia), con detalle de la antigua fuente (años sesenta, mediados).

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      Vista parcial de la plaza del Ayuntamiento en Torrebaja (Valencia), durante las fiestas patronales, con detalle del jardín existente en la parte superior (años setenta, mediados).


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      Vista general (occidental) de la plaza del Ayuntamiento en Torrebaja (Valencia), con detalle de acacias y  bancos de madera; la fachada-frontón del viejo Ayuntamiento al fondo (años setenta, principios).



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      Vista general (occidental) de la plaza del Ayuntamiento en Torrebaja (Valencia), con detalle de acacias y  bancos de madera, y la fachada del nuevo Ayuntamiento al fondo (años setenta, finales).


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      Vista general (oriental) de la plaza del Ayuntamiento de Torrebaja (Valencia), con detalle del jardín y fuente ornamental con farola (2018).

      PINTURAS RUPESTRES EN EL RODENO: ABRIGOS DEL PRADO DE TORMÓN.

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      Recorrido por los abrigos del Prado de Tormón, 
      correspondientes al Parque Cultural de Albarracín.



      “El arte levantino español
      es el legado más vivo que el hombre prehistórico
      ha transmitido a las sociedades modernas”
      -Antonio Beltrán Martínez
      en El arte rupestre en la provincia de Teruel (1989)-.












      A modo de introducción.
      La entrada se refiere en exclusiva a las Pinturas rupestres del Rodeno de Tormón, conjunto de abrigos de arte rupestre prehistórico que forman parte del Parque Cultural de Albarracín. El parque se halla al este de la provincia de Teruel, siendo su principal característica los densos pinares que crecen al amparo de los rodenales, un paraje excepcional donde el paisaje se convierte en patrimonio.

      Regulado por la Ley 12/1997, de 3 de diciembre, de Parques Culturales de Aragón, el Parque Cultural de Albarracín fue declarado como tal el 22 de mayo de 2001 (Decreto 107/2001). Ocupa una extensión de 62.020 hectáreas y se extiende por cinco términos: Albarracín, Bezas, Pozondón, Ródenas y Tormón, municipios pertenecientes a las comarcas Sierra de Albarracín y Comunidad de Teruel.

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      Sendero por el arte rupestre de Tormón, Guía didáctica editada por el Ayuntamiento de Tormón en colaboración con la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón (2017).

      Resumidamente, además de los valores medioambientales que comparten, los principales réditos del Parque Cultural de Albarracín incluyen otros particulares como los citados Abrigos rupestres prehistóricos, el Conjunto histórico-artístico de Albarracín, el Acueducto romano entre Cella y Albarracín, el casco histórico de Ródenas y Pozondón, los Estrechos del Ebrón en Tormón y la Laguna de Bezas.

      parque-cultural-albarracin-municipios
      Mapa del Parque Cultural de Albarracín con reseña de los municipios que lo forman: Pinturas rupestres, Grabados rupestres, Yacimientos arqueológicos, Iglesias y ermitas, Castillos y Espacios naturales [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 7]..

      Para nuestra exposición nos centraremos en los Abrigos rupestres prehistóricos de Tormón -el recorrido puede hacerse siguiendo dos rutas distintas-: una corta limitada al Prado de Tormón (incluye cuatro abrigos) y otra más larga, descendiendo por el barranco de la Casa Forestal (incluye seis abrigos). La muestra de hoy se refiere a la ruta corta, en el entorno de la mencionada Casa forestal, y supone los siguientes abrigos –por orden alfabético-: Cabras BlancasCeja de PiezarrodillaCerrada del Tío Jorge y Paridera de Tormón. Para su descripción, sin embargo, seguiremos el orden de su ubicación en la trayecto, partiendo de la Casa Forestal de Tormón.


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      Mapa de distribución del arte rupestre levantino [Tomado de Beltrán Martínez (1986), p. 7].

      La importancia de las muestras de arte rupestre levantino que se exponen radica, además de en su evidente antigüedad (más de cinco mil años antes del presente), en que nos acercan a la cultura artística, espiritual y cultural del hombre prehistórico, y ello merced a las escenas (de caza, guerra, bailes, ritos...) que dejó grabadas en los resguardos de los rodenales. El conocimiento (estudio, interpretación) de tan antiguas expresiones plásticas pueden ayudarnos a comprender la sociedad (mentalidad, creencias...) del hombre del neolítico que habitó en este mismo paisaje. Como dice el profesor Antonio Beltrán Martínez citando al suizo Hans-George Bandi (1920-2016), “el arte levantino español es el legado más vivo que el hombre prehistórico ha transmitido a las sociedades modernas”.[1]


      tormon-monte-rodeno
      Acceso al monte El Rodeno nº 40 de Tormón (Teruel), por la VF-TE-13, dirección Tormón-Teruel (2018).
      tormon-monte-rodeno-albergues-rupestres
      Detalle de cartel a la entrada del Rodeno con indicaciones relativas a los albergues de las pinturas rupestres del Prado de Tormón (2018).

      En busca de las pinturas rupestres del Rodeno de Tormón.
      Si pretendemos subir a Tormón en coche, desde el Rincón de Ademuz, podemos seguir dos rutas principales: una por el carril, vía Castielfabib, siguiendo la CV-479 y desviándonos después por la CV-482 hasta Cuesta del Rato. Desde la aldea de Castiel la vía continúa por una pista asfaltada en buen estado que discurre por El Rato hasta el empalme con la carretera de Teruel a Tormón (VF-TE-13). Otra, por la carretera nacional de Cuenca-Teruel (CN-420). Poco más arriba de la fuente del Hontanar la nacional tiene un desvío a la derecha (se trata de la CN-420a), de la que nace la CV-483 que lleva a Arroyo Cerezo. Desde El Royo cabe continuar en dirección norte, hasta Veguillas de la Sierra. Sobrepasada Veguillas la carreterita se convierte en la VF-TE-13, y como tal llega a Alobras y Tormón. En el punto donde la CV-483 se convierte en VF-TE-13 se le agrega la TE-V-9101, una pista de tierra en regular estado que sube desde El Cuervo.

      Siguiendo uno u otro camino, ya sea por Castielfabib y Cuesta del Rato o por El Hontanar, vía Arroyo Cerezo, Veguillas de la Sierra, Alobras y Tormón, confluiremos en la VF-Te-13 que nos lleva a los montes del Rodeno. Un antiguo cartel al pie de la carreterita nos informa de que nos hallamos en el Monte Público nº 40 del Rodeno, propiedad del Ayuntamiento de Tormón: en este punto el paisaje cambia bruscamente, lo que se hace evidente por el bosque de pinos y los rojizos rodenales.

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      Panel a la entrada de la Casa Forestal del Rodeno, con información relativa a las rutas del arte rupestre.

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      Detalle de panel a la entrada de la Casa Forestal del Rodeno, con información relativa a las rutas del arte rupestre (2018).

      Consideraciones generales: geología y paisaje, flora y fauna.
      El paisaje está dominado por las típicas rocas areniscas rojizas de la facies Buntsandstein, basadas en sedimentos detríticos depositados entre el Lopingiense y el Anisiense, características del final del Paleozoico y comienzos del Mesozoico. El terreno responde a la peculiar morfología turricular, originada por el desprendimiento de rocas con caras verticales y angulosas, voladizos sobre abrigos y repisas de superficie pulida sobresaliendo de los farallones. En las rocas pueden verse también los típicos alvéolos y tafonis, anillos de Liesagang y Gnammas, fenómenos resultantes de la meteorización.

      La especie arbórea más importante –con notable diferencia- es el pino rodeno (Pinus pinaster), pueden verse también pino laricio o negral (Pinus nigra) en las zonas calizas y el pino albar (Pinus sylvestris), éste menos abundante. Existen también notables ejemplares de sabina: albar (Juniperus thurifera) y negral (Juniperus phoenicea), esta última más escasa.

      Entre las especies frondosas destacan los quercus: carrasca o encina (Quercus rotundifolia), el rebollo o quejigo (Quercus faginea) y el melojo (Querqus pyrenaica). Como es sabido, la encina es árbol de hoja perenne, mientras que el quejigo y el melojo son de hoja caduca marcescente (en el otoño, sus hojas pierden la capacidad vegetativa, aunque permanecen en las ramas con su peculiar colorido invernal).

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      Paisaje del Rodeno de Tormón (Teruel), con detalle de un pino rodeno (Pinus pinaster), 2018.

      El monte bajo (estrato arbustivo) está formado básicamente por jara (Cistus laurifolius), brezo (Erica arborea), biércol (Calluna vulgaris), gayuba o uva de oso (Arctostaphylos uva-ursi). Es también frecuente el romero (Rosmarinus officinalis) y en ciertas zonas puede verse el madroño (Arbatus unedo), aunque escaso. Otras especies vegetales identificables son la fresa silvestre (Fragaria vesca), variedad de orquídeas en las zonas húmedas, la belladona (Atropa belladona), la dedalera (Digitalis purpurea), etc.

      Respecto de la fauna, entre los grandes mamíferos destacan las especies cinegéticas: cabra montés, ciervo, corzo, gamo, jabalí, zorro. Y no cinegéticas: ardilla, garduña, gato montés, tejón. Entre las aves destacan las vinculadas al boque (paseriformes), pícidos (pájaros carpinteros), rapaces diurnas (gavilán, águilas calzada y culebrera), alcotán, y rapaces nocturnas (autillos, cárabos). Entre los reptiles destacan la lagartijas comunes, el lagarto ocelado y las sierpes; y entre los anfibios, la rana y el sapo común.


      Aprovechamientos tradicionales del Rodeno de Tormón.
      Tormón se halla en el extremo meridional de la provincia de Teruel, pertenece a la comarca de Teruel, su término municipal posee una extensión de 29 km2, su altitud media de 1.051 metros sobre el nivel del mar, censa una treintena de habitantes y dista 40 km de la capital. La mayor parte de su territorio está ocupado por “El Rodeno”, monte de utilidad pública nº 40 perteneciente al Ayuntamiento.

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      Panel informativo relativo a la explotación tradicional del monte del Rodeno [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 10].


      En el contexto de las leyes desamortizadoras de mediados del siglo XIX, los montes de Tormón quedaron excluidos de la desamortización, lo que supuso una fuente primordial de recursos para sus habitantes. La ordenación del Rodeno data de principios del siglo XX (1906), siendo su principal producción la resina, la madera, los pastos y la caza. Durante la primera mitad del siglo, la extracción de resina ocupó a muchos de los habitantes de Tormón, esta industria se practicó hasta finales de los años setenta. Prueba de la actividad resinera son las caras de resinación que presentan muchos pinos, así como los restos de recipientes de barro utilizados para la recogida de la resina. La explotación resinera del monte se hacía por tramos periódicos permanentes, para lo cual se dividió el monte en cuarteles, tramos y tranzones. Dispersos por el monte, todavía pueden verse las hitas que delimitaban las calles, piedras talladas a modo de pequeños obeliscos con letras, números romanos y árabes grabados en una de sus caras. Los mojones estaban encalados, con los signos alfanuméricos pintados en negro.

      Un aprovechamiento singular del monte era el de los cándanos, recogidos por los lugareños. Los cándanos son las ramas secas de los pinos, que se arrancaban mediante un gancho atado en el extremo distal de una vara larga. Al desprenderlos del pino se producía un sonido singular, identificable a kilómetros de distancia. Con los palos secos se hacían brazados que se cargaban sobre los animales para su transporte. Era frecuente ver a los de Tormón bajar a los pueblos del valle con cargas de leña, para venderlas o intercambiarlas por productos que no se producían en el pueblo, particularmente vino, acarreado en pellejos de cabra.


      Abrigos de la ruta del Prado de Tormón.
      Los abrigos de la ruta del Prado de Tormón se hallan en las proximidades de la Casa Forestal, notable edificio construido en los años treinta como morada para los forestales y sus familias. El paraje es muy agradable, circundado de pinos, posee una fuente, área de descanso con mesas de asiento, zona de quemadores para encender fuego y aparcamiento.

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      Mapa topográfico de las rutas rupestres del Rodeno de Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 5].


      La Casa Forestal del Rodeno tiene planta cuadrangular, levantada en la peculiar piedra rojiza de la zona -cuando Breuil y Obermaier visitaron el lugar, en 1926, ya estaba construida-, posee una estructura simétrica con dos plantas, porche y cobertura a dos aguas. Su fachada principal luce una amplia galería abierta con baranda de madera que mira hacia el prado de Tormón, donde antaño se cultivaban variedad de productos. La fachada principal se abre a una plazoleta soportada por un muro de mampostería circular a modo de barbacana sobre el Prado, original solución arquitectónica para salvar el desnivel que le confiere un bello aspecto. A ambos lados del edificio principal hay otros menores que tuvieron distintas utilidades, albergue, almacenes, cuadras, etc.

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      Vista frontal (meridional) de la Casa Forestal del Rodeno, una construcción de principios del siglo XX (2018).

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      Detalle de quemadores en la Casa Forestal del Rodeno de Tormón (Teruel), 2018.


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      Poste de señalización en la ruta rupestre de los abrigos del Prado de Tormón -Cerrada del tío Jorge y Ceja de Piezarrodilla-, Parque Cultural de Albarracín (2018).


      Para visitar los abrigos del Prado de Tormón hay que pasar por delante de la Casa Forestal, en dirección noroeste. El camino discurre por el borde del prado hasta unos postes de madera con el icono del Parque Cultural de Albarracín. Uno de los postes señala un camino por la derecha, las palas indicadoras señalizan dos abrigos: el Cerrado del tío Jorge y el abrigo de Piezarrodilla. Para ver las pinturas de estos abrigos seguiremos la senda de la derecha, internándonos en el bosque. El camino atraviesa un calvero, y continúa entre pinos. Enseguida arribaremos al primer abrigo, denominado Cerrada del tío Jorge. Por delante de la jaula una señalización de soporte metálico con un panel dice:

      • Historia: Fue descubierto en 1924 por H. Breuil y estudiado en 1927, por éste y H. Obermaier./ Descripción: En el abrigo únicamente se conserva la parte delantera de la representación de un bóvido, en color rojo oscuro. Conserva el arranque de las patas delanteras, la mitad proximal del cuerpo, el cuello y la cabeza (coronada con grandes cuernos semicirculares, en perspectiva torcida). El uro está representado en disposición oblicua. La figura mide 20 cm de altura por 19 cm de anchura./ Técnicas: La figura ha sido realizada en tintas planas./ Cronología: Es atribuible al Neolítico (7.000-4.500 años antes del presente). No perderse...: La figura del bóvido, la única representada en el abrigo, de gran fuerza expresiva, y que aparece captada en un momento de gran tensión.

      El abrigo es una oquedad circundada por una tapia de piedra y protegida por grandes viseras de piedra. A este tipo de cuevas protegidas por una valla de piedra en su parte anterior se las denomina “cerradas”, pues antaño sirvieron como aprisco. Las dimensiones del recinto suponen la existencia de un pequeño rebaño de explotación familiar. En la actualidad, la cerrada está protegida por una jaula de hierro pintada acorde al color del rodenal. Dentro hay instrumentos de medición meteorológica, alimentados por placa solar.

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      Detalle del panel informativo y verja de protección en la Cerrada del tío Jorge, ruta del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín (2018).


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      Detalle de astado en el abrigo rupestre de la Cerrada del tío Jorge [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 28].

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      Calco relativo al astado del abrigo rupestre de la Cerrada del tío Jorge [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 28].


      Propiamente, la única pintura de este abrigo fue descubierta por el naturalista, arqueólogo y prehistoriador francés Henri Breuil (1877-1961), más conocido como abate Breuil, y estudiada por éste y por el geólogo y paleontólogo español de origen alemán Hugo Obermaier (1877-1943): ambos estudiosos estuvieron en Tormón la última semana de marzo de 1926.[2]La descripción del panel responde al contexto, pero el visitante puede sentirse defraudado ante la realidad, ya que lo más seguro es que tenga dificultad para encontrar y visualizar la diminuta pintura (de apenas un palmo). Obviamente, no nos encontramos ante figuras semejantes a las existentes en Altamira (Cantabria). Lo maravilloso es que habiendo estado expuestas a la intemperie y a los elementos, todavía se conserve algo de pinturas tan antiguas. Hay que fijarse bien y buscarla inmediatamente por encima del dibujo que figura en un panel al pie de la misma. Llama la atención que para tan diminuta figura se haya construido semejante jaula metálica, lo que tal vez permita deducir al espectador la importancia de la pintura. Cuando se dice que los cuernos del toro están pintados en “perspectiva torcida”, debemos pensar que se trata de una representación desde otro ángulo a la del resto de la pintura, de ahí que se denomine también “perspectiva biangular”. Dentro de la tradición del arte rupestre, esta perspectiva la veremos aplicada siempre a motivos zoomórficos. Cuando dice de “tinta plana” se refiere a que la figura del toro tiene una aplicación uniforme del color. Respecto de la datación, se ha establecido una cronología en el Neolígico (entre los siete mil y los cuatro mil quinientos años antes del presente); esto es, entre el Epipaleólitico (10.000 años) y el Eneolítico (2.500 años). La expresión “antes del presente” (AP) -también BP, del inglés Before Present- se utiliza en distintas disciplinas (geología, arqueología...), para especificar el momento en que tuvo lugar un fenómeno o suceso del pasado en relación con el presente. En esta escala temporal se utilizó como base de la datación por radiocarbono el año 1950 del calendario gregoriano, usando como muestras ácido óxalico de ese año. Esto es, para traducir la escala Antes del Presente a la Era Cristiana, a la fecha en cuestión habría que restarle 1950.

      Respecto de la Cerrada del tío Jorge también escribió Beltrán Martínez (1986):
      • <En las cercanías de este pueblo (Tormón) aparecen varios abrigos, algunos de ellos con una sola pintura como la Cerrada del Tío José o Tío Jorge, descubierta por el abate Breuil en 1924, con un toro muy mal conservado en color rojo castaño y tinta plana, del cual se conserva sólo la mitad anterior, con los cuernos en perspectiva torcida y semilunares, parado y bajando la cabeza en actitud de embestir, posición anómala en la sierra de Albarracín; en lo conservado mide 0,38 m.>[3]


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      Poste de dirección en la ruta rupestre del Prado de Tormón, con detalle del logotipo del Parque Cultural de Albarracín (2018).


      Desde el abrigo de la Cerrada del tío Jorge, el camino prosigue ascendente por la derecha, internándose en la pinada. La senda está bien delimitada, a lo largo de la ascensión veremos también alguna señal en forma de poste del Parque Cultural de Albarracín. Nos dirigimos al siguiente abrigo de la ruta rupestre del Prado de Tormón. La ascensión se hace más ardua hacia el final, pues el abrigo se halla a considerable altura respecto del primero. Al final de la senda que venimos siguiendo, entre pinos y monte bajo hallaremos otra gran jaula metálica bajo el roquedo, se trata de la Ceja de Piezarrodilla. El abrigo contiene dos pinturas, el panel ilustrativo dice:

      • Historia: Fue descubierto en 1924 por H. Breil y estudiado en 1927 por éste y por H. Obermaier. Hace unos años, Julián Sáez (guía de los abrigos rupestres de Albarracín halló una representación pictórica no vista por los descubridores./ Descripción: En el yacimiento se han hallado dos figuras. La primera, situada en la parte izquierda del abrigo, es de reducido tamaño y se ha realizado en pintura roja. Representa a un tosco jabalí. La segunda, conocida desde 1924 y situada en la parte derecha del abrigo, es muy compleja y representa a un gran bóvido de gran naturalismo, seguramente repintado en tres ocasiones y con distintas tonalidades./ Técnicas: En el abrigo se ha empleado la tinta plana, completada, en el caso del bóvido, por una fina línea grabada que lo delimita perimetralmente./ Cronología: Las pinturas son atribuibles al Neolítico (7.000-4.500 años antes del presente)./ No perderse...: La figura del bóvido, que ha sido repintada en tres momentos: en origen parece que se pintó en color blanco-amarillento (visible actualmente en la cuerna, en el hocico y en gran parte del pecho), en un segundo momento, en color blanco-anaranjado (además de delimitarse la figura con un fino grabado), y finalmente con empastes negruzcos, ocultado prácticamente los colores anteriores.



      prado-tormon-abrigo-ceja-piezarrodilla
      Vista general del abrigo de la Ceja de Piezarrodilla, correspondiente a la ruta del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín (2018). 


      La pintura del bóvido fue descubierta y estudiada por los mismos autores que la de la Cerrada del tío Jorge (Breuil y Obermaier, 1927), y está a la derecha del abrigo. La de la izquierda es la más recientemente descubierta, es de pequeño tamaño y parece representar a un suido (jabalí), aunque sus finas patas corresponden más bien a las de un cérvido. Respecto de la figura del bóvido, de mayor tamaño y situada a la derecha (fácilmente identificable), cabe decir que es impresionante. Por desgracia está afecta por alguna colonia de microorganismo (líquenes, bacterias) que amenazan su permanencia. Se está a la espera de que se le aplique algún tratamiento que detenga el proceso de colonización. Desde la ingenuidad del neófito uno piensa que sería estupendo que a las figuras rupestres de estos abrigos se les pudiera aplicar algún tipo de producto que las conservara y protejiera de los efectos de la intemperie, y de los microorganismos. Según los especialistas, el toro ha fue repintado en varias ocasiones, lo que se hace evidente por la aplicación de distintos colores (blanco-amarillo inicial, seguido del blanco-anaranjado, aplicándole finalmente empastes negruzcos) y delimitaciones. En las pinturas del arte rupestre levantino es frecuente el repintado de figuras, aunque sin modificar las originales. En este caso la cronología de los colores va del blanco-amarillo al blanco-anaranjado con empasten negros finales.

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      Detalle de panel con la representación de un cuadrúpedo en el albergue de la Ceja de Piezarrodilla, en la ruta del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín (2018).

      Calco relativo al cuadrúpedo del albergue de la Ceja de Piezarrodilla, en la ruta del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 29].

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      Detalle de panel con la representación de un astado en el albergue de la Ceja de Piezarrodilla, en la ruta del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín (2018).

      Detalle de astado en el albergue de la Ceja de Piezarrodilla, en la ruta del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín (2018).

      El repintado de figuras se explica de distintos modos, por exigencias del propio deterioro físico, “por el debilitamiento de sus valores espirituales”, por “cambios y renovaciones exigidas”, y otros motivos. Paradigma de estos repintados es precisamente el toro (inicialmente blanco) de la Ceja de Piezarrodilla que estamos viendo, “que tenía los cuernos casi cerrados en óvalo y recibió la superposición de un toro negro que cambió los cuernos por otros en forma de lira que respetaron los de la figura original entre ellos”. Este mismo fenómeno puede observarse “en los ciervos rojos del cercano Prado de las Olivanas (Albarracín) repintados en negro, a los que se añadieron pequeños cuernos semilunares conservando las características del cuerpo de los cérvidos”.[4] En ambos casos, la cronología de los colores es semejante, del blanco al negro, con una fase intermedia de rojo. El blanco y el rojo, sin embargo, podrían ser coetáneos.

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      Detalle de astado en el albergue de la Ceja de Piezarrodilla, en la ruta del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de Beltrán Martínez (1986), p. 45].
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      Calco relativo al astado del albergue de la Ceja de Piezarrodilla, en la ruta del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 30).


      Respecto de la Ceja de Piezarrodilla también escribió Beltrán Martínez (1986):
      • <[En la misma zona], pero a unos cien metros sobre el nivel del valle, en la Ceja de Piezarrodilla hay una importante pintura descubierta también por Breuil, de 0,74 m de longitud, cuerpo alargado y estilo naturalista, patas cortas y poderosos cuernos liriformes en su versión negra, color en el que fue repintada la primitiva pintura blanca sobre la que se superpuso cuidadosamente la tinta negra, salvo en los cuernos, que se dejaron con su forma oval entre los negros de la segunda fase. Esta superposición de figuras idénticas denuncian la sucesión blanco-negro, pero conservando el mismo estilo del toro arcaico>[5]

      Concluida la visita al abrigo de Piezarrodilla, no podemos iniciar el camino de regreso sin ascender antes al Mirador de Piezarrodilla, situado justamente por encima del abrigo. Para subir al mirador cabe continuar la senda principal, que bordea el roquedo por detrás. Una parte del piso del mirador constituye la visera de la Ceja de Piezarrodilla. La parte distal del mirador está protegida por una valla circular de madera, dispuesta sobre la piedra desnuda. Desde el mirador la vista es extraordinaria, en la parte baja puede verse hacia la izquierda la Casa Forestal, con la plazuela delantera. En un plano inferior, en posición meridional respecto de la casa se halla el antiguo prado de Tormón, amplio calvero en suave declive hacia el suroeste, una estimada zona de cultivo para los vecinos de Tormón. Al frente, el panorama se ensancha en un vasto mar de pinares, batidos por el suave oleaje de la brisa de montaña. El horizonte lejano lo cierran las estribaciones de la Sierra de Tortajada, en la vertiente oriental del Rincón de Ademuz, y Serranía de Cuenca. Hacia el norte y noroeste el horizonte cercano lo cierran unos impresionantes roquedos turriformes circundados de pinos.

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      Vista del Mirador de Piezarrodilla, en la ruta rupestre del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín (2018).

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      Vista noreste desde el Mirador de Piezarrodilla, en la ruta rupestre del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín (2018).

      Sobre este panorama de pinares y rodenales podemos imaginar a las gentes que habitaron estos lugares en el Neolítico (en la Era de la Piedra Nueva), gentes como nosotros, de economías cazadoras y recolectoras que por circunstancias diversas se vieron confinadas a estos territorios montañosos del interior del levante peninsular, seres humanos con rudimentaria tecnología pero idéntica inteligencia que los humanos actuales, gentes que plasmaron su visión del mundo (mitos, sueños, ritos...) en los muros de los abrigos que hoy todavía podemos ver. Pintaron a los animales que moraban entonces en estos mismos parajes (bóvidos, óvidos, facóqueros...), a los que cazaban en grupo con lanzas, arcos, flechas. Los protagonistas de las pinturas del Paleolítico son los animales en estilo naturlista, pero en el Neolítico el protagonista es el ser humano, hombres y mujeres, aunque estilizados.

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      Vista meridional desde el Mirador de Piezarrodilla, en la ruta rupestre del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín (2018).

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      Vista septentrional desde el Mirador de Piezarrodilla, en la ruta rupestre del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín (2018).

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      Poste de señalización en la ruta rupestre de los abrigos del Prado de Tormón -Cabras Blancas y Paridera de Tormón-, Parque Cultural de Albarracín (2018).


      Descendemos del Mirador de Piezarrodilla, desandando el camino que hemos seguido en la subida, hasta el borde del Prado de Tormón, donde se hallaban los postes de dirección de los Abrigos vistos al comienzo del recorrido. El segundo poste posee una inscripción con dos nuevos abrigos: Cabras Blancas y Paridera de Tormón –la flecha indica el camino de la izquierda. Siguiendo las indicaciones del camino arribaremos hasta un punto en el que la senda se interna ladera arriba. Hay que estar atento para seguir las indicaciones; aunque el lugar no tiene pérdida, podría estar mejor señalizado. Una vez en la media ladera la senda continúa hacia occidente. Siempre rodeados de pinos, enseguida veremos las peculiares jaulas metálicas de los abrigos, la primera a la derecha y la segunda un poco más adelante, en posición más elevada. El panel ilustrativo que hay junto a la  Paridera de Tormón, dice:

      • Historia: Fue estudiado y publicado en 1994 por A. Beltrán en la revista “Arqueología aragonesa”./ Descripción: Las pinturas aparecen en un panel de 15 cm de altura por 30 cm de anchura, que quizá fue alisado para preparar el espacio a decorar. En el extremo izquierdo del panel se conserva la parte delantera de un cáprido negro con el cuello erguido y los cuernos ligeramente curvados y paralelos. Inmediatamente a su derecha, y yuxtapuesta a la cabra, hay una figura femenina de color blanco con un objeto rectilíneo en el brazo izquierdo, que se bifurca en el extremo superior, mientras que el brazo derecho se prolonga en una extraña curva que pasa por delante del cuerpo. A la derecha de la figura anterior se observan los restos mal conservados de otra figura humana, también en blanco, de la que únicamente se conserva la parte superior./ Técnicas: En las pinturas se ha empleado el trazo lineal y las tintas planas./ Cronología: Las pinturas podrían ser atribuibles al Neolítico (7000-4500 años antes del presente)./ No perderse...: La figura femenina que se encuentra junto al cáprido negro. Se trata de una representación casi lineal, donde se aprecia únicamente un ensanchamiento de los hombros. Tiene marcados los senos y está vestida con una falda, según interpretación de A. Beltrán. La mujer lleva en las manos objetos de difícil interpretación.

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      Vista general del abrigo de la Paridera, correspondiente a la ruta del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín (2018). 

      El abrigo fue descubierto por Julián Sáez, guardia-guía del Parque Cultural de Albarracín. Catalogado y documentado por los servicios técnicos de la Dirección General de Cultura y Patrimonio de Aragón. El estudio y análisis de las pinturas de este abrigo fueron dirigidas por Antonio Beltrán Martínez (1994),[6] estando declaradas Patrimonio Mundial de la UNESCO (1998). Orientado en posición meridional, el recinto posee forma alargada, cerrado por delante por una tapia de mampostería en seco, la parte superior posee una amplia visera. El lugar fue usado como redil y/o paridera de ganado. Dada la pequeñez de las figuras, apenas un palmo de anchura por la mitad de altura, resulta difícil de localizar. Las figuras hay que buscarlas inmediatamente por encima del panel que hay a los pies con la representación del cáprido negro y de la figura humana. La cabra pudo estar pintada de blanco (como la figura humana), muy bien perfilada, posteriormente fue repintada en negro, lo que demuestra una secuencia cronológica. La figura humana se ha identificado como una mujer, por los pechos y la falda (aunque no deja de ser una interpretación), porta objetos no identificados en ambas manos, quizá relacionados con la caza (bumerán). De forma genérica, se trata de un diseño figurativo antropo-zoomorfo formando escena, compatible con el arte naturalista-esquemático cuya cronología se ha establecido en el Neolítico: periodo de la Edad de Piedra en el que surgen las tradiciones de cultivo, la domesticación de los animales, la cerámica y las herramientas de piedra pulida.

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      Detalle de panel en el abrigo de la Paridera, correspondiente a la ruta del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín (2018). 

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      Detalle de escena antropo-zoomórfica en el albergue de la Paridera, ruta rupestre del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 34]


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      Calco de escena antropo-zoomórfica en el albergue de la Paridera, ruta rupestre del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 34]

      Para visitar el siguiente abrigo de la ruta rupestre que estamos siguiendo cabe descender un trecho para buscar el camino principal, que continúa en dirección nor-occidental. Enseguida veremos, a la mano derecha y en alto, la jaula correspondiente al último abrigo de la ruta rupestre del Prado de Tormón. El panel ilustrativo existente junto al abrigo de las Cabras Blancas dice:

      • Historia: Las pinturas fueron localizadas por Manfrec y Katjia Bader, en 1981. El estudio del mismo fue publicado por un equipo coordinado por O. Collado./ Descripción: Sin duda alguna, es la estación rupestre más importante de la zona de Tormón. Presenta dos frisos decorados –muy ennegrecidos-, con pinturas blancas de reducido tamaño, el superior de 52 cm por 48 cm, y el inferior, situado a unos 50 cm por debajo, de poco más de 10 cm. En el panel superior, el principal, aparece una escena de cápridos, formada por 5 antropomorfos (algunos de los cuales porta arco), 7 cabras (varias de ellas atravesadas por flechas), 1 cierva y 1 cuadrúpedo indeterminado. En el panel inferior únicamente se conserva un arquero de color rojizo en actitud dinámica, un antropomorfo blanco y restos de pinturas rojas./ Técnicas: Las pinturas han sido realizadas en trazo lineal y en tintas planas./ Cronología: Las pinturas son atribuibles al Neolítico (7000-4500 años antes del presente)./ No perderse...: La escena de caza de cápridos del panel superior, cuyas figuras han sido trazadas con un marcado naturalista y cuyas actitudes captan el dinamismo y fuerza de la escena, una de las más impresionantes del arte levantino.

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      Vista general del abrigo de las Cabras Blancas, correspondiente a la ruta del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín (2018). 


      Las pinturas fueron halladas por los investigadores Manfred y Katjia Bader a principios de los años ochenta (1981).[7] Cuando dice “O. Collado” se refiere a Octavio Collado Villalba, Agente de Protección del Patrimonio Cultural de Aragón, arqueólogo director de la publicación de referencia, un trabajo realizado por el equipo formado por Raúl Ibáñez Hervás, Emilio Nieto Soriano y Fernando Cotino Villa (1991-1992).[8] El abrigo tiene forma cuadrangular, forma una cueva que se estrecha hacia el fondo, orientada en sentido meridional, con una amplia visera en la parte superior. La jaula del abrigo posee en su interior instrumentos de medición meteorológica alimentados por placa solar. No obstante haber sido definido el abrigo como “la estación rupestre más importante de la zona de Tormón”, el abrigo puede defraudar al visitante, en particular por la dificultad en la visión de las pinturas. Los frisos que contienen las figuras hay que buscarlos en la parte superior, inmediatamente por encima del panel con su representación existente en piso de la cueva. La situación de las pinturas, el fondo oscuro de los franjas que las contienen y su pequeño tamaño dificulta su visualización. Es lo que hay. Deberemos conformarnos con los calcos del panel que las representan y el texto que las ilustra. La importancia de las pinturas del abrigo de la Cabras Blancas es incuestionable, prueba de ello es que aparecen en todos los manuales de arte rupestre aragonés desde su publicación, ostentando además el título de Patrimonio Mundial de la UNESCO (1998).

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      Detalle del panel general (superior) en el abrigo de las Cabras Blancas, ruta del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 31].


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      Calco del panel general (superior) correspondiente a una escena de caza en el abrigo de las Cabras Blancas, ruta del Prado de Tormón, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 32].


      A modo de conclusión.
      El recorrido por la ruta rupestre del Prado de Tormónsupone la visita a cuatro abrigos, el orden propuesto corresponde a la situación geográfica real de los mismos, partiendo de la Casa Forestal del Rodeno. Observando el “Mapa topográfico de las rutas”,[9]la del Prado de Tormón corresponde al trazado azul.

      Cabe destacar el toro repintado de la Ceja de Piezarrodilla, una muestra de carácter naturalista y estilo levantino. La figura es muy notable, bien delimitada con un trazo fino, resulta fácil de localizar en el soporte. Es de lamentar, sin embargo, la colonia de microorganismos que la afecta en casi toda su superficie, amenazando su permanencia. Visitado el abrigo, sería inexcusable no subir al Mirador de Piezarrodilla, situado por encima del abrigo, desde donde puede admirarse un estupendo panorama.

      Asimismo, hay que enfatizar en las pinturas del abrigo de las Cabras Blancas, allí se halla una magnífica escena de caza, singular muestra del arte levantino, cuyas imágenes (blancas sobre fondo negro) manifiestan gran fuerza y dinamismo. La ubicación de las imágenes, sin embargo, dificulta enormemente su visualización.

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      Detalle de hita de piedra rodena tallada correspondiente a la antigua división del monte del Rodeno (cuarteles, tramos y tranzones), Tormón (Teruel), 2018.


      En general, el recorrido por los santuarios del arte rupestre descritos no ofrece ningún peligro aparente, más allá de los percances a los que nos exponemos en toda excursión a la montaña; aunque el sendero está bien trazado, debería mejorarse y mantenerse, reponiendo las señales deterioradas y despejando el camino. Vale.






      [1] BELTRÁN MARTÍNEZ, Antonio (1986). El arte rupestre en la provincia de Teruel, Cartillas turolenses nº 5, Instituto de Estudios Turolenses/Diputación Provincial de Teruel, Zaragoza, p. 5.
      [2] BREUIL, Henri y OBERMAIER, Hugo. Las pinturas rupestres de los alrededores de Tormón (Teruel), en Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo XC (1927) 511-531.
      [3] BELTRÁN MARTÍNEZ (1986), pp. 44-45.
      [4] BELTRÁN MARTÍNEZ (1986), p. 7.
      [5] BELTRÁN MARTÍNEZ (1986), p. 45.
      [6] BELTRÁN MARTÍNEZ, Antonio. Las pinturas prehistóricas de la Paridera de Tormón, en Revista de Arqueología Aragonesa 1994, Gobierno de Aragón, Zaragoza 1997, pp. 45-49.
      [7] BADER, Manfred et al. Noticias sobre una nueva estación de Arte Rupestre en Albarracín (Teruel), en Cuadernos de Prehistoria y Arqueología castellonense, Nº 8 (1981), 307-310.
      [8] COLLADO VILLALBA, Octavio et al, Revisión del abrigo de “Las Cabras Blancas”, en Revista del seminario de arqueología y etnología turolense Kalathos, Nº 11-12 (1991-1992) 25-42. MARTÍNEZ UTRILLAS, Javier et al. El Parque Cultural de Albarracín: arte rupestre patrimonio mundial, en Dobleuve Comunicación, Teruel, 2012.
      [9] SENDERO POR EL ARTE RUPESTRE DE TORMÓN (2017), Guía didáctica editada por el Ayuntamiento de Tormón, en colaboración con la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, Coordinador de publicación: José Ignacio Royo Guillén, Coordinador trabajos de campo: Clara Villalba Montaner, Textos: José Ignacio Royo Guillén, Ricardo Forcadell Pérez y Faustino Archilaga Valero (Introducción), p. 5.


      BIBLIOGRAFÍA GENERAL RECOMENDADA:
      * GÓMEZ LECUMBERRI, Fabiola y ROYO GUILLÉN, José Ignacio (2008). El Arte Rupestre en la Sierra de Albarracín, en Comarca de la Sierra de Albarracín: Javier Martínez González (Coordinador), Edita Gobierno de Aragón, Departamento de Política Territorial, Justicia e Interior, Zaragoza, pp. 159-174. ISBN: 978-84-8380-095-9


      ANEXO:
      Respecto de los abrigos de la Cerrada del tío Jorge o tío José y Ceja de Piezarrodilla, creo de interés reproducir aquí el texto literal de Breuil y Obermaier relativo a las circunstancias del hallazgo y primera descripción de las pintura –Las pinturas rupestres de los alrededores de Tormón (Teruel), en Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo XC, Madrid, Tipografía de la “Revista de Arch., Bibliot., y Museos”, Olórzaga, nún. 1, 1927, pp. 511-531.

      • <A fines de enero de 1926, uno de nosotros (H. Obermaier) recibió una carta muy grata del padre Lorenzo Sierra (Madrid), amigo nuestro y colaborador desde muchos años, al que se deben las primeras investigaciones sistemáticas relativas a la Prehistoria de la provincia de Santander, y que tanto ha contribuido, en unión del señor H. Alcalde del Río, al descubrimiento del arte rupestre de la zona cantábrica. Le comunicó que el padre Prudencio García, del Colegio de San Vicente de Paúl, en Teruel, había sido informado de la existencia de pinturas rupestres a poca distancia del pueblo de Tormón./ Acompañado del párroco de la localidad, el padre García comprobó que, en efecto, había en aquel lugar una serie de pinturas de evidente antigüedad que podrían tener un interés científico./ Desistiendo los padres Sierra y García de hacer el estudio, se lo ofrecían amablemente. Aceptó gustoso, y tuvo la gran satisfacción de que se asociase al viaje su amigo el profesor H. Breuil, del Instituto de Paleontología Humana de París, la primera autoridad en las cuestiones del arte cuaternario./ Durante la última semana del mes de marzo de 1926, verificamos nuestra excursión y estudio, siéndonos muy grato de expresar nuestro mayor agradecimiento, en primer lugar, a los padres citados y a los padres Manuel Fuertes e Ignacio Pano, de Teruel, por la amabilidad con que prepararon nuestra excursión; a don Francisco Musulén y Artigot, cura párroco de Tormón, que con las autoridades del mismo pueblo, nos ayudó tan eficazmente durante nuestra estancia, y a don Teodoro Marín, guarda forestal del Estado, en cuya casa hemos encontrado hospitalidad y toda clase de facilidades para el buen éxito de nuestra tarea>.
      • <Las rocas que muestran pinturas rupestres son tres, y están situadas en las cercanías de la Casa Forestal del Prado de Tormón, la que se halla en los Montes Universales, a unos cuatro kilómetros al Norte de Tormón (partido judicial de Albarracín), y no lejos del límite meridional de la provincia de Teruel con el Rincón de Adamuz (Valencia), sic. (Lámina I; a)./ Para llegar a aquellos lugares, que son muy pintorescos, se puede tomar el automóvil de la línea de Teruel Adamuz (sic) y bajar en el pueblo de Libros; desde aquí a la citada casa forestal hay unas cuatro horas de camino de herradura. Más cómodo resulta para el visitante alquilar un auto, el que en hora y media puede conducirle desde Teruel a las Minas del Collado de la Plata, pasando por Campillo. Desde éstas hasta la casa forestal se invierte aproximadamente hora y media de camino de herradura>.
      tormon-casa-foresta-rodeno
      Vista general (oriental) de la Casa Forestal del Rodeno (Tormón), señalando la ubicación de los abrigos rupestres, en 1927.

      • <Antes de comenzar el estudio detallado de los nuevos descubrimientos, diremos que las pinturas rupestres de Tormón son de estilo naturalista y pertenecen, bajo todos los conceptos, a la zona artística de Levante de la Península Ibérica, que comprende las parte oriental y el SE de España, o sea las provincias de Lérida, Tarragona, Teruel, Castellón, Cuenca, Valencia, Albacete, Murcia, Jaén y Almería./ Fueron confeccionadas estas manifestaciones artísticas por los cazadores nómadas que vivieron en dichas comarcas al final de la época cuaternaria, fecha admitida por todos los especialistas, y perpetúan probablemente ideas de magia.[I]>
      • <En la provincia de Teruel se conocían hasta la fecha cuatro localidades de arte rupestre. Tres de ellas están en el NE., y son: Calapatá(tres abrigos), cerca de Cretas (partido judicial de Valderrobres); Mazaleón(abrigo dels Secans) y Alcañiz (agrigo del Val del Charco del Agua Amarga), ambas del partido judicial de Alcañiz. La cuarta localidad, situada en el SW de la provincia, son los tres abrigos del S de Albarracín.>
      • <Los nuevos abrigos de Tormón, por su situación geográfica y su carácter artístico, se relacionan estrechamente con los de los alrededores inmediatos de Albarracín. La ejecución esmerada y finísima, especialmente de las figuras animales, les da un altísimo valor estético y las coloca muy por encima de la mayoría de las pinturas levantinas, garantizándoles un sitio de honor entres las obras del arte cuaternario español>.

      A continuación describe los tres abrigos objeto de la publicación:
      I.                    El Abrigo de “Los Toros”.
      II.                 El Abrigo de La Cerrada del Tío José.
      III.               El Abrigo de La Ceja de Piezarrodilla.

      Al objeto de nuestro propósito, transcribimos el texto correspondiente al II y III abrigos –dejando El Abrigo de “Los Toros” del barranco de las Olivanas (Albarracín), para cuando digamos de estas pinturas-.

      II. El Abrigo de La Cerrad del Tío José.
      • <Este abrigo, pequeño y poco profundo, está situado en el mismo “Prado de Tormón”, a unos 150 metros al W., de la Casa Forestal, y pertenece al término municipal de Tormón. (Véase lámina I; a)./ En él se encuentra una sola figura, de color rojo-pardo, que fue descubierta por el profesor H. Breuil. Sólo se ha conservado la mitad anterior, que mide unos 38 cm., de largo por 25 cm., de alto. Representa un toro de constitución ligera, con cuernos en forma de media luna; el animal está parado y lleva la cabeza bastante baja. Una línea delgada y derecha parece representar una azagaya clavada en el pecho. La figura puede pertenecer, por su color, a la quinta serie del abrigo principal. (Lámina XIII.)> 
      tormon-toro-abrigo-cerrada-tiojose
      Detalle de la pintura del toro en el abrigo de la Cerrada del tío Jorge o tío José del Prado de Tormón, según Breuil y Obermaier (1927).


      III. El Abrigo de La Ceja de Piezarrodilla.
      • <Se halla este abrigo en el mismo acantilado gigantesco en cuya base se encuentra “La Cerrada del Tío José”, antes descrita. Esta covacha, situada a unos 100 metros sobre el nivel del valle, se abre también hacia el E., y domina el Prado de Tormón. Su acceso es bastante difícil, y encierra la figura de un toro, cuyo descubrimiento se debe igualmente al profesor H. Breuil. (Véase la lámina I; a)/ La pintura tiene 74 cm de largo, y es parecida a los toros de Albarracín y a la pintura núm. 23 del abrigo de “Los Toros”, pues su cuerpo es alargado, las patas bastante bajas, el hocico corto y los cuernos largos y en forma de lira. Está pintado en negro, siendo éste más intenso en la cabeza y en los bordes de la silueta. (Lámina XIV)/ Es curioso que haya sido pintado sobre otra figura blanca mucha más pequeña, que representaba también un toro, de la que solamente vemos su cornamenta de forma de media luna en el interior de la otra, que es de mayores dimensiones. La técnica del toro negro es comprable a las del núm. 23 del abrigo principal, que pertenece a la 8ª serie del mismo, y a la 10ª de Minateda. Como en esta localidad faltan las figuras blancas, que constituyen aquí la 7ª serie, tenemos, por tanto, comprobado un detalle importante por lo que se refiere a la evolución de la técnica pictórica de los abrigos paleolíticos de la Sierra de Albarracín>.

      tormon-toro-abrigo-ceja-piezarrodilla
      Detalle de la pintura del toro en el abrigo de la Ceja de Piezarrodilla del Prado de Tormón, según Breuil y Obermaier (1927).

      Firman el texto: Hugo Obermaier (Madrid) y Henri Breuil (París).

      ______________________________________

      [I] Véase para más detalle la obra de H. OBERMAIER: El Hombre fósil, 2ª edición. Madrid, 1926, capítulo VII, “El Arte Cuaternario” (páginas 243-301). Con bibliografía completa. Consúltese además: H. OBERMAIER y P. WENERT, Las pinturas rupestres del Barranco de Valltorta (Castellón). Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas (Junta para Ampliación de Estudios). Memoria número. 23, Madrid, 1919. Capítulos III (La edad paleolítica de las pinturas naturalistas de España oriental] y V [Significación psicológica del arte rupestre]

      PINTURAS RUPESTRES EN EL RODENO: ABRIGOS DEL SENDERO DE TORMÓN.

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      Recorrido por los abrigos de la ruta rupestre de Tormón,
      correspondientes al Parque Cultural de Albarracín.





      “La Sierra de Albarracín, en el extremo sur occidental de la provincia de Teruel,
      es un enclave privilegiado de la naturaleza y el paisaje que alberga en su seno
      algunas de las manifestaciones de Arte Rupestre Patrimonio Mundial
      más importes de todo el Arco Levantino”
      -Luis Martínez Utrillas, Gerente del Parque Cultural de Albarracín-.










      La entrada de hoy debe verse en relación con LOS ABRIGOS RUPESTRES DEL PRADO DE TORMÓN,[1]primera parte de la serie de artículos dedicados a la divulgación del Arte rupestre del Rodeno de Tormón, Parque Cultural de Albarracín.

      En aquella primera parte ya se reseñaban las vías principales de acceso al monte del Rodeno desde el Rincón de Ademuz, incluyendo las características generales relativas a las geología y el paisaje, la flora y la fauna. Asimismo, se decía de los aprovechamientos tradicionales del Rodeno de Tormón, incluyendo la relación de abrigos del Prado de Tormón–por orden alfabético-: Cabras Blancas, Ceja de Piezarrodilla, Cerrada del Tío Jorge y Paridera de Tormón.

      Para la descripción de la ruta rupestre propuesta –ABRIGOS DEL SENDERO RUPESTRE DE TORMÓN- utilizaremos el mismo Mapa topográfico visto en el capítulo anterior -incluyen seis a abrigos, por orden de situación-: Hoya de los Navarejos II, Hoya de los Navarejos I, Hoya de los Navarejos V, Barranco de la Casa Forestal de Tormón II, Prado de los Arejos II y Barranco del Prao Medias.[2]También se ha utilizado los textos de los paneles existentes en los citados abrigos, completándolos con las referencias existentes en la obra de Manuel Bea Martínez y Jorge Angás Pajas: Las pinturas rupestres de Bezas y Tormón(Teruel, 2015).[3]

      Respecto del recorrido, partiremos del punto de la VF-TE-13, donde comienza el camino que lleva a la Casa Forestal: aquí están los paneles relativos al Sendero por el Arte Rupestre de Tormón, que contienen valiosa información sobre el Parque Cultura de Albarracín, las rutas que pueden seguirse, el entorno y las características de las pinturas –incluyendo un epígrafe con Normas y sugerencias-.

      El excursionista experimentado sabe que siempre conviene leer los paneles informativos existentes al comienzo de una ruta de montaña, para ilustrarse del contenido de la misma y de sus peculiaridades. Asimismo, resulta razonable atender a las Recomendaciones generales de cada recorrido, ello nos evitará problemas, diciéndonos la forma de afrontarlos caso de producirse.

      Más allá de las cuestiones académicas (metodológicas, cronológicas, interpretativas...) que ocupan y preocupan a los especialistas, el Arte Rupestre suele provocar en el visitante profano admiración y curiosidad. Porque tiene la sensación de que las pinturas (figuras, signos, símbolos...) observables en las paredes de los abrigos que visitamos le vinculan con los seres humanos que varios milenios antes del presente habitaron estos mismos parajes, luchando por sobrevivir. Y aunque no entendamos el significado cabal que para nuestros predecesores pudieron tener aquellas manifestaciones pictóricas, sentimos que con sus representaciones pretenden decirnos algo. El estudio (protección, divulgación) de las pinturas prehistóricas del Rodeno manifiesta  nuestro deseo por conocer algo más acerca de los orígenes del hombre.


      Detalle de poste bajo de madera correspondiente al Sendero de Arte Rupestre de Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).

      NORMAS Y SUGERENCIAS:
      - Aparca el vehículos en los lugares preparados para ello.
      - Disfruta de la naturaleza, sin proferir gritos ni hacer ruidos innecesarios.
      - Lleva el equipo adecuado para la excursión: calzado y vestido conveniente a la estación, garrote o bastones de marcha, teléfono móvil, agua... Los líquenes que cubren las piedras rodenas, cuando está mojados son muy resbaladizos.
      - Mantén el entorno limpio, sin dejar basura.
      - No abandones los senderos marcados -aunque el itinerario está señalizado, conviene tomar precauciones-: las señales pueden haber sufrido daños y puedes perderte. Un mapa de la zona siempre ayuda.
      - No accedas a los abrigos vallados sin autorización.
      - No arranques flores, plantas ni molestes a la fauna.
      - No excaves ni retires restos arqueológicos.
      - No hagas fuego fuera de los lugares señalados: si se observa alguna anomalía en la zona (humo, fuego...), llama al 112.
      - No toques ni humedezcas las pinturas rupestres.
      - Planifica la excursión, avisa del lugar adonde pretender ir, puede darse el caso de que tengan que ir a socorrerte.
      - Presta atención durante la excursión: mirando dónde pisas, reducirás el riesgo de accidentes.

      La primera vez que fui a visitar las pinturas rupestres del Rodeno, los que me acompañaban, vecinos de Tormón, me aconsejaron llevar una cantimplora con agua, para mojar las pinturas, porque mojándolas pueden verse mejor. El consejo era bienintencionado, pero humedecer las pinturas es una atrocidad. No deben mojarse bajo ningún concepto. Sin embargo, los primeros estudiosos del arte rupestre en la zona -el abate Henri Bruil (1877-1961) y Hugo Obermaier (1877-1943), que estuvieron en Tormón a finales de marzo de 1926- mojaron las pinturas para verlas mejor. Dicha práctica resulta hoy inadmisible.




      tormon-mapa-topografico-abrigos-rupestres
      Mapa topográfico de las rutas del Sendero de Arte Rupestre de Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 5].

      Paisaje del Rodeno dominado por pinos negrales y las típicas rocas de la facies Buntsandstein, Tormón (Teruel), 2018.
      Paisaje del Rodeno dominado por pinos negrales y las típicas rocas de la facies Buntsandstein, Tormón (Teruel), 2018.


      Visita guiada por los abrigos del Sendero Arte Rupestre de Tormón.
      La ruta comienza propiamente en los paneles de contenido informativo existentes al comienzo del camino que lleva a la Casa Forestal. El primer poste (de madera con palas metálicas) se halla situado junto al panel general, mano izquierda del barranco que baja del Prado de Tormón y la Casa Forestal. Las palas señalan hacia la izquierda (meridión), indicando la dirección del Abrigo de Prao Medias (fin del recorrido), situado 4,55 km más abajo ( 1 hora y 20 minutos caminando). Se trata de un recorrido de ida y vuelta, cuyo recorrido total supone 9,1 km (2 horas 45 minutos).

      Cabe cruzar la carretera y seguir las señalizaciones que jalonan el Sendero de Arte Rupestre (a partir de ahora, Sendero), que discurre entre pinos, paralelo a la carretera que sube de Tormón. Unas docenas de metros más adelante veremos a la izquierda una gran balsa de agua, cuyo nivel se ha incrementado por las últimas lluvias. Unos doscientos cincuenta metros más abajo hallaremos el segundo poste de palas indicando la dirección del primer abrigo del Sendero: Hoya de los Navarejos II (560 metros/ 10 minutos).

      En este punto junto a la carretera que viene de Tormón comienza el camino principal (a partir de ahora, Camino) que discurre por el barranco de la Casa Forestal, y que de seguirlo nos conduciría al Prao Medias. El Sendero que pretendemos seguir se halla a ambos lados del Camino, cuyo piso de tierra se halla en buen estado: el curso de agua del barranco cruza el camino en diversas ocasiones. Unas decenas de metros más delante encontraremos otro poste que invita a dejar el camino principal por la derecha, internándonos en el bosque por el Sendero. El primer abrigo de esta ruta lo encontraremos a la mano derecha, cabe ascender unos 70 metros hasta el abrigo, que se halla a menos de cien metros a la carretera de Tormón. Se trata de una covacha circundada por un muro de piedra en seco y cubierto por una visera de roca.


      Abrigo de la Hoya de los Navarejos II:
      • <Historia: Abrigo descubierto por un Agente de Protección de la Naturaleza en agosto de 2008. Una vez realizada por la Dirección General de Cultura y Patrimonio su catalogación se procedió a la redacción del proyecto de cerramiento, ejecutado entre 2009 y 2010. Fue declarado Bien de Interés Cultural por Orden del Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte (BOA nº 222, de 10 de noviembre de 2011). Un estudio preliminar sobre este abrigo se ha publicado con ayudas del Ministerio de Cultura en 2015./ Descripción: El Abrigo se localiza en el inicio del recorrido de este sendero, junto a la carretera que se dirige a Tormón muy cerca de la casa forestal. Se trata de un pequeño afloramiento rocoso situado en una pequeña vaguada en dirección al anfiteatro natural que conforma la denominada Hoya de los Navarejos./ El Panel Pintado: El pequeño panel pintado cuenta con dos representaciones pintadas en color blanco que se ven con cierta dificultad. Destaca la figura de un antropomorfo que marcha hacia la izquierda, con un tocado de plumas en la cabeza y portando en los brazos un bumerán y una vara o palo de gran longitud. El otro antropomorfo, parece contar con otro tocado y podría ejecutar una especie de danza./ Estilo y Cronología: Las dos representaciones de este abrigo son de estilo levantino, aunque con cierto grado de estilización, aunque presentan muchos detalles en los objetos que les acompañan. Teniendo en cuenta sus características, la cronología de este enclave rupestre podría situarse en un amplio periodo entre el Neolítico Antiguo y Final, es decir, con una cronología entre siete mil y cinco mil años de antigüedad con respecto a la actualidad>



      Abrigo de la Hoya de los Navarejos II en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).

      El panel incluye dos fotografías, una superior (Antropomorfo emplumado) y otra inferior (Abrigo). Fotografía: José Ignacio Royo Guillén. Dirección General de Cultura y Patrimonio. Gobierno de Aragón. Este pequeño abrigo se encuentra próximo al conjunto de abrigos del Prado de Tormón, en un afloramiento rocoso ubicado junto a la carretera de acceso al Rodeno desde Tormón, dominando una vaguada que desemboca en la Hoya de los Navarejos. Orientado al sureste, posee una somera valla de piedra en seco abierta por delante, perteneciente a los cerramientos que tradicionalmente sirvieron a los lugareños como refugio ocasional.


      Panel ilustrativo en el abrigo Hoya de los Navarejos II en Tormón (Teruel), con detalle de panel decorado con antropomorfo tocado con plumas (natural) y vista del abrigo, Parque Cultural de Albarracín (2018).




      Abrigo Hoya de los Navarejos II en Tormón (Teruel), detalle de panel decorado con antropomorfo tocado con plumas (calco y natural), Parque Cultural de Albarracín [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 20].


      Lamentablemente, las pinturas de este abrigo se observan también con gran dificultad: dos figuras humanas pintadas en blanco, en estilo levantino estilizado, de las que sólo una puede evaluarse con algún detalle. La principal se ha pintado de pie, la pierna izquierda (según la posición del espectador) aparece ligeramente separada de la derecha, que prolonga la línea del cuerpo en su desarrollo vertical. El cuerpo es lineal, con un ensanchamiento en la parte superior, correspondiente a los hombros, de donde nacen los brazos. En el extremo del brazo izquierdo, ligeramente flexionado, porta un objeto rectilíneo (palo, vara, lanza), mientras que en el derecho lleva dos objetos curvados hacia fuera y unidos por la parte superior, compatibles con armas arrojadizas (bumeranes). El aspecto de la cabeza se ha definido como globular, de la que sobresalen elementos ornamentales a modo de tocado (antenas, plumas).


      Abrigo Hoya de los Navarejos II en Tormón (Teruel), detalle de antropomorfo tocado con plumas (tratamiento digital: negativo), Parque Cultural de Albarracín (2018).

      Abrigo Hoya de los Navarejos II en Tormón (Teruel), detalle de antropomorfo tocado con plumas (tratamiento digital: sepia), Parque Cultural de Albarracín (2018).

      Para continuar el recorrido, desde el abrigo de Hoya de los Naverejos II hay que desandar el trecho de subida y volver al Sendero, que continúa por la ladera derecha del barranco. El siguiente abrigo, denominado Hoya de los Navarejos I se halla en esta dirección, unos 300 metros más abajo (5 minutos andando). El abrigo se halla en un imponente roquedo, por encima de una finca de cultivo, a la entrada de una cerrada. Propiamente, la cerrada está rodeada por delante por una valla de piedra en seco, y cubierta por una pétrea visera. Para ver las pinturas hay que ascender unos peldaños con atoques de madera (25 metros/ 1 minutos), la entrada aparece rodeada por una bosquecillo de encinas o carrascas. Por delante de la verja metálica, clavada en un pino rodeno hay un cartel del Gobierno de Aragón y el Gobierno de España (Ministerio de hacienda y Función Pública) relativo a la Recuperación de Abrigos Rupestres, anuncia una inversión de 50.000 € en la actuación, correspondiente al Fondo de Inversiones de Teruel 2016: Infraestructuras turísticas e industriales. La información resulta de interés, para saber de dónde proceden los fondos dedicados a estos menesteres. Por detrás de la protección hay un panel ilustrativo del Abrigo.


      Abrigo de la Hoya de los Navarejos I:

      • <Historia: Abrigo descubierto por un Agente de Protección de la Naturaleza en agosto de 2008, los servicios técnicos de la Dirección General de Cultura y Patrimonio realizaron su catalogación y documentación previas en septiembre de ese mismo año. Fue declarado Bien de Interés Cultural por Orden del Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte (BOA nº 222, de 10 de noviembre de 2011). Un estudio preliminar sobre este abrigo se ha publicado con ayudas del Ministerio de Cultura en 2015./ Descripción: El Abrigo se localiza en el inicio del recorrido de este sendero, en uno de los extremos de un pequeño anfiteatro formado por las aglomeraciones de rodeno, muy cerca de la casa forestal de Tormón. Se trata de un afloramiento rocoso vertical cuyo panel pintado se encuentra a más de cuatro metros de altura con respecto al suelo del abrigo. / El Panel pintado: Representa una escena de lucha entre dos grupos de arqueros distribuidos en distintas actitudes. Se han documentado un total de 18 motivos de los que casi todos están pintados en blanco, salvo dos que lo están en color rojo. Completan estas representaciones otros restos pintados en color blanco, trazos sueltos o restos de otras figuras más o menos alteradas./ Estilo y cronología: Casi todas las representaciones de este abrigo parecen haber sido pintadas en estilo levantino, aunque con un grado elevado de estilización. No se aprecian superposiciones. Teniendo en cuenta sus características, la cronología de este enclave rupestre podría situarse en un amplio periodo entre el Neolítico Antiguo y el Final, es decir, con una cronología entre siete mil y cinco mil años de antigüedad con respecto a la actualidad.>

      Detalle de panel ilustrativo correspondiente al abrigo de la Hoya de los Navarejos I en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).

      Panel decorado con motivos antrópicos en el abrigo de la Hoya de los Navarejos I en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).

      El panel incluye tres fotografías –de arriba abajo-: Calco Panel General (Fuente: Manuel Bea), un Panel General y Detalle de Arquero modificado. Fotografía: José Ignacio Royo Guillén. Dirección General de Cultura y Patrimonio. Gobierno de Aragón. El Abrigo se encuentra en una antigua cerrada o aprisco para el ganado, las pinturas ocupan un panel de superficie lisa y forma rectangular (149x99 cm), situado a más de cuatro metros del suelo. Para intentar ver las representaciones pintadas hay que fijarse bien, buscando los trazos blancos de las imágenes. Fácilmente puede uno sentirse defraudado ante la dificultad de verlas, cabe ver primero los calcos de las figuras que aparecen en el panel del abrigo y tratar de localizarlas en el soporte, cosa que no todos consiguen. De ver algo, lo que debiera maravillarnos es que todavía se conserve algo tras varios milenios a la intemperie.

      La representación ilustra una escena de lucha, en la que parecen enfrentarse dos grupos de figuras antropomorfas, algunas tensando arcos, otras con el torso inclinado hacia adelante, en posición de emboscada. Todas las figuras están pintadas en blanco, pertenecen al estilo levantino, aunque estilizadas. Por debajo de la escena del combate hay restos de pinturas rojas en mal estado (tal vez un signo cruciforme y las patas de un posible cuadrúpedo), aunque sin relación aparente con la escena de las figuras blancas. La datación de las pinturas de este abrigo se ha establecido entre los 7.000 y los 5.000 años antes del presente (AP), lo que las sitúa entre el Neolítico Antiguo y el Neolítico Final.


      Calco del panel decorado con antropomorfos correspondiente al abrigo de la Hoya de los Navarejos I en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 18].


      Detalle del panel decorado con antropomorfos correspondiente al abrigo de la Hoya de los Navarejos I en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín [Tomado de BEA y ANGÁS (2015), p. 112].

      Detalle del panel decorado con antropomorfo correspondiente al abrigo de la Hoya de los Navarejos I en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín [Tomado de BEA y ANGÁS (2015), p. 113].

      Sobrepasado el Abrigo puede descenderse hasta la cerrada, propiamente una somera cueva circundada por el muro de piedra y protegida por una amplia visera rocosa. Para continuar el recorrido cabe descender hasta el nivel de la finca de cultivo y proseguir por la derecha, el poste de señalización nos indica que el siguiente abrigo es Hoya de los Navarejos V,situado unos 140 metros más adelante (3 minutos andando). Poco más adelante hay un nuevo poste de palas indicando que para ver el abrigo hay que cruzar el abancalamiento y proseguir por la ladera opuesta unos 70 metros (1 minuto andando).


      Abrigo de la Hoya de los Navarejos V:
      • <Historia: Abrigo descubierto por un miembro de la cuadrilla de incendios nº 18 en septiembre de 2009, los servicios técnicos de la Dirección General de Cultura y Patrimonio realizaron su catalogación y documentación previas en octubre de ese mismo año. Fue declarado Bien de Interés Cultural por Orden del Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte (BOA nº 222, de 10 de noviembre de 2011). Un estudio preliminar sobre este abrigo se ha publicado con ayudas del ministerio de Cultura en 2015./ Descripción: El Abrigo se localiza en el inicio del recorrido de este sendero, en otro de los extremos de un pequeño anfiteatro formado por las aglomeraciones de rodeno, muy cerca de la Casa Forestal de Tormón. Se trata de un reducido abrigo rocoso que se asoma a un suave acantilado que domina el Barranco de la Casa Forestal por donde continua el sendero rupestre./ El Panel Pintado: De este abrigo destaca en el centro de la pared, la figura de un toro con cuernos de lira, en actitud estática y mirando a la derecha, pintado en color rojo anaranjado en tinta plana. A la izquierda de este bóvido, se localizan otras dos agrupaciones de figuras pintadas en color rojo y blanco, de las que destacan los candiles de al menos un ciervo./ Estilo y Cronología: Todas las representaciones de este abrigo parecen haber sido pintadas en estilo levantino, aunque con un grado elevado de estilización. No se aprecian superposiciones. Teniendo un cuenta sus características, la cronología de este enclave rupestre podría situarse en un amplio periodo entre el Neolítico Antiguo y el Final, es decir, con una cronología entre siete mil y cinco mil años de antigüedad con respecto a la actualidad>


      Abrigo de la Hoya de los Navarejos V en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).


      El panel ilustrativo incluye dos fotografías –de izquierda a derecha: Calco toro (Fuente: Manuel Bea) y Detalle toro-. Fotografía: José Ignacio Royo Guillén. Dirección General de Cultura y Patrimonio. Gobierno de Aragón. El miembro de la cuadrilla contra incendios que descubrió este abrigo fue Ricardo Canet (2009). El abrigo se halla próximo al inicio del Sendero que venimos siguiendo –frente al Abrigo de la Hoya de Navarejos I: en una plataforma rocosa sita al otro lado del anfiteatro que forman los afloramientos rodenos-. La zona en la que asienta domina el barranco de la Casa Forestal de Tormón, formando una potente visera pétrea sobre el abrigo.


      Detalle de panel ilustrativo correspondiente al abrigo de la Hoya de los Navarejos V en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).



      El soporte de la decoración ha sufrido los efectos de la erosión natural, especialmente el situado en la margen inferior izquierda del mismo. La piedra rodena es propensa a sufrir este tipo de fenómenos, hasta el punto de amenazar la conservación de los restos pictóricos existentes -que forman dos agrupaciones-: una superior, con figuras pintadas en blanco y otra inferior, con cornamentas de cérvido en rojo. El motivo principal del abrigo se halla en el centro del panel, representa a un toro completo en situación estática que mira a la derecha. El contorno del animal está poco perfilado, impresionando de tosquedad; posee los cuernos en forma le lira.

      La cronología establecida para las pinturas de este abrigo es de 7.000-5.000 años AP, lo que las sitúa entre el Neolítico Antiguo y el Neolítico Final.


      Abrigo de la Hoya de los Navarejos V en Tormón (Teruel), detalle del panel decorado, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de BEA y ANGÁS (2015), p. 119].

      Abrigo de la Hoya de los Navarejos II en Tormón (Teruel), detalle de calcos del toro, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de BEA y ANGÁS (2015), p. 114].




      Para continuar la ruta hay que desandar el trecho hasta el poste del Sendero, el siguiente abrigo, denominado Barranco de la Casa Forestal II se halla 1,07 km más adelante (19 minutos). Cabe descender hasta el fondo del barranco, vadear un somero reguero y continuar por el Camino unos 830 metros (15 minutos) en dirección meridional. Atravesaremos un calvero junto al camino para internarnos en el bosque hasta el próximo poste de palas. El trayecto es muy agradable, siempre entre pinos y monte bajo, con impresionantes rodenales a ambos lados. Por el camino, mano izquierda del mismo, pueden verse grandes pellas metálica, producto de antiguos hornos de hierro, probablemente prehistóricos. Más adelante, como señal de que vamos en el buen camino vemos un poste bajo del Parque Cultural de Albarracín a la mano derecha, más adelante el agua del reguero cruza varias veces el camino. La siguiente indicación la hallaremos a la izquierda del camino, señala el abrigo del Barranco de la Casa Forestal II, situado a unos 50 metros del Camino (1 minuto andando). Se trata de un impresionante roquedo con una cueva alargada en la parte baja orientada al sur, protegido por amplia visera de piedra.


      Abrigo del Barranco de la Casa Forestal de Tormón II:
      • <Historia: Abrigo descubierto por un miembro de la cuadrilla de incendios nº 18 en agosto de 2008, los servicios técnicos de la Dirección General de Cultura y Patrimonio realizaron su catalogación y documentación previas en septiembre de ese mismo año. Fue declarado Bien de Interés Cultural por Orden del Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte (BOA nº 222, de 10 de noviembre de 2011). Un estudio preliminar sobre este abrigo se ha publicado con ayudas del Ministerio de Cultura en 2015./ Descripción: El abrigo se localiza aproximadamente a mitad del recorrido de este sendero, junto al camino que recorre el fondo del barranco. Se trata de una pequeña oquedad abierta en el rodeno entre la multitud de afloramientos que recorren ambas márgenes de este lugar, señalando un más que probable lugar de tránsito ya desde la prehistoria./ El panel pintado: En este abrigo encontramos representaciones esquemáticas geométricas y naturalistas pintadas en color rojo y blanco. Entre la decena de figuras inventariadas destacan las representaciones de cabras, junto a signos geométricos y otras figuraciones como reticulados o antropomorfos. Destaca la figura de una pequeña cabrita en rojo y blanco que parece contar con dos cabezas quedas reproducidas en un repintado./ Estilo y Cronología: Las representaciones de este abrigo cuentan con dos estilos bien definidos: el levantino y el esquemático, aunque en este caso sin superposiciones. Teniendo en cuenta sus características, la cronología de este enclave rupestre podría situarse en un amplio periodo entre el Neolítico Antiguo y el Final, es decir, con una cronología entre siete mil y cinco mil años de antigüedad con respecto a la actualidad>

      Abrigo del Barranco de la Casa Forestal de Tormón II en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).

      Abrigo del Barranco de la Casa Forestal de Tormón II en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).

      Detalle del soporte correspondiente al abrigo del Barranco de la Casa de Tormón II en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).


      Detalle de panel ilustrativo correspondiente al abrigo del Barranco de la Casa de Tormón II en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).

      El panel ilustrativo del abrigo posee tres fotografía: arriba, Panel General, en medio, Detalle lado izquierdoy abajo Detalle lado derecho. Fotografía: José Ignacio Royo Guillén. Dirección General de Cultura y Patrimonio. Gobierno de Aragón. El miembro de la cuadrilla contra incendios que lo descubrió fue Ricardo Canet (2009). Puesto en el tramo medio del sendero, se halla a medio centenar de metros del Camino de la Casa forestal de Tormón. De tamaño medio, el recinto se abre en uno de los “callejones” que forman las laderas del barranco. La abundancia de motivos pictóricos, así como su variedad en el estilo y la cromática dicen de la complejidad del panel. Hay representaciones naturalistas en estilo levantino, así como figuras esquemáticas y geométricas en distintos colores (rojo y blanco). La decena de pinturas halladas representan variedad de figuras: antropomorfos, cápridos, signos geométricos y/o retículas. Destaca la figura de una cabra en estilo naturalista (rojo y blanco) con dos cabezas –acaso efecto del repintado de la figura original-. No obstante la complejidad de las representaciones, algunas superpuestas, la cronología se ha establecido entre el Neolítico Antiguo y el Neolítico Final, lo que las sitúa entre los 7.000-5.000 años antes del presente (AP).


      Panel decorado correspondiente al abrigo del Barranco de la Casa Forestal de Tormón II en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín [Tomado de BEA y ANGÁS (2015), p. 122].

      Detalle de panel decorado correspondiente al abrigo del Barranco de la Casa Forestal de Tormón II en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín [Tomado de BEA y ANGÁS (2015), p. 123].

      Detalle de panel decorado correspondiente al abrigo del Barranco de la Casa Forestal de Tormón II en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín [Tomado de BEA y ANGÁS (2015), p. 123].

      Aproximadamente, este abrigo se halla en la mitad del recorrido, para continuar la ruta cabe regresar al Camino que venimos siguiendo, que en este tramo coincide con el Sendero. Continuamos unos 810 metros (14 minutos andando) hasta encontrar el próximo poste de palas -situado a la mano izquierda-: en este punto nos hallamos a unos 2,85 km del inicio del Recorrido (51 minutos caminando). 

      El siguiente abrigo -Prados de los Arejos II-, está unos 240 metros más adelante (4 minutos andando). Hay que dejar la vía principal y descender unos metros hasta el barranco, vadear el lecho rocoso y continuar por la mano izquierda del mismo. El Sendero parece perderse por un momento, mas enseguida encontraremos su rastro, señalado por las piedras que lo enmarcan, yendo siempre por la izquierda. Nos hallamos en una rica partida de cultivo, denominada Prados de los Arejos: los vecinos de Tormón sanearon y drenaron la zona, pero hoy está abandonada. El abrigo se halla un poco más adelante, a nuestra mano izquierda, bien visible por la verja que lo protege: 


      Abrigo Prados de los Arejos II:
      • <Historia: Abrigo descubierto por el Guarda del Patrimonio Cultural de Albarracín en mayo de 2012, los servicios técnicos de la Dirección General de Cultura y Patrimonio realizaron su catalogación y documentación previas en ese mismo mes. Fue declarado Bien de Interés Cultural por Orden del Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte (BOA nº 132, de 8 de junio de 2013). Un estudio preliminar sobre ese abrigo se ha publicado con ayudas del Ministerio de Cultura en 2015./ Descripción: El Abrigo se localiza cerca del límite del término de Tormón con el Rincón de Ademuz junto a un barranco que dibuja la divisoria entre las CCAA de Aragón y Valencia. Se desarrolla al pie de una gran muela de rodeno, al pie de un pequeño acantilado rocoso. El abrigo es de grandes dimensiones y se abre a un pequeño valle de fondo plano ocupado por el pinar./ Los paneles pintados: Este abrigo cuenta al menos con dos grandes paneles pintados, así como otras representaciones aisladas. El panel principal cuenta con una abigarrada representación de motivos zoomorfos, antropomorfos y geométricos superpuestos, todos ellos pintados en diversos tonos de color rojo, destacando la figura de un toro naturalista, de una pareja de antropomorfos, los puntos o las líneas en zig-zag de la parte superior./ Estilo y Cronología: Estamos ante un auténtico palimpsesto en el que se superponen figuras de estilos esquemáticos sobre otros de estilo levantino. Teniendo en cuenta la disposición de dichas superposiciones y las características de las figuras representadas, la cronología de ese enclave podría situarse entre el Nolítico y la Edad del Bronce, es decir, con una cronología entre siete mil cuatro mil años de antigüedad con respecto a la actualidad>

      Abrigo de los Prados de los Arejos II en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).


      El panel ilustrativo del abrigo posee dos fotografías: arriba, Panel general y bajo Panel general modificado. Fotografía José Ignacio Royo Guillén. Dirección General de Cultura y Patrimonio. Gobierno de Aragón. El agente del Patrimonio que descubrió este abrigo fue Hilario Dalda (en mayo de 2012). El abrigo se halla en la base de un gran afloramiento rocoso, orientado al sureste. El roquedo delimita una zona de paso en la confluencia de dos barrancos. Los trabajos de control y adecuación (cerramiento y protección) posteriores a la catalogación inicial permitieron descubrir en este abrigo varios paneles más, aparte del inicial.

      El soporte principal se halla en la parte izquierda del farallón rocoso, en una superficie lisa de apenas un metro cuadrado que ocupa parte de la diaclasa central, bien delimitada por dos grietas verticales, y a unos dos metros y medio del piso del abrigo. En la parte inferior hay una repisa, según los especialistas pudo servir de plataforma para la ejecución de las pinturas. No sin razón, la sección del muro decorado ha sido comparada a un palimpsesto, toda vez que hay hasta una treintena de figuras superpuestas en distintas tonalidades (rojo, carmín, anaranjado, violáceo...) y estilos (del naturalismo al esquematismo).



      Detalle del panel decorado correspondiente al abrigo de los Prados de los Arejos II en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín [Tomado de BEA y ANGÁS (2015), p. 134].

      Decíamos que las figuraciones pictóricas del panel principal de este abrigo son muy numerosas, con llamativas superposiciones, combinando motivos levantinos con esquemáticos y abstractos. Los estudiosos apuntan la existencia de al menos tres fases decorativas:
      La primera se situaría en un horizonte naturalista (tradición levantina), en la que se figura una representación de bóvido rojo oscuro/negruzco de gran tamaño que mira la izquierda. El animal tiene la cabeza cacha (en actitud de envestir o pastando), la cornamenta luce doble curvatura en perspectiva semitorcida (similar al toro de la Cerrada del tío Jorgey al de la Ceja de Piezarrodilla). Aunque sin poder aseverarlo, los técnicos observan también una figura antropomorfa parcialmente constituida (cabeza, parte superior del tronco y brazos). Sobre el bóvido hay pintados otros motivos (esquemáticos y abstractos), lo que se hace evidente en la zona de las astas, en la que se observa un motivo antropomorfo en jarras (forma de letra griega j). A la derecha del anterior cabe suponer la existencia de otra figura antropomorfa esquemática. Sobre el bóvido se superpone un conjunto de figuraciones abstractas (motivos lineales, curvos, rectilíneos) a modo de greca, amén de otros motivos geométricos (cuadrado inscrito en otro mayor). Más restos en color (rojo carmín y oscuro o marronáceo) pueden observarse en la parte superior del panel, en el que se representan pequeños trazos lineales en posición vertical, yuxtapuestos. En la margen superior derecha del panel puede verse también un extraño signo ovalado en color rojo-carmín superpuesto a otro conjunto de trazos rojo-oscuros verticalmente dispuestos y adyacentes (similares a los existentes en el abrigo del Tío Modesto y en Les Coves del Civil), con alineaciones verticales y un elemento cuadrangular.[4]


      Detalle de panel decorado correspondiente al abrigo de los Prados de los Arejos II en Tormón (Teruel), modificado con tratamientos digitales de imagen, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de BEA y ANGÁS (2015), p. 134].

      Detalle de panel decorado con motivos antropomorfos en "phi" correspondiente al abrigo de los Prados de los Arejos II en Tormón (Teruel), con tratamientos digitales de imagen, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de BEA y ANGÁS (2015), p. 135].

      Panel decorado correspondiente al abrigo de los Prados de los Arejos II en Tormón (Teruel), modificado con tratamientos digitales de imagen, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 25].


      Propiamente, sin embargo, la visualización de los elementos descritos solo es posible mediante tratamientos digitales de la imagen, ya que de visu resulta prácticamente imposible distinguir nada. ¡Cuanto menos para el ojo poco avezado! No obstante, como se destaca en la Guía Didáctica (2017), el abrigo Prados de los Arejos II constituye uno de los conjuntos con más representaciones pictóricas de Tormón. La presencia de superposiciones acentúa la importancia del panel ilustrado: en el nivel más profundo hay imágenes correspondientes al Arte levantino (naturalista), mientras que en los niveles superiores predominan las formas esquemáticas, hecho que permitirá a los estudiosos establecer la cronología y evolución de las representaciones existentes en los abrigos de la Sierra de Albarracín, tanto por la temática como por la técnica pictórica. Los datos obtenidos hasta el presente permiten datar el conjunto decorado entre el Neolítico Antiguo y el inicio de la Edad de los Metales (7.000-4.000 años AP).

      Dejamos atrás el abrigo, continuando por la margen derecha del prado. Durante el trayecto pasaremos por la base de unos grandes farallones rocosos. Poco más arriba, el Sendero cruza el prado y continúa por la ladera opuesta, hasta salir al Camino que venimos siguiendo. En el punto de confluencia del Sendero con el Camino hay un poste de palas que nos sitúa: el último abrigo visitado se halla unos 330 metros atrás (5 minutos andando). El siguiente abrigo es el de Prao Medias (fin del recorrido), situado 1,26 km hacia el sur-este (22 minutos andando). Desde esta última señal, Camino y Sendero coinciden hasta el Prao Medias, el piso se halla en buen estado, discurre entre pinos y monte bajo, formando un trayecto tranquilo y muy hermoso. La vía tiene un tramo de bajada hasta el prado, a la entrada del mismo observaremos a la mano derecha un gran panel ilustrativo correspondiente al comienzo del sendero que lleva al Abrigo de las Lomas de Abril (arte y naturaleza), situado en el barranco del Val del Agua, ya en término de Castielfabib (Valencia), en el Rincón de Ademuz. El camino principal continúa en dirección este, donde puede verse un poste bajo cuadrangular con una chapa metálica en verde que muestra el icono del abrigo de las Lomas de Abril, y un viejo poste de palas de madera señalando la Fuente del Prado. Siguiendo esta orientación dejamos el Camino hasta llegar al último poste de palas del Sendero que venimos siguiendo. La fontana se halla a la izquierda del poste, posee pilón y abrevadero; frente al abrevador hay un depósito circular de agua contra incendios del Gobierno de Aragón, con un perímetro vallado.

      El abrigo del Prao Medias se halla poco más arriba del depósito, en la misma ladera derecha del barranco, a unos 370 metros (6 minutos andando). En la subida dejaremos a la mano derecha una balsa a modo de alberca que recoge el agua del barranco. El Abrigo se halla a media ladera, en la base de un roquedo que forma una covacha protegida por enorme un farallón rocoso.

      Abrigo Barranco del Prao Medias:
      • <Historia: Abrigo descubierto por un Agente de Protección de la Naturaleza en agosto de 2008, los servicios técnicos de la Dirección General de Cultura y Patrimonio realizaron su catalogación y documentación previas en septiembre d ese mismo año. Fue declarado Bien de Interés Cultural por Orden del Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte (BOA nº 222, de 10 de noviembre de 2011). Un estudio preliminar sobre este abrigo se ha publicado con ayudas del Ministerio de Cultura en 2015./ Descripción: El Abrigo se localiza en el límite del término de Tormón con el del Rincón de Ademuz, en la margen derecha de una barranca que dibuja la divisoria entre las CCAA de Aragón y Valencia. Se desarrolla sobre una plataforma rocosa de rodeno y es de tamaño medio. Se trata del abrigo más alejado del circuito de arte rupestre que ahora se está recorriendo./ El Panel Pintado: El panel central está compuesto por dos ciervos estáticos mirando a la derecha, totalmente naturalistas, pintados en tinta plana de color ojo vinoso y con gran lujo de detalles anatómicos. Completan estas representaciones otros restos pintados en color blanco, posiblemente representando otros cuadrúpedos localizados junto a los ciervos así como en la parte superior de este panel, como puede verse en el calco./ Estilo y Cronología: Todas las representaciones de este abrigo parecen haber sido pintadas en estilo levantino, aunque con mucho más naturalismo las figuras rojas –ciervos- que las blancas. Teniendo en cuenta las características de dichas figuras, la cronología de este enclave rupestre podría situarse en un amplio periodo entre el Neolítico Antiguo y Final, es decir, entre siete mil y cinco mil años de antigüedad con respecto a la actualidad>.

      Abrigo del Prao Medias en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).


      Detalle de paneles correspondientes al abrigo del Prao Medias en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).

      Detalle de panel ilustrativo correspondiente al abrigo del Prao Medias en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).


      El panel que ilustra el abrigo posee dos imágenes, la superior Detalle Panel Ciervos y la inferior Calco (Fuente Manuel Bea). Fotografía José Ignacio Royo Guillén. Dirección General de Cultura y Patrimonio. Gobierno de Aragón. Descubierto por L. Fortea y R. Canet (en 2008), el abrigo se ubica en una formación rodena con aspecto de torre (turriforme), constituyendo el paradigma de los abrigos rupestres de la zona. El roquedo se halla en la margen derecha del barranco del Prao Medias. La belleza de las figuraciones naturalistas que contiene es evidente a primera vista, pues se distingue perfectamente en el paramento.



      Detalle de calcos de ciervos en el abrigo del Prao Medias en Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín [Tomado de BEA y ANGÁS (2015), p. 130].

      Abrigo de Prao Medias en Tormón (Teruel), detalle de panel decorado con ciervos, modificado con tratamientos digitales de imagen, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 27].


      Abrigo de Prao Medias en Tormón (Teruel), detalle de calcos de ciervos, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de la Guía didáctica (2017), p. 27].


      Respecto de las figuras rojas, se trata de dos ciervos machos, pintados en estilo naturalista (uno detrás de otro), ambos miran a la derecha y se hallan en posición estática, según evidencian las patas traseras del ciervo situado a la derecha (Motivo 1), las delanteras forma una -V invertida. Al animal le faltan algunas partes del cuello y la cornamenta. El cérvido situado detrás (Motivo 2) se superpone ligeramente al anterior, tiene mejor conservada la parte anterior que la posterior, cuyos cuartos traseros casi han desaparecido. El panel posee otros trazos de pintura blanca por encima de los cérvidos, un cuadrúpedo no identificado. El estilo y la temática de las representaciones, donde no se han hallado restos antropomorfos, permiten datar los motivos pictóricos en un amplio margen temporal del Neolíco (7.000-5.000 años AP).



      Abrigo del Prao Medias en Tormón (Teruel), detalle de panel decorado con ciervos, Parque Cultural de Albarracín [Tomado de BEA y ANGÁS (2015), p. 129].

      Desde el abrigo cabe regresar a la zona del depósito de agua y la fuente del Prado para iniciar el camino de vuelta hasta la Casa Forestal de Tormón, situada 4,64 km (1 horas 24 minutos andando). La peculiaridad del Prao Medias está en su paisaje y en su historia, ya que constituye el punto de encuentro entre el término de Tormón por Aragón y el de Castielfabib por Valencia. La tradición refiere que en tiempos históricos ambos municipios pactaron que los ganaderos podrían pastar y abrevar sus ganados en la zona, sin distinción de términos; pues la linde intermunicipal discurre por el medio del barranco, no obstante hallarse la fuente del Prado en término de Tormón.

      La vuelta al inicio del recorrido puede hacerse por el camino principal, dejando a los lados el Sendero que lleva a los abrigos rupestres, disfrutando siempre del singular paisaje del Rodeno.


      Características generales del arte rupestre naturalista y esquematismo.

      NATURALISMO

      (Pintura levantina)

      ESQUEMATISMO

      (Abstracto)

      Características

      Abrigos y covachas de escasa profundidad.
      Escenas antropomórficas y zoomórficas formando composiciones de temática variada: caza, lucha, recolección, ganadería.
      Abrigos y covachas de escasa profundidad.
      Figuraciones antropomorfas y de zoomórficas esquemáticas y conceptuales, hasta la abstracción; también simbólicas y geométricas.
      Técnica
      Pinceladas finas perfilando las siluetas de las figuras con relleno interior (tinta plana).
      Pintura blanca, roja, castaño, negra.
      Pinceladas gruesas.
      Pintura blanca, roja.
      Ubicación
      Cornisa mediterránea española.
      Península Ibérica entera.
      Origen y cronología
      Pospaleolítica:
      desde el Neolítitico hasta entrado el Eneolítico (6000-3000 a.C)
      Pospaleolítica:
      desde el Neolítico Medio hasta la Edad del Bronce (5000-2000 a.C)
      Elaboración propia, 2018. Nota: según la tendencia actual, el denominado “Naturalismo” referido al Arte Rupestre no debiera ser sinónimo de “Pintura levantina”.


      Fuente con abrevadero en el Prao Medias de Tormón (Teruel), 2018.


      Relación de Abrigos de la Ruta de Arte Rupestre de Tormón.
      Los Abrigos abajo reseñados constituyen el censo de los existentes en la Ruta de Arte Rupestre de Tormón (15 abrigos), todos ellos catalogados, documentados y publicados. Los destacados en rojo son los que se hallan protegidos (6 abrigos), los restantes todavía no están protegidos por falta de dotación económica. De lo anterior puede inferirse que en el conjunto del Monte Rodeno deben existir muchos otros abrigos con paneles decorados, y que en el pasado debieron haber muchos más, lo que traduce la intensa actividad humana local en el Neolítico.


      Abrigo Hoya de los Navarejos I

      Abrigo Hoya de los Navarejos II

      Abrigo Hoya de los Navarejos III
      Abrigo Hoya de los Navarejos IV

      Abrigo Hoya de los Navarejos V

      Abrigo Prados de los Arejos I

      Abrigo Prados de los Arejos II

      Abrigo Prados de los Arejos III
      Abrigo Barranco de la Casa Forestal de Tormón I

      Abrigo Barranco de la Casa Forestal de Tormón II

      Abrigo Barranco de la Casa Forestal de Tormón III
      Abrigo Barranco de la Casa Forestal de Tormón IV
      Abrigo Barranco de la Casa Forestal de Tormón V
      Abrigo Barranco de la Casa Forestal de Tormón VI

      Abrigo Barranco del Prao Medias


      Paisaje del Rodeno, dominado por las típicas rocas de la facies Buntsandstein, Tormón (Teruel), 2018.

      Paisaje del Rodeno desde el Prao Medias de Tormón (Teruel), 2018.


      Relación de abrigos protegidos de la Ruta Rupestre Tormón (Teruel).
      Abrigo
      Motivo decorativo principal
      Estilo
      Datación

      Hoya de los Navarejos I

      Escena de lucha entre dos grupos de antropomorfos
      Arte levantino y esquemático
      Neolítico Antiguo y Final (7.000-5.000 años AP)
      Hoya de los Navarejos II
      Antropomorfo emplumado estilizado
      Arte levantino
      Neolítico Antiguo y Final (7.000-5.000 años AP)
      Hoya de los Navarejos V
      Toro rojo completo
      orientado a la derecha
      Arte levantino
      Neolítico Antiguo y Final (7.000-5.000 años AP)
      Prados de los Arejos II
      Panel con pinturas superpuestas:
      Toro, motivos esquemáticos, antropomorfos y geométricos.
      Arte levantino y esquemático
      Entre Neolítico Antiguo y Edad de los Metales
      (7.000-4.000 años AP)
      Barranco
      Casa de Tormón II
      Panel con pinturas complejas: antropomorfos, zoomorfos, signos geométricos/ retículas.
      Arte levantino y esquemático
      Todo el Neolítico
      (7.000-5.000 años AP).
      Barranco
      Prao Medias
      Ciervos rojos,
      orientados a la derecha
      Arte levantino
      Todo el Neolítico (7.000-5.000 años AP).


      Elaboración propia (2018).

      A los Abrigos anteriores cabe añadir los existentes en la ruta del Prado de Tormón–recogidos en una entrada anterior, por orden alfabético-, todos ellos protegidos por verjas metálicas:

      Abrigo de la Ceja de Piezarrodilla.
      Abrigo de la Cerrada del Tío Jorge.
      Abrigo de la Paridera de Tormón.
      Abrigo de las Cabras Blancas.


      Detalle de poste de madera con palas metálicas de señalización, correspondiente al Sendero de Arte Rupestre de Tormón (Teruel), Parque Cultural de Albarracín (2018).


      A modo de conclusión.
      Para aproximarse al conocimiento científico del Arte Rupestre en la zona, resulta aconsejable el ya clásico trabajo del profesor Antonio Beltrán Martínez (1916-2006), El arte rupestre en la provincia de Teruel(1986). Y como instrumento de divulgación para el conocimiento general del Arte Rupestre en la Sierra de Albarracín, resulta recomendable el más reciente de Fabiola Gómez Lecumberri y José Ignacio Royo Guillén (2010).[5]

      Los abrigos reseñados en la Ruta del Arte Rupestre de Tormón (Teruel), permanecieron inéditos hasta su publicación conjunta en un magnífico estudio de Manuel Bea Martínez y Jorge Angás Pajas –Las pinturas rupestres de Bezas y Tormón (2015)-. Previamente, sin embargo, Manuel Bea Martínez publicó un artículo sobre el abrigo del Prao Medias (2014).[6]Un trabajo más reciente de Bea Martínez sobre el Abrigo de la Hoya de los Navarejos III (2017), resulta también aconsejable para los más interesados.[7]

      Los abrigos descritos fueron descubiertos por agentes de Protección de la Naturaleza (Navarejos I, II y Barranco Prao Medias), por miembros de la brigada contra incendios nº 18 (Navarejos V y Barranco de la Casa Forestal de Tormón II) y agentes del Patrimonio Cultural (Prados de los Arejos II). Tras su catalogación por los Servicios técnicos de la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, fueron declarados Bienes de Interés Cultural, en 2011 y 2013.


      Flora del Rodeno de Tormón (Teruel), con detalle de gayuba (Arctostaphylos uva-ursi), 2018.

      Flora del Rodeno de Tormón (Teruel), con detalle de biércol (Erica vagans), 2018.

      De la quincena de abrigos descubiertos en el Rodeno de Tormón, sólo seis se hallan protegidos, quedando nueve por proteger y acondicionar para su visita. El más interesante de los descubiertos -todavía no protegido- es el Abrigo de la Hoya de los Navarejos III: la estación rupestre posee dos paneles pintados en el interior de una cueva de escasa profundidad, con la característica de poseer además dos líneas de lajas de piedra rodena hincadas en el suelo, una protegiendo la entrada de la cueva y otra exterior, delimitando espacios asociados de probable contenido simbólico.[8]

      El arte rupestre de la Sierra de Albarracín, y muy particularmente el localizado en Tormón, por su uso masivo del color blanco en sus figuras, presenta características propias dentro del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, aunque incluidas entre las manifestaciones del Arte levantino y Esquemático, que las conectan con otras del mismo estilo en Cuenca y Valencia.

      Flora del Rodeno de Tormón (Teruel), con detalle de mata de estepa (variedad de cistus muy abundante en la zona), 2018.

      Flora del Rodeno de Tormón (Teruel), con detalle de pino rodeno (Pinus pinaster) resinado (2018).

      El estudio, catalogación y protección de las pinturas rupestres del Parque Cultural de Albarracín constituye un hito en la difusión del bien cultural y patrimonial prehistórico de la Sierra de Albarracín, en la que han contribuido decisivamente el uso de las nuevas tecnologías relativas al tratamiento de la imagen para su documentación, interpretación y preservación.

      Acertadamente, el historiador británico de origen austriaco, Ernest Hans Josef Gombrich (1909-2001), escribió: “No somos aptos para comprender el arte de otro tiempo si ignoramos completamente los fines a que sirvió”. Siguiendo la estela de este pensamiento, el arqueólogo español Miguel Ángel Mateo Saura (2003) anota que “Intentar desentrañar el significadoúltimo del arte levantino es como hacer un gran puzzle del que sólo creemos reconocer unas pocas piezas”.[9]No obstante el desconocimiento del significado último que las pinturas rupestres pudieron tener para las sociedades pospaleolíticas, ni su propósito, resulta sugerente pensar que se trata de “mensajes” cifrados procedentes del pasado lejano del hombre, y que su comprensión se halla íntimamente vinculada a la geografía y el paisaje.


      Flora del Rodeno de Tormón (Teruel), con detalle de ramas de sabina con líquenes fructiculosos (Evernia prunastri y Usnea ssp): a los líquenes se les adjudica un importante papel como biomonitores (de lectura inmediata) de la contaminación medioambiental mundial, de los cambios climáticos y la estabilización del suelo (2018).

      Detalle de pellas de hierro -probablemente prehistóricas-, en el Monte del Rodeno, Tormón (Teruel), 2018)

      No obstante, las pinturas rupestres podían tener una finalidad práctica más allá de lo cultural (espiritual y estético), baste observar que la distribución de los distintos grupos de abrigos del Rodeno de Tormón traza una línea orientada en sentido NW-SE (se exceptúa el abrigo del Prao Medias y el situado en Lomas de Abril, Castielfabib), siguiendo el eje de la formación rocosa (que se alinea con los Montes Universales), siguiendo una serie de barrancos y pasos naturales que comunican la Sierra de Albarracín con el valle del Turia (Rincón de Ademuz), y que se prolonga por éste en dirección al Mediterráneo y la Plana de Utiel-Requena. Vale.







      [1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Pinturas rupestres en el Rodeno: Los abrigos rupestres del Prado de Tormón, del jueves 22 de febrero de 2018.
      [2]SENDERO POR EL ARTE RUPESTRE DE TORMÓN (2017), Guía didáctica editada por el Ayuntamiento de Tormón, en colaboración con la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, Coordinador de publicación: José Ignacio Royo Guillén, Coordinador trabajos de campo: Clara Villalba Montaner, Textos: José Ignacio Royo Guillén, Ricardo Forcadell Pérez y Faustino Archilaga Valero (Introducción), p. 5.
      [3]BEA, Manuel y ANGÁS, Jorge (2015). Las pinturas rupestres de Bezas y Tormón (Teruel), Coordinadores: Manuel Bea y Jorge Angás, Edita: Parque Cultural de Albarracín. Financia: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y Comarca de la Sierra de Albarracín. Colabora: Parque Cultural de Albarracín. Ayuntamiento de Bezas y Ayuntamiento de Tormón, Teruel. ISBN: 978-84-608-3978-1
      [4]BEA y ANGÁS (2015), pp. 135-136.
      [5] GÓMEZ LECUMBERRI, Fabiola y ROYO GUILLÉN, José Ignacio (2010). El Arte Rupestre en la Sierra de Albarracín, en Comarca de la Sierra de Albarracín, Coordinador: Javier Martínez González, Edita: Gobierno de Aragón, Departamento de Política Territorial, Justicia e Interior, Zaragoza, pp. 159-174. ISBN: 978-84-8380-095-9
      [6] BEA MARTÍNEZ, M (2014): “Novedades en torno al núcleo de arte levantino de la Sierra de Albarracín. El abrigo de Prao Medias (Tormón, Teruel)”. Saguntum, 46: 203-207. ISSN online: 2174-517X
      [7] BEA MARTÍNEZ, M.(2017): “El abrigo de Hoya de Navarejos III (Tormón, Teruel). Nuevas perspectivas para el análisis del arte levantino interior”. Complutum, 28(1): 37-50. ISSN: 1131-6993
      [8]BEA y ANGÁS (2015), pp. 114-117. BEA MARTÍNEZ (2017), pp. 37-50.
      [9] MATEO, M. A. (2003). “Religiosidad prehistórica. Reflexiones sobre la significación del arte rupestre levantino”, Zephyrus, 56. Universidad de Salamanca, Salamanca, pp. 247-268. ISSN: 0514-7336


      BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA RECOMENDADA:
      * COLLADO VILLALBA, Octavio (1999). Parque Cultural de Albarracín. Parques Culturales de Aragón. Gobierno de Aragón, Zaragoza.
      * MARTÍNEZ BEA, Manuel (2008). “Arte rupestre de Albarracín: La excepcionalidad de un conjunto interior”, en M.S. Hernández; J.A. Soler y J.A. López (editores): Actas del IV Congreso del Neolítico Peninsular. Tomo II. MARQ. Museo Arqueológico de Alicante. Diputación de Alicante. Alicante, pp. 141-148.
      * MATEO SAURA, Miguel Ángel (2008). “Cronología del arte levantino: ¿realidad o deseo?”, en Quaderns de prehistoria i arqueología de Castelló, 26, pp. 7-28.
      * MATEO SAURA, Miguel Ángel (2009). “Aproximación teórica al problema del significado del arte rupestre levantino”, en Verdolay: Revista del Museo Arqueológico de Murcia, 12, pp. 13-33.
      * MARTÍNEZ UTRILLAS, Luis et al (2012). El Parque Cultural de Albarracín: Arte Rupestre Patrimonio Mundial. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Gobierno de Aragón.
      * PIÑÓN, Fernando (1982). Las Pinturas Rupestres de Albarracín. Monografías del Centro de Investigación y Museo de Altamira, 6. Ministerio de Cultura, Santander.
      * ROYO GUILLÉN, José Ignacio (2016). “Sobre la distribución territorial de la pintura rupestre esquemática en Aragón: algunas novedades”, en J.I. Lorenzo y J.Mª Rodanés: I Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés. Actas. Sesión I. Prehistoria y Arte Rupestre. Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón, Zaragoza, pp. 109-120. ID (2017). “El arte rupestre prehistórico y sus autores: poblamiento, territorio y representaciones gráficas en el arco mediterráneo de la Península Ibérica”. Cuadernos de Arte Rupestre, 8. Jornadas de Formación en relación al Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, 25-27 de noviembre de 2016. Centro de Arte Rupestre “A. Beltrán” de Ariño. Parque Cultural del Río Martín. Planes Nacionales de Educación y Patrimonio. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, pp. 146-154.
      * UTRILLA MIRANDA, Mª Pilar (2000). El Arte Rupestre en Aragón, CAI, 100, Zaragoza.
      * UTRILLA MIRANDA, Mª Pilar y MARTÍNEZ BEA, Manuel (2006). “Arte levantino y territorio en la España mediterránea”, Clio Arqueológica, 20, pp. 17-52; ID (2009). “Acerca del arte esquemático en Aragón. Terminología, superposiciones y algunos paralelos mobiliares”, en Cruz-Auñón, R y Ferrer, E (Coords.): Estudios de Prehistoria y Arqueología en Homenaje a Pilar Acosta, Sevilla, pp. 109-140

      PINTURAS RUPESTRES EN CASTIELFABIB: ABRIGO LOMAS DE ABRIL (I).

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      Recorrido por el sendero de las pinturas rupestres del Rodeno de Castielfabib,
      en el extremo nororiental del Rincón de Ademuz.




      “El Arte Rupestre es un patrimonio muy frágil.
      Su comprensión está unida a los paisajes en los que se ha conservado durante milenios.
      Arte Rupestre y paisaje forman una unidad a la que debemos aproximarnos con respeto”
      -Del contenido textual-.











      El propósito de la entrada es divulgar la existencia de las pinturas rupestres del abrigo Lomas de Abril, paraje de Castielfabib situado al noroeste del Rincón de Ademuz, comarca valenciana lindante con Teruel por la Comunidad Autónoma de Aragón. El autor basa su relato en la bibliografía consultada, comentada y anotada al pie, así como en su experiencia del lugar, visitado a mediados de marzo del año en curso.

      El panel decorado se halla en un abrigo de la margen derecha del barranco del Val del Agua, en las proximidades del Prao Medias, y pertenece al ámbito de las pinturas rupestres de El Rodeno: monte del que Castielfabib participa en pequeña medida. Fuera del entorno de las típicas areniscas rojizas de la facies Buntsandstein, en la zona no se han encontrado otros abrigos prehistóricos.

      Cabe constatar, sin embargo, que las pinturas del abrigo de las Lomas de Abril se hallan en la periferia de las existentes en el Rodeno de Tormón, concernientes al Parque Cultural de Albarracín, con las que comparte temática, estilo y cronología.[1]-[2]

      Las pinturas de este abrigo fueron descubiertas (en 2015) por Ricardo Canet García, autor de una monografía –Arte prehistórico en Castielfabib: abrigo de las Lomas de Abril (2017)-: libro editado, producido por el autor y donado al Ayuntamiento de Castielfabib (en septiembre de 2014); su contenido puede consultarse en línea y descargarse.[3]

      Las pinturas rupestres objeto de divulgación constituyen dos escenas individuales -una formada por antropomorfos (más antigua) y otra por zoomorfos (posterior)-; sin embargo, la lectura de ambos relatos se desarrolla en torno a una idea común: la muerte.


      abrigo-rupestre-lomas-abril-castielfabib
      Fragmento de panel correspondiente al Abrigo Lomas de Abril -arte rupestre y naturaleza-, Cuesta del Rato (Castielfabib), 2018.

      abrigo-rupestre-lomas-abril-castielfabib
      Detalle de panel decorado (tratamiento digital) correspondiente al abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia) [Tomado del panel informativo de Cuesta del Rato].

      Reseña histórica del descubrimiento.
      El descubrimiento de las pinturas rupestres de este abrigo data de marzo de 2014, su autor fue Ricardo Canet García, miembro de la cuadrilla contra incendios nº 18, residente en Cuesta del Rato (Castielfabib). El hallazgo está en relación con otros habidos en la zona del Rodeno de Tormón en años previos (2008-2014). Comunicado su descubrimiento a la Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad Valenciana, la entidad autonómica reconoció la autenticidad de las pinturas, disponiendo los medios precisos para su estudio, protección y difusión.

      La prensa escrita y digital se hizo eco del hallazgo aqueológico (Cultura&Sociedad, 2014; Levante-El Mercantil Valenciano, 2014; MásTuria, 2017).[4]-[5]-[6]


      cuesta-del-rato-castielfabib
      Puente de acceso a Cuesta del Rato (Castielfabib), sobre el Ebrón (2018).


      En busca de las Lomas de Abril, paraje de Castielfabib.
      Para visitar las pinturas rupestres del abrigo de las Lomas de Abril (desde el Rincón de Ademuz) cabe ir a Castielfabib. El camino habitual, yendo en coche, es por la CN-420 en dirección Cuenca, carretera de la que nos desviaremos poco más arriba de la subida de las Monjas, para seguir por la CV-479 en dirección a El Cuervo (Teruel). Pasado Castielfabib, a medio camino entre Castiel y la villa turolense tomaremos otro desvío que surge a la derecha (CV-482), en dirección a Cuesta del Rato. La vía atraviesa el río Ebrón por un sólido puente y asciende por una carreterita hasta la aldea castielfabiense, aquí hallaremos la primera señal relativa a las pinturas rupestres. Se trata de panel con imágenes y texto trilingüe -castellano, valenciano, inglés-:
      • <Las Lomas de Abril es un enclave del Rodeno valenciano en la comarca del Rincón de Ademuz, dentro del término municipal de Castielfabib. En este lugar se pueden hallar zonas de gran valor ecológico y medioambiental, así como muestras etnográficas de oficios relacionados con la montaña; por otro lado, también son interesantes las muestras de arquitectura vernacular vinculada con las diversas construcciones agropecuarias tradicionales de piedra en seco o yeso. No obstante el elemento de más valor que hallaremos en este son las pinturas rupestres que se hallan en el abrigo denominado “Lomas de Abril”>.


      Sigue diciendo:
      • <El abrigo de las Lomas de Abril es un conjunto de arte rupestre localizado en el centro del barranco de Val del Agua, formando el único conjunto de pinturas levantinas localizado en la comarca del Rincón de Ademuz, y que constituye un testimonio excepcional de las culturas neolíticas en la zona. El abrigo conserva un grupo de pinturas de estilo levantino de elevado interés patrimonial, protegido como Bien de Interés Cultural (BIC), que guarda relación estilística y contextual con el conjunto de pinturas rupestres de Tormón (Teruel), participando de los rasgos propios del arte rupestre en la Sierra de Albarracín. Dada la ausencia de pinturas en el tramo medio del Barranco de Val del Agua, cabe plantear como hipótesis de trabajo que este abrigo se incluye en la periferia del conjunto de las pinturas de Tormón del que formaría parte, en sus primeras fases de ejecución, un momento de cronología neolítica (7000-6000 años BP)>.

      lomas-abril-cuesta-del-rato-castielfabib
      Paneles informativos correspondiente al Rincón de Ademuz y al Abrigo Lomas de Abril, Cuesta del Rato (Castielfabib), 2018.

      lomas-abril-cuesta-del-rato-castielfabib
      Detalle de panel informativo correspondiente al Abrigo Lomas de Abril, Cuesta del Rato (Castielfabib), 2018.


      Cuesta del Rato es un lugarcillo de muy pocos vecinos (16 habitantes en 2011), la población se asienta en la cota media-baja de un cerro alomado orientado al valle del Ebrón. El lugar posee algunas muestras de arquitectura vernacular dignas de interés, así como una ermita que hace de iglesia, templo del siglo XVIII dedicado a la Inmaculada Concepción.[7]Para visitar las pinturas rupestres de las Lomas de Abril hay que continuar por la pista asfaltada que parte de la aldea en dirección a Tormón. La vía se halla en buen estado, pasa junto al Cementerio[8]y continúa por la ladera, ascendiendo por un repecho continuado hasta encontrarse con El Carril, una pista forestal que viene de Torrebaja. Desde este punto el panorama se amplía en todos los puntos cardinales, al levante se halla el valle del Turia, cuyo horizonte más lejano cierra el macizo de Javalambre, mientras que al noroeste se halla la Sierra de Rubiales, más conocidos entre los lugareños como Montes del Rodeno, con su peculiar orografía en sierra dentada. Hacia occidente puede verse el pico Jabalón (1.692 metros de altitud), que desde este punto muestra una silueta de naveta invertida. La carreterita prosigue por la izquierda, paralela al barranco del Val Seco (que discurre por el hondo a nuestra derecha), zigzagueando entre monte bajo y labradas de almendros, en dirección a El Rato –paraje de monte que nombra a la aldea de Castielfabib-.


      lomas-abril-el-rato-castielfabib
      Detalle de poste con pala informativa referente al Abrigo Lomas de Abril, El Rato (Castielfabib), 2018.


      En un punto del trayecto se la añade por la izquierda el camino que sube de El Cuervo, desde este momento la carreterita que venimos siguiendo discurre por la linde interprovincial, entre Teruel por la Comunidad de Aragón y Valencia por la Comunidad Valenciana. Los pinos de estos lugares se hallan muy debilitados por la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), plaga de orugas desfoliadoras que amenaza con acabar con el arbolado sin que las autoridades competentes hagan nada por evitarlo.

      A unos 3,6 kilómetros de Cuesta del Rato hallaremos un poste de madera con pala metálica en verde situado a la derecha de la carreterita que lleva a Tormón, indicándonos la dirección a seguir para visitar el abrigo de las Lomas de Abril –arte rupestre y naturaleza- situado 6,3 km más adelante. Proseguiremos por la pista de tierra, en dirección noreste. Para hacernos una idea de donde estamos podemos imaginar que la silueta del Rincón de Ademuz se asemeja a la mano izquierda extendida -mirándola por la palma-: el dedo pulgar es un territorio de la comarca situado en posición noroccidental, a modo de cuña entre Tramacastiel (este) y Tormón (oeste). Se trata de un paraje de secano en el que abundan las sabinas albares y negrales -con sotobosque de romeros, enebros...-: en su mayor parte el terreno esta constituido por materiales jurásicos (grisáceos, blanquecinos), con la excepción de los bordes externos (este y noroeste) de la figura que aparecen bordeados por suelos triásicos (rojizos) característicos de las areniscas de la facies del Bundsantein.

      Poco más adelante nos encontraremos con un cruce, un poste de madera con pala nos indica seguir por la izquierda: en este punto nos hallamos a 5,75 km de las Lomas de Abril. Siguiendo la pista pasaremos por la fuente del Pozo Roturas (a 50 metros del camino). La partida de Roturas corresponde a una antigua zona de cultivos abancalados que en tiempos subactuales laboraban los vecinos de Castielfabib y Cuesta del Rato. En su mayoría las parcelas están hoy abandonadas; a falta de brazos que las cultiven, el bosque se va apoderando lentamente de ellas. Un nuevo poste de palas a la izquierda de la pista nos indica la situación: nos hallamos a 3,8 km del abrigo de las Lomas de Abril. Cabe continuar hacia delante, hasta un punto en el que el camino desciende para encontrarse con el barranco de Marín, que baja de la Casa Forestal de Tormón, por la izquierda. Un nuevo poste de palas nos invita a seguir adelante: nos hallamos a 1,2 km de las Lomas de Abril.



      lomas-abril-castielfabib-rodeno
      Paisaje del Rodeno con detalle del camino que baja de la Casa Forestal de Tormón (Teruel) y poste de pala relativo al Abrigo Lomas de Abril (Castielfabib), 2018.



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      Poste de pala relativo al Abrigo Lomas de Abril a la entrada de El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


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      Detalle de poste a la entrada de El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


      En esta zona el paisaje cambia bruscamente, pasando del color ceniciento propio de los terrenos del Jurásico a los rojizos del Triásico, propiamente conocido como El Rodeno. Decía que por la izquierda baja el camino que acompaña al barranco de Marín, mas para nuestro propósito debemos vadearlo y proseguir por la ladera opuesta. Un poste con pala de madera a la izquierda de la vía anuncia que nos hallamos en El Rodeno. Desde este punto el camino se ensancha, el piso está en buen estado, discurriendo entre pinos rodenos (Pinus pinaster), que son los más abundantes; en los troncos de muchos de ellos podremos ver las profundas cicatrices de antiguos resinados. A ambos lados de la vía el monte está despejado. El sotomonte también cambia, a partir de este punto podremos observar abundantes matas de gayuba (Arctostaphylos uva-ursi), biércol (Calluna vulgaris), brezo (Erica arborea), estepa o jara de montaña (Cistus laurifolius), etc.

      Pasear por estos lugares es impagable, observando la maravilla de un bosque primigenio que se auto regenera, con el aire puro y fresco de la mañana conteniendo todos los aromas del monte. Abundan por aquí las especies cinegéticas (ciervos, corzos, gamos, jabalís, zorros...), pero no es fácil verlos. Tampoco se dejan ver las especies voladoras, ni siquiera las paseriformes, que son las más abundantes. Con paciencia, sin embargo, es posible ver distintas especies de rapaces surcando el cielo (gavilanes, águilas calzadas, culebreras, ratoneras, alcotanes...). Entretenidos por la maravilla del paisaje arribaremos a un punto en el que hay un poste de madera con pala metálica amarilla a la izquierda del camino, la señal indica la dirección del abrigo rupestre de Prados de los Arejos II –situado a unos 330 metros del camino (5 minutos caminando)-: este lugar arqueológico pertenece al Sendero de Arte Rupestre de Tormón, del Parque Cultural de Albarracín.[9]


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      Detalle de poste de palas indicando la dirección del Abrigo Prados de los Arejos II -correspondiente al Sendero Rupestre de Tormón, Parque Cultural de Albarracín-, en el camino que lleva al Abrigo Lomas de Abril (Castielfabib), 2018.


      El camino que venimos siguiendo continúa poco más de un kilómetro (20 minutos caminando), hasta un punto de bajada en el que nos encontraremos con el barranco del Val del Agua –que en la zona del Prao Medias recoge las aguas de otras ramblas de esta vertiente (barranco Hondo, barranco del Chorrillo, barranco de las Hoyuelas), y otros más aguas abajo, como el barranco de Marín, el barranco del Val Seco, el barranco de las Curanderas- para desaguar finalmente en el Turia por debajo de Mas de Jacinto (Castielfabib). Es decir, estas vertientes meridionales del monte del Rodeno de Tormón y Castielfabib situadas en posición septentrional respecto del Rincón de Ademuz rinden sus aguas al Turia por la derecha a la entrada de la comarca por Teruel. El barranco del Val del Agua, a su paso frente a Mas de Jacinto, los lugareños le nombran también “rambla de San Sebastián”, en honor al patrón de su ermita.



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      Panel informativo correspondiente al Abrigo Lomas de Abril (Castielfabib), en el punto de inicio (i) del sendero en el barranco Val del Agua (2018).

      Al arribar a la zona de Prao Medias encontraremos a la mano derecha, junto al barranco del Val del Agua, un panel que ilustra sobre el Abrigo de las Lomas de Abril. Conviene detenerse un momento y leer el cartel –al menos yo siempre lo recomiendo, pues al final sólo vemos lo que sabemos-. La tabla con imágenes y texto trilingüe (castellano, valenciano, inglés) situado al comienzo del sendero ilustra al visitante –dice en castellano-:
      • <La interacción de la naturaleza y el hombre ha sido una constante a lo largo de la historia de este territorio, una relación de respeto y aprovechamiento mutuo que ha dejado su huella en el lugar y originando múltiples actividades. La abundancia de pino rodeno hizo que, durante muchos años, una de las principales actividades llevadas a cabo en el lugar fuese la recolección de resina para su posterior transformación. La recogida se realiza mediante unos recipientes cerámicos de forma troncocónica que todavía hoy pueden verse por la zona. Por otro lado, la ganadería y la agricultura de cereal intensiva ha sido otra de las principales actividades tradicionales en el Rodeno, por este motivo es frecuente ver diversas construcciones de piedra en seco como corrales, apriscos, etc., donde se guardaba el ganado a la par que se refugiaban los pastores o la gente que trabajaba por la zona. Es de especial relevancia la presencia en este itinerario de un corral y una paridera/aprisco ejecutadas completamente en piedra en seco, dentro de las muchas que existen por la zona, en ellas se puede apreciar la humildad de las mismas pero a la vez su ejecución utilizando las formaciones rocosas existentes y piedra en crudo sin ningún tipo de argamasa>.


      Sigue diciendo:
      • <Cabe destacar el conjunto de edificaciones denominado Corrales de los Fantasmas, que toma el nombre del barranco homónimo. En este grupo de corrales-pajar-vivienda formado por 3 construcciones ubicadas en un promontorio rocoso elevado, acompañadas de eras de trilla, corralizas de encierro, etc., se puede ver un claro exponente de la arquitectura vernácula del Rincón de Ademuz, y en general de toda esta zona limítrofe con Aragón. De esta manera encontramos edificios de una o dos alturas, con planta baja de mampostería, y planta alta (cuando existe) de tapiales de yeso. La estructura es de madera de pino, con dinteles de sabina en las puertas y la cubierta de teja árabe. En algunos de estos edificios se encerraba el ganado, se trillaba y guardaba la paja, y se habitaba en ciertas épocas del año. Una de las peculiaridades añadidas de este lugar es la presencia de cazoletas utilizadas presumiblemente para obtener aceite de enebro, destinado a la cura de animales (si bien estas formas se pueden documentar en la prehistoria). Además, en la parte oeste cerca del acantilado, encontramos un muro de gran espesor con carácter defensivo vinculado a los corrales de los Fantasmas, o probablemente a un periodo anterior>

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      Detalle del sendero correspondiente al Abrigo Lomas de Abril y Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia) [Tomado del panel informativo situado al comienzo del sendero].

      Además de fotografías, el panel contiene el mapa o plano del sendero, un recorrido circular con siete puntos de interés –Dificultad: baja. Tiempo aproximado: 1 hora. Longitud: 1,8 km-:

      i-Inicio
      1-Barranco del Val del Agua.
      2-Pinturas rupestres.
      3-Corral de piedra.
      4-Aprisco/paridera.
      5- Muro defensivo.
      6-Barranco de los Fantasmas.
      7-Microrreserva de flora.

      Para comenzar el recorrido bordeamos el panel del inicio (i) y nos introducimos en el sendero por el barranco del Val del Agua, hay que vadear la ramblita y continuar agua abajo. Ambos márgenes del barranco están coronados de altos farallones rocosos, con los típicos afloramientos rocosos en las laderas. Poco más adelante hay unas escaleras de piedra en la margen izquierda, con un poste de madera y señal de pala indicando que nos hallamos en el barranco del Val del Agua (1). Ascendemos los peldaños y continuamos por la margen izquierda del barranco, siempre rodeados de pinos. El cauce de la rambla lleva un hilo de agua, formando balsas a lo largo del lecho, producto de las últimas lluvias de marzo. El sendero continúa por la ladera, bajando progresivamente hasta casi el nivel del ramblar. En un punto hallaremos un poste de madera con varias señales de dirección y el anagrama del recorrido: un antropomorfo que mira hacia la derecha sobre fondo verde. La pala de la derecha nos indica el abrigo de las Lomas de Abril que venimos buscando. Hay que bajar hasta el ramblar, vadearlo y continuar una veintena de metros hasta el lugar arqueológico. Se trata de un gran afloramiento rodeno con visera rocosa protegido por una verja metálica (2). El abrigo se halla en la margen derecha del barranco del Val del Agua, a unos 1.100-1.200 metros de altitud.


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      Barranco Val del Agua con detalle del sendero que lleva al Abrigo Lomas de Abril y Corrales de los Fantasmas, Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle de poste de pala en el Barranco Val del Agua en el sendero del Abrigo Lomas de Abril y Corrales de los Fantasmas, Castielfabib (Valencia), 2018.

      A los pies del abrigo hay dos paneles informativos bilingües (castellano, valenciano) relativos al Arte Rupestre de la Comunidad Valenciana, el primero, titulado ABRIGO DE LAS LOMAS DE ABRIL (Castielfabib, Valencia), dice:
      • <El Arte Rupestre es un patrimonio muy frágil. Su comprensión está unida a los paisajes en los que se ha conservado durante milenios. Arte Rupestre y paisaje forman una unidad a la que debemos aproximarnos con respeto./ Por su excepcionalidad el Arte Rupestre de la Comunidad Valenciana está protegido por la Legislación Estatal (Ley del Patrimonio Histórico Español) y Autonómica (Ley 4/1998 de 11 de junio de la Generalidad Valenciana, del Patrimonio Cultural Valenciano) como Bien de Interés Cultural y desde el año 1998 forma parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO./ Es responsabilidad de todos velar por su conservación>

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      Vista general del Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


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      Detalle de panel en el Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


      Este primer panel, que luce el calco de una de las figuras antropomorfas del abrigo (Arte levantino), está patrocinado por la Generalidad Valenciana y el Ayuntamiento de Castielfabib. Las tres primeras frases me parecen especialmente significativas: dicen de la fragilidad del patrimonio rupestre, que su comprensión se halla intrínsecamente unida al paisaje, donde ha perdurado a través del tiempo, hasta el punto de formar una unidad a la que no cabe más que aproximarse con respeto. A mi entender, palabras muy atinadas, al menos yo así las entiendo. El siguiente panel se halla junto al primero y posee una fotografía del afloramiento rocoso con un recuadro enmarcando la ubicación de las pinturas en el soporte –lo que sin duda colabora a identificar las imágenes-. Junto a la fotografía del roquedo hay un calco en dos colores de las imágenes numeradas a título descriptivo:

      1- Figura humana yacente.
      2- Figura humana erguida.
      3- Figura humana marchando hacia la izquierda.
      4- Cabra marchando hacia la izquierda.
      5- Cabra en posición invertida.

      El texto del panel dice en castellano:
      • <Arte Rupestre Levantino (5.000-3000 antes de C). Los motivos descritos se organizan en dos composiciones diacrónicas. La primera composición agrupa los motivos 1, 2 y 3; las tres figuras humanas se similar estilo y técnica pictórica. Las tres participan de una misma acción. La figura 2, de mayor tamaño, focaliza el centro de la composición, su tamaño y gran tocado le otorgan un papel preeminente, además en su mano porta un objeto de forma triangular que parece corresponder al tocado de la figura situada a su izquierda, una figura yacente muerta, según su disposición y con el tocado de forma triangular perdido. La figura de la derecha se subordina a la figura principal./ En el centro del panel, y en un momento posterior, se pintan dos cabras: una viva y otra muerta, esta última representada en posición invertida>
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      Afloramiento rocoso correspondiente al Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), con detalle de la ubicación de las pinturas rupestres en el soporte [Tomado del panel informativo situado en el abrigo].

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      Detalle de calco correspondiente a las pinturas del Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia) [Tomado del panel informativo situado en el abrigo].


      Acercándonos al abrigo protegido intentamos localizar las pinturas en el muro de piedra, un espacio liso entre diaclasas. El visitante debe andar prevenido para evitar la frustración, las pinturas se observan con mucha dificultad. Para su composición se utilizaron pinturas rojas basadas en óxidos de hierro (seguramente hematita, limonita, goethita), utilizando una distribución uniforme del color (tinta plana). Uno no puede por menos que admirarse de cómo pudieron ser descubiertas, tuvo que ser un ojo muy experto. Nuestro deseo sería ver las pinturas como en un cuadro, pero ello no es posible. Alguien podría sentir la tentación de mojar el soporte para ver mejor las pinturas, como hicieron H. Breuil y H. Obermaier en el abrigo de las Olivanas (Albarracín), pero es una práctica absolutamente desaconsejada, inadmisible si pretendemos que se conserven en el futuro. Deberemos conformarnos con los calcos que muestra el panel y con las imágenes tratadas digitalmente.

      Se trata de dos escenas, una representada por antropomorfos (motivo 1, 2 y 3) y por dos zoomorfos (motivo 4 y 5). Los antropomorfos fueron pintados en un momento cronológicamente anterior que los zoomorfos, lo que se deduce de la superposición de la cabra (motivo 4) sobre las extremidades del antropomorfo principal (motivo 2).


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      Detalle del panel decorado en el Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


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      Detalle del panel decorado (tratamiento digital) en el Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia) [Tomado del panel informativo situado a la entrada del sendero].

      Lo más llamativo del conjunto quizá sea el tamaño de los antropomorfos, mucho mayores que cualquiera de los existentes en los abrigos del Parque Cultural de Albarracín. Su grado de estilización es también considerable. La escena que representan los humanos resulta asimismo muy significativa, la figura yacente (motivo 1) representaría una persona tumbada, lo que se concluye de que tenga las extremidades inferiores flexionadas. Resulta muy aguda la observación relativa al objeto de forma triangular que la figura principal (motivo 2) porta en su mano derecha, que parece encajar en el hueco del tocado de la figura horizontal. Igualmente respecto al tamaño de la figura principal (motivo 2) y la contigua (motivo 3), ambas se pintan marchando una hacia la otra y en distinto plano, utilizando el tamaño como elemento de profundidad. La escena representada por los zoomorfos –inmediatamente por debajo los antropomorfos (motivo 2 y 3), y por delante de aquellos- trata también del mismo tema: dos cabras juntas, una en posición de pastar, con las patas delantera en uve invertida (lo que indica movimiento), y la otra patas arriba, herida o muerta.

      En su obra citada, Ricardo Canet García ofrece una detallada descripción de los distintos motivos del panel decorado, razón por la que no puedo más que aconsejar su lectura.[10]




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      Detalle del panel decorado (tratamiento digital: negativo) en el Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018. 

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      Detalle del panel decorado (tratamiento digital: negativo del calco) en el Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle del panel decorado (tratamiento digital: relieve) en el Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


      No obstante, la preocupación principal –por no decir el reto- de los especialistas en Arte Rupestre, es la cuestión del significado, la interpretación de lo descrito. No cabe duda que el arte levantino puede constituir una narración de las formas de vida de sus autores, ya que lo pintado pudo ser algo vivido por ellos. Al mismo tiempo, la lectura de las escenas narradas (caza, lucha entre clanes, pastoreo, recolección de frutos...) revela que lo narrado trasciende lo cotidiano, introduciéndonos en el mundo de lo alegórico –figurado y simbólico-, portando un mensaje misterioso, secreto, inescrutable, sólo al alcance de los iniciados (sean estos individuos concretos o todo el grupo). De ahí que se haya especulado respecto a que el arte levantino pueda constituir un mitologema: modelo arquetípico que constituye la base de los mitos. Suponiendo que los autores del arte levantino fueran los humanos recolectores y cazadores del periodo posglacial, no debería resultar extraño que las pinturas rupestres de esa época tuvieran un significado espiritual, semejante al de los que relata la etnografía, siendo portadoras de un significado trascendente (Mateo Saura, 2009: 13-34).[11]


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      Detalle de panel situado en el Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


      Trabajos arqueológicos.
      Según refiere su descubridor, los trabajos arqueológicos llevados a cabo en el abrigo, realizados al amparo de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Generalidad Valenciana (convocatoria de ayudas para la conservación y restauración de Bienes Inmuebles del Patrimonio Cultural) consistieron en estudios de topografía, conservación, documentación, prospección arqueológica de la zona inmediata, y estudio de la pintura para su conocimiento y divulgación.[12] Las labores de topografía se basaron en el levantamiento fotogramétrico,[13]y ortofotográfico,[14]con el propósito de conseguir una muestra digital del interior del abrigo para la producción de un modelo en tres dimensiones (3D). El objetivo final de estas técnicas es lograr un modelo en cuatro dimensiones (4D) que permita paseos virtuales por el abrigo y las pinturas.[15]

      Los trabajos de conservación fueron dirigidos y realizados por el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (IVCR).




      Continúa en:






      [1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo.Pinturas rupestres en el Rodeno: abrigos del Prado de Tormón,  del jueves 22 de febrero de 2018.
      [2] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Pinturas Rupestres en el Rodeno: abrigos del Sendero deTormón, del martes 20 de marzo de 2018.
      [3] CANET GARCÍA, Ricardo (2017). Arte prehistórico en Castielfabib: abrigo de las Lomas de Abril . Revisión literaria: Cristian Aguado Crespo. Diseño y maquetación: Irene Aguilar y Roberto Martínez.
      [4] BUENO, Baltasar. Descubierto en Castielfabib un abrigo con pintura rupestre, en Cultura&Sociedad, del jueves 7 de agosto de 2014.
      [5] BUENO, Baltasar. El abrigo hallado en Castielfabib incluye 5 figuras de hace 7.000 años, en diario Levante-El Mercantil Valenciano, sección Cultura, del viernes 8 de agosto de 1014. 
      [6] MasTuria: Revista Digital. Castielfabib pone en valor las pinturas rupestres del “Abrigo Lomas de Abril”, del sábado 25 de noviembre de 2017.
      [7] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. La ermita de María Inmaculada en Cuesta del Rato (Castielfabib), del martes 1 de mayo de 2012.
      [8] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Iconografía funeraria en el cementerio de Cuesta del Rato (Castielfabib),  del lunes 21 de mayo de 2012.
      [9] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Pinturas rupestres en el Rodeno: Abrigos del Sendero de Tormón,  del martes 20 de marzo de 2018.
      [10] CANET GARCÍA (s/f), pp. 13-17.
      [11] MATEO SAURA, Miguel Ángel. Aproximación teórica al problema del significado del arte rupestre levantino, en Verdolay Revista del Museo Arqueológico de Murcia, nº 12 (2009), pp. 13-34. ISSN: 1130-9776
      [12] MARTÍNEZ, R. Y. y GUILLEM, P. M. (2014). Memoria resumen sobre los trabajos arqueológicos desarrollados en el abrigo de las Lomas de Abril y su entorno (Castielfabib).
      [13] Según la Sociedad Americana de Fotogrametría y Teledetección (ASPRS): la fotogrametría "es el arte, ciencia y tecnología para la obtención de medidas fiables de objetos físicos y su entorno, a través de grabación, medida e interpretación de imágenes y patrones de energía electromagnética radiante y otros fenómenos”.
      [14]La ortofotografía es una presentación fotográfica de una zona, en la que todos los elementos presentan la misma escala, sin errores de perspectiva, teniendo la misma validez de un plano cartográfico.
      [15] CANET GARCÍA (2017), p. 18

      PINTURAS RUPESTRES EN CASTIELFABIB: ABRIGO LOMAS DE ABRIL (y II).

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      Recorrido por el sendero de las pinturas rupestres del Rodeno de Castielfabib,
      en el extremo nororiental del Rincón de Ademuz.




      Viene de:



      Muestras de arquitectura tradicional en las Lomas de Abril y Corrales de los Fantasmas.
      Desde el lugar del abrigo rupestre vamos a visitar un Corral de piedra (3) que hay en las inmediaciones, para ello seguiremos las indicaciones de un poste de pala que hay allí mismo. La señal guía hacia la ladera del monte, subimos por el sendero unos cien metros y nos encontraremos en el corral, pequeño recinto cubierto por una amplia visera de roca y cercado parcialmente por delante mediante una pared de piedra en seco. El muro está levantado en piedra rodena de la zona burdamente labrada, sin aglomerante alguno.


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      Corral de piedra en el Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.

      En un plano por encima del corral, algo más a la izquierda hay un gran afloramiento rocoso al que merece la pena subir, siquiera para contemplar el panorama del barranco del Val del Agua y los corrales de la ladera opuesta. Personalmente, la panorámica me pareció más interesante que el propio corral. Las construcciones del otro lado del barranco se hallan sobre un afloramiento rocoso en suave declive meridional y están distribuidas en dos grupos. El inferior se compone de dos edificios separados, de forma que el de la izquierda posee un corral o descubierto en la parte baja. El grupo superior está formado por otro edificio con descubierto situado en posición noroccidental respecto a los anteriores. Lo más llamativo es el colorido de los edificios, basado en piedra rodena, con tejado de teja árabe a una agua. El conjunto de las construcciones se halla sobre un cantil que desciende suavemente hacia el barranco del Val del Agua, situado en la margen izquierda de otro barranco abancalado. Un lugar propicio para levantar las edificaciones citadas, resguardado y orientado al sureste.

      Dejamos el improvisado Mirador del Corral y bajamos hasta la rambla, atrás queda el abrigo de las Lomas de Abril. Al otro lado del ramblar nos encontraremos de nuevo con el poste de palas del que dijimos arriba. Siguiendo las indicaciones, continuamos la ruta por la margen izquierda del barranco del Val de Agua, en dirección al Barranco de los Fantasmas, situado unos 230 metros más arriba, buscando los corrales que hemos descrito desde el Mirador del Corral. La misma pala de dirección nos indica una Microrreserva que podemos encontrar siguiendo el mismo sendero, unos 560 metros más arriba.


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      Vista de Corrales de los Fantasmas desde el Corral del Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.
      Más adelante el sendero se interna en la ladera, discurriendo entre un bosquecillo de jóvenes sabinas. Las sabinas o encinas (Quercus rotundifolia)son árboles de hoja perenne, de la familia de las fagáceas, género quercus, al igual que los quejigos (Quercus faginea) y melojos (Querqus pyrenaica). Las hojas de la encina y el quejigo son parecidas, aunque muy distintas del melojo. La particularidad de estos últimos (quejigos y melojos) es que son de hoja marcescente, esto es, que pierden vitalidad y se secan en otoño, pero sin caer el suelo, permaneciendo en el árbol durante todo el invierno, hasta que brotan las nuevas.


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      Detalle de postes de pala señalando la dirección de distintos puntos en el sendero del Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.



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      Corral/Paridera en el sendero del Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.

      Continuando por el sendero, ladera arriba encontraremos un nuevo poste de pala señalando un Aprisco/ paridera (4). Se trata de una amplia covacha situada a la derecha (izquierda del barranco abancalado), con una pared de piedra en seco por delante y cubierta por una visera de roca, propiamente responde al concepto de “cerrada”, aprisco o paridera para el ganado. La entrada la tiene por la derecha, siendo el lugar propicio para haya o hubiera habido pinturas rupestres en sus paredes. La senda continua por la derecha, pasando junto a la entrada del aprisco, y sale al primer grupo de construcciones descritas desde el Mirador del Corral. En un extremo de la era que une los edificios hay otro poste de palas indicando nuestra posición. En este punto nos encontramos a unos 625 metros del inicio de la ruta (i), a 35 metros del Aprisco/paridera y a 238 metros de las Pinturas rupestres que hemos visitado. La pala orientada hacia el noroeste señala la dirección del Barranco de los fantasmas, a 17 metros del poste, y un singular Muro catalogado como defensivo, situado 54 metros más abajo.


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      Construcciones tradicionales (vernaculares) en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


      En el extremo opuesto al poste de palas hay un panel relativo al Abrigo Lomas de Abril, contiene imágenes, texto (trilingüe) y un plano o mapa del recorrido –dice en castellano-:
      • <La interacción de la naturaleza y el hombre ha sido una constante a lo largo de la historia de este territorio, una relación de respeto y aprovechamiento mutuo que ha dejado su huella en el lugar, y originado múltiples actividades. La abundancia de pino rodeno hizo que, durante muchos años, una de las principales actividades llevadas a cabo en el lugar fuese la recolección de resina para su posterior transformación. La recogida se realizaba mediante unos recipientes cerámicos de forma troncocónica que todavía hoy es frecuente ver por la zona. Por otro lado, la ganadería y la agricultura de cereal intensiva ha sido otra de las principales actividades tradicionales en el Rodeno; por este motivo, es muy frecuente ver diversas construcciones de piedra en seco como corrales, apriscos, etc, donde se guardaba el ganado a la par que se refugiaban los pastores o la gente que trabajaba por la zona. Es de especial relevancia la presencia en este itinerario de un corral y una Paridera/aprisco ejecutadas completamente en piedra en seco, dentro de las muchas que existen por la zona, en ellas se puede apreciar la humildad de las mismas pero a la vez su ejecución utilizando las formaciones rocosas existentes y piedra en crudo sin ningún tipo de argamasa>.


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      Detalle del panel informativo (arquitectura y etnografía) situado en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


      La influencia de la actividad humana en el medio resulta evidente (basta ver los caminos, abancalamientos, construcciones...) de la misma forma que el medio ha influido en el quehacer, dada la orografía y condiciones ambientales (climatología, calidad del suelo, distancia a los lugares habitados...). Durante siglos, el bosque de pinos condicionó la actividad económica (talas, comercio de madera, resinado...). La actividad agropecuaria fue también importante en tiempos subactuales, en los calveros y barrancos se cultivaban variedad de productos, singularmente el cereal de secano, como puede comprobarse por los abancalamientos del terreno. Los corrales (apriscos, parideras, cerradas...) ponen de relieve la existencia de ganados en la zona. Algunas de estas edificaciones se destinaban también a vivienda temporal de los agricultores que laboraban estos pagos, particularmente durante momentos puntuales del ciclo agrario (labranza, siembra, siega, trilla...). La distancia a los núcleos habitados era considerable (Castielfabib, Cuesta del Rato, El Cuervo, Tormón...), ello explica que tuvieran que quedarse a dormir en estas construcciones durante días o semanas.


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      Detalle de construcción tradicional (vernacular) en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


      corrales-fantasmas-rodeno-castielfabib
      Detalle de construcción tradicional (vernacular) en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


      Continúa diciendo:
      • <Cabe destacar el conjunto de edificaciones denominado “Corrales de los Fantasmas”, que toma el nombre del barranco homónimo. En este grupo de corrales-pajar-vivienda formado por 3 construcciones ubicadas en un promontorio rocoso elevado, acompañadas de eras de trilla, corralizas de encierro, etc., se puede ver un claro exponente de la arquitectura vernácula del Rincón de Ademuz, y en general de toda esta zona limítrofe con Aragón. De esta manera encontramos edificios de una o dos alturas, con planta baja de mampostería, y planta alta (cuando existe) de tapiales de yeso. La estructura es de madera de pino, con dinteles de sabina en las puertas y la cubierta de teja árabe. En algunos de estos edificios se encerraba el ganado, se trillaba y guardaba la pana, y se habitaba en ciertas épocas del año. Una de las peculiaridades añadidas de este lugar es la presencia de cazoletas utilizadas presumiblemente para obtener aceite de enebro, destinado a la cura de animales (si bien estas formas se pueden documental desde la Prehistoria). Además, en la parte oeste cerca del acantilado, encontramos un muro de gran espesor con carácter defensivo vinculado a los “Corrales de los Fantasmas”, o probablemente a un periodo anterior>.
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      Detalle de construcción tradicional (vernacular) en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


      Llegados a este punto nos encontramos en Corrales de los Fantasmas (6), grupo de construcciones vistas desde el Mirador del Corral, se trata de dos construcciones (separadas por una era común de pan trillar), levantadas en piedra local con machones en las esquinas y cobertura de teja a una agua. La construcción situada al borde del barranco abancalado (noroccidental) tiene una parte alta (con puerta de entrada en el muro oriental) y un corral o descubierto en la parte inferior, al que se accede por un pórtico con dintel de madera de sabina cubierto por una hilera de piedras. El muro meridional posee encofrado de yeso en su parte alta. La parte cubierta del corral corresponde propiamente a la parte baja del edificio y se destinaba al ganado, mientras que en la parte alta servía de pajar, incluso de vivienda ocasional.

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      Detalle de construcción tradicional (vernacular) en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


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      Detalle de construcción tradicional (vernacular) en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


      Piedras copeladas, insculturas en rocas.
      En la parte interna y cubierta del corral hay una serie de seis cazoletas alineadas a modo de pequeños cuencos labrados en la roca, y otra más en el extremo de la entrada con una fina acanaladura labrada como vaciado. Su diámetro oscila entre los 15 y los 20 cm., siendo más hondas las de los extremos. Las cazoletas podrían interpretarse como petrogrifos prehistóricos (piedras copeladas, grabados rupestres, insculturas en rocas), de carácter mágico-religioso, y en última instancia desconocido. Pero según el texto del panel corresponden a hornos para la obtención de aceite de enebro (miera). De haber tenido este uso debemos remontarnos a una fecha anterior a la construcción del actual edificio, ya que no se observan señales de humo en techos ni paredes.

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      Detalle de cuencos (tipo petroglifos) labrados en el piso de un corral en Corrales de los Fantasmas -El Rodeno de Castielfabib (Valencia)-, presuntamente relacionados con la destilación del aceite de enebro (2018).

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      Detalle de cuencos -el primero con acanaladura- labrado en el piso de un corral en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), presuntamente relacionados con la destilación del aceite de enebro (2018).

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      Detalle de cuencos -el primero con acanaladura- labrado en el piso de un corral en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), presuntamente relacionados con la destilación del aceite de enebro (2018).


      En cualquier caso, las cazoletas observadas no responden al típico horno para la destilación en seco habitualmente descrito,[1] lo que hace improbable que fueran labradas para ese uso. La obtención de aceite de enebro común (Juniperus communis), del enebro de la miera (Juniperus oxycedrus) o de la sabina negra (Juniperus phoenicea), aplicando calor externo se hacía en pleno campo, de forma artesanal. Pera ello se buscaba una zona rocosa más o menos lisa pero con ligera inclinación natural. Sobre la roca se labraba una forma externa (más o menos circular) con hendeduras (arboriformes o ramiformes) en el interior, que confluían en una acanaladura final, por donde salía el producto de la destilación. Sobre la base del horno se colocaban raíces, madera y tallos de enebro adulto (preferiblemente las zonas más rojizas). La madera de enebro se cubría con finas lajas de piedra y sobre estas se ponía una capa de barro o arcilla. Todo lo cual se cubría a su vez de leña, que se hacía arder hasta que, alcanzada cierta temperatura, la savia o brea de enebro comenzaba fluir. Este es el tipo de horno para la destilación en seco más elemental. Obviamente, la madera de enebro no debía entrar en contacto con el fuego, de lo contrario ardería sin destilar.

      Es por ello que, dada la disposición de las cazoletas observadas en los Corrales de los Fantasmas (labradas sobre roca, alineadas horizontalmente y sin comunicación entre ellas: solo la última posee una fina canaleta en la parte inferior), tengo mis dudas de que sirvieran como hornos para la obtención de aceite de enebro. En todo caso, los que piensan que tenían ese fin, deberían explicarlo mediante un modelo funcional, teórico-práctico.

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      Detalle de muro defensivo meridional en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle de muro defensivo meridional en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.
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      Detalle de muro defensivo meridional en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


      Muro defensivo en Corrales de los Fantasmas.
      Asimismo, resulta de interés el gran Muro defensivo (5) situado en la parte inferior de Corrales de los Fantasmas, de gran espesor, basado en piedra encarada de la zona y sin aglomerante, parcialmente conservado. Dicha estructura parece corresponder a un periodo anterior a la construcción de los actuales corrales, ya que carece de utilidad en la organización y estructura del lugar. De la misma forma, cabe destacar que la pared occidental del descubierto donde se hallan las cazoletas descritas se ha levantado parcialmente sobre un muro anterior de mayor entidad, bien visible desde el exterior y que tal vez hubiera tenido relación con el muro defensivo meridional.

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      Detalle de muro construido sobre otro anterior en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.

      El mismo panel de Corrales de los Fantasmas posee otro texto situado a la derecha :
      • <Esta zona del Rodeno de Castielfabib destaca por su gran diversidad medioambiental y ecológica, en el campo animal hallamos multitud de mamíferos, aves, reptiles, así como un variado elenco de árboles, arbustos y plantas. Cabe destacar la Micorreserva que se encuentra en la zona, donde crece la Biscutella atropurpurea, un endemismo de las áreas maestracenses y celtibérico-alcarreñas del Sistema Ibérico que en este territorio valenciano penetra ligeramente por las áreas más elevadas y continentales como el Rodeno de Castielfabib (Rincón de Ademuz). Además, los pinares de pino rodeno con sotobosque de jaral-brezal silicícola y pendientes rocosas silíceas con vegetación cosmofítica, forman parte de la Red Natura. Por otro lado, la escasa presencia humana en la zona hace que muchas especies vegetales y animales proliferen de forma abundante en las últimas décadas. Cabe destacar también la gran variedad micológica que se puede encontrar en la zona>.


      Respecto de la fauna:
      • <Dentro del campo animal, y en cuanto a mamíferos destaca de forma más habitual el jabalí (Sus scrofa), ciervo (Cervus elaphus), corzo (Capreolus capreolus) o el zorro (Vulpes vulpes). En menor medida pueden encontrase también especies como la cabra montés (Cpra Pyrenaica), garduña (Martes foina), gineta (Genetta genetta), gato montes (Felis silvestris), ardilla roja (Sciurus vulgaris). En cuanto a aves podemos hallar: Piquituerto (Loxia curvirostra), pinzón vultar (Fringilla coelebs), carbonero garrapinos (Periparus ater), herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus), arrendajo (Garrulus glandarius), paloma torcaz (Columba palumbus), gavilán (Accipiter nisus), azor común (Accipiter gentilis) y el cárabo común (Strix aluco). Por lo que a reptiles respecta, existe el lagarto ocelado (Timon lepidus), lagartija colilarga (Psammodromus algirius), culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), culebra de escalera (Rhinechis scalaris), entre otros>.
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      Detalle del panel informativo (fauna y flora) situado en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.

      Dice de la flora:
      • <En cuanto a la flora existentes, dentro de las especies arbóreas encontramos de forma predominante el pino rodeno (Pinus pinaster), además de otras especies como la carrasca (Quercus ilex), quejigo o roble valenciano (Quercus faginea), sabina albar (Juniperus thurifera), roble melojo (Quercus pyrenaica). Dentro del campo de los arbustos destaca la presencia de jaras (Cistus laurifolius) y brezos (Calluna vulgaris) así como también la de especies como el enebro (Juniperus oxicedrus), gayuba (Arctostaphylos uva-ursi) o el madroño (Arbutus unedo). Ya por último, dentro de la gran abundancia de plantas que se encuentran en esta zona, destacan el cantueso (Lanvandula stoechas), los tomillos (Thymus lectophyllus y Thymus mastichina) así como los helechos (Asplenium adiantum-nigrum, Asplenium foreziense, Asplenium septentrionale)>.



      Dejamos Corrales de los Fantasmas con la sensación de que es un lugar singular que reúne elementos de interés: construcciones propias de la arquitectura vernacular destinadas a pajares y corrales de ganado, habitáculo de personas en momentos puntuales del ciclo agrario (siembra, siega, trilla...), refugio de pastores, y algo más según evidencian el muro defensivo y las cazoletas labradas en la roca. En cualquier caso, se trata de un evocador y silencioso rincón del bosque entre rodenales, sin más sonidos que el silbo del viento entre pinos y el canto de algún pájaro oculto.


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      Detalle de corral y descubierto en Corrales de los Fantasmas, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.

      El Rodeno: Microrreserva de flora.
      Siguiendo las indicaciones del sendero llegamos a otra construcción situada por encima de las anteriores, del mismo estilo que las descritas, con una parte alta y otra a nivel inferior destinada a corral y descubierto. El sendero continúa ascendiendo entre antiguas labradas de cultivo abandonadas, hasta arribar a la zona de Microrreserva (7). El sendero aboca a una amplia pista, junto al camino hay un poste de madera con dos palas: la de la izquierda señala el sendero por donde hemos subido y el Barranco de los Fantasmas, situado a 364 m, y las pinturas rupestres que hemos visitado, situadas a 850 metros. Por la derecha la pala señala el Inicio/Fin de ruta (i), que queda 520 metros más abajo, en dirección norte. Tomamos esta dirección, camino del Prao Medias, un suave descenso entre pinos que apenas lleva unos minutos. Finalmente arribamos al Prao Pedias, donde hay un poste bajo cuadrangular correspondiente al sendero de las Lomas de Abril, junto a otro más antiguo de pala indicando la Fuente del Prado. Para arribar al Inicio del sendero de las Lomas de Abril debemos continuar por la izquierda, el panel lo encontraremos poco más abajo.

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      Detalle de placa relativa a la zona de Microrreserva de Flora, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.

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      Detalle de poste de palas con indicadores de dirección en el sendero Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), 2018.


      El topónimo del Prao Medias proviene de que la zona del prado constituye la linde intermunicipal entre Castielfabib y Tormón: allí puede verse (a la derecha del camino por el que hemos descendido) una fuente con pilón y abrevadero corrido en la parte baja y un depósito de agua contra incendios en la parte alta; ambos en término de Tormón. En tiempos históricos hubo ciertos problemas entre los pastores de ambos municipios, por los pastos y por el agua, hasta que los concejos de ambos pueblos llegaron a un juicioso acuerdo: el primero que llegara podía pastar o abrevar los ganados en la zona.

      En el Prao Medias puede observarse también un poste de madera con pala metálica (amarilla), correspondiente al Sendero Rupestre de Tormón. El poste señala el abrigo del Prao Medias (Fin de recorrido), situado a unos 370 metros (6 minutos caminando), dirección nororiental. Si no deseamos o no podemos visitar en ese momento el abrigo reseñado, que sepamos dónde está.


      Palabras finales, a modo de conclusión.
      Hasta el punto de Inicio/Final del sendero (i) de las Lomas de Abril puede irse por distintos medios: caminando o en vehículo (coche, moto, bicicleta). Desde el punto de Inicio, sin embargo, el trayecto debe hacerse caminando. Se trata de un sendero circular con un recorrido de casi dos kilómetros (1,8 km), y de una hora de duración, según lo que nos entretengamos en cada punto del trayecto.

      El sendero contiene elementos propios –naturaleza, pinturas rupestres, construcciones destinadas a pajares y cobijo de animales y personas en momentos puntuales del ciclo agrario-, lo que se hace patente en el lugar denominado "Corrales de los Fantasmas". Además de arquitectura vernacular, el lugar contiene elementos singulares, como el muro defensivo y las cazoletas labradas en la roca a modo de petroglifos en el piso de uno de los Corrales, presuntamente destinados a la destilación de aceite de enebro-.

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      Detalle de poste cuadrangular correspondiente al sendero Abrigo Lomas de Abril, El Rodeno de Castielfabib (Valencia), con el anagrama del abrigo rupestre (2018).


      Sin embargo, las pinturas rupestres del abrigo Lomas de Abril son el plato fuerte de la ruta, los paneles decorados constituyen una narración basada en antropomorfos y zoomorfos, con la muerte como elemento central. Las pinturas pertenecen al estilo levantino, con los antropomorfos de gran tamaño y muy estilizados, siendo los zoomorfos más naturalistas. Por su estilo y temática, las pinturas de este abrigo forman un todo con las contenidas en los abrigos de la Ruta Rupestre y Prado de Tormón, pertenecientes al Parque Cultural de Albarracín.

      La peculiaridad de las pinturas del abrigo de las Lomas de Abril, además de en la temática (en torno a la idea de la muerte) y en la estilización de los antropomorfos, está en su ubicación geográfica, pues se hallan en el extremo suroccidental del monte de El Rodeno de Castielfabib (Valencia), siendo las más meridionales de la Sierra de Albarracín y las únicas conocidas en el Rincón de Ademuz. No obstante resultar difícil su visualización in situ, las imágenes son de gran belleza formal, lo que hace obligada la visita al lugar, en especial para los amantes del Arte Rupestre levantino. Vale.







      [1] GRACIA ARMISÉN, Daniel (1999). Alloza en la Edad Moderna, Instituto de Estudios Turolenses, Teruel. ISBN: 84-86982-84-7 GUSI JENER, Francesc et al. Petroglifos “ramiformes” y hornos de aceite de enebro en Castellón: Interpretación etnoarqueológica de una farmacopea rural intemporal, en Cuadernos de Prehistoria y Arqueología Castellonense, 27 (2009), 257-278. ISSN: 1137-0793 MARTÍNEZ GONZÁLEZ, Monserrat. Notas sobre unos hornos de “ginebro” de Alcorisa (Teruel), en revista Teruel, 66 (1981), 183-188. ISSN: 0210-3524 MESADO OLIVER, Norberto (2012). Insistiendo sobre los hojiformes insculturados, Archivo de Prehistoria Levantina, vol. XXIX, Valencia, 157-186. ISSN: 0210-3230 MONESMA MOLINER, Eugenio. El aceite de enebro, en Vida rural, 56 (1997), 60-61. ISSN: 1133-8938

      DON JOAQUÍN VIDAL MUNÁRRIZ, UN CORONEL REPUBLICANO EN TORREBAJA (y II).

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      Reseña biobibliográfica para una aproximación al conocimiento del militar republicano,
      Jefe del XIX  Cuerpo de Ejército de Levante en Torrebaja durante la Guerra Civil Española 
      (1936-1939).








      Viene de:

      Al final de la Dictadura (abril de 1930) encontramos al comandante Joaquín Vidal Munárriz en Castellón: “Marchando con permiso el teniente coronel don Eladio López Rosas, queda dado de baja para el servicio, haciendo entrega del batallón en armas al comandante don Joaquín Vidal Munárriz, a quien por ordenanza le corresponde”.[1]

      La siguiente referencia al capitán Vidal Munárriz la hallamos en marzo del año siguiente (1931) y se refiere a un Consejo de Guerra por los sucesos de diciembre, esto es, el levantamiento militar contra la monarquía de Alfonso XIII durante la “dictablanda” del general Berenguer que la historia conoce como “Sublevación de Jaca”. En aquella causa, que debía celebrarse en abril de ese año, el capitán Vidal Munárriz debía actuar como defensor del comandante Recaj Navarro, al que el fiscal pide “Seis meses y un día de prisión militar correccional”.[2]El tribunal pronunció su sentencia al día siguiente.[3]


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      De izquierda a derecha: Tatxo AmiliaJosé A. Aguirre Lecube (Presidente del Gobierno de Euzkadi) y Joaquín Vidal Munárriz, Jefe de la 2ª División del Ejército Vasco, en 1937 [Tomada de Auñamendi Eusko Entziklopedi].


      Posteriormente -ya en plena II República-, sólo hallamos el nombre del capitán Vidal Munárriz en los Anuarios Militares:

      * 1932 y 1933: Décima Brigada de Infantería, Cuartel General (Huesca): General de Brigada: Francisco Llano Encomienda. Ayudante de campo: Joaquín Vidal Munárriz. Tropa: Regimiento de Infantería número 19 (Jaca). Regimiento de Infantería número 20 (Huesca).
      * 1934, 1935 y 1936: Tropas Divisionarias, Quinta Brigada de Infantería, Cuartel General (Valencia). General de Brigada: Francisco Llano Encomienda. Ayudante de campo: Comandante de Infantería: Joaquín Vidal Munárriz. Plana mayor: Carlos García Nieto.

      En una nota de Información militar relativa a Destinos en Infantería, Caballería e Ingenieros (de agosto de 1935) encontramos al capitán Joaquín Vidal Munárriz destinado al ministerio.[4]Al año siguiente (abril de 1936), en plena primavera trágica aparece en nota de prensa nueva noticia relativa a destinos militares en la que figura el biografiado: “y al teniente coronel de Infantería don Joaquín Vidal Munárriz para el mando del batallón de Montaña de Arellano número 4 (Bilbao).[5]La noticia la recoge también el diario ABC del día siguiente (2 de abril de 1936).[6]En la misma fecha, la información aparece también el del diario El Sol.[7]

      Cronológicamente nos hallamos en la denominada “Primavera trágica”, periodo comprendido entre las elecciones de febrero de 1936 y el levantamiento militar derechista que dio origen a la guerra civil española. Un editorial –La crisis de nuestra economía- en el diario independiente El Sol (del jueves 2 de abril de 1936), dice:
      • <Unas elecciones, en 1931, derribaron la Monarquía; otras, las de 1933, desplazaron del Poder a las Izquierdas; las de 1936 eliminan del Poder a la derecha y al centro./ Se han repetido todos los tópicos para Justificar esta última evolución, como antes, y en los tres casos, sin acierto. No se ha llegado a explicar satisfactoriamente la causa de este desplazamiento de las masas hasta constituir mayorías tan dispares en su significado ideológico. ¿Motivos políticos? ¿Lucha de clases? Los orígenes de estos vaivenes, en períodos tan breves para la vida de un pueblo, hay que buscarlos en causas fundamentales. En la escasa prosperidad general, en la falta de trabajo./ Son figuras equivalentes, contrapuestas en su acción, prosperidad y paro forzoso, trabajo y miseria. El complejo nacional se ha movido en un circulo vicioso en los siete últimos años, con evidente mala fortuna. La coyuntura nacional, a pesar de su poca relación con la crisis mundial, ha sido cada vez más lamentable. En siete años no se dió con el remedio. La escasa labor realizada para la creación de trabajo; la falta de visión certera, o mejor de visión de conjunto, ha sido tal, que el paro obrero ha crecido, con sus dobles vertientes, sobre el proletariado y sobre ese otro seudoproletariado, la clase media, donde se mezclan y borran las líneas diferenciales, las profesiones liberales, el pequeño comercio y la pequeña industria, los primeros perjudicados por el descenso aterrador del poder de compra de la masa que el paro ha producido./ El paro obrero. He aquí el promotor del descontento, y por ende, de estos desplazamientos de opinión. El peligro se veía lejos, muy lejos. Sin embargo, no era así; se agrava por momentos, es necesario afrontarlo inmediatamente; ya no se puede pensar en actuar con reactivos sobre la economía privada, sobre la iniciativa particular; ya no se puede lucubrar sobre esa técnica de la oportunidad de las inversiones de dinero. Ahora hay que crear trabajo, y crearlo aprisa. En junio, las estadísticas de paro deben cerrar su interrogante. Quinientos, mil, dos mil millones de pesetas. No precisamos el gasto. Señalamos la necesidad ineludible de que se resuelva de una manera definitiva este cuadro de miseria./ Pesan sobre el Gobierno estas consideraciones. Aparte de que el problema del paro es la esencia de su programa preelectoral, hoy un imperativo de conciencia que obliga a resolverlo. De una manera especial queremos requerir al ministro de Hacienda./>[8]


      Continúa diciendo:
      • <A un lado, sus deseos, como buen economista, de mantener la política de reajuste. A otro lado, la miseria, el hambre, la revuelta en la calle. Hay que decidirse por lo más urgente. A la postre, del obrero al burgués, todos gozarán de la prosperidad a través de una política de gasto bien ordenada, que tenga por objeto remediar el paro, la puesta en marcha de toda la riqueza nacional en colapso. Sabe el ministro que no puede haber hacienda donde no hay orden, que este orden no nace de las medidas de coerción, sino de la existencia de un buen pasar en las clases populares. Aun iremos más allá. Es inútil buscar un presupuesto nivelado a base de una economía depauperada. Los avances fiscales más renovadores -que aun caben muchos en España- sólo son soportables cuando el bienestar, exponente de actividad y de trabajo, engendra una riqueza imponible más intensa./ Cuando las Cortes se constituyan, esta debe ser la primera materia de discusión, encaminada a conseguir que el dinero del Tesoro, elementoesencial de este ataque contra la miseria, no sea lanzado a voleo, sino empleado en proyectos remuneradores debidamente estudiados./ El mejor remedio contra el paro sería la rápida aprobación de una ley que concediese los créditos necesarios para la puesta en práctica de numerosos proyectos, ya en buena parte o totalmente discutidos en las Cortes, sin contar las obras ya comenzadas e insuficientemente desarrolladas por deficiencias en la consignación presupuestaria. Obras de las Confederaciones hidráulicas, supresión de pasos a nivel, ferrocarriles de nueva construcción, edificios públicos en proyecto, sobre todo escuelas; obras de defensa nacional, construcción de unidades de la escuadra, ley de Comunicaciones marítimas. He aquí un programa realizable inmediatamente, mediante una primera ley. Con más calma se construiría el segundo escalón y se dibujarían mejor los perfiles de la obra total./ Se precisa a la vez utilizar en los dos próximos trimestres, en obras y suministros dotados en los presupuestos vigentes, las consignaciones totales fijadas en el presupuesto prorrogado. Refuerzo que ayudaría a cerrar el ciclo de trabajo de los braceros, cuya ocupación en las faenas del campo durante el verano permite esperar que en otoño se inicie un plan de mayor empuje./ Conviene poner de relieve que, iniciado el plan, se produciría un reflejo favorable en la Industria pesada, que inmediatamente se extendería a otras ramas de la metalurgia y de la industria en general, para repercutir, precisamente en la hora de los aprovisionamientos para el invierno, en todas las industrias de consumo./ En espera de una coyuntura menos penosa, al finalizar el ejercicio se podrían estudiar las reformas fiscales para 1937, base del reajuste presupuestario, más hacedero sobre una economía en camino de resurgimiento, aun considerando los intereses y amortizaciones de los créditos o deuda creados para la reducción del paro./ El ministro de Hacienda debe recordar, para que esa experiencia alumbre su camino, cuál ha sido la orientación de sus antecesores -Ventosa, Caner, Chapaprieta- y cuáles los frutos recogidos. Con la mejor buena fe, actuaron según las normas clásicas. Los resultados, poco brillantes para los mismos intereses que creían salvaguardar, se recogen ahora.>[9]


      Un análisis de la situación económica y social del país sensato y nada despreciable. Sin embargo, la situación política era mucho más compleja, pues el editorialista –basándose en los acontecimientos que tenían lugar por todo el territorio nacional: la miseria, el hambre, la revuelta en la calle- no es capaz de prever que tres meses después habría de estallar una guerra civil.

      Al estallar la rebelión militar (julio de 1936), Vidal Munárriz era Teniente Coronel Jefe del Regimiento de Garellano en Bilbao, manteniéndose fiel a la República. Según recoge Canales Serrano (2010), la secuencia de los hechos, en relación con el levantamiento militar derechista, fue la siguiente:
      • <El pronunciamiento que había de dar inicio a la guerra civil fracasó en Bilbao al mantenerse fieles a la República los principales jefes de los cuerpos armados de la ciudad: el Teniente Coronel Joaquín Vidal Munárriz, al frente del batallón de la Montaña n.6 (Garellano), el teniente coronel Colina, jefe de la Guardia Civil, y el comandante Aizpuru, jefe de la Guardia de Asalto. De hecho, en Bilbao el pronunciamiento fue abortado antes de producirse>[10]

      • <Según el relato recogido por la Causa General, el jefe del movimiento en Vizcaya había de ser el comandante de artillería retirado Alejandro Velarde González. Éste contaba con la opinión favorable al golpe de la oficialidad del Batallón de la Montaña [...], también conocido como Batallón de Garellano. En el interior del Batallón dirigía la conspiración el capitán de infantería Juan Ramos Mosqueda. Al no contar con los oficiales de mayor graduación ni con la Guardia Civil, toda la conspiración se centró en la sublevación del Cuartel de Basurto. Esta concentración facilitó sin duda la actuación de las autoridades fieles al gobierno. Ya la noche del 17 de julio se personó en el cuartel el jefe de la guardia municipal de Bilbao con la orden del gobernador civil de retirar 130 fusiles. La actitud golpista de la oficialidad quedaba ilustrada por la resistencia pasiva que ofreció a esta entrega; pero la lealtad a las autoridades republicanas del Teniente Coronel Vidal [Munárriz] estaba fuera de duda. Incluso el informe relata que, ante la resistencia dilatoria de la oficialidad, el propio Vidal rompió los cristales de la vitrina donde se guardaban los fusiles con su bastón de mando>[11]

      • <Durante el día 18, “el ambiente en el cuartel era de nerviosismo e intranquilidad. Los comprometidos vigilaban al Teniente Coronel Vidal y éste vigilaba a sus subordinados y daba noticias al Gobernador Civil”. Finalmente, la noche del 18 al 19 Vidal [Munárriz] hizo detener a los cabecillas de la conspiración. Mientras tanto, el Gobernador Militar, coronel Piñerúa, se negaba a obedecer las órdenes de Pamplona que le instaban a declarar el Estado de Guerra y convocaba una reunión de los principales mandos militares. El Teniente Coronel Colina, jefe de la Guardia Civil, amenazó con atacar el Cuartel de Basurto con sus 800 guardias si el Batallón de Garellano se sublevaba. A esta intención se sumó el jefe de la Guardia de Asalto y el de Carabineros. Así, pues, en la noche del 18 al 19 de julio el Alzamiento en Vizcaya quedaba sentenciado>[12]


      Actuación en el Frente del Norte.
      Pocos días después del comienzo de la guerra -el 20 de julio de 1936- vemos al teniente coronel Vidal Munárriz dirigiendo una columna que salió de Bilbao en dirección a Vitoria; dicha columna fue desorganizada por un bombardeo aéreo ocurrido el día 22 de julio, razón por la que permaneció a la defensiva frente Villarreal de Álava.[13] Nuevos hechos de guerra en los que intervino datan de octubre de 1936 –veamos la crónica de aquel combate (la negrita es mía)-:

      • <BILBAO 9 (11 n.).—Ante la combatividad de nuestras fuerzas en el frente de Ochandiano, los rebeldes se replegaron para lanzarse poco después a un nuevo y furioso ataque. Nuestras fuerzas, inmejorablemente situadas, contraatacaron enérgicamente, cortando la ofensiva del enemigo, que por segunda vez se vio forzado a retroceder bajo una intensa cortina de metralla./ Perseguido por las fuerzas leales, bien pronto se convirtió el repliegue de los facciosos en una desordenada huida, y la primera trinchera de nuestras fuerzas, donde se desarrolló la parte más encarnizada de este episodio guerrero, aparecía cubierta de cadáveres enemigos./ Se calculan las bajas que les infligimos en unas doscientas./ Después de la lucha nuestras fuerzas llevaron a cabo una exploración de reconocimiento sobre el terreno donde se desarrolló la batalla, encontrando más de cien cadáveres. Se recogieron también ocho soldados heridos, que en calidad de prisioneros fueron trasladados al hospital de sangre. Los rebeldes sufrieron la pérdida del comandante Julián Cogolludo García y la del sargento Rafael Gutiérrez Luco, natural de Bilbao, que estaba propuesto para su ascenso a alférez./ Se cogieron al enemigo dos morteros, además de otro material (de) guerra, en abundancia; documentos importantes, listas de nombres de los individuos que tomaron parte en la operación, emblemas, cartillas militares, etc. Por las listas se ha comprobado que casi todos los elementos que tomaron parte en el ataque pertenecían al regimiento de Infantería de San Marcial, número 44, de guarnición en Burgos, aunque los más castigados fueron los requetés./ Las fuerzas rebeldes las mandaba un teniente coronel que llegó expresamente de Vitoria, para dirigir la operación./ El combate empezó al amanecer y duró hasta las once de la mañana, si bien el fuego de fusilería y ametralladora se prolongó durante toda la jornada./ Un soldado que intentó pasarse a nuestras filas fué herido por un sargento, al que momentos después daban muerte los milicianos. Al tenerse conocimiento en Ochandiano del triunfo logrado por las milicias, el vecindario invadió la plaza del pueblo y aclamó al teniente coronel Sr. Vidal Munárriz y a las fuerzas a sus órdenes./ En poder de varios soldados muertos se encontraron cartas que dirigían a sus familiares y amigos en las cuales referían que llevaban cuarenta y dos días sin ser relevados y que esperaban que pronto lo serían. Otro escribía a un amigo que esperaban la orden de atacar Bilbao, y que en un periódico de Vitoria se publicaba la noticia de que en Bilbao se había celebrado una manifestación de mujeres pidiendo la rendición de la villa, uno de tantos bulos lanzados por los facciosos para levantar el decaído ánimo de sus tropas>.[14]


      En noviembre, interviene en la ofensiva de Legutiano. De este tiempo data una Orden del Gobierno Vasco, por la que se asciende al empleo inmediato superior al Tte. Coronel de Infantería Joaquín Vidal Munárriz, que dice:
      • <“Su Excelencia el Presidente del Gobierno de Euz-/ kadi y Consejero de Defensa,/A propuesta del general en jefe de los Ejércitos/ del Norte, y en conformidad con el Decreto del Go-/ bierno de la República de 20 de octubre último (DIA-/ RIO OFICIAL número 215) y el de 13 del mismo/ mes (DIARIO OFICIAL número 210), ambos del Mi-/ nisterio de la Guerra, y haciendo uso de las faculta-/ des que me confiere el artículo 10 del Estatuto de/ Autonomía, vengo en ascender al empleo de coronel/ al teniente coronel de Infantería don Joaquín Vidal/ Munárriz, con antigüedad de 19 de julio último y/ efectos administrativos a partir de 1.° del mes de/ octubre, fecha que le corresponde con arreglo a las/ mencionadas disposiciones, continuando en comisión/ en su anterior destino de jefe del Batallón Garellano/ número 6./ Bilbao, a 27 de noviembre de 1936./ El Consejero de Defensa./ JOSE A. DE AGUIRRE”>.


      coronel-joaquin-vidal-munarriz-nombramiento
      Recorte del Diario Oficial del País Vasco, por el que se nombra Coronel al Tte. Coronel don Joaquín Vidal Munárriz (27 de noviembre de 1936).


      Respecto del momento histórico, de otras fuentes recojo lo que sigue:
      • <En febrero de 1937 es nombrado jefe del Frente de Guipúzcoa y poco después se le asigna el mando de la 2ª División del Ejército de Euzkadi.// En vísperas de la caída de Bilbao fue sustituido por [Nino] Nanetti. Ostentó durante unas semanas la jefatura del Cuerpo de Ejército. Cercana la caída de Santander, Vidal Munárriz fue puesto al mando de la defensa costera y, posteriormente, de los servicios de retaguardia y transportes. Afiliado al Partido Comunista. Tras el derrumbamiento del frente del Norte, mandó el XIX Cuerpo del Ejército de Levante>[15]


      Aunque parece que no participó en el ataque sobre Villarreal de Álava, a comienzos de diciembre de 1936, el Coronel Vidal Munárriz sustituyó a Cueto en los últimos momentos de la batalla.[16]A principios del año siguiente (1937) le hallamos al mando del Frente de Guipúzcoa -sectores de Lequeitio, Marquina, Éibar, Elgueta y Elorrio-. A finales de marzo cambió la denominación de las unidades, pasando a mandar la 2ª División vasca, cargo que ocupó desde el 31 de marzo hasta el 19 de junio de ese mismo año, participando en la campaña de Vizcaya, donde tuvo una destacada actuación. Tras la caída de Bilbao -19 de junio- fue sustituido por Nino Nanetti: Vidal Munárriz pasó entonces a mandar los servicios de retaguardia y transporte.[17]

      Antes de concluir el mes de junio (de 1937), ya en tierras cántabras, el Coronel Vidal fue nombrado Comandante del I Cuerpo de Ejército de Euzkadi, cargo que desempeñó durante un corto período -desde el 19 de junio hasta el 20 de julio de 1937- siendo sustituido por el Coronel Adolfo Prada Vaquero. Todavía en el Frente del Norte, durante la ofensiva sobre Santander, ocupó otros cargos, actuando en la defensa de costas y de la capital santanderina.[18]


      Actuación en la Zona del Centro.
      Destinado a la zona Centro, el 15 de noviembre de 1937 fue nombrado Jefe del XIX Cuerpo de Ejército en Levante, siendo dicho nombramiento el que le vincula con el frente de Teruel y su estancia en Torrebaja (Valencia), donde se dispuso el Mando de este Cuerpo de Ejército. Por estas fechas ya estaban avanzados los preparativos en el ejército republicano para su ofensiva sobre Teruel. Las fuerzas meridionales para su intervención en la batalla de Teruel estaban acantonadas en el Rincón de Ademuz y otros pueblos del entorno. Sin embargo, el Coronel Vidal Munárriz no intervino en la toma de la capital, por haber quedado defendiendo la comarca al oeste de la capital.

      Respecto a la “Batalla de Teruel”, conviene saber lo que sigue:
      • <El frente sur de Teruel y toda la zona del Rincón de Ademuz estuvieron prácticamente inactivos hasta noviembre de 1937, con las características de un frente de escasa actividad (pasivo). Sin entrar en el detalle de las consideraciones estratégicas, puede decirse que las divisiones elegidas por el mando del ejército frente popular para la toma de Teruel quedaron establecidas en tres grandes masas de maniobra y una de reserva: Columna de la derecha (Norte), Columna del Centro, Columna de la Izquierda (Sur) y otra de Reserva. La que afectaba nuestra zona fue la ubicada al sur y estaba formada por el XVIII Cuerpo de Ejército. Contaba éste con las Divisiones 34 y 64, un batallón de carros (T-26), cuatro grupos de artillería y otros cuatro “batallones de Fortificación”. Las fuerzas de Reserva de dicha columna, escalonadas hacia el oeste, eran la 70 y 47. El referido Ejército de Levante (Cuerpo de Ejército XIII y XIX) se consideraba una fuerza local (frente pasivo), y sus jefes –Comandante Balibrea y Coronel Vidal Munárriz-, junto con los de las citadas Divisiones de Reserva (70 y 47) quedaron directamente subordinados al Mando supremo del conjunto, para las contingencias que surgiesen>.[19]

      • <Para los efectos de la maniobra táctica de concentración, las fuerzas [del XVIII Cuerpo] de la División 34 se hallaban repartidas en tres pueblos del Rincón de Ademuz (Ademuz, Castielfabiby Torrebaja), mientras que las de la División 64 se ubicaron en Alobras y Tormón (Teruel). A la luz de lo expuesto, merece la pena reflexionar al respecto, para imaginar por un momento la distribución de gente armada que supuso la concentración de aquella gran unidad militar en nuestros pueblos, pues entre los tres citados sumaban unos nueve mil soldados. A principios de diciembre ya se conocía el volumen probable de los efectivos que deberían tomar parte en la operación. En total se establecieron unos 77.000 hombres, de los que 15.000 correspondían a la citada Columna de la Izquierda (Sur). Los vehículos a motor dispuestos para la operación reunían unos 3.230, una cantidad considerable para el ejército frente popular, a los que cabía añadir unas 2.350 caballerías>.[20]

      • <Respecto a la enorme cifra de vehículos dispuestos para la operación, cabe apuntar que los vecinos de Torrebaja recuerdan la ingente cantidad de camiones y coches de todo tipo reunidos en la zona, hasta el punto de formar una larga hilera desde la misma localidad hasta el puente del Ebrón en Los Santos (Castielfabib). Asimismo referente a las caballerías, que se requisaron en gran numero entre los labradores de la comarca. Semejante trasiego de gente, animales y vehículos, no podía pasar desapercibida al mando nacional en Teruel, que recogió dicha información merced a ciertos “pasados” al otro bando. Por dicha razón, enviaron dos espías a Torrebaja, para confirmar la noticia en el mismo cuartel general enemigo. Y volvieron con la confidencia de un ataque inminente de gran envergadura, para el que se contaba con unos cincuenta mil hombres>.[21]

      • <Tocante a la estructura militar, mandos y carácter político de los ejércitos, sabemos que el XVIII Cuerpo de Ejército se hallaba a las órdenes del teniente coronel Fernández Heredia. Sus Divisiones (34 y 64) estaban mandadas por el mayor Etelvino Vega y Martínez Cartón respectivamente, ambos comunistas. La primera División (34) pertenecía al XVIII Cuerpo y la segunda (64) al XIX, del Ejército de Levante. Resta decir, referente a las zonas de concentración, que la División 70 (Reserva) se distribuyó entre Tramacastiel y Libros (Teruel). La orden para el comienzo de la operación, la denominada “toma de Teruel” fue dada desde Barracas, donde se ubicaba el cuartel general del coronel Hernández Saravia, quedando establecida para las 7:00 horas del día 15 de diciembre de 1937. Los otros puestos de mando quedaron fijados en Jérica-Barracas (Mando conjunto), Mora de Rubielos (XIII Cuerpo de Ejército), Corbalán (XXII), Cubla (XX), Torrebaja (XIX) y Tormón (XVIII). El mando de la aviación se situó en Jérica y el de la D.E.C.A. en Barracas>.[22]


      Al Coronel Vidal Munárriz el final de la guerra le sobrevino en su puesto de mando en Torrebaja, como Comandante del XIX Cuerpo de Ejército republicano de Levante, sin que interviniera en ninguna otra acción de guerra digna de nombrarse. Obtuvo la Medalla al Valor, mención que le fue otorgada el 26 de junio de 1938. Finalmente, apoyó la sublevación del Coronel Casado contra el Gobierno de Negrín.[23]

      Por el contrario de lo sucedido con los mandos políticos y civiles, los militares fueron casi en su totalidad detenidos por los nacionales, encarcelados, juzgados y muchos de ellos ajusticiados, cual fue el caso del Coronel Joaquín Vidal Munárriz:
      • <El 12 de julio de 1939 fue juzgado en Bilbao […] el que había sido jefe de los cuarteles de Garellano y que abortó el golpe de Estado en la capital vizcaína. El instructor le acusó de haber considerado legítimo el Gobierno del Frente Popular, de haber ejercido de testigo de cargo en el juicio que la República organizó contra los militares golpistas, de haber evacuado a Burdeos a la llegada de los tropas franquistas y de haber seguido en su puesto tanto en Cataluña como en Levante. No hubo, como era habitual, cargos de “rebelión”, sino de “traición” y el fiscal pidió la pena de muerte, previa degradación. Vidal Munárriz fue ejecutado el 4 de agosto de 1939. […], el juez instructor envió un telegrama “urgentísimo” a Carlos Quintana, coronel en Burgos en la Caja de Reclutas, por si deseaba asistir a la ejecución>.[24]


      torrebaja-entrega-bandera-ejercito-republica
      Acto de entrega de una bandera al XIX Cuerpo de Ejército republicano de Levante en Torrebaja (Valencia), durante la Guerra Civil (1936-39). Tomado de SANCHÍS, J., Fotografía de Guerra (1937-38), Biblioteca Valenciana, Valencia, 2005, p. 191.


      Testimonios y notas de prensa.
      Dice el testimonio de la vecina Trinidad Martínez Arnalte (Torrebaja, 1941): “Según contaba el tío Avelino -se refiere al señor Avelino Esparza Gómez (1906-84), que fue Guardia Civil durante la guerra y también alcalde de Torrebaja (1956-70)-, al jefe militar que hubo aquí (en Torrebaja) durante la guerra lo fusilaron, y no le valió ni la influencia de su hermano, que era un pez gordo de los de Franco...”. La misma fuente dice que "hubo un vecino de Torrebaja ya fallecido -cuyo nombre prefiere ocultar- que estando en el frente desertó y regresó a su casa. La pena por deserción era muy grave, pero parece que intervino el Comandante en Jefe de las fuerzas en Torrebaja -se refiere al Coronel Vidal Munárriz- y no le pasó nada... Ya después de la guerra, pidieron avales a favor del Comandante, pero aquel vecino al que probablemente salvó la vida se negó a firmar en su favor...". Cuando la informante me refirió este detalle lo tomé como simple anécdota o historieta de la guerra, pues carecía de datos en que fundamentar el hecho. Sin embargo, recientemente encontré una noticia en el Diario Vasco de San Sebastián, relativa al Desfile de la Victoria en Donostia (1954), cuyos dos primeros párrafos dicen (la negrita es mía):

      • <Este año el llamado Desfile de la Victoria se celebró el día 1 de abril, aunque otros años también tuvo lugar en distintas fechas. Apenas amanecido la avenida del Generalísimo, hoy de la Zurriola, era ocupada por los vehículos del Cuerpo de Artillería en tanto que la infantería se situaba en la Alameda de Calvo Sotelo, hoy del Boulevard.// La Misa de campaña comenzó a las 11.30, estando colocado el altar en el kiosco de la música, presidida por el obispo de la diócesis, Jaime Font Andreu, y los gobernadores civil y militar, Tomás Garicano Goñi y Enrique Vidal Munarriz, respectivamente>.[25]

      abc-enrique-vidal-munarriz
      El Coronel don Enrique Vidal Munárriz -presuntamente hermano de Joaquín- en una comida ofrecida por Franco a sus compañeros de promoción en el Palacio de Oriente (Madrid, 1943).


      La mención al tal Enrique Vidal Munárriz como Gobernador militar de la zona me hizo recapacitar, pensando que la noticia de mi informante tal vez fuera algo más que una anécdota; y que éste, el “pez gordo de los de Franco” al que se aludía arriba, cuya influencia no bastó para salvar del fusilamiento al Coronel Vidal Munárriz, tal vez fuera su hermano Enrique, dirigente franquista y Coronel de Infantería, además de compañero de promoción de Franco.[26]


      Palabras finales, a modo de epílogo.
      El coronel don Joaquín Vidal Munárrizpersonifica al militar español de larga trayectoria que intervino activamente en la Guerra Civil española (1936-39) a favor de la II República, a la que se mantuvo leal en el momento de la sublevación militar derechista de julio de 1936; fidelidad que le costó la vida.

      Siendo profesor de la Academia de Infantería de Toledo, tradujo del francés la obra de Georges Boulfray: Los dos sitios de Puerto Arturo, 1894-1904 (1908), y publicó un libro: Ultimas glorias de la Marina española (1910). Como Teniente Coronel, participó en la defensa de la República, ejerciendo como Comandante del Batallón de Montaña de Garellano (17-18 de julio de 1936). Por Orden del Presidente del Gobierno de Euszkadi y Consejero de Defensa –a propuesta del general en jefe de los Ejércitos del Norte- fue nombrado Coronel (27 de noviembre de 1936). Participó en los últimos momentos de la ofensiva sobre Villarreal de Álava, sustituyendo a Cueto (10 de diciembre de 1936).

      Estuvo al mando del Frente de Guipúzcoa –sectores de Lequeitio, Marquina, Éibar, Elgueta y Elorrio- (principios de 1937). Como comandante de la 2ª División vasca, participó activamente en la campana de Vizcaya, donde tuvo una brillante actuación (finales de marzo de 1937). Tras la caída de Bilbao –19 de junio- es sustituido por Nino Nanetti; de allí pasó a mandar los servicios de retaguardia y transporte. Posteriormente fue nombrado Comandante del I Cuerpo de Ejército de Euzkadi, puesto del que fue relevado por Adolfo Prada Vaquero (finales de julio). Asimismo, participó en la batalla de Santander, momento en el que ocupó cargos en la defensa de costas y de la propia ciudad.



      torrebaja-valencia-guerra-civil
      Detalle del primer momento de un desfile militar con banda de música en la carretera de Cuenca-Teruel en Torrebaja (Valencia), durante la Guerra Civil (1936-39): en el torreón más próximo del fondo estaban las oficinas del Comité y en la casa donde lucen las banderas se hallaba la vivienda del comandante del XIXº Cuerpo de Ejército, don Joaquín Vidal Munárriz -en dicha casa, propiedad entonces de la señora Francisca Vicente Casino, se halla hoy la oficina de farmacia del Ldo. Villanueva- [Foto procedente de la Biblioteca Valenciana de San Miguel de los Reyes, Archivo "Finezas"].
      torrebaja-valencia-guerra-civil-banda-musica
      Detalle del segundo momento de un desfile militar con banda de música en la carretera de Cuenca-Teruel en Torrebaja (Valencia), durante la Guerra Civil (1936-39): en el torreón más próximo del fondo estaban las oficinas del Comité y en la casa donde lucen las banderas se hallaba la vivienda del comandante del XIXº Cuerpo de Ejército, don Joaquín Vidal Munárriz -en dicha casa, propiedad entonces de la señora Francisca Vicente Casino, se halla hoy la oficina de farmacia del Ldo. Villanueva Hernández- [Foto procedente de la Biblioteca Valenciana de San Miguel de los Reyes, Archivo "Finezas"].

      torrebaja-valencia-carretera-teruel
      Durante su estancia en Torrebaja (Valencia), el Coronel don Joaquín Vidal Munárriz y su esposa vivieron en el edificio de la carretera (fachada rojiza), donde actualmente se ubica la farmacia del pueblo, que regenta el Ldo. Villanueva Hernández (2018).

      torrebaja-valencia-calle-san-roque
      Fachadas de viviendas en la calle san Roque, donde se ubicó el Alto Mando del XIX Cuerpo del Ejército republicano de Levante, que comandaba el Coronel don Joaquín Vidal Munárriz (2018).


      Nombrado Comandante del XIX Cuerpo de Ejército de Levante, se asentó en Torrebaja, localidad del Rincón de Ademuz (Valencia) donde estaba el Alto Mando (15 de noviembre de 1937). Durante la batalla de Teruel participó en la defensa del flanco oeste de la comarca. Le fue concedida la Medalla al Valor (26 de junio de 1938). El final de la contienda le cogió en Torrebaja, sin participar en más acciones militares dignas de mención, si bien apoyó la sublevación de Segismundo Casado contra Negrín. En este punto se plantea la duda, acerca de la presunta pertenencia del Coronel Vidal Munárriz al Partido Comunista –como se afirma arriba-; si el militar se posicionó a favor de la sublevación de Casado resulta poco creíble que fuera comunista, pues “la mayoría de jefes del Ejército Popular Republicano” se adhirieron al golpe, en contra del Presidente de Gobierno -Juan Negrín (1937-45)- y de los comunistas, lo que aparentemente resultaría contradictorio si se hallaba afiliado al Partido Comunista.

      En suma: al terminar la guerra el Coronel Vidal Munárriz fue detenido y juzgado por “traición” -no por "adhesión" a la rebelión, como era lo habitual-; “el fiscal pidió la pena de muerte previa degradación”. Presuntamente, un hermano suyo -el entonces Coronel Enrique Vidal Munárriz(1893-1955), que había sido compañero de promoción de Franco, y que con el tiempo sería general de brigada y gobernador militar en el País Vasco (1954)-, intercedió para salvar su vida, sin conseguirlo, pues el 4 de agosto de 1939 fue ejecutado en Bilbao mediante fusilamiento. Sirva el presente artículo como homenaje al ilustrado militar, que permaneció fiel a sus principios, incluso al precio de su vida; a la vez que como expresión del desgarro y la tragedia que supuso la Guerra Civil para los españoles. Vale.




      [1]Vida militar en provincias: Castellón, en La Correspondencia Militar. Madrid, del viernes 11 de abril de 1930.
      [2]Consejo de guerra por negligencia, en La Época, Madrid, del martes 17 de marzo de 1931. [La Época fue un periódico conservador vespertino publicado en Madrid (entre 1849 y 1936)].
      [3]El Consejo de Guerra ha pronunciado la sentencia, en El Imparcial, Año LXVI, Nº 22.064. Madrid, del miércoles 18 de marzo de 1931.
      [4] Información Militar: Destinos en Infantería, Caballería e Ingenieros, en El Siglo Futuro, Año LX, Nº 18.385. Madrid, del jueves 29 de agosto de 1935, p. 4. [El Siglo Futuro fue un periódico español fundado por Cándido Nocedal y publicado en Madrid (entre 1875 y 1936), vinculado al carlismo y al integrismo]
      [5]Noticias de última hora: Firma Presidencial, en El Siglo Futuro, del miércoles 1 de abril de 1936, p. 17.
      [6]Otras informaciones: Firma de decretos, en diario ABC, edición de la mañana del jueves 2 de abril de 1936, p. 20.
      [7] Otras informaciones políticas: Firma presidencial, en diario El Sol, Año XX, Nº 5.807. Madrid, del jueves 2 de abril de 1936.
      [8]La crisis de nuestra economía, en diario El Sol, Año XX, Nº 5.807. Madrid, del jueves 2 de abril de 1936.
      [9] Ibídem.
      [10] CANALES SERRANO, Antonio Francisco (2010). La derecha en Barakaldo (1936-39). (Consultado por última vez el 11 de diciembre de 2015)
      [11] Ibídem.
      [12] Ibídem.
      [13] ENGEL MASOLIVER, Carlos (1999). Historia de las Brigadas Mixtas del Ejército Popular de la República, Primera edición, Almena Ediciones, Madrid. ISBN: 84-922644-7-0
      [14]Detalles de la gran jornada de ayer en el frente de Vizcaya, en El Liberal, Año LVIII, Nº 20.048. Madrid, del sábado 10 de octubre de 1936, p 4.
      [15] MARTÍNEZ ARTOLA, Alberto. Joaquín Vidal Munárriz, militar navarro natural de Pamplona(Consultado por última vez el 17 de abril de 2018)
      [16]Ibídem.
      [17] Ibídem.
      [18] Ibídem.
      [19]MARTÍNEZ BANDE, J M (1990). La batalla de Teruel, Editorial San Martín, S. L., Madrid, p. 50-51. SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Refugios antiaéreos en Torrebaja y otras noticias de la Guerra Civil (1936-39), en: Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, 2008, vol. II, p. 334.
      [20]MARTÍNEZ BANDE (1990), pp. 51-53. SÁNCHEZ GARZÓN (2008), pp. 334.
      [21]MARTÍNEZ BANDE (1990), p. 57. SÁNCHEZ GARZÓN (2008), pp. 334.
      [22]MARTÍNEZ BANDE (1990), p. 60. SÁNCHEZ GARZÓN (2008), pp. 334-335.
      [23] Ibídem.
      [24]EGAÑA, Iñaki (2009). Los crímenes de Franco en Euskal Herría, 1936-1940, Editorial Txalaparta, Tafalla, p. 230. ISBN: 978-84-8136-559-7 [Aprovecho la cita para manifestar mi disconformidad con el título de la presente obra, pues no pueden calificarse de “crímenes” los ajusticiamientos franquistas de posguerra, sino de represión política en su sentido más estricto. En cierto sentido, la posguerra fue una continuación de la guerra y para comprender lo sucedido remito a una frase del célebre dirigente socialista, Indalecio Prieto Tuero (Oviedo, 1883 - México, 1962), escritas en un diario madrileño al día siguiente del asesinato de Calvo Sotelo (1893-1936), exhortando a la unión de la izquierda, y amenazando a la derecha con la destrucción total. Dice literalmente: “Será, lo tengo dicho muchas veces—una batalla a muerte, porque cada uno de los bandos sabe que el adversario, si triunfa, no le dará cuartel. Aun habiendo de ocurrir así, sería preferible un combate decisivo a esta continua sangría”. (La Voz, Año XVII, Nº 4.839, del Martes 14 de julio de 1936, p. 10). Respecto a la segunda parte del título “Euskal Herría”, sencillamente es un concepto inexistente, sin más contenido que el que utópicamente pretenden sus promotores; pues “Euskal Herría” no ha existido nunca como reino, pueblo o nación: han existido y existen las provincias vascongadas y por extensión el País Vasco, territorio de la actual Comunidad Vasca].
      [25]SADA, Javier (2008). 1954: El “Desfile de la Victoria” en Donostia, en La calle de la Memoria, Diariovasco.com (del 10 de abril de 2008).
      [26] Otras referencias a Enrique Vidal Munárriz: Las Academias Militares, en Diario ABC, del miércoles 5 de junio de 1907, p. 5; Su Excelencia el Jefe del Estado ofreció anoche una comida a sus compañeros de Promoción. Los puestos en la mesa, en Diario ABC, del domingo 6 de junio de 1943, p. 18; Disposiciones del Boletín Oficial del Estado: Concesión de la Cruz de la Orden del Mérito Militar al coronel de Infantería D. Enrique Vidal Munárriz, en Diario ABC, del jueves 25 de julio de 1943, p. 18.


      DON ENRIQUE VIDAL MUNÁRRIZ (1893-1955), GENERAL DE DIVISIÓN DEL ARMA DE INFANTERÍA.

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      Reseña biobliográfica acerca del militar, compañero de promoción de Francisco Franco y hermano menor del coronel Joaquín Vidal Munárriz (1882-1939).


      “Fue siempre un hombre de conducta acrisolada,
      regida por un gran fervor cristiano e intachable hombría de bien,
      por lo que su pérdida ha sido muy sentida por todos cuantos le trataban”
      -Diario de Burgos, 18 de junio de 1955-.









        


      Justificación.
      Durante el trabajo de información previo realizado para la composición del trabajo DON JOAQUÍN VIDAL MUNÁRRIZ, UN CORONEL REPUBLICANO EN TORREBAJA (I y II),[1]hallé también referencias a su hermano, el general de división don Enrique Vidal Munárriz; no en vano comparten apellidos.

      Don Enrique Vidal Munárriz nada tiene que ver con el Rincón de Ademuz; sin embargo, dada su vinculación con el coronel Joaquín Vidal Munárriz, para completar la anterior entrada me pareció oportuno cifrar las referencias biobibliográficas encontradas.

      Ambos hermanos –Joaquín y Enrique- fueron militares, como su padre, el capitán Joaquín Vidal Cristóval. Entre los varones puedo haber otra hermana, María del Carmen Vidal Munárriz, fallecida en 1899, estando el padre destinado en el Regimiento de Infantería de Zamora.

      La vida militar de Joaquín y Enrique discurrió por caminos distintos: Joaquín permaneció leal al gobierno de la II República y alcanzó el grado de coronel, con mando sobre el XIX Cuerpo de Ejército republicano en Torrebaja (1937), siendo fusilando al término de la guerra civil española (1939); por el contrario, Enrique se puso del lado de los sublevados, alcanzando puestos de importancia en el franquismo: fue general de División y gobernador militar de San Sebastián (1954), y general de División, con mando sobre la División número 62 de Montaña (1955).

      La entrada constituye una somera compilación biobibligráfica sobre el personaje; en las citas textuales, la negrita es mía.


      Referencias bioblibliográficas en hemerotecas.
      En la primera década del siglo XX, una nota en La Correspondencia de España (1907, junio), relativa a Academias Militares (Toledo), en el arma de Infantería se reseña a Enrique Vidal Munárriz como “aprobado en el segundo ejercicio”.[2]Inicialmente, desconocía el lugar y fecha de nacimiento del biografiado. Sin embargo, respecto a la data, habida cuenta que a principios del siglo a las academias militares se ingresaba con 14-16 años, puede inferirse que puedo nacer entre 1891 y 1893. Posteriormente, por una nota en la necrológica averigüé que nació el 7 de junio de 1893, ignorando todavía el lugar de nacimiento.

      En la misma página del diario aparece una noticia relativa a la segunda sesión del proceso por el atentado de la calle Mayor a los reyes (Alfonso XIII y Victoria Eugenia) en el día de su boda, que tuvo lugar del 31 de mayo de 1906.

      Dos años después (1910, julio) encontramos nueva referencia, ahora en El Imparcial, relativa a los Nuevos Oficiales de Infantería (Toledo) –entre ellos que se hallan Enrique Vidal Munárriz y Francisco Franco Bahamonde-:
      • <Con la solemnidad de todos los años, se ha verificado la entrega de los reales despachos á los alumnos de infantería recién ascendidos á oficiales./ El batallón de la Academia formó en el patio del Alcázar, en cuyas galerías había gran concurrencia, especialmente de señoras./ Presidieron el cardenal Aguirre, los generales Teruel, gobernador militar de esta provincia, y Rosales, comandante general de artillería de la región./ El cardenal Aguirre y coronel Villalba, director de la Academia, pronunciaron breves y sentidos discursos. Vitoreóse al rey, a España, al Ejército y al Armade infantería>[3]


      Pocos días después, en La Correspondencia militar (1910, julio) encontramos unas disposiciones oficiales correspondientes a destinos del Arma de Infantería, entre los segundos tenientes encontramos a Enrique Vidal Munárriz, destinado al regimiento de Zamora nº 8, y a Francisco Franco Bahamonde, destinado al regimiento de Soria nº 9.[4]

      Dos años más tarde (1912, julio), en nuevas Disposiciones Oficiales relativas al personal, en el Arma de Infantería vemos una lista de tenientes segundos, clasificados aptos para el ascenso a tenientes primeros, aunque continuando en sus destinos: entre ellos se hallan Vidal Munárriz (Manuel) y Franco Bahamonde(Francisco).[5]

      Las siguientes referencias a Enrique Vidal Munárriz se hallan en el Anuario Militar de España–Años 1917, 1918 y 1921-:
      * 1917: figura entre los Primeros tenientes, Regimiento de Infantería “Sicilia 7”.
      * 1918 y 1921: figura entre los Capitanes, Regimiento de Infantería “Sicilia 7”.

      La siguiente mención se halla en otras Disposiciones oficiales de Guerra recogidas en La Correspondencia Militar (1928, febrero). En el Arma de Infantería, bajo el epígrafe “Premios de efectividad”, entre los capitanes figura Enrique Vidal Munárriz, al que se le conceden “1.100 pesetas por dos quinquenios y una anualidad, a partir del 1 de marzo de 1928”.[6]

      La siguiente mención al militar la encontramos en el Boletín Oficial del Estado (1939, enero):
      • <ORDEN concediendo la Medalla del Sufrimiento por la Patria al Comandante habilitado para Teniente Coronel, don Enrique Vidal Munárriz y otros Jefes y Oficiales./ Con arreglo a lo dispuesto en la Ley de 7 de julio de 1921 (C.L. núm. 273) y Decreto de 26 de enero de 1937 (B.O., núm. 99), se concede la Medalla de Sufrimientos por la Patria a los Jefes y Oficiales del Ejército que a continuación se relacionan: Comandante de Infantería, habilitado para Teniente Coronel, don Enrique Vidal Munárriz, herido grave el día 25 de junio de 1938. Debe percibir la pensión de pesetas 1.282,50, correspondiente a 57 días de curación, y la indemnización de 2,700 pesetas>.[7]

      enrique-vidal-munarriz-medalla-sufrimientos
      ORDEN concediendo la Medalla de Sufrimientos por la Patria al Comandante, habilitado para Tte. Coronel, don Enrique Vidal Munárriz y otros Jefes y Oficiales (BOE nº 12, jueves 12 de enero de 1939).


      Según puede verse, al comandante Enrique Vidal Munárriz, habilitado para Tte. Coronel, le fue concedida la “Medalla del Sufrimiento por la Patria” (1939, enero), por haber sido herido grave el 25 de junio de 1938. La cuantía de la pensión ascendió a 1.282,50 pesetas, “correspondientes a 57 días de curación”, a la que cabe añadir una indemnización de 2.700 pts. Obviamente, dada la fecha, la herida o heridas recibidas debieron serlo en el contexto bélico.

      La siguiente referencia a Enrique Vidal Munárriz se halla en un artículo del diario ABC (1943, junio) –Su Excelencia el Jefe del Estado ofreció anoche una comida a sus compañeros de Promoción: Los puestos en la mesa-:
      • <En la noche de ayer, Su Excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos ofreció en el Palacio de Oriente una comida a sus compañeros de promoción./ Presidió con el Caudillo el ministro del Ejército, general Asensio>[8]



      A la derecha del ministro del Ejército se sentaron el general de división don Camilo Alonso Vega (1889-1971) y varios coroneles, entre los que figura (en séptimo lugar) don Enrique Vidal Munárriz. Entre enero de 1939 y la cena con el Caudillo han pasado cuatro años, tiempo en el que el comandante Enrique Vidal Munárriz ha pasado de habilitado para Tte. Coronel a coronel.


      enrique-vidal-munarriz-comida-jefe-estado
      "Su Excelencia el Jefe del Estado ofreció anoche una comida a sus compañeros de promoción", entre los que se halla el coronel de Intantería don Enrique Vidal Munárriz (ABC, domingo 6 de junio de 1943).


      enrique-vidal-munarriz-cruz-orden-merito-militar
      Concesión de la Cruz de la Orden del Mérito Militar, con distintivo blanco de tercera clase al coronel de Infantería don Enrique Vidal Munárriz (ABC, jueves 25 de julio de 1946).



      Tres años más tarde (1946, julio) aparece una noticia en el diario ABC –Disposiciones del “Boletín Oficial del Estado”-, en el apartado relativo al Ejército figura Enrique Vidal Munárriz, al que se la concede “la Cruz de la Orden del Mérito Militar, con distintivo blanco, de tercera clase”.[9]

      La siguiente mención al coronel Enrique Vidal Munárriz la hallamos en el Boletín Oficial del Estado (1952, febrero), Decreto del Ministerio de Ejército:
      • <DECRETOS de 1 de febrero de 1952 por los que se promueven al empleo de Generales de Brigada de Infantería a los coroneles don Amador Regalado Rodríguez y don Enrique Vidal Munárriz.// Por existir vacante en la Escala de Generales de Brigada de Infantería y en consideración a los servicios y circunstancias del Coronelde dicha Arma don Enrique Vidal Munárriz, a propuesta del Ministerio del Ejército y de acuerdo con el Consejo de Ministros./ Vengo en promover al empleo de General de Brigada de Infantería, destinándole a las órdenes del Ministro del Ejército./ Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a uno de febrero de mil novecientos cincuenta y dos./ FRANCISCO FRANCO./ El Ministro del Ejército,/ AGUSTÍN MUÑOZ GRANDES>[10]


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      DECRETOS de 1 de febrero de 1952 por los que se promueve al empleo de Generales de Brigada de Infantería a los Coroneles don Amador Regalado Rodríguez y don Enrique Vidal Munárriz (BOE, nº 40 del 9 de febrero de 1952). 


      Cinco meses más tarde (1952, julio), aparece otra noticia en el Diario ABC, referida a una Audiencia Militar, en la que fueron recibidos por el Jefe del Estado varios generales y jefes del Ejército y la Armada, entre ellos “don Enrique Vidal Munárriz, general de Brigada de Infantería”.[11]

      Un mes más tarde (1952, agosto), hallamos otra referencia al militar en el BOE relativa al Gobierno de la Nación. Bajo el epígrafe “Ministerio del Ejército” aparece la siguiente reseña:
      • <DECRETO de 21 de julio de 1952 por el que se nombra Jefe de la Infantería Divisionaria de la División número 62 de Montaña al General de Brigada de Infantería don Enrique Vidal Munárriz.// Vengo en nombrar Jefe de la Infantería Divisionaria de la División número sesenta y dos de Montaña al General del Brigada de Infantería don Enrique Vidal Munárriz, cesando en su destino actual./ Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a veintiuno de julio de mil novecientos cincuenta y dos./ FRANCISCO FRANCO./ El Ministro del Ejército,/ AGUSTÍN MUÑÓZ GRANDES>[12]




      enrique-vidal-munarriz-jefe-infanteria-divisionaria
      DECRETO de 21 de julio de 1952 por el que se nombra Jefe de la Infantería Divisionaria de la División número 62 de Montaña al General de Brigada de Infantería don Enrique Vidal Munárriz (BOE nº 224, del 11 de agosto de 1952).


      Dos años más tarde (1954) encontramos al general de Brigada -Enrique Vidal Munárriz- como Gobernador Militar en el País Vasco, presidiendo el Desfile de la Victoria en San Sebastián, junto al obispo de la diócesis (Jaime Font Andreu) y al Gobenador Civil (Tomás Garicano Goñi): “Antes de comenzar el acto religioso, pasaron revista a las tropas los ya citados junto al capitán de Estado Mayor, Felipe de Ugarte y Lambert (alcalde de San Sebastián de 1969 a 1973)”.[13]

      Cuatro meses después (1954, agosto) volvemos a encontrar al Gobernador Militar -Enrique Vidal Munárriz- en San Sebastián, concuriendo, junto a otras personalidades del Estado a la tradicional Salve en honor de la patrona de San Sebastián, a la que asistieron el Jefe del Estado y su esposa:
      • <SAN SEBATIÁN, 14.-Como víspera de la festividad de la Asunción de nuestra Señora, esta noche se cantó en la iglesia parroquial de San Santa María, la solemne y tradicional Salve en honor de la Santísima Virgen del Coro, Patrona de San Sebastián, acto, que al igual que en años anteriores, fue realzado por la asistencia de Su Excelencia el Jefe del Estado y su esposa. El Caudillo llegó acompañado de su esposa, doña Carmen Polo de Franco desde el palacio de Ayete, así como por el jefe de su Casa militar, teniente general don Francisco Franco Salgado-Arujo; segundo jefe de la Casa militar, don Pedro Antúnez; jefe de su Casa civil, marqués de Huetor de Santillán; segundo jefe e intendente de la Casa civil, don Fernando Fuertes de Villavicencio; ayudantes de servicio y otras personalidades del séquito. La calle mayor se hallaba profusamente engalanada, y en los alrededores de la iglesia se había congregado numeroso público que acogió la presencia de Sus Excelencias con entusiásticos vítores y aplausos. El Jefe del estado y su esposa descendieron del coche en la mitad de la citada calle, dirigiéndose al pie al templo. Una compañía del Regimiento de Zapadores número 6 con bandera, escuadra, banda y música rindió honores, interpretándose el Himno Nacional. En el atrio de la iglesia el Generalísimo y doña Carmen Polo de Franco fueron recibidos por los ministros de Asuntos Exteriores, don Alberto Martín Artajo; de la Gobernación, don Blas Pérez González; del Ejército, teniente general Muñóz Grandes; de Comercio, don Manuel Arbúrua; de Agricultura, don Rafael Cavestani, y ministro subsecretario de la Presidencia, don Luis Carrero Blanco; Nuncio de Su Santidad, monseñor Antonoutti; arzobispo de Valladolid, doctor García Goldáraz; obispo de la diócesis, don Jaime Font Andreu; primer introductor de embajadores y fefe de protocolo, barón de las Torres; gobernador civil de la provincia, don Tomás Garicano Goñi; gobernador militar, don Enrique Vidal Munárriz; presidente de la Diputación, don José María Caballero y otras personalidades...>[14]



      enrique-vidal-munarriz-gobernador-militar
      "El Jefe del Estado y su esposa asisten a la tradicional Salve en honor de la Patrona de San Sebastián", con asistencia del Gobernador Militar, don Enrique Vidal Munárriz entre otras autoridades (ODIEL, del 15 de agosto de 1954).


      La siguiente referencia a Enrique Vidal Munárriz la hallamos al año siguiente, en el Boletín Oficial del Estado (BOE):
      • <DECRETO de 11 de junio de 1955 por el que pasa a ejercer el mando de la División número 62 de Montaña el General de División don Enrique Vidal Munárriz./ Vengo en disponer que el General de División don Enrique Vidal Munárriz, Jefe de la Divino número cincuenta y dos de Montaña, pase a ejercer el mando de la División número sesenta y dos de Montaña./ Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a once de junio de mil novecientos cincuenta y cinco./ FRANCISCO FRANCO./ El Ministro de Ejército, AGUSTÍN MUÑÓZ GRANDES>[15]



      enrique-vidal-munarriz-general-division
      DECRETO de 11 de junio de 1955 por el que pasa a ejercer el mando de la División número 62 de Montaña el General de División don Enrique Vidal Munárriz (BOE nº 168, del 17 de junio de 1955).


      Al día siguiente de la aparición en el BOE del decreto mediante el que se le asignaba el mando de la División de Montaña, se publicaba su necrológica en el diario ABC (1955, junio 18):
      • <Burgos 17. A última hora de la tarde fue trasladado a Burgos el cadáver del general D. Enrique Vidal Munárriz, jefe de la 62 División, fallecido repentinamente esta tarde de un ataque al corazón, que le sobrevino cuando estudiaba sobre el terreno los planes de las próximas maniobras en la zona de Salas de los Infantes>[16]


      enrique-vidal-munarriz-necrologica
      NECROLÓGICA: "Fallece repentinamente el general Vidal Munárriz" (ABC, del sábado 18 de junio de 1955).


      En los días siguientes la prensa de provincias (Diario de Burgos) se hizo eco de la noticia:
      • <Ayer, a mediodía, en ocasión de hallarse realizando el general de división don Enrique Vidal Munárriz, acompañado del comandante de E.M. don Eduardo Pérez Bajo, un reconocimiento del terreno, en comisión de servicio en la parte más alta que corona la Meseta denominada de Carazo, en el lugar conocido por Castillo de Contreras y, sin duda debido al esfuerzo realizado en la escalada, sufrió repentinamente, cuando se hallaba en conversación con unos pastores, un colapso cardíaco que le produjo la muerte instantánea./ Puesto el hecho en conocimiento de las autoridades, se trasladaron inmediatamente a dicho lugar, fuerzas de la Guardia Civil de aquella demarcación y seguidamente lo hicieron de ésta el excelentísimo señor capitán general acompañado de su jefe de Estado Mayor, y otros jefes de Capitanía General, los cuales marcharon al pueblo de Contreras donde en unión del teniente coronel Jefe de la Comandancia de Guardia Civil y en colaboración con dichas fuerzas y autoridades del mencionado pueblo, Salas de los Infantes y Carazo, en unión de otros vecinos que voluntariamente se ofrecieron al efecto se procedió a descenderlo de la cumbre y a continuación a trasladarlo al Hospital Militar de Burgos donde fue depositado en la capilla ardiente que previamente se había instalado./ El finado, que había nacido el 7 de julio de 1893, había desempeñado últimamente desde su ascenso a coronel los mandos de la 14 Agrupación de Montaña, Regimiento de Cazadores Montaña, número 10, y el mando militar y económico de Santa Cruz de la Palma./ Posteriormente al ascender al Generalato, fue gobernador militar de San Sebastián y jefe de la infantería Divisionario de la 62 División, de la que ahora, al ascender recientemente a general de División, en premio a sus relevantes méritos, le había sido encomendado el Mando, aspiración máxima según había expuesto él mismo, dado el gran cariño y entusiasmo que sentía siempre por las tropas de Montaña y, en especial por las de esta División, donde en diferentes empleos tanto tiempo había permanecido./ En todos los puestos que ocupó destacó siempre como brillante jefe, dotado de excepcionales cualidades para el Mando, que le hicieron acreedor a la admiración de todos los que le conocían y, particular de cuantos estuvieron a sus órdenes, dadas sus grandes dotes y virtudes militares, su afabilidad y cordialidad para con todos./ Fue siempre un hombre de conducta acrisolada, regida por un gran fervor cristiano e intachable hombría de bien, por lo que su pérdida ha sido muy sentida por todos cuantos le trataban./ A la una y media de la tarde de hoy será trasladado su cadáver a San Sebastián donde a las siete se celebrará el entierro y a continuación recibirá cristiana sepultura en el cementerio de Polloe, junto a sus padres, en el panteón familiar>[17]


      enrique-vidal-munarriz-muerte-repentina-burgos
      "Muerte repentina del general Vidal Munárriz, en la Meseta de Carazo" (Diario de Burgos, del sábado 18 de junio de 1955).


      Al día siguiente (19 de junio de 1955), el Diario de Burgos se hizo eco del sepelio del general en San Sebastián:
      • <Como ya anunciamos ayer en nuestra última edición al dar cuenta del repentino fallecimiento del general de División don Enrique Vidal Munárriz, su cadáver quedó en la capilla ardiente instalada en le Hospital militar. Durante toda la noche velaron al difunto generales, Jefes y oficiales de la guarnición, hasta que, momentos después de la una y media de la tarde tuvo lugar el traslado de los restos mortales a San Sebastián. De la capital se había trasladado a Burgos una representación de la Adoración Nocturna de la capital donostiarra, de la cual era presidente el general Vidal. Y la bandera de la Adoración fue colocada sobre el féretro. El clero castrense rezó un último responso de despedida ante los restos mortales del finado, cuyo cadáver fue depositado en una ambulancia, saliendo de Burgos a las dos de menos veinte, con dirección a San Sebastián>[18]



      Sigue diciendo:
      • <San Sebastián.- Esta tarde se ha verificado el entierro del cadáver del general de división, don Enrique Vidal Munárriz, que ha sido traído de Burgos para ser enterrado en el panteón familiar. El acto constituyó una impresionante manifestación, pues eran incontables las simpatías que el finado se había granjeado en la provincia de Guipúzcoa./ El féretro fue trasladado desde la estación hasta el Gobierno militar donde se formó la comitiva que presidían el ministro del Ejército, capitán general de la sexta región militar, obispo de la diócesis, gobernador civil, gobernador militar, comandante de Marina y demás autoridades./ En la presidencia figuraban también algunos familiares del fallecido./ El féretro iba cubierto con la bandera nacional y fue colocado en el coche-estufa. Del coche pendían hermosas coronas. Detrás de la carroza iban los miembros del Consejo de la Adoración Nocturna española de San Sebastián de la que el finado era presidente. Frente al teatro Victoria Eugenia desfilaron ante el cadáver las fuerzas militares>[19]


      enrique-vidal-munarriz-sepelio-san-sebastian
      "Sepelio del general Vidal Munárriz en San Sebastián" (Diario de Burgos, del domingo 19 de junio de 1955).


      Efemérides de Enrique Vidal Munárriz.
      * 1893, junio 7: fecha de nacimiento.
      * 1907, junio: ingreso en la academia militar de Toledo, arma de Infantería.
      * 1910, julio: ascenso a oficial de infantería (teniente segundo) y destino al regimiento de Zamora nº 8.
      * 1912, julio: apto para el ascenso a teniente primero, continuando en su destino.
      * 1917: primer teniente, Regimiento de Infantería “Sicilia 7”.
      * 1918 y 1921: capitán, Regimiento de Infantería “Sicilia 7”.
      * 1928, febrero: Premio de efectividad, se le conceden 1.100 pesetas por dos quinquenios y una anualidad, a partir del 1 de marzo de 1928.
      * 1939, enero: Medalla del Sufrimiento por la Patria, siendo comandante habilitado para Tte. Coronel, por heridas de guerra graves sufridas el 25 de junio de 1938, con una pensión de 1.282,50 pesetas correspondiente a 57 días de curación, y una indemnización de 2.700 pesetas.
      * 1943, junio: asiste a una comida ofrecida por el Jefe del Estado (general Francisco Franco) a sus compañeros de promoción en el Palacio de Oriente. Como coronel, ocupa el séptimo lugar en la mesa, a la derecha del ministro del Ejército, general Carlos Asensio Cabanillas (1896-1970).
      * 1946, julio: Cruz de la Orden del Mérito Militar, con distintivo blanco de tercera clase.
      * 1952, febrero: promoción al empleo de General de Brigada.
      * 1952, julio: Audiencia Militar en la que fueron recibidos por el Jefe del Estado varios generales y jefes del Ejército y la Armada, entre ellos el general de Brigada de Infantería, don Enrique Vidal Munárriz.
      * 1952, agosto: nombramiento como Jefe de la Infantería Divisionaria (División número 62 de Montaña).
      * 1954, abril: Gobernador Militar de San Sebastián, preside el Desfile de la Victoria, junto al obispo de la diócesis (Jaime Font Andreu) y al Gobernador Civil (Tomás Garicano Goñi).
      * 1954, agosto: concurre junto a otras personalidades a la tradicional Salve en honor de la patrona de San Sebastián (Virgen del Coro), a la que asistieron el Jefe del Estado y su esposa.
      * 1955, junio 11: Decreto por el que pasa a ejercer el mando de la División número 62 de Montaña.
      * 1955, junio 17: fallece repentinamente de un ataque al corazón (a los 62 años), mientras estudiaba sobre el terreno los planes para unas maniobras militares en Salas de los Infantes.
      * 1955, junio 18: traslado del cadáver de Burgos a San Sebastián.
      * 1955, junio 19: Sepelio e inhumación en el panteón familiar de Cementerio Municipal de Polloe (San Sebastián), junto a sus padres.


      Palabras finales.
      Enrique Vidal Munárriz fue un militar español, hijo y hermano de militares, que ingresó en la Academia de Infantería de Toledo a los 14 años. Compañero de promoción de Francisco Franco, tras el golpe de estado militar contra la II República se posicionó con los sublevados, por el contrario de su hermano Joaquín Vidal Munárriz (1882-1939) que permaneció leal al Gobierno republicano.

      Durante la contienda, siendo comandante habilitado para Tte. Coronel, fue herido de gravedad (1938, junio 25) lo que le valió la Medalla del Sufrimiento por la Patria. Tras la guerra civil, el coronel Joaquín Vidal Munárriz fue detenido y juzgado por “traición”, el fiscal pidió "la pena de muerte previa degradación". No obstante las gestiones realizadas por su hermano Enrique, entonces Tte. Coronel, Joaquín fue fusilado en Bilbao en 4 de agosto de 1939. La historia de los hermanos Vidal Munárriz constituye el paradigma del drama que la guerra civil (1936-1939) representó para muchas familias españolas.

      Siendo ya coronel, asiste a una comida ofrecida por el Jefe del Estado en el Palacio de Oriente a sus compañeros de promoción (1943). Posteriormente obtiene la Cruz de la Orden del Mérito Militar, con distintivo blanco de tercera clase (1946). Seis años más tarde es promovido al empleo de general de Brigada, y Jefe de la Infantería Divisionaria (1952). Dos años después es nombrado gobernador militar de San Sebastián (1954), presidiendo el Desfile de la Victoria de ese año junto con gobernador civil (Tomas Garicano Goñi) y el obispo de la diócesis (Jaime Font Andreu). 

      Al año siguiente, pasa a ejercer el mando de la División número 62 de Montaña (1955). Pocos días después, fallece repentinamente de un ataque al corazón, mientras estudiaba sobre el terreno los planes para unas maniobras militares en Salas de los Infantes (Burgos). Tenía 62 años. Fue inhumado en el panteón familiar del Cementerio Municipal de Polloe (San Sebastián), junto a sus padres. Vale.







      [1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Don Joaquín Vidal Munárriz, un coronel republicano en Torrebaja (I), en http://www.desdeelrincondeademuz.com/2011/12/don-joaquin-vidal-munarriz-coronel.html, del miércoles 14 de diciembre de 2011. ID. Don Joaquín Vidal Munárriz, un coronel republicano en Torrebaja (y II), en http://www.desdeelrincondeademuz.com/2018/04/joaquin-vidal-munarriz-coronel-torrebaja.html, del miércoles 18 de abril de 2018.
      [2] La Correspondencia de España, Año LVIII, Nº 18-011. Madrid, del miércoles 5 de junio de 1907. [La Correspondencia de España, autodenominado “Diario político independiente y de noticias, Eco imparcial de la opinión y de la prensa”, fue un diario conservador editado en Madrid (entre 1859 y 1925) fundado por Manuel María de Santa Ana]
      [3] El Imparcial, Año XLVI, Nº 15.579. Madrid, del viernes 15 de julio de 1910. [El Imparcial fue un diario liberal editado en Madrid (entre 1867 y 1933), fundado por Eduardo Gasset y Artime]
      [4] La Correspondencia Militar, Año XXXIV, Nº 9.952. Madrid, del lunes 25 de julio de 1910.
      [5] La Correspondencia Militar, Año XXXVI, Nº 10.568. Madrid, del martes 16 de julio de 1912.
      [6] La Correspondencia Militar. Madrid, del miércoles 29 de febrero de 1928.
      [7] Boletín Oficial del Estado (BOE), Año IV, del jueves 12 de enero de 1939, III Año Triunfal, Nº 12, p. 215.
      [8]Su Excelencia el Jefe del Estado ofreció anoche una comida a sus compañeros de Promoción, en Diario ABC, del domingo 6 de junio de 1943, Edición de la mañana, p. 18.
      [9]Disposiciones del “Boletín Oficial del Estado”, Diario ABC Edición de la mañana, del jueves 25 de julio de 1946, p. 18.
      [10] Boletín Oficial del Estado (BOE), Núm. 40, del 9 de febrero de 1952.
      [11] Diario ABC, del jueves 10 de julio de 1952, Edición de la mañana, p. 18.
      [12] Boletín Oficial del Estado (BOE), Núm. 224, del 11 de agosto de 1952.
      [13] SADA, Javier. 1954: El “Desfile de la Victoria” en Donosita, en La Calle de al Memoria, diariovasco.com, del jueves 10 de abril de 2008.
      [14] El Jefe del Estado y su esposa asisten a la tradicional Salve en honor de la Patrona de San Sebatián, en diario Odiel, Año XIX, Núm. 4.900. Huelva, del domingo 15 de agosto de 1954. [Odiel fue un diario editado en Huelva (entre 1935 y 1984), formó parte de la prensa del régimen durante la dictadura franquista]
      [15] Boletín Oficial del Estado (BOE), número 168, 17 de junio de 1955.
      [16]Necrológicas: Fallece repentinamente el general Vidal Munárriz, en diario ABC, Edición de la mañana. Madrid, del sábado 18 de junio de 1955, p. 30.
      [17]Muerte repentina del general Vidal Munárriz, en la Meseta de Carazo, en Diario de Burgos, Año LXV, Nº 19.964. Burgos, del sábado 18 de junio de 1955.
      [18]Sepelio del general Vidal Munárriz en San Sebastián. El ministro del Ejército presidió el fúnebre acto, en Diario de Burgos, Año LXV, Nº 19.965. Burgos, del domingo 19 de junio de 1955.
      [19] Ibídem.



      LA FUENTE DE SESGA.

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      A propósito de una visita al lugar, situado en los confines sur orientales del
      Rincón de Ademuz.



      “El agua es pura y cristalina.
      Metes la mano en ella y notas que se te va helando paulatinamente”
      -Francisco Candel, Viaje al Rincón de Ademuz (1977)-.












      Sesga es una pedanía de pocos habitantes en los confines sur-orientales del término de Ademuz, municipio del valenciano Rincón de Ademuz. La aldea se halla en plena Sierra de Tortajada, sistema de montes situados en las estribaciones meridionales del macizo de Javalambre.

      He estado en Sesga en incontables ocasiones, la última con motivo del entierro de mi amigo Fermín Luz Yuste (1927-2017), que falleció en diciembre. El señor Fermín era un hombre singular, pastor de profesión, cestero de vocación y persona entrañable con el que pasé largas horas charlando. Era la memoria viva de la aldea, hasta el punto que su desaparación marcará un antes y un después en la historia del lugar.[1]

      No puedo recordar cuándo fue la primera vez que estuve en Sesga, pero sí recuerdo que desde un principio el lugar me cautivó, con su humilde caserío en la cota baja del cerro sobre el que asienta, orientado al poniente, entre la iglesia y la fuente. El propio topónimo y su ubicación evocan la quietud, la paz sosegada. Mis impresiones acerca del lugar las plasmé hace años en un artículo –Sesga, aldea de Ademuz-: el texto forma parte del primer volumen de la serie Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz(2007).[2]

      Habrá quien crea que en Sesga no hay nada de interés; obviamente se equivoca quien así piense. Sesga posee una notable iglesia del siglo XVI –la Inmaculada Concepción-, uno de los templos más antiguos y singulares de la comarca. El caserío posee valiosas muestras de arquitectura tradicional (vernacular), cuyas vías estuvieron antaño empedradas -hoy cubiertas de cemento, pero no sin gusto-. El lugar conserva una escuela pública del primer franquismo, con sus pupitres originales, tarima, encerados, mapas, cuadros y estufa. Tiene también un curioso cementerio en una ladera pedregosa, por encima de las eras y pajares: en su depósito se conservan dos ejemplares de “cajones de muertos” empleados antaño para llevar a los difuntos hasta el camposanto, cuando las inhumaciones se realizaban con una simple mortaja de sábana, sin féretro.[3]Sesga tiene también una fuente -situada en el extremo meridional del caserío, junto al lavadero comunal-: famosa en la comarca por las calidad de sus aguas. El lugar se completa con una antigua tejería, muestra singular de la alfarería preindustrial.

      La entrada de hoy se refiere a la Fuente de Sesga, fontana de la que mana “un agua helada, fantástica, deliciosa” –como escribiera Candel (1977). La fuente-abrevador, junto con el lavadero público constituyen elementos de la “arquitectura del Agua”. Por su proximidad, diré también de la tejería, integrada en la “arquitectura del Fuego”.[4]

      Fuente de Sesga (Ademuz, Valencia), vista fronto-lateral izquierda con detalle del pilón y el abrevadero (2018).


      Fuente de Sesga (Ademuz, Valencia), con detalle del pilón los abrevaderos y la "ventanica" (2018).

      Fuente de Sesga (Ademuz, Valencia), con detalle del pilón, los abrevaderos y el lavadero público (2018).

      Reseña histórica: una fuente fundacional.
      Carecemos de referencias históricas respecto de la fuente de Sesga, aunque resulta evidente que el caserío se fundó y creció al murmullo del manantial. En su comienzos, el lugar debió ser una simple masía, conjunto de casas construidas para dar cobijo a las personas que laboraban las fincas del entorno, evitando tener que desplazarse desde la villa. La población humana debió asentarse en torno de la fuente, posteriormente se fundó la iglesia, para atender las necesidades religiosas y espirituales del creciente número de sus pobladores.

      En principio la iglesia dependió del curato de Ademuz, como el resto de sus aldeas (Mas del Olmo, Casasaltas, Casasbajas, El Soto, La Veguilla y Val de la Sabina); más tarde, ya en el siglo XVII, tuvo vicario propio. Según relata el obispo de Segorbe –fray Francisco Gavaldá Guasch (1589-1660)-, inicialmente las aldeas de Ademuz estuvieron servidas por un solo rector, hasta que en su última visita (1656) nombró un Rector-vicario para Sesga y Mas del Olmo, “con dote suficiente y obligación de residencia”.[5]Del tiempo del obispo Gavaldá se conserva un documento correspondiente a unas capitulaciones matrimoniales (1658) entre un hijo de Sesga (Vicente Tortajada) y una doncella de Casasbajas (Agustina Antón).[6]Las relaciones entre Sesga y Casasbajas fueron siempre intensas, sin duda favorecidas por la existencia de una comunicación directa entre ambas poblaciones, vía el Rento de Sesga.

      Iglesia parroquial de Sesga (Ademuz, Valencia), vista fronto-lateral izquierda con detalle de la espadaña (2018).


      La actual distribución del caserío hace pensar que inicialmente hubo una población dispersa en distintos puntos del entorno, para acabar recogiéndose entre la fuente y la iglesia, donde se concentran la mayoría de las construcciones. El desarrollo de la aldea corrió parejo al del resto de localidades comarcanas, incrementándose progresivamente desde finales del siglo XVIII-principios del siglo XIX, al amparo de lo que se conoce como periodo de expansión agrícola, que abarca todo el Ochocientos y principios del Novecientos, cuando el Rincón de Ademuz alcanza su clímax poblacional (1920, con 11.194 habitantes).

      A finales del siglo XVIII, el botánico Cavanilles (1745-1804) reseña la aldea de Sesga en sus “Observaciones” (1797). La vincula a la villa de Ademuz, emplazándola en el extremo sur oriental de su particular mapa de la comarca.[7]Un mapa redondeado, sin duda muy curioso. Madoz recoge también el nombre de Sesga en su “Diccionario” (1847), situando el lugarcillo entre las aldeas de Ademuz, en posición oriental respecto de la misma.[8]Ninguno de estos autores visitó nunca la aldea sesgueña, tampoco Cavanilles, aunque el ilustrado naturalista valenciano sí estuvo en la zona, recorrió una parte del sector occidental  y pasó por algunas de las villas y lugares: Vallanca, Castielfabib, Los Santos, Torrebaja, Ademuz y vuelta a Vallanca.

      Durante la segunda mitad del siglo XIX y buena parte del XX, Sesga parece permanecer al margen de la historia, siguiendo su propio devenir, un desarrollo pequeño, solitario, aislado. Sin embargo, las comunicaciones con los pueblos y aldeas de su entorno fueron siempre intensas, particularmente con Mas del Olmo y Val de la Sabina, las aldeas de Ademuz más próximas, asimismo que con sus pueblos vecinos, Puebla de San Miguel y Casasbajas. Para moler el grano acudían al molino de los Cuchillos. Aunque las vías de comunicación con estas poblaciones y lugares fueron siempre precarias, simples caminos de herradura. En Sesga no se usaban los carros, tampoco las bicicletas ni las motos, mucho menos los coches.

      Paisaje urbano de Sesga (Ademuz, Valencia), detalle de arquitectura tradicional (vernacular), 2018.


      El médico acudía desde Ademuz con su cabalgadura y un espolique, cuando lo tenía. Aunque los médicos no solían ir por la aldea: Cuando venían, mal asunto..., porque el paciente se moría.[9]En Sesga hubo practicante antes de la guerra civil, después iba el de Mas del Olmo. El cura también tuvo casa en Sesga, pero desde los años treinta estuvo atendida por el párroco de Puebla de San Miguel, el mismo que iba a Mas del Olmo. El maestro, sin embargo, vivió siempre en la aldea. Uno de los últimos docentes que tuvo se casó con una señora de Casasbajas, el matrimonio residía toda la semana en la localidad, donde tenía derecho a casa, pero los fines de semana la pareja se bajaba a Casasbajas. Bajaban por el camino del rento, que comienza donde la iglesia y continúa por la vega, haciendo una ruta de dos horas largas de marcha caminando. El lunes por la mañana subían de nuevo, a pasar la semana.

      Las comunicaciones de Sesga con su entorno comenzaron a mejorar en la posguerra (años 1945-47), con la construcción de la carretera de Losilla a Puebla de San Miguel, vía Hoya de la Carrasca. Muchos jóvenes de la aldea trabajaron en su construcción, haciendo todos los días dos horas de marcha al tajo y otras tantas de vuelta a casa. Los primeros vehículos a motor llegaron a Sesga en la primera mitad de los cincuenta, siguiendo la pista que nace de la carretera de Losilla, poco antes de arribar ésta a Puebla de San Miguel.

      Además de la iglesia, el cementerio (que inicialmente estuvo adosado al muro del evangelio del templo), la fuente y el lavadero, los espacios comunes más populares de la aldea eran el ayuntamiento y la barbería, locales junto a la escuela situados encima del horno de pan cocer.

      Paisaje urbano de Sesga (Ademuz, Valencia), con detalle del edificio del horno, ayuntamiento-barbería y escuela a la izquierda (2018).


      Paisaje urbano de Sesga (Ademuz, Valencia), con detalle de fachada enlucida y jalbegada, ejemplo de restauración extemporánea (2018).


      La historia de Sesga entra en la literatura de la mano de Luis B Lluch Garín (1908-1986), abogado, escritor, periodista y académico valenciano, presidente de la Cofradía del Santo Cáliz de la Cena. Mediados los años cincuenta (agosto de 1957), el escritor visitó Sesga en compañía del párroco de Torrebaja (don Antonio Martínez Gabalda). Para su excursión partieron de Torrebaja en la madrugada, siguieron el camino de Los Molares y El Cerrellar, y tras cuatro horas largas de marcha arribaron a Sesga.[10]Entraron por la parte de las eras, unas “eras blancas sobre las que duermen los rulos de piedra”. En su recorrido pasearon por el lugar, “sus casas silenciosas, como abandonadas”, percibiendo un fuerte “olor de campo y de cuadra”. Sus callejones empedrados y en pendiente le parecieron al escritor “riachuelos secos por donde corre un aire acuchillado por unas lanzas de sol que se hunden en la calma de la callejuela aprovechando los entrantes y salientes de los cornijales”. Los excursionistas visitaron la iglesia parroquial y la fuente-abrevadero, situada ésta en un extremo de la aldea:
      • <A la salida del pueblo hay una fuente. Unas piedras talladas forman un dolmen como una tumba prehistórica levantada en honor de la diosa del agua. una madre y una hija, con sus cántaros a la espera y sus pañuelos blancos en la cabeza, tiene aires de samaritanas junto al pozo de Jacob. [...] Desde lo alto de la ladera (de la fuente) y bajo la sombra húmeda del nogal [...] contemplo a mis pies el racimo de casucas de Sesga con sus tejados alargados y estrechos que vuelcan su albardilla (de ramas) sobre los menudos corrales. En las tapias de piedra, algunas apuntaladas con espeques, se amontona un armazón de bardas secas./ Nada turba este silencio ni la calma de la hora. Unas chicharras cantan lejos del nogal refugiadas en un algarrobo en donde anida con ellas el calor del sol.>[11]


      Cuando Lluch Garín y su acompañante visitaron Sesga, la aldea estaba poblada por una veintena de familias. Según su relato, tras la comida sestearon en la ladera de la fuente, a la sombra de una noguera, aunque les habían advertido que no lo hicieran, porque su sombra tiene mala fama. En las proximidades de la fuente cantaba unas chicharras “refugiadas en un algarrobo”; obviamente, en Sesga hay chicharras, pero no algarrobos.

      Fuente de Sesga (Ademuz, Valencia), detalle del pilón cubierto y del abrevadero (2018).


      Mediada la década siguiente (septiembre de 1964), el lugar recibió la visita del escritor casasaltense afincado en Barcelona, Francisco Candel Tortajada (1925-2007), al que acompañaban unos amigos catalanes. Los caminantes, que procedían de Puebla de San Miguel y se dirigían a Casasaltas, vía Casasbajas, recorrieron la aldea, dejando constancia de sus “callejas empedradas y en pendiente”, percibiendo la soledad propia de un lugar triste y sin niños. Observaron también muchas casas abandonadas, efecto de la creciente emigración, una emigración sin billete de vuelta. Comieron en la posada, que era la casa del alcalde y después se acercaron hasta la fuente:
      • <Tiene dos caños. Sólo brota agua de uno a causa de la inmensa y persistente sequía de todo el año. Es un agua helada, fantástica, deliciosa. La alberca que la recibe tiene un mágico fondo verde. El agua el purísima y cristalina. Metes la mano en ella y notas que se te va helando paulatinamente. Encima de los caños, unas piedras talladas forman como un dolmen>[12]


      Resulta evidente que Candel conoció el texto de Lluch Garín, pues alude a las “piedras talladas como un dolmen” que forman la cobertura del pilón de la fuente, una de las características del hontanar. Ambos autores percibieron las mismas sensaciones, aunque su relato es distinto: Lluch Garín más literario y poético, Candel más parco y realista.

      Dos años después la aldea recibió la visita del periodista valenciano Rafael Roca Miguel (1966). El reportero procede de Alpuente y a tenor del relato vemos quedo prendado de aquellos parajes tan bellos y solitarios, subrayando la angostura de sus quebradas y la variedad de su fauna y flora. Sesga censaba entonces una veintena de habitantes y carecía de servicios tan elementales como el agua corriente y la electricidad. Las comunicaciones con las poblaciones aledañas se realizaban todavía por malos caminos de herradura, siendo el mejor una especie de carril que los propios vecinos habían labrado entre su aldea y la carretera de Losilla a Puebla de San Miguel.[13]

      Fuente de Sesga (Ademuz, Valencia), detalle del pilón cubierto y del abrevadero (2018).

      La siguiente reseña bibliográfica de Sesga está en una obra de la escritora Mª Ángeles Arazo y el fotógrafo Francesc Jarque (1998). Han pasado una treintena de años, pero la situación de la aldea no ha mejorado en absoluto. Sigue siendo un lugar solitario y humilde, “tan humilde que las mujeres aún acuden con cántaros a la fuente”.[14]A finales de la centuria pasada, ni el agua corriente ni la electricidad habían llegado a Sesga todavía.

      Evolución de la población general en Sesga (Ademuz, Valencia).
      Año
      1986
      1991
      1996
      Habitantes
      12
      11
      15
      Tomado de RODRIGO ALFONSO, 1998:57.

      Población del Padrón Continuo por Unidad de población a 1 de enero, en Sesga (Ademuz, Valencia).
      Año
      2008
      2009
      2010
      2011
      2012
      2013
      2014
      2015
      2016
      2017

      Hombres

      10
      11
      11
      11
      12
      11
      10
      10
      10
      8
      Mujeres
      6
      6
      6
      5
      5
      5
      5
      4
      4
      3
      Total
      16
      17
      17
      16
      17
      16
      15
      14
      14
      11

      Tomado del INe. Elaboración propia (2018).


      Camino de Sesga, vía Val de la Sabina.
      Para ir a Sesga en coche, desde Ademuz, cabe salir de la villa por el acceso norte de la CN-330a, dirección Teruel. A la entrada del puente del Sotillo hay una señal de carretera con indicación de las distancias a los pueblos y aldeas a los que puede accederse por esta vía –por orden de proximidad-:

      Val de la Sabina: 3,5 km
      Mas del Olmo: 12 km
      Sesga: 12 km
      Puebla de San Miguel: 17 km


      Hay que cruzar el Turia, vadear la rambla del Val y continuar por la margen derecha del ramblar. La vía se halla en buen estado, no obstante ser un camino rural asfaltado. Poco más adelante –frente a la antigua tejería, gemela de la de Sesga- hay un bifurcación: por la izquierda puede accederse a la variante de la CN-330 (dirección Teruel-Landete), por la derecha iremos a Val de la Sabina. La carreterita que lleva a Val de la Sabina discurre por la media ladera derecha de la rambla, pasa bajo el imponente viaducto de la nacional y continua hasta arribar a la aldea del Val. El trazado es sinuoso, la vía estrecha, pero el piso se halla en buen estado. Cipreses y pinos hacen de protección en el lado del barranco. Al llegar a la aldea hay que franquearla por la parte de la rambla, franquear el cauce y continuar por la ladera frontera, en dirección a Sesga.

      El camino de Val de la Sabina a Sesga es penoso, en algún momento estuvo asfaltado pero hoy ha perdido la cobertura en muchos tramos, convirtiéndose en una pista de tierra polvorienta y peligrosa por la ausencia de quitamiedos en las zonas más elevadas y desprotegidas. El paisaje, sin embargo, resulta esplendente, compensando en parte las penurias de la pista. Conforme ascendemos, el panorama se amplía en dirección a los cuatro puntos cardinales. Desde cierta altura comienzan a verse distintas poblaciones comarcanas: Val de la Sabina, Ademuz, Castielfabib, Los Santos, Casasaltas, Casasbajas... Atravesaremos una zona de barracas de piedra en seco, bellas construcciones levantadas sin aglomerantes, con falsas cúpulas que dejan una somera abertura central. En tiempos subactuales las barracas de piedra se utilizaban como refugios por los agricultores que laboraban sus rebaños en momentos puntuales del ciclo agrario, y por los pastores durante las tormentas.

      Pasaremos también frente a los corrales del Tío Picadora, restos de antiguas construcciones ganaderas que quedan a la izquierda de la vía, poco antes de arribar al sabinar. En el sabinar, zona relativamente llana situada poco antes de arribar a la aldea, abundan las sabinas albares, los pinos, los enebros y el monte bajo. Sobrepasado el desvío que lleva al cementerio, tras un tramo de bajada con curvas cerradas arribaremos a las eras y pajares de Sesga, donde pueden verse abundantes muestras de arquitectura tradicional (vernacular).

      Paisaje rural desde el camino de Sesga (Ademuz, Valencia), con detalle de antiguos corrales y parideras (2018).


      A la entrada de Sesga hay un pilón de obra encalado, en su hornacina se alojan unos bellos ladrillos cerámicos con la imagen de Santa Bárbara. Antaño, algunos aldeanos devotos, cuando pasaban a la vera del pilón rezaban a modo de oración: Santa Bárbara bendita, que en el cielo estás escrita, con papel y agua bendita, padrenuestro amén Jesús. Hoy nadie ruega a la santa y fuera de los lugareños pocos saben la advocación del casilicio. El camino que venimos siguiendo continúa por la izquierda, se trata de una pista de tierra que lleva a Puebla de San Miguel. Sin embargo, para visitar la aldea debemos proseguir por la derecha, un cartel con grandes letras en una fachada nos advierte que estamos en Sesga. Entramos así en el primer núcleo de casas del lugar, situadas sólo en la margen izquierda de una calle cementada. Al fondo se halla la iglesia parroquial, cuya fachada mira a la vega. El camino que nace a la derecha, frente al templo, baja hasta las zonas de cultivo del antiguo rento de Sesga, en dirección a Casasbajas. Al comienzo del camino, inmediatamente por debajo de la iglesia, hay una fuente-abrevadero construida en los años cincuenta.

      La iglesia parroquial de Sesga se halla bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, su fábrica es antigua (siglo XVI), orientada de este (cabecera) a oeste (pies). La fachada principal mira hacia poniente, posee una puerta de madera con clavos, enmarcada en una arco recto con dovelas labradas. Sobre la entrada luce una espadaña de dos vanos, cada uno con su bronce. Tiene atrio interior y coro alto a los pies y una nave central con el presbiterio al fondo, bajo una notable cúpula renacentista. En el exterior del templo, lado de la epístola, hay un somero jardincillo con el busto de un personaje local: Salvador Pastor Pastor. Un clérigo natural de la aldea que impulsó la rehabilitación del templo y una asociación vecinal: ¡Sesga Vive!

      Iglesia parroquial de Sesga (Ademuz, Valencia), vista fronto-lateral izquierda con detalle de la entrada (2018).


      En el mismo lado del jardincito se halla la plaza, donde crecen frondosos árboles de sombra. Al fondo se halla el frontón de pelota en cuyo frontis vemos escrito un cartel con el nombre de la aldea en grandes letras: SESGA. Según se indica nos hallamos a 1.180 metros de altitud. Frente al frontón hay un panel con texto e imágenes ilustrando acerca del lugar y la arquitectura popular del Rincón de Ademuz:
      • <Ruta por el patrimonio rural de Sesga. La aldea de Sesga, dependiente del vecino Ademuz, es una pequeña comunidad de montaña situada en las faldas de la sierra de Tortajada. Debido al secular aislamiento y despoblación que ha sufrido esta pedanía –la luz, por ejemplo, se instaló en 2001-, Sesga mantiene conservada en el tiempo su primitiva identidad rural, como así se refleja en el patrimonio edificado que configura su casco urbano. Es precisamente esta pervivencia de formas y prácticas constructivas tradicionales, lo que confiere singularidad a Sesga, ofreciéndose al visitante como aula o museo abierto de la arquitectura vernácula del Rincón de Ademuz./ Te proponemos un interesante y pedagógico recorrido por algunos de los lugares tradicionales más emblemáticos de la aldea. Esta invitación consiste en un atractivo paseo de investigación por sus rincones y callejuelas con el que poder descubrir por ti mismola arquitectura vernácula ademucense. A tu albedrío, tan solo acompañado por las explicaciones didácticas que existen en cada una de las distintas paradas que se han habilitado en este recorrido urbano, percibirás la esencia perenne de un mundo aldeano y cotidiano que ha perdurado inalterado durante siglos en este recóndito pueblecito de la montaña valenciana>.


      En el centro del panel hay varias fotografías del lugar (un pajar, la escuela, el horno de yeso del cementerio, corrales o pajares, la tejería, la fuente y el abrevadero). En el margen derecho hay dibujado un plano del lugar con la situación de los principales elementos que pretenden mostrarse: arquitectura del Fuego, arquitectura de la Tierra, arquitectura del Agua. El texto del panel pretende ser amable, cercano y pedagógico, y creo que lo consigue, pero a mi entender le sobra el tuteo. En estos "tiempos líquidos" parece que todo vale...

      Paisaje urbano de Sesga (Ademuz, Valencia), detalle de muro de piedra en la entrada del núcleo principal del caserío (2018).


      Nos dirigimos al centro de la aldea por un camino cementado que discurre junto a un magnífico muro de piedra, con arbustos de romero en flor en la parte alta. Por encima del muro hay un área de recreo infantil. En ese mismo lado, poco más adelante hay un conjunto de edificios comunales: el horno de pan cocer en la planta baja, el ayuntamiento-barbería y la escuela en la parte alta. Construir la escuela encima del horno tenía su sentido, se aprovechaba más el calor. A la planta superior se accede por un tramo externo de escaleras con baranda de hierro en el balcón corrido. La escuela fue restaurada, conserva los elementos propios de una clase de los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo: pupitres, mesa del maestro, estufa de leña, encerados, mapas, cuadros... La escuela era una clase mixta donde se daban cita los niños y niñas de la aldea. En su tiempo los alumnos fueron muy numerosos, aunque el aula sólo se llenaba cuando llovía o nevaba.

      Paisaje urbano de Sesga (Ademuz, Valencia), detalle del antiguo lagar en la confluencia de dos calles (2018).

      Paisaje urbano de Sesga (Ademuz, Valencia), detalle del antiguo lagar en la confluencia de dos calles (2018).

      Detalle de panel informativo: arquitectura del Agua: El cubo, Sesga (2018).


      Poco más adelante la calle se bifurca, una por arriba (izquierda) y otra por abajo (derecha). En el centro hubo un conjunto de edificios que hoy son una montaña de escombros. En la parte anterior había un lagar, junto a un panel ilustrativo –arquitectura del Agua: El cubo:
      • <Los cubos o lagares son depósitos de obra en los que se procedía al pisado de la uva y se fermentaba el mosto antes de meterlo en el tonel. Podían forma parte de las dependencias de una o más viviendas familiares o constituirse como un edifico único de varias plantas, para tener acceso tanto en su parte superior para pisar la uva como inferior para obtener el mosto./ Solían estar construidos con muros de mampostería y revestidos con baldosas de cerámica en el fondo y laterales, con juntas pequeñas, para evitar que el mosto se filtrase. Normalmente eran de sección circular, aunque también las encontramos de sección cuadrada e incluso ovoidal o poligonal./ El arruinado cubo de Sesga era de planta cuadrada y su ubicación, en el extremo de una alineación de casas entre dos niveles de calles, permitía de forma natural el acceso a las dos partes del lagar>.[15]


      Toda la manzana, desde el lagar hasta las casas del fondo, forma un ingente montón de escombros. Los solares deben tener sus dueños, pero sería estupendo poder descombrar el lugar y despejarlo. Continuamos nuestro recorrido por la calle inferior, la zona se ve aseada, el piso cementado con cierto gusto. Algunas fachadas de casas permanecen como antaño, otras han sido restauradas con más o menos respeto a la idiosincrasia constructiva del lugar. Las menos afortunadas han sido recubiertas con un simple revoco de cemento crudo.

      Poco más adelante de la que fuera la vivienda de Fermín Luz y Presentación Pastor nace una calle en cuesta por la que se accede a la placeta de los Olmos, donde se halla el centro social “San Roque”. Continuamos por la calle de abajo, en dirección a la fuente y el lavadero de Sesga. Finalmente la vía se abre a una especie de placeta de forma irregular, en la parte de las casas (izquierda) hay una monumental noguera, la fuente-abrevadero y el lavadero quedan en la parte baja (derecha). En la ladera de enfrente, por encima de la fuente, hay un horno-tejería; el desnivel lo salva un paredón de piedra, similar al que hay frente al abrevador.

      Paisaje urbano en Sesga (Ademuz, Valencia), camino de la Fuente (2018).


      La fuente-abrevador y el lavadero de Sesga.
      La fuente de Sesga tiene un aspecto singular, vista por detrás, la parte del manantial imita una grupa, algo a lo que subirse. Por delante, sin embargo, semeja un monumento megalítico. El pilón se halla cubierto por una gran losa plana sujeta por dos puntales de piedra tallada, que Lluch Garín (1957) y Candel (1964) califican de dolmen. Entre las columnas y la losa de la cobertura hay un madero a modo zapata.

      La fuente posee dos caños, de ambos mana agua, resultado quizá de que la primavera está siendo muy lluviosa. En ocasiones anteriores, sin embargo, sólo he visto manar agua de uno. El agua es tan clara que invita a beberla. Un agua fresca, casi helada y de agradable paladar. La pila vierte por una escotadura frontal a un amplio abrevadero situado a nivel del suelo, los muretes laterales lo forman amplias piezas de piedra caliza labrada. Tras el primer abrevadero hay otro más estrecho y ligeramente descentrado hacia la parte de arriba. El segundo aguadero fue construido en fecha posterior (años 30 del siglo XX), quizá por haber aumentado la cabaña ganadera. Los muretes del segundo abrevador son de mampostería enlucida de cemento.

      Sin embargo, lo más curioso de la fuente de Sesga es la “ventanica”, una estructura cuadrangular existente entre ambos abrevaderos. La denominada “ventanica” posee una acanaladura lateral (en la parte lateral superior) que permite el paso de agua del primer abrevadero al segundo. Posee también dos hendeduras en los laterales, por donde le entra el agua sobrante de ambos aguaderos. Además, tiene un desagüe en un lateral, canalización subterránea que lleva el agua al lavadero.


      Paisaje urbano de Sesga (Ademuz, Valencia), vista general del complejo de la fuente, abrevador, el lavadero y la tejería (2018).


      De tan ingeniosa estructura hidráulica dice un panel situado en la ladera. arquitectura del Agua: La fuente-abrevadero-lavadero-batán:
      • <Estas tres construcciones relacionadas con el paso del agua suelen aparecer a menudo asociadas entre sí. Así sucede en Sesga, donde encontramos este interesante conjunto hidráulico integrado por la fuente, abrevadero, lavadero cubierto y batán./ Aunque ha sufrido una moderna transformación a mediados del siglo pasado, su trascendencia en la vida social de la aldea facilitó rápidamente su incorporación al paisaje costumbrista local./ De este modo se fueron sustituyendo los antiguos gamellones hechos con troncos de árbol vaciados, en los que abrevaban los ganados, por canales de obra remozados con mortero. Lo mismo sucedió en 1952 con el lavadero, creándose una pila de cemento elevada para evitar que se tuviera que lavar de rodillas./ Pero la circulación del agua no se detenía en el lavadero sino que continuaba hacia una balsa donde se lavaba la lana y se ponían los mimbres a remojo, y desde allí se dirigía por una nueva canalización hacia una balsa de riego o “balsón”>.[16]


      El panel muestra en su parte lateral izquierda una sección transversal del conjunto (arriba), y un dibujo en planta –lavadero y fuente-abrevadero (centro y abajo). Respecto del lavadero puede verse que en su centro hay una amplia pila elevada, situada en una cota inferior respecto de la fuente, y que se llenaba con el agua que cae por un conducto subterráneo desde la “ventanica”. En la parte posterior del lavadero hay una balsa semicircular que acumula el agua sucia del lavadero, servía para lavar la lana y para poner los mimbres a remojo. Asimismo, se dibuja la planta de la fuente: pilón cubierto, abrevadores (gamellones), con la “ventanica” o punto de limpieza entre ambos. El primer gamellón es el original, mientras que el segundo se construyó en fecha posterior (años treinta del pasado siglo); en su extremo distal posee una salida de agua o sumidero con tapón para su limpieza rápida.

      Panel informativo: arquitectura del Agua: La fuente-abrevadero-lavadero-batán, Sesga (2018).


      Detalle de la fuente de Sesga (Ademuz, Valencia), con detalle del abrevadero y el lavadero público al fondo (2018)


      Detalle de la "ventanica" en la fuente de Sesga (2018).

      Detalle de la "ventanica" en la fuente de Sesga (2018).



      El agua de la fuente debía permanecer siempre limpia, el pilón donde cae el agua de los caños era el punto de recogida de agua para la casa (bebida, comida, aseo y limpieza), mientras que los gamellones servían de abrevadero para los animales de labor y el ganado. La denominada “ventanica” recogía el agua sobrante para el lavadero, siendo este punto el lugar donde podían hacerse labores de limpieza sin ensuciar el agua de bebida de los animales.

      El lavadero de Sesga se halla anexo a la fuente, paralelo al segundo gamellón y en un plano inferior. Se trata de una construcción con muros de mampostería y machones en las esquinas, cubierto a una vertiente. La estructura de la cubierta se basa en grandes vigas de madera con rodillos, tabicas y tejas árabes dispuestas en canal y cobija. Se halla orientado al sur, protegido del cierzo. La parte abierta posee dos machones laterales y uno central dispuesto sobre un murete. La entrada la tiene a la izquierda, con una escalera de varios peldaños que permite acceder al recinto interior donde está la pila. La pila central de cemento está elevada, para evitar tener que arrodillarse para lavar. En la parte posterior posee una repisa para colocar objetos, y una puerta de madera con pestillo metálico en la parte izquierda, por la que se sale a la balsa del batán.


      Lavadero público en Sesga (Ademuz, Valencia), vista frontal con detalle de los machones (2018).


      Lavadero público de Sesga (Ademuz, Valencia), detalle de la cobertura, basada en vigas apoyadas sobre machones, rodillos desbastados y tabicas (2018).

      Lavadero público de Sesga (Ademuz, Valencia), detalle de la pila central elevada y machones tomados con argamasa de yeso (2018)


      Hasta la llegada del agua potable, la fuente y el lavadero de Sesga constituyeron lugares de encuentro de la vecindad, allí acudían las mozas del pueblo a recoger el agua para la casa mediante cubos, botijos y cántaros, y a dejarse ver por el mocerío masculino. Asimismo, el lavadero era el mentidero de las mujeres que acudían a lavar la ropa de la casa (de la misma forma que la barbería lo era el de los hombres). En el lavadero se lavaba la ropa de vestir y de la casa, pero no se fregaba. La limpieza de los utensilios de cocina (platos, vasos, cubiertos, cacerolas, pucheros...) se realizaba con el agua acarreada de la fuente, pero en casa.


      La tejería de Sesga.
      Próxima a la fuente y el lavadero se halla la tejería, formada por horno, almacén anexo y pila para el agua. El conjunto forma parte de la arquitectura del Agua –La tejería-:
      • <La elección del lugar en que se iba a emplazar la tejería requería una serie de condiciones como la presencia de agua, tierra adecuada para la cocción y un espacio abierto para el desarrollo de los trabajos. Normalmente se ubicaban a las afueras de los pueblos y en un desnivel del terreno que facilitara el acceso tanto al nivel superior como al inferior./ La tejería de Sesga es de planta cuadrada, cubierta con cúpula circular, con boca en el frente para alimentar el fuego y facilitar la carga, y un óculo en la cúpula al que se accede por la parte trasera gracias al desnivel existente. La estructura exterior se construyó con mampostería de piedra del lugar y en el interior se utilizó el ladrillo para el forrado de las paredes del horno. La cúpula recupera de nuevo el uso de la piedra natural que, por aproximación de hiladas, va cerrando el espacio. Finalmente, se remozan las superficies y las juntas interiores con barro que, progresivamente y con las sucesivas hornadas, se va cociendo, adquiriendo una gran consistencia>[17]


      Panel informativo: arquitectura del Fuego: La tejería, Sesga (2018).

      El panel que ilustra el conjunto de la tejería muestra a la izquierda unos dibujos: alzado (arriba) y sección (abajo). La salida de humos tenía lugar por la parte superior, muestra la cúpula superior construida por aproximación de lajas de piedra local, como los muros laterales. En el interior se observan las hiladas de ladrillo del revestimiento y el emparrillado de arcos de ladrillo en la base, donde se apilaban las tejas. Bajo el emparrillado se hallaba el horno, cuyo fuego era alimentado por maderas y arbustos.

      Tejería de Sesga (Ademuz, Valencia), detalle del horno, vista frontal (2018)

      Tejería de Sesga (Ademuz, Valencia), detalle del almacén, vista frontal (2018)


      La tejería de Sesga reunía las condiciones necesarias para esta actividad, se hallaba en un espacio abierto fuera del pueblo, sobre la misma ladera de la fuente, lo que le garantizaba un fácil aporte agua y la tierra para fabricar tejas y ladrillos. Su emplazamiento en la ladera respondía a la necesidad de acceder a los distintos niveles. La fábrica muestra una construcción de base cuadrangular, los muros mamposteros de piedra local sin aglomerantes y dos aberturas en la fachada anterior (frontal), una arriba para cargar el horno (nivel superior) y otra abajo (nivel inferior), para alimentar la caldera. En la parte superior se halla la falsa cúpula formada por la aproximación de lajas que dejan una abertura circular (óculo). La seudocúpula sigue el mismo sistema constructivo que las barracas de piedra en seco de la zona. El interior muestra las paredes forradas de ladrillo refractario, la base formando arcadas para la colocación transversal de las tejas. En parte superior de las esquinas hay unos orificios a modo de tiro, para la salida de humos. Bajo las arcadas de la base se hallaba el fuego (caldera), alimentado con arbustos (aliagas, romeros) y maderas.

      Junto al horno hay otro edificio cubierto de teja que vierte a una sola agua, destinado a almacén. Frente al horno se halla la era de tierra apisonada donde se colocaban las tejas crudas para su secado al sol. Junto al muro que sujeta el desnivel hay una pileta para el agua, forrada de lajas verticales en los laterales y horizontales en la base.

      Hacer y cocer tejas requería de cierta especialización y experiencia, aunque se trataba de una actividad a demanda. Históricamente, la actividad constructiva de un lugar podría extrapolarse al crecimiento o decrecimiento poblacional. La denominación genérica del conjunto –horno, almacén, era, pila para el barro...- era “tejería”, aludiendo a su actividad principal; sin embargo, además de las clásicas tejas árabes para los tejados se fabricaban variedad de ladrillos (utilizados éstos en la fábrica de los propias tejerías, hornos de pan cocer y construcciones en general), baldosas para recubrir las paredes de los cubos o lagares (éstas podían ser cuadrangulares, planas o curvas), y otros objetos de alfarería.

      Paisaje urbano de Sesga (Ademuz, Valencia), desde La Tejería (2018).



      Funcionamiento y fabricación.
      Para la fabricación de las tejas había que observar la climatología, evitando las lluvias, que podían estropear las tejas expuestas al sol para su secado. Lo primero era limpiar la era (quitar piedras y hierbajos) y apisonar el suelo con el rulo. Una vez alisado y firme el piso, se echaba una capa fina de ceniza, para evitar que las tejas tiernas se pegasen.

      La ceniza se obtenía directamente de la limpieza del horno tras la última cocción. Tamizada y mezclada con arena, la ceniza servía como desengrasante natural, evitando que las superficies de las piezas se pegaran a los moldes y herramientas utilizadas en el proceso, y al piso de la era.

      Seleccionada la tierra de arcilla, se transportaba hasta la tejería para su preparación. Había que deshacer los terrones, machacándolos mediante un mallo o pisón. La tierra debía estar seca, para lo cual se exponía al sol. Oreada y seca, la tierra se tamizaba con una criba o arel, separando las piedrecillas y terrones que pudiera contener, así como el material calizo. Durante la cocción, las piedras calizas explotaban, arruinando la pieza.


      Tejería de Sesga (Ademuz, Valencia), detalle de la caldera del horno y abertura para la carga frontal (2018).


      Dispuesta la tierra se echaba en una balsa y se cubría de agua, dejándola reposar durante la noche. Posteriormente se procedía al amasado del barro, pisándolo con los pies desnudos. En una fase posterior se extraían pellas de barro para su amasado, aplastándolas para que expulsara el aire que pudiera contener. Cuanto más se amasaba el barro menos posibilidad había de que contuviera aire, ello hacía más resistente el material.

      Para hacer la teja había que colocar el barro en un marco trapezoidal, previamente espolvoreado con la mezcla de ceniza, nivelando y alisando el sobrante mediante un palo o tabla a modo de rasero. Para curvar la pieza de barro obtenida había que voltearla sobre otro molde con la forma de la teja. El molde curvado debía espolvorearse también con la mezcla de ceniza. Las tejas obtenidas se depositaban con cuidado sobre el piso de la era, procurando no se deformaran. Con este sistema, dos personas experimentadas podían llegar a elaborar dos tejas por minuto.

      La fabricación de los ladrillos para forrar las paredes y el piso de los cubos de fermentación requería de un proceso similar, variando los moldes, que podían tener medidas especiales, en función de la forma y el tamaño del mismo.

      Previo al encendido del horno había que llenarlo con las piezas fabricadas, el enfornado se realizaba utilizando primero la abertura de la fachada frontal. El proceso era delicado y requería de experiencia para colocar (estibar) bien el objeto de la cocción, evitando que las tejas o ladrillos se deformaran, y aprovechando al máximo el espacio. El operario situado dentro, conforme se llenaba el horno tenía que salir por el óculo. Había que disponer las piezas por hiladas, dejando huecos entre las mismas para permitir que el calor llegara a las situadas en la parte superior. La última hilada (dispuesta junto a la cúpula) debía estar bien nivelada; se cerraba mediante cascotes sin cocer, para controlar el proceso y retener mejor el calor.

      Tejería de Sesga (Ademuz, Valencia), destalle del interior: paredes forradas de ladrillo y falsa cúpula con óculo central basada en la aproximación de lajas de piedra (2018).

      Tejería de Sesga (Ademuz, Valencia), destalle del interior: paredes forradas de ladrillo y falsa cúpula con óculo central basada en la aproximación de lajas de piedra (2018).


      La cocción era un proceso relativamente lento, podía durar entre treinta y cuarenta horas: en función del tamaño del horno y del llenado. Se prendía de noche, utilizando como combustible la madera y arbustos propios del entorno (aliagas, romeros...) almacenados. La combustión no podía interrumpirse, la falta de combustible podía arruinar la hornada, al igual que un exceso de fuego. Las primeras horas de la cocción eran muy importantes, había que alimentar el horno lentamente, para templarlo. Asimismo, era importante que la cocción fuera homogénea, de ahí la importancia en distribuir adecuadamente la leña. Aunque el proceso estaba dirigido por el “tejero de mayor oficio”, esto es, el obrero más experimentado, para alimentar el horno y vigilar el proceso se establecían turnos. La cocción se daba por terminada al cabo de las horas establecidas (30-40 horas), pero había también algunas señales observables: la combustión de algunas ramas colocadas en la parte superior, que emergían del óculo, el color rojo intenso entre los cascotes sin cocer que se ponían en la parte alta, etc. Dichos indicios y la experiencia del maestro tejero determinaban el fin de la cocción, momento en que el tiro se cubría con tierra húmeda, tapándose también la boca del fogón.

      El horno cargado se dejaba enfriar durante una semana (8-10 días), transcurrida la cual se procedía a destapar el horno y a la extracción del material. Con todo, la cocción en este tipo de hornos preindustriales no era uniforme, razón por la que las piezas obtenidas podían tener calidades distintas. Las más apreciadas eran las situadas en las hiladas inferiores, más cercanas al fogón. Estas tejas podían estar algo deformadas por efecto de la presión –de ahí el dicho popular-: Vale más pagar de torcidas que de crudas.[18]Es decir, se valoraban más las mejor cocidas, aunque imperfectas, que las perfectas pero menos cocidas. El sonido que producían las piezas al golpearlas indicaba también su calidad, hasta el punto que las que lo traían apagado podían darse por perdidas.


      Tejería de Sesga (Ademuz, Valencia), vista posterior con detalle de la falsa cúpula (2018).


      Mediado el siglo XIX, Pascual Madoz censa en Ademuz una decena de alfarerías,[19]algunas especializadas en la fabricación de porcelana entrefina. Además de tejas, ladrillos para la construcción y el alicatado de los cubos o lagares, consta que en la zona se fabricaban variedad de objetos de alfarería –recipientes para líquidos y la cocción de alimentos-: barreños, botijos, cántaros, escullas, ollas, orzas, platos, pucheros, tinajas, vasos, etc.


      Consideraciones finales, a modo de epílogo.
      Históricamente, las deficientes comunicaciones existentes entre Ademuz y sus aldeas –Mas del Olmo, Sesga, Val de la Sabina- propiciaron su relativo aislamiento, si bien la distancia máxima entre la villa y sus pedanías no supera los 12 kilómetros. Aunque resulta incuestionable la mejora habida en las carreteras en las últimas décadas, no debemos olvidar que a mediados de los sesenta la carreterita que une hoy Ademuz con Val de la Sabina era una “senda -auténtico camino de herradura- (que) serpea el monte”.[20]La visita que hizo Mª Ángeles Arazo a la aldea, en compañía del inefable tío Nicanor, así lo evidencia.

      Aquel polvoriento camino de herradura que la periodista describe es hoy un camino rural asfaltado, aunque todavía no ha alcanzado la categoría de carretera comarcal. El camino es perfectamente transitable, no obstante las curvas y revueltas de su trazado y lo quebrado del terreno. Con todo, resulta difícil disfrutar del paisaje por la permanente amenaza del barranco de la rambla, franco el borde de quitamiedos. El trazado desde Val de la Sabina hasta Mas del Olmo y Sesga (8,5 km) es para llorar; circular por ellos constituye un auténtico deporte de riesgo y aventura, solo que obligado para sus vecinos cuando tienen que desplazarse de las aldeas a la villa o para el personal sanitario y administrativo que sube hasta las aldeas y a Puebla de San Miguel. En tanto caminos rurales del término, pertenecen a la jurisdicción de Ademuz, cuyo ayuntamiento no puede cubrir su mantenimiento. La mejora de estas vías debiera ser responsabilidad de la Diputación de Valencia, pero la entidad provincial rechaza asumirlas como propias. Una pregunta, ¿cómo pretende la Administración atajar la despoblación si no mejora la comunicaciones de todo tipo en las zonas rurales?

      Detalle de placa cerámica en la plaza del centro social "San Roque" de Sesga (Ademuz, Valencia), en recuerdo de la inauguración de la red eléctrica y el servicio del agua potable en 2001, siendo presidente de la Diputación de Valencia don Fernando Giner Giner y alcalde de Ademuz don Jesús Blasco Sánchez (2018).


      El relativo aislamiento al que se han visto relegadas las aldeas de Ademuz ha propiciado en parte la conservación de su patrimonio arquitectónico vernacular; aunque la despoblación –otro efecto de la falta de comunicaciones adecuadas- amenaza con su desaparición a corto plazo.

      Es por ello que resulta loable el esfuerzo realizado aquí para la conservación del patrimonio, particularmente del construido. Arquitectos como Camila Mileto y Fernando Vegas nos descubrieron la riqueza patrimonial de nuestros pueblos, aldeas y lugares -algo que muchos lugareños ya intuíamos-, colaborando con sus charlas, talleres y publicaciones en sensibilizar a sus pobladores (ayuntamientos, propietarios, constructores) de cara a recuperar y mantener ese usufructo amenazado.

      El estudio y la valorización del complejo de la fuente-abrevadero de Sesga y el lavadero público, así como de la Tejería anexa, constituyen el mejor ejemplo de lo que puede y debe hacerse con ese capital heredado. Vale.




      BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA:
      * MILETO, Camila y VEGAS, Fernando (2008). Homo faber. Arquitectura preindustrial del Rincón de Ademuz [ilustraciones de Guillermo Guimaraens y dibujos de estudiantes de arquitectura], Edita Mancomunidad de Municipios del Rincón de Ademuz, Valencia. ISBN: 978-84-8321-976-8
      * RODRIGO ALFONSO, Carles (1998). El Rincón de Ademuz. Análisis geográfico comarcal. Edita Asociación para el Desarrollo Integral del Rincón de Ademuz, Valencia.

      * VEGAS, Fernando (2001). Memoria construida. Arquitectura tradicional del Rincón de Ademuz [con ensayos de Camila Mileto y Marina Zuccolotto. Dibujos de los alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia], Edita Grupo Loggia-Restauración, Valencia.




      [1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2009). Fermín Luz Yuste, la persistencia de la memoria, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. III, pp. 123-133. ISBN: 978-84-931563-6-7
      [2] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). Sesga, aldea de Ademuz, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. I, pp. 229-238. ISBN: 978-931563-4-5
      [3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Iconografía funeraria en el cementerio de Sesga (I y II), del lunes 6 de febrero de 2012.
      [4] MILETO, Camila y VEGAS, Fernando (2008). Homo faber. Arquitectura preindustrial del Rincón de Ademuz. [Ilustraciones de Guillermo Guimaraens Igual y dibujos de los estudiantes de arquitectura de los talleres], Edita Mancomunidad de Municipios del Rincón de Ademuz, Valencia. ISBN: 978-84-8321-976-8
      [5] SÁNCHEZ GARZÓN, 2007: 230.
      [6] Ibídem.
      [7] CAVANILLES, Antonio José (1797). Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y frutos del Reyno de Valencia, Madrid, tomo II, pp. 70-84.
      [8] MADOZ, Pascual (1847). Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico..., Madrid, tomo VI, pp. 166-167.
      [9] SÁNCHEZ GARZÓN, 2009: 127.
      [10] SÁNCHEZ GARZÓN, 2007: 231.
      [11] LLUCH GARÍN, Luis B (1980). Ermitas y paisajes de Valencia, Edita Caja de Ahorros de Valencia, tomo. I, p. 535. ISBN: 978-500-3983-5
      [12] CANDEL, Francisco (1977). Viaje al Rincón de Ademuz, Plaza y Janés, Editores, Barcelona, pp. 112-114. ISBN: 84-01-44182-X
      [13] ROCA MIQUEL, Rafael. Sesga, aldea de Ademuz, en Valencia Atracción 374 (1966) 8-9.
      [14] ARAZO, Mª Ángeles y JARQUE, Frances (1998). El Rincón de Ademuz, Edita Diputación Provincial, Valencia, p. 82. ISNB: 84-7795-149-7
      [15] VVAA: Homo Faver. Arquitectura preindustrial del Rincón de Ademuz. Ed. Mancomunidad de Municipios del Rincón de Ademuz, Valencia, 2008.
      [16] VVAA. Homo Faber. Arquitectura preindustrial del Rincón de Ademuz. Ed. Mancomunidad de Municipios del Rincón de Ademuz, 2008.
      [17] VVAA. Homo Faber. Arquitectura preindustrial del Rincón de Ademuz. Ed. Mancomunidad de Municipios del Rincón de Ademuz, 2008.
      [18] MILETO y VEGAS, 2008: 181.
      [19] MADOZ, Pascual (1845). Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar, Madrid, tomo VI, pp. 166-167.
      [20] ARAZO, Mª Ángeles (1966). Gente del Rincón [Fotos de Luis Vidal], Editorial Prometeo, Valencia, pp. 139-144. ISBN: 84-699-4838-5

      EL CONVENTO DE SAN FRANCISCO (MOYA, CUENCA).

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      Breve reseña histórica y archivo  fotográfico.




      “[Situado] unos mil pasos al Occidente;
      pero tiene tan áspera y penosísima subida, al dicho pueblo,
      que siempre se tendría a mejor partido, y conveniencias,
      el caminar por tierra llana, una o dos leguas, que ascender,
      trepando por tan inaccesible risco, aquella sola milla”
      -De Crónica de la provincia franciscana de Cartagena (1740)-.







      Reseña histórica.
      El Convento de San Francisco de Moya (Cuenca) construyó a expensas de un matrimonio de la villa –Francisco Caballón y Beatriz Ana Balacloche-, que decidió fundar un claustro bajo la advocación del santo de Asís (1586).[1] Aceptada la cesión por la Orden Franciscana, las estipulaciones se firmaron al año siguiente (1587) y las obras comenzaron de inmediato: “con tanta celeridad que en marzo del mismo año ya tomó posesión de la parte habitable el superior de este convento Fray Bernardino de Carrascosa y cuatro religiosos más”.[2]

      El convento se fundó en la huerta de Moya, al poniente de la villa, margen derecha del río Ojos:

      • <[...] unos mil pasos al Occidente; pero tiene tan áspera y penosísima subida, al dicho pueblo, que siempre se tendría a mejor partido, y conveniencias, el caminar por tierra llana, una o dos leguas, que ascender, trepando por tan inaccesible risco, aquella sola milla>.[3]

      Cuatro años después, el censo de frailes alcanzaba era de once religiosos (1591).[4]

      El convento estaba mantenido por un Patronato, del que en 1598 entró a formar parte el Marques de Villena, Juan Gaspar Fernández de Pacheco (1574-1615).[5]

      Originariamente perteneció a la Provincia Franciscana de Valencia. No obstante, a finales del primer tercio del siglo XVII (1631) pasó a depender de la Provincia Franciscana de Cartagena, amplio territorio peninsular entre Molina de Aragón y Almería.[6]

      El monasterio disponía de una casa-convento, habilitada como vivienda para dos docenas de religiosos (situada en posición meridional), con una iglesia conventual (al norte), una zona de huerta circundada por un muro de piedra (al levante), que se extiende hacia el río Ojos de Moya y otras dependencias, entre ellas una bodega excavada en la roca del monte con la entrada en arco ojival.

      Un camino de tierra, que pasaba el río Ojos por un puente, unía el convento con la antigua población de Moya, ascendiendo por la ladera noroeste del cerro y atravesando la muralla septentrional por la denominada “Puerta Falsa” o “Puerta de San Francisco”.[7]

      Entre las personas vinculadas al convento de Moya (residentes o relacionados con él) cabe destacar la figura del venerable padre Juan de Molina, natural de la villa de Moya (1645): fray Molina cursó estudios en la Universidad de Valencia, ordenado sacerdote fue destinado a la parroquia de la vecina población de Landete, profesando posteriormente como franciscano terciario en el convento de Moya.[8]

      Otro personaje notable fue fray Atanasio Rama, natural de Landete y fallecido en Orihuela. Fraile lego de ejemplar vida religiosa, fue conocido entre los lugareños como “el santurrón”, también “el santo idiota”. Ejerció como maestro de novicios en el convento de Orihuela, llegando a ser padre Guardián: fue inhumado en la capilla mayor de la iglesia a finales del siglo XVII (1700).[9]

      El claustro se vio afectado por las desamortizaciones de la primera mitad del siglo XIX: consta que la Comisión Provincial de desamortización de Cuenca hizo entrega de los ornamentos sagrados del convento a don Vicente Olivares, párroco de la vecina población de Alcalá de la Vega, a la sazón delegado del Obispo de Cuenca.[10]

      Entre los objetos mueble y ornamentales del convento de Moya había un “Santísimo Cristo de la Vega”, estimable obra de veneración popular desaparecida con la desamortización.[11]

      El Convento de San Francisco de Moya fue contemporáneo del Convento de San Guillermo de Castielfabib (fundado en 1577), asimismo habitado por franciscanos observantes.[12]Ambos claustros pertenecieron inicialmente a la Provincia Franciscana de Valencia, pero como se dice arriba el del Moya acabó formando parte de la Provincia Franciscana de Cartagena.[13]La vicisitud histórica de estos monasterios es similar, pues sus frailes fueron exclaustrados con las desamortizaciones del primer tercio del siglo XIX, y los edificios desalojados, lo que labró su ruina.

      Los recintos de uno y otro convento se hallan completamente abandonados (especialmente el de Moya), las autoridades competentes deberían interesarse por estas ruinas, consolidarlas y adecentar los espacios circundantes para poder visitarse, en tanto forman parte de la historia común. Vale.




       Véase también:




      [1] ORTEGA, Pablo Manuel (1981). Crónica de la provincia franciscana de Cartagena[Introducción: Juan Meseguer Fernández; índices y coordinación general de la edición, Víctor Sánchez Gil], Madrid, Vol. III, p. 380. ISBN: 978-84-70470233. Citado por SÁEZ FERNÁNEZ, Teodoro (2000). “Los conventos de Moya, en Moya, su historia, sus tierras, sus hombres, sus tradiciones [Coordinadores Eusebio Gómez García y Teodoro Sáez Fernández], Edita Asociación Amigos de Moya, Valencia, p. 105. SÁEZ FERNÁNDEZ, Teodoro (2011). Guía práctica de Moya (Cuenca) [Teodoro Sáez Fernández, Cronista Oficial de Moya. Colaboración especial de Eusebio Gómez García y Niceto Hinarejos Ruiz], Edita Asociación Amigos de Moya, Segunda edición, Valencia, p. 46. ISBN: 84-607-8117-8
      [2] SÁEZ FERNÁNDEZ, 2000: 105.
      [3] ORTEGA, 1981: 380. SÁEZ FERNÁNDEZ, 2000: 106. SAÉZ FERNÁNDEZ, 2011: 46.
      [4] GARCÍA ESPAÑA, Eduardo (1985). Censo de Castilla de 1591: Vecindarios [Edición facsimilar: Eduardo García España, redactor. Colaboración de la Unidad de Estadísticas Históricas del INE. Introducción de Annie Molinié Bertrand], Edita Instituto Nacional de Estadística, Madrid, ISBN: 84-260-1241-8
      [5] ORTEGA, 1981: 379. SÁEZ FERNÁNDEZ, 2000: 105. SAÉZ FERNÁNDEZ, 2011: 46.
      [6] SÁEZ FERNÁNDEZ, 2000: 106. SAÉZ FERNÁNDEZ, 2011: 46.
      [7] SÁEZ FERNÁNDEZ, 2000: 106. SAÉZ FERNÁNDEZ, 2011: 46.
      [8] SÁEZ FERNÁNDEZ, 2000: 106.
      [9] Ibídem.
      [10] SÁEZ FERNÁNDEZ, 2000: 106.
      [11] Ibídem.
      [12]SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2001). Aproximación a la Historia del Convento de San Guillermo en Castielfabib (Valencia), y noticia del Hospital de la Villa (1446, julio 1), Edita Ayuntamiento de Castielfabib, Valencia. ISBN: 84-931563-3-7
      [13] MARTÍNEZ FRESNEDA et al, Francisco. Provincia Franciscana de Cartagena, Edita Verdad y Vida: revista de las ciencias del espíritu, Año 1988, vol. 46, Nº 182-183, pp. 215-224. ISNN: 0042-3718


      ARCHIVO FOTOGRÁFICO:

      Vista general (noroccidental) del cerro de Moya (Cuenca) desde la vega en primavera (2018).

      Vista general (noroccidental) del cerro de Moya (Cuenca) desde la vega en primavera (2018).

      Vista general (noroccidental) del cerro de Moya (Cuenca) desde la vega en primavera (2018).

      Vista general (noroccidental) del cerro de Moya (Cuenca) desde la vega en primavera (2018).

      Detalle del vado del río Ojos de Moya, camino de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018. 

      Detalle de cultivos en la margen derecha del río Ojos de Moya, camino de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca). 2018. 

      Detalle de cultivos en la margen derecha del río Ojos de Moya, camino de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018. 

      Vista general (septentrional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018.

      Vista general (noroccidental) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), con el cerro moyano al fondo (2018).

      Vista general (noroccidental) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), con el cerro moyano al fondo (2018).

      Vista general (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018.

      Vista general (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018.


      Vista parcial (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018.


      Vista parcial (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), con el cerro moyano al fondo (2018).


      Vista parcial (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), con el cerro moyano al fondo (2018).

      Vista parcial (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) 2018.


      Vista parcial (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018.

      Vista parcial (meridional) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle del arco de entrada a la bodega (2018).


      Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle del interior de la iglesia conventual (2018).


      Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle del arco de la entrada a la iglesia conventual (2018).


      Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle del arco de la entrada a una capilla lateral (2018).


      Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle de una capilla lateral (2018).


      Vista parcial (oriental) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle de la fachada principal de la iglesia conventual (2018).


      Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle de una capilla lateral (2018).
      Vista general (suroccidental) de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), 2018.

      Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle de vanos de ventana en el muro septentrional, lado de la epístola del templo (2018).
      Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle de vano de ventana en el muro septentrional, lado de la epístola del templo (2018).

      Vista parcial de las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca) con detalle de vanos de ventana en el muro septentrional, lado de la epístola del templo (2018).

      Vista septentrional de la vega, desde las ruinas del Convento de San Francisco (Moya, Cuenca), Santo Domingo y Pedro Izquierdo al fondo (2018).

      Vista septentrional de la vega, desde el puente del río Ojos de Moya, con Santo Domingo y Pedro Izquierdo al fondo (2018).

      EL CRISTO CRUCIFICADO DE TORREBAJA, UNA OBRA DE RAMÓN GRANELL.

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      Una notable obra de imaginería de Ramón Granell Pascual.


      “La desnudez del crucificado suscita la antigua piedad por la natura indefensa.
      Sus manos no pueden taparla (porque las tiene clavadas),
      sus piernas no pueden acogerla en su interior (porque las tiene clavadas).
      El suplicio de la posición del crucificado culmina en esa parte desnudada”
      -De Erri de Luca en La Natura expuesta (2016)-.












      Palabras previas, a modo de justificación.
      Tengo una amiga a la que no conozco personalmente, sólo nos conocemos por carta. Buscando información sobre su padre, un oficial republicano que estuvo en Torrebaja y otros pueblos de la zona durante la guerra civil (1936-1939), leyó ciertos artículos en mi página web que le interesaron. Buscó mi correo electrónico y me escribió, presentándose y explicando el motivo de su interés.

      Tras varios correos entablamos una relación epistolar de amistad. Ella se disculpa por escribir a máquina, preferiría la carta manuscrita, siempre más íntima y personal, pero opta por el teclado del ordenador. Teme que si me escribe a mano no entienda su letra, por la dificultad que tiene en escribir. Ella es historiadora, ha sido historiadora y trabajado en varias universidades catalanas. En la actualidad jubilada, no ha olvidado, sin embargo, sus habilidades como investigadora. De hecho está inmersa en una pesquisa familiar muy importante para ella. Últimamente me envió un paquete con algunos documentos originales de gran interés. Dos cartas manuscritas que su padre escribió a su esposa desde Torrebaja, fechadas en septiembre-octubre de 1936, y otras dos datadas en Villastar en enero de 1938. Junto a las cartas me hace llegar un escrito que justifica mi propiedad sobre los documentos. Una muer previsora, sin duda. Algún día diré de estas cartas, cuyo contenido contribuye a humanizar aquellos dramáticos tiempos, a la vez que ilustra el momento histórico en nuestra zona.

      Entre otras cosas, el paquete que me envió mi amiga contenía también un libro de Erri De Luca –La natura expuesta (2016)-, ambos desconocidos para mí. En una carta adjunta me indica que me lo quede si me gusta. Intuyo que a ella le gustó mucho, por eso me lo envía. Como si quisiera compartir conmigo la experiencia que tuvo al leerlo. El libro contiene en la primera página el nombre de mi amiga –Juana-, y una fecha (abril 2018). Se advierte que el libro ha sido leído porque tiene unas cuantas hojas dobladas por arriba y por abajo. Mi amiga utiliza el doblado de las hojas como señal de lectura.

      La obra de Erri De Luca constituye una “reflexión sobre lo sagrado y lo profano, sobre el lugar de la religión en nuestras sociedades y la instrumentalización del poder del cristianismo” –al menos eso dice un texto en la contraportada-. Respecto del argumento, anota:
      • <En una pequeña aldea al pie de la montaña, un hombre gran conocedor de las rutas que permiten cruzar la frontera, añade la actividad de pasador de clandestinos a su oficio de escultor. Cuando es descubierto, decide abandonar su tierra. En un pueblo junto al mar, encuentra trabajo como restaurador de una imagen sagrada: un crucifijo de mármol que deberá volver a su estado original>

      De Luca es un escritor italiano de gran prestigio, un narrador de gran fuerza literaria que ha recibido muchos premios. La novela en cuestión está inspirada en un relato que le hizo un amigo suyo escultor (Lois Anvidalfarei). He leído “La natura expuesta” con gran interés, a intervalos cortos y sin doblar las hojas. Yo nunca doblaría las hojas de un libro como señal de lectura. La lectura de esta novela me llevó de inmediato a la iglesia de Torrebaja (Santa Marina Virgen), para contemplar de cerca un Cristo crucificado que hay a la entrada de la capilla del Sagrario.


      Detalle de Cristo crucificado en la parroquial de Torrebaja (Valencia), obra del tallista valenciano Ramón Granell Pascual (2018).


      Visita al Cristo crucificado.
      Vivo en la plaza del Ayuntamiento, de mi casa al templo apenas hay unos minutos caminando. Cruzo la calle Arboleda, que da a la calle del Rosario, y me hallo frente a la iglesia. La iglesia es un edificio de nueva planta, la primera piedra se puso mediado el año 1954, siendo obispo de Segorbe don José Pont y Gol. En sus fachadas predomina el ladrillo cara vista, con lienzos de mampostería en los paneles laterales. Podría decirse que su estilo es funcional de posguerra, obra del arquitecto valenciano Luis Gay Ramos (1912-1996). Se diseñó para tener dos torres a los pies, aunque sólo se construyó una en el lado del evangelio. Orientada en sentido norte-sur, la fachada principal se remodeló hace unos años, dándole un aspecto neoclásico. En la parte superior hay una estructura triangular con la imagen de una Santa Cena en relieve. El pórtico muestra dos columnas romanas exentas, una a cada lado. En el frontis del atrio exterior lucen sendas imágenes: una de la titular (santa Marina Virgen, a la epístola) y otra del patrón del pueblo (san Roque, al evangelio).[1]

      Entro en el templo por la puerta del evangelio del atrio interior, la iglesia está vacía de gente. La pileta del agua bendita llena, me persigno. El ambiente es tranquilo, la iluminación natural hace que haya momentos de mucha luz alternando con otros sombreados, efecto del paso de la nubes. Los grandes ventanales del pasillo superior están abiertos, pienso que para que se ventile. Muchos templos huelen a humedad, no el de Torrebaja. En el presbiterio, sobre el testero del templo luce la imagen de un gran Pantocrátor rodeado por los cuatro evangelistas manifiestos en sus representaciones simbólicas. Me gusta el rostro de Jesús, es amable y comprensivo, sus ojos te miran en cualquier lugar del templo en que te halles. Su cara posee tonos ocres, la barba partida al estilo rabínico, los pliegues de la túnica blancos, los pies desnudos muestran la herida de los clavos –envuelto en un diamante místico-: el Pantrocrátor es un Cristo en majestad (Maiestas Domini) que representa al Juez omnipotente y todopoderoso. Las pinturas del presbiterio las hizo un pintor cubano, Manuel A. Martínez Ojea (Las Tunas, Cuba, 1968), en 2007.[2]

      Vista general de la nave de la iglesia parroquial Santa Marina Virgen (Torrebaja, Valencia), con detalle del Pantocrátor del presbiterio (2018).


      En su conjunto, el interior del templo muestra aspecto basilical, con una sola planta, coro alto a los pies y capillas laterales. El techo luce un notable encasetonado simulando madera, aunque es de escayola pintada. Por el pasillo de la izquierda me dirijo directamente al lugar del Cristo crucificado, se halla en la primera capilla del evangelio, por donde se accede a la capilla del Sagrario. En la misma capilla del Cristo crucificado hay un Cristo yacente, una imagen en escayola coloreada que se utiliza para la procesión del Santo Entierro el Viernes Santo.

      Delante de la capilla está la imagen de san Antonio de Padua sobre sus andas, con ofrenda de flores frescas a los pies. El santo portugués porta al Niño Jesús en brazos, como san Cristóbal, aunque éste lo hace sobre sus hombros. Ambos son “cristóforos”, portadores de Cristo. Recientemente se ha celebrado la onomástica del santo de Padua, por eso está sobre sus andas, todavía no lo han retirado a su capilla. Miro al Cristo en su cruz, colgado sobre la pared del fondo del oratorio. Paso directamente a la capilla del Sagrario, saludo al Señor con una genuflexión a modo de reverencia. ¡Qué menos podemos hacer ante el Hijo de Dios! Mal que bien, uno va madurando en su fe. Para los cristianos, católicos y ortodoxos, Jesús sacramentado se halla en la Hostia consagrada. En una homilía oí decir una vez que la santa misa es como el banquete de una boda, donde ningún invitado deja de comer. En otra ocasión oí que el que no se arrodilla durante la consagración de la misa es que no acaba de creerse lo que sucede en el altar: la trasmutación del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo. Desde entonces me pongo de rodillas a la hora de la consagración y comulgo a la hora de la comunión. Esta es mi actitud, mis sentimientos y creencias, a nadie tengo que dar cuentas, más que a mi conciencia. Leí en una entrevista-conversación de Peter Seewal al Papa emérito -entonces Cardenal J. Ratzinguer-: “Hace sólo cien años, los hombres piadosos sólo iban a confesar y a comulgar tres o cuatro veces al año. Actualmente, la comunión diaria es frecuente” (La sal de la tierra, 1996). Los tiempos han cambiado, también las costumbres eclesiales y la liturgia.

      Es mediodía, pronto tocarán el Ángelus, una devoción de origen franciscano. A esta hora suele venir algún feligrés para la visita al sagrario; antaño acudían muchas personas, en cualquier caso más que ahora. En los tiempos que corren mucha gente ha dejado de creer, vive sin necesidad de Dios, ajena a la trascendencia. Las necesidades espirituales son incómodas, se ahogan en la materialidad, de ahí que muchos intenten apartarlas de su cotidianeidad. No cabe duda que en grandes sectores de la población europea cristiana actual -y española en particular- ha desaparecido la "fascinación por lo misterioso", el interés por la "manifestación del misterio absoluto" del hombre ante lo sagrado de que hablaba Rudolf Otto (1869-1937), en aras de la mundaneidad.


      Detalle de la imagen de san Antonio de Padua sobre sus andas en la iglesia parroquial Santa Marina Virgen (Torrebaja, Valencia), con la capilla del Cristo crucificado al fondo (2018).


      Preparo la cámara y el trípode para hacer unas fotos al Cristo crucificado, en la capilla hay poca luz. Conozco esta imagen desde hace muchos años, antes de la remodelación del templo estuvo en el presbiterio, sobre el testero. La regaló una familia local, en relación con una promesa, al comienzo de los años setenta (1971), siendo párroco don Gabriel Sancho Marín (1962-72). Los donantes fueron Jacinta Valero y sus esposo, Pedro José Serrano Maestro (médico oftalmólogo en Teruel). Ambos fallecieron hace años, queda su ofrenda. En la parroquia, muchos hubieran querido que el Cristo permaneciera en el presbiterio, pero el artista que pintó el Pantocrátor no pudo o no supo integrarlo en la nueva pintura. Por eso lo colocaron donde  está, un lugar donde no luce lo que vale. La imagen del Cristo crucificado suele ponerse en el presbiterio durante la Semana Santa, su presencia llena toda la iglesia.


      Detalle de la imagen de san Antonio de Padua sobre sus andas en la iglesia parroquial Santa Marina Virgen (Torrebaja, Valencia), con la capilla del Cristo crucificado al fondo (2018).

      Cristo crucificado en la parroquial de Torrebaja (Valencia), obra del tallista valenciano Ramón Granell Pascual (2018).


      Tras la sesión fotográfica me acerco el Cristo crucificado, acaricio la calidez y textura de la imagen. El sentido de la vista no es suficiente para apreciar la obra en toda su dimensión. Siento como se me eriza el vello de los brazos. Los muertos recientes conservan algo de calor, la piel a veces sudorosa produce una sensación desagradable, de blandura inerte y pegajosa. La piel de Cristo muerto estaría llena de sudor y de sangre, por la flagelación y el esfuerzo de haber arrastrado el patibulum hasta el calvario, por la angustia de una muerte inminente. Su sufrimiento debió ser considerable.


      Cristo crucificado en la parroquial de Torrebaja (Valencia), obra del tallista valenciano Ramón Granell Pascual (2018).


      No obstante haberla visto durante años, nunca me había percatado de la conmovedora hermosura de esta imagen. Se trata de una talla en tamaño natural, seguramente en madera de pino bermejo que representa a Jesús de Nazaret inmediatamente después de morir en la cruz. Sus últimas palabras fueron de perdón: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen–Jesús se refiere al pueblo judío en general y a los que le crucifican en particular. Por eso la cruz es el símbolo universal del perdón por excelencia. El rostro del Cristo crucificado de Torrebaja está sereno, relajado, incluso dulce, sin los espasmos esperables en un crucificado vivo. La crucifixión romana del tiempo de Jesús era algo perfectamente serio, el peor suplicio, una horrorosa forma de morir. Observando la imagen de cerca veo que en un lateral del stipes (palo vertical) hay un placa metálica:

      RAMÓN GRANELL/ Calle Avellanas, 26 VALENCIA.

      Se trata del escultor Ramón Granell Pascual (Masarrochos, 1916), considerado uno de los tallistas levantinos más destacados del pasado siglo XX. Según Bernat Montagut Piera –que le entrevistó en 1987, con motivo de la VII Exposición Provincial de Semana Santa-: el artista aprendió del escultor madrileño Francisco López Hernández (1932-2017) y del imaginero catalán José María Ponsoda Bravo (Barcelona, 1882-Valencia, 1963), asistiendo a sus talleres desde muy joven. En la posguerra inmediata compaginó el trabajo profesional en su obrador de escultura con la docencia, fue profesor en la Escuela de Artes y Oficios “San Carlos” de Valencia (1940-57). Usualmente, trabajaba por encargo, habiéndose especializado en temática religiosa: su obra escultórica (imaginería pasos, tronos...) se distribuye por muchas localidades de la Comunidad Valenciana, no obstante tener también obra en Murcia y Huesca, y países hispanoamericanos (Colombia, Puerto Rico), incluso asiáticos (India). Según el Archivo Metropolitano de Valencia, entre los años cuarenta y sesenta (1943-1966) labró un total de 44 obras, a las que cabe añadir tres tallas de 1971 y dos de 1978. Ramón Granell definía su estética como “realista”, recordando con nostalgia los talleres de otro tiempo, “en que se decoraba, modelaba y dibujaba”.[3]

      Detalle de Cristo crucificado en la parroquial de Torrebaja (Valencia), obra del tallista valenciano Ramón Granell Pascual (2018).

      Detalle de Cristo crucificado en la parroquial de Torrebaja (Valencia), obra del tallista valenciano Ramón Granell Pascual (2018).

      Detalle de Cristo crucificado en la parroquial de Torrebaja (Valencia), obra del tallista valenciano Ramón Granell Pascual (2018).


      Respecto a su estilo artístico, el Cristo crucificado podría calificarse de barroco, mejor neo-barroco. Aquí la figura humana se representa de forma realista, parecida al Cristo de Velásquez. Jesús está clavado al palo horizontal de la cruz (patibulum) por las palmas de las manos; los pies separados, apoyados sobre el posapies (suppedaneum) del palo vertical (stipes) para fijar los pies, atravesados cada uno por un clavo en el antepié. Los evangelios nada dicen del posapies, pero la cruz de Cristo bien pudo tenerlo. En esta crucifixión se han empleado cuatro clavos de hierro. La cabeza, cubierta por una corona de espinas sobrepuesta, aparece reclinada hacia el hombro derecho, los mechones de ese lado hacia delante, los de su izquierda detrás. La cara barbada, con la doble punta rabínica, los ojos cerrados. Se trata de un varón en la treintena larga, las cejas pobladas, los surcos nasogenianos muy marcados. En general, la musculatura propia del varón está muy destacada en la talla, aunque relajada. Muestra también las cinco llagas, en las palmas de las manos, en los pies y el costado. La herida del costado derecho corresponde a la lanzada que le dio el soldado romano: la sangre brotada parece recién coagulada. La tradición cristiana nombra al soldado como Longinos, el primero que le reconoce como divinidad:En verdad este era el Hijo de Dios–dice. Cuando lo lancean, Jesús está ya muerto. La sangre (y el agua) que sale del costado de Cristo muerto debe proceder de un hemotorax a presión, pues los cadáveres no sangran.


      Detalle de Cristo crucificado en la parroquial de Torrebaja (Valencia), obra del tallista valenciano Ramón Granell Pascual (2018).

      Según las convenciones de representación iconográfica, la talla del Cristo de Ramón Granell es un Christus patiens -distinto del Christus triumphans (triunfante: se representa vivo, los ojos abiertos) y del Christus dolens (doliente: se representa muerto, pero con rictus de dolor en la boca).

      Las partes pudendas de Jesús aparecen cubiertas por un paño anudado delante (perizonium) que las oculta de la vista. El Cristo de la obra de Erri De Luca fue labrado con la naturacircundada expuesta, un señor obispo mandó cubrir sus partes con un drapeado que el escultor de la novela debe retirar para mostrar la imagen en su estado original. Hay pocas imágenes de Cristo crucificado con la naturaexpuesta. Conozco el Crucifijo de la capilla Gondi de Santa María Novella (Florencia, Italia), de Filippo Brunelleschi (1377-1446), labrado en madera, en respuesta al de la capilla de Bardi Vernio de Santa Croche (Florencia), de Donatello (1386-1466). El de Donatello aparece cubierto con un paño, mientras que el de Brunelleschi está totalmente desnudo, la natura expuesta. Y el Crucifijo de la Basílica del Santo Spirito (1492) en Florencia (Italia), una obra de juventud que Miguel Ángel (1475-1564) labró para el convento que le acogió tras la muerte de su mecenas. Se trata de una obra en madera policromada, el cuerpo desnudo corresponde al de un adolescente, con la musculatura poco marcada, mientras que la cabeza es la de un adulto. Otra imagen de Cristo crucificado desnudo es la de Benvenuto Cellini (1500-1571), conservada en la Basílica de El Escorial (Madrid, España); en esta delicada imagen de mármol blanco de Carrara el perizonium puede retirarse, mostrando la natura de Cristo.




      Detalle de Cristo crucificado en la parroquial de Torrebaja (Valencia), obra del tallista valenciano Ramón Granell Pascual (2018).

      El Cristo crucificado es quizá la imagen más representada del cristianismo (junto con la de María, su madre), y ha variado enormemente a la largo del tiempo. La historia del arte lo demuestra. Hay que pensar que las imágenes devocionales deben invitar a la piedad, mientras que las representaciones realistas invitarían al horror, al miedo y la angustia. Desde una óptica historiográfica una crucifixión era algo terrible, absolutamente terrorífico. Los ajusticiados debían cargar con el palo horizontal (patibulum) hasta el lugar de la ejecución. Allí se les desnudaba y se les ataba o clavaba subiéndolos después con cuerdas al palo vertical (stipes); así se les dejaba hasta morir. La desnudez del reo añadía vergüenza y humillación a la crucifixión. A veces les rompían las piernas para que no pudieran sujetarse sobre el suppedaneum y acelerar la muerte por asfixia, al quedar suspendidos sólo por los brazos. La rotura de las piernas podría producir también una embolia grasa. Se les clavaba con clavos de hierro al madero, por el extremo distal del antebrazo, entre el cúbito y el radio, no por las manos, que no hubieran soportado el peso de un cuerpo. De clavarse por las manos habría que haberles atado también los brazos, para evitar el desgarro y que cayeran a tierra. Los pies se clavaban juntos, por los lados, atravesando los calcáneos. De ello hay evidencias arqueológicas. 

      De ahí que las representaciones devocionales de la crucifixión de Cristo resulten “dulces”, atenuadas si se las compara con las que tenían lugar en la realidad, unas imágenes verdaderamente pavorosas. La realidad historiográfica señala que las crucifixiones podían ser también en árboles bajos (olivos), y en diferentes posturas. Al menos eso dice el historiador Flavio Josefo (37-101), refiriéndose a las crucifixiones de los rebeldes judíos arrestados por los romanos tras la revuelta del año 70: “los soldados enfurecidos, clavaban a las cruces a los que eran capturados a unos en una posición y a otros en otra” (Guerra de los judíos, Libro 5, cap. 11). No hay muchas evidencias arqueológicas de clavos de crucifixión, ello se explica porque eran estimados como objetos de colección, por sus presuntas propiedades curativas.

      Detalle de Cristo crucificado en la parroquial de Torrebaja (Valencia), obra del tallista valenciano Ramón Granell Pascual (2018).

      Jesús pudo ser crucificado en una crux commissa, modificada para colocar un letrero sobre su cabeza. La cruz commissa imita una T (tau o cruz de san Antonio), en la que el travesaño horizontal se sujetaba al vertical (stipes) mediante una ranura o una tuerca. La de Jesús pudo ser modificada para poner encima el cartel que mando escribir Pilato. Pero la más común en la iconografía cristiana es la crux immissa, con el travesaño (patibulum) rebajado, para poner (encima y arriba) el titulus. La cruz en la que se ha colocado la imagen del Cristo crucificado de Torrebaja es una cruz latina, en la parte del stipesque sobresale del patibulum hay un cartel (titulus) con las siglas INRI: Iesus Nazarenus Rex Iudeorum (Jesús Nazareno Rey de los Judíos). El titulus se puso en tres lenguas (arameno, griego y latín), para que todos pudieran leerlo...


      Detalle de Cristo crucificado en la parroquial de Torrebaja (Valencia), obra del tallista valenciano Ramón Granell Pascual (2018).


      Fuera cual fuere la cruz en la que clavaron a Cristo, hemos de suponer que no sería una madera pulida ni barnizada. Sería un burdo madero apenas descortezado. Jesús, carpintero, hijo de carpintero, estaría familiarizado con los tipos de maderas. Es posible que incluso fabricara patibulum para las crucifixiones romanas, al menos eso deja entender Mel Gibson en la Pasión de Cristo (2004). En cualquier caso, la terrible muerte de Jesús en la cruz tiene sentido para los cristianos porque es salvífica, redentora gracias a la resurrección. La religión ha sido una constante a lo largo de las civilizaciones -un totum continuum en la Historia-: existen precedentes de dioses crucificados en los cultos mistéricos del orfismo (véase el Orpheos Bakkikos) entre los griegos. De la misma forma que en los cartuchos jeroglíficos egipcios ya se dice de las obras de misericordia: Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, enterrar a los muertos... Estos preceptos tan familiares a los cristianos ya se practicaban entre los egipcios hace 5.000 años: eran obras imprescindibles para conseguir la transformación interior necesaria para acceder a la eternidad. Pasaron los egipcios, pasaron los griegos y los romanos, y pasaremos nosotros... pero mientras el hombre sea hombre tendrá dentro el sentimiento de la trascendencia y de lo divino. Porque el hecho religioso es universal. Otra cosa es la forma en que lo manifieste.


      Palabra finales, a modo de conclusión.
      Entiendo a los que no creen, a los alejados, a los ateos, agnósticos e indiferentes. Yo soy creyente, aunque tengo mis dudas. Es humano dudar y equivocarse.  Creo porque quiero creer, porque en la creencia hay también mucho de voluntad. El creyente no precisa de pruebas científicas de la existencia de Dios, le basta la creencia. Si pudiera obtenerse una prueba científica de la existencia de Dios no haría falta la fe; además, ello cosificaría a Dios, que es espíritu, no materia. En la búsqueda de Dios la razón es un instrumento necesario, pero no suficiente. En cualquier caso, creer es razonable -así lo demuestra la fenomenología y la filosofía de la religión. Además, creer ayuda a vivir, sirve de guía en el comportamiento y proporciona esperanza sin perjudicar a nadie.

      Según la fe cristiana, Dios manda a su Hijo para que se haga Hombre entre los hombres y salvarlos (redimirlos). Una idea magnífica, demasiado sublime para ser falsa. Digamos que existe el agua porque existe la sed, de la misma forma que existe la creencia porque hay Dios. No tendría sentido que la Naturaleza hubiera puesto en los seres vivos la sed en un mundo sin agua, ni el sentimiento de Dios (y la trascendencia), si Dios y la vida más allá de la muerte no existieran. Es cierto, sin embargo, que las cosas no existen únicamente porque sean buenas o necesarias. La batalla entre el ateo y el creyente debe dirimirse en el campo de la ontología, no en el de la psicología.


      Vista general de la nave de la iglesia parroquial Santa Marina Virgen (Torrebaja, Valencia), con detalle del coro y atrio interior (2018).

      Digo del humanismo cristiano, los seres humanos (hombres y mujeres), capaces de todo lo mejor y de todo lo peor (la historia lo demuestra), son dignificados con la llegada de un Dios que se hace hombre entre los hombres. La salvación requiere, sin embargo, del sacrificio del hombre-Dios. Un sacrificio de muerte, pero no cualquier muerte (decapitación, horca, lapidación...), era precisa la peor forma de morir: la crucifixión –una muerte de cruz. Podría decirse que la humanidad de Dios resucitado diviniza al hombre. Por eso para el cristianismo la vida del ser humano es sagrada, porque posee una dignidad que le emparienta con Dios. Sea como fuere podríamos decir con los italianos: Si non è vero è ven trovato... -a falta de algo mejor nos quedamos con lo que tenemos. 

      A partir de ahora veré al Cristo crucificado de Torrebaja –al magnífico Cristo de Ramón Granell- con otra luz, bajo distinta perspectiva. Me despido del Cristo besando sus pies ensangrentados. El beso me sabe húmedo, metálico, a sangre salada. Vale.




      Véase también:



      [1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). Rutilante fachada en la parroquial de Torrebaja, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. I, pp. 389-394. ISBN: 84-931563-4-5
      [2] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). Representación y análisis del mural del presbiterio de la iglesia parroquial “Santa Marina Virgen” en Torrebaja, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. I, pp. 383-388.
      [3] MONTAGUT PIERA, Bernat. Imágenes de la Pasión: Ejecución de la sentencia, Cofradía Crucifixión de Jesús en la cruz, en El Seis Doble, Diario Digital de Alzira, del viernes 8 de abril de 2011. 

      LA FUENTE DEL TORNAJO EN CASASALTAS.

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      Descripción de la fuente y su entorno, a propósito de una visita al lugar.




      “Nada más entrar en el pueblo habíamos visto un grupo de mujeres
      sentadas en sillas bajas de anea, mujeres vestidas de oscuro y secas.
      Hacían labor, conversaban y tomaban la sombra
      en una explanadita de cemento que parecía una era”
      -De Francisco Candel(1927-2007), en Viaje al Rincón de Ademuz (1977)-.











      Francisco Candel y sus amigos catalanes –Antonio Orihuela y Javier Fábregas- visitaron Casasaltas en septiembre de 1964. De su recorrido por el pueblo comenta, “su aspecto no es desolado, como algunos de la sierra, sino al contrario”.[1]Bien es cierto, sin embargo, que la somera descripción de Candel contrasta con la que hiciera Pascual Madoz (1806-1870) mediado el siglo anterior (1847), cuando dice que la población “Tiene unas 180 CASAS, bastante mezquinas en su interior y de aspecto pobre”; el censo poblacional era entonces de 183 vecinos, equivalente a unas 615 almas.[2]

      La  Casasaltas que encuentra hoy el visitante ha cambiado tanto respecto a la que describieran Madoz (1847) y Candel (1964) que resultaría irreconocible para sus antiguos moradores, pues es uno de los pueblos más cuidados, ordenados y limpios de la comarca –al menos en lo que hace al casco urbano-.

      Como las personas, los pueblos tienen un lado más fotogénico. Para mi gusto, el mejor perfil de Casasaltas puede observarse desde el Mirador de las Eras: área recreativa con fuente, asientos y árboles de sombra situada en la ladera occidental del cerro frontero, margen izquierda del Turia. Pero la fotogenia de un lugar depende también de la iluminación, no solo de la perspectiva y el encuadre. Dado que el caserío mira al sureste, el mejor lugar para verlo por la mañana es desde el citado Mirador de las Eras, mas para contemplarlo al atardecer hay que subir hasta la explanada del Vía Crucis. Desde los pretiles de la carretera de Casasbajas también pueden conseguirse buenas imágenes del caserío, antes de que el sol alcance su cenit.

      Baste lo dicho como introducción, pues la entrada de hoy se refiere a la Fuente del Tornajo (también, fuente de El Tornajo); para nuestro deleite, una de las más bonitas del Rincón de Ademuz.


      casasaltas-fuente-tornajo
      Vista frontal de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), con detalle de los paneles cerámicos y el abrevador (2003).



      Visita a la Fuente del Tornajo.
      Para visitar la fuente del Tornajo desde Ademuz podemos seguir la N-330a en dirección a Valencia. Al arribar a Casasaltas hay que cruzar el puente que salva el barranco del cementerio y continuar hacia Casasbajas, la vía discurre por la parte alta del pueblo. Si vamos en coche podremos aparcar en las proximidades del frontón, que queda poco más adelante, mano derecha de la calzada. Entre la carretera y el frontón hay varios árboles de sombra: acacias, ailantos y un frondoso plátano. Basta cruzar la vía y enfilar la calle Calvario para situarnos en la parte alta del conjunto monumental, situado en el entorno de la calle Barraca, Hondiguero y la mencionada del Calvario.

      La Fuente del Tornajo sufrió una importante remodelación mediados los años noventa del pasado siglo (1995), convirtiéndose en una fuente monumental, no obstante su sencillez. El nombre de la fontana –Tornajo- viene a decirnos que antaño no sería más que un simple abrevadero para los animales, pues eso y no otra cosa significa “tornajo”. Su manantial se halla a unos centenares de metros, en la ladera oriental de El Pinar. Si nos remontamos en el tiempo, el abrevadero debió estar formado por un simple tronco de pino vaciado a modo de pesebre, que finalmente forjaron en piedra o cemento.


      casasaltas-fuente-tornajo
      Vista general (suroccidental) de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), con detalle de la estructura superior (2018).

      casasaltas-fuente-tornajo
      Detalle de la fuente ornamental situada en la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), 2018.

      Los abrevaderos eran elementos esenciales en la vida de una localidad. Situados a la entrada o salida de los pueblos eran lugares muy frecuentados, donde las caballerías y el ganado se detenían para beber. Bien cuando iban a trabajar o pastar a los campos o el monte, bien al atardecer, cuando regresaban. Con ser esencial para la vida de los lugareños, la Fuente del Tornajo no fue nunca una gran fuente. Me refiero a una fuente notable desde el punto de vista artístico o histórico. Aunque todo lugar tiene su intrahistoria, su pequeña historia fecundada de anécdotas. En todo caso, no sabemos que el abrevador fuera testigo de hechos históricos reseñables; tampoco hay constancia escrita de viajeros que pasaran por el lugar y detallaran su presencia. Candel no la nombra en su “Viaje al Rincón de Ademuz” (1977), lo cual nada significa, pues tampoco nombra la iglesia parroquial y es más trascendente. Tampoco la menciona Mª Ángeles Arazo en su libro -"El Rincón de Ademuz" (1998)-, pese a que por entonces la fuente ya tenía su aspecto actual. Una lástima, porque Francesc Jarque hubiera podido sacar unas buenas fotos de los paneles cerámicos...[3]

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      Detalle de la fuente ornamental situada en la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), 2018.

      Decía que la actual Fuente de Tornajo es el resultado de una actuación urbanística llevada a cabo mediados los años noventa del pasado siglo (1995), una obra ampliada a las eras próximas. Está formada por dos estructuras bien diferenciadas, una superior a modo de placeta con una fuente ornamental en el centro y otra inferior formando un frontón convexo con fuente de dos caños -el de la derecha, con agua potable; el de la izquierda, con agua no potable- y abrevadero corrido a los pies. Un murete basado en puntales de piedra con pasamano protege los extremos del semicírculo, con adornos bolados sobre pilastras.

      Vista en detalle, la plazoleta superior posee piso de adoquines formando dibujo geométrico, una fuente ornamental con brocal circundado de ladrillo en su parte alta y una estructura en el centro, basada en tres platos horizontales soportados por leones labrados en piedra. La fuentecita se halla rodeada por árboles de sombra (moreras, olivos) y un seto con rosas en la parte posterior. En la barbacana luce una fachada semicircular cóncava, alicatada por ladrillos cerámicos con distintas representaciones, y un poyo a modo de banco en la base del frontis. Sirva el punto para hacer notar que muchas calles de Casasaltas poseen piso de adoquines, por el contrario de en otros lugares que es de cemento. La diferencia es notable, tanto desde el punto de vista estético como práctico, ya que caso de averías en el abastecimiento de agua, por ejemplo, basta levantar el adoquinado, resolver el problema y volver a colocarlo. Caso de estar la calle cementada hay que romper el piso, y tras la reposición queda el parche, además de los continuos desconches y grietas propios del cemento. Creo que ha llegado el momento de empezar preocuparse de estos detalles estéticos y urbanísticos, pues ya no estamos en los años sesenta, momento en que en aras de un desarrollo necesario, lo prioritario era la traída del agua potable, hacer el alcantarillado y cubrir las calles de cemento.


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      Detalle de plafón cerámico con escena rural (recogida de la fruta) situado en el frontis cóncavo de la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), obra del ceramista José Sanchis (2018).

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      Detalle de plafón cerámico con escena rural (trilla en una era) situado en el frontis cóncavo de la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), obra del ceramista José Sanchis (2018).

      Lo más notable de ambas distribuciones, sin embargo, son los paneles cerámicos enmarcados por ladrillos azules que la adornan, sobre un fondo de azulejos blancos –obra del ceramista valenciano José Sanchis-:

      * Los de la parte de la placeta (superior) documentan escenas de la vida rural bellamente iluminadas: en el centro luce un gran dibujo con la silueta de la comarca señalando los distintos municipios con sus escudos. A la izquierda hay un gran plafón con escenas relativas a la recogida de la fruta (manzanas), en la que aparecen dos varones y una mujer, mientras que en el de la derecha se representa una escena de trilla, en la que se figuran tres varones, un niño y dos mulos con collerón en una era. En los extremos de ambos paneles lucen cenefas propias de la cerámica valenciana enmarcando una canasta con frutas.

      * Los de la parte del abrevador (inferior) lucen sobre un frontis semicircular convexo, centrados por un gran plafón con la imagen de la patrona de la localidad (Santísima Trinidad), en la parte alta. A ambos lados de la Trinidad hay dos escudos -el de Valencia a la izquierda y el de la localidad a la derecha-. Debajo de los escudos hay dos cuadros de buen tamaño: el de la diestra representa la subida del chopo para su plantada en Pascua (una secular tradición local); mientras que el de la izquierda muestra una panorámica del pueblo, vista desde el otro lado del Turia. Por debajo del plafón central, entre este y los de los extremos hay dos figuras encaradas: un varón a la derecha con un manojo de cañas de cereal con espigas entre las manos y una mujer a la izquierda, con un cántaro en jarras y un botijo en la mano. Entre ambas figuras el nombre de la fuente en grandes letras: EL TORNAJO. Las figuras humanas simbolizan labores usualmente asignadas al varón (siega) y a la mujer (traída de agua).

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      Detalle de plafón cerámico con escena rural (silueta del Rincón de Ademuz con ubicación de los municipios y su escudo) situado en el frontis cóncavo de la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), obra del ceramista José Sanchis (2018).


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      Vista del frontis convexo de la estructura inferior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia),  con detalle de plafones cerámicos, obra del ceramista José Sanchis (2018).


      El frontis de la fuente, visto desde la calle inferior, exhibe un adorno de ladillo cara-vista en su parte curvada superior, con el abrevador a los pies, asimismo bordeado por un filete de ladrillo. El resto de la delantera no cubierto por el gran mosaico cerámico está forrado de piedra figurando mampostería. En los extremos del abrevador se hallan los desaguaderos, por encima de estos hay unos carteles que ilustran acerca de los artífices y la inauguración del conjunto:

      * El texto de la derecha dice:
      Proyecto ornamental/ Rafael Orellano Iñigo/ Valencia.
      Arquitecto/ José L. Calabuig Ortuño/ Valencia.

      Rafael Orellano Iñigo fue un escultor, artista y político valenciano, cofundador del Grupo de Acción Valenciana (GAV) y su primer presidente (1976-1977). Fue también concejal por UCD en el Ayuntamiento de Valencia (1979), pasando después a Unión Valenciana.

      José Luis Calabuig Ortuño es un arquitecto urbanista.

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      Detalle de ladrillos en el frontis convexo de la estructura inferior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), con la reseña del autor de proyecto ornamental y del arquitecto (2018).

      * El texto de la izquierda dice:
      La ornamentación de esta fuente y las/ eras fue inaugurada por la Presidenta de la/ 
      Exma. Diputación provincial de Valencia,/ Dª Clementina Ródenas Villena./ 
      Casas Altas, Mayo de 1995.


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      Detalle de ladrillos en el frontis convexo de la estructura inferior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), con texto alusivo a la inauguración del conjunto (2018).

      Clementina Rodenas Villena (Ayora, 1949), fue la primera mujer en doctorarse en la Universidad de Valencia, profesora titular de Historia Económica por oposición (1979) y política socialista: alcaldesa de Valencia (1989-1991) y Presidenta de la Diputación de Valencia (1991-1995).


      Detalle de plafón cerámico en el frontis convexo de la estructura inferior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), con la representación del caserío, visto desde oriente, la ladera de El Pinar al fondo (2018).


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      Detalle de plafón cerámico en el frontis convexo de la estructura inferior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), con la representación de la subida del chopo en Pascua, una secular tradición local (2018).


      Según los testimonios recogidos, con anterioridad a la última remodelación la Fuente del Tornajo poseía un frontón de cemento crudo con el abrevadero del mismo material sobre el que vertía un solo caño. Aquí traían los animales a abrevar, y se venía a recoger el agua de bebida, aseo y limpieza para la casa; esto antes de la traída del agua potable. La zona era un lugar de encuentro para jóvenes y mayores, al tiempo que lugar de juego para los niños. El recinto superior fue una era de pantrillar, probablemente la misma a la que se refiere Francisco Candel cuando entra en Casasaltas con sus amigos, procedente de Casasbajas -la carretera nacional que unía ambas poblaciones entonces estaba todavía sin asfaltar-:
      • <Nada más entrar en el pueblo habíamos visto un grupo de mujeres sentadas en sillas bajas de anea, mujeres vestidas de oscuro y secas. Hacían labor, conversaban y tomaban la sombra en una explanadita de cemento que parecía una era>.[4]

      Decía arriba que el censo de Casasaltas en tiempo de Madoz (1847) era de 183 vecinos, equivalente a 615 almas. En la década siguiente (1857) el censo llega a los 655 habitantes. Observando la evolución de la población censal del lugar vemos que su cenit lo alcanza algo más tarde que el resto de poblaciones comarcanas (años 1930-1940), momento en que llega a los 775 habitantes.[5]



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      Detalle de motivos ornamentales en la estructura superior cóncava de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), obra del ceramista José Sanchis (2018).


      A modo de conclusión.
      El futuro del Rincón de Ademuz es incierto (falta de recursos, abandono de la agricultura, caída demográfica, emigración, despoblación...), lo que influye de forma categórica en el ordenamiento urbanístico, en el mantenimiento del patrimonio (natural, arquitectónico, cultural...) y en los servicios. La solución de tamaños problemas sobrepasa nuestras posibilidades como entidad comarcal. Pero todavía está en nuestras manos decidir en qué tipo de pueblos queremos para vivir, si en los de inspiración rural o más bien ciudadana, con todo lo que ello conlleva. Dada la ubicación de los asentamientos urbanos en estos municipios –enclavados en una zona de montaña, inmersos en el medio natural-, nuestra práctica y usanza ha sido históricamente el de la ruralidad, y difícilmente podremos salirnos de esta tradición sin perder nuestra idiosincrasia.

      La Fuente del Tornajo (placeta superior y abrevadero) de Casasaltas (antigua aldea de Ademuz, nombrada Casas del Río Altas) constituye un conjunto ornamental que aprovecha el desnivel sobre el que se asienta: una antigua era de pantrillar sujeta por un muro con abrevadero a los pies. En este sentido, la reconversión del espacio resulta admirable y ha llegado la hora de comenzar a valorar lo que tenemos.

      El conjunto se halla relativamente integrado en el entorno urbano, tal la era anexa habilitada como zona ajardinada con asientos y árboles de adorno (olivos y palmeras). Escribo relativamente, porque el respeto a la idiosincrasia constructiva vernacular es parcial, tanto en la forma como en los materiales de su fábrica, al tiempo que manifiesta cierta aspiración urbanita (ciudadana) en un entorno propiamente rural. Las construcciones son al fin hijas de su tiempo, como los propios seres humanos que las labran.

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      Detalle ornamental en el frontis de la estructura inferior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), representando una mujer con cántaro en jarras y botijo en la mano, obra del ceramista José Sanchis (2018).


      La mentalidad de una comunidad suele ser fiel reflejo de la realidad social y económica de un momento histórico. Queda muy lejos el retrato que Madoz hace de la Casasaltas de su tiempo (1847): las casas “bastante mezquinas en su interior y de aspecto pobre” –hacía poco que la localidad se había independizado de Ademuz, su término todavía no estaba deslindado del de la villa. Hoy Casasaltas se constituye en paradigma de pueblo limpio y ordenado en la comarca, aunque tan despoblado como los demás.

      En suma: los especialistas pueden y deben dar soluciones a los problemas (urbanísticos, estéticos, ornamentales...) que se les plantean, pero no siempre aciertan en su combinación con lo ya construido. En este sentido, los materiales empleados son tan importantes como el diseño. Contra mejor opinión, sin embargo, el conjunto ornamental de las eras y la Fuente del Tornajo de Casasaltas es de los más elegantes del Rincón de Ademuz, en el que el uso del ladrillo y la cerámica resultan determinantes. Vale.






      Véase también:



      [1] CANDEL, Francisco (1977). Viaje al Rincón de Ademuz, Plaza y Janés editores, Barcelona, p. 123. ISBN: 84-01-44182-X
      [2] MADOZ, Pascual (1847). Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar, Madrid, tomo VI, p. 42.
      [3] ARAZO, Mª Ángeles y JARQUE, Francesc (1998). El Rincón de Ademuz, Edita Diputación de Valencia, pp. 55-56. ISBN: 84-7795-149-7
      [4] CANDEL, 1977: 118.
      [5] RODRIGO ALFONSO, Carles (1998). El Rincón de Ademuz. Análisis geográfico comarcal, Edita Asociación para el Desarrollo Integral del Rincón de Ademuz (ADIRA), Valencia, p. 54.

      GALERÍA FOTOGRÁFICA:

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      Vista general (frontal) del panel cóncavo de la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), con distintos plafones cerámicos representando escenas de la vida rural, obra del ceramista José Sanchis (2018).
      Vista parcial del panel cóncavo de la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), con distintos plafones cerámicos la silueta del Rincón de Ademuz con la ubicación de los pueblos que lo forman y escudos municipales, obra del ceramista José Sanchis (2018).

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      Vista parcial (lateral derecha) del panel cóncavo de la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), con plafón cerámico representando escena de la vida rural, obra del ceramista José Sanchis (2018).

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      Vista parcial (lateral izquierda) del panel cóncavo de la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), con plafón cerámico representando escena de la vida rural, obra del ceramista José Sanchis (2018).


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      Vista general de la fuente ornamental de la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), rodeada de olivos y moreras (2018).

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      Vista general de la zona ajardinada anexa a la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), con asientos y árboles de adorno (2018).

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      Vista parcial de la zona ajardinada anexa a la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), con asientos y árboles de adorno (2018).
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      Detalle de plafón cerámico en la Fuente del Tornajo, Casasaltas (Valencia), representando la subida del chopo en Pascua, obra de José Sanchis (2003).

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      Detalle de plafón cerámico en la Fuente del Tornajo, Casasaltas (Valencia), representando una panorámica del pueblo, obra de José Sanchis (2003).

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      Detalle de plafón cerámico en la Fuente del Tornajo, Casasaltas (Valencia), representando una escena de trilla, obra de José Sanchis (2003).

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      Detalle de plafón cerámico en la Fuente del Tornajo, Casasaltas (Valencia), representando una escena de trilla, obra de José Sanchis (2003).

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      Detalle de plafón cerámico en la Fuente del Tornajo, Casasaltas (Valencia), representando la recogida de la fruta, obra de José Sanchis (2003).


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      Detalle de plafón cerámico en la Fuente del Tornajo, Casasaltas (Valencia), representando la Santísima Trinidad, obra de José Sanchis (2003).

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